Entre hermanos y Amigos ▲ Nate S. {fb}

Cuando Nathaniel adoptaba su postura de capitán no había nada que lo sacara de la misma. Se transformaba en un líder, en un amigo, pero a la vez en una figura de autoridad; no gritaba ni despotricaba lo que estaba mal o bien, al contrario, le dedicaba tiempo a cada uno de los miembros del equipo para fortalecer las estrategias que poco a poco habían venido practicando desde su nombramiento, pero lo hacía con rectitud, tajante y con la cantidad de información necesaria para no agobiar a los presentes. El soccer siempre había sido su oasis, su punto de descanso, su mundo aparte. Ahora que Nate era capitán utilizaba todo su esfuerzo y concentración en dar lo mejor de sí para fundirse en cada entrenamiento; era la única manera de drenar, de sentirse libre.

Aquel día había sido particularmente agotador. Nate había dividido el equipo entero en dos grupos totalmente diferentes asegurando que serían rivales y que debían de llevar a cabo una competencia sana como si se tratara de una escuela vecina, aunque eso fuera más un sueño personal que una realidad. Nathaniel no podía esconder las ansias que sentía de probar a su equipo con otros, no era justo que estuviera fortaleciendo en el interior cuando nunca podían experimentar fuera de los muros de Dunkelheit. Aquello le seguía pareciendo terriblemente injusto.

Dio una charla, explicando sus razones, sumando ventajas a cada equipo y a cada jugador, destacando sus fortalezas y lo que podían mejorar, que vieran en el otro equipo a un rival, pero un rival del que también podían aprender y que, si eran listos, examinarían incluso sus estrategias para llevar la delantera. Aquello era muy complejo al tratarse de un grupo que venía entrenando en conjunto continuamente, pero los resultados fueron satisfactorios. Nate trató de que fuera lo más cercano a la realidad posible.

Al terminar, Nate despachó al resto del equipo luego de las conclusiones y halagos a las figuras resaltantes de la actividad, aseguró que sería él quien se quedara a recoger, que los demás merecían un descanso luego de la cena. La verdad es que Nate esperaba poder buscar a Callie y hablar con ella antes de ir a comer. El capitán estaba camino a guardar algunos balones cuando una figura pasó por su lado y llamó su atención, Nate giró para encontrarse con Cassie, Cassiopeia Rohmer y su inevitable sonrisa contagiosa. —Hey—. Saluda con una curvatura mientras llegan al pequeño cuarto y dejan las cosas en orden. Las palabras de la chica lo toman por sorpresa, no se lo esperaba, pero era algo que siempre se preguntaba. —Gracias, Cass, es bueno saberlo. Ya sabes... no creo que haya estado completamente preparado para el nombramiento—. Rasca su nuca mientras espera que la morena acabe de ayudarlo, al parecer no faltaba más nada.

—Creo que todo es porque tengo un buen equipo. No me puedo quejar ni un poco de ustedes—. Admite saliendo a un lado de su amiga para luego cerrar la puerta de aquel minúsculo espacio. —¿Tú cómo has estado? Creo que si no te separan de Gru porque está en lacrosse no te veo—. Curva sus labios a un lado mientras, amistosamente, rodea a la chica por los hombros. Callie era su mejor amiga, sí, pero era evidente que con ella los sentimientos encontrados de Nate explotaban. Cassie, por otro lado, era como una hermana pequeña, la quería, la adoraba, confiaba en ella y podía hablar mil y un tonterías sabiendo que ella respondería de la misma forma.

Que le hubiera sorprendido su reciente nombramiento no quería decir que no lo deseara desde que entró al equipo. La verdad es que Nathaniel se había dedicado de lleno al soccer además de sus deberes, era algo que disfrutaba y que lo liberaba de una manera u otra, pero siempre se mostraba crítico, analizaba jugadas, movimientos e incluso decisiones de los líderes anteriores a él. Para Nate no era solo un juego, era algo que quería ejercer al salir del internado si tenía suerte, eso y una carrera que le gustara, solo así lograría ser independiente. Sonríe ante el comentario de la menor de las Rohmer. —Si Callie se hubiera quedado en el equipo, probablemente los votos se habrían dividido. Siempre pensé que ella sería la capitana, nuestra capitana—. Señala a la chica y luego a él, como si de esa manera diera por sentado que ambos conocían el carácter y liderazgo de la mayor.

El tema del cruce de escuelas era algo que siempre le había incomodado. A esas alturas a Nate no le daba miedo decir que tenía un equipo perfecto, listo para cualquier competencia intercolegial, pero los directivos se negaban a dejarlos salir y eso frustraba al capitán que incluso lo había hablado seriamente con Ezra Padmore, su amigo y mano derecha en el soccer. La visita a Motka nunca se había cumplido por supuestos "compromisos" del directivo, pero era un pendiente constante en la vida de Nathaniel, él mismo sentía que se lo debía a los chicos. —¿Crees que algún día lo permitan? Honestamente a veces siento que entrenamos para nada.

Continúa caminando con la chica Rohmer bajo su brazo, sonríe, ella era muy lista y seguramente se percataba de las mismas cosas que él solo que con protagonistas diferentes. —¿Pero qué hay de malo en que no me despegue de mi mejor amiga? Bueno, mi otra mejor amiga?—. Guiña uno de sus ojos con picardía, estando con Cassie no sentía temor o pena de hablar de ese tema como si nada. Ambos conocían sus situaciones muy bien aún sin hablarlo de lleno.

—¿Tu mejor momento? Me encantaría saber la razón—. Ls últimas movidas dentro de los muros de Dunkelheit no ayudaban a que todos se sintieran precisamente en casa. Le sorprendía que Cassie estuviera tan bien y sabía que había una historia en medio de esa sonrisa.

Nathaniel suelta una carcajada mientras llegan al campo, libera a la chica de su agarre y mete sus manos en sus bolsillos. ¿Calliope le habría dicho algo de sus últimos encuentros? En cualquier caso, sabía que contaba con la discreción de la chica. —Bien... no me declaré—. A simple vista sonaba muy cursi para su gusto. Nate rasca su nuca algo nervioso, despeinando aún más sus cabellos cortos. —Creo que era... obvio, solo que ambos no queríamos decir nada. No lo sé, es más complejo de lo que crees, Cassie—. Comenta caminando en la dirección de las gradas, donde reposaban las pertenencias de ambos. —Ver a tu mejor amiga como algo más es... diferente, pero mientras lo guardes no es tan peligroso. Por otro lado, tomar su mano, estar con ella como algo más es... hay riesgos. Pasar de ser amigos a... a lo que sea pone en riesgo todo lo que pudiste sentir y era quizás lo que Call y yo sentíamos. Ella... ella fue la primera persona que conocí al llegar, me conoce tan bien como tú, es... es tan importante para mí que temo que por un error estúpido se aleje, ¿entiendes?—. La ve de nuevo. —Solo que ya no podíamos ocultarlo y... surgió, así como la primera vez que la vi. Siento que hay alguien tras todo esto, pero no sé qué nombre tenga—. Sonríe más relajado. —¿Tu y Gru van por el mismo camino? No creo que nada más se reúnan para componer—. Podía esperar un buen golpe amistoso por su último comentario.