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Viernes - 03:32 am

Una noche de pesadillas, algo tan simple como eso había servido de detonante para desatar una serie de eventos desafortunados en un día normal en la vida de Nathaniel. Era el mismo sueño, exactamente la misma escena que se repetía día tras día, solo que esa vez había sido más fuerte y potente que antes. Nunca lo recordaba tan detallado ni menos que se repitiera en frente de sus ojos o de una manera tan realista. Pero ahí estaba, su flamante madrastra, su habitación de niño con sus juguetes y juegos de video, la entrada de su padre, los golpes consecuentes y cuya fuerza no era medida dejándole a Nate profundas cicatrices, no solo físicas si no también emocionales. El chico se despertó sudado, delirante, incluso su corazón parecía salirse de su pecho con cada latido. Nate estuvo cerca de ir a la habitación de Calliope pero, por alguna razón, esa noche prefirió tomar sus medicinas, una dosis grande, solo así podría dormir. No habían pasado ni diez minutos cuando cayó en su cama, sin arroparse, sin poner la almohada como le gustaba, simplemente cayó.

Viernes - 04:00 pm


El día había transcurrido con normalidad. A pesar de no tener clases y que frío le estuviese calando los huesos, Nate trató de que su día fuese lo más parecido a la normalidad. Trató de no toparse con Callie en el camino, de hecho no quería encontrarse con nadie que le hablara o quisiera ser amistoso, no estaba de humor. Solo había tenido unos mareos, pero nada que no supiera controlar al momento o que no hubiese pasado con anterioridad. Nate se vistió en horas de la tarde y decidió bajar a buscar un libro en la biblioteca, con suerte subiría a leer a su habitación y así culminaría su día de nuevo, nada interesante. En el camino se encontró a Grace, mal que bien la chica era una buena compañía y no hacía muchas preguntas. Ambos hablaron del soccer y de la nevada, ella lo acompañó a buscar el famoso libro afirmando que tampoco tenía mucho que hacer. Cuando Nate se estaba estirando para buscar en lo alto el texto del que se había antojado, una fuerte presión nubló su vista haciendo que tuviera que volver a su posición original con torpeza. —Mierda—. Su piel no tardó en palidecer y sus labios se secaron, insistía que estaba bien pero Grace se negó y lo obligó a ir a la enfermería. Por primera vez estuvo de acuerdo, Nate sentía que cualquier tipo de defensa en su cuerpo lo estaba abandonando.

Viernes - 07:45pm

La enfermera no sabía explicar con claridad qué le había pasado a Nate, de momento había sido una baja de tensión. Preguntó si el chico tomaba medicamentos y él supo negar olímpicamente asegurando que no pasaba de unas pastillas para el dolor de cabeza como cualquier estudiante. Para estar seguros de que no le ocurriera nada estando solo, la enfermera consideró que lo mejor era dejarlo por esa noche, iría temprano a darle de alta pero solo por esa noche Nate debería quedarse ahí. Un poco frustrado por el resultado, el chico le pidió a Grace que se fuera, no quería incomodarla y la verdad prefería dormir sabiendo que nadie lo estaba rodeando. La rubia refunfuñó un poco pero terminó por ceder y se fue antes de la hora de despedidas. Nate se quedó solo, con la misma ropa de ese día, esperaba poder dormir y que las horas pasaran rápido para volver a su habitación en menos de un parpadeo.

Sábado - 05:30 am

La enfermera aseguraba que Nate estaría bien, solo le mandó reposo por ese día y unos cuantos calmantes, también mucha agua. Luego de firmar su salida, el chico se fue a su habitación, solo alcanzó a agradecer con una sonrisa, se sentía débil, muy débil.

Nate subió a paso lento, sentía sus pulmones un poco contraídos, le dolía la espalda por la incomodidad al dormir y se cansaba a un ritmo muy rápido. Estaba mejor que el día antes, eso sí, pero le costaría recobrarse y volver a la normalidad. Lo único que el chico quería era acostarse en su cama y dormir, incluso podía soportar llevar la misma ropa y su cabello despeinado, había alcanzado a lavar su cara y sus dientes solo por insistencia de la mujer, nada más. Nate giró la perilla y entró a su cuarto, cerró la puerta pero su sorpresa fue encontrar a alguien adentro, muy instalada como siempre. —Call, ¿qué haces aquí?—. Trata de expresar sorpresa pero sus gestos se notaban cansinos incluso, pasa una mano por su cabello para poder despertarse.
Publicado por J. Nate Seeber Vie Ene 08, 2016 10:53 am
J. Nate Seeber
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¡Hey! ¿Has visto a Nate, no lo encuentro por ningún lado?... Esta bien, seguiré buscando, tampoco que haya podido ir muy lejos

