Parks and recreation (Libre)

25 de mayo a media mañana
Esa mañana se la había tomado como cualquier otra. Hora de ejercicio, desayuno rico en proteína, diez minutos de relajación y pensamiento. Hacía esto antes de que casi todo el mundo se levantara, desde que habían muerto Alfred y Víctor era virtualmente imposible verlo desayunar con el resto de adultos. Para cuando ellos se levantaban, él ya llevaba bastante tiempo en pie. No tenía ningún problema de sueño así que no tenía ningún impedimento para poder realizar esta rutina.

Una vez estuvo preparado, se fue de ''excursión''. Estaba haciendo planes, los cuales se estaban acelerando por culpa de esa ''administración'' ¿Qué clase de persona vive sin un plan B, C, D, E,...? Albert, un amigo suyo que había sido tirador experto decía que nunca usaba letras para definir sus planes ya que daría a entender que solo tenía 27 letras. Lo mató una esquirla metálica que le fue directa a la ingle y le seccionó la femoral, para cuando llegó al hospital se había desangrado como un cerdo en el matadero. Esa noche, todos cantaron el abecedario tres veces tras una ronda de cervezas en su honor. Siempre había pedido que si moría, lo celebrásemos como una sonrisa y ni nos atreviésemos a derramar una lágrima.

Revisó el cuchillo de cocina que había tenido que transformar en un arma improvisada. Se lo había robado a Gail y siempre que lo manejaba era con guantes. Estaba claro que no había diseñado con el propósito de ser un arma en mente. Le había añadido una venda al mango para que tuviese un mejor agarre y una pequeña guardia de madera. No era un arma óptima... pero era lo mejor que podía conseguir por allí. Lo volvió a esconder en un pliegue de su chaqueta y suspiró, llegando al fin a la cabaña.

Nunca lo había inspeccionado de día. Le recordaba a la cabaña de Evil Dead solo que sin un sótano tan divertido. Echó un vistazo a la cerradura que Alfred abrió en su día con una llave. En serio ¿Quién mantendría llaves de un lugar así? Se caía a pedazos. Si intentase subirse al tejado estaba seguro que se hundiría y se acabaría tetrapléjico de la caída. Pero eso no era lo que le interesaba ver. La madera estaba en un mal estado pero no excesivamente húmeda ya con el tiempo que había. Ardería si fuese necesario. Sí... Podía funcionar. Había algo curioso en la forma de andar del profesor. Solo había crujido la madera del suelo la primera vez que había entrado en cada habitación, no volvía a pisar en los puntos calientes ni una segunda vez. Deformación personal. Salía ya de la cabaña cuando oyó que alguien pisaba una ramita.
-Buenos días -dijo al aire con aire tranquilo, ajustándose una correa de su mochila. Tenía que ir a otro sitio. Como el cementerio, por ejemplo.

Publicado por Mark Pratchett Vie Sep 16, 2016 9:55 pm

La noche había sido catastrófica en proporciones épicas. Desde los últimos asesinatos, ya me había acostumbrado a que mis terrores nocturnos no me perdonasen ni una sola noche, pero los de la última velada habían sido particularmente intensos.

Me había despertado sobresaltada, empapada en sudor. Las piernas se me habían enredado en las sábanas, por lo que al intentar huir, me había sentido atrapada y había terminado en el suelo al intentar liberarme. Y para colmo de males, al intentar abrir la puerta de mi habitación, había olvidado momentáneamente que estaba cerrada por dentro, lo que solo había disparado mis niveles de estrés hasta límites insospechables. Y así, en mitad de un ataque de pánico mezclado con claustrofobia, había conseguido salir al pasillo, vestida con lo `primero que había encontrado. El nivel de agobio había sido tal, que salir de mi habitación no había sido suficiente, necesitaba salir de allí. Y en ese momento concreto, me daban igual las consecuencias que eso pudiera tener.

Salí como alma que lleva al diablo en dirección al bosque, saltándome las prohibiciones a la torera, pero sin ser descubierta (milagrosamente, ya que no había sido la persona más sigilosa del mundo, precisamente). Una vez lejos, con el aire fresco de la mañana golpeándome en el rostro, las cosas habían empezado a mejorar. Cuando mi respiración volvió a un ritmo más o menos normal, empecé a fijarme a dónde me habían conducido exactamente mis pasos. Vaya hombre, qué casualidad.
Y justo cuando me disponía a alejarme de allí y volver al internado antes de que alguien se diese cuenta de mi ausencia, Mark salió de la cabaña. Por supuesto, solo él tendría las agallas suficientes para estar vagando por esta zona él solo, por mucho que estuviésemos a plena luz del día.

