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Últimamente pasaba más tiempo fuera del internado que dentro, era extraño, como si sintiese que las paredes de aquel lugar cada vez fuesen más y más pequeñas y amenazasen con tragársela, quizás desaparecería ella también, como todo lo demás. Por ello pasaba todo el tiempo que podía fuera de aquel lugar, cerca de los acantilados, quizás porque se sentía como si ella misma estuviese al borde de uno en su cabeza, como si aún estuviese en aquel estado de transición en donde tenía que terminar de asimilar que había sido dejada atrás de nuevo. El cielo estaba despejado pero el viento era fuerte y frío para ella aún, golpeaba su pálida cara y revolvía sus cabellos de forma casi violenta a veces pero eso no le importaba, pocas cosas le importaban aquellos días.

Se sentó en el suelo y durante unas horas se dedicó a garabatear en su cuaderno locas teorías y conspiraciones sobre que podía estar pasando en aquel internado, había decidido investigar sola, ya que no lograba confiar en nadie como para contarle más cosas que sabía o creer otras tantas, se pasaba las horas intentando averiguar algo que la guiase a su hermano, a Alec, a la verdad... Pero no hacía más que dar vueltas en la oscuridad, no sabía nada, absolutamente nada. Resopló cuando sintió algo de frío con la siguiente ráfaga de viento y fue entonces cuando se dio cuenta de que ya era casi por la noche, lo cual quería decir que era bastante tarde, quizás debería de dormir allí esa noche, pensar en volver a su habitación, tras las conversaciones y recuerdos en ella, además de la impotencia al recordar aquella nota y la noche en la que Austin y Alec desaparecieron era lo último que iba a ayudarla a dormir, así que simplemente, a pesar del frío y de las posibilidades peligrosas que suponía, se quedó un rato tumbada en el suelo rocoso y frío, mirando hacia el cielo esperando a que el azul fuese tragado por el negro y le dejase ver algo de luz, quizás la tenue luz nocturna pudiese ayudarla a decidir cuál sería el próximo personaje que interpretaría al día siguiente, quizás la hermana triste y desconsolada, quizás la chica fuerte y decidida que buscaba venganza, quizás otra cosa totalmente diferente o puede que todas a la vez, cuándo uno está tan vacío, puede ser lo que quiera y nada a la vez.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Dom Jun 19, 2016 7:47 am

Después de varias semanas trabajando en el internado día tras día sin ninguno libre, decidí ponerme seria. Vale que éramos sólo dos limpiadoras y que, por ente, debíamos abarcar más. Pero eso tampoco significaba que tuviéramos que trabajar como mulas de aquella manera; así, pude convencer a mi superior de que me diera al menos un día de descanso. Porque a este paso acabaría convirtiéndome en un zombie, vagando de aquí para allá. Qué infravaloradas estamos las limpiadoras.

Había aprovechado bien el día. Por la mañana en la biblioteca, por la tarde tocando el violín y ahora indagando más allá del internado. Porque, sorprendentemente, todavía no había tenido la oportunidad de explorar, salir de esas cuatro paredes. Durante un par de horas, había estado caminando sin rumbo alguno, deleitándome con el hermoso paisaje que me rodeaba, incluso si ya poco a poco se volvía más oscuro. Necesitaba algo así. Poder tener un momento de calma en el que, más allá de intentar asimilar todo lo que había ocurrido y estaba ocurriendo, pudiera simplemente darle al botón de OFF. Sin embargo, pronto se iba a hacer de noche y no soy lo suficientemente temeraria como para quedarme a solas en un lugar como aquel, tan alejado del internado y sin un atisbo de luz. Entonces, justo cuando iba a dar media vuelta, vislumbré una melena rubia extendida por la hierba que cubría la superficie del acantilado. Que no sea un fantasma, que no sea un fantasma.