Ni recordaba el motivo por el que estaba buscando al muchacho, posiblemente sólo habría querido pasar tiempo a su lado, hablar de cosas sin sentido como solían hacer cuando estaban aburridos. En cambio, Nate no aparecía por ninguna parte, como si la tierra lo hubiera tragado. Tras buscarlo un par de veces aquella tarde, abandonó la búsqueda, pensando que sería tonto insistir al respecto, insistir en encontrar a alguien que no parecía querer ser encontrado. En la cena lo vería y todo estaría bien, pero cuando la cena llegó, Nate seguía sin aparecer. Callie comenzaba a preocuparse por su amigo, y por eso cuando la cena se dio por terminada, fue a su habitación se puso su pijama y arriba un abrigo de algodón, fue a la habitación de Nate a esperar a que llegará, pero nunca llegó en esa noche.

En algún momento de la noche, ya pasada las cuatro y cinco de la mañana, última vez que había visto la hora, Callie se quedo dormida sobre la cama de su amigo, y no despertó hasta que escuchó como el picaporte cedía para dejar el paso a una persona. Abrió los ojos de manera cansina escuchando la pregunta. Nate no se encontraba bien, estaba pálido, agotado, en su mente comenzó a enumerar todas las cosas que veía mal en el chico, haciendo un escaneo de la cabeza a los pies, e ignorando en su totalidad el aspecto que ella misma brindaba, ojerosa, agotada.

Vi dos cuerpos muertos con mis propios ojos en los últimos tres meses, ¿Qué crees que estoy haciendo aquí? Te daré una pista, no estoy haciendo galletitas para el desayuno Responde con la garganta seca. Estaba feliz de que Nate hubiera aparecido, de que estuviera bien o por lo menos que aparentara que todo iba a estar bien, pero también estaba angustiada. En su mente habían pasado todas las escenas posibles que hubieran llevado al joven a un destino fatal donde ella no podría ayudarlo. Había pensado en todo lo malo que le había podido haber pasado al no encontrarlo en el internado cuando lo buscó, al no verlo en la cena, cuando no regresó en la noche a su habitación. El humor de la joven, teniendo en cuenta esos factores no era el mejor, y si se le agregaba las pocas horas de descanso, era peor.

Mientras hablaba se había sentado sobre la cama para poder mirar de una forma más cómoda a Nate, y tras decir las palabras espera un buen momento antes de volver a hablar. Quería una explicación, no era nada más que eso, y se creía en derecho de poder exigirla dados los últimos acontecimientos. ¿Qué es lo que paso?
Publicado por Calliope C. Rohmer Mar Ene 19, 2016 1:37 am
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La última persona que Nate esperaba ver en ese momento era a Calliope, no, de hecho su argumento estaba mal formulado, quería ver a Callie pero en ese instante no estaba dispuesto a conversar con alguien más. En el camino a su habitación Nathaniel solo podía imaginar su cómoda cama y su mullida almohada, el resto de las cosas sobraban. El chico estaba tan pero tan cansado y había dormido tan mal que solo deseaba acostarse y dejarse llevar por los sueños hasta que despertara y se diera cuenta de que la realidad era mejor que los acontecimientos del día anterior. Estaba agotado, física y psicológicamente lo estaba, no era él y eso se podía evidenciar con un mero vistazo al rostro del chico que no reflejaba nada más que cansancio.

Ella estaba en su cama. Nate no pudo detallar demasiado, pero, por lo poco que pudo ver, parecía haber estado toda la noche esperándolo, no era la primera vez que despertaba en esa habitación, en su habitación. Ambas miradas se toparon, pero Nate tuvo que apartarla de inmediato, Callie lo conocía más que nadie y seguramente pediría explicaciones, explicaciones que él tendría que responder y no tenía ganas para hacerlo. Nate rasca su frente un poco confundido, buscaba en silencio las palabras adecuadas para ser lo más sutil posible. —Lo siento, Callie, por hacerte esperar... tuve una noche agitada, es todo—. Sabía que el internado estaba despertando más misterios de lo usual pero quizás su amiga estaba exagerando.

