When it comes to us | Benjamín

Uno se acostumbraba a encontrar una forma de mantener la concentración, era como uno estudiaba para no distraerse hacía equis cosa, por ejemplo, mantener todo en silencio. Era lo mismo. Solo que yo buscaba una manera de mantenerme enfocada en la limpieza y no sentarme en el suelo a ver quiénes pasaban por allí y de qué color eran sus zapatos. Por suerte estaba limpiando los corredores, si estaba cerca de las ventanas me ponía a mirar para afuera y vaya uno a saber cuándo terminaba el trabajo. Volviendo al tema, para concentrarme yo usaba la música. Problemas del primer mundo, mi iphone y mis auriculares habían sido confiscados con la política de cero tecnología, una realidad que había vivido varios meses. Aún seguía viva, contra todo pronóstico. Pero seguía usando la música, solo que era una reducida cantidad de canciones que habían quedado grabadas en mi cabeza y que, a veces, no tenían sentido unas con otras.

Ese día me encontraba cantando P!nk cuando un grito de un menor se escuchó procediendo del baño de hombres. Alarma de que me sacaran así del mundo donde me había encerrado y con el trapeador en la mano, me acerqué para saber qué estaba pasando. Varios niños de primero salieron con caras pálidas y asustadas diciendo que alguien había escrito algo con sangre. Me adentre, también asustada, y con el trapeado como un arma. No tarde en darme cuenta de que se trataba de pintura, demasiado roja, y ya se estaba secando. Fui por las cosas para poder limpiar lo que ahí habían escrito. Era una tontera: “eres el siguiente”, ni siquiera habían tenido la creatividad de pensar algo un poco más original, y sí, estaba segura que eso había sido un alumno. Nunca habían llegado amenazas por lo que había escuchado, por ende, si iban a encontrar algo, podría ser un cuerpo. Moje el trapo con agua y comencé a sacar la pintura de los espejos, con el trapeador cerca, solo en casos de emergencia, nunca me había considerado una persona demasiado valiente.

—There's a fire starting in my heart reaching a fever pitch, it's bringing me out the dark —comencé a cantar tratando de pensar en otra cosa que no sean todas esas novelas de terror que estaban pasando en la vida real. Me sentía en una película de terror creepy, donde estaba segura que sería la que gritara en cuanto un ruido apareciera. Quizá si debería empezar a practicar usar el trapeador como un arma, un golpe siempre ayudaba a distraer lo suficiente para salir corriendo y que tomen a alguien más. La canción, la canción, me recordé para no irme con las ramas con mis pensamientos, después a la noche no podía dormir de todas las posibilidades que se me ocurrían para el desarrollo de esa historia.

Publicado por Júpiter O. Kurosawa Lun Ago 22, 2016 9:25 am

Con las clases suspendidas había poco que hacer en un internado que hacía solo un par de años me había devuelto la esperanza en el sistema educativo, y con ella, las ganas de seguir estudiando. Lo difícil ahora era saber aprovechar el tiempo sin repetir acciones, algo que al final resultaba inevitable. Si al menos no nos quitaran las extraescolares… o los deportes, diablos, cómo echaba de menos el lacrosse. La mayor parte del tiempo lo pasaba con Xavier y Mathias, por lo menos con ellos no me aburría. No sabía por cuánto tiempo más iba a aguantar la incertidumbre de no saber qué estaba pasando, o el miedo a perder a alguno de mis amigos, aquella situación comenzaba a ser insostenible. En la comuna hippie en la que crecí hasta los 11 años tenían un dicho que últimamente solía repetirme como una especie de mantra para no desesperarme: “Don’t worry. Be happy”. Vale, no era original de mi colonia. Duh. Pero era muy útil cuando a base de frustraciones terminabas estresado, amargado o algo peor, loco. Y me negaba a aceptar la locura, por muchos genios que hubiera dado yo no quería hacer daño a mi gente, y de sobra es sabido que la enajenación puede lastimar y desgraciar a muchos. Yo simplemente me negaba a eso. ¿Inconsciente? Posiblemente de eso no me escapaba. Pero loco, nunca.

