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Recuerdo del primer mensaje :


Cassiopeia sentía que poco a poco todo se iba arreglando, dentro de lo que cabe con todo lo que estaba comenzando a pasar claro, el mes de diciembre había sido uno de los más complicados que había vivido y solo al final del mismo es que todo se había ido reparando nuevamente. Estaba planeando una espectacular y secreta fiesta para Brennan, era novia del nombrado, de quien no se había dado realmente cuenta que estaba enamorada y había aclarado todo con su melliza el día anterior. Ahora solo debían descubrir que estaba pasando en el internado y todos serian felices de seguir su vida como siempre.

Los domingos eran días muy lentos al parecer de la morena, le estresaban ya que al terminar sus deberes no encontraba que hacer, por lo que esa mañana luego de asearse y vestirse se asomó en la habitación de su hermana y le dijo que fuera a desayunar sin ella, que ya se verían luego por el lugar o a la hora del almuerzo. La vio asentir y salir por el pasillo hacia las escaleras y ella misma comenzó a caminar al lado contrario, a cinco habitaciones de la suya, la de Gru. Allí le dio a la manilla de la puerta para ver si la suerte estaba de su lado y no la había cerrado durante la noche y al parecer si lo estaba, entró a la habitación del chico, no siendo la primera vez que lo hacía, y cerró la puerta con cuidado de que nadie estuviera por el pasillo viéndola.

Miró hacia la cama del lugar y se encontró con el castaño profundamente dormido, los domingos no tenían que madrugar por lo que no era raro que muchos estudiantes desayunaran tarde o que directamente aparecieran para el almuerzo, al parecer su chico se había quedado hasta tarde despierto y ahí estaba el resultado. Sonrió divertida pensando como despertarlo, tenía varias ideas, incluyendo la de gritarle en el oído para asustarlo, pero ese día se encontraba de buen humor por lo que se desencantó por una más cariñosa, se acercó con cuidado a la cama, poniéndose al lado del rostro del mayor y le comenzó a dar besos por el rostro, esperando con esto, interrumpir el al parecer apetecible sueño de Brennan.

Publicado por Cassiopeia I. Rohmer Lun Jun 27, 2016 9:49 am

Se le quedó mirando mientras el chico analizaba la canción, con esa cara que ponía solo cuando estaba haciendo algo que le gustaba y que tanto le gustaba a la morena, sonrió sin poderlo evitar esperando su veredicto, nunca le había dado pena mostrarle sus canciones a Gru, con él era algo completamente natural, como si fuera correcto hacerlo, pero siempre quedaba esa pequeña anticipación en el fondo de sí misma mientras esperaba el veredicto del chico luego de leer alguna de sus letras. Rodó los ojos divertida al oírlo soltando una media sonrisa hacía sus labios, claro había sido un largo silencio tortuoso mientras ambos decidían si se movían y aclaraban todo o arruinaban años de amistad.

— Una melodía que comience calmada y vaya subiendo de intensidad, ya que como dices la canción habla de las dificultades de un amor, de no rendirse — Feliz de que Gru entendiera rápidamente la canción, como solía hacerlo, por la costumbre que ambos se tenían en ese ámbito lo vio moverse hacía el piano con la libreta en mano. Ella misma se acomodó cercano a él agarrando la guitarra que el joven había soltado cuando se había cambiado hacia el otro instrumento — Creo que podemos mezclar ambos, probar primero uno y luego el otro para luego oírlos combinados — Dijo refiriéndose a la guitarra y al piano, esperando que Brennan terminara de comprobar el piano mientras ella misma acomodaba la guitarra, aunque no demasiado, queriendo escuchar al castaño tocar primero. Sus mejores canciones habían salido de la combinación del trabajo de ambos y fueran primero de Brennan o de ella, terminaban siendo completamente atesoradas por la morena, incluso logrando grabarlas para oírlas siempre, incluso para poder estudiar o dormir, a falta de otro tipo de música que los ayudara. Aunque ella prefería esas antes que las de los grandes artistas claro está.

