Whispers in the Dark
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Últimos temas
» ▲ Inscripciones a la TGF
Only the good die young  EmptyDom Nov 06, 2016 9:33 pm por J. Nate Seeber

» More than Blood —PRIV. Elliot Rhodes
Only the good die young  EmptyDom Nov 06, 2016 4:23 am por Elliot Rhodes

» Noche sin estrellas.
Only the good die young  EmptySáb Nov 05, 2016 8:51 pm por Brian Downer

» Friendly fires — Isak
Only the good die young  EmptyLun Oct 24, 2016 12:05 am por Isak T. Bruhn

» ▲ Petición de rol
Only the good die young  EmptySáb Oct 22, 2016 11:27 am por Brian Downer

» Darling, SO IT GOES (BRIAN)
Only the good die young  EmptySáb Oct 22, 2016 10:56 am por Brian Downer

» Pared Pintarrajeada [MT#3]
Only the good die young  EmptyJue Oct 20, 2016 12:08 pm por M. Yvette Gunnhild

» 2 – 9 – 8 – 3 – 2 [MT#3]
Only the good die young  EmptyMiér Oct 19, 2016 9:46 am por M. Yvette Gunnhild

» Something happened [Xavier R.]
Only the good die young  EmptyMar Oct 18, 2016 9:15 am por Benjamin Lewis

» Power [Benjamin & Mathias]
Only the good die young  EmptyLun Oct 17, 2016 6:43 pm por Benjamin Lewis

» ▲ Desbloqueo de tramas
Only the good die young  EmptyLun Oct 17, 2016 10:03 am por M. Yvette Gunnhild

» Wildfire
Only the good die young  EmptyDom Oct 16, 2016 11:09 pm por Xavier D. Rhodes

Afiliados del Foro
Afiliados Hermanos - 6/6
Directorio - 6/6
Afiliados Elite - 33/33 - Última Limpieza: 24 de septiembre - Cerrado
Only the good die young  SH3v5Xc

Only the good die young

Martes, 08 de marzo de 2016. 18 pm aproximadamente. Canción.


Tirar la toalla siempre me ha parecido el recurso fácil; el camino que siguen los débiles, los aterrados, para no tratar de ganar el pulso a la vida. No recordaba un momento de mi niñez en el que no estuviese intentando saltar todos los obstáculos que encontraba en mi camino, ya fuera en forma de abusones, malas miradas o desprecio por mi particular forma de ser. ¿Piensas que ser un bicho raro es fácil? ¿Que fingir que odias al mundo de la misma forma que te odia a ti no duele? Porque estás muy equivocado.

A esas alturas el cansancio y la convicción de que todos los pasos dados no me servían de nada estaban a punto de vencerme. Me sentía una persona que actuaba por inercia; que respiraba porque no le quedaba más remedio.
Por costumbre.
Quería soltar la carga que siempre llevaba en la espalda de una maldita vez y... ¿Y qué?
¿Qué vas a hacer, Jack, si pierdes tu esencia? Si dejas a un lado lo único que te mantiene con vida, lo que te hace seguir adelante, ¿qué te queda?

Nada; el vacío más infinito. El abismo que en ese momento se abría ante mis ojos.

Me escabullí aquella tarde del entrenamiento de atletismo sin sentir remordimiento alguno. Un par de meses atrás actuar así no se me hubiera pasado por la cabeza, pero las imágenes de la fatídica noche en el bosque y la carta que aún guardaba en el bolsillo quemaban poco a poco los recuerdos de quién fui. Poco me importaba un castigo, una regañina o descubrir en mi entrenadora una mirada de decepción. Que se los guardase para su madre, que seguro que los apreciaría más que yo.

No solía pasear por los acantilados cercanos al internado. No es que me asustaran las alturas ni nada así, pero prefería mantenerme a salvo en una zona donde el suelo fuera estable y no corriese riesgo de despeñarme. No obstante, decidí convertir aquel lugar alejado en mi nuevo escondrijo hasta que llegase la hora de la cena. Nuevos tiempos, nuevas reglas. Sin comprobar si había gente por allí, ya que el resto de presos del internado me importaban más bien poco, me acerqué hasta el borde. Por un momento sentí el impulso de saltar. Dicen que es típico que las personas encuentren en sí mismas esos puntos suicidas cuando su subconsciente detecta el peligro, mas no puedo asegurar que mis ganas no fueran reales. Me apeteció, aunque no lo hice.
Terminé dando un tirón de las mangas de mi chaqueta vaquera hasta que mis manos quedaron completamente cubiertas y permanecí de pie, mirando al vacío sin fijar la mirada en nada en especial. La expresión de mi rostro, tan ausente como de costumbre, continuó anclada en la más absoluta inamovilidad.

Sabía que el viento era frío pero no podía sentirlo. Coger un catarro sería el más pequeño de mis problemas.
Tampoco me importaba.
Publicado por Jack A. Hudson Mar Abr 26, 2016 9:43 pm
Jack A. Hudson
sexto curso
Jack
Only the good die young  Dn3HJg7
424
478
Amadeus Serafini
I know I could have been a better man. I always had to have the upper hand. I’m struggling to see the better side of me but I can’t. Take all your jabs and taunts. You’re pointing out my every fault and you wonder why I walked away.
sexto curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t241-hudson-john-jack-

ONLY THE GOOD DIE YOUNG
«Cree solo en la mitad de lo que veas y en nada de lo que escuches»



                                        A veces, el hombre se llena de cargas y pesadumbres espantosas, ancladas en un pecho atormentado por la duda de una vida maltrecha. No soy quién para juzgar pero… ¿De verdad, debería compadecerme? ¿Sentir lástima alguna? El dolor es una opción, aunque el corazón desesperado guarde consigo una amargura insoportable. ¡Y qué me importa a mí! Ya he dejado atrás mis dolores, pero no mis rencores. Entonces, para rehuirle a las voces del pasado, a qué no me implanten pesadillas, recorro cada vez que puedo los alrededores de un internado sombrío. Antiguo. Oculto del mundo. He de admitir que jamás permito darme pena, ni la doy. Se trata de una gran ridiculez vivir como un mártir, y ahogarse en un vaso de angustias saladas. Temo informar, que para mí, no son más que mentes patéticas que sólo son capaces de involucrarse con su propio mundo, impidiendo el acceso a otros. Eso una aberración al verdadero alma que ruega por libertad, a perdón y misericordia. ¿Tendré yo misericordia por mis pecados?