Entre charla y sodas con mis amigos pasaban las horas, hasta que mi vejiga me recordó su existencia y lo mucho que estaba abusando de ella. Normal, no podía pretender beber cuatro latas de té helado y conservarlas en mi interior hasta la eternidad. Me excusé y salí disparado al baño que me quedaba más cerca, y menos mal que todavía había luz diurna o no me habría atrevido a recorrer solo el lugar, no cuando la gente parecía desaparecer al mismo ritmo que yo me bebía todos esos refrescos. Los elegidos fueron los servicios del cuarto piso, crucé el umbral con cierta prisa justo cuando unos chavales de algún curso inferior ponían la voz en grito. Di un respingo y me aparté cuando echaron a correr. Mi mirada se clavó en el conjunto de espejos en cuya superficie se había pintado un mensaje. No negaré que mi corazón se sobresaltó un poco al leerlo pero mi sentido común me llevó a pensar que aquello era solo una broma, una mala broma. Aquel rojo, sencillamente, era demasiado bermellón como para ser sangre. Sin detenerme a pensar mucho más busqué un cubículo en el que encerrarme, tenía necesidades más apremiantes que investigar quién había hecho aquello.

A mi vejiga solo le faltó hablar y darme las gracias. Fue todo un alivio quitarme aquel peso de encima, literalmente. Entonces escuché una voz femenina que, además, estaba cantando uno de los temas más pegadizos de la última década. Me quedé estático pues ya de por sí me resultaba extraño escuchar a una chica en el baño de chicos, si encima cantaba era para sorprenderse. Abrí la puerta de aquel cubículo a tiempo de encontrarme a alguien del personal de limpieza tratando de eliminar el colorado mensaje. - Creo que sigue algo como… “Finally I can see you crystal clear” – dije con media sonrisa mientras me acercaba a uno de los lavabos para abrir el agua y lavarme las manos - La gente se pasa haciendo bromas – comenté señalando con la mirada la pintada.

Publicado por Benjamin Lewis Lun Ago 22, 2016 6:27 pm

Cuando había recibido la carta del internado no había imaginado algo que estuviera cerca de lo que era en realidad. Había que tener en cuenta de que en el momento en que acepté la carta y tomé el trabajo tenía la vista nublada, había perdido a Roger, había regresado a casa de mis padres, estaba perdida, no sabía qué haría con mi vida, de lo único que estaba segura era que no podía estar allí.

Recién mientras me alejaba de mi hija, de mi casa, de aquella pareja a la que una vez había llamado padres me pregunté a dónde estaría yendo. La carta indicaba un lugar de dinero. Una edificación de colores claros y mármol por todos lados, estudiantes de uniforme, niños mimados de mamá y papá, un lugar como la escuela donde había asistido hasta que decidí fugarme de la casa. La sorpresa al llegar y saber que todas aquellas personas eran becadas, que todos escondían sus pasados detrás de sonrisas y bromas, que todos estaban buscando una manera de seguir adelante rompió mi corazón como mis expectativas.

Los primeros días había pensado que todos serían personas amables, que cuidarían aquel lugar que les estaba dando lo que tanto les faltaba. Ahí estuvo otra de mis sorpresas, algunas personas no sabían lo que costaba mantener todo limpio y en orden. En mi casa, en la de Roger, limpiábamos dos veces a la semana, limpiezas profundas, y todos los días se limpiaban los desastres que Venus hacía por diversión e inocencia, pero no era nada más que eso. Ese lugar tenía cientos de niños que entraban y salían que vivían, y pese a que algunos eran cuidadosos, siempre había que estar limpiando. Era una tarea de todos los días. Empezaba a la mañana, se tomaba el trapeador y a repasar los pasillos como el día anterior.

Me costaba admitirlo, pero odiaba cuando sumaban trabajo extras a mis tareas que ya de por si duraban toda una jornada laboral. Se asemejaba a lo que había esperado en un principio y agradecía a Dios que no sea así todo el tiempo. Igual me parecía sumamente irresponsable hacer una cosa como esa y jugar con los sentimientos de la manera en lo hacían.

—¡Dios mío! —Grite al ver un movimiento detrás de mí y a través del espejo. Sacando rápido la mano de mi pecho y asegurando mi equilibrio observe al joven ir a lavarse las manos. Solo era un estudiante. No había que perder la calma, como que, por un segundo la perdí, y sentía los nervios a flor de piel—. Lo siento, me espante, no esperaba que hubiera alguien dentro del baño. ¡Ah! Y si, esto, me encantaría encontrar a la persona y verlo limpiar los espejos. Cuesta más de lo que se cree.

Contesté hablando rápido por el susto previo y moviendo las manos, salpicando pequeñas gotas de agua rosácea a causa de la tinta.

