Daydreamer

Hay una teoría que expresa que, en el mundo entero, hay siete personas iguales a uno. Muchos recuerdan constantemente que nadie es igual a otra persona, que todos los seres humanos piensan y eso es lo que permite que una persona tome una decisión diferente a la que tomaría otra. Cada individuo desarrolla una personalidad que esta ligada a su pasado, a su presente y a sus ambiciones. Pero, de los siete mil millones de habitantes de la tierra, hay siete personas que son iguales. No es de extrañarse que con una persona se encuentren cosas en común, que piensen de la misma manera o su pasado sea similar, pero difieren en algo, algo que con esas siete personas en el mundo no. Isak y él siempre se estaban metiendo en problemas, eso no era algo que fuera extraño, muchos estudiantes, en especial los amigos de los dos chicos ya se habían acostumbrado a escuchar que sus planes se veían irrumpidos por un castigo, pero, de todas formas, no podía pensar como sería un mundo con esas siete personas que se parecen a él en una misma habitación. Era la parte negativa de estar mandándose una travesura en la biblioteca, lugar que implicaba silencio, y el silencio abría espacio a cualquier divague que pasara por su cabeza.

Tomó todos los libros que estaba juntando, todos del mismo autor y con el mismo título. La naranja mecánica escrita por Anthony Burgess. Debía de tener entre quince y veinte tomos en sus brazos, cuando buscó con la mirada al encargado de la biblioteca, y cuando este estuvo despistado, se escabulló fuera de la misma con todos los libros. Silbando un tema comenzó a dirigirse a las habitaciones, deteniéndose cada vez que un libro amenazaba con caerse y tenía que hacer equilibrio para que se mantuvieran en la columna. Todo iba bien hasta que uno se cayó al suelo. —Disculpa, ¿me puedes dar una mano?— Preguntó a una joven que estaba cerca, esperando que lo ayudara con el transporte de los libros, al final de cuentas era un trabajo comunitario, desde su punto de vista.

Publicado por Brennan F. Grunwald Miér Ene 13, 2016 11:14 am

Las clases de protocolo eran algo que siempre dejaban a Gwendolyn en un estado extraño, hacía poco que había terminado de leer los capítulos que le tocaban ese día y arrastraba los pies algo cansada mientras andaba hacia los corredores tras dejar la biblioteca. Se percató de su comportamiento segundos después, y actuando como si hubiera recibido una descarga eléctrica, se irguió para continuar sus pasos de una forma mucho más educada y elegante. El día era frío, por lo que se había puesto un gorro de lana incluso para estar dentro de la institución, puede que fuera por su bajo peso, pero el frío era algo que le atacaba con facilidad. Fue entonces cuando lo vio, una situación tan conocida que casi le hizo sonreír, ella misma había estado en esa situación tantas veces que le sorprendía la existencia de otra persona que pudiese pasar por lo mismo, se acercó para ofrecer su ayuda, pero al pilar de libros andante se le cayó uno al suelo y solicitó un poco de compasión antes de que si quiera ella pudiese ofrecerla.

-Claro, espera.- Sonrió de forma amable, tomó el libro que se había caído al suelo y, debido a su estatura, a pesar de ser más alta que la mayoría de chicas de su edad, tuvo que poner sus pies de puntillas, para tomar alguno de los libros que había en la parte más alta, facilitando un poco la estabilidad y la visión del joven.- ¿Mejor ahora? - Gwendolyn por fin pudo ver el rostro del joven y, para que mentir, era un chico bastante atractivo. Tenía el pelo y los ojos de un marrón chocolate y parecía ser agradable... Entonces se acordó.- ¡Oh!- Exclamó, como si acabase de caer en la cuenta.- Eres el chico del lago.- El que la había hecho girar para luego llevarla hasta donde estaban los demás... ¿Era amigo de Austin? ¿Sabía quien era ella? No quería pensar en Austin de nuevo, no después de la pelea, así que intentó buscar una rápida distracción.- ¿Eres de los que disfrutan leyendo?- Alzó un poco los libros, para que entendiera de lo que hablaba, siempre que ella llevaba tantos, eran para sí misma, pero a lo mejor con el chico, erraba al darlo por hecho.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Miér Ene 13, 2016 7:43 pm