Abofeteada por una fuerte ráfaga de aire, caminé con recelo hasta llegar casi a donde se encontraba la joven. Tampoco iba a invadir su espacio o a molestarla, tan sólo tenía curiosidad por saber quién yacía ahí. Por un momento pensé que tenía delante a mi hermana, sólo que algo más pequeña, porque tiene un gran parecido. Pero no, era imposible que ella estuviera allí, pues creo recordar que ingresó en la universidad hace un par de años. Además, tampoco deseaba que estuviera aquí. Al final tuvo que entrarme la vena "fraternal". La chica no parecía tener intención de moverse y me preocupaba que corriera peligro. -Hola- bien Violet, no has sonado para nada patética. Aclaré mi garganta. -Esto...- venga, que tú puedes -Creo que no es seguro quedarse mucho más aquí, además va contra las normas del internado.- ahora suenas como un adulto aguafiestas -Como mucho quedará una hora de luz...- me abracé a mí misma por un instante -Bueno, no soy quién para decirte lo que debes hacer, así que puedes ignorarme por completo- finalmente me eché yo también en la hierba -¿Sabes? A mí también me gusta este sitio- confesé y seguidamente sonriendo con la mirada en el cielo anaranjado. Por suerte, contábamos con algo de tiempo hasta que realmente tuviéramos que volver.

Publicado por E. Violet Elliot Mar Jun 21, 2016 7:16 pm

Una voz la obligó a abrir los ojos, cuando hacía poco los había cerrado tras mirar como el cielo se iba oscureciendo poco a poco. Por un instante pensó que sería uno de ellos, uno de los que se habían llevado a todo lo que tenía, pero cuando se volvió hacia la voz se dio cuenta de que no era alguien que conociera, tampoco parecía ser realmente alguien que pudiese resultar peligroso, aunque claro, las personas más peligrosas son precisamente las que no lo parecen.

Observó a la chica detenidamente, sentándose tras incorporarse y escuchando lo que decía la joven, parecía ser mayor que ella, no era una alumna, o quizás si lo era, hacía tiempo que Gwen había dejado de observar su entorno y mucho menos a la gente que le rodeaba. Sonrió un poco cuando dijo que aquello no era seguro, como si eso importase, hacía mucho tiempo que Gwendolyn prácticamente parecía esforzarse en buscar el peligro, en que se la llevasen también, o la matasen, no importaba demasiado cual de las dos. Parecía que la joven de ojos claros quería iniciar una conversación, Gwen no quería hablar, eso desde luego, pero su entrenamiento exhaustivo desde la infancia para dar a los demás lo que querían, hizo que se encogiese de hombros ante lo que dijo ella.

-Si crees que no es seguro ¿Porqué estás aquí? - Quizás si que era de ellos, si que iba por ahí buscando nuevas personas que hacer desaparecer, o quizás, simplemente, Gwendolyn estaba paranoica.- Es un buen sitio para pensar, sí, pero de noche es mucho mejor.- Gwen no intentaba donar de ninguna forma, ni grosera, ni alegre, ni que la chica se sintiese incómoda, hablaba de forma plana, totalmente plana. Miró hacia el cielo, como había hecho la chica, los colores naranjas ya empezaban a oscurecerse también, tenía razón, no quedaba mucho tiempo hasta que anocheciera, luego volvió la mirada hacia la mujer, esperando un tiempo antes de hablar de nuevo.- Nunca te había visto ¿Quién eres?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Dom Jun 26, 2016 11:54 am

Desde el primer instante era consciente de que conversar con aquella chica iba a suponer todo un reto. Aunque, ¿quién sabe?. Quizás me había vuelto finalmente una ermitaña que era incapaz de socializar. Permanecí tumbada en la hierba, a una distancia considerable de ella; sinceramente, su indiferencia me ponía algo nerviosa, ¿qué estaría pasando por su mente en aquel momento?. Vamos bien Violet. Esto no tiene futuro. -Si crees que no es seguro, ¿por qué estás aquí?- Porque yo soy una adulta y sé cuidarme solita, ¿te hago un esquema?. Ok, no. -Porque necesitaba salir del internado. Necesitaba salir de esas cuatro paredes.- Giré un poco la cabeza, divisando el -ahora casi minúsculo- edificio. Da grima de por sí y más sabiendo lo que se cuece allí.

