Sorteo de Roles: Ezra P. Sophia & Marjorie.

Sorteo de Roles: Ezra P. Sophia y Marjorie.

▲ Localización: Tercer piso, biblioteca menor.
▲ Tiempo: Martes 19 de Abril.
▲ Ambientación: Las temperaturas son relativamente bajas y hay vientos fuertes.
▲ Participantes: Ezra V. Padmore, Sophia E. Thurkell y Marjorie P. Sullivan.

Publicado por Víctor E. Hempstead Miér Jul 20, 2016 5:50 pm

Con esto de los nuevos horarios la profesora se la estaba ingeniando para mantenerse ocupada, no podía estar todo el tiempo metida en la cocina con su hermano molestándolo y solo tenían rondas por las noches más que nada, pocas eran durante el día o la tarde, estando todos los profesores por el internado pendientes de los jóvenes no era necesario que los estuvieran rondando como si los pobres chicos estuvieran en algún tipo de cárcel y hubieran cometido los peores crímenes, debían cuidarlos no vigilarlos, ellos no habían hecho nada malo. Por ello había terminado en ese lugar, normalmente ella solía ser una asidua visitante de las tres bibliotecas del internado, pero terminaba más en la que quedaba en el ala de los mayores que en la que era más visitada por los jóvenes, sin embargo ese día se había decidido a ser un poco más sociable y allí estaba.

Su pequeño botiquín de primeros auxilios estaba por allí, era un bolso tipo medico de cuero donde tenía las típicas cosas de una caja de primeros auxilios, la cargaba encima porque antes de ir allí había pasado por la enfermería reabasteciéndose de cosas, últimamente quería estar más preparada para cualquier acontecimiento y se había dado cuenta de lo vacío que estaba su bolso de medicinas, habiéndose confiado que con ir a la enfermería tenía todo sustentado.

Ahora estaba eligiendo un libro al azar para leer, era para lo que había ido allí, escogió uno sin prestarle mucha atención y se sentó en una de las mesas cercanas, sus ojos comenzando a leer las palabras, aunque realmente su mente no estaba prestándoles atención porque no estaba allí.

Publicado por Sophia E. Thurkell Vie Jul 22, 2016 7:13 pm

Las cosas no siempre van como una espera y ciertamente Maryo no esperaba que su quinto curso en el internado terminara siendo uno de locos. Las desapariciones y las muertes en el mismo le ponían los pelos de punta. ‹‹ Pero que las cosas iban a mejorar éste año, ¿no? ›› Y una mierda.

El recuerdo de su hermano mayor Samuel y palabras de excesivo optimismo se sentían como un golpe en el estómago. ¿Y si supiera lo que estaba pasando en el internado en ese mismo momento? Apretó los ojos y suspiró con fuerza en un intento por disipar pensamientos desagradables de su ocupada cabeza. No tuvo éxito alguno. ―Un buen día de éstos te vas a morir de tanto pensar, Marjorie.― Se recriminó, pegando la diestra a su rostro y apretando el puente de la nariz con el índice y el pulgar. No le servía mucho estar encerrada, así que decidió salir de una vez y ocupar su mente en cualquier cosa, ¿Qué podía hacer que los pensamientos en su cabeza se callara? Libros. Pero no cualquier clase de libros, sino alguno de ciencias o filosofía, uno que tuviera tanta palabrería que podría taponear sus pensamientos pronto.

Así que ahí estaba ella, con sus rizos en libertad, balanceándose de un lado al otro con pequeños rebotes al caminar entre los estantes tapizados de la biblioteca menor. Apretó los labios pasando su dedo índice de la mano diestra sobre los lomos y repasando aquellos títulos con excepcional velocidad. La mayoría no le interesaban, y eso era algo bueno en cierto aspecto para ella, significa que podría poner toda su atención en intentar descubrir qué es lo que leyera. Pero tras un par de minutos tomó sin prestarle mucha atención y lo llevó a su pecho. Sentía los dedos congelarse a la intemperie, así que procuró cubrir sus manos con necesidad hacia su pecho o enfundándola en los bolsillos de la campera que vestía. Alzó sus cejas en sorpresa al encontrarse con algo extraño en uno de sus bolsillos y le extrajo para ver de qué se trataba: Pastillas de fresa.

