The love club

Recuerdo del primer mensaje :

Una vida normal, eso era lo que intentaba llevar Callie. Necesitaba de la normalidad, de la rutina, de un "todo esta bien", aunque sea momentáneo. No eran sus primeras vacaciones en el internado, sabía lo que era despertarse a cualquier hora en el lugar, bajar y que el desayune duré más de una hora, la diferencia estaba en los pasillos y las salas vacías que con ese clima se llenaban de estudiantes que buscaban pasar el rato. Callie se pasó por la biblioteca como era usual en ella en las mañanas, tras haber ido a correr. Por más que se había dado una ducha, todavía podía sentir el frío en su cara, sus mejillas sonrojadas, su piel tensa. Recogió un par de libros nuevos por leer y se retiro a la sala de estudio, donde apoyada contra una ventana intento leer de manera continua. A medida que la mañana avanzaba y el sol se elevaba a lo alto detrás de esa espesa capa de nubes que cubría todo el cielo, el ruido y la gente se hizo mayor de manera proporcional, y cuando la muchacha se puso de pie para irse, nadie pareció notarlo.

Pensó en ir a su habitación o a la de su hermana, cualquiera de las dos opciones estaba bien, podría encontrarse con Cass y pasar esos días haciendo nada, quizá las dos leyendo, cambiando de posición en una habitación hasta dar con la correcta. Era posible que hiciera eso, incluso su camino se volvió ese, como si una voz en su cabeza le estuviera indicando a donde ir, pero no muy lejos del cuarto de su hermana, una puerta se mantenía cerrada como tantas otras, solo que, para Callie esa puerta no era una más, era la habitación de Rose.

Desde que habían acabado de conocerse en la biblioteca, gracias a los pedidos de Gru, una de las pocas cosas que hizo bien, comenzaron a llevarse bien. Tenían muchas cosas en común, a ambas le gustaban las largas conversaciones de la vida, aunque sea sobre libros favoritos o personajes. Hablaban mucho entre ambas, descubriendo que encontraban otra cosa en común. Tantos sus historias como su personalidad eran diferentes, nadie argumentaba contra eso, ni ellas mismas, pero tenían gustos en común y la posibilidad de mantener una charla sin rozar lo absurdo o lo banal. Trato de recordar cuándo había sido la última vez que había visto a la joven, pero en lo único que pensaba era en esa tarde en los acantilados con los chicos. Habían jugado a las cartas hasta que el sol les indico que era hora de regresar. Cambiando de rutina, Callie se encontró golpeando en la puerta de la castaña, a la espera de que abriera y le concediera el paso. —Aquellos que sueñan de noche en las polvorientas recámaras de sus mentes se despiertan de día para darse cuenta de que todo era vanidad, pero los soñadores despiertos son peligrosos, ya que ejecutan sus sueños con los ojos abiertos, para hacerlos posibles.— Recitó ni bien se abrió la puerta. —Thomas Edward Lawrence dijo esa frase, ¿cómo te encuentras?—

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Ene 22, 2016 7:43 am

Alza una ceja soltando una risa divertida. La situación no le hacía gracia, pero su amiga sí. En su mente se preguntaba si eso era lo más enojada que Rose podía estar con una persona. De haberse tratado de ella, el chico seguramente necesitaría hielo para poder sentarse en una silla. Su amiga era más delicada, pero la joven acabo por llegar a la conclusión de que Cole le había importado demasiado, por eso no estaba lista para odiarlo como se lo merecía, y aunque tenía ganas de ver el gancho de la joven, por más de que luego la que se tuviera que poner hielo fuera ella, esperaba que encontraran una forma de que la herida que se había hecho, fuera curada. —Ya sabes lo que dicen amiga: de cerca, nadie es normal. A todos se nos desalinean los patitos de vez en cuando. Mira a Gru, estoy segura de que sus patitos nunca hacen lo mismo que el otro. Sin ofender, me imagino a una bailando Jazz mientras el otro esta cantando una canción de amor— Bromea con intenciones de sacarle una sonrisa a la joven, pero de sólo imaginarlo, acabo por reírse de su propio chiste.

—Rose, no voy a decir te lo dije, pero es la verdad. En la biblioteca, la primera vez que hablamos te advertí que muchos de nosotros tenemos fantasmas del pasado y que tu no eras la única. No puedes estar segura de conocer a una persona si no sabes que es lo que hace que pierda los estribos o que no puede controlar la situación. A veces, en las situaciones menos esperadas, se revelan las verdaderas personalidad, es ahí lo que uno tiene que notar, porque mentir es fácil. William Shakespeare dijo: "La vida entera es un teatro, y todos los hombres y mujeres, simples comediantes". No puedes caer en el truco de lo que te muestran, porque mostrar que la vida es perfecta basta con mostrar una sonrisa y decir que todo está bien, pero hasta que no sabes diferencias una sonrisa feliz de una sonrisa triste, hasta que no sabes distinguir la diferencia entre una persona actuando y una persona siendo como es y diciendo la verdad, no puedes decir que lo conoces. Cole es otro comediante, y uno con experiencia. Ten cuidado y se una comediante también si es necesario— Explicó esperando no haberse ido demasiado por las ramas o haber dejado el punto en cuestión de lado. No le gustaba que su amiga no fuera capaz de defenderse así misma de la manera en la que ella la defendería de tener la oportunidad, pero no podía hacer nada, era su batalla al final de cuentas, y ella sólo era una espectadora de esa secuencia de escenas.