-Es un buen sitio para pensar, sí, pero de noche es mucho mejor- ¿De noche mejor?. Lo será para ti. No puedo imaginar el pánico que sentiría estando aquí sin ninguna luz que me alumbre, completamente a merced de la oscuridad. Además, así es aún más peligroso. No sólo por el hecho de que haya un asesino suelto en el internado, sino también porque podríamos tropezar y caernos por el acantilado. -Deberíamos volver antes de que anochezca. Puede ser todo lo bonito que quieras, pero es muy peligroso.- Mi rostro era el vivo reflejo de la preocupación. Temía no ser capaz de convencerla y que le pasara algo por mi culpa.

Es verdad, que ni me he presentado. Pues sí, al final voy a ser una misántropa. -Soy Violet.- Es normal que no me hayas visto, ¿quién se va a fijar en la limpiadora? -Trabajo aquí como limpiadora desde hace unas semanas. ¿Y tú?. ¿Cómo te llamas o cómo te llamo?- Casi siempre digo eso cuando conozco a alguien nuevo. Sé que hay más personas como yo que tienen un primer nombre que detestan o simplemente prefieren que  se dirijan a ellas por un mote.

-¿Te importa?- le pregunté, mostrándole un cigarrillo apagado. Cada vez me quedaban menos, temía que se me acabaran y no pudiera adquirir más. Llevo fumando desde los 16, no es algo que uno pueda dejar cuando le apetezca, ¿sabéis?. Acabé poniéndome de pie para observar mejor el hermoso paisaje; no quería agobiar a la chiquilla. Además, al fin y al cabo yo también había venido a este lugar buscando algo de paz y silencio. Es increíble lo mucho que puede transmitirte una puesta de Sol...Por un momento te da la sensación de que todo irá bien, pero es un efecto placebo...Sólo hace falta ser algo espabilada y realista para saber que hoy estamos y mañana no.

Publicado por E. Violet Elliot Sáb Jul 09, 2016 9:18 am

Quizás era porque llevaba todo el día fingiendo que no se molestó demasiado en mostrarse de ninguna forma con aquella chica, si bien era cierto que Gwen siempre fue conocida por sus buenos modales y siempre decir lo adecuado en el momento adecuado, para ella habían pasado siglos desde que actuaba de aquella forma impuesta por su familia durante tanto tiempo, ya no le importaba demasiado nada, no había mucho más que perder. Sin embargo, una risa casi se formó en su estómago, pero no llegó más allá que una simple mueca a sus labios, una mueca extraña, como quien escuchaba un chiste dolorosamente malo, una mueca que desapareció segundos después casi tan rápido que parecía no haber existido nunca.

-¿Peligroso? Aquí han muerto menos personas de las que lo han hecho en ese internado, no hay lugar más seguro que estar lejos de él.- Dijo señalando con la cabeza hacia el edificio, una forma física de infierno podría ser llamado también.- Violet... -  Murmuró la rubia, alzando un poco las cejas, aquella mujer acababa de decir que había llegado a trabajar allí hacía unas semanas ¿De verdad había gente aún que, tras todo lo ocurrido en aquel lugar, venía a trabajar y esperaban ser considerados inocentes? Porque solamente había dos razones por las que acabar trabajando en aquel lugar, y una era ser parte del grupo extraño de asesinos o lo que sean que estaban matando y secuestrando gente, o la otra que eran lo suficientemente estúpidos como para ir a trabajar allí como quien no quiere la cosa. Violet no parecía ser estúpida, ni mucho menos, y la otra opción tampoco era halagadora, además la adulta estaba mostrando tener verdadera paciencia, así que Gwen acabó bajando sus defensas y se dispuso simplemente responder lo que le preguntaba. .- Gwendolyn.- Se presentó la chica, estaba demasiado agotada de la paranoia y la incertidumbre que ya había sufrido durante el día, si aquella joven no era más que una empleada haciendo su trabajo, bien, si era una psicópata que venía a matarla o a llevársela, bien también.  Violet sacó un cigarrillo y le preguntó si le importaba que fumase allí, realmente Gwen no entendía bien a las personas como Violet esos días, personas normales, que continuaban con su vida, que parecían seguir como si nada hubiese pasado, siempre es extraño, cuando vives en el infierno, ver a gente que se encuentra en un lugar mucho más placentero, despertaba cierta rabia y envidia en la adolescente, pero no mucho más que esa extraña sensación de disfrutar de la compañía de la desconocida.

