Wrecked [October]

24 de mayo, poco después de las 3 pm.

Él era mejor que esto, Asher se consideraba mucho mejor que esto como para verse afectado por lo que había visto. No era la primera vez que sus ojos se empapaban de tan escabroso escenario, y más de una vez había repetido que no le importaba lo que sucediese en el internado, pero aquello... aquello que había visto, le había dejado perturbado y furioso hasta cierto punto. ¿Cómo podía ocurrir algo así sin que alguien más lo notase? ¿Y qué era todo aquello que habían encontrado?

El castaño pronto se alejó de Elle y Phoenix y se aventuró por el pasillo sin mirar a alguien a los ojos, su mira tan furtiva como sus pasos acelerados, llevándole hacia cualquier punto en que pudiese estar distanciado de las voces ajenas que le golpearían con preguntas que no quería contestar, que no sabía si podía contestar. Su estomago transmitía punzadas de dolor que quería regresar de forma grotesca sobre todo el suelo, vaciar su interior como reflejo de lo que había visto y de lo que ahora recordaba, con la sangre de su padre goteando desde uno de sus preciados libros de enseñanzas filosóficas y los sesos de su cabeza esparcidos por la cara alfombra que le habían prohibido tocar en más de una ocasión por su ostentoso precio.

Mareado y tambaleándose, Asher finalmente se sujetó a la perilla de una puerta hasta que admiró una planta con una amplia maceta. Se lanzó al suelo y se aferró al material duro de la maceta para vomitar en la tierra que rodeaba el frágil tallo de la planta. Mientras hacía esto se encerraba a sí mismo, alejándose del entorno que yacía junto a él, su oído izquierdo le restaba la posibilidad de escuchar los pasos que se acercaban, y sus ojos estaban furiosamente clausurados mientras su cuerpo entero parecía retorcerse ante el proceso que dejaba aquel molesto ardor en su garganta.

No estaba acostumbrado a esto y nunca lo estaría.

Publicado por Asher G. Arenberg Lun Sep 26, 2016 5:08 pm

En el último tiempo parecía que no le quedaba más en Dunkelheit, todo lo que había amado se había ido, aún mucho antes de que el miedo que embargaba al internado los alcanzara a todos. Y es que ahí, en medio de las mantas que cubrían su adolorido cuerpo era que comprendía lo sola que se había quedado, aun así se cuestionaba si aquello era en realidad su única verdad desde siempre. Los Arenberg habían jodido su vida, de una u otra forma ellos eran su propia desgracia dentro de aquel lugar. Con la garganta dolorida, hundió su rostro en las manos y lloró. Lloró de frustración, de confusión, pero sobre todo por ella, por estar atrapada en aquella situación que hubiera podido evitar.  Creer que Asher podría sentir algo por ella, por alguien, era engañarse a sí mismo. Él no sabía amar a nadie que no fuera él.


Con el puño del jersey limpió las lágrimas que cubrían sus mejillas, encontrando la oportunidad de respirar profundamente para tranquilizarse. Aquello tenía que terminar. Antes de salir miró sus zapatillas de ballet, las cuales habían sido su método personal de escape durante las últimas horas del día, se había cerrado tanto en sí misma en un intento de concentrar toda su atención en realizar a la perfección cada paso que había olvidado bajar a comer algo, seguramente tendría que entrar a la cocina ya que la hora del almuerzo había pasado. Podía sentir como sus piernas le temblaban a causa del esfuerzo realizado, cada vez que baja uno de los peldaños de las escaleras, sin embargo esto no fue la razón por la que detuvo su caminar al llegar al cuarto piso, su mirada se había cruzado con una escena que seguramente hubiera preferido evitar.