—Imposible estar mejor— Responde cuando sus brazos se sienten liberados de un poco de peso y puede observar mejor el pasillo que se mostraba frente a él. Era una suerte que en el mundo siempre hubiera personas amables para ayudar a los buenos o malos samaritanos, aunque no estaba seguro de que definir un mal samaritano fuera legal. Se giro para observar a la joven mostrando su típica sonrisa cuando lo reconoció, Gru apretó sus labios haciendo memoria hasta que dio con el momento. —El que viste y calza. ¿Cómo estás? Ese día fue excelente, deberíamos repetirlo nuevamente ¿No te parece? Lastima que las clases aún existen, deberían darnos vacaciones adelantadas sólo porque si o más recreos, comienzo a pensar que nos explotan mentalmente en este lugar. Aunque si el objetivo de los directores es que salgan niños genios de aquí, me van a tener que tener un laaaaargo tiempo— Bromea hablando tan rápido como solía hacer, golpeando las palabras con otras, alargando de manera cómica aquellas a las que le quería dar más importancia, atropellándose el solo.

—¡Oh! No, no, no, no— Niega sacudiendo la cabeza. Brennan admiraba a las personas que se llevaban cinco días y regresaban a los dos porque ya los habían terminado, él necesitaba dos años para terminar un libro, por eso cuando tenían que hacer trabajos de lengua buscaba a una persona que le ayudara con un resumen o que tuviera la influencia para obligarlo a terminar el libro y mantenga su concentración en lo mismo. —Si fuera de las personas que disfrutan de la lectura, llevaría todos libros diferentes. No tendría sentido que todos sean iguales, aunque recordando eso, será mejor que sigamos caminando, créeme cuando te digo que no quieres que te encuentre el bibliotecario ahora— Castigo asegurado, no sería justo que una persona terminara castigada por su culpa. Hace señas con la cabeza y sigue caminando despacio esperando a que la joven lo siga. —¡Ah! Lo siento... emmm ¿Cómo era tu nombre? No te ofendas pero si hay algo que nunca puedo recordar son los nombres, me lo tienen que decir como unas cinco veces en diferentes momento como para que me quede grabado, pero prometo que si lo dices cinco veces seguidas hoy no lo olvidaré. Es broma con una basta. Yo soy Gru—

Publicado por Brennan F. Grunwald Mar Ene 19, 2016 1:07 pm

Era agradable, después de los encuentros que había tenido últimamente en el internado, encontrar a alguien como aquel chico era algo... Refrescante, hablaba rápidamente, arrastrando una palabra tras otra, pero no diciendo demasiado en realidad. No la hacía sentir amenazada, ni mucho menos la hacía sentir como si estuviese en medio de un combate y eso era suficiente para que algo en su interior soltase una exclamación de júbilo.

-Sí, creo que el internado tiene la fama que se merece, antes de entrar me habían dicho que era realmente duro aprobar aquí.- Gwendolyn habló mientras por fin echaba un vistazo a los libros que llevaba, no había querido parecer demasiado curiosa y mirarlo desde el principio, habría sido regañada si alguien la acusaba de ser una cotilla. Pero el muchacho mencionó que los libros eran todos iguales y no para él. -La naranja mecánica...- Gwen sonrió, no había leído el libro, pero sí que había disfrutado la película. Entonces, se detuvo unos instantes a analizar bien las palabras del chico, "créeme cuando te digo que no quieres que te encuentre el bibliotecario ahora". - ¿Los has robado?- Preguntó alzando la ceja, no era eso algo que le viniese bien, un castigo o que la acusasen de cómplice de un robo bibliotecario... Ya tenía bastante con sus robos normales, como para encima arriesgarse a ser descubierta por los de los demás. Suspiró, ya era algo tarde para simplemente devolverle los libros y marcharse, así que esperaba una respuesta y si era así, una buena excusa.- Gwendolyn Murdoch.- Dijo su nombre, no recordaba si el chico le había dicho el suyo, normalmente recordaba muy bien los detalles, pero últimamente...- ¿Gru? Es un nombre interesante, y fácil de recordar.- Sonrió ella.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Ene 19, 2016 6:45 pm