- Volveré al internado cuando acabes, no quiero crearle problemas a nadie.- Dos horas antes, quizás si que lo hubiese querido, habría jugado a molestar aquella joven hasta recibir un castigo o algo así, pero por suerte para ambas, nada en aquel momento podía provocar en Gwen nada más allá que simple vacío.- ¿Porqué trabajas aquí? Es internado un poco alejado de la ciudad ¿No crees?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Jul 09, 2016 2:05 pm

Había algo en ella que me demostraba que, a pesar de ser todavía una adolescente, era mucho más madura que alumnos de cursos superiores. Aspecto que, inevitablemente, me recordó a mí misma a su edad. Sabía muy bien cómo se sentía aquello, era una sensación agridulce... Lo bueno de madurar antes es que te permite enfrentarte mejor a las dificultades, lo malo es que te estás perdiendo unos años de tu vida que jamás podrás recuperar. O si no, miradme: con diecisiete años pasándolas canutas para llegar a fin de mes o pagar el alquiler mientras que a mis antiguos compañeros del instituto se lo ponían todo por delante y se labraban su futuro. Seguro que la mayoría estaba terminando su carrera universitaria en una universidad de máximo prestigio...

No le deseaba eso a nadie (bueno, sí, a un par de personas que-yo-me-sé), pero había ocasiones en las que no se podía evitar. En un internado donde nada más que ocurren tragedias, no podíamos esperar que los niños se comportaran como niños. Por eso, internamente me daba rabia. Giré el rostro de nuevo en su dirección mientras expulsaba el humo hacia el cielo -era consciente de que muchas personas lo detestan- y la observé por unos instantes. Lo malo es cuando en el proceso de madurar puedes perderte a ti misma... A veces -aunque no queramos admitirlo- tan sólo necesitamos a alguien que nos guíe, que nos diga que todo irá bien. Porque la soledad puede ser tu peor enemiga al fin y al cabo.

-Volveré al internado cuando acabes, no quiero crearle problemas a nadie.- Veamos, ¿qué le digo?. Poniéndome en su lugar, puedo entender porqué dice eso, pero debía pensar como una adulta. De ninguna manera iba a dejarla aquí sola habiendo oscurecido. -Si realmente no quieres causarle problemas a nadie, deberías volver conmigo al internado dentro de un rato.- Volví a dirigir la vista al edificio en la lejanía; tenía razón, el verdadero peligro estaba ahí dentro. Pero aún así no era seguro el quedarse en el acantilado, al menos no de noche. -Acabaría metida en un lío si te pasara algo. Toda la responsabilidad caería sobre mí.- No sonaba para nada autoritaria, de hecho se podía apreciar una pizca de preocupación en mis palabras.

-¿Porqué trabajas aquí? Es internado un poco alejado de la ciudad ¿No crees?- Con ese "no crees" pareces estar insinuando algo... ¿Por qué tengo que contarte mi vida?. Suspiré de forma algo sonora, no me gusta hablar sobre mí. Pero al final "sucumbí a sus encantos". Total, tampoco es que fuera nada del otro mundo. -Lo es. Pero cuando me llegó la famosa carta me acababa de quedar en paro y necesitaba el dinero. Igualmente, nada me ata a la ciudad.- Ni siquiera mi hermana. Dejé caer la colilla e inmediatamente la aplasté con la suela del zapato para apagarla. Ea, ya hasta dentro de un par de días no hay más. Los tenía con cuentagotas.