—Creo que eso lo sé— Dice en voz baja sin querer menospreciar el consejo que su amiga le estaba dando, pues, esos comentarios tenían mucho valor en su mente, pero algo le decía que eso lo sabía y que no estaba siendo completamente honesta con la joven a su lado, así como no era honesta completamente con ella misma. ¿Era así como se sentía? Estar cegado de manera tal que uno era incapaz de llevar a cabo consejos que daría a otras personas. Nunca lo habría imaginado, pero allí estaba, viviendo la experiencia.

Se queda en silencio, tardando más de lo necesario en responder y explicar por qué había dicho lo que había dicho. Simplemente tenía que pensar una forma de explicarlo de manera en la que ella misma pudiera entenderlo. —Es como en...— Mal comienzo, en el momento en que comenzó a hablar ningún ejemplo vino a su mente, y en lo único que podía pensar era en el principio de acción y reacción, pero no tenía ver con lo que ella quería expresar. —Creo que tu me vas a entender en ésto. Hay diferentes etapas de miedo, algunas de ellas las puedes controlar, como no sé, cuando ves una araña, no me gustan, las odio, no me gusta estar cerca ni para matarlas y si alguien las puede matar por mi, mejor, pero si tengo que hacerlo, lo hago. Es simple. Lo controlo. Otras no se pueden controlar, pero cuando eso pasa, mi reacción es evitarlo o romperlo. Expulsarlo fuera, y creo que eso es en parte lo que pasa, que cuando tengo miedo, en especial de algo que incluye a otra persona, la alejo. No quiero que eso pase con Nate. Y cuando es algo nuevo, algo que no conozco, siento miedo, y como no es nada que pueda eliminar, no soy capaz de controlarlo, entonces reacciono, y mis reacciones no siempre son las mejores.

Sentía que acaba de explicar todo de la manera más rebuscada posible, incluso que se las había ingeniado para que así fuera, pero no estaba acostumbrada a sacar sus sentimientos y enjaularlos en palabras, y tampoco creía que esos fueran capaces de ser capturados con palabras. Era la primera vez que le parecía que las palabras del diccionario le quedaban cortas. —Supongo que así como no hay una cura contra la locura, tampoco hay una cura contra el miedo, sólo queda enfrentarlo, y eso como que me aterra un poco más que todo lo demás.

Publicado por Calliope C. Rohmer Jue Mar 10, 2016 1:31 am

El solo chiste de Callie hace que una risa musical brote de los labios de Rose mientras la mirada de la chica sigue perdida en el techo como si este representara el espacio o un cúmulo de puras estrellas, a la castaña le gustaba pensar que era así. Había logrado conseguir un grupo valioso de amistades y se sentía cómoda de hacer cosas que nunca hizo y que para la humanidad podían ser tan comunes como tomar un vaso lleno de agua. Reírse de sus compañeros, compartir anécdotas... todo aquello la hacía feliz y la distraída del mal momento que estaba pasando. Agradecía en silencio la presencia de Callie, de no ser por ella seguramente Rose seguiría en el mismo foso que había cavado para hundir la tristeza que le producían todos los recuerdos en torno a Cole.

El mensaje de Callie queda claro, tan claro que Rose se tiene que acostar para procesar toda la información y decir algo que de verdad valiera la pena. No podía creer en falsas promesas, eso sí lo tenía asegurado, no sería capaz de prometerle a Call algo que no podría cumplir porque Rose estaba segura que ella no podría ser una "comediante", no como la opción que su amiga estaba pintando. Rose era una de las personas más puras del internado, pura porque no era capaz de mentir o de cubrir a la perfección lo que le estaba pasando, lo había intentado y había sido un desastre en cualquiera de los intentos. La chica no se encontraba en la capacidad de figir algo que no sentía o de cubrir sus emociones porque tarde o temprano las mismas acabarían por estallar. Rose toma un respiro y asiente, lo único que sale de sus labios es un simple. —Lo sé—. Porque tenía la certeza que lo sabía solo que no se creía capacitada para responder mas allá.

Llega el momento de escuchar a Calliope. Lo primero que hace es sonreír por su reacción ya que Rose se había dado cuenta nada más con ver a ambos chicos aquella vez que había salido con Brennan, Nate y Callie. Era tan evidente que la chica se sorprendía al pensar que ambos no habían tenido nada desde antes, desde mucho tiempo atrás. La escucha y la entiende solo que no dice nada para no interrumpirla. Rose, más que muchos, sabía lo que era tener cualquier tipo de miedo y concordaba con Callie de que a veces las reacciones de cada uno no eran las mejores. Rose sabe que para responder tiene que sentarse así que lo hace y acomoda un poco sus cabellos con sus dedos para flexionar sus piernas y acercarlas a su cuerpo. —Creo que enfrentar el amor que sientes por Nate va a ser toda una aventura, Callie.

