Ronda de Noche

Recuerdo del primer mensaje :

25 de febrero de madrugada

Tras cuatro días allí, ya habían considerado que se debía conocer lo suficiente el internado como para que le tocara hacer una de las vigilancias nocturnas de los alumnos. Bostezó perezosamente mientras se ataba las zapatillas en su habitación. Tenía sueño pero tampoco le preocupaba mucho. Al fin y al cabo tenía el néctar milagroso para esas ocasiones: Café. Como salía con tiempo de su habitación para ir donde había quedado con esa profesora pelirroja (¿Ophelia podía ser? O algo así), decidió pasar por las cocinas y preparar un termo de café. La verdad es que ese sitio podía dar algo de respeto de noche pero tampoco estaba realmente preocupado. Había estado en sitios mucho peores.

Mientras se iba acercando al punto de los pasillos donde había quedado con la profesora, completamente en silencio, tuvo la fuerte tentación de acercarse sigilosamente y pegarle un susto. Finalmente llegó a la conclusión de que sería algo que haría cuando tuviese más confianza con ella y que un ataque al corazón no era la mejor de las primeras impresiones.
-Buenas -susurró mientras se acercaba a ella, tratando de no deslumbrarla con la linterna que llevaba, saludando con la otra mano de manera amistosa.

Una vez estuvieron ya los dos juntos, se sirvió un café del termo mientras miraba alrededor. Hacer una patrulla así le recordaba viejos tiempos.
-Así que ¿Qué tenemos que vigilar? ¿Que no hagan las cosas que hacen los adolescentes sobrehormonados? -preguntó tratando de bromear. Tras beberse su café de un solo trago, le ofreció el termo a la mujer.
-¿Quieres?

Iba a ser una larga noche pero quizás hasta podía ser divertida. Pillar a alguien y jugar a poli bueno/poli malo... No se estaba tomando muy en serio todo el asunto, eso estaba claro.

Publicado por Mark Pratchett Mar Abr 05, 2016 9:41 am

-Puede que no tengas el respeto, te lo concedo -dijo chasqueando la lengua, no le gustaba mucho discutir con la gente y tendía rápido a aceptar las posiciones de los demás-. Pero por cómo hablas, es posible que hayas creado algo mucho más importante, la confianza. Cuando haces algo porque alguien que respetas te lo dice, lo haces sin pensar en lo que estás haciendo, simplemente porque te lo dice alguien concreto. Cuando confías en ese alguien, lo haces porque sabes que está haciendo lo mejor por ti

Al fin y al cabo, era así como funcionaban en las unidades de élite del ejército como la que era parte. Y si ese era en teoría un internado de élite ¿Por qué no funcionar así? La obediencia ciega que es causada por la intimidación o el respeto solo hace que tengas una sola mente con muchas manos. La confianza en cambio era algo que nacía como resultado de una reflexión.

No pudo evitarse llevarse la mano a cara cuando Ophelia le dijo que no habían llamado a la policía y soltar en voz baja una maldición en ruso. Lo primero que aprendes de cualquier idioma son los tacos y nadie los hacía más imaginativos y atroces que los rusos.
-Bien, entonces lo prioritario es mantener la calma, no queremos una situación de pánico aquí -susurró entre dientes, sin poder evitar empezar a pensar en ese internado más como un campo de refugiados que como un centro escolar- . ¿Han llegado a reaparecer alumnos previamente desaparecidos? Si lo han hecho, habrá que dar un ultimatum a la dirección, una fecha límite a partir de la cual se contactará con la policía, quiera o no. Si no han reaparecido nunca... bueno. Tú llevas más aquí que yo.