Nate cierra la puerta finalmente y pasa. Calliope estaba sentada pero él no puede evitar dejarse caer sobre la parte libre de la cama. Nathaniel pone su brazo sobre sus ojos buscando taparse de cualquier indicio de luz. Su espalda agradece el movimiento, era como tocar el cielo. —Nada, me sentí mal y pasé la noche en la enfermería, es todo. Siento no avisar—. Su tono de voz no es muy agradable pero toma un respiro y se quita el brazo de la vista para girar a ver a la castaña. —Estoy bien, solo estoy cansado—. Una sonrisa deforme surge en su boca, Nate tiende su mano hacia la chica. —Ven... no necesito más preguntas, la enfermera fue lo suficientemente terca anoche.
Publicado por J. Nate Seeber Mar Ene 19, 2016 2:27 pm
J. Nate Seeber
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Identifico esa mirada en el chico, por lo menos en aquel segundo que duró. Era la misma mirada que iba antes de cualquier frase que dijera para que dejaran de hablar o lo dejaran de molestar, una costumbre que ella también tenía. Decir que si, que todo estaba bien con tal de que el lugar quedara en silencio o una persona saliera de allí. Abrió la boca para reprochar, pero no supo que decir. Nunca la había mirado así. Nate usualmente solía mantener su mirada, en cambio no lo hacía. Había algo raro y ella lo podía presentir, pero no era capaz de decir que pasaba, sólo sabía con certeza que algo le estaba ocultando. Lo conocía hacía demasiado tiempo como para saber eso, ya lo había visto alejarse de ella, era como si lo hiciera nuevamente, apartarla de su camino y de su vida, pero esa vez estaba doliendo. Era un sentimiento al que no estaba acostumbrada, y le molestaba, sus defensas se activaron. Quería saber que pasaba para poder ayudar a su amigo, quería saber si necesitaba ayuda o qué era lo que ella podía hacer. Quizá de esperar tanto se había vuelto demasiado paranoica y no paraba incluso tras haber visto que Nate estaba bien.

Escuchó aquella explicación con la duda de que algo pasaba. Quería saberlo. Callie se desvivía para ayudar a las personas que quería porque le molestaba que estuvieran mal, no le molestaba ser ella infeliz mientras eso pasara. Quizá se estaba excediendo al ser tan dura con el chico, ella tampoco había dormido nada, y también estaba cansada, eso siempre afectaba su humor. Desvía la mirada de la mano a otro lugar de la sala. Si se acostaba iba a ser peor, su mente no iba a parar hasta que todo estuviera bien, ella no se iba a serenar conocía lo terca que era capaz de ser. Niega en silencio al tiempo que se pone de pie yendo a la ventana. Le dejaba la cama libre al chico para que se pueda poner más cómodo. Nate, te conozco, algo no me estas diciendo. Desde hace tiempo que hay algo que no me dices, pero creí que no era importante. Sólo te quiero ayudar si puedo hacerlo, pero no me apartes, no te puedo ayudar si me dejas al margen Se sintió un poco mal al decir eso, al confesar que en realidad estaba desconfiando de la información que le daba, que desconfiaba de él, pero era la sensación que tenía desde hace un tiempo, y no creía justo pedir honestidad cuando no se estaba siendo sincero.
Publicado por Calliope C. Rohmer Jue Ene 21, 2016 3:34 pm
Calliope C. Rohmer
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En el caso de tener suerte podría dormir en menos de un chasquido de dedos y seguro Callie estaría a su lado, eso siempre mejoraba las cosas. Nate no se quejaba de su compañía, pero en ese preciso instante necesitaba descansar y solo podía pensar en ello, incluso consideraba que el efecto de las pastillas seguía almacenado en cualquier rincón de su cuerpo y no había terminado de salir como dijo la enfermera una vez que le dio de alta. Sus esperanzas se fueron por la borda cuando Calliope se levantó y se fue de su lado, la cama quedaba sola para él, pero el chico no se atrevió a moverse ni un poco, le dejaba la opción de que volviera a su lado, en parte lo necesitaba... siempre la necesitaba.

Nate alzó la vista hacia la chica, tuvo que fruncir el ceño al darse cuenta que una porción considerable de luz empezaba a colarse por la ventana de su habitación, se fijó en la castaña, era hermosa, muy hermosa, ¿siempre se había visto así? En un deje de sus pensamientos quiso decírselo, pero hasta las palabras salían con dificultad.

Callie no aguantó más la curiosidad y empezó a inquirir lo que a Nate le estaba pasando. El chico rueda un poco la vista intentando que ella no se dé cuenta. No quería dar explicaciones, no lo necesitaba, solo quería un abrazo, dormir y saber que al despertar todo estaría bien, ¿era mucho pedir? Nathaniel toma un respiro profundo y gira de nuevo a ver a Calliope, ella merecía paciencia de su parte, pero el chico no estaba seguro de cuanto pudiera ceder en medio de aquella situación. —Call... todo está bien, tranquila, te estas imaginando cosas y lo entiendo, por todo el tema del internado no sería raro—. Pero sabía que ella no se quedaría con eso y que, de una u otra forma, ella necesitaba más. —Anoche no podía dormir y me tomé un medicamento, supongo que me hizo alguna reacción alérgica, me sentí un poco mal en la mañana y Grace me dijo que era mejor ir a la enfermería—. Habla con la misma pesadez de siempre, omite el hecho de que se trata del mismo medicamento, uno que nunca le había sentado así porque precisamente no había tomado una dosis tan grande.

