Littlest Things

Recuerdo del primer mensaje :

07 de Mayo

Mi mirada fija sobre la puerta por más de treinta segundos indicaba que estaba analizando de más sobre hacer esto, se suponía que el hermano analítico era Elliot, no yo. Sí, sí, también pensaba antes de actuar pero la diferencia siempre estaba claramente pintada. Tomé aire y di un par de golpes sobre el material duro que nos separaba en aquel momento a Mathias y a mí.

Le había repetido, más de una vez, que debía mantenerse a salvo. No le iba a perdonar que algo le sucediera, era, al final de cuentas, una de las personas que más me importaban, tanto fuera como dentro del internado.  La sola idea de perderlo era escalofriante, y tal vez incluso reaccionaría todavía peor de lo que llegué a portarme tras la muerte de papá. Él había llegado a vivir más, Mathias era joven, Mathias era de mis mejores amigos, Mathias era… era especial. ¿Y cómo revelarle la importancia que tenía para mí si yo todavía debía de fijarme en los sentimientos que se paseaban por mi corazón, tanteándome a distraerme de mi meta principal aquí dentro?

— Y el lobo sopló y sopló esperando que el cerdito abriera la puerta. —dije entre risas antes de volver a golpear la puerta. Cada segundo de espera me estaba transformando en un ser más impaciente. ¿Por qué tardaba tanto en abrir? No era una buena señal, no cuando la lista de secuestrados siempre parecía crecer (menos ahora cuando todos estaban muertos, a excepción de Yuna) y crecer, no cuando el director y su fiel perrito habían aparecido muertos, no cuando la propia organización siempre parecía estar desorganizada. — ¿Math? ¿Mathy Mathymon? Abre. —insistí, mi corazón palpitaba veloz, mis manos temblaban mientras volvía a tocar y mi intención de correr a avisar a alguien, o bien, de tirar la puerta, crecía.

Seguía sin abrir.

No abría y…

Cerré los ojos sintiendo un alivio como nunca al escuchar la puerta abrirse. Estaba ahí, justo frente a mí. — ¿A ti que te ocurre? ¿Para qué me haces esperar tanto? — pregunté fingiendo que todo estaba bien y entré a la habitación con la mayor confianza existente, le di un abrazo de lado mientras me expresaba con un cariño en su cabello. — ¿Qué estabas haciendo? Espero que no anduvieras con las cartas a esta hora, da miedo. —bromeé, nunca le había juzgado por creer en el tarot, e incluso, en momentos como este, parecía ser indicado para obtener algo de calma espiritual.

Publicado por Xavier D. Rhodes Jue Ago 11, 2016 2:49 am

Si ignoraba el picor de mi mano y que estaba sentado en el suelo hasta podía decir que estaba cómodo allí, sintiéndome bien, tranquilo dentro de la montaña de problemas que parecían suceder al otro lado de aquella fornida puerta. Y es que en verdad, todo se venía a reducir a la compañía, a Mathias y Xavier. Empezaba a descartar la idea de volver a mi habitación aquella noche, de mantenerme allí junto a ellos dos aunque tuviera que dormir en el mismo suelo, de ser pillados por algún profesor siempre podríamos decir que dado todo lo ocurrido teníamos miedo, era una reacción común, una que, hablando por mí, también sentía. Mentiría si dijera que no había pasado por mi cabeza la idea de una sombra acechándome a los pies de la cama. Últimamente, además, los ruidos de aquel castillo durante la noche se percibían con mayor intensidad, cualquier sonido parecía provenir de tu propio armario. Aquellas edificaciones siempre tenían su particular melodía nocturna: aire en las tuberías, muebles que crujían solos… Cuando todo eso sucede entorno a muertes, secuestros y desapariciones la explicación más sencilla ya no recae en la antigüedad de las instalaciones, lo primero que a uno se le ocurre es que el causante de aquel horror está en tu propia habitación, y no es agradable. Para nada.