Una mueca de auténtico desagrado se cruzó por su cara. La SAS era la principal unidad para situaciones con rehenes y sabía de esas cosas. Y eran siempre lo peor a lo que podía enfrentarse. Pero por ahora, solo podía permitirse pensar como un profesor más. Asintió en silencio a lo de los huevos de Pascua, tenía mucho en lo que pensar en esos momentos y se le notaba en la cara, mantenía el rostro tenso, con los labios firmemente cerrados. Finalmente soltó un suspiro, como derrotado.
-Supongo que ya es tarde para desviar la conversación hacia una agradable charla informal en la que nos conoceríamos cada uno un poco más al otro, formar lazos y crear un ambiente distendido y agradable de relación laboral ¿Verdad? -dijo con marcado tono irónico mientras inspeccionaba con su linterna debajo de un mueble del pasillo. Había algo metódico y casi mecánico en cómo iba iluminando los pasillos a oscuras, siguiendo instintivamente protocolos completamente integrados ya en él.

-Sin embargo, te agradezco que me hayas dicho esto, de verdad -añadió mientras le sonreía de manera algo débil.

Publicado por Mark Pratchett Lun Abr 25, 2016 9:43 am

La sola idea hizo que agachara la cabeza con una repentina timidez. Había sabido desde el inicio que el respeto no sería algo fácil de conseguir, más cuando no tenía intenciones de hacer abuso de autoridad. No me gustaba el poder, aquella sensación de saber que el destino de otra persona estaba en mis manos. También sabía que mi humor no cambiaba por las mañanas dependiendo de qué tan frío o caliente se encontrara mi té. No era esa clase de profesores, por eso hice lo que me hubiera gustado que los profesores hicieran conmigo cuando estuve en la misma posición que mis estudiantes, darles la confianza para que supieran que estaba ahí para ayudarlos y para que aprendan. Si había ganado el cariño de los mismos o no, aún no lo sabía, pero me gustaba la idea de haberlo ganado con cada uno de ellos. Necesitaban alguien en quien confiar sin que los lleve a detención por algo que hayan dicho.

—Lo único que puedo asegurarle, es que ellos tienen mi cariño. El resto depende de la opinión de otras personas, aunque me gusta la idea— Admití, volviendo a poner el pelo detrás de mi oreja.

Arrugue la frente al escuchar esas palabras que nunca había escuchado en mi vida, pero borré la expresión al momento en que comenzó a hablar sobre lo que había que hacer o no. Aclaré la garganta para responder. —Hasta ahora no ha aparecido ninguno, es una pena, pero no lo sé. Presionar a Alfred nunca suena como una buena idea. Por eso estoy intentando calmar a los estudiantes desde mi posición. Tratar de que sus pensamientos no vayan de mal en peor y el miedo ponga palabras que solo generan más pánico.

Una risa fría escapa de mis labios. Sí, posiblemente era demasiado tarde, ya había hablado demasiado. La idea de hacerme la víctima con todo lo que estaba aconteciendo no me gustaba demasiado, pero a veces pensaba que todos tenían derecho a saber qué estaba pasando, y que la intimidación que Alfred generaba era suficiente para que nadie quisiera reclamar por la seguridad que era necesaria. Era una pena. Una pena que ocurriera todo eso en un lugar como ese, donde daba alojo a personas que no tenían nada, daba esperanza y daba un refugio, quien sea que estuviera detrás, debía saber que un problema en el internado y que el mismo sea cerrado, puede significar que muchas personas no tengan lugar a donde ir.

—Lo siento, debí haberme callado cuando tuve la opotunidad— Coincidí con aquella triste sonrisa en mis labios. —Aunque podemos intentarlo, si lo desea. No creo que esta noche podamos hacer mucho para ayudar a los estudiantes que duermen plácidamente en sus dormitorios.

Subí mis hombros para bajarlos luego, en un ligero encoger. Esa noche, al igual que muchas otras, no se podía hacer nada. Solo esperar al día siguiente y desear que una soga apareciera, para poder ayudar a sacar a todos de aquel pozo.

