Ronda de Noche

25 de febrero de madrugada

Tras cuatro días allí, ya habían considerado que se debía conocer lo suficiente el internado como para que le tocara hacer una de las vigilancias nocturnas de los alumnos. Bostezó perezosamente mientras se ataba las zapatillas en su habitación. Tenía sueño pero tampoco le preocupaba mucho. Al fin y al cabo tenía el néctar milagroso para esas ocasiones: Café. Como salía con tiempo de su habitación para ir donde había quedado con esa profesora pelirroja (¿Ophelia podía ser? O algo así), decidió pasar por las cocinas y preparar un termo de café. La verdad es que ese sitio podía dar algo de respeto de noche pero tampoco estaba realmente preocupado. Había estado en sitios mucho peores.

Mientras se iba acercando al punto de los pasillos donde había quedado con la profesora, completamente en silencio, tuvo la fuerte tentación de acercarse sigilosamente y pegarle un susto. Finalmente llegó a la conclusión de que sería algo que haría cuando tuviese más confianza con ella y que un ataque al corazón no era la mejor de las primeras impresiones.
-Buenas -susurró mientras se acercaba a ella, tratando de no deslumbrarla con la linterna que llevaba, saludando con la otra mano de manera amistosa.

Una vez estuvieron ya los dos juntos, se sirvió un café del termo mientras miraba alrededor. Hacer una patrulla así le recordaba viejos tiempos.
-Así que ¿Qué tenemos que vigilar? ¿Que no hagan las cosas que hacen los adolescentes sobrehormonados? -preguntó tratando de bromear. Tras beberse su café de un solo trago, le ofreció el termo a la mujer.
-¿Quieres?

Iba a ser una larga noche pero quizás hasta podía ser divertida. Pillar a alguien y jugar a poli bueno/poli malo... No se estaba tomando muy en serio todo el asunto, eso estaba claro.

Publicado por Mark Pratchett Mar Abr 05, 2016 9:41 am

Nunca me había gustado la idea de pasar despierta toda la noche, incluso la primera vez que había hecho eso había sido en ese mismo internado y por las mismas razones. A veces no era capaz de reponerme del todo y no me gustaba la idea de tener sueño en clases. Era la profesora, nunca quedaba bien que una profesora tuviera sueño en su propia clase.

Todo era diferente a aquellos días en los que solo eran paseos nocturnos tratando de encontrar a algún alumno fuera de la cama o evitando caer en trampas de los graciosos. Con todo lo que había pasado apenas era capaz de dormir, y cuando lo hacía era invadida por pesadillas. No podía parar de preocuparme por los estudiantes, por cómo estaban o qué podía llegar a pasar. Cuando llegó el día de mi patrulla, casi que lo esperaba, al menos esa noche tendría algo que hacer más allá de mirar el techo o intentar leer un libro.

Froté mis manos con fuerza, largando el aire dentro de las mismas para poder entrar en calor. Llevaba un abrigo largo, pero aún así tenía frío, algo me decía que apagaban las calefacciones mientras todos dormían. No tuve que esperar mucho hasta que el profesor Pratchett apareciera con un saludo bajo. Mostré una rápida sonrisa, asintiendo lentamente. —Buenas noches.

Por favor que sean buenas, pensé internamente, sin agregar eso en voz alta. No quería ni sonar como pájaro de mal agüero, ni como la profesora asustada de cualquier sonido que estaba comenzando a creer que era. Sus palabras me desconcertaron un momento, pero luego volví a asentir.

—Efectivamente, nada de estudiantes en habitaciones de otras personas haciendo cosas que no deben hacer, y tampoco visitas a las cocinas— Respondí sin alterar mi sonrisa, pero solo de pensar en la noche previa a navidad y en todo lo pasado, casi que mi sonrisa desaparece. Me repetí en mi mente que no debía perder la calma y que la paciencia era crucial. —Por favor, hace un frío insoportable. No me sorprendería que caíga alguna que otra nevada antes de que el invierno termine por acabar..