Dentro de aquellas cuatro paredes, con ellos dos, me sentía seguro, aunque Xavier se metiera conmigo. Miré a mi amigo con los ojos entrecerrados y agarré fuertemente la almohada que aún tenía en mi poder. - Gracias por resaltar lo evidente. Si esperabas que me ofendiera no lo hago, Neville es genial – dije mientras levantaba el almohadón por encima de mi cabeza con ambas manos y se lo arrojaba con fuerza. Reí y le saqué la lengua, volviendo a mirar a Mathias que no se había pronunciado, ni de parte de uno ni del otro. Cómo los adoraba, a ambos. Vaya que no esperaba sentirme así, la verdad. Había tenido amigos antes, claro que sí, pero a ninguno había querido como les quería a ellos, y hasta ese momento había pensado que se trataba de la amistad más pura de todas, aquella que resiste y derriba murallas, pero empezaba a pensar que no se trataba solo de eso. - Oh… ¿Flores? Sí, claro, puede ser una buena idea. Las plantitas que yo tengo no dejan mucho olor – acepté la propuesta, sonriendo al imaginarme a Mathias regalándome flores.

Giré el rostro para volver a mirar a Xavier y me encogí de hombros - Tú has hecho lo mismo, idiota. Solo quería asegurarme que estabais bien… Empecé a pensar cosas terribles y ya no podía quitármelas de la cabeza, así que tenía que veros. Necesitaba veros – admití, perdido ahora en la mano de Mathias extendiendo la crema mientras masajeaba mi mano. Un cosquilleo afloró en mi estómago y tuve que tragar saliva. La sensación de picazón empezaba a disminuir, así como la irritación que parecía responder bien a lo que fuera que tuviera esa crema. Cogí aire cuando terminó y separó su mano, y mis ojos se volvieron hacia Xavier una vez más. - No necesito cartas, ya sé que soy un bobo. Bobo certificado, como tú – me burlé y le guiñé un ojo. Sin embargo, el tono sombrío de Mathias me hizo ponerme serio, no había ninguna broma en lo que decía. - A eso me refería, si algo os pasara… – murmuré, torciendo la mandíbula. Fruncí el ceño cuando el californiano se interrumpió a sí mismo, descartando algo que iba a decir - No, no, Mathi. Dilo – le animé, buscando su mirada.

Publicado por Benjamin Lewis Lun Ago 22, 2016 12:33 pm

Reí tomando la almohada que Benny me había regresado. Era un trato común entre nosotros, intercambiar ciertos comentarios que hasta podría hacer creer que a otras personas que nuestra amistad era muy débil o estaba infestada de un toxicidad, pero la verdad era otra. Él y yo éramos muy unidos también, simplemente con un enfoque distinto en nuestra amistad, le repetía que su onda de hippie ya no estaba de moda, a veces le decía que fuera a hablar con las plantas para que nos revelaran los secretos del universo, o cuando hablaba sobre el consumo de carne yo solía añadir que tenía apetito como para comerme un gran alce. Nunca con mala intención, ni siquiera recordaba algún conflicto en nuestro pasado, roces sí, ¿conflictos que nos impidieran hablar? Jamás.

– Chicos, ¿qué es lo siguiente? ¿Alguno se volverá Mimi y el otro Palmon? –pregunté entre risas por la charla sobre las flores y los olores a lo que yo no podía contribuir con mucho. – A mí me gusta el olor a la gasolina, ¿tendrás una de esas flores, Mathy? –guiñé el ojo continuando con el humor de antes, aunque debo admitir que sí me sentí un poco extraño, no era tonto ni tan distraído como para no notar la forma en que había tocado a Benny, la forma en que habían cambiado sus acciones.

Cerré los ojos por unos momentos, algo que no se fue fácil de apreciar por el movimiento que hice al bajar la cabeza. Este internado era peligroso, para ellos, para mi hermano, para mí, era cuestión de tiempo para ser salpicados con mayor brutalidad por alguna de las tragedias que ocurrían y era cuestión de tiempo que todo se complicara. – No están haciendo nada para ayudarnos, no están haciendo mucho para protegernos. – anuncié, los adultos se supone debían estar ahí para cuidarnos, a los estudiantes que habían sido engatusados para ser alejados de sus familias con una promesa de un supuesto futuro mejor. ¿Cuántos padres iban a llegar al final del curso para enterarse que su pequeño estaba muerto? ¿Cuántos hermanos iban a perder a alguien?

