Gotas de sangre [MT#3]

Gotas de sangre

Lugar: vestidores de zona deportiva.
Día y Hora: 30 de mayo. 5 pm.
Participantes: Ezra J. Harrison, J. Nate Seeber y Jack A. Hudson

Descripción: Las actividades han vuelto, por fin. Muchos alumnos agradecen disponer de un rato para correr por el campo de entrenamiento, desahogarse y gastar adrenalina. Aunque luego tengan que volver a sus dormitorios y quedarse allí recluidos como presos, el deporte los ayuda a sobrellevar ese mal trago.
Jack, Ezra y Nate han coincidido en los vestuarios masculinos después de sus respectivos entrenamientos. Antes de que la pesadilla comenzara el lugar era de los más concurridos del internado. Siempre se escuchaban risas, gritos y las toallas volaban en todas las direcciones; ahora es un sitio tranquilo en el que todos parecen tener miedo de alzar la voz, no vaya a ser que salga “el hombre del saco” de una de las taquillas y los secuestre.

Publicado por Alfred M. Motka Miér Sep 21, 2016 9:01 am

Dar inicio a un intento de rutina escolar en medio del caos generaba opiniones encontradas en Nathaniel que no sabía si estar o no de acuerdo. Por una parte, creía que resultaba beneficioso distraer la mente en otras cosas, pero por otro lado estaba claro que muchos (incluyéndose a sí mismo) no podrían mantener los pensamientos en los estudios o en los deportes precisamente, sino que, al contrario, las mentes viajarían hasta dar con una idea más interesante relacionada a su paradero en el internado y al de los desaparecidos. Nate solo podía pensar en Callie, su cerebro estaba en donde quiera que estuviera la chica y su hermana, incluso Bo y Caroline. Nate no podía ni imaginar lo que les podría estar pasando o las razones que los llevaron a estar ahí. Correr algún día fue su alivio, pero incluso en ese entrenamiento no había podido cumplir a la perfección su papel de capitán.

Hace algunos meses hubiera aprovechado la libertad de la que gozaba ahora para planear nuevas estrategias y probar otros métodos de entrenamiento, pero lo cierto es que su paso por el campo había sido una tontería, más de lo mismo, nada nuevo, incluso hasta pases sosos nada más para justificar su estancia en el terreno. No tenía ganas de pensar y, ese día e particular, solo quería recorrer cualquier área vacía para pensar y buscar alguna opción que los ayudara en la búsqueda. El chico Seeber agradece al finalizar el "entrenamiento" y no duda en irse antes que muchos de sus compañeros a las duchas. Extrañaba a Cassie, le hacía falta su sonrisa y chistes malos durante las prácticas, incluso que fuera ella la única que lograra dominar el genio de los miembros del equipo, en especial la cara de asco permanente de Caroline Harrison.

Luego de darse una ducha el chico sale con una toalla cubriendo su cintura, se cambia colocándose el respectivo pantalón y luego pasa una mano por el cabello húmedo sacudiendo los excesos de agua. Nate abotona su camisa para luego alzar la mirada y buscar algún rostro conocido, todos estaban en la misma condición; bajo perfil, como si temieran incluso al hecho de alzar la voz. Trataban de crear una normalidad que no existía.

Publicado por J. Nate Seeber Miér Sep 21, 2016 2:10 pm

Jack y sus obsesiones. Sus obsesiones y Jack, siempre de la mano, como notas que tienden a la discordancia pero que nunca llegan a separarse del todo.

Cada mañana se descubría ideando una nueva ocurrencia que terminaba marchita antes de que el sol se pusiese. Normalmente se trataba de un libro que necesitaba leer, un punteo de guitarra más complicado de la cuenta o la creencia absurda de que sus dientes no estaban derechos o blancos; memeces que sabía que no le quitarían el aliento al día siguiente, pero que al momento de sentirlas rodando por su mente lograban hacerle rechinar los dientes y apretar los puños hasta que las palmas sudaban. Pero no siempre fue así. Jack recordaba etapas de su pasado en las que llevar el pelo de una u otra forma no le había quitado el sueño; a menudo evocaba sus veranos en Manchester, estación en la que se sentía tan feliz por poder dormir en su casa que llegaba a olvidar que era un imbécil redomado y un ser imperfecto. Y que estaba loco.
Si había logrado convivir con sus imperfecciones durante años, ¿por qué se sentía tan vacío? ¿Por qué necesitaba culparse y señalar fallos para tratar de limarlos aunque supiese de antemano que no ganaría la batalla contra su esencia? Él no era el hombre de hojalata que camina con Dorothy a través del sendero de baldosas amarillas y tiene los ojos teñidos de esperanza. Él jamás sería recompensado con un corazón que lo calmase. Él debía aceptar su naturaleza de una maldita vez.