No era de las personas que tomaban café seguido, pero la idea de ingerir algo caliente sonaba increíblemente apetitosa.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Lun Abr 11, 2016 12:30 pm

-Bueno, están en la edad. Y no hay muchas formas de divertirse aquí por lo que veo -dijo con un tono algo socarrón mientras le servía una taza de café. Se acordaba de él mismo en la instrucción, aún cuando ya por aquel entonces se le daba bien ser sigiloso, le habían pillado más de una vez. Su sargento instructor había llegado a decir que o acababa en fuerzas especiales o que lo echarían, ninguna posibilidad en medio. No se había equivocado al fin y al cabo. Una vez Ophelia (Casi seguro de que se llamaba así, pondría la mano en el fuego) se acabó el café volvió a guardar el termo.

-Hay algo de corriente. Creo que alguien tiene que haberse dejado una ventana abierta -comentó pensativo mientras levantaba la mirada, tratando de averiguar de donde venía. Parecía que por el pasillo de derecha, así que allí se dirigió. No es como si tuvieran unas rutas de patrulla estrictas o algo así, era simplemente hacer que estaban para que los alumnos se lo pensaran dos veces antes de salir.
-¿Y cómo os entretenéis los adultos por aquí aparte de...? -empezó a preguntar cuando sus reflejos reaccionaron antes que su cabezota. Empujó a Ophelia apartándola de algo... que resultó ser un simple murciélago que se había colado por la ventana que habían dejado abierta buscando algo de calor.

Se quedó por lo que le pareció a él una eternidad y que seguramente no superara el medio minuto en shock, mirándose las manos con las pupilas contraídas, respirando de una manera antinaturalmente lenta. Estás en casa. Estás en casa. Estás en casa. Tranquilo. Había sobrerreacionado sin llegar a pensar que no estaba en ninguna guerra y que Ophelia no estaba en ninguna clase de peligro. Pero la patrulla de noche le había despertado recuerdos... No le pasaba desde hacía ya un año cosas así.
-Lo siento muchísimo, de verdad... Supongo que me he asustado -forzó una sonrisa tratando de quitarle hierro al asunto, seguramente le había pegado un buen susto. Podía notar como la cruz que llevaba bajo la camiseta parecía que cogía peso por momentos.

-Te debo una ¿Eh? -aseguró guiñándole un ojo, intentando que fuera como si no hubiese pasado nada. Ahuyentó al bichejo con las manos (No parecía haberle gustado mucho al final el plan de quedarse allí) para finalmente cerrar la ventana.

Publicado por Mark Pratchett Lun Abr 11, 2016 2:21 pm

Tuve que dar el brazo a torcer, era cierto que estaban en la edad, y que el internado no era, precisamente, un parque temático de diversiones donde los estudiantes vivieran una fiesta por hora, y, estaba bastante lejos de eso, incluso no recordaba que haya habido una fiesta en las fechas cercanas, al menos los profesores no nos habíamos enterado de las mismas, y, por lo que había visto, no había caras de satisfacción y misiones cumplidas en la semana. Más bien las caras estaban plagadas de miedo, angustia y desconsuelo, algo con lo que me gustaría trabajar, pero algo para lo cual no había nada que pudiera hacer más que mantener promesas que no estaba segura de poder cumplir.

—Supongo, aunque, por como van las cosas, comienzo a pensar que una fiesta les vendría como una bendición para ellos y para nosotros— Comenté con la vista en algún punto lejano. Volver a aquellos problemas de fiestas y cambios de habitación sería algo bueno, al menos los prefería, eran mejores que muertes, desapariciones y la sensación de que no se podía confiar en nadie.