Nuestros cabellos dorados se volvieron temporalmente cobrizos por la intensa luz del Sol que nos daba plenamente de frente. Probablemente teníamos unos diez minutos hasta que la gran bola de fuego se fuera a dormir finalmente. Esperaba que Gwen no actuara con cabezonería y me hiciera caso, aunque no se me da bien eso de dar órdenes.

Publicado por E. Violet Elliot Jue Ago 04, 2016 8:19 am

Lentamente, con las respuestas de la mujer, Gwen se fue dando cuenta de que mostrar un poco de su verdadera personalidad siempre acababa en algún malentendido o un momento violento. Las pocas y contadas veces que se había rebelado en algún momento le habían salido caras con las violentas reacciones de su padre, mientras que cuando eran otras personas las que recibían sus comentarios ácidos, tendían a malinterpretarla después. No podía culpar a nadie de eso, era demasiado complicada para la edad que tenía, quizás por todas las vidas que había tenido que fingir tener o ser, ya sentía como si tuviese 800 años de más.

-Por supuesto, volveré contigo al internado. Aunque no necesitas mi aprobación, tu posición aquí es superior a la mía, así que si quisieras ordenarmelo, podrías haberlo hecho. Pero te agradezco que al menos intentases que pareciera que voy por voluntad propia para no herir mi orgullo adolescente.- La verdad, es que el tipo de personas como Violet solían caer bien a Gwendolyn, adultos que se esforzaban en intentar no despertar la ira de estúpidos y engreídos adolescentes usando la ventaja psicológica que daba tener unos cuantos años más. Violet parecía amable e inteligente, una combinación peligrosa, en cierta forma, le recordaba a Ophelia en algunas cosas, aunque la gran diferencia era que no estaba molesta con la rubia como lo estaba con la pelirroja.

-Comprendo... Ahora que sabes que aquí matan gente, a lo mejor deberías pedir que te suban el sueldo.- Gwendolyn se encogió de hombros, a lo mejor aquella mujer ni siquiera sabía mucho sobre lo que ocurría en el internado, a lo mejor ella misma era una de las personas que mataba o secuestraba, por más que Gwen se esforzase, no iba a poder descubrirlo en aquel momento, así que intentó formar el papel de "joven educada" de nuevo. - Siento si soy grosera con mi forma de hablar, normalmente no soy así...- Mentía y decía la verdad a la vez, ya que cada día se portaba diferente, bipolaridad podrían haberlo llamado algunos, falsedad e hipocresía, lo llamaba ella. La menor se entretuvo mirando un rato a su alrededor, sintiendo ya la claustrofobia de imaginarse de nuevo dentro de aquel edificio que se había tragado a Austin y Alec.- ¿Te gusta este sitio?- Preguntó de forma repentina, mirando de nuevo a la chica.- Fuera del edificio, las cosas se ven diferentes ¿No crees? Cómo si el resto del mundo no hubiese cambiado en nada, otras personas ahí fuera siguen teniendo días normales, con vidas normales, con preocupaciones normales... A veces produce algo de envidia.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Vie Ago 05, 2016 10:11 am

-No es eso, es sólo que nunca me ha gustado dar órdenes ni acatarlas. Siento que de esa forma no se respeta el libre albedrío, ya sabes, el poder tomar tus propias decisiones.- Estaba siendo honesta en todo momento y esperaba lo mismo de ella. Sin embargo, no podía juzgarla; acabábamos de conocernos y, con todo lo que sucedía en el internado, era normal ponerse un poco a la defensiva. ¡Cuántas veces había oído por los pasillos eso de "uno no se puede fiar ni de su propia sombra"!. Claro que no me agradaba que alguien sospechara de mí, pero...¿qué esperaba?. Por el momento me había limitado a limpiar, sin apenas articular palabra: la cruz del lobo solitario. Igualmente yo no tenía que justificar o demostrar nada, sé perfectamente quien soy; en el hipotético caso de que llegáramos a ser más cercanas estoy segura de que ella se daría cuenta de que no haría daño ni a una mosca.