Publicado por Júpiter O. Kurosawa Vie Ago 26, 2016 2:14 pm

Trataba de recordar la última broma que yo había gastado y no podía, al menos nada que superara un comentario con mis amigos o un pensamiento repentino. Nada elaborado, nada desde que la seguridad de aquel internado había empezado a desmoronarse. Yo podía llegar a ser muy divertido pero no era ningún inconsciente ni un insensible, algo que sí parecían ser los que habían dejado aquella pintada en los espejos del cuarto de baño, no estaba bien jugar con el miedo, mucho menos si se trataba de unos críos de 14 años que ni siquiera sabían bien qué estaba pasando. Vale que yo solo les sacaba unos tres años pero creía tener mucha más madurez aunque todavía experimentara todo multiplicado por diez. Por lo menos aquel mensaje me parecía totalmente desacertado. Añoraba la época en la que no tenías que estar mirando a tu espalda cada dos por tres, temiendo por tu vida o por la de aquellos que te importaban, cuando la única preocupación que tenías era la de hacer los deberes.

El grito de la chica me sobresaltó hasta el punto que di un respingo, a tiempo de darme cuenta que le había asustado. Por instinto me quedé parado hasta que la situación dentro de lo malo se calmó un poco. - Lo siento yo, creo que a estas alturas todos deberíamos llevar una campanilla o algo – me disculpé, ella no había nada malo, todo lo contrario a decir verdad, se estaba asegurando en ese mismo instante de que nadie más viera aquella broma de mal gusto. Procedí a lavarme las manos mientras la veía pelear con la pintura. - Posiblemente alguien que tiene una forma grosera de afrontar la muerte. Me gusta el humor negro pero esto… esto no mola – puse los ojos en blanco. Corté la corriente y arranqué un pedazo de papel para secarme. - Puedo ayudarte, si quieres. Sin clases ni extraescolares no hay mucho que hacer por aquí… Creo que hasta me harías un favor dándome algo que hacer – reí un poco. Posiblemente, aquello hasta podría dárseme bien, no habían sido pocos los grafitis que le había ayudado a mi madre a quitar de nuestra caravana cuando era niño, y no grafitis de los buenos, más bien pintadas tontas como aquella, garabatos realizados por niñatos que se colaban en nuestra comunidad por la noche. Había pasado mucho tiempo de eso.

Publicado por Benjamin Lewis Sáb Ago 27, 2016 9:46 am

Una broma así esperaba cuando rumorearon que habían encontrado un cuerpo en la noche de Halloween, vivía en una burbuja, pero era parte de trabajar como personal de limpieza escuchar absolutamente todo. En ese caso, era común esperar bromas y que no lo tomaran en serio, pero, ahora, ahora era otra cosa. La muerte había pasado cerca de nosotros, demasiado cerca. No es que fuera la primera vez que mencionaban a un muerto, pero, con los directivos había sido diferente, porque eso significaba que todos podían morir de un día para otro. Yo podía morir, Allie podía morir, incluso aquel joven podía morir. Todos podíamos ser los siguientes. No era algo que las personas deberían tomar como broma, no se deberían reír de ello, pero quién era yo para decir algo, solo era una joven que limpiaba el desastre de otros.

—Solo actúan así porque nadie cercano a ellos ha muerto y deben creer que es gracioso que los directivos no estén más entre nosotros. Solo espera a que uno de ellos sea lastimado o uno de sus amigos muera y verás como la historia cambia. Solo no saben cómo comportarse. —Sin poder evitarlo, pensé en Roger, como paso de estar a mi lado a volverse cenizas que se llevó el viento. Nunca nadie estaba seguro, siempre había una posibilidad, ahora nuestras posibilidades eran mayores, cuando antes lo entiendan los estudiantes, más rápido entenderían las medidas de seguridad.

Le sonreí al joven por la ayuda y tomé uno de los trapos para alcanzarlo.

—Eso si es algo que no se ve con frecuencia, pero si dices que el favor corre por mi cuenta, el limpia vidrio es el embace azul —señale agradecida el carrito donde estaban todas las cosas. No sabía cómo se llamaba ese chico, pero ya me caía bien. Espere un momento antes de que la curiosidad hiciera de las suyas —. Entonces, aparte de pasar tus días ayudando a las personas como un superhéroe, ¿qué más haces? Aunque si quieres puedes empezar a decirme tu nombre. Yo soy Júpiter, no tan grande como el planeta, pero en cualquier momento me tiño el pelo de violeta.