—Por ejemplo, puedes comentarme qué es lo que buscas con la linterna. Cada cierto tiempo haces lo mismo— Sugerí inclinando mi rostro a un lado. —Lo siento, tengo tendencia a buscar patrones en todo lo que veo. Una mala costumbre que debería dejar de lado. O simplemente puedes decirme de dónde vienes. Por ejemplo vengo de Irlanda, Dublín, tengo un hermano menor, me gradúe en el instituto con el mejor promedio, fui a la universidad, trabaje en un laboratorio y en una escuela antes de venir para Dunkelheit, siempre quise tener un gato y llamarlo gordo Louise.

Mostré una sonrisa amable. No podía cambiar todo lo que acababa de decir, pero si podía intentar que esa noche terminara de una manera más amigable.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Mar Abr 26, 2016 11:49 am

Él no creía en la autoridad que no hubiese demostrado su valía. Por eso, conceptos como la monarquía se le hacían antinaturales. Él por ejemplo había jurado servicio a la Reina, no a la Corona. Había una sutil diferencia entre ambas pero importante. Igualmente, él ahora mismo podía ser hasta cierto punto fiel a la institución del internado pero por ejemplo el director no había hecho nada todavía para ganarse su respeto.
-¿Ves? Seguro que eres una fantástica profesora -dijo mientras se encogía un poco de hombros.

Lástima que ahora tocaran esos temas tan desagradables. Ni uno solo había reaparecido ¿Cómo cojones no habían cerrado todavía ese sitio entonces? ¿Dónde se había metido? Lo que parecía una simple aventura empezaba a tomar tintes siniestros. Claro que también había sido exactamente así el ejército y no se había rendido... hasta hace poco. Si unos muyahidines con AK no habían conseguido asustarle, no lo iba a hacer lo que se supusiera que hubiera por allí. Al fin y al cabo, estaban en Escocia. Lo peor que se le ocurría que pudiera pasarte en Escocia es que el Monstruo del Lago Ness intentara comerte o algo así.
-Bueno, no veo por qué no. Es solo una persona, al fin y al cabo. A no ser que si cuando lo presionas le suceda como a los Gremlins cuando les echas agua o les das de comer de noche... -dijo mientras hacía un gesto vago con la mano, pensando en qué pasaría si corría el pánico. ¿Un motín? Posible. ¿Una fuga? Probable. Ambos escenarios eran poco halagüeños. Se había dormido en el coche que le había traído aquí así que no tenía muy claro a cuanto estaba el pueblo más cercano, pero en cualquier caso, demasiado lejos seguro. Él podría hacer el trayecto pero no mucha gente allí era como él.

-Estamos patrullando ¿No? Hay que inspeccionar por dónde vamos por si hay cosas escondidas -dijo dando una respuesta tan sincera como falta en realidad de contenido. No iba a explicarle las cuatro reglas de qué mirar y en qué orden de cualquier habitación oscura que estés iluminando del SAS.
-Nací y me críe en Oxford, sin hermanos. Me gradué cuando me tocaba en Filología Inglesa y tras eso pues viajé y vi mundo. Conocí a bastante gente interesante, la verdad.
Y a mucha de ella, la maté.
-Tras unas series de circunstancias, acabé en un trabajo de oficina en Londres el cual era terriblemente aburrido así que cuando me dieron la oportunidad de venir aquí, pues la cogí -finalizó la seguramente menos concreta historia de la vida de alguien jamás contada. Ophelia le caía bien, muy bien, pero sencillamente todavía no quería que supiese cual era su antigua profesión. Era algo con lo que era bastante celoso. Además, no había mentido en ningún momento ¿No? .

Tenía suerte de que casi todo el mundo cambiara de canal durante los aburridos desfiles que se dan de las Fuerzas Armadas donde se conceden medallas y todo eso. Y aunque alguien lo hubiese visto, la suya era una medalla de otras, así que resultaba improbable que nadie pudiese saber su trabajo si no lo conocía de antes. Solía incluso llevar ropa holgada para parecer más fuera de forma de lo que en realidad estaba.