    Oh, padre, hoy he pecado. Dije una vez a un cura, muy joven y atractivo, era nuevo en su campo. Me respondió: ¿En qué ha pecado, jovencita? Y yo, sin indulgencia y escrúpulos, no pude más que contestarle: He deseado que sus atributos masculinos, entren en mi cuerpo. Tenía catorce años, era la primera vez que pisaba un confesionario. ¡Figúrese! La primera y última.

    No hace mucho que el atardecer pereció en un suspiro lejano. Forcé a mi cuerpo a las temperaturas bajas, escudada por un gran saco que me llega a las rodillas. El cabello se airea, revoloteando al son de una ventisca descarriada, pero, aún me permitía mantenerme en una postura gallarda, en tanto, mis ojos no reparan en observar el desolado paisaje. Se siente solo, pidiendo socorro con su escalofriante oscuridad y afonía. Transité ajena, respirando con goce porque vivir, me es abstracto.

    Entonces observé una silueta borrosa, más nítida conforme acercaba mis pasos. El silencio, el sigilo y la audacia de saber permanecer en cautela, me beneficiaron para no molestarte en tu temporal meditación. Estabas de espaldas… y es tan sencillo empujarte, ayudarte en el baile de tu dudosa crisis. Oh, discúlpame,  mi imaginación en su estado mórbido hace de mí una fémina vil. Pero no. Encuentro mejor provecho en ser tu compañía muda. Ladeó el rostro, descifrando si nos hemos visto alguna vez, parece que sí, en los pasillos pero jamás nos hemos interesado por la existencia del otro ni por un momento. Acaricié levemente mi congelada mejilla, abrazándome a mi misma ante una estación fatigosa. Humedecí mi boca, admirando la negrura del abismo. No calculé los metros, supongo que es altísima.

     Perfilé de ti, un resplandor serio, rudo, desagradable… no por feo, sino por un carácter radioactivo. Una explosión llena de agresividad y tintes rojos.  
    —¿Frecuenta mucho este lugar para pensar? —Acerté en preguntar tranquila, cómo si os conociera desde el principio de los tiempos, poseía un deje de confidencia esotérica—: Si es así, ¿desea qué me vaya?


Publicado por Giannina I. Visconti Mar Abr 26, 2016 11:41 pm
Giannina I. Visconti
séptimo curso
Nina
Only the good die young  BFDkOBH
74
143
Emily Didonato
Querido, soy un animal anfibio; todo lo amo, todo me divierte, quiero unir todos los génereos.
séptimo curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t525-visconti-isabel-g
En aquellos días no encontraba actividad más productiva que recorrer cada rincón de mi mente en busca de respuestas; respuestas en forma de recuerdos en los que hallar el momento exacto en el que mi madre adoptiva comenzó a odiarme.
Momento que yo no supe ver.
Siempre me regañaba por mi comportamiento. Si no me apetecía salir de casa, manteníamos una disputa por culpa de mi sedentarismo. Si me pasaba horas enganchado a Internet, acababa dando golpes en la puerta del dormitorio con la escoba hasta que apagaba en el ordenador. Si le decía que pasaba de tener amigos, se enfadaba y trataba de hacerme ver que no llegaría a ningún lado sin una persona en la que apoyarme.
Pero, al final del día, siempre tenía una sonrisa y un abrazo para mí.
Me resistía a creer que las noches de cine, en las que yo escogía una película de estreno que ver los tres juntos para posteriormente debatir sobre ella, eran falsas. Diecisiete años de mi vida no podían estar erigidos con engaños. Me parecía imposible.

Y, sin embargo, estaba seguro de que la caligrafía de la carta le pertenecía. Quizá el estrés actuaba como manipulador de mi cerebro hasta hacerme creer que se trataba de su letra, pero no me sentía capaz de convencerme de lo contrario. Sin una llamada telefónica que me recordase de que en Manchester aún quedaba un espacio pequeñito para mí, seguiría creyendo que la vida de John Alexander Hudson se había derrumbado.

Permanecí sin mover ni un solo músculo hasta que escuché una voz femenina a mi espalda; una voz de timbre desconocido que no supe vincular a una cara en particular. No era bueno a la hora de asociar caras o nombres, quizá por mis inexistentes ganas de relacionarme con otros seres humanos. Me apetecía tantísimo compartir mi espacio personal con otro individuo -nótese la ironía- que mi rostro esbozó una involuntaria mueca de desgana. Suspiré con cansancio a los pocos segundos, mientras optaba por girar la cabeza en dirección a la chica. Si bien ella había demostrado cierta valentía al atreverse a hablar conmigo, yo no estaba dispuesto a perder mi tiempo con nadie. La superficie de los acantilados era lo suficientemente grande para que los dos estuviéramos allí sin molestarnos el uno al otro.

De hecho, siendo así de grande, ¿para qué me había hablado? ¿Tantas ganas tenía de llevarse una respuesta cortante? No es por sonar presumido pero en Dunkelheit la gente me conocía; sabían perfectamente cómo se las gastaba el chico de cabello largo. Entonces, ¿para qué me hablaba? ¿Quería irse llorando a reconocer ante sus amiguitas que Jack Hudson era un asqueroso?