Publicado por Júpiter O. Kurosawa Sáb Sep 10, 2016 8:23 pm

Me encantaba hacer bromas, mis amigos bien lo sabían. Cuando no vivíamos preocupados por los asesinatos y desapariciones había asustado muchas veces a Xavier y Mathias escondiéndome bajo sus camas y agarrando sus tobillos, o impidiendo que se aclararan del todo el pelo en las duchas echando champú sin parar sobre sus cabezas cuando inevitablemente cerraban los ojos. Incluso ahora que el pesimismo parecía protagonizar nuestros pensamientos dejaba calcetines “usados” entre sus sábanas en un intento de sacarles de la monotonía. Y aún con todo no se me habría ocurrido asustarlos con una pintada así, ya fueran ellos u otras personas, ese tipo de bromas podían acabar en histeria si no se manejaban bien, posiblemente los chavales que se encontraron con aquel mensaje ya se lo habrían contado a otros compañeros. La presencia de aquella chica, del equipo de limpieza, había caído en el mejor momento para poder eliminar aquello antes que la voz se corriera y los curiosos empezaran a aparecer para confirmar el hallazgo y continuar expandiendo el pánico; para no tener redes sociales aquel internado podía parecerse mucho a Twitter a veces. — Habrán sido los de tercero o cuarto. Nadie cercano a mí ha muerto o desaparecido y ni se me ocurre hacer algo así — arrugué la nariz.

Sonreí cuando aceptó mi ayuda y alargué el brazo para tomar el trapo que me tendía. Después caminé hasta el carrito y busqué el envase del que hablaba, agarrándolo entre mis manos. Empapé entonces el trozo de tela y extendí la mano hasta donde me alcanzaba para limpiar la parte baja del mensaje. No pude evitar reír cuando me llamó superhéroe, evocando sin querer un recuerdo en el que terminé con la ropa interior por fuera y una manta a modo de capa, en unos de esos días que entre tanta desgracia parecían tan lejanos. — Yo soy Benny. Bueno, Benjamin, pero todos me llaman Benny — me presenté — Estoy en quinto, si es que eso se puede seguir diciendo sin clases — comenté mientras me encogía de hombros. El paño se iba tintando de rojo a medida que las manchas desaparecían del cristal, aunque aquel producto no podía con la tinta que ya se había secado. — Yo a ti te he visto más veces pero no conocía tu nombre. Júpiter es un nombre muy cool. Suena a lo que mi madre me hubiera llamado si fuera una niña — volví a sonreír. Di la vuelta al trapo para encontrar una parte limpia y seguí con mi tarea, apoyándome en el lavabo para llegar más arriba, aunque sin subirme a él.

Publicado por Benjamin Lewis Lun Sep 12, 2016 12:47 pm

Medite la posibilidad que decía el joven. Podría ser que se tratara de un curso intermedio que no tenía bien en claro que ciertos asuntos debían ser tomados con un nivel distinto de seriedad, mientras que de otros podían hacerse bromas. Pero, al final, solo me encogí de hombros.

—Creo que no importa. De todas maneras, como están las cosas, creo que simplemente es mejor borrar esto y llevarle menos problemas a las nuevas autoridades —comenté mientras iba por algo un poco más potente para limpiar aquel vidrio. Saqué la lavandina y la eché en el trapo, se la pasé al joven para que hiciera lo mismo, algo tendría que funcionar para eliminar esas rojas manchas. Sino acabaría en la sala de pintura y retiraría ese líquido, cuyo nombre siempre olvidaba, que era usado para limpiar los pinceles y cualquier mancha que pueda llegar a aparecer.

—Un gusto conocerte, Benny —saludé soltando una risa al escuchar lo del nombre. Para ser una joven buscando un nombre no había sido muy inteligente, pero reacciones así eran buenas para escuchar. Es como que te digan “eres una tonta, pero tu nombre me gusta”, aunque claro, no sabían las verdaderas razones de mi nombre, y mucho menos que mi madre no me había llamado de esa manera—. ¿De ser una niña? —pregunté remarcando la última palabra—. Júpiter es un nombre de niño, era el Zeus de los romanos, significaba el que brindaba luz o algo por el estilo. Mi madre originariamente me llamo Kira, significa Sol, pero me gustaba más Júpiter.