Publicado por Mark Pratchett Mar Abr 26, 2016 6:20 pm

No me gustaba la idea de contradecir las palabras que decía, pero a veces notaba la falta de amigos, personas adultas con las cuales conversar de aquellos temas. Carmen estaba desaparecida, no sabía nada de ella, a Brian no lo había visto, tampoco lo había ido a visitar a la biblioteca, supongo que de alguna manera si estaba evitando el tema, pero la presión constante en el tema me hacía pensar en ello todo el tiempo que estuviera despierta, con la sensación de que algo terrible estaba a punto de pasar. Había un nombre para eso, pero no lo recordaba con exactitud.

No puedo evitar reír ante el comentario de Mark, por más que sea una risa cargada de nervios, es una risa al fin y el cabo. Me gustaba como persona, al menos lo que había visto hasta el momento, siempre presentaba una broma cuando la tensión en el ambiente comenzaba a sentirse. Tenía toda la sensación de que se trataba de una buena persona, y esperaba que no le pasara nada malo. Ya a esas alturas, no sabía quién podía estar a salvo, y quién no.

—Si… bueno, es una persona, pero… a veces me da un poco de miedo. Siempre nos observa como si pudiera ver más allá de lo que decimos o hacemos, como si nos estuviera analizando desde la distancia, y a veces tengo la completa seguridad de que sabe más de nuestras vidas de lo que nosotros pensamos— Y no se refería solo a mí, porque había tenido unas pequeñas sesiones con el doctor, y sabía que era un perfecto conocedor de mi pasado y de lo que había hecho, de lo que era capaz. Pero desde antes de contar la verdad, supe que había algo que él ya sabía, incluso cuando narraba los hechos. También podía tratarse de que ahora me encontraba en un estado de paranoia máxima donde desconfiaba hasta de las miradas menos intencionales. Ya debía estar pasando el límite de lo sano. —Al menos tengo esa sensación. Por suerte Víctor, el vice, es una persona más… Creo que con él si podríamos hablar. Víctor es una persona mucho más accesible que Alfred o Yvette en su momento, incluso cuando tomó el cargo lo mencionamos entre los profesores, que habría más libertad a la hora de comunicarse con los superiores.

¿Cómo no se me había ocurrido eso antes? Cuando Yvette aún estaba en el internado, la dirección era un lugar frío, ya sea por su parte y por el vice. Ahora las cosas ya no eran así, porque había un nuevo integrante, uno más joven, más fresco. Debería intentar hablar con él. Seguro entendía y podría darme una respuesta al respecto.

Continúe pensando en eso, dando vueltas al tema en mi mente. Estaba ahí, tan al alcance de la mano que había sido tan incapaz de ver. Me anotaría tener una charla, seguro que no le molestarían las preguntas que tenía para hacer, aunque las elegiría con cuidado para que no sean demasiadas. Corté los pensamientos cuando Mark comenzó a contar sobre su historia, y mi atención fue a ella, no quería ser mal educada al estar pensando en otra cosa y no prestar atención a lo que las otras personas decían.

—¿En serio?— Pregunté al escuchar que había viajado mucho. Gran Bretaña no era tan grande, debía haber conocido otros países y eso siempre me daba curiosidad. —¿Qué países has conocido? Yo no he viajado mucho, aunque siempre es uno de mis deseos, pero más allá de Irlanda, Inglaterra y Escocia, no he viajado más lejos.

Expliqué para luego morder mi labio inferior. Viajar siempre había sido uno de mis sueños. A veces sentía que aún era una joven con sueños de grandeza, pero algún día lo haría, además, trabajar en Dunkelheit no suponía gastos, y mejor manera de ahorrar que esa, no podía haber. Todo mi sueldo se iba acumulando mes tras mes casi en toda su totalidad. Solo gastaba en la ropa, en esa especie de uniforme que debíamos llevar y en ropa para mí misma, pero el resto, lo tenía todo. No podía quejarme de mi trabajo, aunque lo hiciera.