Aquel hueco familiar se apoderó de su pecho, llevando así su diestra en dirección a este en un intento de mantener todas las piezas en su lugar. No te metas en donde no te llaman. Era la voz que le gritaba dentro de su cabeza, aun así, yendo en contra de esta se encamino lo más rápido que pudo hasta llegar a donde se encontraba el joven. – ¡Hey, tranquilo!- Comentó mientras se arrodillaba a un costado suyo, sintiendo como los músculos ardían con aquella acción. Con la palma de su mano masajeo la espalda ajena en un intento de tranquilizarlo.  Aún a pesar de todo lo que había traído consigo, no podía evitar preocuparse por Asher, quizás después de todo, sólo bastaba con que él se encontrara bien, sin tener que estar juntos. Al menos podría vivir con eso.  -¿Qué ha pasado? – Aquel no era el mismo chico que conocía, algo fuerte tenía que haberle sucedido como para dejar que otras personas lo vieran de esa forma.

Publicado por October L. Johanson Mar Sep 27, 2016 10:36 pm

Ardía y dolía, lastimaba y jodía hasta el punto más profundo de su persona. Asher se aferró con presión a los bordes de la maceta que en cualquier momento podría ladearse y verter su contenido sobre su propio cuerpo, poco le importaría en todo caso, había caído rápido y estaba seguro de que olvidar esas horridas imágenes sería una tarea casi imposible. Quiso golpear con sus puños el suelo en el que se encontraba pero necesitaba sujetarse de algo para no acabar en el suelo, derrotado y asqueado de todo.

Era algo que Ellie y Annie debían de agradecer, ninguna de ellas tuvo que ver a su padre muerto, como todo un cobarde, en su propio estudio. Asher no sabe cómo Phoenix es capaz de reaccionar a tales sucesos sin sentirse terriblemente angustiado. Sí, la muerte puede ser algo natural, la muerte puede ser incluso objeto de burlas y tontos comentarios ignorantes de parte de personas como Asher, pero era muy distinto verlo con tus propios ojos, la fragilidad del cuerpo humano y de las emociones que éste tenía era algo en lo que Asher nunca había querido profundizar, ¿pero cómo no hacerlo cuando el ruin giro del destino te impactaba con fuerza para lanzarte a la acera, cayendo en un charco de la sangre de tus propios recuerdos?

La voz, esa voz, clavó una daga más en su espalda que se veía arqueada por el vómito que estaba por acabar. Negó con su cabeza y buscó apartarse de su tacto pero October seguía ahí, frotando su mano contra su espalda como si aquello pudiese ayudarle, como si unas palabras fuesen a hacerle sentir mejor, como si su presencia resolviese todos los problemas de su vida. Lo peor es que es posible, y ella lo sabe muy bien, por eso hace todavía más retorcido el hecho de que se encuentre aquí, sabiendo que su compañía duele más que su ausencia, ¿de qué vale si será ahuyentada de nuevo?

La acidez disminuye y Asher levanta su rostro ocultándolo de October, su propio uniforme es utilizado para limpiar sus labios y se levanta de ahí en un arranque que le ocasiona otro importante mareo. Asher se recarga en la pared detrás de él y con lentitud vuelve a negar.— Estoy bien, estoy bien, todo… todo está bien. —afirma pero es una vil mentira.

Abre los ojos y los cierra. Sus ojos se han vuelto cristalinos por el esfuerzo y el miedo que le acaba de dar repetir aquella imagen del baño.— Fuck, fuck, fuck. —finalmente su puño golpea la pared y sigue caminando de ahí, transformado en nada más que un desastre andante al recordar la fotografía en su pantalón y la crudeza de este internado, el peligro de este internado.

Publicado por Asher G. Arenberg Jue Sep 29, 2016 10:41 pm

October sabía que tenía que soltarlo por completo, que debía comprender que ella no era el destino de Asher y que mucho menos ella podría sanar tantas cosas del pasado que el estadounidense guardaba ocultas bajo aquella personalidad hostil de la cual se caracterizaba. Lo sabía, claro estaba, pero aun así se negaba a cortar de tajo todos los hilos que los unían, sin importar que estos causaran dolor en su interior cada vez que se estiraban a causa de la distancia que él chico colocaba entre ambos. Retrocedió un poco, dejando el espacio suficiente para Asher cuando se levantó. Alzando un poco el rostro, miró desde abajo el rostro ajeno, sintiendo de nueva cuenta aquel dolor familiar en el pecho. No estás bien.