Aprobar, eso era todo lo que importaba, para su suerte. La educación había cambiado de tema fundamental, lo más importante no era aprender, era aprobar, y Brennan se había adaptado al sistema con facilidad. Le era divertido copiarse en el examen o ver las caras de frustración de Cassie y Callie cada vez que les pedía algo en medio de un examen. Lo atrapaban, a veces, siempre le recordaban que eso no tenía que pasar nuevamente, y se dedicaba a sacar buenas notas para poder eliminar esa calificación y evitar que se volviera un problema. —Aprobar no siempre es un problema, si sabes usar bien tu cartuchera— Dependiendo de la situación, Gru podía ser aquella buena influencia que todos necesitan, el chico sano, divertido y familiar, que le es leal a sus amigos y hace cualquier cosa por ellos. En otras, podía ser la peor, desde las bromas que arrastraban a otras personas, hasta los consejos que daba sobre como esquivar la seguridad. Algunas veces podía actuar como la mente brillante del siglo, otras veces compartía su inteligencia con un niño de dos años que corre en pañales y aún se pica la nariz.

Ante la mención, la rubia miro el título del nombre, y luego lo acuso. —Robar no suena tan lindo— Le responde poniendo voz de niño pequeño y agachando la cabeza. —Los pedí prestados de manera no legal por un tiempo indeterminado— Su voz le recordó a la de Dobby: Dobby no pretendía matar, solo mutilar o herir de gravedad. Que buenas películas. —Relaja, si nos atrapan diré que sólo tuviste la mala suerte de cruzarte en mi camino y ayudarme con estos libros porque creías que los llevaba a la sala de profesores o a la biblioteca— Le explica diciendo lo que diría en caso de que los atrapen en ese mismo momento. —Gwendolyn... te diré Wendy— Brennan había tomado la costumbre que los nombres largos merecían ser acortados de una forma u otra, y a sabiendas de que todos amaban Peter Pan, ¿para qué ir con rodeos?

—No es mi verdadero nombre— Responde entre risas defendiendo el apodo que le habían puesto. —Este me lo gane. Mi nombre es Brennan Grunwald, nacido en la nevada ciudad de Minnesota—

Publicado por Brennan F. Grunwald Vie Ene 22, 2016 1:21 am

Un marcado entrecejo se formó en la cara de Gwendolyn cuando el chico mencionó aquello, sí, ella conocía bien el poder del dinero, a veces sentía que una de las principales razones por las que sus padres le habían mandado tan lejos era para que pudiera hacerles una fortuna en el futuro. Asintió en silencio, dándole la razón al chico, pero sintiendo como aquella parte de ella, tan sombría, arañaba de nuevo la superficie.

-Supongo que dependiendo del motivo, robar no es tan malo... ¿Puedo preguntar para qué necesitas tantas copias de un mismo libro? No respondas si no quieres, pero es algo curioso.- Gwendolyn ojeó de nuevo la portada del libro mientras andaban, sentía algo de curiosidad por leerlo en realidad, siempre le gustó la película. El moreno la renombró como "Wendy" y no pudo evitar soltar un bufido y sonreír ante ello, le habían acortado su nombre de muchas formas, pero nunca de esa forma, era agradable, un chico que transmitía todas aquellas buenas vibraciones, no se sentía a la defensiva y eso era algo que no todo el mundo lograba.

Escuchó el nombre del chico y tuvo que ahogar una exclamación de sorpresa cuando mencionó su ciudad natal, la joven adoraba conocer gente de otros lugares, aún sonreía de forma incontrolada cuando notaba en Alec un poco más de acento de la cuenta, o cuando le hablaba sobre su país natal. Los ojos de Gwen se abrieron, mientras miraba más detalladamente al chico, preguntandose todas las cosas que habría vivido de forma diferente a ella, queriendo saber y preguntar.