Si lo hago o no, no te concierne. —respondí al momento con esa simpatía que me caracterizaba, sin molestarme en disimular la molestia que sentía. Jack Hudson no era de esos. Metí ambas manos en los bolsillos de mi pantalón y, decidido a ignorarla, volví a dirigir la mirada hacia el frente.

No obstante, la técnica de ignorar para espantar no funcionó aquella vez. Giannina volvió a dirigirse hacia mí. Fruncí el ceño al escucharla, sintiendo que sus palabras chirriaban un poco dentro de mi cabeza. Si bien los británicos tenemos la costumbre de ser muy formales, la excesiva escrupulosidad de su vocabulario me resultó chocante. Ningún alumno con el que me hubiese tropezado en el internado hablaba así si no se encontraba en presencia de un profesor. Mucho menos si la persona que tenía enfrente era de menor edad.

¿Quizá ella actuaba de esa forma para burlarse de mí? A pesar de no conocer su nombre sí recordaba haberla visto por los pasillos de Dunkelheit con compañías poco apropiadas. A saber, la barbie del Todo a cien y sus secuaces descerebrados. No me hubiese extrañado lo más mínimo que Grace se dedicase a coaccionar a sus amiguitos en contra mía.
Aunque si mis ideas se acercaban a la realidad, estaban a punto de llevarse esos niñitos de séptimo un golpe en toda la cara. A Jack Hudson no lo fastidia quien quiere, sino quien puede.
Y chicos que no juntaban ni tres neuronas cuando estaban todos juntos desde luego que no podrían.

Haz lo que quieras. No tengo autoridad sobre este terreno para exigirte que te vayas. —apunté con la mayor indiferencia que pude, encogiéndome de hombros. No me molesté en mirarla de nuevo. Prefería mantener la distancia con mis enemigos -o con aquellos que yo creía en mi contra-. —Pero si piensas quedarte, te recomiendo hablar con menos formalidad. Ni soy profesor ni me impresionan los modales pulidos.

Me pareció que demostrarle que no me fastidiaba en absoluto su presencia se trataba de una jugada maestra. En esos momento estaba casi seguro de que iba ganando aquella contienda que solo existía en mi cabeza.
Maldito Jack, ¿por qué tienes esa horrible manía de creer que todo el mundo va en tu contra?
Publicado por Jack A. Hudson Dom Mayo 01, 2016 2:03 pm
Jack A. Hudson
sexto curso
Jack
Only the good die young  Dn3HJg7
424
478
Amadeus Serafini
I know I could have been a better man. I always had to have the upper hand. I’m struggling to see the better side of me but I can’t. Take all your jabs and taunts. You’re pointing out my every fault and you wonder why I walked away.
sexto curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t241-hudson-john-jack-

ONLY THE GOOD DIE YOUNG
«A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.»



                                        El tormento, la malicia, la vil lucha del cazador y la presa, no deben fomentarse ridículamente sin análisis, pues luego no habría espectáculo excepcional del cual vanagloriarse.
¿Aún no comprendes de qué hablo? Déjame explicar entonces, en términos que le permita comprender: No vengo a incordiarte, alardear con arrogancia sobre quién es mejor jugador, o algún cuestionamiento parecido del que puedas imaginar. No. Quién obre irracionalmente sin medir las proporciones de los efectos de sus picardías, el provenir repercutirá cruelmente... Quién sabe, a futuro tú podrías ser la pieza de un puzzle, ¿entonces para que enemistarnos cuando puedo utilizarte? Debo confesar, que siempre me ha parecido estúpido ejercer el mal a quién ni debería dedicarle cinco segundos de mi vida sin ningún objetivo en específico. El tiempo es efímero, se nos escapa entre las yemas de los dedos como granos de arena, así qué, no sería capaz de malgastarlo para inmiscuirme en una existencia que me es indiferente.

    La brisa me seduce, refrescada por la menta que aún se conserva en mi boca. Restriego las manos, despacio, emulando una bola de calor que apenas llega a la tibieza. Me dejé los guantes, ahora mis manos padecen de palidez extrema.

    —Si lo hago o no, no te concierne.¿De qué estás molesto? ¿De mí? ¿De ti? ¿Con batallas invisibles y paranoicas transformadas en fuego puro? Que curioso es, que algunos buscan aferrarse a la vida y otros la detestan con un fervor inmundo. Cada esquina que contemplan, cada minuto vivido es todavía más insoportable, especulando en una soledad atroz de pensamientos inútiles, pudiendo usarla para actividades productivas. Yo, por lo menos, no comparto la lamentosa depresión que poco a poco crece sobre los alumnos del internado.  

    La tragedia humana, me divierte. Cometen la osadía de ahorcarse con una soga suicida que ellos mismos anudan en sus cuellos, una imaginaria y suficientemente mortífera para que nadie les ayude. Por mi parte, preferiría ayudar a ajustarla.

    —Haz lo que quieras. No tengo autoridad sobre este terreno para exigirte que te vayas. —Ir en contra de tus deseos, es un poco hipócrita, ciertamente. Observé el firmamento infinito, en sus matices rojos y nauseabundo gris opaco, no te he mirado, escuchando de nuevo tu voz disimulando potencia. Seamos sinceros: Quieres rugirme. No es tu culpa, el gen del hombre primitivo corre por tus venas—: Pero si piensas quedarte, te recomiendo hablar con menos formalidad. Ni soy profesor ni me impresionan los modales pulidos.

    —Lo siento —excusé en calma—. No puedo hablar informalmente a alguien que todavía no conozco. Supongo… Que no sé ser una chica de vocabulario corriente —llevé las manos a los bolsillos. Viré el rostro despacio, dirigiéndome a ti en una expresión veraz, escudriñé las facciones duras, el porte de rabia y la misteriosa amargura que se ancla en tu mente. No volví a hablar, dándote a entender que no iba a importunar vuestra tranquilidad, entonces, el mutismo es quién toma el control de ésta extraña escena.