Nate intenta sentarse, lo logra y se apoya al respaldo de la cama casi que arrastrándose en el proceso. —Sabes que a veces no puedo dormir, supongo que la medicina estaba vencida, yo que se—. El chico gira su rostro, la puerta entreabierta del armario daba a ver algunas medicinas. Por un segundo, en medio de la lucidez, Nate considera cerrar la puerta, pero si Callie no se había dado cuenta antes no lo haría ahora. Nate vuelve a mirar a su amiga. —Ven, por favor.
Publicado por J. Nate Seeber Jue Ene 21, 2016 4:30 pm
J. Nate Seeber
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Alguien dijo una vez que la confianza se gana con mil actos y se pierde con sólo uno. Desde que había tenido uso de razón Callie siempre había confiado en ella misma, en sus acciones, en su juicio. Algunos decían que era valiente, otros que era arrogante, no le importaba, porque al final de cuentas siempre iba a tener que vivir con ellas, el resto de las personas podían ir y venir a gusto, pero sabía que ella no se podía perder. Tras los hechos que se fueron dando en el internado, los enfermeros dieron que estaba ilesa, pero no había salido tan inmune del todo. Callie había aprendido a confiar en el internado, en los directivos, en la seguridad que el mismo le daba. Bum. Esa confianza ya no estaba. Seguía confiando en su hermana, en Brennan, en Isak, en Rose, en Nate y en varias personas más, pero parte de la confianza que ella había depositado al internado habían desaparecido, y habían sido reemplazadas por un temor que intentaba mantener al margen para que nadie lo notara. Temblaba al pensar quien podía ser el siguiente, pensar que podía ser uno de sus amigos. La confianza de la joven se encontró inestable, y eso la hacía dudar, la hacía dudar de todo, principalmente de ella misma y la confianza que tenía en aquellos que confiaba ciegamente. Necesitaba comenzar de nuevo, verificar en quien podía confiar. Darse cuenta de que no había nada malo en ello.

Desde hacía un tiempo había sabido que Nate le ocultaba algo, pero no le había dado importancia, porque confiaba en él y sabía que cuando fuera el momento se lo iba a decir, pero debía haber sido el susto al ver que no regresaba en aquella noche o la necesidad de saber que estaba pasando, el poco sueño que le arrebataba el filtro que solía poner a la hora de curiosear, y que sea temprano y que ella nunca se levantaba de buen humor. Algo estaba mal y ella necesitaba que todo estuviera bien. Necesitaba plantearse varias cosas, necesitaba la mente en blanco para poder pensar, no quería más problemas. Quería confiar en Nate, pero le molestaba que le hablara con ese tono condescendiente, que le dijera que imaginaba cosas, ella no hacía eso. Y algo que le molestara en la mañana, solo hacía que sea más impulsiva de lo que normalmente era.

¿Imagino cosas? Pregunta mirando al chico para luego desviar la mirada sin poder creerlo. No puedo, de verdad no puedo creerlo Agrega apretando sus dientes para no sacarle más chorreadas que posiblemente no iban a llegar a nada bueno. Sus manos se cierran en puños y su mirada se va al techo acompañada por el movimiento de su cabeza. Cuenta hasta diez, no sirve de nada, pero lo hace. Esta bien, si quieres verlo así, esta bien. Entiendo No entendía, pero no quería incriminarlo por eso cuando el chico estaba tan destruido que hasta le costaba sentarse en la cama. No quería que los efectos que producían la preocupación y el enojo marcaran la marcha de aquella conversación. Sólo dime si hay algo que pueda hacer Termina diciendo con voz más calmada. No necesitaba preguntarse si seguía confiando en él, lo hacía, sólo quería ayudar, sólo quería saber que él estaba bien. Sólo dime eso, ¿si? Pero no me digas que imagino cosas, porque lo único que imagine fue anoche mientras estaba esperando que volvieras y no lo hacías. Entonces quiero saber si debo preocuparme si esto vuelve a pasar o si simplemente lo tengo que dejar ir pensando "Esta bien Callie, mañana te enterarás si necesitaba ayuda con algo, si le había pasado algo o si todo estaba bien", porque sabes que no me puedo quedar de brazos cruzados

Si no quieres decirme que es lo que pasa, esta bien, lo entiendo. Me duele que no confíes tanto en mi como para contarme, pero es tu decisión y voy a respetarla. Pero no me vuelvas a venir con que imagino cosas porque te conozco, Nate. Hay días en los que algo pasa, no puedes mantener la mirada en nada, te rascas los brazos o las palmas como si tuvieras comezón o no te quedas quieto La joven observaba, era algo que se le daba bien, tener la atención en varias cosas a la vez. Había notado todo eso, y si bien había tenido muchas opciones para averiguar por si misma que era lo que le pasaba a su amigo no lo había hecho porque quería que fuera él quien se lo contara. Odiaba a veces actuar como una madre, protectora tal y como si tuviera cuarenta años en vez de diecisiete.
Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Ene 22, 2016 8:14 am
Calliope C. Rohmer
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Callie, no sigas, te lo pido... no sigas.