Publicado por Cassiopeia I. Rohmer Vie Ago 19, 2016 5:53 pm

Asentí rápidamente ante la propuesta de Cassie, y enseguida nos pusimos con la música. Mis dedos se deslizaban por las conocidas teclas del piano, repetíamos los versos hasta dar con las notas que nos parecían perfectas, nos turnaban entre el piano y la guitarra, jugábamos con las voces. No era más que otra tarde en la sala de música, disfrutando de la posibilidad de tener ese lugar y la compañía del otro. No era nada que hiciera aquel día diferente, pero lo era. Era la primera vez que me podía detener a admirar como su piel brillaba ante los rayos de sol que entraban por la ventana, o como sus labios se movían mientras cantaba sin sentirme como un idiota admirando algo que no debería desear.

Estaba escribiendo las notas sobre la letra de la canción cuando me distraje para poder escribir a un costado: “cuando reímos juntos me haces pensar que no puede haber tristeza si seguimos juntos”. Tenía la sensación de haberla leído de algún lado, pero mientras Cassie reía, me había acordado de eso en aquella tarde libre.

—Tengo hambre de nuevo —le informé sin problemas de delatar que habíamos estado mucho allí y mi poca capacidad de concentración estaba empezando a llamar la atención de nuevo—. La canción la podemos terminar otro día, ¿no crees? Ahora podemos ir a comer y luego buscar un lugar tranquilo.

No me había dado cuenta de la propuesta que estaba formulando mientras acariciaba la pierna de la joven. Mis mejillas enrojecieron al darme cuenta del doble sentido que esas palabras podían tener y ni me atreví a abrir la boca para retirar mis palabras, deseaba que no las entendiera o que de hacerlo, tomara ella la decisión. Nos conocíamos hace mucho, los dos sabíamos que ninguno de los dos había llegado tan lejos con una persona. Y yo estaba nervioso ante la idea, porque quería, pero tampoco quería ir demasiado rápido para ella. Aún era todo muy nuevo, y la mente femenina era peor que un problema de matemática. Me rasqué la nuca mientras me ponía de pie tomando su mano para que me acompañara a las cocinas y esperaba su respuesta.

Publicado por Brennan F. Grunwald Dom Ago 28, 2016 5:30 pm

Luego de que Brennan aceptó las ideas de Cassiopeia, las horas pasaron rápidamente, mientras ambos chicos hacían una de las cosas que más apasionaban hacer, tocaron, cantaron y compusieron por horas, era la primera vez que lo hacían juntos desde que eran novios y eso lo hacía todo más mágico, aunque para Cassie componer o tocar con Gru siempre había sido algo completamente mágico, el tener la conciencia de que ahora compartían sentimientos, que no eran solo dos amigos en la sala de música, y eso lo hacía todo mucho más mágico, más bonito.

Cuando estaba con Gru no dejaba de reír, podía sonreír de forma cariñosa, divertida, dulce, las carcajadas o la risa suave venía fácilmente a ella y eso era algo que siempre le aligeraba el alma, poder reír tranquilamente para olvidar todos los problemas, dejar de lado el pasado y el futuro y disfrutar solo el presente junto a Brennan. Mientras terminaba de escribir una nota en su cancionero escuchó a Gru indicarle que estaba nuevamente hambriento, no le pareció nada raro, además de que si habían pasado bastante tiempo allí y ella también quería un descanso. Pensaba responderle con una sonrisa, indicarle que podían ir a buscar comida o ir directo a la cena, cuando Gru volvió a hablar.

Sus ojos, sus palabras y su mirada le indicaban que la propuesta que le estaba haciendo no era tan inocente como aparentaba, el rostro de Cassie emuló el sonrojo que estaba viendo en el de Brennan al entenderlo y no pudo evitar sonreír avergonzada, ella no sabía si algún día estaría realmente lista para dar el paso a menos que pasara, tampoco tendría nunca la valentía de dar la señal que ahora le estaba dando Gru, por ello mismo sintió un pequeño alivio de que el castaño no la hubiera decepcionado y se levantó del suelo, para dejar las cosas de lado y aceptar la mano que le estaba ofreciendo, no sin antes robarle un último beso en los labios dándole de esta manera una respuesta afirmativa a la propuesta que le acababa de hacer — Claro, vamos — Aunque tampoco estaba mal decírselo verbalmente.

Publicado por Cassiopeia I. Rohmer Dom Ago 28, 2016 8:32 pm

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