    Sonreí amena. Estoy segura que no tendrás las agallas de crear una conversación, no eres como los demás, lo sabes y lo sé. Crees ser de una especie superior por jugártelas de misántropo, e intentar provocar a otros, lo que te atormenta. Un mero espejo del que no desearías verte. Lamento decir, el odio desmesurado no será quién evite todas tus desgracias. El inocuo silencio se rompió cuando estornudé de sorpresa, usé el antebrazo, al recomponerme, toqué la punta de mi nariz. Está helada. No se escucha respiraciones, ni suspiros, estoy sellada como una tumba, de la cual por dentro se pudría.

    —Ha sido grato acompañarte —caminé despacio por dónde vine—, pero va siendo hora de que regrese.


Publicado por Giannina I. Visconti Lun Mayo 09, 2016 2:41 pm
Giannina I. Visconti
séptimo curso
Nina
Only the good die young  BFDkOBH
74
143
Emily Didonato
Querido, soy un animal anfibio; todo lo amo, todo me divierte, quiero unir todos los génereos.
séptimo curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t525-visconti-isabel-g
El pasar de los silenciosos minutos azuzaba más la ira que ardía en mi interior, acumulada durante semanas de mutismo y pensamientos pseudosuicidas. Me había convertido en una bomba de relojería que se accionaba al más ligero roce.
No sería aquella la última vez que mi mente confeccionaba la imagen de un Jack siendo engañado por el resto del mundo, convirtiéndolo/convirtiéndome -ante mis engañados ojos- en una especie de mártir contra el que todos lanzaban piedras. No sé reconocer qué se acercaba más al límite de lo molesto: pensar que aquella muchacha pretendía incordiarme con su presencia para convertirme tiempo después en el foco de las risas de sus amiguitos o ser capaz de imaginar que alguien tuviese la intención de jugar conmigo.
¿Tan poca cosa era que podía ser utilizado al antojo de unos idiotas? Pues claro que no. Alguien con una mente como la mía no puede ser sino envidiado. Loco, sí, pero genio.

La opción más acertada hubiese sido la segunda. El único culpable de tener la cabeza llena de pájaros y la sangre convertida en hielo era yo. No obstante, cargar a los demás con el muerto para mantener mi propia conciencia limpia resultaba más sencillo. Durante toda mi vida había seguido esa línea. Con ella cubría mis espaldas en caso de errar.

Tendría que haberme dado cuenta entonces de que culpar a los demás de lo que únicamente me concernía a mí era lo que me había condenado al fracaso; a la pérdida de los bienes no materiales sin los que no sabía vivir.
No lo hice. Puede que fuese por orgullo, por la altanería que me obligaba a mostrar o por la intención de mantener intactos los restos de Jack, pero no desandé el camino hasta culparme de aquellas invenciones. Hubiese sido casi como reconocer que estaba loco, y ese dato me lo guardaba para mí.

La formalidad extrema desestabiliza balanzas. Si tratas de “usted” a alguien que no te corresponde de la misma forma estás dando a entender que queda en un nivel superior al tuyo, ya que tú lo respetas mientras que él te trata como al resto de los mortales. —respondí sin más emoción en la voz de la ya mostrada. Desde mi punto de vista fui bastante sincero. Mucho más de lo que se merecía una desconocida. Sin apartar la mirada de la delgada línea anaranjada que separaba el cielo de las montañas comencé a rebuscar dentro de los bolsillos de mi pantalón. Necesitaba un cigarro que no logré encontrar, dado que mis existencias habían llegado a su final. Chasqueé la lengua de inmediato, notando un desagradable gusto amargo en mi boca; ocurría cada vez que no lograba cumplir mis planes. El sabor de la decepción.

Tan entretenido me mantenía la búsqueda de un cigarro con el que calmar mi ansiedad que no noté que Giannina comenzaba a alejarse de mí. No fue hasta que se despidió que volví a sentir que solo estábamos presentes mi conciencia y yo. No quise pararla. Ni me apetecía mantener una charla banal sobre temas “profundos” con los que desatar una guerra de egos ni me sentía capacitado para aguantar la presencia de nadie más. Las últimas semanas no me habían pulido hasta convertirme en una buena compañía, precisamente.

No deberías volver sola por el bosque. No en los tiempos que corren.

A pesar de que dije aquello en un tono lo suficientemente alto para que ella lo escuchara, no pretendía ser yo quien la acompañase. Si le ocurría algo no era de mi incumbencia. Aún guardaba dentro de mí leves destellos de la buena educación que mi madre había tratado de enseñarme, pero al final del día no eran más que palabras; palabras vacías con las que intentar hacer sentir bien a una determinada persona durante un escaso tiempo.
Mi mirada se mantuvo fija en el vacío. El frío empezaba a hacerse patente.
Publicado por Jack A. Hudson Dom Mayo 15, 2016 1:07 pm
Jack A. Hudson
sexto curso
Jack
Only the good die young  Dn3HJg7
424
478
Amadeus Serafini
I know I could have been a better man. I always had to have the upper hand. I’m struggling to see the better side of me but I can’t. Take all your jabs and taunts. You’re pointing out my every fault and you wonder why I walked away.
sexto curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t241-hudson-john-jack-

ONLY THE GOOD DIE YOUNG
«La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.»



         En mis momentos de reposo inexpugnable, asumo una faceta desconocida, una que jamás dejo que otros descubran. Siéntete afortunado, Jack, ¿es así cómo te llamas? Es posible que lo haya escuchado de boca en boca de niños intimidados, y jóvenes optimistas que se cruzan por tu camino. Te describen de ogro malhumorado, crean una mala reputación a la que prefieres mantener a toda costa… Oh, ¡pobre Jack!  Han deshumanizado tu espíritu guerrero y en realidad, eres más humano de lo que crees porque sufres. Tanto que puedo escuchar el silencioso dolor apuñalándote, aún más el palpitar de un corazón desesperado por la lúgubre mudez.