—Imagino que debió ser aburrido, después de visitar tantos lugares estar encerrado no debe ser lo mismo— Comenté con un encoger de hombros. —Creo que todos hemos tomado esta oportunidad con los brazos abiertos. Cuando me llegó la carta trabajaba como profesora y en un laboratorio, no me gustaba el segundo trabajo, pero como no era una profesora con todas las letras, tampoco podía trabajar en muchos lugares. Tenía el puesto que tenía porque sabía sobre la materia, pero nunca me especialice en la docencia, creo que todos deberíamos hacer eso, incluso a veces me planteé hacer un curso, pero supongo que siempre tuve miedo que me dijeran que todo lo que hacía estaba mal.

Vuelvo a reír acomodando mi pelo, nuevamente, y luego frotando mis manos a causa del frío. Secretamente a causa del escalofrío que me causaba pensar que todos habíamos aceptado aquella carta, sin saber los problemas que podíamos encontrar aquí dentro.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Mar Mayo 03, 2016 12:44 pm

Apuntó lo que Ophelia decía con más curiosidad que verdadera preocupación. De él a decir verdad no debería tener la capacidad de saber más que el cuerpo al que había permanecido, las misiones en sí eran clasificadas como alto secreto. Si él subiera cosas sobre eso... no se preocuparía porque no habría nada de lo que preocuparse: Alfred lo pasaría terriblemente mal.
-A los psicólogos les gusta parecer que pueden hacer eso, no le daría más importancia -dijo encogiéndose de hombros. Él había visto un montón de esos en su vida y aunque alguno le había ayudado bastante, la mayoría solo te hacían preguntas estúpidas en los psicotécnicos como ''¿Se excita usted sexualmente al disparar un arma?''. De verdad ¿Qué esperaban que respondiera cualquiera a esa pregunta?

A decir verdad, Mark tenía una falta de sutileza en lo que a ''poder social'' se refería. Le costaba sentirse intimidado ante gente rica o gente influyente. Al fin y al cabo lo que te puedan hacer no va a ser peor a que te disparen mientras te tiras al suelo y piensas en que la arena ha descubierto zonas de tu cuerpo que desconocías que existían.
-Ah, sí, el anterior profesor de lengua. Hum... sí, podría funcionar -dijo rascándose la barba mientras se quedaba pensativo. Normalmente cuando se ascendía a una persona era porque pensabas que no te daría excesivos problemas. No creía que el vicedirector le diese muchos problemas al director pero bueno, por probar.

-Un montón. Irlanda mismamente, España, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Argentina, Japón... -enumeró con aire algo distraído. Todo países de la OTAN o aliados. El SAS era el mejor cuerpo de operaciones especiales del mundo así que era normal que fueran a impartir cursos o colaborar en maniobras con el resto. Por supuesto había estado en destinos mucho menos agradables pero no era la clase de países que metes en una lista de viajes sin que alguien empiece a sospechar. Por ahora seguiría restringiendo la verdad.

-Bueno, no en todos los países se encuentra gente como tú -dijo con media sonrisa con un fondo triste que se escapó de manera involuntaria. Conocía muchísima gente ¿Pero gente cercana? De esa ya no le quedaba. Por eso había ido a ese sitio. En un lugar así creía que se sentiría menos solo.
-Yo la verdad es que no había ejercido la docencia hasta llegar aquí pero es lo que siempre quise. Pero como se suele decir, la vida no siempre sale como la planeas ¿Verdad? De lo otro no te preocupes. Si te han fichado en este sitio, aparte de por el elevar el estándar de belleza humana como el resto de gente que vive aquí, seguro que es porque confían en que serás la mejor profesora de química posible.