Cada vez que Calliope tejía una nueva oración, Nate rogaba porque acabara al instante y no se extendiera, porque ella terminara de caer en cuenta en lo que pasaba y se tumbara a su lado sin decir nada, solo dejando que él acariciara su mano, su cabello, sintiera su aroma cerca de su rostro y pudiese besarla incluso. Nathaniel extrañaba los besos de Callie como nunca pensó hacerlo, era como si algo nuevo saliera de cada encuentro y el chico no pudiese evitarlo, necesitaba de esas sorpresas cada vez más para sentir que estaba vivo, que estaba vivo a su lado y que ella era una de las pocas cosas que lo ataban a tierra.

Sabía que la estaba cansando. Nate conocía a Calliope demasiado y solo le bastaba ver sus gestos para notar que ella estaba harta de sus respuestas dubitativas que no parecían ir a parar a ningún lado. El morocho tiene que girar el rostro, ve a otro lado frunciendo un poco sus expresiones, no quería tener que decir nada al respecto porque si lo decía iba a herir a Callie y prefería estar encerrado en su mundo y torturarse con sus problemas que meterla a ella e involucrarla. Ya era suficiente todo lo que estaba pasando en el internado para que Nathaniel le causara más problemas a la única persona a la que quería a salvo.

Nate gira a tiempo —No hay nada que puedas hacer, te lo dije, voy a estar bien—. Pero su tono no sale como él lo esperaba, al contrario, es más tosco y seco, bajo, de hecho el chico duda de que Calliope pueda escucharlo. Nate aprieta los puños como si eso lo ayudara a contenerse de cometer una tontería. Ella seguía hablando, hablaba y hablaba sin parar, llega un punto en que Nate no sabe si la está escuchando o si solo está pidiendo en su mente que llegue el final de todo aquello. Siempre le había gustado escuchar a Callie, amaba el tono de su voz, amaba cuando se enojaba o cuando se ponía triste y huía de todo... adoraba a aquella chica, pero ella no parece entender que él solo quería evitarle más problemas, una carga más y Callie acabaría por explotar, él no quería eso, no lo quería.

—¡Call, basta!—. Y esta vez sus ojos parecen encenderse, sus gestos se endurecen y ve a Callie directamente a los ojos. Ella había notado sus síntomas, no la culpaba, eso podía pasar, pero no pensaba que llegara tan lejos a indagar que se trataba de algo más. Nate se para, de pronto parece haber recobrado sus fuerzas, pero es solo el enojo y la frustración lo que lo mueve y se da cuenta al tambalearse en cuanto se encuentra de pie, había sido muy rápido. El chico pasa una mano por su cabello, estaba sudando de nuevo, se relame los labios y nota como su piel tiembla, se gira a Calliope, no podía contenerse más, tenía que decirlo antes de volver a caer. —Tomo medicamentos desde hace años, después de que pasara lo de mi papá—. Su mirada sigue fija, helada, sin expresiones, lo dice como si fuese un secreto obvio. —No como una cura, los tomo como... como si fueran una especie de droga. Como si consumiera medicamentos... es lo único que me mantiene calmado—. Confiesa de la misma forma, sin rodeos. Le dolía decir todo aquello más de lo que dolía que Callie lo estuviera escuchando. —Anoche abusé porque no podía dormir, nunca me había pasado... no quería que nadie se diera cuenta, Calliope—. Se gira un poco hacia el armario. —No es algo que me interesa que las personas sepan, ni siquiera tú. Tampoco Gru, Isak, Cassie... nadie, menos tu—. Gira su rostro un poco, no puede verla de lleno pero si su silueta. —No quiero meterte en ese asunto, Call. Nunca desee hacerlo. Tenía que detenerte, por eso lo dije, no quería... juro que no quería...—. Aprieta sus puños de nuevo y toma una bocanada de aire. —...no quería gritarte, no quería que todo empeorara.
Publicado por J. Nate Seeber Vie Ene 22, 2016 9:13 pm
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Lo cierto también era que no había investigado porque no quería leer algo que no quisiera leer. Había dejado que la decisión sea de Nate, no le gustaba y eso lo dejaba en claro. Se había mantenido con los brazos cruzados mientras hablaba, distante en aquel cuarto que una vez había visto como una extensión del suyo, pero que en ese momento no le parecía ni acogedor ni agradable, se sentía en un lugar extraño en el que no era bienvenida, pero del que no se retiraba porque se negaba a marcharse con esa sensación. Era el cuarto de Nate y era Nate, ella era terca y él también, pero siempre lograban arreglar las cosas, solo necesitaba un momento para poder calmarse, serenarse y pretender que no se iba a meter en la vida de Nate por más que tuviera todas las ganas de hacerlo. Continuo hablando, porque quería que lo que estaba diciendo quedara en claro. Ella estaba ahí y quería ayudar, pero esperaría a que le pidieran la ayuda antes de moverse, lo único que necesitaba era sacarse ese peso de preocupación que había cargado desde que no había visto al muchacho y no sabía que había sido de su vida.