Seguí al profesor hacía la supuesta ventana abierta, las temperaturas habían sido tan bajas que no había pensado en que la solución podía ser tan simple como esa. Una ventana abierta, hubo días en los que parecía que todas las ventanas habían estado abiertas, sin embargo, solo era frío. Sonreí ante la pregunta mientras daba un sorbo al café y sentía el calor propagarse por todo mi pecho, una de las mejores sensaciones que se podía sentir en invierno. —En realidad, depen...

No llegué a completar mi respuesta, y tampoco a comprender bien lo que estaba ocurriendo. La penumbra de la noche tampoco había facilitado la tarea, pero un siseo se escapó de mis labios al sentir el calor del café sobre mi antebrazo. Pasé la mano rápidamente por la zona, verificando que las capas de abrigo habían evitado lo que podría haber llegado a ser una quemadura. Luego de eso dejé escapar una risa, por más de que el sonido que el murciélago hacía, me daba un poco de miedo.

—Definitivamente no nos divertimos de esta manera— Bromeé casi sin pensar en los efectos que podía tener que me riera en esa situación, pero se había tratado de un momento de susto pasajero. Nada grave, y era mejor liberar las tensiones que podían quedan. —No hay razones por las cuales pedir disculpas, ¿Usted se encuentra bien? Y en cuanto quién le debe a quién, creo que soy yo quien le debe una, los murciélagos me dan un poco de miedo.— Comenté observando al animal salir volando. La corriente de aire cesó y gire para ver la ventana cerrada. —Ve, es mi héroe— Agregué para dar más tranquilidad. —¿Seguro que se encuentra bien?

Publicado por Ophelia E. Westerberg Jue Abr 14, 2016 1:39 pm

Miró al techo pensativo sin poder evitarlo con una sonrisa escapándose de sus labios cuando la palabra fiesta llegó a la conversación. Nadie y cuando Mark dice esto va completamente en serio, NADIE, hacía fiestas más salvajes que los militares de permiso. El razonamiento era simple: Gente que sabe que cada fiesta puede ser la última, que tiene unos umbrales a la adrenalina adaptados de manera distinta a los de una persona normal y que durante despliegues en lugares dejados de la mano de Dios viven como en un monasterio medieval. Evidentemente, una fiesta en un internado tan elitista como ese sería algo mucho más relajado, pero aun así la idea le gustaba.

Tras lo que a partir de ese momento iba a llamar mentalmente ''el incidente del murciélago'', de manera sistemática inspeccionó a Ophelia con la mirada, revisando si le había pasado algo. Nada, solamente la había manchado. Unas palabras retumbaban en su cabeza mientras hacía esto: Asegurar al VIP. Se estaba empezando a sentir incómodo, tenía que reprimir todos esos instintos, no era ni el momento ni el lugar. Soltó un largo suspiro ya más tranquilo cuando la mujer no le dio importancia. Hasta había bromeado, eso le gustaba. No había mejor cosa para liberar las tensiones sociales que el humor ¿Y no es al caso cualquier placer la liberación de una tensión? Se podría decir que entonces el humor era ''placer social''. O algo así. El caso es que le gustaba y punto.

Parecía estar más tranquilo y relajado hasta que la palabra ''héroe'' salió en la conversación. Antes le pesaba, ahora notaba como si su medalla le estuviese ardiendo bajo la camiseta. Sin embargo, haciendo un gran esfuerzo, logró que todo se limitara a un fugaz ceño fruncido que desapareció tal y como vino.
-Sí, estoy bien. Solamente me he... acordado de algo. Y siempre que quieras divertirte de la manera que tú quieras, estoy disponible.

Un par de engranajes de su cerebro hicieron unos sonidos como CLING y CLANG y tras un silencio incómodo volvió a hablar.
-Tengo una baraja de cartas y todo eso para juegos -añadió por si era malinterpretable lo que acababa de decir.