Publicado por Mark Pratchett Mar Mayo 03, 2016 7:56 pm

No era capaz de intentarlo. No era capaz de acercarme a Alfred y cuestionar sus métodos. Podía fingir que sabía más de lo que decía, pero si estaba segura que sabía más de mí de lo que era sano para mi persona. Los estudiantes y profesores ya habían mostrado cómo eran las reacciones cuando conocían que el pasado de alguien era poco agradable. No podía cambiar el mío por más que quisiera, y no me atrevía a que usaran eso en mi contra. No podría soportarlo. Yvette no pudo soportar la presión, menos lo haría yo. No había posibilidades. Me odiaría si veía la mirada de decepción de los estudiantes puestas en mí. Quería ayudar, y quería hacer lo mejor, pero estaba limitada por acciones pasadas. Tenía que tener cuidado, y esas eran cosas que tampoco le podía comentar a Mark.

—En caso de que sea cierto, no creo que este bien visto tener más información sobre el caso y no compartir. Pruebe usted mismo hacer un comentario a un estudiante dejando en claro que sabe algo que ellos no, y notara lo que estoy hablando— Comento tras mostrar una pequeña mueca en mis labios. —Es época de desconfiar de todos. Por más que digan que tenemos que confiar, nunca podremos estar seguros si terminamos de confiar en una persona o no. Me gusta confiar en las personas. Hasta este año, confiaba en todos, pero ahora he perdido un poco la confianza, más en los directivos. Me intimidan. No tanto como me intimidaba Yvette, pero si me intimidan.

Desvíe mis pensamientos para prestar atención a los países mencionados. Todos sonaban muy interesantes, también muy lejanos, pero debía ser maravilloso poder ver tantas partes del mundo. —Es fantástico. Me encantaría conocer todos esos lugares. Suena maravilloso— Respondí fascinada al escuchar tantos nombres. Era increíble.

—Seguro no ha prestado tanta atención a las personas— Agregué con un pequeño rodar de ojos. No debía ser tan única en el mundo. En realidad nadie era único, había una teoría que decía que cada persona tenía siete clones alrededor del mundo. Si había siete personas iguales a mí, no quería imaginar si se tenía en cuenta la personalidad. Aunque esperaba que nadie haya tenido que ver a su hermano muerto por un balazo, o encontrar a una madre muerta en la casa. Eran visiones que esperaba poder lograr alguna vez de mi mente. —Espero que piensen eso, y estar haciendo bien mi trabajo. Aunque creo que aquí tenemos el segundo trabajo de ayudar a los estudiantes a que aprendan sobre la vida. Un año tuve la loca idea de preguntarme si estábamos aquí para enseñar a los estudiantes sobre nuestros errores. Sobre las cosas que vivimos. Ser un ejemplo y todo eso. Al menos mi padre me ha enseñado un montón de las cosas que se hasta el momento, no sé cómo hacen estos pequeños para sobrevivir sin ellos, aunque no niego que algunos no la deben pasar mal sin la supervisión de sus padres.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Mar Mayo 10, 2016 7:26 pm

Estaba claro que todos tenían en ese lugar cosas de su pasado que no querían que otros supieran. No tenía problemas con eso, prefería conocer a las personas por lo que eran y no por lo que habían sido o hecho. Sin embargo, él no se arrepentía de sus acciones. Había sido una revelación terrible consigo mismo el darse cuenta de que no sentía realmente nada por toda la gente que había matado. Y peor aún, que si lamentaba algo, era no haber matado a los suficientes como para evitar que sus amigos estuvieran muertos.

-Bueno, eso es en lo que consiste ser profesor ¿No? Saber más que la gente a la que das clase. No le daría mucha importancia a lo que puedan pensar o no los alumnos. Al fin y al cabo, siempre van a desconfiar en cierto modo de ti. Eso es en lo que consiste por otro lado ser estudiante -dijo mientras se ponía de cuclillas para inspeccionar una cosa que había encontrado en el suelo. Un simple bolígrafo, se habría caído de la mochila de algún alumno. Le vendría bien, así que se lo guardó. Estaba hecho a aprovechar cualquier cosa que encontraba y por supuesto, a guardar secretos.
-Creo que me alegro de no haber llegado a conocer a Yvette -murmuró mientras jugueteaba en su bolsillo con el boli. Solía tener problemas con sus superiores que se pasaban de autoritarios.