     ¿No te desespera tener la garganta afónica de tanto guardar tus palabras, y la monotonía atrofiarte los huesos?

    —La formalidad extrema desestabiliza balanzas. Si tratas de “usted” a alguien que no te corresponde de la misma forma estás dando a entender que queda en un nivel superior al tuyo, ya que tú lo respetas mientras que él te trata como al resto de los mortales.

    Pestañeé impávida, apaciguando la menor chispa de sorpresa. ¿Quieres picotearme los ojos como un cuervo aburrido? Adelante. No lograrás nada.
    —Lamento no compartir sus ideas. El que quedará en ridículo será el otro, no yo. Estoy tratándolo como merece, no como un pobre gusano retorciéndose en su propio martirio, nada más que una demostración de naturaleza humana del cual, expresa más de lo que debería. En cambio, la serenidad de una persona como yo, es una prueba de que el trato despectivo le es desinteresado y que claramente, tiene más poder sobre la situación. —Ladeé el rostro—. Sé que no me quiere cerca y sin embargo aquí estoy, por otro lado, no sabe que siento respecto a su presencia. Únicamente puede sacar erróneas conclusiones, estoy segura. —Me paré erguidamente, apartándome un mechón chocolate del rostro—: ¿Podría decirme lo está creyendo de mí? Curiosamente, yo sí sé, es un libro abierto. ¿Olvida que las miradas cargan verdades?

     Comprendo que no necesitas saciar tus necesidades más básicas, el calor humano te incordia, o, preferiblemente, quieres rehuirle. ¿Qué eres? ¿Un cobarde o un insensible? Me enfoqué hacia delante, perdida en aquél pensamiento que poco a poco se transforma en intriga, aturdida por el viento que me empuja.

    —No deberías volver sola por el bosque. No en los tiempos que corren.

     Cesé los pasos, volteándome hasta descubrir una ancha espalda, oculta en escasas luces de un cenit que comienza a oscurecer.
     —Tomaré su advertencia como una invitación a quedarme. —Porque no eres un caballero dispuesto a escoltar una dama, y sin haber existido preocupación en el timbre de tu voz, astutamente tomé la oportunidad cuando cayó en mis pies. Deberías haberte quedado callado, ¿sabes? Ya que con tus modales de bribón que no mide sus palabras, sino que las escupe en bolas de fuego, no vaya a ser que luego te arrepientas.

    Regresé a mi puesto, ladina en permanecer otra vez contigo; abracé mi propio cuerpo, embutida en unos brazos que cubren el vientre e inoportuna, te encaré—: Tiene razón —dije—, no debería andar sola. Si algo me sucediese, luego tendrá que explicar a los profesores, que fue el último en verme. Le preguntarán porque ha preferido ser negligente con la situación y después, cargará con la culpa toda su vida. Padecerá de pesadillas, se esforzará en ignorarlo pero, lo quiera o no, ha sido cómplice del crimen —volví a ver la oscuridad nublada—. Créame si le digo, que preferiría ahorrarle los dolores de cabeza.
Publicado por Giannina I. Visconti Dom Mayo 15, 2016 2:50 pm
Giannina I. Visconti
séptimo curso
Nina
Only the good die young  BFDkOBH
74
143
Emily Didonato
Querido, soy un animal anfibio; todo lo amo, todo me divierte, quiero unir todos los génereos.
séptimo curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t525-visconti-isabel-g
La celeridad mental de la que solía jactarme con quien estuviera dispuesto a escuchar mis batallitas -o sea, yo mismo- no tardó en hacer acto de presencia, aunque fue un dato que quedó para mí. Como de costumbre. Mientras iba respondiendo a Giannina llegué a una nueva conclusión acerca del uso de la formalidad extrema. No servía únicamente para separar a las personas en diferentes estamentos sociales y quién quedaba por encima. También dotaba de una aportación extra de frialdad al discurso que en ese momento me serviría como barrera no visible entre los dos.
Jack, Jack, eres un maldito genio. No todo el mundo es capaz de sacar conclusiones aceleradas y armar un estudio creíble en su cabeza con tan poco margen de tiempo.
No pienses que esto es fácil. Hay que renunciar a varias cosas para poder obrar así, como los buenos modales o la coherencia para/con el prójimo. Detalles sin importancia en la vida de John Alexander Hudson.

Cuanto antes demostrase a la joven que su presencia me incomodaba simplemente porque estaba allí sería mejor para los dos. Posiblemente se marcharía y yo conseguiría retomar el hilo inicial de mis pensamientos sin más banda sonora que el silencio en estado puro.

Espero que no se sienta especial al pensar que no la quiero cerca por ser usted. Ocurre con todos los habitantes de este internado. Ninguno es digno de que pierda mi tiempo. —a duras penas escuché unas pocas palabras para poder responderle, aunque salí bastante bien al paso siguiendo sus mismas reglas. Bendita agilidad. Aunque debo reconocer que me perdí más de la mitad de su discurso. Como ya he dicho, a medida que yo había ido hablando logré aferrarme a una idea en bruto que me dediqué a pulir sin abrir la boca durante varios minutos; exactamente el tiempo que Giannina tardó en responderme. Eso de perderme en mi propia cabeza no era nada nuevo. A menudo dejaba de escuchar por inercia a la persona que pretendía conversar conmigo porque mi mente había hallado un tema sobre el que necesitaba reflexionar. La inexpugnable inexpresividad que mi rostro siempre mostraba resultaba una buenísima aliada para esconder esa fea manía de no escuchar a los demás. Alguien que jamás deja de tener el ceño fruncido y la mirada perdida logra esquivar ese tipo de acusaciones con destreza; destreza que le debía a mi naturaleza pasiva e introvertida. —Si quiere que sea sincero, realmente no estoy pensando nada sobre su persona. Esta misma mañana leí La sombra, el mejor relato de Hans Christian Andersen, y me parece más interesante recordarlo que reflexionar acerca de usted. Y me va a permitir, de paso, que niegue esa afirmación suya. Una mirada puede reflejar el estado de ánimo de una persona para quien conozca bien al emisor, pero un desconocido no posee las armas suficientes para desentrañar ese mensaje. Si cree conocerme por mi mirada solo puedo tacharla de egocéntrica por pensar que tiene la verdad absoluta acerca de mí.

