Dulce niña [MT#3]

Dulce niña

Lugar: baño del cuarto piso.
Día y Hora: 24 de mayo. 15pm.
Participantes: Asher G. Arenberg, Elle Benson y Phoenix R. Blackwood

Descripción: La hora del almuerzo acaba de finalizar y los alumnos están volviendo a sus nuevas rutinas: paseos eternos por los jardines, sesiones de estudio de asignaturas de las que no se examinarán, siestas... Todo lo que se les ocurra que pueda ayudarlos a pasar el tiempo está bien. Algunos incluso optan por explorar el internado.

En el pasillo del cuarto piso todo parece estar en calma. Hay un par de muchachos sentados en el alféizar de una de las ventanas charlando animadamente sobre cromos deportivos. Una niña de unos trece años lanza una pequeña pelota de plástico contra la pared para luego recogerla en el rebote.
Y una de las encargadas de la limpieza abre la puerta del baño y entra.

Un grito ensordecedor retumba por todo el pasillo. La mujer que acaba de entrar en el baño sale apresuradamente de él, arrojando sus bártulos de limpieza por los aires. Su rostro es un fiel reflejo del miedo que la obliga a gritar: las mejillas que poco antes eran sonrosadas, ahora se han tornado de un color grisáceo que recuerda a la muerte.
Sus chillidos no cesan ni cuando corre por el pasillo, perdiéndose al doblar la esquina. Ha olvidado cerrar la puerta del baño.

Publicado por Alfred M. Motka Lun Sep 12, 2016 10:47 am

¿Era esta la calma después de la tormenta o antes de ella? Asher no sabría decirlo. El volver a la rutina le parecía tremendamente estúpido, aunque lo que fuese por terminar antes con este curso y largarse de una vez por todas del internado de la muerte en el que había terminado. La alternativa a estar aquí era morirse de hambre en el departamento pequeño en el cual vivía su madre en Los Ángeles. Y por supuesto, morir de hambre significaba que tenía que buscar dinero para saciar sus necesidades, no bastaba con los míseros billetes que ganaba por hora la mujer, claro que no.

Uno de los pocos puntos positivos de volver a empaparse con aburridas clases y dramáticos profesores y compañeros por igual era el conversar de manera más amena con las chicas de séptimo, la mayoría de ellas presentaban cuerpos más suculentos que las de cursos inferiores, y eso era de agradecer.

— Oh, vamos, un grupo de estudio estaría muy bien. No me digas que ustedes dos son buenas con cálculo, por favor. —se burló de sus compañeras de cabellera rubia, arrancando muecas de desagrado e incomodidad por la presencia del hombre.— En todo caso lo que menos haremos será estudiar. —agregó con tono engreído disfrazado de provocación.

El grito impacta en los oídos de todos los estudiantes del lugar y Asher, junto con las dos chicas, observa confundido a la empleada alejarse de ahí con ese miedo incomprensible. Las acompañantes del castaño le abandonan nerviosas y Asher voltea a verlas enfadado.— ¿A dónde van? Seguro que vio toda la mierda que tiene que limpiar y se largó. —explicó de manera burda.

Asher giró sus ojos y notó entonces la puerta abierta. Si no se involucraba cuando las vidas de otros estaban en peligro, ¿por qué se metería a ver un sucio baño? Tal vez para molestar a Ellie con lo que había visto, tal vez.

Publicado por Asher G. Arenberg Lun Sep 12, 2016 3:01 pm

La comida de aquel día no era gran cosa, pero no podía quejarse, tenía en cuenta de donde procedía. Prefería un plato caliente en su estómago que el pan pasado que solía comer. ¿Desde cuando se había vuelto tan tiquismiquis con lo que el Internado le ofrecía? Él no era religioso pero, sin embargo, el extraño de la carta había sido su salvación. Todavía pensaba una y otra vez en cómo lo había encontrado, teniendo en cuenta que no tenía una dirección fija en la que vivir. Desde que había ingresado había buscado con ahínco a esa persona, sin éxito. Pero las recientes desapariciones y muertes mermaban sus opciones. Quizás ya esté muerto.

