Danger Zone

Recuerdo del primer mensaje :

Lunes 11 de enero, 17:25 h

Aprovechando el frío que hacía fuera, Ezra decidió pasar la tarde estudiando y repasando lo que habían dado esa semana en clase. Últimamente parecía que su cabeza estaba en otro lugar, quizá se debía a los recientes acontecimientos ocurridos en el internado o a que llevaba un par de noches en las que le costaba conciliar el sueño. Fuera como fuese, le costaba prestar atención en clase y por ello vio la necesidad de dedicarle algo más de tiempo al estudio. Pero por lo visto, no era el único que había pensado en lo mismo. Tanto la sala de estudio como la biblioteca menor estaban llenas, no había tan solo una silla donde poder sentarse. Así pues, tras pasarse por esos lugares, intentó probar suerte en la biblioteca del primer piso. Al ser esta más grande, habría más posibilidades de que hubiera un sitio libre.

Cuando llegó a la biblioteca, buscó con la mirada un sitio donde poder acomodarse. De primeras no tuvo mucha suerte, ya que no logró ver ninguno. Fue caminando por la gran sala con paso lento entre las estanterías y mesas, y cruzando miradas con algunos compañeros de clase a los que no tenía en gran estima. Al final, en un lugar apartado de la sala, logró ver una mesa que parecía vacía, por lo que se encaminó hacia allí. Pero al tener una mejor perspectiva, descubrió que no era así. Jack ocupaba parte de la mesa. Chasqueó la lengua pero como no tenía ganas de subir de nuevo las escaleras para encerrarse en su cuarto, decidió ocupar la otra mitad de la mesa. Lo bueno de Jack es que no era una persona muy habladora, por lo que la tranquilidad estaba asegurada. O eso esperaba.

Sin pedir permiso o preguntar si el sitio estaba ocupado, tomó asiento al otro lado de la mesa.- Hey. -Saludó en un susurro, más por educación que por otra cosa, y comenzó a sacar sus apuntes de historia, el libro de texto y un estuche lleno de bolígrafos y algún que otro marcador. Afortunadamente estaban dando la Segunda Guerra Mundial, uno de los temas que más le gustaban a Ezra, y eso hacía que el estar encerrado en la biblioteca no fuera tan mal plan al fin y al cabo. Abrió el libro por la página que tocaba y buscó en sus apuntes la misma lección. Estos parecían un jeroglífico, a su mala caligrafía había que añadir el hecho de que se estaba medio durmiendo en clase aquel día. Resopló algo angustiado. Sería mejor que comenzara a pasar esos apuntes a limpio y así a la vez le serviría de estudio. Cuando fue a empezar, notó que le faltaban algunos datos y que muchas frases estaban llenas de interrogantes. Él mismo se sorprendió de encontrarse con aquello, ya que sus apuntes solían ser todo lo contrario. Rara vez faltaba una fecha, una localización o algún dato curioso que comentaba el profesor. Levantó la mirada dirigiéndola por un segundo a Jack. Y durante ese segundó, la idea de pedirle los apuntes a su compañero, cruzó por su mente. Pronto desechó la idea y decidió intentar descifrar esos apuntes por sí mismo y buscar información antes que pedir ayuda al chico.

Publicado por Ezra V. Padmore Vie Feb 19, 2016 2:01 pm

Tal y como había hecho antes, volvió a esperar la respuesta de una manera paciente, sin apartar la mirada de Jack por si respondía solo con un gesto. Muchas veces le había pasado que él respondía con una sacudida de cabeza y la otra persona no se percataba, lo que hacía que volviera a repetir la pregunta de forma insistente y más fuerte, como si estuviera sordo o algo. Odiaba eso. Y es por ello que no apartó la vista hasta que hubo escuchado la respuesta. Esta le pareció algo graciosa, así que soltó una carcajada poco sonora, ya que no quería llamar la atención.- Sí, yo también lo creo… -Murmuró coincidiendo con él, con una sonrisa de diversión. Puede que esa fuera una de las pocas ocasiones en las que coincidiría con su compañero y se reiría con él al mismo tiempo. Quizás Ezra se había precipitado al prejuzgarlo y se había equivocado con él todo ese tiempo. Claro, que tampoco había tenido muchas ocasiones como para conocerlo verdaderamente. En clase eran como dos extraños, y en clase de música solo intercambiaban las palabras necesarias para hacer lo que se les pedía. Fuera como fuese el chico, en ese momento a Ezra le cayó un poquito mejor. Incluso se sorprendió por las palabras que siguieron. Jamás pensó que el propio Jack le animaría a hacer un trabajo para subir nota. Después de todo, él era el que siempre quería destacar y estar por delante. ¿Por qué darle una ventaja a Ezra? Por un momento dudó de las intenciones de su compañero pensando que ahí había gato encerrado. Parecía demasiado amable (demasiado para cómo es Jack a los ojos de Ezra). Pero pronto desechó ese planteamiento, pensando en que estaba demasiado cansado y su mente le estaba haciendo ver complots donde no los había.