Si hubiese un mini Mark manejando la boca de Mark desde el cerebro, seguramente estaría pidiendo ahora mismo la baja por estrés laboral.
-Para juegos normales como el póker normal con unas cartas completamente normales y... ¡FIESTAS! Sí, la fiesta es una buena idea. Pensemos en eso -dijo agitando nerviosamente la linterna mientras volvía a echar a andar por el pasillo. A ver si tenían suerte y se encontraban con un estudiante intentando saltarse el toque de queda y podía

Mark tenía una memoria bastante mala en general pero a corto plazo era más aceptable, así que le preguntó por algo que había despertado su curiosidad.
-Y por cierto ¿A qué te refieres con ''por como van las cosas''? ¿El estrés de llevar ya aquí demasiado tiempo encerrados?

Publicado por Mark Pratchett Jue Abr 14, 2016 4:02 pm

Suelto una risa sin poder contenerla, pero atrapo con mis dientes mi labio inferior considerando si decir algo en voz alta o simplemente callarme por el momento. No quería que Mark pensara cualquier cosa de mí, pero es que con tantos estudiantes alrededor todo el tiempo, es difícil no entender para donde van sus pensamientos cada vez que escuchan algo. Yo había tenido que cuidar mis palabras cada vez que hablaba en clases, más cuando estaba en los cursos de quinto para arriba.

Opté por tomar el riesgo. —Mark, no tengo intenciones de ser mala contigo, ni tomarte el pelo, pero tienes que tener cuidado con lo que dices, muchos estudiantes sacan todo lo que escuchan de contexto. Todo.

Siento el calor en mis mejillas, porque en realidad el tema me da toda la vergüenza del mundo, como se podía llegar a presentir, era una persona muy pudorosa. Y hasta me ruborizaba al pensar como interpretaría un estudiante que el nuevo profesor se entregara a cualquier entretenimiento que yo pueda ofrecer. También mi rubor iba porque había ido a aquel pensamiento que en cualquier otro momento de mi vida hubiera interpretado como lo que Mark en verdad quería decir. Tenía la sensación de que los estudiantes habían perturbado mi mente, y no estaba segura de que tan bueno o malo era eso, pero estaba segura de que me enteraría dentro de poco. Aunque por el último agregado del profesor, comenzaba a suponer que él también había pensado en cómo sonaría esa frase si se la sacaba fuera de contexto.

—En cuanto a mí, puedes estar tranquilo, rara vez mal interpreto la información que se está diciendo, salvo cuando pienso en cómo pueden reaccionar los estudiantes al decir algunas cosas— Explicó para justificarme a mí misma. —Doy clases de pintura, a veces me aterra lo que pueden llegar a pintar cuando les pido que se inspiren en algo.

Por eso también mis explicaciones eran tan largas en esas actividades.

Hubiera respondido a lo de la fiesta, si la pregunta de mi colega no me hubiera tomado con la guardia baja. La preocupación se precipita en mis ojos, puedo sentirla. No sé qué decir, y mis se mueven, mi dientes se rozan, pero no emito ninguna palabra. Tengo que obligarme a tragar saliva, porque no sé cómo comenzar a explicar lo que venía. No sabía si callarme o si decir todo lo que sabía, o si simplemente limitar la información a la mínimo e indispensable.

Dudo antes de hablar, y sé que notara mi duda, por lo tanto sonrió con la mirada en el suelo, incapaz de mirarlo. —Bueno… yo me refería... quiero decir… Lo siento.

Me tengo que disculpar, haciendo una pausa para tomar un poco de aire. Cuando había hablado con Brian sobre lo ocurrido en la noche de Halloween, había sido difícil, y me ocurría lo mismo ahora, con la diferencia de que nunca había dicho esas palabras en voz alta, y me aterraba lo que podría pasar si lo hacía, simplemente porque constatar que todo eso había ocurrido de verdad.