-Deja de huir.- Soltó sin siquiera pensarlo al ver como se iba caminando de ahí, alejándose de ella. Con apoyo de su diestra se puso de pie ignorando el dolor muscular que aún se hacía presente, para después caminar un par de pasos en dirección a él.- Deja de escapar de esa manera, joder. No tienes que guardarte todo, ¿es que aún no lo entiendes? Si sigues huyendo de esa manera no te podré alcázar toda la vida. – Las últimas palabras de la castaña resonaron una vez más en sus adentros, arrepintiéndose casi al instante de haberlo dicho en voz alta. ¿Quién era ella para decir aquellas palabras? No tenía derecho, no después de haber sido ella la primera en salir huyendo.   Por mucho tiempo cuando era más joven, se había cuestionado las razones que habían orillado a su exitosa madre a abandonar todo por seguir a su padre en aquella historia de amor que había terminado demasiado rápido. Sin embargo, estando ahí parada en medio del pasillo todo empezaba a tener un poco de sentido.  En ocasiones era más valioso el saber que te habías entregado por completo a aquel sentimiento que el quedarte con amor para entregar, tal cual era el caso de October.


Aun antes de dormir, cada noche imaginaba como serían las cosas si tan solo hubiera reaccionado diferente al secreto que Annabelle le había dicho sobre Asher o mejor aún, si tan sólo su  ex amiga se hubiera guardado eso, esperando que su mellizo lo hiciera, quizás, sólo quizás, las cosas serían diferentes. Sin siquiera buscarlo él se había vuelto en su refugio, refugio que le hacía falta a cada instante mientras veía como todos se iban quebrando ante el miedo constante que carcomía el interior del internado y el de sus habitantes. Every inch between us becomes light years now.

Publicado por October L. Johanson Dom Oct 02, 2016 1:04 am

October había colocado una barrera impenetrable frente al joven al momento de hablarle, pidiendo, de cierta forma poco sutil, que dejara de huir, que dejara de ser un egoísta que se encerraba a sí mismo y prefería seguir con las dañinas apariencias que estaban realmente resquebrajadas. De poco valía que Asher tratase de ser el muchacho millonario y con gran futuro por delante, ¿para qué lo intentaba en este mundo tan retorcido? Sentir era una debilidad, pero Asher ya era débil, era una rata debilucha que esperaba extraer la fortaleza de todos los lugares equivocados.

Una nueva piedra, una que se sentía corto punzante, cayó de golpe contra él cuando la mujer agregó esas injustas palabras. Su cuerpo dio un paso más antes de girarse y observar a la chica por la cual seguía perdidamente desquiciado. October había aparecido de la nada para hacer que Asher se fascinase con su personalidad, su físico, y esos sentimientos que desarrollaron el uno por el otro. Al conocerla nunca pensó que se volvería alguien tan importante, y al amarla nunca pensó que la tendría tan lejos.

— No estoy escapando. —habló, seguro de lo que decía, expulsar mentiras se había vuelto una costumbre en él, en su estilo de vida, todo para preservar lo que tenía, o recuperar lo perdido.—¿Qué es lo que quieres que te diga? ¿Eh? No voy a ir corriendo a los brazos que ya no pertenece a mi vida, October. Sabes perfectamente que no soy esa clase de persona. —y lo decía ahora con cierto tono sarcástico, precisamente October sabía que Asher era un ser sumamente orgulloso, que aceptar sus problemas, sus derrotas, sus sentimientos, aceptar lo que fuese, representaba una dificultad increíble en el muchacho que siempre había recibido alabanzas por todas sus victorias.

— No voy a decir la razón por la cual estaba vomitando en una fucking maceta de este inmundo lugar, ¿bien? —sus expresiones distaban de la seguridad que antes había presentado, la imagen del baño le atormentaba y quería despegarla, pero tras haber visto el cuerpo de su padre era consciente de que esos recuerdos no se disipaban, seguían ahí, esperando atacar en el momento exacto.

Publicado por Asher G. Arenberg Jue Oct 06, 2016 9:06 pm

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