Rose humedece sus labios antes de seguir, toma un respiro porque sabe que corre el temor de extenderse. —Todos tenemos miedo o respeto a lo que no conocemos, sería anormal si no fuera así. Es normal que temas a estar con Nate de una forma a la que ninguno de los dos se había arriesgado hasta ahora, pero, ¿no debería ser eso una ventaja? A ver, Callie, Nate es tu mejor amigo, los he visto, he visto cuanto te quiere, cuando te proteje, lo he visto como amigo, lo he visto cuando te ve como hombre. Es normal que sientas miedo, pero a la vez es algo muy especial que te atrevas a cruzar este camino con él. De seguro él también está asustado, pero si hay algo que se y que tengo por seguro es que no te va a dejar sola. Call, vas a lanzarte al vacío tomada de la mano con Nate, ¿no sientes que eso ya es más grande que cualquier cosa?—. Rose la ve esperando que la entienda. —Probablemente muchos te digan que te arriesgues, que te lances a la aventura porque va a ser peor que no intentarlo, ahora, yo quiero centrarme en que vas a estar con él, pase lo que pase vas a estar con él y eso ya es un paso grande porque tienes que tener en cuenta que él también puede tener miedo. Crucen el puente juntos, vas a ver que todo lo que pasaste con Nate te va a ayudar... ¿quién sabe? quizás a vivir momentos felices que no imaginaste vivir.

Publicado por M. Rose Wood Dom Mar 13, 2016 12:32 pm

Soltó todo el aire de golpe. Rose tenía razón, pero siempre existía un pero. Callie estaba acostumbrada a ir sola por la vida, sin depender de si alguien estaba o no a su lado, y Nate, adoraba que Nate estuviera a su lado, y que pudieran hacer cosas juntos, pero dudaba, la joven dudaba, y no le gustaba dudar, la asustaba. Y era miedo, todo era miedo, la cantidad de cosas que el joven sabía de ella la asustaban, que supiera cuando mentía, cuando evitaba un tema, cuando estaba nerviosa o de mal humor. La asustaba que supiera cada detalle de su vida como la cantidad de nudos que les hacía a las zapatilla o que a la hora de la cena primero comía lo que fuera caliente y luego lo frío, que no tomaba líquido hasta que no terminaba de comer, que le encantaba repetir el postre, más cuando tenía helado de chocolate. Callie se había abierto a Nate para que descubriera todas esas cosas de ella, y ahora no estaba segura si agradecer o estar arrepentida. Rose tenía razón, debía ser algo bueno, no algo malo.

—Seguro yo sería la que dijera que te lances al vacío porque es mejor eso que no hacer nada— Susurra por lo bajo, reconociendo lo que diría en caso de tratarse de otra persona. Toma aire un par de veces antes de poder hacerse una idea de que contestar. —Estamos hechos de costumbres y rutinas, creo que nunca somos capaces de alejarnos de eso, pero puedo intentarlo. Al menos Nate sabe que si mete la pata estará en problemas— Bromea con libertad para soltar una risita baja, aunque nunca la habían lastimado como para poder decir cuál sería su reacción, pero le recordó a Rose y se puso de pie de un solo movimiento.

—Voy a intentarlo, lo prometo, no me cerraré en mi burbuja, pero tu— La señalo con la mano ante de agacharse mostrando su mano para que pudiera tomarla y levantarse. —No puedes quedarte encerrada aquí para siempre, tienes que salir y no te estuve viendo mucho fuera de tu cuarto, así que te toca mover tu bonito trasero, vamos a ir a dar una vuelta— Habla mientras piensa que pueden ir a hacer, y una idea se le cruza por la mente. Una sonrisa desafiante se cruza en su mente. —Ponte zapatillas, vamos a ver si alguien de atletismo corre más rápido que alguien de lacrosse— Plantea el desafío mostrando un poco de soberbia, pero era más para una broma. A Callie no le gustaba perder, pero cuando se trataba de retos con amigos lo hacía por reír más que por otra cosa. De todas formas, si Rose ganaba, no estaría de buen humor. Tendrían que pasar por la habitación de ella después de salir de ahí, y quizá podían pasar por las cocinas para comer algo, pero era bueno salir un rato, y tenía muchas cosas por procesar aún.

Abre la puerta para ir adelantándose, y se gira al recordar algo más. —Por cierto, por esas casualidades, ¿Tienes pijamas largos?— No era algo que quisiera explicar, pero le quería hacer un favor a Nate dado que no sabría cuando estaría lista, pero si sabía que pasaría por su habitación muchas veces, como venía haciendo desde que se conocieron.

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Mar 18, 2016 3:53 pm

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