Sigo sin ser capaz de levantar la mirada cuando hablo, y juego con el borde de la manga de mi abrigo. —Antes había otra directora, Motka era el vicedirector, y algo paso. Nos enteramos de algo, fue extraña la manera de enterarnos, pero lo hicimos, y resulto que lo que encontramos no era lo que esperábamos ver, y fue difícil. Yvette renunció días después y le dejó el puesto a Alfred, ahora Miriam es vice, y las cosas quieren volver a la realidad, pero siento que los estudiantes ya no se sientes tan seguros en éste lugar. Pasaron cosas extrañas. Cosas que son difíciles de olvidar.

Dirijo mi vista al exterior, hacia la noche que encierra todo con oscuridad. Me tomó mi tiempo antes de mirar a Mark.

—Cuesta hablar de lo que uno quiere olvidar, siento no ser más detallista— Agrego a todo lo que ya había dicho. —Muchos queremos pensar que ha terminado, pero en el interior creo que todos pensamos que recién comienza.

Suelto una risa, nerviosa, inquieta. —Lo lamento, no quiero asustarte, sé que eres nuevo y no sé si esto es lo que quieres escuchar en verdad. ¿Quieres que cambiemos de tema?.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Dom Abr 17, 2016 2:27 am

Él no era en realidad muy vergonzoso, más bien lo contrario. Pero una cosa es no tener demasiadas inhibiciones y otra cosa es poner en un compromiso a otras personas, a veces es divertido incomodar un poco a los demás pero la profesora parecía algo... recatada. O sea, miradla, se había enrojecido y todo, estaba monísima ¿Cómo podría querer reírse de alguien así? Daban ganas de agarrarle de un moflete y tirar de él.
-Oh, no te preocupes con ser mala conmigo. Y con lo de tener cuidado con lo que dices, sí, ejem... lo tendré en cuenta -empezó a rascarse la barba mientras pensaba que ese mismo día a los de 7º les había dicho que no estaba seguro de si a Lord Byron le gustaban los monos o no. Lo bueno es que eso no era malinterpretable en absoluto, lo malo es que tampoco era justificable en absoluto.
-Eh, tampoco creo que hubiese nada malo que dejen volar su imaginación cuando pintan ¿No? Mientras no colguemos sus obras en los cuartos de los de primero, no veo el problema -sonrió mientras daba su opinión con el tema.

La pequeña parte de él que nunca llegaba a dormirse del todo apuntó el dato de que en ese lugar había clases de pintura. Pintura significa compuestos químicos, compuestos químicos significa... normalmente en su contexto, un gran KABOOM. No sabía mucho de el tema desde el punto de vista científico, pero había que saber improvisar y esa era la clase de cosas que te enseñaban.

Permaneció en silencio mientras seguían avanzando por los pasillos mientras Ophelia le explicaba lo que le preocupaba. Ya había notado que en ese internado pasaba algo raro pero no esperaba que fuese tan... bueno, misterioso. Era estimulante y preocupante a partes iguales. Cuando la mujer terminó, sin pensárselo dos veces le puso la mano en el hombro y le dio un suave apretón. Tal vez era la clase de cosas que debería aprender a no hacer, quizás era muy inapropiado. Pero nunca había trabajado con gente que no fuese... bueno, parte de su unidad y en esas circunstancias los lazos se forman de manera instintiva. No hace falta conocerse demasiado para que te caiga bien el tipo que ha evitado que te peguen un tiro. La camaradería surgía como las setas tras un día de lluvia y mientras que nadie le dijera lo contrario, él pretendía seguir pensando así con el resto de profesores.

-No tienes que disculparte de nada, Ophelia -dijo rezando por no haberse equivocado de nombre. De verdad que esas cosas se le daban mal-, y no te preocupes por no decirme más, estás en tu derecho. Nosotros haremos que los estudiantes se sientan seguros de lo que sea ¿Trato? -preguntó ofreciéndole la mano para que se la estrechara. Era algo teatrero pero desbordaba confianza al hacer esas cosas. Como si la opción de fallar no estuviese encima de la mesa en absoluto. Él simplemente no podía tolerar que dañaran a la gente que lo rodeaba, no después de lo de Afganistán.