Volteé a ver a Mathias al escucharle hablar y sonreí por la forma en que Benny le habló. – Anda, o te obligaremos a decirlo, no quieres que te saquemos al pasillo en ropa interior, ¿verdad? –bromeó, nunca se lo haría a él, tal vez a Benny sí, pero seguro a Benny le gustaba. – ¿Qué ibas a decir? –

Publicado por Xavier D. Rhodes Mar Ago 23, 2016 9:09 pm

Ensimismado en sus pensamientos, Mathias se preguntó en qué momento exacto habían cambiado las cosas. Los recuerdos, muchas veces entrometiéndose en sus sueños, se le asocian vertiginosos, él nunca sabía adónde lo llevarían, a menudo se dejaba ir, viaje sin itinerario ni meta, otras veces se debatía en medio de la corriente para volver a un punto de partida que le ha alejado hasta quedar apenas visible. Algunos aún dolían, eran heridas que no habían terminado de cicatrizar a pesar de los años. Otros desprendían su aroma único de calidez y añoranza. Mathias estaba seguro que atesoraría todos los momentos pasados con Xavier y Benny en el segundo tipo.

¿En qué momento se habían visto envueltos en una verdadera pesadilla? Y pensar que en un principio, cuando apenas entró al internado, su mayor miedo era tener que hablar en público o mantener una conversación con un desconocido. Ahora, se iba a dormir todas las noches sin la certeza de que podría volver a despertar o volvería a ver a algún ser querido. Ya nadie estaba seguro, y eso le aterraba profundamente. Qué patético era, intentando sacar seguridad de donde no la había para querer consolar a quienes acudían por sus lecturas. Qué patético era, intentando mantener a salvo a sus amigos y a sí mismo ¿Cómo podría? Era un esfuerzo inútil. Sólo le quedaba resignarse y aguantar hasta el final, cuando todo aquello acabe.

Hizo una mueca mientras agachaba la cabeza, visiblemente avergonzado. Conocía a ambos desde hacía un tiempo, pero aún luchaba consigo mismo durante todos los días para poder abrirse por completo ante sus amigos. Un dedo se perdió entre sus cabellos, enredándose entre sus rizos, gesto que solía hacer cada vez que estaba nervioso. – Yo... yo les iba a preguntar si querían... - Hizo una pequeña pausa para tragar saliva. – Si querían quedarse a dormir aquí. Pero olvídenlo, es una tontería.

Mathias se apresuró a restarle validez a sus pensamientos, como estaba acostumbrado a hacer. Agachó un poco más la cabeza para no encontrarse con la mirada de ninguno de los dos chicos, mientras fingía estar contando las cartas que tenía dispersas en el suelo.
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Publicado por Mathias Rottjer Dom Ago 28, 2016 2:25 am

Quería creer que en algún momento todo aquello se pasaría, que podría ver a mis amigos fuera de aquel internado sin temer la aparición de la antigua directora en cada cruce de caminos, en cada doblar de esquina. Todo apuntaba a que el lugar sería clausurado cuando todo terminara, y nosotros destinados a algún otro lugar. O peor, separados. Era difícil no pensar en el futuro cuando lo único que aparecían en mi cabeza eran planes. Solo quedaba atesorar cada momento compartido, sobre todo con ellos dos, aunque no hiciéramos grandes cosas, aunque solo nos pasáramos las horas encerrados en una habitación. Aunque, como en aquel momento, solo nos dedicáramos a hablar de flores aromáticas, era mucho mejor que el miedo y la paranoia. - ¿Mimi y Palmon? ¿Quiénes demonios son esos, Xavi? – miré a mi amigo con una ceja enarcada al tiempo que contenía la risa - Espera, no lo digas, no sé si quiero contagiarme con tu frikismo – bromeé extendiendo una mano hacia él, como pidiéndole que aguardara y se ahorrara el comentario. Lo cierto es que no sabía quién era el más nerd de los tres, todos lo éramos un poco, quizá por eso congeniábamos tan bien, tal vez por eso me encantaba pasar tiempo con ellos.

Sin embargo, por mucho que usáramos el humor para olvidarnos de lo que pasaba al otro lado de aquellas paredes la realidad siempre volvía a nosotros, las dudas y los miedos eclipsaban nuestras conversaciones. Mis ojos se perdieron en mi propia mano que, gracias a los cuidados de Mathias, había vuelto a su color normal mientras Xavier hablaba de nuevo. - Este castillo cada vez se parece más a Hogwarts de lo que me gustaría admitir. Nadie está a salvo… – contuve la respiración un instante, se me había formado un pequeño nudo en el estómago, centro de mis preocupaciones. Por lo menos las palabras del californiano ayudaron a no seguir pensando en ello. La curiosidad aumentaba a medida que Mathias se negaba a hablar y confesar lo que se le había ocurrido. La sonrisa volvió a mi rostro y mi mano dio un pequeño manotazo al pie de mi amigo sentado frente a mí - Sí, sí, lo haremos. Ropa interior y calcetines, qué menos, el suelo ahí afuera está muy frío – miré de forma cómplice a Xavier antes de regresar la mirada al más alto de los tres.