Solté aquel alegato sin despeinarme. A pesar de que mi descaro hubiera avergonzado a cualquier otro, debo reconocer que a mí no me removió nada. Jack Hudson ni siquiera se sonrojaba al meter la pata. La regla de oro para que me arrepintiese de mis actos se basaba en una empatía que cada vez me costaba más hallar, así que, ¿por qué iba a disculparme? ¿Por haber repartido sinceridad por primera vez en mucho tiempo?
“Sinceridad”. Ya sé que mis pensamientos quedaban muy lejos del relato de Andersen pero tampoco iba a abrirme por las buenas con Giannina. Ni su amiguita del alma había logrado arrancarme una sola palabra sincera a pesar de nuestros constantes encontronazos. Ella no conseguiría nada más, pues para mí ambas merecían el mismo trato distante y ácido. Las muñecas de plástico quedan mejor expuestas en el escaparate de una juguetería en lugar de hablando con el mayor genio de Dunkelheit.
Un genio al que las circunstancias estaban volviéndolo loco. Loco de verdad.

A pesar de que esperaba que mi arrebato “cortés” se quedase en una mera situación puntual que olvidaría en cuanto volviese a perderme en el naranja del atardecer, el arrepentimiento llegó sin que pudiese esquivarlo. Por azares del destino que no logro entender Giannina debió interpretar mi frase como una invitación para quedarse a mi lado, cual galante caballero inglés de película de los años veinte. Pero ni yo era un caballero ni me apetecía tenerla pululando a mi alrededor. Aparté la mirada del horizonte casi de inmediato, sintiéndome verdaderamente contrariado por ver destrozada mi tranquilidad por segunda vez en un margen de tiempo casi ridículo. Dejé que mis ojos se posaran en los suyos durante un par de segundos, más tiempo del que antes había perdido en observarla, y fruncí el ceño hasta su límite; mis cejas prácticamente formaban una única y delgada línea recta, consiguiendo que mi visión se viese ligeramente afectada.
De verdad, ¿qué había hecho yo para merecer tal tortura? ¿Desde cuándo me había convertido en un imán para bobas y, sobre todo, por qué?

Casi solté una carcajada al escuchar la continuación de sus excusas para no abandonar mi posición. Si bien aquella chica había jugado poco antes con fuego al asegurar que mi mirada no mentía, sus siguientes afirmaciones terminaron de dejarme claro que no podía estar más equivocada. Jack Hudson sentía remordimientos cuando era él quien atacaba a quien no lo merecía. Solo entonces me permitía sacar a relucir mi parte más humana, pero, siendo sincero, la mayor parte de los habitantes de la Tierra me importaban un carajo. Aquel colegio podía haber empezado a arder en ese mismo instante y yo me hubiese quedado en los jardines observando cómo el fuego arrasaba con todo sin esbozar la más mínima mueca de disgusto.
Bueno, puede que sí que me preocupase por Rose. Solo por Rose.

No pidas a un misántropo en la peor época de su vida que trate de ser cercano a los demás. Será él mismo quien prenda la mecha que logre hacerlos arder.

¿Yo tendría que explicar que fui el último en verla? Se equivoca. Mi comentario fue una mera recomendación cortés para concluir una conversación que no me apetecía haber comenzado. Ni siquiera sé su nombre, así que mi preocupación no podría ser más mínima. Con negar que paseé por aquí es suficiente para evadir esas preguntas a las que hace alusión. Jamás pierdo mi tiempo con asuntos que no me conciernen, y su desaparición no me incumbe en absoluto. Una chica más o menos en el internado no supondrá ningún cambio realmente relevante en nuestra vida diaria. —me encogí de hombros como de costumbre al terminar aquel conciso apunte. Había controlado la carcajada irónica que casi dejé escapar, así que mi tono sonó tan neutro y bajo como de costumbre; como si todo me diese igual y estuviese hablando un robot en lugar de una persona. Puede que varias semanas atrás mi discurso hubiese ido acompañado de mi estómago retorciéndose por la bilis que derramaban mis palabras, pero en ese momento juro que no sentí nada. Mis problemas eran demasiado grandes para permitirme sentir preocupación por gente que no cabía en mi vida.
Solo dependía de mí. Solo me preocupaba por mí.

Aparté la mirada y volví a mirar al vacío. Entonces tiré de nuevo de las mangas de mi chaqueta hasta que sentí mis manos cubiertas de nuevo. Realmente sí que hacía mucho frío.
Publicado por Jack A. Hudson Lun Mayo 16, 2016 12:02 am
Jack A. Hudson
sexto curso
Jack
Only the good die young  Dn3HJg7
424
478
Amadeus Serafini
I know I could have been a better man. I always had to have the upper hand. I’m struggling to see the better side of me but I can’t. Take all your jabs and taunts. You’re pointing out my every fault and you wonder why I walked away.
sexto curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t241-hudson-john-jack-

ONLY THE GOOD DIE YOUNG
«La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.»



