What's life without a little suspense

El día anterior Rosie había tenido práctica atletismo y por alguna razón la chica estaba dando más del doble de sus capacidades así que no era de extrañarse que cumpliera con las vueltas y obstáculos que le ponían más rápido de lo norma. No estaba acostumbrada a ello así que al llegar a su habitación sus piernas empezaron a doler y Rose se quedó pegada en la cama, como si no quisiera levantarse de la misma y estuviera en una extraña relación con sus sábanas, no había sido buena idea una ducha "cálida" y relajante luego de la práctica, en especial cuando casi se desvivía por correr. Al final la chica se quedó dormida, como nunca, con una especie de paz donde sus sueños no fueron capaces de visitarla.

Al despertar Rose se estiró, error, el dolor era peor, incluso creía tener una pequeña lesión en su tobillo derecho. La castaña frunce el ceño y ve la hora, se supone que tenía una reunión a la que Callie la había invitado, con Brennan, su hermana e Isak, uno de sus amigos. La chica se levanta con pesar y decide vestirse, ir en su pijama de oso panda no era una opción. La castaña termina por ponerse las botas para completar su atuendo, el pie aún le dolía, si seguía así probablemente tendría que ir a la enfermería. Al terminar Rose peina sus ondas con sus dedos hasta formar una trenza débil y pelliza sus mejillas, sale de su habitación y se dirige al punto de encuentro.

Toca la puerta un par de veces antes de entrar y se asoma con cierta timidez. —Hola, ¿cómo están?—. Termina por pasar con una sonrisa y se apoya de una pared cruzando sus brazos, era evidente que su caminar no era común. —¿Faltan más?—. Y saluda a Brennan con su mano, parecía más dormido que despierto, Rosie tiene que aguantar la risa por eso y la vestimenta de Isak, ellos eran tal para cual.

No hay nada que temer bajo la paz que infunde el sueño, más aún acompañado de una buena dosis de medicamentos.

Nate había tenido pesadillas de nuevo, se había despertado sudoroso y con un pulso muy rápido. Había soñado de nuevo con aquel momento y no quería hacerlo. Para entonces eran las tres de la mañana, si bien tenía un compromiso al despertar, el chico necesitaba dormir, las ojeras púrpuras empezaban a aparecer bajo sus ojos y una migraña lo atacaría si no dormía. Nate se levantó de la cama y tomó un par de pastillas blancas bien pequeñas que tragó sin la necesidad de un buen vaso de agua. Se tumbó en la cama y el efecto del medicamento más el entrenamiento arduo de ese día, hizo que el chico se quedara profundamente dormido.

Nate despertó cuando la luz empezaba a filtrarse por las ventanas, vio la hora y supuso que era tiempo de ir a la reunión. Al levantarse estaba un poco mareado, la cabeza le pesaba y tuvo que quedarse sentado un rato en el borde de la cama para acostumbrarse a la sensación. La habitación de Isak quedaba cerca así que Nathaniel no tuvo problemas en cepillarse los dientes e ir con su pantalón largo de pijama y su camisa, se puso sus gafas y llevó un abrigo por si acaso.

El aire lo hacía reaccionar así que el chico iba respirando hondo mientras se dirigía a la habitación. Tocó la puerta y al segundo toque entró. —Buenos días—. Aún tenía cara de sueño pero, por lo visto, no tanto como Gru. Saluda con la mano y una sonrisa ladina viendo a los presentes; Isak, Brennan, Call y Rose. —Creo que la próxima reunión puede ser en la noche, ¿no creen?—. Sonríe un poco más y ve a Callie, su última conversación sobre el tema del internado no había sido buena así que Nate le dedica una curvatura de sus labios y decide pasar y sentarse en el suelo. —¿Y Cass?—. Pregunta viendo a los demás, en especial a Callie.

Rose se sentía cómoda con aquel grupo de chicos, no podía negarlo y, aunque no estuviera acostumbrada, sentía que esa vez no metería la pata como en situaciones anteriores, por ejemplo cuando conoció a Brennan o como siempre le pasaba cuando estaba con Cole. Rosie sabía que la reunión tenía un fin determinado pero disfrutaba el simple hecho de compartir con personas que no la veían como un completo fenómeno.

La castaña no puede evitar soltar una risa cuando Isak la descubre, en verdad le causaba gracia el atuendo del chico. La castaña cubre su boca con su mano y frunce los labios para no reírse más, luego alza sus manos como si se declarara inocente por algo a lo que aún no la habían condenado. —Yo no he dicho nada, soy inocente de cualquier idea que cruce por tu cabeza.

Nate llega y Rosie alza la mirada para saludar con su mano igual lo hace cuando llega la hermana de Callie, Cassie. No tardan en tocar el tema por el que habían asistido a aquella reunión. Los gestos de Rose, por alguna razón, se tensaron un poco. La chica escucha atentamente y frunce un poco el ceño causando pequeñas arrugas en su frente —¿Qué encontraron?—. Pero su voz es muy baja lo que indicaba que no tenían que darle aquella respuesta.

Rosie traga y ve a los demás —Esa chica tenía que vivir aquí, de lo contrario ¿que haría en una cabaña relativamente cerca del internado?—. Rose relame sus labios y luego toma un respiro llenando sus pulmones de aire, al soltarlo termina de comentar —¿Quién va a llamar?

Nathaniel no era tonto, de hecho había aprendido a analizar a las personas incluso sin tardar demasiado, una ventaja que lo había ayudado en sus entrenamientos se soccer y en una que otra circunstancia en su vida personal. Si bien era muy amigo de Cassie, de Callie y de Gru, sabía que era un completo extraño en toda aquella situación y que eso podía incomodar a unos cuantos. No había estado en la cabaña pero lo cierto es que, cuando Callie le comento todo lo que pasó, se vio increíblemente tentado a estar a su lado, por su amiga y por el internado que, en ese momento, era su único hogar.

La sonrisa de Nate se vuelve más amplia cuando Cassie entra, la chica era como su hermana pequeña y le tenía mucho cariño, además de que llevaba tiempo sin verla, incluso más que Callie. La morena va a parar donde Gru y, por un instante, Nate se siente tantado a cruzar miradas con la mayor para decir un evidente "te lo dije", pero sabe que no era el momento más adecuado para ello. —Te has perdido del mapa, Cassandra—. Nate sonríe con amabilidad mientras ve a la menor, siempre inventaba con los nombres de las chicas, no era raro para él, además que al parecerse tanto los diminutivos tenía que sacarle jugo a todo el asunto. Ve a la chica de cabello oscuro como si quisiera transmitirle que había pasado mucho tiempo y que tenían que hablar.

Nate se arrima un poco en el lugar en el que esta para darle espacio a Callie, sentirla a su lado le da apoyo y seguridad de cierto modo e inevitablemente deja su brazo reposar sobre las piernas de la chica manteniéndose lo más cerca posible. James escucha toda la historia, si bien no estuvo ahí ya sabía los detalles importantes de parte de Callie. Arruga los gestos viendo a Cassie cuando mencionan un nuevo descubrimiento pero no interrumpe y sigue atento a las palabras de su amiga, él también consideraba que llamar era la mejor opción. —Si, supongo que es... importante usar todo lo encontraron a ver si todo este asunto tiene algún sentido.

Nate escucha a Rose y baja la mirada por un segundo analizando. Todos tenían prácticamente la misma edad así que daba igual quien llamaba o no, sin embargo el chico mira a los demás y se encoge de hombros ofreciendo su ayuda. —Puedo llamar yo, si quieren.