Y por fin lo dijo. Mathias habló y, diablos, su idea no era una tontería en absoluto. - ¿Sabes? Yo también lo estaba pensando – admití mordiéndome el labio inferior - Me odiaría mucho si os pasara algo sabiendo que habría podido impedirlo. Sois demasiado importantes para mí – pasé la mirada de uno a otro - Así que no es ninguna tontería, Mathi. Yo al menos me voy a quedar, ya tengo el pijama – sonreí señalándome. - ¿Tú qué dices, Xavi? ¿Serás tan idiota como para ponerte en peligro durmiendo solo? – me levanté del suelo y me subí a la cama en posición inversa a la de mi amigo, poniéndole los pies cerca de su cara.

Publicado por Benjamin Lewis Dom Ago 28, 2016 1:34 pm

Si era capaz de notar diferencias respecto a otros grupos de amigos en mi pasado era precisamente por este breve momento en que me sentía listo para rehusarme a cualquier idea que Mathias o Benjamin tuvieran. No, no lo hacía por no querer pasar tiempo con ellos, al contrario, era por estar tremendamente desesperado por compartir más de mis días con ellos y experimentar por completo todas las experiencias que podrían llegar a existir en la vida de una persona promedio. En mi mente yacían escenarios donde los tres nos desenvolvíamos por completo. Realizar un roadtrip, subirnos a una montaña rusa, ver montañas nevadas desde un teleférico, visitar sitios hermosos con los cuales los chicos estarían encantados. Comer a altas horas de la madrugada, felicitarnos en cada triunfo, apoyarnos en cada derrota, vivir todo lo que la vida tuviera preparado para nosotros. A veces Elliot aparecía entre esos momentos felices, a veces era Wyatt, pero quería tener toda clase de vivencias con este par de chicos que me habían hecho sentirme totalmente querido y habían ayudado a que me adaptara sin importar la facilidad que tenía para hacerlo en otros círculos sociales.

La razón de que me encontrara analizando todo ese futuro que quería tener a su lado era porque en ocasiones era más fácil negarme a pasar tiempo con ellos, todo por el miedo de descubrir que ciertos sentimientos eran fáciles de malinterpretar. No quería perderlos, no importaba lo que sucediera, perderlos no era una opción. Pero negarme a estar con ellos sería alejarme, y probablemente era una alternativa mucho más dolorosa considerando las circunstancias.

– Si no me hacen dormir en el piso entonces acepto. – hablé con una sonrisa que yo mismo catalogaría como encantadora pero en ellos estaba la decisión. – Sí, Benny, soy tan tonto que saldré del internado gritando lo perfecto que soy para secuestrar. Aunque, déjame explicarte algo, cualquiera estaría encantado con mi presencia, tú probablemente serías empujado hacia la libertad, nadie podría contigo tras tres días sin ducha. – bromeé, permitiéndome quitarle seriedad a la plática.

Con un movimiento veloz dejé la cama detrás y me acerqué más a ellos, viendo a ambos, alternando entre sus rostros. – No pretendo dejarlos solos, son capaces de lanzar hechizos raros sobre mí y despertaré mañana con un tronco entre las piernas y plantitas en mis nalgas. – saqué la lengua y froté mi mano contra el cabello de Benny mientras a Mathias le abrazaba de lado. – Que Benny duerma a nuestros pies. –anuncié antes de apoderarme de nuevo de la cama, metiéndome incluso debajo de la colcha y sonriendo como niño pequeño.

Publicado por Xavier D. Rhodes Dom Sep 04, 2016 5:30 pm

La mirada de Mathias en aquel momento era comparable con la de un niño que despierta en la mañana de Navidad para encontrarse con una sala de estar llena de regalos. Pudieron observar un dejo de brillo en una mirada que usualmente estaba opaca, y la blanca sonrisa en el rostro del moreno no hacía más que realzar la dicha del momento. El californiano sostenía que, en momentos como esos, era feliz al lado de sus amigos. Era una de las amistades más puras y tan fuertes que nada podría romper. Bueno, aún estaban aquellos sentimientos no declarados, que yacían latentes en el corazón del moreno. Aquellos sentimientos tan enmarañados como su propio cabello. No importaba. Le gustaban tanto y de tantas maneras que aquello resultaba una nimiedad. Teniendo tantas cosas no se iba a andar fijando justo en lo que le faltaba.