         Escuché tus ladridos, de mí, recibes un inalterable pacifismo, ajustándome los botones del abrigo sin dejar de atenderte. Gastas energías al enseñarme gratuitamente tu malestar sobre el mundo, cuando has dicho claramente, que no querías perder tiempo con nadie. Lo estás haciendo. La quietud es una, y explicarme tus sentimientos irracionales, es otra. ¿Qué ganas exactamente con esto? Yo te lo puedo decir: Nada. Caes en un foso de barro mientras, observo impoluta como te hundes.

     Resguardo mis palabras cediendo las tuyas.

    Y me reí.

     Desde hace un buen tiempo, nadie ha logrado que reluzca una carcajada sincera, arrancada de mi garganta y provocando, que un eco escueto rompiese la tranquilidad de la venidera noche. No puedo negar que tengo un humor retorcido, ácido, distinto a los demás personajes que cohabitan en éste sitio. Claro, no entenderás, ni me molestaría en decirlo porque no te va a importar saber.  ¿Qué crees que estoy haciendo, Jack? Estoy obligándote a hablar, me equivoque o no, no es un asunto relevante. Nunca lo ha sido. Yo no busco tener razón, busco conocerte. Porque cuando una persona descubre en su interior maneras de aplastar a otra por un instinto de supervivencia o por defensa propia, es allí que una cara de tantas sale a la luz. No se reprime, libera sensaciones y las transmite al aire. En directo y sin anestesia.

      En resumidas palabras, estás peleando sin ningún fin, dirigiéndote a dónde yo quiero: Hablar. ¡Vaya! Cuánto hemos progresado... Del silencio al sonido de tu voz prepotente.

    —¿Yo tendría que explicar que fui el último en verla?No lo sé, ¿deberías?—: Se equivoca. —¿De verdad? ¿Y eso debe ofenderme?—: Mi comentario fue una mera recomendación cortés para concluir una conversación que no me apetecía haber comenzado.Se hubiera ahorrado su cortesía, habría logrado echarme sin hacer ninguna pantomima. Eres confuso—: Ni siquiera sé su nombre, así que mi preocupación no podría ser más mínima.Aún así, te preocupa demasiado en aclarar interrogantes que jamás han sido preguntadas—. Con negar que paseé por aquí es suficiente para evadir esas preguntas a las que hace alusión. Jamás pierdo mi tiempo con asuntos que no me conciernenhe sentido un deja vú, ¿no lo has dicho ya?—, y su desaparición no me incumbe en absoluto. Una chica más o menos en el internado no supondrá ningún cambio realmente relevante en nuestra vida diaria.No es verdad. Han habido cambios drásticos desde las desapariciones.

   Impávida, observo felina al perro regodearse de su agresividad y aires de estar ganando una batalla solitaria.
   —Noto, que tiene una necesidad de refutarlo todo, ¿no es así? Hasta el último detalle. —He dicho, cómoda en el frío, guardando ambas manos en los bolsillos de mi saco y dando una muestra de pasmosa afabilidad, sin ironías. Añadiendo seguidamente un—: Y si desea que escuche sus discursos, deberá escucharme también. Sino creeré que peca de arrogancia —difuminé la sonrisa, hinchándome de pereza—.  Sea sincero, hágalo, no se corte…Soy a prueba de balas, cariño—: Quizá sonará impertinente de mi parte pero, ¿tuvo un mal día? —Bajé la mirada a mis zapatos, me había mofado cada palabra, el sentir del ardor de la rabia o la ira, no parecen invadirme. Ni por asomo. Hubiera deseado que sí, de ése modo, cada centímetro de mi cuerpo ardería en rabia. Para tu desgracia y mía, mi abuela fue quién me ha insensibilizado, fue tan dura, tan cruda e insoportable, que ya no hay manera de que pierda los estribos a la ligera. Aprendí por las malas, debo confesar. La única forma de hacerme rabiar no te la voy a decir. ¡Con lo que te habías esmerado!

    —Mencionó un título, ¿puede contarme su trama? Estoy interesada. La Sombra, ¿no?A diferencia de Grace, yo sí leo. Aprecio el aroma de un libro nuevo, no más que una escapada a una realidad maravillosa de la cual, nos hace vislumbrar un mundo narrativo de palabras e ideas que nos forman. Explotando al límite, nuestra capacidad imaginativa, posiblemente reflejados a través de personajes y arrastrados por los vocablos, que se nos meten rigurosamente en el recuerdo.
Publicado por Giannina I. Visconti Lun Mayo 16, 2016 3:23 am
Giannina I. Visconti
séptimo curso
Nina
Only the good die young  BFDkOBH
74
143
Emily Didonato
Querido, soy un animal anfibio; todo lo amo, todo me divierte, quiero unir todos los génereos.
séptimo curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t525-visconti-isabel-g
Mis plegarias fueron vilmente ignoradas por el ser superior al que recé, si es que acaso existía alguno. Bueno, ya sé que en verdad no pronuncié ninguna, pero estoy seguro de que de haberlo hecho Giannina también hubiera desandado sus pasos hasta volver a acercarse al lugar que ocupaba en un principio. Rodé los ojos cuando escuché nuevamente el eco de su voz, o mejor dicho, sus acusaciones e intento banal de alargar una charla que no me apetecía mantener. Caminaba solo por el internado y así me gustaba que fuese. De haber querido compañía tened todos por seguro que la hubiese buscado. Pero Jack Hudson no funcionaba así. No necesitaba a su lado a una persona con la que compartir ideas pseudoprofundas de bohemio de barra de bar. Suficiente tiempo perdía aguantándome a mí mismo, al torrente de ideas que era incapaz de parar, como para, encima, hacer lo mismo con otra persona. Sé que suena egoísta pero a esas alturas solo me preocupaba por mí mismo; por mantener mi esencia y descifrar qué diablos debía hacer con mi vida.

Decidí que no me quedaba más remedio que pasar al “plan B”; plan de huida, si prefieres llamarlo. Siempre guardaba ese as bajo la manga y no me importaba mostrarlo cuando la situación lo requería.
Y siempre terminaba recurriendo a él, cual pez que no deja de morderse la cola.