Estaba por explicarle porqué no había investigado, porqué había dejado esas anotaciones en su mente sin decir nada ni a su propia hermana, pero el grito de Nate la calló e hizo que se pusiera derecha ante la sorpresa. La última vez que recordaba que le haya gritado había sido para llamar su atención, ya sea en el pasillo porque ella no lo había visto o en algún otro lugar, pero nunca le había gritado así. Se quedó muda por un momento, meditando las opciones de gritarle de nuevo o mandarlo a callar a él. En realidad, tampoco recordaba cuando había sido la última vez que alguien la había mandado a callar, exceptuando a Gru que cada tanto soltaba esas cosas, pero nunca con mala intención. Estaba sorprendida de que hubiera sido Nate, tampoco creía que fuera para tanto, no estaba diciendo nada malo desde su punto de vista, le estaba dando espacio, ¿no era eso lo que él quería o había interpretado mal? No es capaz ni de reaccionar cuando el chico se tambalea y tiene que acomodarse para recuperar el equilibrio, pero eso es suficiente para que le lance una mirada de desaprobación hacia aquel grito que había lanzado, recobrando así su sentido y cambiando su cara de sorpresa. Aunque no le gustaba, y estaba en contra de eso, se quedó callada para escuchar lo que le iba a decir.

No estaba segura si la verdad que Nate le acababa de decir o no. No había imaginado nada así, tampoco era que se hubiera puesto a pensar, no había querido hacerlo, siempre que veía esas cosas que antes había nombrado pensaba en otra cosa, como lacrosse o deberes o cosas para leer. De lo que si estaba segura era que estaba molesta. Apretó sus brazos cruzados, sus labios se apretaron hasta formar una línea y dejó caer todo el peso de su cuerpo sobre una pierna. No podía evitarlo, Callie siempre había sido así de corpórea y expresiva, si algo no le gustaba tenía que decirlo y si no lo decía casi siempre estaba escrito en su cara y en la expresión que tomaba todo su cuerpo.

Para ser tan listo a veces eres un poco tonto Es lo primero que dice, sin poder evitar que su voz salga dura, mira a la pared antes de volver hacia Nate, dedicando una mirada entre la exasperación y calma por saber la verdad. Necesitaba tiempo para procesar la información, pero si tenía claro que cuando algo malo pasaba una sombra siempre quedaba en la persona afectada. Ella había sufrido ataques de pánico, por ejemplo, y temía volver a sufrirlos. Nate había buscado una salida al dolor que sentía dentro de él, y ella no podía culpar al chico por eso, la culpa volvía a ser de su padre, tan descuidado y egoísta. Y pesé a toda la información que pasaba por su mente, sólo podía pensar que podría haber sido peor, pero no estaba segura de que grado tenía la dependencia de su amigo. ¿Crees que a mi me importa algo de eso? Que me metas en problemas, claro. Nate, hubiera ido al bosque a mitad de la noche para buscarte de ser necesario. No me interesa meterme en problemas. Lo que me importa es que no confiaras en mi para decirlo. Te hubiera ayudado, tonto. Te hubiera ayudado a buscar una solución a que no tengas que recurrir a eso cuando no puedas dormir a que no llegaras tan lejos Trata de no levantar el tono de voz, pero se podía sentir lo forzada que la misma se encontraba mientras hablaba en un volumen relativamente bajo. Demonios, Nate, ¿Qué estaba pasando por tu cabeza?
Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Ene 22, 2016 10:11 pm
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No recordaba cuando algo tan sencillo se había convertido en un vicio tan peligro. Si, era peligroso. Nathaniel no era tan estúpido y, aunque sabía que hacerlo estaba mal, tenía en cuenta que medicamentos tomar y cuáles no, qué cantidades y en qué puntos no abusar. Aunque a veces el chico quisiera tirarlo todo por la borda estaba seguro que no quería morir en el intento, por lo menos no tan pronto. Había abusado esa noche sin saber y creía que era mejor atribuirle todo eso a los sucesos del internado y el malestar que eso le causaba. No quería ver a sus amigos metidos en aquel embrollo y resulta que lo estaban, lo estaban hasta el cuello.