-Es genial que vengas desde tan lejos. ¿Tu familia sigue viviendo allí? ¿Lo echas de menos? ¿Es muy diferente de la cultura de aquí? - Oh oh... La muchacha se calló de golpe, bajando la mirada algo sorprendida por su reacción, se suponía que ella ya no cometía esos errores, sintió hasta como sus mejillas ganaban algo más de color por su comportamiento. - Lo siento, eso ha sido maleducado por mi parte.- ¿Lo era? Ya no recordaba que partes incluían ser maleducado dentro de un protocolo, que cosas simplemente molestaban a sus padres.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Vie Ene 22, 2016 12:53 pm

¿Para qué quería tantas copias de un mismo libro? Una sonrisa traviesa cubre toda su cara y luego alza el mentón con cierto orgullo de sus actos mientras da pasitos de baile al caminar. —¿No lo imaginas? Eso es una buena noticia porque si una chica lista como tu no lo imagina entonces será más difícil que se den cuenta de lo que hice. En clase de lengua hay lecturas obligatorias. Lecturas aburridas, pesadas, insoportables, que nunca quieres terminar de leer. El caso es que estaba escuchando que decían en la sala de profesores y escuche que a algún grupo le iban a dar este libro, y ahí es donde entra que estoy haciendo un favor a la comunidad y todos deben agradecer lo que hago— Algo que no le importaba, solo buscaba ver la cara de desconcierto del profesor cuando le dijeran que todos esos libros habían desaparecido de la biblioteca.

—Si, mi familia sigue viviendo allí, los veo cada vez que aquí nos dan vacaciones aunque a veces me gusta quedarme porque me gusta pasar tiempo con mis amigos y hacer travesuras que no se pueden hacer cuando estamos en clase, además de que me da tiempo para planear a que profesor vamos a hacer caer en una buena trampa, y la comida también es bastante genial, pero no se lo digo a mi mamá porque se puede ofender y la quiero demasiado como para romperle el corazón— Las palabras brotan de su boca con velocidad, pero se detiene al darse cuenta de algo que había dicho la joven. —¿Maleducada? Para nada me encanta hablar de mi familia y de mi casa. Las cosas son bastantes diferentes aquí, pero porque comparo con mi instituto o con mi casa y bueno siempre hay gente hablando en todos lados, rompiendo las reglas o con música fuerte de fondo— La familia de Brennan eran como versiones diferentes de Brennan, personas que hablaban mucho, muy expresivas, que levantaban el volumen de voz cuando estaban hablando de algo que los entusiasmaba demasiado. Solo se hacía silencio cuando estaban viendo un partido de Hockey y duraba lo que tardaban en hacer una jugada los jugadores porque a partir de ese momento comenzaban a comentar, a gritar y todas esas cosas que se hacen cuando se esta viendo un partido.

—Mi familia es genial, la amo. Aunque si amamos mucho el hockey, pero eso es más por el lugar donde nacimos, mi papa, mi hermana, mi hermano, mi abuelo, mis primos y mis tíos jugaron o juegan hockey, es bastante genial, en navidad siempre hacíamos un partido porque los lagos se suelen congelar, como paso aquí, pero todos los años y ya se congelan en noviembre es super genial. Pero como te decía es bastante diferente aquí porque todo el mundo esta hablando, deberías ver las cenas familiares, cuando terminan no podemos enumerar todas las cosas que se hablaron porque fueron demasiadas, lo único molesto es cuando quedan conversaciones a la mitad porque se desvían por otro tema, pero cuando te das cuenta es tarde, a veces se regresa pero cuando hay alguien nuevo siempre se marea. En especial cuando se junta mi madre, la abue y tía Car. Mar, la esposa de Ricci, mi otro tío siempre me dice que cuando se ponen a hablar así le da la sensación de que van a explotar como el canario de Shrek. ¿O esa fue Dana? Bueno, no importa, alguien lo dijo. ¿Tu familia cómo es?—

Publicado por Brennan F. Grunwald Lun Ene 25, 2016 1:35 pm

Gwendolyn no tuvo más remedio que alzar las cejas ante el comentario del chico, hablaba como si la lectura fuese un castigo, en realidad, ella lo entendía, sabía que había gente que no lograba disfrutar de los libros ni mucho menos encontrar consuelo entre secas páginas. Para ella, un libro podría resultar una salvación, si bien no era uno de esos libros que sus padres le obligaban a leer en ocasiones, en aquellos momentos, se daba cuenta de lo que, a una persona que no le gustase leer, una lectura de clase bien podría ser una tortura.