Si mis malos modos no apartaban a Giannina tendría que ser yo quien abandonase el lugar. Estaba decidido. Había visitado el acantilado intentando distraerme y respirar un poco de aire no viciado, pero no me moriría de pena si me marchaba. Lo superaría con la ayuda de un libro o un buen cigarrillo. La presencia de otro ser a mi lado durante mucho tiempo se volvía una carga agobiante. Podía tolerar hablar durante unos minutos con alguien, sí, mas no llegar más lejos. Mi personalidad me obligaba a huir cuando empezaba a notar que me faltaba el aire; que alguien quedaba más cerca de mí de lo que me apetecía. Y no estoy hablando en sentido profundo, más cercano espiritual ni nada por el estilo. No. Cercano físicamente, compartiendo el mismo aire durante varios minutos. Todos tenemos fantasmas de los que huir resulta imposible, y la opresión de mi incipiente misantropía era el mío particular.

No discuto por el mero hecho de hacerlo, pero cuando escucho tonterías como las que usted dice no me voy a quedar callado, como comprenderá. —respondí sin mirarla, ocupado en reunir ideas novedosas con las que indignarla para que se marchase. Era una chica, un par de palabras subidas de tono y se iría sin dudarlo. Todas actuaban así, después de todo. Si podía con Grace, podía con cualquiera. Me mantuve en mis trece incluso cuando apuntó poco después si mi día había sido malo. Supongo que trataba de explicarse por qué actuaba como un gilipollas de talla mayor. Sin embargo, decidí no ponerle las cosas fáciles. Jamás daba explicaciones acerca de mi vida personal a nadie que no fuera mi amigo, y de esos tenía más bien pocos.

Con voz profunda y tono aburrido añadí:

No es de tu incumbencia.

Aunque no me conociera de nada, una respuesta semejante deja a la vista la mayor parte de las cosas que se pasan por la cabeza de quien pronuncia esas palabras: no me apetece ser molestado. Los alumnos de primero de ese año lo captaron en cuanto se atrevieron a preguntarme -con mucha educación, debo añadir- el lugar exacto donde se ubicaban los baños. Desde ese día empezó a extenderse el rumor de que me dedicaba a devorar chiquillos por las noches, que era un vampiro y no se cuantas imbecilidades más.
Ojalá lo hubiera hecho. Ojalá.

Si quiere conocer la sinopsis del libro, le recomiendo ir a buscarlo a la biblioteca. No tengo por costumbre entablar conversaciones largas con desconocidos. Ni tengo costumbre ni me apetece. —bingo, había dado con el colofón perfecto para mi irritación: una de esas frases horribles por las que más de uno se hubiese llevado una bofetada. Me gustaba hablar de literatura la mayor parte del tiempo, pero Giannina había ido a toparse con Jack Hudson en el peor momento de su vida: cuando apenas se podía mover, cual perro herido que trata de volver a la superficie después de que un mal dueño lo haya lanzado al lago. Perro ladrador es poco mordedor, pero sí muy enigmático y escurridizo.
Publicado por Jack A. Hudson Jue Mayo 26, 2016 2:54 pm
Jack A. Hudson
sexto curso
Jack
Only the good die young  Dn3HJg7
424
478
Amadeus Serafini
I know I could have been a better man. I always had to have the upper hand. I’m struggling to see the better side of me but I can’t. Take all your jabs and taunts. You’re pointing out my every fault and you wonder why I walked away.
sexto curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t241-hudson-john-jack-

ONLY THE GOOD DIE YOUNG
«Nunca existió una buena guerra ni una mala paz.»


     
          Los ojos se abrieron sorprendidos, en segundos se dignaron a recuperar la neutralidad que los mantenían vigentes a una figura mezquina. Antisocial. Violenta en palabras, más no en movimientos. Un puño de tu mano redirigido a mi rostro ni siquiera hubiera sido doloroso.

   ¿Debo llorar? ¿Chillar? ¿Sentirme digustada? No se que esperas.

    Quizás fue mi error empezar esta charla sinsentido, sin ningún objetivo más contundente que perder el tiempo cuando ahí afuera hay mejores cosas que hacer… Y no podemos hacerlas por encontrarnos presos. Créeme, estoy aburrida, y que al menos pensarás en prestarme suficientemente atención para insultarme, es el mejor entretenimiento que puedes ofrecerme hasta el momento. Tranquilamente podías ignorar, atacarme más con el silencio y la indiferencia. Ésa me duele más.

     Pero estoy bastante segura que la dualidad, cohabita en tu ser. No hay algo blanco ni negro, sino gris. Un tono lo suficientemente indiferente y melancólico, como cuando las nubes se agrupan amenazando una tormenta.

    Una curva sinuosa se asomó por la boca, una extraña mientras caminaba otra vez, y definitivamente por mi lado.
    —Ha sido una charla interesante.

     El frío de mi boca, apenas podía lograr pronunciar las palabras, arrastrándolas en suavidad. Podía ser una despedida definitiva, y no es que me importase demasiado, al fin y al cabo: No te intereso. Caminé rumbo al internado, buscando mis propios pasos ya perdidos en las sombras.
         

Off: —Espero no te importe cerrarlo aquí (?) Si te apetece abrir otro, siempre es un gusto.

Publicado por Giannina I. Visconti Vie Jul 22, 2016 1:19 pm
Giannina I. Visconti
séptimo curso
Nina
Only the good die young  BFDkOBH
74
143
Emily Didonato
Querido, soy un animal anfibio; todo lo amo, todo me divierte, quiero unir todos los génereos.
séptimo curso
https://whispersinthedark.forosactivos.net/t525-visconti-isabel-g
Publicado por Contenido patrocinado

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:

No puedes responder a temas en este foro.