-Comprendo... Ahora que sabes que aquí matan gente, a lo mejor deberías pedir que te suban el sueldo.- No pude evitar soltar un puff ante aquel comentario. Inconscientemente también acabé encogida de hombros, como si me hubiera convertido en su reflejo por un instante. -Como si el dinero fuera a servir para algo aquí dentro...- Había una mezcla de sarcasmo y exasperación en mis palabras. El dichoso dinero siempre había sido mi "mayor enemigo". Las oportunidades de encontrar trabajo se reducen considerablemente cuando tu nivel de estudios es una mierda pinchada en un palo. Yo que no he terminado ni el instituto no puedo aspirar a otra cosa que no sea camarera, dependienta, limpiadora o niñera. Y otra cosa que mejor me la callo. No quería verme de nuevo como hacía poco más de dos años, pasándolas canutas para llegar a fin de mes.

-¿Te gusta este sitio?- Hice una mueca algo extraña con la boca antes de responder. A veces me expresaba mejor con gestos que con palabras. -Si te refieres al internado en su totalidad, sí y no. Hay zonas que detesto y otras que me encantan. Este acantilado, por ejemplo, se ha ganado el primer puesto. También me gustan los jardines, aunque ahora estén un poco abandonados...- No suelo abrirme tan fácilmente a otros, pero supongo que estaba tan relajada que en ese momento me daba igual. Era como si hubiera vuelto transparente la pared opaca que me rodeaba a diario. Pero bueno, no había nada malo en socializar un poco, ¿no?

-Sí, tienes toda la razón...- Giré el rostro para mirarla también. -El internado parece estar dentro de una especie de burbuja, alejado de la civilización.- Hice una pausa, mojándome los labios algo agrietados por el frío. -Como si estuviéramos atrapados en un bucle temporal.-

Estaba a punto de anochecer, pues en el cielo apenas quedaban tonos anaranjados, tan sólo distintos tipos de azules. Pronto tendríamos que irnos, aunque mis ganas de volver al internado eran inexistentes. -¿Te parece bien que volvamos ya?. Hay un largo trecho hasta llegar al edificio y tenemos que aprovechar que aún queda un poco de luz para ver por dónde pisamos.- Aún no me conocía bien el lugar y menos aún las zonas exteriores, lo que faltaba ya era que nos perdiéramos. Además, yo y la oscuridad no nos llevamos bien.

Publicado por E. Violet Elliot Sáb Ago 06, 2016 6:58 pm

Sin lugar a dudas, Violet había logrado despertar su curiosidad y escepticismo, sobretodo con su última frase, parecía ser el tipo de personas que acababa de admitir que sabía lo que ocurría en aquel lugar, que conocía el peligro al que podrían enfrentarse cada día y aún así, lo que parecía preocuparle más en aquel momento era que oscureciera antes de que les diese tiempo a llegar al internado, la oscuridad... Ese miedo universal que parecía tener más poder que el miedo a la muerte para algunos.

-Nunca se sabe, no olvidemos que no estamos luchando contra un monstruo de ficción, lo que hay en este lugar son por desgracia seres humanos, no hay nada más peligroso que el ser humano, pero eso también significa que todo humano tiene un punto débil, a lo mejor tienes suerte y te toca un psicópata al que poder ponerle precio y te salva la vida.- Gwen se encogió de hombros, en aquel nunca se sabía.- Pide ese aumento por si acaso, tampoco te hará daño.

