Entre historias

Recuerdo del primer mensaje :


No era sencillo permanecer en el internado sabiendo el peligro que corríamos. Temía por mi vida cada día que despertaba, y más, temía por la de mi propia hermana. En mi cabeza se repetían un montón de escenarios y circunstancias horribles, y no era para menos, la desgracia acechaba en cada esquina. Dos de los máximos responsables de Dunkeheit habían muerto, y previos a ellos se había desenmascarado a la mujer que me contrató en su momento. ¿Y si me había contactado solo para tener a alguien más a quien abrir en canal? Preguntas de ese tipo me martirizaban día sí, día también. Desde hacía semanas las clases se habían suspendido así que tampoco podía despejar mi cabeza o distraerme preparando clases o corrigiendo trabajos. Mi labor como docente había sido sustituida por la de vigilante, patrullando pasillos y asegurándome que se cumplía el toque de queda cuando me tocaba cubrir las noches — menos mal que siempre estaba acompañado. No quería alarmarme y en esos momentos más que buscar respuestas lo que quería era salir de allí, si bien esta tampoco era tan buena opción por el peligro que entrañaba.

Había terminado recuperando una de mis antiguas aficiones: las novelas de aventuras. Hasta ser profesor y acabar ocupado leyendo tomos de geografía e historia pura, solía leer muchas de estas novelas llenas de exploradores y espías. Era una forma bastante entretenida de conocer mundo y épocas concretas de nuestro tiempo. Reencontrarme con mi viejo hobbie me había llevado a visitar varias veces la biblioteca, bastantes más que antes. Los libros volaban en mis manos y, desgraciadamente, estaba acabando con las historias que buscaba. Ya quedaban pocos exploradores por conocer, pocas aventuras que vivir, y aunque no sería algo grave que me quitara el sueño no me agradaba la idea de quedarme sin cosas que leer.

Tal vez era hora de pasarse a otros géneros… ¿Y quién mejor para aconsejarme que el propio Brian? Teníamos una buena relación, bastante cordial y a decir verdad me llevaba mejor con él que con la mayoría de mis compañeros de la sala de profesores. No le vi al entrar así que me aventuré yo solo entre las estanterías, no era la primera vez y por suerte era un horario bastante normal. La luz natural del exterior iluminaba los tomos con un toque único, y el inevitable polvo en suspensión lo hacía incluso más especial. A diferencia de la mayoría de la gente, no me desagradaban las bibliotecas, daban una paz y un sosiego difíciles de encontrar en otros lugares. Mi mirada recorría los títulos ya repasados infinidad de veces en otros días buscando alguno en el que no hubiera reparado antes, pero como temía ya me había leído muchos de ellos, a excepción de esos que tenía en curso y actualmente reposando en mi mesita de noche, a la espera de ser terminados y devueltos a esas estanterías.

Extendí la mano para tomar un ejemplar que ya se salía de mi historial con la intención de leer su cubierta, pero al hacerlo me topé con alguien al otro lado de aquella mole de madera, vislumbrado entre el hueco que yo había provocado extrayendo aquel libro. — ¡Ostras! – exclamé al tiempo que daba un paso hacia atrás, asustado y sorprendido. No me esperaba encontrar a nadie al otro lado. Pero no era más que mi amigo el bibliotecario. — Brian, dios mío. Qué susto me has dado — hablé entre susurros. — Justo te andaba buscando… Espera, doy la vuelta — dije mientras devolvía el libro a su sitio y más calmado daba la vuelta a la estantería.

Publicado por Noah Clifford Lun Sep 05, 2016 9:05 pm

No tenía ni idea de lo que era esa tal Organización, para ser sincero. Por supuesto, sabía que todos en cierto momento pensábamos sobre lo que pasaba, era normal que se teorizara, todos allí queríamos que eso se acabara de una vez por todas. Lo que desconocía es que hubiera un grupo que llevara aquella investigación en la clandestinidad, y aún con todo a pesar de no ser nada oficial sí parecía ser algo serio. Mis ojos releyeron varias veces aquel nuevo mensaje que Brian escribió al dorso del papel que trajo, concretamente en dos partes del mismo: “grupo de personas” y “varios meses”. ¿Cuántos eran? ¿Y cómo es que no estaba al tanto de ello si llevaban tanto tiempo? En un principio, me sentí un poco fuera de lugar, muy mal lo tenía que estar haciendo para que no hubiera oído hablar antes de ese grupo, pero ver que el hombre estaba invitándome a formar parte del mismo me hizo sentir de alguna forma valioso, aunque bien podía no aportar nada nuevo.

Le miré a él cuando habló de destruirlo y suspiré, valorando aquella posibilidad realmente. Asentí a sus palabras pues me aliviaba saber que no requería una respuesta inmediata, a pesar de que una parte de mí gritaba para entrar, aquella motivada por mi propia hermana, alumna de aquel internado, y por su seguridad. Quizás formar parte de aquella investigación podía acelerar las cosas para sacarla de allí, o por el contrario, ponerla en el punto de mira para aquel que quisiera hacer daño a todo el que supiera demasiado. Sí que era una decisión difícil. Tampoco quería hacerle esperar demasiado a Brian, tal como estaban las cosas la calma y la parsimonia no era algo que favoreciera la resolución de los problemas.

Todo aquel secretismo no es que ayudara precisamente a calmar el remolino de pensamientos en mi cabeza, la parte más analítica y exigente de mi cerebro evaluaba a toda prisa los pros y contras de pertenecer y ayudar en La Organización. Su advertencia sobre el grupo de alumnos que se acercaba me puso alerta, un estado al que ya debía irme acostumbrando, y en un lugar de devolverle el papel para que lo destruyera me lo metí en la boca, guiado por los nervios. Di lo mejor de mí para disimular y luché para hacer trizas el mensaje con mis dientes y poder tragármelo. Sí, tal vez no fue mi mejor actuación ante una situación tensa. Di gracias de tener todavía té en mi taza y bebí de este para conseguir pasar el papel, ya hecho trizas, por mi garganta. Vi de reojo la cercanía de los alumnos y tosí levemente. — Supongo que ya no tienes que preocuparte por destruirlo — dije a Brian en un susurro, controlando mi propia tos.

Publicado por Noah Clifford Dom Sep 25, 2016 1:30 pm

Jamás habría imaginado que el nerviosismo de Noah produjese un paso de comedia. El papel fue tragado y masticado entero, dejando cero rastros de su existencia en pocos segundos, mientras el grupo de niños se dirigía al escritorio tras si.

Brian abrió grandes los ojos. —Noa... —susurró. Rió por lo bajo, negando un poco con la cabeza mientras tosía. —Nunca me lo hubiese imaginado, jaja, espera que te traigo un vaso de agua, espérame —se levantó de la silla y fue derecho al grupo de niños de primero que le veían con grandes ojos. —Niños, un segundo por favor, el profesor necesita un vaso de agua —se escapó tras el escritorio para entrar a su despacho y tomar un vaso y la jarra.

—Aquí tienes, Noah, si te has quedado con hambre, nos vemos en la cena eh jaja —dijo, despidiéndose de éste para cada uno retomar sus deberes allí. Pronto el gran día llegaría y todos los profesores se preparaban para ello. Nuevas tareas, dudas por resolver, acertijos por adivinar.

—Muy bien niños, ¿qué aventura quieren descubrir hoy?

Publicado por Brian Downer Mar Sep 27, 2016 9:06 pm

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