Dog Days [FB]- Noah & Dimitri

17 de Enero

Otro día en la oficina, otro pan en la boca. Al menos algo así recordaba el dicho. Como era usual, abrió la oficina un par de minutos antes de las 8:00 am, para así proceder con el ritual matutino: encender la estufa y espantar un poco el frío, abrir las cortinas dejando entrar la luz mañanera, intentar que la cafetera quisiera moler el café para un expreso, y organizar el material del día. Uno por uno realizó sus deberes, con la parsimonia característica del ermitaño acostumbrado a su pequeña guarida. Discutir con la arcaica tecnología del lugar para que hiciera su trabajo, era tan común que parecía más extraño cuando funcionaban de primeras. Ahí era porque algo malo iba a suceder, llámenle escéptica o como quieran, pero Kate tuvo un mal presentimiento cuando la computadora encendió de unas sin el típico chirrido.

Continúo, organizando los papeles que había dejado en una carpeta el día anterior, ya que contenían trabajo pendiente respecto al material de aula solicitado para un taller de una de las clases de geografía. Lo común era levantar una solicitud a la directiva para rescatar material que había en las bodegas, cosas que solo se utilizaban para ocasiones específicas como presentaciones o actividades recreativas. Como indicaba el protocolo, necesitaba al menos una semana de anticipación para tramitar su consentimiento, entre que revisaban que efectivamente el material que solicitaban se encontraba en el inventario, luego, que estuviera en perfectas condiciones, y, por último, la aprobación de la actividad en general. El caso era que había sido aceptada sin condiciones, solo que faltaba una última parte. Debido a los problemas técnicos que presentaba la fotocopiadora en la sala de profesores, ya que por razones desconocidas (ratones, mal uso, poca mantención o los años que llevaba) se encontraba fuera de servicio, ante lo cual, esa última semana los docentes habían comenzado a realizar fila para utilizar la fotocopiadora de la secretaría. Lo que tenía a Katherine con los nervios de punta, ya que no parecía ser suficiente que usaran la fotocopiadora, sino que también habían descubierto la comodidad de los asientos, el calor de la estufa y el delicioso café de su oficina, convirtiéndose en la nueva sala de profesores provisoria.

Preparada para la llegada de los docentes, se instaló en su puesto y comenzó a colocar resmas de hojas blancas sobre la mesa para que a medida que lo fuesen solicitando, fueran sacando y así rellenando la fotocopiadora. Entendía que claramente era un bien de primera necesidad una fotocopiadora para un docente, como el aire para los pulmones, pero no por ello cambiaba el mal ánimo de Kate, al verse invadida de un día a otro en lo que era su espacio de trabajo. Normalmente, el único ruido que se escuchaba era el tecleo de su computadora, la máquina de café una vez lista y de vez en cuando, el intercomunicador que daba directo a la oficina de Alfred Motka, y en verano cuando decidía abrir la ventana para que ingresara la brisa directa desde el lago.

Sintió la puerta golpear, y con un pequeño suspiro desgastado, dio el inició al día laboral: -Adelante, está abierto- dijo, alzando la voz para que pudieran oírle desde el otro lado – Buenos días ¿En qué puedo ayudar?- saludó con mal ánimo.De pronto se sintió como vendedora de autoservicio en McDonald’s

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Jue Sep 15, 2016 4:10 am

Siempre estaba pensando en métodos para contagiar mi pasión por la geografía a mis alumnos, de amenizar las clases llenas de datos y nombres de países, así como la historia de estas, muchas habían cambiado de capitales a lo largo de su desarrollo, Europa era un continente tan viejo como el mundo mismo, con muchos nombres, muchas ciudades que a día de hoy estaban divididas o se habían multiplicado, países que habían desaparecido o cambiado de nombre como consecuencias de las invasiones, con diferencia, sus mapas eran mi debilidad, mi pasión. Sin embargo, para muchos era una asignatura aburrida y constantemente tenía que estar buscando una forma de hacerla interesante, me negaba a ser uno de esos profesores que no se preocupaban por sus alumnos, que soltaban su discurso y a otra cosa, mariposa. Quizás por eso había recibido la oferta de trabajo en aquel internado — aun a día de hoy seguía preguntándome cómo me habían localizado si yo no recordaba haber aplicado allí. El caso es que uno de mis compañeros me había comentado que el anterior docente de Geografía se había hecho con un puzle del mundo en el que cada país era representado por una pieza y me pareció una extraordinaria idea, así que terminé echando una solicitud para rescatarlo de las bodegas.