Porque eres imperfecto, Jack. Y estás loco.

La inquietud de aquel día tenía aires europeos y no parecía dispuesta a dejar su cabeza en silencio. Jack, que no se defendía más que en inglés y chapurreaba español, supo identificar la lengua italiana en cuanto terminó de lavarse la cara en el baño. Se trataba de una canción; una canción interpretada por un tenor que hubiera escuchado en bucle por el resto de los tiempos. Che gelida manina.
Hubiese embargado su vida por estar sentado frente al pc de su casa, tomando una taza de café y disfrutando de La Bohéme en ese momento. Y, sin embargo, allí estaba: en un vestuario masculino, lavándose la cara enfrente de chicos con los que, no compartía ni siquiera las clases de deporte. Ellos habían estado corriendo y tratando de divertirse. O de olvidar. Jack no sentía la necesidad de imitarlos. Si optaba por ahogarse en su egocentrismo, incluso llegaba a olvidar durante un rato que la muerte lo rodeaba; incluso olvidaba que se había convertido en un cazador errante sin un lugar donde poder establecerse.

Jack prefirió quedarse sentado en el suelo del vestuario todo el rato que duró el entrenamiento, sin apartar la mirada del barro de sus zapatillas mientras tarareaba su nueva obsesión sin separar los labios.

Se echó agua en la cara dos veces antes de secarse con la camiseta de deporte. No había corrido, así que estaba limpia. Él prefería entrenar el cerebro antes que las piernas. Luego se quedó muy quieto frente al espejo, mirándose fijamente a los ojos pero sin ver absolutamente nada. La canción lo mantenía tan obnubilado que, probablemente, Jack ni siquiera recordaba que estaba allí.

Publicado por Jack A. Hudson Miér Sep 21, 2016 8:05 pm

Reanudan clases. Sí, como lo están escuchando. No se si están locos o qué, pero las reanudaron, aunque no todas pues algunos profesores se negaron. Yo pensé en faltar, pero preocuparía mucho a Grace y estar solo no es la mejor opción. A veces nuestro peor enemigo es nuestra propia mente. Ya me fue suficiente estar meses hablando conmigo mismo y nadie más, no es para nada sano así que no se lo recomiendo a nadie. Además, soy más de estar con personas por si se han dado cuenta. Eso sí, para nada tenía ganas de ir a hacer fútbol. El solo pensar que tengo que ejercitar el cuerpo me cansa, y con los huesos que se me ven mucho menos. Intenté razonar con Grace para faltar junto a ella, pero la rubia es muy testaruda y de mente cerrada a veces.

Ni siquiera me esforcé. ¿Alguien se esforzó? Intenté evitar miradas y conversaciones con otras personas ya que simplemente no quería hablar y, cuando terminó el entrenamiento, dejé que vayan ellos primero al vestuario para luego yo entrar. Lo que no me esperé ver es que todavía había gente ahí, así que cogí la bata y me escondí en una de las duchas. Algo que todavía no he mencionado pero que debo decir es que, sorpresivamente, ya no me siento tan seguro con mi cuerpo. ¿Se lo pueden creer? Yo tampoco, pero los eventos fuck your mind. Y esto, claramente, significa que puede darme un ataque de pánico si alguien me ve desnudo y me juzga. Una mueca es suficiente para que me tire encima de esa persona.

Salgo de la duche y, tristemente, me tengo que encontrar a Hudson en el baño. El niño hipócrita que escribió cosas sobre Grace, Luka y yo. ¿Quién mierda se cree? No pienso ni por un segundo lo que pueden acarrear mis acciones ni me importa que acabe de salir de la ducha y tenga la bata puesta. Me acerco a él y mi puño derecho encuentra su cara en cuestión de segundos. El dolor seguro no es mucho, antes no tenía músculos y ahora incluso menos, pero lo importante es que lo he hecho—. Basura.

Publicado por Ezra J. Harrison Lun Sep 26, 2016 5:39 pm

Publicado por Alfred M. Motka Lun Sep 26, 2016 6:25 pm

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