Sonrió un poco mientras se le ablandaba la mirada cuando la mujer le ofreció cambiar de tema. Tenía mucha curiosidad sobre los detalles pero a él le pareció que era mejor para ella que dejaran eso por el momento. ¿Miedo? Realmente no lo tenía, más bien preocupación. La parte de él que podía sentir miedo se había atrofiado hacía tiempo.
-Claro, hablemos de cosas más alegres. Respecto a la fiesta, se me ha ocurrido que podríamos hacer algo por Semana Santa, ya queda poco. ¿Sabes que sería perfecto en un sitio como este? La. Mejor. Búsqueda. De. Huevos. De. Pascua. JAMÁS. HECHA. -puntuó cada una de las palabras de esa frase para darle un énfasis, dicho así parecía la mejor actividad posible. A él le encantaba buscar huevos de pascua, era un ejercicio ideal para mantener las habilidades de rastreo. No le podía importar menos que alguien pudiese creer que era algo muy para niños. Y más importante, sería el momento ideal para curiosear por todo el internado sin levantar excesivas sospechas.

-De premio podríamos, no sé, algo muy loco, dejarles pintar algo de inspiración completamente libre por ejemplo -añadió mientras se aguantaba una risita.

Publicado por Mark Pratchett Dom Abr 17, 2016 7:52 am

Me encojo de hombros acomodando mis cabellos con delicadeza, mirando a algún punto perdido del corredor mientras buscaba encontrar las palabras adecuadas. No podía justificar diciendo que a mi me daba vergüenza, además de sonar demasiado egoísta, no era el punto de toda la situación.

—Volar la imaginación es una cosa, yo les pido que hagan eso todo el tiempo— Comienzo remarcando las palabras vitales en aquella oración. —El problema se encuentra en el momento en que la creatividad vuela a cierto punto que termina molestando o incomodando a otras personas, y en aquellos que no saben cuándo parar una broma o cuándo distinguir una de la realidad. Es como cuando colocas mal una coma, "No, es inocente" es lo opuesto a decir, "No es inocente", sin embargo un descuido puede hacer que una cosa se vuelva otra.

Sonrió con cierto nerviosismo.

—No me gusta que desvirtualicen lo que quiero decir a otra cosa— Acabo por confesar, volviendo a acomodar mis cabellos detrás de la oreja. —Lo hacían cuando era joven, nunca me causo demasiada gracia. No es que crea que deben creer firmemente en lo que dice otra persona o no desconfiar en las dobles intenciones, pero no me gusta cuando hay malicia en ellas.

Vuelvo a agachar la mirada. Por más que no lo dijera en voz alta, no me gustaba mostrar mis incompetencias, y una de ellas era que confiaba demasiado en las personas como para poder distinguir cuándo hacían algo con maldad y cuando no. Mi primer instinto siempre es pensar que lo hacen con bondad e inocencia, pero ya había aprendido que no siempre eran esas las intenciones que las personas llevaban. Algunas veces solo buscaban destruir y denigrar.

No domino la sonrisa que se forma en mi rostro al escuchar tales palabras. Alzo la mirada y acabo por estrechar la mano.

—Trato— Pero lo digo tan bajo que casi solo muevo los labios sin emitir algún sonido. Era lo que intentaba hacer, darle seguridad a los estudiantes, tratar de recordar que era el mismo internado al que una vez llamaron hogar. —Aunque seguro le creen más si lo escuchan de usted. Mi autoestima no esta por el piso, pero los estudiantes siguen viendo a una pequeña profesora pelirroja cuando me ven.