Eso fue el día anterior, aunque no había parado de preparar clases desde mucho antes. Aquel puzle podía servir para los cursos inferiores, los mayores bien podrían mandarme a la mierda… a no ser que ideara algo más cooperativo e interesante, como un juego de pistas en el que cada uno de los alumnos tuviera una pieza. Vaya, a veces me ponía a pensar en cosas y no paraba, solo mi yo futuro sabe si esta idea sería la definitiva o habría acabado en otra totalmente diferente. Por lo pronto había creado en un ordenador de la biblioteca el típico ejercicio de relación entre columnas, con países a un lado y capitales en el otro, aunque con una sola copia poco podía hacer, y con la fotocopiadora de la sala de profesoras fuera de servicio no tenía más remedio que volver a la secretaría, la señorita Beauchamp-Frase iba a acabar harto de mí, no era la primera ni sería la última hoja que le llevaba.

Golpeé la puerta al llegar, para no entrar de sopetón, y solo abrí cuando escuché su voz. Su tono me hizo sentir un poco mal, trataba de ser educada pero a la vista estaba de que odiaba ser interrumpida. Casi estuve a punto de darme la vuelta. — Hola, buenos días. ¿Cómo estás? — sonreí mientras me acercaba a su escritorio con cierta duda, mostrándole con culpa la hoja — ¿Sabes? Es igual, puedo volver más tarde, no corre prisa — le quité importancia y me moví para darme la vuelta, aunque terminé mirándola de nuevo — No quiero ser pesado, pero… ¿se sabe algo de los puzles? — pregunté, aquel era el otro motivo por el que había acudido, para saber el estado de mi solicitud.

Publicado por Noah Clifford Vie Sep 16, 2016 3:51 pm

La abstinencia no era fácil para Dimitri Markuksenpoika. Hacía meses que había dejado el cigarrillo pero todos saben que cuando se va un vicio, entra otro, y él estaba tanteando el camino para saber a cuál dejar entrar. En el internado no habían demasiadas opciones, por lo que el café de secretaría sería, entonces, su víctima del día.

Las solapas de una carpeta oscura cubrían las páginas de una guia de ejercicios en la que había estado trabajando. Varios de sus alumnos, en especial de los últimos cursos, afirmaban tener problemas con el cálculo y él haría todo lo posible para facilitarles la tarea. Les había prometido ejercicios extra y sin una fotocopadiora funcionando en la sala de profesores, mataría dos pájaros de un solo tiro.

Aunque tenía un precio, por supuesto, y era encontrarse con la señorita Katherine. Despreciaba hasta su nombre, pues le traía malos recuerdos, pero lo que más le descolocaba era su hiperactividad, su necesidad por tener siempre mil actividades a la mano y, como en esa ocasión, su forzada simpatía con el público.

Deslizó la puerta y se impuso en la sala. Noah, el profesor de geografía a quien conocía sólo de nombre y asignatura, compartía un par de palabras con la secretaria.

—Buenos días— saludó a ambos, con una sonrisa discreta jugándole en los labios y se acercó a la cafetera con cortés discresión. Preparó un café muy fuerte y descansó sobre uno de los asientos en la sala. Le dio una mirada fugaz a la mujer detrás del escritorio y en un impulso agregó—¿O no tan buenos?— le dedicó una sonrisa a Noah y volvió sus ojos verdes al café, como si no hubiera soltado palabra alguna.

Publicado por Invitado Sáb Sep 17, 2016 1:57 am

Había sido demasiado brusca, y solo lo reconsideró cuando vio que quien golpeaba la puerta era Noah y no otro de los docentes. Arrepentida, esbozó una sonrisa real, y decidió por desarmar su rígida postura. –Oh, no, no te preocupes. Lo lamento – apresuró en reparar, extendiendo su mano para evitar que se marchara. -¿Puzles?- abrió los ojos con asombro, recordando lo que estaba haciendo hace unos segundos atrás- ¡La solicitud, cierto!-

Ansiosa, registró en los papeles sobre su escritorio, buscando la respuesta al petitorio que había levantado el docente y que supuestamente ya tenía su respuesta. Quitó un par de carpetas que estaban de sobra, algo que de seguro había dejado alguien más para que ella los guardase. En ello la puerta se abrió, un intruso más hizo su entrada y para mala suerte de Kate, era docente de cálculo. Su mañana iba de mal en peor. En el fondo de su corazón habría recibido de mejor forma a cualquier persona en el mundo, inclusive hasta el mismo demonio, pero no a él.

Aquel saludo agrió fue un puntapié en su estómago. Refunfuñó por debajo, malhumorada aguantando las ganas de lanzarle las carpetas, y porque no, su fea computadora encima, por mucho placer que eso le causase. Persiguió buscando la hoja, teniendo suerte solo después de desarmar por completo el escritorio. Tendría que ordenar nuevamente.