No recordaba la primera vez que había tomado un medicamento, no al menos por esa razón. Nate acostumbraba a tomar medicinas para el dolor de cabeza, una fiebre, una gripe, un dolor de estómago o cuando se cortaba jugando soccer, pero nunca para calmar su dolor y para llenar los vacíos que le producían estar en ese estado. Lo hizo incluso antes de la pelea con su padre, una noche que su progenitor lo dejó varado en un acto de su escuela por una de las estrafalarias reuniones de su esposa. Al llegar a casa, Nate sabía que el jarabe lo ayudaba a dormir y le daba sueño, como pudo llenó una pequeña tapa más de la cuenta y se la tomó, durmió plácidamente hasta el día siguiente a pesar de estar dopado a la hora del desayuno.

Desde ese momento se había convertido en una salida, una salida que aumentó luego de la discusión con su padre. Al llegar al internado el chico estaba seguro que podría detenerse, pero no tomaba en cuenta que las pesadillas lo perseguirían hasta Escocia y que además entraría en otro mundo bañado en misterios. Pensó decírselo a Callie más de una vez, pero se dio cuenta de que ocurría algo como eso, como lo que estaba pasando y todo por su torpeza de omitir que ella iría a buscarlo, ¿cómo pudo ser tan idiota? Callie seguía de frente, Nate estaba seguro de que la había asustado con sus gritos y que probablemente él no fuese el único con un remolino dentro de sí. Hacerla sentir mal era algo que Nate no quería bajo ningún concepto, lo hacía sentir miserable y muy patético, Calliope era una de las bases que lo ataban a ese lugar, ella no tenía ni la remota idea de lo que significaba para él.

Nate gira cuando la escucha, esperaba un comentario similar y por eso no dice nada. El corazón del chico bombea con fuerza y sigue experimentando la sensación de estar débil por fuera, seguía en pie, pero no sabía si podría seguir así todo el día. De vuelta al ruedo, Callie empieza a hablar con la misma rudeza y velocidad con la que lo hacía antes. El chico camina un poco, necesitaba estirarse y tomar aire, aunque, en ese preciso momento, el aire no estaba llegando a sus pulmones y se sentía encerrado aún en su propia habitación, habitación que más de una vez había sido testigo de muchos momentos agradables con Calliope. Nate pasa una mano por su boca, ella seguía y su voz de nuevo lo estaba enloqueciendo, la necesitaba, la necesitaba, pero si seguía así tendría que alejarla por su bien. En un momento inesperado el chico da un puño a la puerta, uno fuerte, con el lateral, no rompe la puerta, pero escucha como se desencaja una que otra tuerca en el proceso, no se queja, no puede sentir dolor.

Nate respira cayendo en cuenta de lo que acaba de hacer, aún le da la espalda a la chica, su respiración es agitada y siente como suda, no puede distinguir si es calor o frío lo que está sintiendo en ese instante. —Nada, por mi cabeza no pasaba nada—. Susurra. Toma un respiro y gira a verla de nuevo, no quería acercarse, era como si temiese mancharla. —¿Qué iba a pensar un niño abandonado? —. Alza sus brazos como si no hubiese respuesta para eso. —Mi padre prefería a su mujer antes que a mí, Call. No iba a mis actos, no abría los regalos conmigo en navidad, no hablábamos. Yo era un título nada más para él, uno de tantos—. Nate pasa una mano por su cabello. —¿Qué iba a pensar un adolescente que fue acusado de algo que nunca cometió? Catorce golpes, Callie, catorce, y todavía los llevo aquí...—. Señala sus sientes en un intento de que comprenda. Poco a poco él se acerca a su amiga —... aquí, aquí. Y te puedo jurar que los contaba porque no podía creer que pensara que yo pude hacer algo así, con su esposa, ¿yo, tocarla?—. Niega desesperado como si esa vez tuviese que convencer a Callie. —Jamás. Era una mujer hermosa, si, era una joven preciosa, pero... ella nunca fue mi mamá. Día a día la veía aprovechándose del dinero de mi papa, día a día la observaba como derrochaba los lujos que teníamos. Lo único que no pude ver fue lo que vendría, nunca pensé que ella hiciera lo que hizo—. Sus ojos estaban nublados, Nate estaba confundido, como si ese misterio aún no se saldara. Sin darse cuenta estaba frente a Callie.