Algo bueno de haber hecho una estupidez como la que había hecho, es que cuando busqué razones para llevar dicho nombre, encontré bastantes, gracias a cielo. Me había arrepentido, pero, luego de un tiempo, había acabado por acostumbrarme.

—Aunque, si quieres reírte, mi hija se llama Venus, pero, en mi defensa, fue idea del padre, de eso no me hago cargo. Yo le quería poner Mía —comento con total libertad. Era mejor que tener que explicar por qué me había cambiado de nombre tan joven, podría resultar una mala influencia para los chicos de hoy en día. Supongo que por eso nunca podría ser profesora, si mi vida se volvía un ejemplo, la juventud se vendría a pique y no se podría detener. Había cometido todos los errores posibles cuando era joven, y, en parte estaba bien, era la edad para cometer errores, pero uno o dos, yo había cometido todos.

Publicado por Júpiter O. Kurosawa Lun Sep 19, 2016 10:53 am

Coincidía con la chica en que mejor que buscar al causante era limpiar aquello, al menos era lo que realmente apremiaba, era uno de los baños que usaba la gente de los primeros cursos y ya había visto y oído el miedo en algunos de ellos, no hacía falta alimentarlo, los más pequeños eran los que peor estaban llevando lo que se estaba viviendo en el internado, no hacía falta más que ver sus caras en las horas de las comidas, pocos hablaban entre ellos y apenas quedaba rastro de las risas de principio de curso. Además, no era necesario hacer una crisis de una pintada que a todas velas se trataba de una broma. — Estoy de acuerdo, demasiado tienen ya en su plato. Aunque sinceramente, me gustaría que hicieran más de lo que están haciendo, somos tropecientos alumnos encerrados sin nada que hacer, eso al final va a explotar — admití, enunciando en voz alta lo que llevaba pensando desde hacía unos días.

La chica estaba resultando agradable, tenía buena conversación y además me había dado algo que hacer. Si algo bueno tenía aquel encierro es que sin clases ni otras obligaciones terminabas por hablar con gente que en otras circunstancias ni siquiera hubieras reparado, como precisamente los miembros del equipo de limpieza, les veíamos continuamente merodear de arriba abajo con sus carritos, a veces bloqueando las puertas de los baños con ellos y obligándonos a buscar otros aseos que usar, pero ni siquiera les dirigíamos la palabra más allá del típico “¿Se puede pasar? ¿Está limpio ya?”, y a veces ni eso, solo nos dábamos cuenta que estaban en el internado por el olor a limpio que se quedaba en los retretes o las papeleras vacías. Así que al menos eso tenía que agradecer.

— Oh, es verdad. Zeus… Di por hecho que era de niña porque, bueno, tú lo llevas — reí — Aun así igualmente mi madre se habría apañado para ponérmelo — rodé los ojos — Júpiter sigue siendo mejor que Kira. Kira parece nombre de perro… ¡Perdón! — solté sin darme cuenta de cómo lo había hecho sonar, la disculpa me salió automática — Qué puedo decir yo, mi madre me llamó Benjamin y no tengo 60 años — bromeé. Supe entonces que tenía una hija y me esforcé por no sorprenderme demasiado, y es que parecía muy joven, como recién graduada y pensar que era madre tan joven me resultó curioso, muy curioso, aunque más curioso fue saber su nombre — Pues oye, ninguno de los dos está mal. Siempre puedes llamarla Mía — sonreí, tomando la lejía que ella había usado para seguir intentando quitar el mensaje, al menos de este ya no podía leerse nada coherente.

Publicado por Benjamin Lewis Vie Sep 23, 2016 6:00 pm

—No me des ideas —comencé a decir en broma—, o sugeriré que nos den a nosotros vacaciones y los pongan a ustedes a trabajar. Son una tropa, terminarían en minutos. Y no me quejaría de tener uno o dos meses libres.

Me reí con ganas. ¿Molestarme? Posiblemente no, pero si me iba a aburrir, era bastante inquieta, generalmente se podía notar en que nunca me quedaba quieta, pero no podía estar sin hacer nada, y si ya estaba paranoica cuando tenía trabajo y la mente ocupada, no me imaginaba si estaba sentada sin hacer nada. De todas maneras, poner a los chicos a limpiar podía ayudar en más de un sentido. Encontrar pistas o cosas que estuvieran fuera de lo común, aunque si pensaba eso no ayudaba. Los adultos deberían limpiar, no vaya a ser cosa de que un niño de primero se encuentre un cuerpo. No sería agradable. No señor. Pobre niño, o niña, acabaría con un buen trauma.