-Aquí está. Me han dicho que sí, efectivamente se encuentra completo y en buen estado, podrá retirarlo mañana a primera hora aquí mismo. Me encargaré personalmente de revisarlo de todas formas –respondió, sin poder evitar echar un vistazo hasta la cafetera- Ahora solo falta sacar una copia de esto, para entregársela y que me firme la original. Es por protocolo-

Dio la media vuelta, en dirección a su fotocopiadora abriendo la tapa inferior para cerciorarse de que contaba con una resma completa de hojas. Luego, procedió a levantar la tapa superior, colocar el papel y presionar el botón de copiado. Lo usual era que se escaneara la hoja y saliera una idéntica por el costado derecho, sin embargo, no sucedió ni lo uno ni lo otro. Desconcertada, Kate volvió a presionar el botón obteniendo el mismo resultado. Algo estaba mal. Buscó si es que había dejado la tapa inferior mal cerrada, pero no era el caso, miró a ambos lados como si la respuesta fuese a dar por ahí, y como último intento atrás de ésta, debiendo apoyar parte de su cuerpo para compensar su estatura. Ahí pudo dar con la causa de su problema. Estiró la mano conectando el cable de la corriente, sin saber cómo es que había podido soltarse. Ahora listo, la fotocopiadora podría volver a funcionar. Y así fue, solo que en el momento más inoportuno. El escáner encendió, y comenzaron a salir varias copias consecutivas del busto de Kate.

-¡No!- el color escapó de su rostro y llena de pánico presionó todos los botones que habían. -¡Basta, basta, basta!- Esto se estaba volviendo una pesadilla.

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Dom Sep 18, 2016 11:01 pm

La actitud de la secretaria cambió de forma radical después de dirigirme a ella, como si yo fuera algún tipo de excepción. Me sentí complacido e incómodo al mismo tiempo, aun así era bueno despertar una sonrisa en el rostro ajeno. Me alivió ver que no se tomaba mi solicitud a la ligera y empezaba a buscar entre sus papeles. Saludé a un no muy educado compañero que entró a la sala, esa era la impresión que me dio por la forma en la que se dirigió a la señorita Beachump. Regresé la mirada a la mujer que parecía empeñada en desentrañar los misterios de su propio escritorio con tal de encontrar el papel, el desorden que provocó me hizo sentir un poco culpable pues después de todo yo había sido el causante de ello, quizás después podría ayudarla a volver a colocar todo, desde luego.

Ya pensaba que no iba a haber suerte con mi solicitud, imaginando que se había perdido o traspapelado, pero para mi sorpresa consiguió localizarle. Escuché con una sonrisa las noticias, feliz de que el puzle estuviera disponible y completo, iba a poder hacer tantísimas cosas con él… — Maravilloso. Mañana lo recogeré entonces, tengo muchas ganas de ver cómo es y el partido que le puedo sacar. Muchas gracias, Kate — le agradecí, dirigiéndome a ella por su nombre de pila, después de todo debíamos rondar la misma edad. Asentí al conocer los siguientes pasos, fotocopia y firma, me gustaba encontrarme con gente tan organizada y que se tomaba tan en serio su trabajo, existía una creciente tendencia a dar las cosas por hecho y a dar lo mínimo posible con tal de cumplir con las responsabilidades, poca gente se preocupaba de mejorar o dar lo mejor de sí mismos, había pocas cosas que odiara más que la flojera.

Observé su recorrido, su camino hacia la fotocopiadora y el primer intento de hacerla funcionar. Sin embargo, ninguna copia se produjo. Estuve tentado de acercarme y ayudarla pero siendo aquel su territorio decidí no intervenir. Finalmente, parecía que había dado con la solución al problema pero vi que la fotocopiadora se puso en marcha antes de que la mujer se separara del escáner. Y así fue como empezaron a salir hojas y hojas sin parar, noté el pánico en su voz así que fui hasta su lado. — Parece haberse quedado pillada. Quiza si… Oh, vaya — me interrumpí al ver las copias que la máquina estaba sacando sin detenerse, ninguno de los botones que Kate presionaba interrumpían aquello. Comprendí su pánico y sus ganas de hacerla parar, así que en un arranque me agaché y de un fuerte tirón desenchufé la fotocopiadora. Las hojas dejaron de salir y usé la propia página que yo había traído, llena de nombres de países y capitales, para tapar el montón que se había aglomerado en la bandeja de la máquina. Tomé así el taco de hojas y se lo tendí a la secretaria — Tú sabrás mejor qué hacer con esto… — reí nervioso y tragué saliva, algo ruborizado por la situación.

Publicado por Noah Clifford Jue Sep 22, 2016 12:09 pm

Estaba casi al borde de una crisis de pánico. Las copias seguían saliendo y Katherine no atendía a hacer otra cosa que no fuera presionar los botones, ya con la palma a ver si es que decidía finalmente para su horror. Nada, no sucedía nada. La fotocopiadora parecía burlarse de ella mientras los papeles flotaban a vista y paciencia de los docentes. Iba a tomar su silla y lanzarla encima hasta romper la odiosa máquina en mil pedazos, aunque eso significara que tuviera que hacer las copias a mano cual escriba para todos los alumnos del internado por un año, prefería mil veces terminar con una tendinitis que a ser la vergüenza del lugar.