Lo digo en un tono de burla, para aliviar el ambiente y calmar un poco mi corazón, aunque no uso suficiente de aquel tono que delata la verdadera naturaleza de mi intención y no estoy segura de cómo es que suena.

—Solo espero que los estudiantes que desaparecieron regresen pronto— Agrego rápidamente, y, de inmediato comienzo a repasar todo lo que había dicho. ¿Se habría enterado de eso? Yo no lo había dicho. Mis mejillas enrojecieron al momento. —Supongo que no había dicho eso, del pequeño detalle de que hay unos estudiantes que desaparecieron después de que nuestra antigua directora dejara el internado

Mis manos vuelan a mi cabeza, y rascan un poco la sien. —Creo que no diré más nada, no deseo quitarle el sueño a usted también.

Y eso era cierto, toda la situación me quitaba las ganas de dormir, no quería preocupar al nuevo profesor, mucho menos asustarlo con historias que parecían ser sacadas de un libro de terror. Todo lo que deseaba decir era que estuviera atento, pero hasta eso ya me parecía demasiado. Debería empezar a controlar mi lengua. Lo mismo me había pasado en la sala de profesores, si hubiera mantenido la boca cerrada, los demás profesores no me verían como una niña mucho menor que el resto de los estudiante.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Vie Abr 22, 2016 3:40 pm

Mark escuchó con mucha atención a Ophelia mientras le hablaba sobre su opinión en las clases de pintura. Y realmente agradeció que le dijese eso porque sin esas advertencias, probablemente él era la clase de imbécil que acabaría haciendo los demás. El problema era que tenía una pequeña vena maliciosa que nunca había llegado a extirpar de él. Le gustaba molestar un poco a la gente, forzar los límites de los límites para ver hasta donde llegaban. Una vez un psicólogo del ejército le explicó que en gente de sus... características esto era de hecho un rasgo positivo. Liberar en dosis inocuoas ese sadismo lo hacía menos propenso a ser la clase de soldado de operativos especiales que hacía... cosas. Él había visto mucho de eso Es imposible por simple estadística que en esas unidades no haya un número de sociópatas alto. Era algo con lo que había lidiar.

El caso era que con esas indicaciones, ya sabía cómo trataría a Ophelia. Era algo ''modosita'' pero no había nada malo en ello.
-Comprendo. Es una posición entendible, no todas las personas manejamos ese tipo de temas igual. En parte, es lo bonito de las personas ¿No crees? -comentó ensanchando un poco la sonrisa. Era una de las razones por la que le encantaba socializar con todas las personas posibles. Todas eran en cierta manera únicas y a su vez, todas eran en otras ciertas maneras, iguales. Ver esas semejanzas y diferencias era como un descubrimiento continuo. La gente como Ophelia... era la gente por la que merecía la pena que gente como Mark se manchase de sangre hasta los codos, la clase de persona por la que no le importaba ser como una ''esponja'' que absorbía todo lo malo del mundo para que no lo vieran.

-¿A mí? ¿Por qué deberían creerme a mí? Soy un simple recién llegado mientras que tú llevas un montón aquí. Y no veo nada malo de que vean a una pequeña profesora pelirroja. El respeto es algo bastante distinto a la intimidación -dijo mientras le daba otras palmaditas en el hombro. Si no le paraban en seco, un gran defecto en él es que tendía a ser paternalista con la gente que le parecía ''mona''. Como cachorrillos.

Mantuvo la calma cuando Ophelia le dijo que habían habido desapariciones de alumnos. Montar escenas nunca ayudaba a nada. Nunca.
-No te preocupes, duermo como un truco ¿Qué ha dicho la policía al respecto? -preguntó con una voz bastante neutra mientras su mente trabajaba a toda velocidad. Si ÉL tuviese que extraer a gente de ese internado ¿Cómo entraría? ¿Cómo lo haría? ¿Qué distancia sería la óptima a la cual tendría el lugar donde retenerlos? ¿Cual sería el método óptimo de deshacerse del cadáver en caso de que fuesen eliminados?