Asintió ante el comentario de Benny, secundando sus palabras. Cuánto le gustaría tener la misma facilidad de expresarse como sus amigos, cuánto le gustaría poner en palabras lo que significaban para él. Pero lo Mathias lo hacía de una forma más sutil y menos convencional, con su paciencia infinita, su disposición y su compañía. El moreno sostenía, en sus noches más solitarias, que aquello empezaba a ser insuficiente.

Se rió por la nariz, sonriendo y dejando escapar el aire por sus fosas nasales, como se ríe uno cuando se sabe tonto. – No digas eso, Xavier. Nosotros jamás te haríamos algo así. – Se animó a bromear, intentando hacer la mejor actuación de niño bueno que podía. Aunque para ser sinceros, a Mathias no le requería mucho esfuerzo el papel.

– ¡Ey! – Exclamó el moreno con sorpresa al observar cómo ambos chicos no tardaban en subirse a su cama y a discutir por los lugares. – Ni sueñen con dejarme afuera. – Intervino el moreno, subiéndose a la cama también para luchar por su sitio. – Tengo una sola almohada, así que como sardinas será. – Dictaminó Mathias, recogiendo la almohada del suelo para luego pegarle a Xavier con ella, contagiado por el ánimo juguetón de sus amigos.

Publicado por Mathias Rottjer Dom Sep 11, 2016 2:09 am

Eran momentos como aquel los que mi mente y mi memoria atesoraban como si fueran lo más valioso del mundo, y en cierto sentido así era, no me sentía tan conectado en el internado y en general con nadie que no fueran ellos dos. Dicen que hay muchos tipos de amor pero nadie te preparaba para sentir cosas tan fuertes no solo con una, sino con dos personas. Tenía miedo de verbalizar mis sentimientos, de ser tomado por un tonto o, más importante, estropear aquella amistad porque, si, empezaba a darme cuenta que lo que sentía por ellos era más que una amistad, hasta la idea de que fueran solo amigos míos me decepcionaba un poco, y eso era difícil de admitir. Allí con ellos casi me olvidaba de todas las desgracias que estaban ocurriendo o del peligro que corríamos, más allá de hablar sobre dormir acompañados, incluso algo así lo veía divertido pese a que era, a todas luces, una simple medida de precaución.

Una nueva sonrisa afloró en mis labios mientras escuchaba hablar a Xavier, capaz de quitarle hierro a algo tan presente como los secuestros. — Sí, sí, encantados contigo hasta que huelan uno de tus pedos — añadí yo, tentado de ponerle el pie en la cara aunque ahora que había dejado la cama me pillaba retirado. Aproveché para estirarme un poco cuán largo era, que tampoco era mucho, a decir verdad. — Matt tiene razón, jamás lo haríamos, pero porque no podríamos, no hay bosque en el mundo capaz de tapar esas nalgotas — bromeé, empezando a reírme solo. Cerré los ojos al notar su mano revolver mi cabello, ya con carcajadas más suaves.

Continúe en posición inversa al moreno, ahora sí, sin cortarme en ponerle los pies en el rostro cuando sugirió cómo podría dormir yo. — Saca la lengua, Xavi, saca la lengua, no pararé hasta que los pruebes — volví a reír, solo parando cuando Mathias se unió a nosotros a su cama. ¡Su cama! Al final terminé incorporándome y dándome la vuelta para tumbarme en el mismo sentido que ellos — Yo sin almohada estoy bien — aseguré acomodándome. Les observé mientras el más alto de los tres pegaba a Xavier con la susodicha y sonreí, ya por enésima vez. — ¿Soy yo o esta cama es mucho mejor que la mía? ¿Por qué tu cama es mejor, Mathi? — miré al chico con el ceño fruncido antes de agregar — Estaba por proponer ir a por el colchón de mi cuarto y ponerlos ambos en el suelo, pero casi que no se está tan mal tan apretados — murmuré al tiempo que me relajaba, ya más calmado después de las bromas — Despertadme si alguno necesita ir al baño — finalicé para después cerrar los ojos. Pensándolo, dormir con ellos dos me ponía un poco nervioso, pero al mismo tiempo era extrañamente reconfortante.

Publicado por Benjamin Lewis Mar Sep 13, 2016 6:47 pm

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