—Tranquilo, no me quejo. Tengo nombre de niño y no muchos se dan cuenta. Lo que pasa es que la mayoría conoce los dioses griegos porque los romanos se los robaron y pues, no tuvieron tanto éxito. ¿Qué se le puede hacer? Las adaptaciones tanto en libros, películas y series siempre se refieren a los griegos, versiones originales. Los otros se los merecen por plagiadores —agregué, también en broma. Y reí ante su comentario del nombre—. No te preocupes por tu nombre, dentro de unos años te quedará bien, solo tienes que ser paciente. Igual no es un mal nombre, Benjamin Franklin fue muy importante e inteligente, sino puedes recordar a Benjamin Button, al menos no eres como él y directamente naciste viejo. Eso hubiera sido peor.

Como era común, cuando las cosas iban mal, siempre pensaba que podía ser peor, imaginaba como podía ser peor y pensaba que no podía ser peor que eso. Por suerte no tenía unos vecinos como Judy Hopps, ellos me quitarían la razón. Tampoco los buscaba, estaba seguro que otras personas de limpieza eran como ellos, al menos eran ruidosos y no se estaban disculpando, pero eso podía ser porque me la pasaba cantando todo el tiempo. En definitiva, yo también era ruidosa, pero con estilo.

—Gracias por el dato, cuando mi madre me recuerde que me cambie el nombre contra sus pensamientos, le diré que es su culpa por ponerme nombre de mascotas —volví a reír, y limpie con un poco más de fuerza el espejo—. En cuanto a Vee, mejor no le creo un trastorno de personalidad, a ver si hace la gran yo y también se cambia el nombre.

Publicado por Júpiter O. Kurosawa Miér Sep 28, 2016 8:08 pm

Reí ampliamente tras escuchar la idea de mi interlocutora, que proponía una tropa de alumnos limpiadores para así darnos algo que hacer. Por un instante me imaginé la escena que describió, con compañeros míos recorriendo los pasillos del internado con cientos de carritos como el que ella tenía ahora en el cuarto de baño. — Lo peor es que, como dices, terminaríamos pronto y de nuevo estaríamos sin nada que hacer. Además, ¿eso no se consideraría explotación infantil? — comenté con media sonrisa — No tengo ni idea de cuál es la edad legal para trabajar, si te soy sincero — puse los ojos en blanco y volví a reír con ella. Era agradable compartir ese tipo de momentos en tiempos donde las desgracias sucedían casi a la par, y era también gratificante que fuera con alguien con quien no tenía ningún tipo de vínculo, era precisamente ahora cuando estaba conociendo a la mujer que ayudaba a que todo estuviera en orden, gracias a ella podía poner mi pandero en el retrete sin miedo a pillar una infección.

No era la única, por supuesto, había visto a otros de sus compañeros pero sí la primera con quien estaba teniendo una conversación. El debate sobre su nombre fue interesante, lo que contaba sobre los griegos y romanos me sonaba vagamente, mismos dioses con diferentes nombres dependiendo del lugar — No había pensado en ello… Pero te sigue quedando bien. Tienes el poder de darle un nuevo sentido ahora que lo llevas tú — dibujé otra sonrisa y seguí insistiendo con el trapo para eliminar los rastros de pintura. Júpiter me estaba demostrando que era muy inteligente, y no pude evitar preguntarme cómo alguien tan lista se conformaba con limpiar la mierda de otros, y no porque aquel fuera un trabajo indigno, todo lo contrario, más bien se me antojaba pequeño para ella; sin embargo, me controlé de preguntar, no me incumbía en absoluto.

Solté una nueva carcajada, aunque algo más suave que las anteriores, después de recordar el curioso caso de aquel Benjamin Button. — Y tan peor. Aunque al menos el nombre me quedaría bien — bromeé. La miré un instante mientras le daba la vuelta a mi trapo y lo doblaba hacia el otro lado para seguir limpiando — Seguro que tu madre te lo puso con buena intención. No es como esos nombres que crean combinaciones extrañas con los apellidos, eso sí que arruina a un niño — dije divertido. — ¿Qué edad tiene? Tu hija, me refiero. Te ves muy joven, si me permites decirlo — hablé con cierta prudencia, como si mi tono de voz estuviera ya disculpándose por adelantado por preguntar aquello.

Publicado por Benjamin Lewis Dom Oct 02, 2016 8:58 pm

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