No recordaba que aquellas cosas estuvieran ahí, pero no pudo reprimir el esbozo de sonrisa que provocó, pues aquellas eran las pastillitas que le gustaban a su hermanita Abbey. Esa niña era muy traviesa, seguramente le metió caramelos por toda la ropa y en la maleta.

Apurada como estaba, la joven se disponía a sentarse en una silla cualquiera y comenzar a leer. Tampoco quería pensar mucho en Abbey, pues le hacía sentir cierta tristeza. Cuando se dio la vuelta para buscar dónde sentarse, encontró a la profesora de biología leyendo algo en la mesa de junto. Por un momento pensó en dar la vuelta y sentarse en algún otro sitio, pero lo cierto es que en una situación como la que estaban pasando en el Internado, lo mejor para ella sería intentar hablar con otros... simpatizar con alguien si no quería terminar en el fondo del lago envuelta en una bolsa. Así que procuró vestirse con una leve sonrisa y acercarse a la castaña ―¿Gusta?― preguntaría la muchacha, ofreciendo una de las pastillitas de fresa a la mujer. ―Uh... Son pastillas de fresa.―

Publicado por Marjorie P. Sullivan Sáb Jul 23, 2016 5:41 pm

Desde la conversación con Cole, en su interior se libraba una batalla. Se debatía entre si cumplir su promesa y quedarse en el internado para llegar hasta el fondo del asunto o si, por el contrario, ignorar dicha promesa e intentar irse con él. Al fin y al cabo, el mapa en el que estaba trabajando no era para averiguar dónde se podría estar escondiendo la exdirectora, sino para encontrar una salida sin que lo cogieran. Ya que de momento planeaba quedarse, pues la decisión de ayudar a Cole y cumplir con su promesa estaba ganando esa batalla interna, había decidido hacer un plano del interior del internado también, y es por ello que había ido hasta la biblioteca.

Tras pasearse por la biblioteca, tomando así medidas con sus pasos mentalmente y cogiendo de vez en cuando algunos libros para disimular y no parecer un loco, tomó asiento en una de las mesas libres. Sacó uno de los cuadernos y apuntó las medidas que había tomado. Estaba haciendo los cálculos necesarios para luego poder pasar esas medidas al papel y poder hacer un esbozo de la biblioteca, cuando notó que la profesora Thurkell se sentaba justo de detrás de él. Arrimó la silla hacia la mesa para así poder dejarle más sitio a la mujer y que pudiera sentarse con más comodidad. Cuando echó la vista hacia atrás para ver si le había dejado el suficiente espacio, su vista se posó en el bolso que la mujer llevaba. Pensativo, se giró de nuevo y puso la vista hacia su cuaderno. Había algo extraño en ese bolso que le llamó la atención, pues parecía el típico maletín que llevaban los médicos cuando tenían que hacer una visita a domicilio. No era para nada típico de una profesora en el que guardase exámenes, anotaciones y expedientes. Ese pensamiento empezó a molestarle, como cuando una mosca no para de rondarte por la cabeza y el solo sonido de las alas te saca de quicio. Volvió a echar la mirada hacia atrás. El maletín estaba a tan solo unos centímetros de su alcance, en el suelo. La idea de averiguar qué había dentro no paraba de repetirse una y otra vez en sus pensamientos. Solo necesitaba un rápido movimiento para abrirlo y echar un vistazo. Ya que la profesora estaba bien entretenida con su lectura.

Creyó que la ocasión no podía ser más perfecta cuando una alumna se acercó a ella. Con la intención de disimular, tiró varios bolígrafos y el lápiz que tenía a mano al suelo para así poder un vistazo cuando se agachase a recogerlos. Sí, una estrategia un tanto estúpida y que posiblemente no disimulaba nada sus intenciones, pero fue la única que se le ocurrió en ese instante. Tras asegurarse de que tanto la señorita Thurkell como la muchacha estaban distraídas, se agachó al suelo.

Publicado por Ezra V. Padmore Dom Jul 24, 2016 7:40 pm

Seguía intentando leer el libro que tenía en las manos el cual ni sabía el título y mucho menos lo que trataba, estaba preocupada porque tenía un par de semanas sin ver a Evan por una cosa u otra, no lo había podido agarrar en ningún momento a solas ni visto entre los pasillos. Tampoco había podido hablar mucho con Oliver porque, aunque los adultos estaban encargados de los chicos, el personal seguía trabajando como si nada, debían alimentarlos a todos, limpiar, acomodar y demás. Así que el personal estaba más ocupado de lo normal ateniendo a todos los que viven en el internado quienes ahora tenían menos cosas que hacer que antes.