Para su suerte, Noah desconectó la máquina y ésta por obligación se detuvo. Katherine logró pegar un respiro, el calvario había terminado por fin. Todo su cuerpo temblaba de la rabia y sentía las mejillas escocer de la vergüenza. Tenía el llanto atragantado, más con un movimiento automático recibió las copias de la discordia y con una sonrisa sacada de lugar, las aferró a su cuerpo asegurándose que no fueran a escapar.

El incómodo momento era palpable en el ambiente -Sí, gracias…creo que las iré a quemar…- masculló con la voz hecha un hilo de llanto y rabia. Estaba que se pescaba la fotocopiadora, parafina, un encendedor y le prendía fuego ahí mismo, danzando a su alrededor a modo de burla por haberle sido infiel y traicionado sus sentimientos. <>, maldijo en su interior, porque por más ganas que tuviera de agarrarla a golpes, le necesitaba.

Sin saber cómo continuar, se quedó quieta en el mismo espacio aferrando con todo el odio las copias, a ver si decidían hacerte añicos por si Solas. Eso último le dio una idea, y rompiendo con su postura rígida se encamino hasta su escritorio, de ahí debajo sacó una trituradora de papeles y una a una fue metiendo las copias de busto volviéndolas tiritas de no más de 1 cm de ancho. Eran a lo menos 30 de ellas, pero sabía que, ya convertidas en fideos, las podría tirar al horno de la caldera, aquel que servía para calentar el agua del instituto, y así nadie jamás sabría el impase que habría sufrido. A excepción, claro, de Noah. ¿Tendría que matarle? No podía dejar testigos, pero tampoco llegar tan lejos. Además, no cabía en su trituradora de papeles.

Dio la media vuelta, continuando la labor de hacer desaparecer la evidencia –Esto no sale de aquí- amenazó. Una leve sombra gris en su mirada daba a entender lo serio del asunto y que estaría dispuesta a correr con las consecuencias de sus propias acciones, si a Noah se le escapa una sola palabra -¿Entendido?- sentenció, con la última copia acribillada.

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Vie Sep 23, 2016 12:04 pm

Yo mismo había acabado envuelto en situaciones igual de embarazosas como la que la señorita Beachump-Frase estaba sufriendo, aunque para recordar las mías debía remontarme a mis años de la escuela primaria. Dejé así que la propia aludida se encargara de los papeles recién impresos, no me incumbía a mí aunque de habérmelo pedido ella lo habría hecho igual. No sabía muy bien qué decir o hacer para hacer la situación menos violenta, al menos el otro docente había abandonado la sala de secretaría cuando terminó su café, aunque no estaba muy seguro de si estar a solas con la mujer sería menos incómodo o quizás yo también debía irme, y aun así no lo hice, como si una parte de mí quisiera quedarse a reconfortarla por lo sucedido. La observé acercarse a su escritorio y sacar una trituradora de papeles y poco más hizo falta para saber qué pretendía, mucho mejor que prenderles fuego, por lo menos no tan peligroso.

Recordé en el último instante que con ella se había llevado también la hoja que yo había impreso con la tarea del día para mis alumnos, colocada encima del resto para tapar los atributos fotocopiados, pero cuando fui a decir algo ella ya la había metido en la trituradora. — Eh… bueno, puedo imprimirla de nuevo — murmuré en voz baja, más para mí que para la mujer que parecía decidida a destruir cualquier prueba de lo que había pasado. ¿Cuánto tiempo debía permanecer la impresora desenchufada para que perdiera la “memoria” de lo que había escaneado? De nada serviría aquello si al enchufarla y encenderla de nuevo retomara la acción justo donde la había dejado.

La voz amenazante de Katherine me sacó de mis pensamientos y consiguió ponerme nervioso. — Sí, sí, no diré nada. ¿Decir qué? ¿Qué ha pasado? Aquí no ha sucedido nada — solté con una risilla nerviosa, palmeando mis propias manos. Tragué saliva y me llevé la mano a la cabeza, rascándome — Quizá no debas enchufarla muy pronto… la fotocopiadora, digo. Si no creo que seguirá imprimiendo tus… lo que estaba imprimiendo. O sea, no sé nada de impresoras o fotocopiadoras pero podría suceder — me encogí de hombros — O tal vez resetearla, podría funcionar. Te puedo ayudar… ¿Tienes el manual? — pregunté mirándola a los ojos — O igual mejor me voy y te dejo encargarte de ello… sin testigos — fruncí el ceño.

Publicado por Noah Clifford Miér Sep 28, 2016 10:06 am

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