- Buenos días - le devolví el saludo. Tenía los nervios aún un tanto perjudicados, por lo que mi cuerpo se había tensionado notablemente al escuchar su voz. Incluso después de haberle reconocido, me costó unos cuantos minutos el volver a la normalidad - ¿De excursión? - me aventuré a adivinar, sabiendo la naturaleza que solían tener sus salidas.

Publicado por Gail Abernathy Vie Sep 23, 2016 6:45 am

-Aprovechando que hasta el día treinta no está prohibido ir por el bosque si eres adulto. Luego en vez de la satisfacción de ser un hombre libre tendré la de saltarme las normas y como que sabe distinto -dijo encogiéndose de hombros. Todas las sanciones que se le ocurría que podrían lanzar Brian o Sophia (En Ezra ni pensaba) contra él eran tomadas en consideración, inspeccionadas y desechadas con un gesto de desaprobación. Al fin y al cabo, eso era algo que ellos ni siquiera se habían planteado. Por duro que suene, unas normas en las que no dejas claro lo que sucederá si no las cumples no son normas, son una serie de alegres recomendaciones y peticiones. Y lo bueno de esas dos cosas es que puedes ignorarlas también alegremente.

El sol brillaba perezoso a través de las ramas de los árboles, iluminando la frente sudorosa de la enfermera. Soltó un chasquido mientras se acercaba a Gail y le daba unas palmaditas en los hombros.
-Supongo que has tenido o una noche mala o una mañana buena. Y todavía no te he encontrado parejita, así que supondré que lo primero. ¿Que tal Kat? Le parecías mona -dijo bromeando tratando de relajar el ambiente. Cada vez se le daba peor, cada vez le costaba más quitarse el chip de estar de servicio. Y cuando estaba de servicio era como los había descrito esa corresponsal de la BBC: ''Parecían marcianos, silenciosos, vigilantes y llevaban extraño armamento''.

-Iba para el cementerio ¿Me acompañas? -preguntó levantando las cejas. No iba a hacer nada más que observar así que le daba igual que alguien lo viera. De todas formas solía ir por allí más de una vez, era un sitio tranquilo.

Publicado por Mark Pratchett Vie Sep 23, 2016 8:10 am

Solté una risotada entre dientes, aunque tenía un toque tan amargo que difícilmente podía ser considerada una carcajada real.

- Las mujeres no son lo mío, al menos no hasta ahora - y a este paso, tampoco los hombres... pero esa era historia para otro momento - Y qué obsesión tienes con encontrarme pareja, cualquiera diría que mi vida amorosa se ha convertido en una de tus prioridades aquí dentro - bromeé, algo más animada. Lo cierto era que mis interacciones románticas (o mi falta de aptitudes para llevar a cabo las mismas, más concretamente), habían sido un tema de conversación recurrente entre nosotros desde el principio de los tiempos, por lo que ya había pasado a convertirse en una especie de broma interna - Pero tienes razón, no ha sido la noche de mi vida - terminé admitiendo, ya que era bastante estúpido negar lo evidente y solo me estaría mintiendo a mí misma.
Me froté el puente de la nariz con gesto cansado, aunque resuelta a seguir tirando hacia adelante.

Era "sencillo" bajar la guardia y optar por la sinceridad cuando no tenía que dar demasiadas explicaciones para que la otra persona entendiese por qué andaba por ahí sola por el bosque como si hubiese visto un fantasma.

- Sí, claro - acepté su propuesta, sin pensarlo demasiado. Tampoco es como si tuviera algo mejor que hacer, y ahora mismo, me interesaba más despejar la mente y centrarme en otra cosa que no fuesen mis pesadillas - Nunca llegaste a decirme si todas las molestias que te tomaste conmigo sirvieron de algo - inquirí, en clara referencia a la noche en la que me dejó KO para marcharse a investigar él solo. Con todo el lío que se había montado durante las semanas posteriores, nunca había llegado a preguntarle.
Por primera vez, no le hablé con rencor acumulado, simplemente con curiosidad por lo ocurrido durante las horas en las que estuve experimentando uno de los momentos más raros de toda mi vida.

Publicado por Gail Abernathy Lun Sep 26, 2016 7:08 pm

-Todo es probar, supongo -dijo mientras avanzaba por el bosque como Pedro por su casa. No os equivoquéis, no le gustaba nada estar en la naturaleza. Pero era trabajo. Y el trabajo se tiene que hacer bien porque has firmado un contrato, que es lo mismo que dar tu palabra.
-Es evidente que necesitas un empujoncito así qué... Tampoco es como que haya muchas cosas aquí con las que entretenerse a parte de la otra gente -se encogió de hombros tras terminar de dar su explicación. Echaba de menos placeres tan sencillos como llegar a su casa, tumbarse en el sofá y ponerse una serie en la tele mientras esperaba que llegase la comida china. Cuando la mujer por fin le confesó la clase de noche que había tenido, le dio un par de palmaditas en el hombro y de paso la movió ligeramente para que esquivara una rama que iba directa a su ojo.