Era esa línea de pensamientos la que no quería que el resto del internado se diese cuenta que tenía. Él mismo los veía monstruosos pero simplemente eran ya parte de él. La verdad es que estaba siendo una patrulla interesante por la conversación, porque en cuanto a lo demás, exceptuando lo del murciélago, era sosa. Ningún alumno intentando entrar en la habitación de otro, ningunas risitas ni gemidos ni cosas de esas en las habitaciones que justificaran una intervención, nada de nada. Menudos alumnos más sosos.

Publicado por Mark Pratchett Vie Abr 22, 2016 5:28 pm

Una mueca se forma en mis labios. Mark tenía razón, pero a medias. Primero no era el símbolo del respeto personificado, incluso, a veces tenía la sensación de que era todo lo contrario. Los estudiantes podían tenerme cariño, pero eso no era lo mismo que el respeto. Era como la profesora amable con la que podían hablar y pedir favores, pero estaba segura de que si llegaba a ponerme seria se me reirían en la cara. Por eso creía que estaba equivocado, no porque creyera que el respeto era igual a la intimidación, sino porque el respeto no era algo que yo hubiera reclamado.

—Si, bueno… pero… la intimidación tiene un efecto más inmediato que el resto— Conteste con la  misma mueca en mi cara, y marcando demasiado el acento irlandés que trataba de apagar dentro del internado. —Es de suponer que tampoco soy una figura demasiado respetuosa, no causo el mismo efecto que algunos otros profesores o incluso los directivos.

Puede ver en su rostro pequeñas contracciones. Gestos más duros y admiré la valentía que presentó. En su lugar yo me hubiera retirado para ir por mis cosas y desaparecer dejando una carta de renuncia. Problemas y más problemas. Eso era lo que había en el internado. Eso era algo que seguramente no le habían dicho cuando lo contrataron, detalles que debían haber pasado por alto. Me sentí enojada, enfrentando la impotencia de que no alertaran a los nuevos de lo que podían llegar a enfrentar o ver. Es decir, en mi contrato no estaba estipulado que acabaría colgada de un árbol y sería liberada gracias a la gentileza de unos alumnos y luego nos encontraríamos con un cuerpo destripado. Pero, había sido una mera casualidad, los directivos no podían estar relacionados con eso, salvo Yvette. No tenía problemas de que ella estuviera involucrada, ya estaba lejos, y esperaba que estuviera muy, muy lejos.

—No creo que se haya alertado a la policía— Fue un susurro. No quería pensarlo antes de decir aquellas palabras, pero Mark tenía derecho a saber todo. Y hasta me sentí mal por haberle regresado una pequeña sonrisa a aquella broma que había hecho sobre sí mismo. —Esa es una teoría de mi parte. No podría confirmar que sea o no cierta, pero por la información que tenemos, eso es lo que parece. No he visto a ningún agente, no se ha dado una explicación formal. Todo se mantiene pendiente de un hilo que espero que no se corte por compasión a los estudiantes. No sé si podrían soportar otra noticia escandalosa como las que venimos recibiendo y esperar a que confiemos en que no pasará nada más.

Tome aire, forzando a mi rostro a que dejara asomar una pequeña sonrisa. Era un desastre para notificar malas noticias.

—Ahora todos están preocupados por los desaparecidos, esperando que ningún amigo sea el siguiente, o peor, un hermano— Nerviosa, acomodé mi cabello, costumbre que no se iría, siempre hacía eso cuando me encontraba en aquel estado. —Me gusta la idea de la búsqueda de huevos de pascua, espero que a los estudiantes también les guste. Podemos hablar con el personal de la cocina, ver si nos pueden dar una mano, yo me puedo encargar de la decoración…

Publicado por Ophelia E. Westerberg Dom Abr 24, 2016 7:26 pm

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