—Te lo pido... no más. Tengo que entender, sí, tengo que entender y tengo que sanar, pero por favor, ahora te necesito a ti, no al pasado—. Él toma su rostro en un gesto desesperado y apoya su frente con la suya, esperaba no lastimarla con su necesidad de tenerla cerca. —Por favor.
Publicado por J. Nate Seeber Miér Ene 27, 2016 2:54 pm
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No creía estar diciendo algo malo, todo lo contrario. No se había enfadado porque tomara medicamentos de más, no lo comprendía, ella odiaba cualquier pastilla, jarabe y hasta ir al médico, pero si entendía que era difícil para él. Quería decirle que lo apoyaba, que estaba ahí para él, pero no se dio cuenta de lo que le recriminaba y como afectaba a Nate hasta que el golpe en la puerta casi la hace dar un salto, hubiera saltado de no ser porque estaba demasiado concentrada en lo que decía, manteniendo sus sentimientos alejados de esas palabras. Si se queda en silencio, pasando una mano por su cabeza, evitando su mirada, dándose cuenta de su error. Los alejaba, las palabras de ella solo creaba más espacio entre ambos. Los dos hablaban con enojo diciendo cosas que no habían dicho nunca, y se daba cuenta de lo egoísta que estaba siendo, pensando en ella y no en aquel chico. En su interior algo dio un vuelco y de pronto se sintió vacía, era la culpa, darse cuenta de que si era capaz de ser tan fría como todos decían, tan distante con las personas.

No se intimido ante las palabras que Nate le decía, ante sus movimientos rápidos y fuertes. Se quedó en su lugar mirando un punto muerto, asimilando cada una de las palabras sin querer ver. No sabía como reaccionar a aquello. Hacía cinco años había quedado encerrada con su hermana, pasando varios días sumida en la oscuridad. Había traído consecuencias, en especial por la noche, Nate siempre había estado ahí para encontrar la palabra o los gestos necesario para calmarla. Ella no sabía hacer eso. Solo había descubierto una forma de lastimar más a aquel chico que tanto quería. Tarda en levantar la mirada por más que Nate tiene su cara atrapada, cuando lo hace, lo hace lentamente, arrepentida de todo lo que había dicho solo por miedo, aquel sentimiento al que estaba tan acostumbrada, pero que aun así se le hacía extraño en su cuerpo, siempre queriendo sacarlo afuera, siempre queriendo olvidar y esa vez no había sido la excepción. Callie sabía lo que era despertarse entre gritos, acostarse con temor y hasta perder el control por miedo, pero lo del día anterior había sido diferente. No solo había sido terror, tenía de eso, pero a diferencia de lo que le producía la oscuridad o los espacios cerrados, perder a Nate se sentía mucho peor, que le hubiera pasado algo y ella no hubiera estado ahí era peor que cualquier cosa que hubiera sentido.

Se lleva una mano a la mejilla, donde Nate tiene su mano y la toma, separando aquel contacto de ella pero entrelazando sus dedos con la misma. Tranquilo No era lo que quería decir, pero era lo que había salido, mientras llevaba su otra mano a la mejilla del chico y retrocedía un paso para poder mirarlo mejor. Odiaba esa palabra, nunca servía para nada, uno no controlaba estar tranquilo o no. Lo recordaba perfectamente de los ataques de pánico que había sufrido, ninguna vez de la que le dijeron que se calme había funcionado, porque no podía hacerlo, estaba fuera de su control. Le suelta la mano para llevarla a su hombro y lo acaricia para que se tranquilice. Lo siento Acaba diciendo antes de avanzar un paso y darle un abrazo, teniendo que ponerse en puntitas para poder llegar a su altura, y a pesar de eso quedaba más baja. Lo siento, Nate, yo no quería presionarte, solo... es que anoche me asuste mucho cuando no te había visto en todo el día y no regresabas y, a veces no uso mi cabeza cuando estoy asustada. No quería hacerte enojar Explica apretando al joven con más fuerza en sus brazos.

Nate había sufrido, había sufrido mucho en su infancia, merecía paciencia, al igual que todo el resto, merecía más que mil oportunidades. Se queda un buen rato en aquella posición, por lo menos es lo que es para ella, mientras esperaba que la respiración del joven dejara de ser agitada. Estoy aquí, Nate, siempre voy a estar aquí, no me importa cuantas veces me grites, ni cuanto me moleste que lo hagas. No me voy a ir Comienza a decir bajando sus talones y volviendo a generar una pequeña distancia entre ellos. Nuevamente acaricia su mejilla, mostrando una sonrisa pequeña. Te quiero, ¿Si? Sólo me preocupo por ti, esta vez fui demasiado lejos, no debí hacerlo, pero tienes que saber que no puedes tapar un problema con otro. Tienes que encontrar otra manera de salir adelante, sin depender de nada ni de nadie. Yo te puedo ayudar, y sabes que intentaré hacer todo lo que este en mis manos para poder darte una mano, pero el que tiene que salir adelante eres tu. No dejes que tu pasado sea tu prisión, no dejes que te tiré abajo, porque mientras más te hundes, más difícil será llegar a la superficie Se vuelve a poner en puntitas para dejar un beso en el mentón de Nate y cuando baja lo jala para que vaya a la cama. Vamos, necesitas descansar, al menos estar acostado
Publicado por Calliope C. Rohmer Miér Ene 27, 2016 8:52 pm
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