-No te creas, no solía tener mucho tiempo para visitarlos. Eran viajes de trabajo, no de turismo -dijo con un tono de tristeza mientras se encogía de hombros. Normalmente te tocaba quedarte en el cuartel y a lo mucho tenías un par de días de permiso. Poco para todo lo que se podía hacer.

-Oh, por supuesto que lo hago. Tú eres la de ciencias y seguramente sepas de esto mucho mejor, pero la existencia de cada persona es en sí un pequeño milagro estadístico ¿No? Tantos... genes y esas cosas, tantas circunstancias... No, no creo que exista tiempo en el universo para que hayan dos personas idénticas. Podía resultar raro de pensar para alguien con su vida pero Mark era profundamente optimista con las personas. Sí, a veces podía ser cínico. Pero solo usaba esa parte de él como humor o para señalar estupideces.

-Oh, bueno, yo con su edad no habría tenido problemas con eso. Pero sí, creo que estás en lo cierto -comentó con una media sonrisa. Desde su adolescencia su relación con sus padres había sido complicada en el mejor de los casos e inexistente en el peor. Actualmente ni siquiera tenía su número de teléfono a mano. Si le quedaba algo parecido a una familia era su abuelo y los Wilson y a decir verdad, la mayoría de los Wilson lo despreciaban. Como las mejores familias, seguramente.

Publicado por Mark Pratchett Miér Mayo 11, 2016 8:13 am

Debía entender que Mark tenía razón, pero la idea de que creyeran que era posible que tuviera algo que ver con todo lo que estaba pasando me helaba la sangre. Me gustaba hacer lo correcto, y tener el apoyo de los estudiantes, el saber que podían confiar en mí. Era una persona sensible y debía dejar de ser así, pero no podía evitar sentir de esa manera. Adoraba a esos estudiantes como si fueran hijos, y no era capaz de decepcionar a más personas en la vida. Ya había decepcionado a mi padre y a mi madre, lo único que faltaba era tener que ver aquellas miradas en sus ojos, me destruirían.

—Aun así debe ser increíble, al menos llegó a conocer qué hay más allá del país donde nació— Comente pasando por alto aquellos dos temas, el del miedo que me daba defraudar a los estudiantes y el de si era bueno o no conocer a Yvette. Debía forjar el carácter tener una reunión con ella. No en mi caso, pero debía ser así en algún caso. Aunque después de su pasado… costaban razones para creer que era bueno conocer a esa mujer. Por eso preferí callar, era lo más sensato después de todo lo que había abierto la boca.

Sonreí al escuchar su comentario sobre las posibilidades, sí, había escuchado algo de eso, aunque había odiado las asignaturas de probabilidad y estadística, pero creo que eso se debía más al profesor. —Cierto, aunque las probabilidades de encontrar a una persona igual a nosotros es de una en mil millones. Un número remoto, ¿verdad? Pero no es tan remoto si te pones a pensar que hay siete mil millones de personas en el mundo.

Las estadísticas mundiales siempre me habían fascinado, partiendo del hecho de que por segundo nacían tres personas y moría una, aproximadamente. Era fascinante. No tan fascinante como mi vida, porque si bien acababa de mencionar a mi padre, quizá no era lo mejor que debería haber hecho. Miré el reloj con cierto nerviosismo repentino, para darme cuenta de que nuestro turno había acabado hacía unos minutos: —No se puede negar que los padre son necesarios, aunque en algunos casos se pone a prueba, pero supongo que ese debate nos quedará para el próximo encuentro. Hemos terminado aquí. Ha sido un gusto conocerlo, y espero poder verlo en sala de profesores pronto.

Salude con cortesía. Aún quedaba el trayecto hasta las respectivas habitaciones, que estaban, como es de esperarse, en el mismo sector del internado, pero me urgían las ganan de ir al baño, y pensaba aprovechar la cercanía del mismo. Me retiré con una sonrisa.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Vie Mayo 13, 2016 8:10 pm

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