- Sí… Supongo que puedo hacer un trabajo más. –Dijo pensativo, pues estaba agotado mentalmente y en ese momento la idea de hacer un trabajo no le animaba demasiado. Quizá después de dormir lo suficiente, la idea podía ser más alentadora.- Gracias. –Añadió, ya que le pareció correcto agradecerle que le resolviera la duda y sin utilizar un tono brusco o grosero, además de sugerirle que pidiera ayuda al bibliotecario.

Justo cuando iba a ponerse de nuevo con su tarea, otra cuestión surgió en su mente.- ¿Tú lo vas a hacer? –Preguntó con tono curioso, refiriéndose al trabajo, arriesgándose así a ser calificado como cotilla. En cierto modo, lo era en ese ámbito, ya que saber si sus compañeros estaban dispuestos a hacer un trabajo extra para subir nota le servía como motivador para hacerlo él también. No es que fuera un vago, pero le sobraba con los exámenes y los trabajos justos para sacar una muy buena nota. Si se podía ahorrar el trabajo extra, mejor para él. Además de que con esa pregunta podría resolver una vez por todas la duda sobre qué hacía Jack con esos libros (pues era algo que le inquietaba en cierto modo), y puede que también le ayudara a saber por qué lo había animado para hacer un trabajo voluntario.

Publicado por Ezra V. Padmore Miér Mar 09, 2016 10:11 am

La repentina carcajada de Ezra logró terminar de descolocar a Jack. Su impresión sobre el muchacho siempre había sido bastante mala -gran parte de la culpa se la debía a sí mismo, pues tendía a pensar fatal sobre todo el mundo creyendo que así evitaba desilusiones-, ya que lo creía un auténtico engreído y un listillo competitivo. Sin embargo, ahí estaba, riendo y tratando con amabilidad a alguien que lo miraba por encima del hombro cada vez que podía. Porque no, Jack no se cortaba ni lo más mínimo al mostrarse altivo con los demás.
¿Acaso era ciego, ignoraba que le caía mal o prefería hacer oídos sordos para vivir más tranquilo?

Igual se trataba de otra treta para conseguir que se sintiese tan confiado que no hiciese el trabajo y su puntuación bajase. Esa opción podía ser acertada. Quería creerlo. Debía creerlo.

Oh, vamos, ¿y eso qué más daba? Jack podía ser un completo idiota con cualquier persona y picarlo en busca de su enfado, pero no se veía capacitado para comportarse mal cuando alguien no le daba pie a ello después de un rato; insistir con su obstinación absurda de parecer un completo desagradable cuando alguien no le respondía se volvía una “hazaña” tan vacía como repugnante. El machaque innecesario prefería dejárselo a los abusones. Las sonrisas lo espantaban precisamente porque lograban bajarlo del caballo de egocentrismo metafórico e irreal en el que siempre iba subido. Insistir en buscarse enemigos a toda costa era propio de las malas personas, y Jack odiaba sentir que su fondo realmente estaba teñido de color negro.
Gris, quizá. Negro jamás.

Bajó la cabeza al momento, tratando de obligarse a volver a sus tareas e ignorar la amabilidad y buenos modales de su compañero. “Si no los ves, no existen”. Le resultó imposible en el mismo momento en el que Ezra volvió a hablar, agradeciéndole algo que ya no recordaba. Apretó los dientes e inspiró todo lo hondo que pudo. Hubiera rezado para que aquello acabase; para que Ezra se sintiese incómodo y dejase de hablarle. Solo así evitaría el tratar de tensar de nuevo la cuerda. Porque no podía cambiar de repente y descubrir sus cartas al oponente, como le había ocurrido con Rose, a quien no era capaz de tratar mal.
El lápiz que había estado usando resbaló de sus manos hasta quedarse incrustado en el centro del cuaderno, pero Jack no lo recogió para continuar con sus tareas. Había perdido el interés y las ganas de acabar los deberes de Español. Las oraciones podían esperar; no ocurría igual con su actitud.

—No lo creo. Dudo que el profesor lo corrigiese sin quejarse. Ya te he dicho que me parece el tipo de persona que prefiere escucharse a sí mismo, dejando a un lado la objetividad, así que prefiero ahorrar tiempo y esfuerzo. —respondió con un susurro, hosco y altivo como de costumbre. De repente le dolía la cabeza. No estaba siendo un buen día; el mes había sido un completo asco, y parecía que finalmente iba a explotar. Se sentía colapsado. Demasiado colapsado para poder reponerse al momento.