Pasó primero por su habitación para recoger el libro que estaba leyendo en el club de literatura, nada más y nada menos que 1984 de George Orwell. A medida que se enfrascaba en el libro se fijaba más y más en sus compañeros y como la jerarquía de Dunkleheit influía en los alumnos. Sí, era un buen experimento social: el ojo que todo lo ve.

Se situó en uno de los sofás de la sala de ocio, alejado, vislumbrando el exterior del lugar a través de la ventana. Los cascos de un mp3 viejo, que alguien había perdido en el internado, descansaban en sus oídos, aunque no a un volumen moderado. Por eso fue capaz de escuchar el sonido estridente que llegaba a su oídos a través de el pasillo. Al principio pensó que era una chica a la que le había gastado una broma o una situación parecido. Pero cuando vio a la señora de la limpieza pasando a toda prisa por delante de la puerta de la sala, se levantó. Al igual que muchos otros que se encontraban dentro con él, la mujer llamó su atención, pero luego la calma volvió al lugar, cada uno prestando atención a sus cosas.

Pero él no. El dicho la curiosidad mató al gato se aplicaba a la perfección a Phoenix y, como si lo guiara el canto de las sirenas hacia su destrucción, siguió los anteriores pasos de la mujer hasta la entrada del baño. No se molestó en recoger todos los productos que había tirado, pero sí tentó mirar al interior del baño. Notó la presencia de Asher a su lado, pero no le dio importancia. Con aquel chico, la indiferencia era la mejor arma.

Publicado por Phoenix R. Blackwood Lun Sep 12, 2016 3:37 pm

Volver a la rutina le inquietaba aún más que tener su vida paralizada. Se había acostumbrado a encerrarse en su habitación a leer un libro o estudiar. Eso había estado haciendo la gran mayoría de las horas del día y estaba bien con eso. Elleanor no era muy complicada: podrías darle una novela de Shakespeare y la devoraría lentamente hasta saber hasta de qué murió la tatarabuela de algún personaje secundario. Porque ese era su mayor diversión, desentrañar misterios y saber todo lo que le fuese posible.

Aquel día Elleanor había optado por salir de su zona de confort y eso le asustaba. A la pequeña castaña le gustaba descubrir cosas nuevas pero una vez que se había acostumbrado le era difícil volver a desafiarse. Caminaba tranquila por los pasillos, con un ejemplar de Otelo frente a su nariz al cual no le quitaba los ojos de encima. Era tal su concentración que apenas escuchó los alaridos provenientes de su derecha y el desorden que se había dado lugar a su alrededor, hasta que alguien chocó con ella y su libro voló por los aires entre el gentío. Elleanor buscó con la mirada pero no pudo dar con él, debía de haberse perdido entre los pisoteos de los estudiantes. ¿A qué se debía tanto alboroto? Cuando volvió la mirada al frente se deslizó hacia la izquierda justo a tiempo, antes de que dos jovenes aterradas le tiraran al suelo y no dejaran de echar miradas hacia la puerta del baño del cuarto piso. ¿Elleanor estaba tan jodida como para hacer lo que iba a hacer? Frunció el ceño y caminó con inquietud hacia el baño, quizá demasiado rápido pues al entrar fue ella quien chocó contra la espalda de un joven castaño. Elleanor se frotó la nuca. Sus ojos fueron directo a Asher y por instinto todo su cuerpo se movió detrás del otro joven que le acompañaba. - Ala, ¿Qué? ¿Estan dando una fiesta y no me he enterado? - intentó bromear, soltando una risita incómoda.

Publicado por Elle Benson Lun Sep 12, 2016 5:13 pm

Publicado por Víctor E. Hempstead Lun Sep 12, 2016 5:23 pm

Publicado por Asher G. Arenberg Lun Sep 12, 2016 6:05 pm

Publicado por Phoenix R. Blackwood Lun Sep 12, 2016 7:47 pm

Re: Dulce niña [MT#3] Publicado por **Elle Benson** Lun Sep 12, 2016 8:12 pm

Publicado por Elle Benson Lun Sep 12, 2016 8:12 pm

Publicado por Víctor E. Hempstead Lun Sep 12, 2016 9:28 pm

Publicado por Asher G. Arenberg Lun Sep 12, 2016 9:55 pm

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