-Nah, hubiese dado igual que vinieras, no había nadie. Tienen unas mazmorras allí pero estaban ya abandonadas. Me encontré el diario de un tipo español que estuvo encerrado aquí hace treinta años. No cuenta cosas muy agradables -dijo a modo de resumen corto. Cuando Mark quería dar una información de verdad, sin evasivas, era sorprendentemente sintético, es decir, que iba al grano. Dejó un silencio en medio bastante largo mientras seguían andando.
-En mi defensa, no sabía que tendría efectos secundarios tan fuertes.

Publicado por Mark Pratchett Mar Sep 27, 2016 7:05 am

Rodé los ojos hacia un lado, aunque cuando una sonrisilla ladeada apareció de manera simultánea en mis labios, se perdió parte de ese efecto de hastío que quería darle a la expresión de mi rostro.

- No necesito un empujoncito - repiqué, aunque lo cierto es que no me lo creía ni yo - Simplemente estoy centrada en otras cosas - añadí, utilizando la misma excusa que le había dado a mis padres en su día cuando me habían interrogado por mi escasa vida socio-amorosa: estoy centrada en mis estudios.

Me dejé mover por él, aunque desde ese momento, intenté volver a prestarle más atención a mi entorno, al mismo tiempo que seguíamos hablando, ya que tampoco era bueno para ninguno de los dos que me siguiera moviendo por ahí de la forma descuidada en la que lo había estado haciendo hasta ahora. No quise hacer demasiadas preguntas al respecto, ya que supuse que si Mark había optado por o explayarse más sobre el tema, sería porque en el diario solo habrían morbosidades sin información realmente valiosa sobre el paradero de Yvette y sus secuaces.

- Si hubiese sabido que era para mí, te habría recomendado otra cosa más suave, definitivamente - dije, tras el momento de silencio que precedió a la confesión. Inicialmente me había sentido enfadada y traicionada por él, pero con el paso de las semanas había empezado a tomarme lo sucedido con humor. Principalmente porque con el "colocón" había olvidado ciertos detalles de aquella noche y de su horrible despertar - Por un momento realmente llegué a pensar que lo siguiente que se sabría de mí aquella noche era que habían encontrado un cuerpo más en el internado.

Empezábamos a aproximarnos a nuestro destino, así que amino´re ligeramente el paso para dejar que Mark tomase la delantera y guiase el resto del camino.

Publicado por Gail Abernathy Miér Oct 05, 2016 8:35 am

-Todo el mundo necesita un empujoncito en este internado. Si te consuela, no eres la que más. Creo que es el único lugar donde más que bromuro recomendaría afrodisíacos en la comida -dijo haciendo un gesto vago con la mano. Él por supuesto no se metía a sí mismo en ese saco, simplemente no había nadie en el internado que considerase compatible.
-Sí, supongo que tratar de salir de aquí es una buena excusa para abandonarse en ese aspecto -dijo mirando a los alrededores con aire casual. Había unas cuantas cosas que estaba aplazando por culpa de ese encierro y eso no le gustaba nada. En ese sentido se estaba convirtiendo cada vez más en el equivalente a un animal herido acorralado.

Los bosques tienen algo curioso y es que son... aburridos. El desierto, la selva, la tundra... Todos tienen sus cosas interesantes. En cambio es difícil pensar en un bosque como exótico. Y esto se debe a que en su mayoría estaban domados, sobre todo en Reino Unido. Tenías que irte a la Selva Negra o a Polonia para encontrar bosques auténticos Europeos. Lo que había alrededor del internado era el equivalente a un parque temático respecto a la realidad. No podría sostener la vida de la gente del internado ni de broma. Cualquier cosa tan grande como para alimentar bien a tanta gente se consideraría demasiado grande para ser segura.

-Venga por favor, Gail. Sabes quién soy. No te habrían encontrado en la vida -dijo con naturalidad mientras llegaban al cementerio. Buena coordinación lugar-comentario, sin ninguna duda. Se acercó al lugar donde habían enterrado a Ophelia y a la cría. Hacía tiempo la tierra estaba removida y era evidente, hoy en día la naturaleza y la vida vegetal habían seguido su curso y todo el mundo sabe lo rápido que crecía lo verde en Escocia, era más difícil de ver.
-Hum... ¿Que profundidad crees que tendrá la pequeña? -preguntó como si fuese lo más normal del mundo.

Publicado por Mark Pratchett Miér Oct 05, 2016 3:28 pm

Publicado por Contenido patrocinado