La chica comprendía que realmente tenían que irse, no "tenían que" en realidad, pero no tenía fuerzas de discutir con la mujer para poder quedarse allí, por lo que se mantuvo unos segundos más mirando a su alrededor, disfrutando de aquel aire que parecía mucho más ligero que el horrible aire cargado de pensamientos negativos del internado, la verdad es que se pasaba días enteros caminando, por dentro y fuera del internado, buscando una pista que le llevase hasta Austin y Alec en vano, pero si podía elegir, prefería buscarlos fuera que dentro.

-De acuerdo.- Fue todo lo que dijo y empezó a caminar hacia el internado, fue en ese momento cuando la ansiedad volvió, acelerando su corazón poco a poco, quiso hablar para no pensar demasiado, para hacerlo mejor silencioso, la sola idea de volver a entrar de nuevo en ese edificio ya volvía a dejarla en aquel estado del que llevaba intentando escapar desde enero.-  ¿Cómo es trabajar aquí? Siempre me pregunté que siente un adulto aquí dentro...

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Dom Ago 07, 2016 1:26 pm

Mis ganas de volver al internado brillaban por su ausencia, pero debía pensar como un adulto responsable, ¿no?. En realidad, aunque ella no lo notara, ponía tanto interés en que me acompañara porque, más allá de que la culpa cayera sobre mí, temía que le pudiera pasar algo. No sé, llamadlo instinto fraternal si queréis, pero de ninguna manera iba a dejarla ahí sola de noche. Sí, el verdadero peligro residía en el edificio, pero tampoco sabíamos si el exterior era realmente seguro. Fuera como fuese, esperaba no tener que lidiar con la cabezonería de una adolescente. Al fin y al cabo, ambas habíamos ido hasta allí en busca de paz y tranquilidad...

-Pide ese aumento por si acaso, tampoco te hará daño.- Quise reír ante su notable interés, pero fui incapaz. No creo que un psicópata ansíe fortuna –porque estoy segura de que hay más personas como yo en el internado que apenas tienen para llegar a fin de mes-, me lo imagino más chantajeándolo a cambio de cosas que...mejor ni las pienso. -Bueno, lo pediré, aunque dudo que sirva para algo.- Le prometí, pero lo pediría más adelante, pues no llevaba lo suficiente trabajando como para exigirlo.  

Justo cuando acabábamos de emprender marcha al lúgubre edificio, noté cómo el nerviosismo invadía a la joven en un abrir y cerrar de ojos. Era lógico el no querer volver allí, pero su reacción me transmitió algo más, como si le hubiera sucedido la más horrible desgracia. Inevitablemente sentí unas inmensas ganas de reconfortarla, pero de algún modo presentía que así sólo la agobiaría más. -¿Cómo es trabajar aquí? Siempre me pregunté qué siente un adulto aquí dentro...- Suspiré un poco ante su pregunta, apartándome cabellos del rostro que parecían querer dejarme cegata. -Mmm para mí se siente como si estuviera en un círculo vicioso del que no puedo salir. Todos los días me parecen igual de monótonos y pesados. A veces tan sólo desearía poder satisfacer pequeños placeres como visitar mi tienda de música favorita allá en Glasgow, en la que pasaría horas descubriendo canciones que nunca antes había escuchado.- Me estaba yendo un poco por las ramas...Denso, ¿eh?


En poco más de quince minutos ya nos encontrábamos en la entrada principal del internado, así que era el momento de despedirse. -Bueno Gwendolyn, fue un placer conocerte...- Hice una pausa, observándola con cierta preocupación, en el fondo me daba apuro dejarla sola tal y como lucía. -¿Ves esa ventana de allí?- Le pregunté señalando la planta baja del ala este. -Para lo que necesites estoy ahí, aunque si no siempre puedes buscarme por los pasillos o los aseos, que voy de aquí para allá con el carrito.-  Así me quedaba más tranquila. -Nos vemos.- Y comencé a andar hasta llegar a mi habitación, donde debatiría qué hacer con el poco tiempo libre que me quedaba.  

Publicado por E. Violet Elliot Lun Ago 22, 2016 2:44 pm

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