Decidió que lo más acertado sería marcharse de allí. Las paredes y la gente lo asfixiaban. Sentía la garganta seca, como si estuviera atorada por un objeto de procedencia desconocida que le impedía que saliese la voz. Quería ser malo y no se veía capaz de espantar a Ezra traicionando sus principios. Las fuerzas para fingir se le habían agotado por culpa de las escasas horas de sueño. Alzó la cabeza por fin para meter a tropel su material de trabajo en la mochila sin darse cuenta de que debía verse como un auténtico loco. Como un incoherente que actúa movido por ondas extrañas. En pocos segundos tuvo todo recogido. Se levantó arrastrando la silla, ignorando el tremendo ruido que realizó y que, perfectamente, pudo oírse en toda la biblioteca.
La estancia permaneció en silencio, aunque algunas cabezas voltearon para mirar al loco que los había molestado al darle un golpe al mueble.

Estaba rodeando la mesa, ya con la mochila colgada de un hombro, cuando se dio cuenta de que no había respondido la última pregunta de su compañero. Se giró lo suficiente para poder mirarlo por el rabillo del ojo, frunciendo el ceño. Sus modales seguían intactos, sobre todo cuando merecían ser sacados a relucir.

—Si al final te animas, ahí tienes los libros. A mí ya no me sirven. Si no te molesta, me gustaría que los dejases aquí cuando acabes con ellos. El bibliotecario agradecerá que le adelanten trabajo al verlos todos apilados en un mismo sitio. —farfulló, notando que su altanería permanecía intacta. Entonces se colocó la mochila de un tironazo, aunque no había resbalado ni un solo centímetro, y se apuró en salir de la biblioteca a zancadas. No se despidió. Podía sentirse mal por no ser capaz de actuar con la vileza que se exigía, pero tampoco iba a ponerse a repartir flores a todo el que pasara.

[1]Fiel a su estilo, cuando Jack siente que no puede tratar mal a la otra persona, huye XD Me ha gustado rolear contigo. Espero que repitamos pronto.
Puedes postear una vez más si quieres y mandar a cerrar el tema ^^

Publicado por Jack A. Hudson Lun Mar 14, 2016 8:27 pm

Efectivamente, Ezra eran de los que preferían hacer oídos sordos para vivir más tranquilo. Ya había aprendido la lección años atrás y no quería volver a repetir aquella situación si podía evitarlo a toda costa. Procuraba ignorar cualquier ataque hacia su persona hasta que, claro, se le agotaba la paciencia. Pero en este caso, a Ezra le quedaba paciencia para rato y tampoco es que tuviera ningún motivo para atacar a su compañero. De hecho, le sorprendía que el muchacho no estuviera metiéndose con él. A su parecer, había metido las narices donde no le correspondía en varias ocasiones con sus preguntas, pero el chico le había contestado (con su tono habitual) sin utilizar ningún insulto o mofa contra él.

De nuevo su respuesta volvió a desconcertar a Ezra. A pesar de su tono hosco, el cual atribuyó al desprecio que Jack podría sentir hacia el profesor, de nuevo no había atacado a Ezra. Se limitó a asentir con la cabeza como respuesta, estando de acuerdo con sus palabras. Decidió ignorar cualquier desconcierto que Jack le causaba y no preguntar más. Aunque la respuesta de su compañero le había dado un motivo para no desperdiciar su tiempo con un trabajo, aún seguía sin saber si debería hacerlo o no. Notaba como ese día apenas había mantenido la concentración en las clases, y posiblemente seguiría igual en los próximos días si no daba con una solución para conseguir dormir. Frunció los labios, confuso consigo mismo. Debería pensar en ello más tarde. Volvió la vista hacia su cuaderno y el libro que tenía en frente, con la intención de seguir con repasando ese Picasso que tenía como apuntes. La duda de por qué la palabra “trabajo” estaba ahí en medio de un párrafo que no tenía nada que ver volvió a surgir en su mente. Pero estaba ya demasiado cansado para seguir pensando en ello, así que decidió ignorar aquello también y continuar con lo que estaba haciendo.

Pronto, pudo oír como Jack empezaba a recoger. Seguramente ya había acabado con su tarea, o al menos eso pensó Ezra. Sintió cierta envidia, pues ahora mismo las ganas que tenía él de estar allí encerrado eran de menos cien. Pero debía terminar aquello si no quería que se le acumulase el trabajo. Así que siguió con la cabeza gacha, intentando concentrarse para poder acabar él también. Trató de no prestarle atención cuando se levantó pero cuando escuchó su voz llevó la mirada hacia el chico.

-De acuerdo. Gracias. –Dijo en un susurro antes de verlo desaparecer de la biblioteca. Se quedó empanado mirando hacia la salida durante un instante. “Qué raro es este chico,” volvió a pensar refiriéndose a su compañero, sacudiendo la cabeza al mismo tiempo antes de volver a sumergirse en su tarea. Quería acabar cuanto antes y ahora que no había ninguna distracción, cumplir con ello sería más sencillo.

//Es que con Ezra es un poco difícil xD Lo mismo digo ^^//

Publicado por Ezra V. Padmore Dom Mar 20, 2016 1:41 pm

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