De repente escucho una voz femenina y alzó la mirada por fin del dichoso libro, la joven era Sullivan si mal no recordaba y le estaba ofreciendo unos dulces, le sonrió dulcemente y aceptó — Muchas gracias, si quieres sentarte conmigo bienvenida seas — Le señaló la mesa, no iba a dejar a la chica sola en una mesa apartada en esa biblioteca tan sola. De repente se escuchó un pequeño escándalo, bueno sonó como tal en el lugar grande y vacío donde se encontraban, miró hacia allí (A su lado), a otro de los jóvenes que estaban en el lugar se le habían caído varios útiles y se había agachado a recogerlos, por lo que se agachó también a ayudarlo, no le causaba ninguna molestia estando a su propio lado — ¿Estas bien? — Preguntó preocupada, no sabiendo si al chico le había pasado algo y por ello había botado todo al suelo.

Publicado por Sophia E. Thurkell Lun Ago 01, 2016 1:26 pm

La morena hizo rodar el paquete de pastillas de su mano a la palma de la maestra con un suave gesto antes de meter presurosa su mano en el bolsillo. Sentía los dedos como témpanos e hielo.

Aceptó el ofrecimiento de la maestra, y dejó el pesado libro que llevaba bajo el brazo sobre la mesa. Ya le estaba molestando el llevarle a cuestas y pasó sus dedos por el respaldo de la silla para poder sentarse cuando escuchó el pequeño desastre de su compañero, de quién apenas había advertido su presencia, alzando las cejas con sorpresa —¿Se te perdió algo...— se quedó pensando un momento, intentando recordar de quién se trataba. Sabía que era de sexto, alguien de su edad, y que le había visto en varias ocasiones por los pasillos —Padmore?— sí, ese era el nombre. No pensó que resultara extraño que le preguntara eso, pues repetir la cuestión de la maestra le parecía innecesario. Si estaba bien, pues edtaba bien. Si no, pues tendrían que ver cómo remediarlo. Apretó los labios y echó un rápido vistazo sobre el hombro. Sintiendo que en cualquier momento una de las ventanas reventaría por el escandaloso sonido del viento que parecía aullar. Maldito invierno escocés... Le ponían los pelos de punta cada que las ventanas vibraban por su culpa.

Publicado por Marjorie P. Sullivan Vie Ago 05, 2016 11:45 am

Mientras se agachaba, alargó la mano hacia el maletín para abrirlo. No tuvo mucha oportunidad de mirar dentro pues los bolígrafos habían hecho tanto ruido que atrajo la atención de las mujeres. Mierda. Estaba tan acostumbrado a los suelos enmoquetados que absorbían casi cualquier ruido, que se había olvidado de que la biblioteca estaba desprovista de alfombra. Tan solo pudo llegar a ver lo que parecían vendas y unas cajas de medicamentos, confirmando sus sospechas. Si tan solo hubiera tenido más tiempo… Jamás le hubiera cruzado por la mente la idea de robar, y mucho menos a una profesora, pero comenzaban a ser tiempos desesperados, lo que hacía que empezara a actuar de forma desesperada.

La pregunta de la profesora le cogió de improvisto y, con el sobresalto, se dio en la cabeza con la mesa cuando fue a girarse hacia ella.

—Ay. —Se quejó en un susurro antes de llevar la vista hacia la mujer que empezaba a ayudarlo a recoger el desastre que él mismo había armado—. Sí, sí, profesora Thurkell. No se preocupe. —Le contestó intentando componer una sonrisa tranquilizadora, aunque se acarició la parte que empezaba a dolerle debido al golpe—. Solo se me han caído un par de bolígrafos. Últimamente estoy algo torpe… —Añadió contestando así a la pregunta de la chica, levantando más la mirada hasta llegar a su persona. Se fijó en su gesto, cómo echó una mirada hacia las ventanas. Parecía nerviosa o esa fue la sensación que le dio—. ¿Tú estás bien… Sullivan? —Le preguntó, utilizando su apellido cuando se dirigió a la muchacha, tal y cómo había hecho ella. No le molestaba que utilizaran su apellido para referirse a él, pues prefería eso antes que utilizaran su segundo nombre.

Off: Perdón por la tardanza .-.

Publicado por Ezra V. Padmore Jue Ago 25, 2016 1:24 pm

Asintió a Ezra cuando lo vio levantarse, aliviada de que nada malo hubiera pasado — Tienes que tener cuidado, te podrías lastimar — Vio a ambos chicos interactuar entre ellos, preguntándose si solo se conocían de pasada o se llevaban mal ya que usaban los apellidos para hablarse el uno al otro. Terminó de ayudar al joven a recoger todo y volvió a su posición anterior, cambiando de lugar el maletín que cargaba con ella para evitar que cualquier chico tropezara con el mismo o algo por el estilo, tampoco quería que se dañara o terminara dañándose lo que tenía adentro. Volvió a mirar a ambos chicos mientras pasaba sus manos distraídamente por el libro que antes había estado tratando de leer, sin mucho ánimo de volver al mismo, tomó el dulce que le habían dado anteriormente y comenzó a comérselo con cuidado, saboreando el mismo.

Su mirada pasó hacía el botiquín, ella de vez en cuando hacía sus propios experimentos, como cuando trabajó en aquellos laboratorios antes de que todo se fuera a la nada y tuviera que huir con Oliver, ella había disfrutado de aquello y en el internado en sus tiempos libres había podido hacer un poco de ellos, pero últimamente con todo lo pasado no había podido. Claro nunca había involucrado a los alumnos, ¿Qué pensarían de ella?, pero tampoco era nada malo, era simple curiosidad científica, y con el tiempo libre que tenían ahora, no le quedaba mucho por hacer en realidad. Mmm, hacerlo o no hacerlo… Mejor esperaba a ver como se desarrollaba la situación antes de pedirles su ayuda, no estaba tan desesperada, y si no lograba convencerlos de ayudarla luego podría pedirle a alguno de los mayores para que lo hicieran, incluso podría permitirles ver, hubiera querido enseñarles eso en clase a los jóvenes, pero ya de nada valía quejarse ni pensar en el pasado.

Publicado por Sophia E. Thurkell Lun Ago 29, 2016 1:08 pm

—Últimamente todos, Padmore.— diría de forma distraída, aún mirando a la ventana y cómo ésta se sacudía y vibraba a causa del viento. Se le erizó el vello de la nuca, como si hubiera sido acariciara por una de las corrientes de aire que, parecía, agitaba la ventana misma. El viento escocés no perdonaba, y eso lo tenía muy en claro, pero siempre terminaba por impresionante un poco más.

Suspiró con un poco de desgano y se volvió al chico de curso superior a la par que alzaba los hombros y le dedicaba una sonrisa condescendiente —Cinco años y aún no me acostumbro al viento en éste lugar.—

Luego su mirada volvería a la profesora, y cómo ésta parecía que custodiaba algo... Un maletín, aparentemente. No se le antojó para nada extraño, pero lo que sí le pareció un poco curioso fue la forma en que de alguna forma parecía que estuvieran ocultando algo... Ambos. Aunque, para fines prácticos, ella no tenía más fundamentos que ese, y no es que pudiera discernir entre un comportamiento normal o anormal de Ezra, pues a él casi ni le conocía. A él no le podía cuestionar, pero a la profesora sí. Es más, ¿No se supone que los profesores están para resolver sus dudas, sea cual sea? Es por eso que la morena se giró un poco y posó las palmas sobre la mesa, sentándose al filo de la misma mientras cruzaba los tobillos y les balanceaba un poco mientras ponía su mejor sonrisa. —Profesora, ¿Qué está leyendo?— Quizás si continuaba con la conversación, ambos dirían algo más interesante. Después de todo, no tiene mucho más qué hacer y, en cierto aspecto ese fue un pensamiento que le agrió ligeramente el pensamiento.

¿No tenía nada que hacer? ¿En verdad? Durante sus exámenes le gustaría no tener nada qué hacer, aunque, a ser honestos, extrañaba tener la cabeza ocupada en algo más, aunque ese algo más fuera la clase de Química o Biología. Asignaturas que le causaban algo de conflicto, a decir verdad.

Publicado por Marjorie P. Sullivan Dom Sep 18, 2016 11:15 am

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