-Muy noble por tu parte pero... Creo que es un buen libro, quizás estés privando a alguien que descubra en él algo importante ¿No crees?- Gwendolyn sonrió al chico, mientras lanzaba un rápido vistazo de nuevo a la torre que ella llevaba.- Pero un poco de descanso no viene mal a nadie, te guardaré el secreto unos días, aunque vas a tener que prometerme que los devolverás antes de que busquen otro libro que recomendar, que igual es mucho peor que este...- Romper las reglas no era algo que Gwen pudiese hacer con demasiada frecuencia, su vida era tan controlada que las pocas travesuras que lograba hacer ya eran como un milagro para ella, así que participar en una, con el respaldo de que podría fingir no saber nada, era una golosina demasiado atrayente. Gru dio el pistoletazo de salida a su monólogo y Gwen lo escuchó con atención, el chico daba tantos detalles que la rubia casi podía ver con claridad los momentos que describía, cosa que le hizo sonreír, era agradable la energía que transmitía aquel chico, le gustaba. Hasta que la conversación se giró hacia ella.

-¿Mi familia?- La chica no borró la sonrisa, si bien esta nunca llegó a sus ojos, se notaba algo fingida. Su familia... Podría empezar por su hermano el que fue expulsado de su casa por besar a su prima, su otro medio hermano, que por ser un primogénito bastardo su madre no terminaba de congeniar con él, ni ella ni nadie, su padre, un hombre tan absorto en su éxito laboral y apariencias que ha olvidado lo que es la humanidad y quien probablemente engañaba a su madre, quien había cambiado radicalmente tras la marcha de Austin, obsesionándose con mantener cerca de ella a su preciosa hija, tratándola como una muñeca al tiempo que ahogaba sus penas en cualquier cosa que saliese de una botella.- Mi familia es perfecta, una verdadera casa de muñecas, mis padres son abogados, ambos distinguidos en su campo, amorosos y siempre dan lo mejor a sus hijos, mis hermanos y yo nunca hemos sufrido la carencia de nada.- Lo dijo con tanto entusiasmo, que casi se sintió como Leonardo Di Caprio, merecedora de un oscar que no le iba a ser entregado nunca. Pero ese era el protocolo, todo el mundo debía ver la fabulosa familia de anuncio que era la suya, lo que ocurría cuando se cerraban las cortinas del show, ya era otra cosa.- Es más, conoces a uno de mis hermanos, Austin. Hay mucha gente en el internado que no lo sabe, pues la verdad, no pasamos mucho tiempo juntos...- Más bien, fingían odiarse, pero eso era otro tema.

Off: la que debe disculparse soy yo, madre mía, me quedó enorme, perdona xD

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Lun Ene 25, 2016 3:30 pm

Se ríe porque el comentario de Gwen le hace recordar a algo que Rose diría, o Cass, Callie directamente le pegaría y le obligaría a dar la vuelta. Pero quitar un libro del programa no era lo que buscaba, por lo tanto cuando acaba de reír, trata de serenarse para hablar más calmado y modular, cosa que la primera rara vez lo lograba. —No entiendes el punto, no es cambiar el programa de lengua, es que las personas que se encuentren en la sala aquel día disfruten de la cara de what the fuck que ponga el profesor. Mi objetivo es que empiecen la mañana con una sonrisa, con alegría, y luego se amolden a los planes. Quizá logré una media hora, una como mucho de libertad, pero lo importante es comenzar bien la mañana, eso siempre decía mi abuela— Explica para que la joven entendiera que no buscaba dársela de chico malo que siempre estaba castigado, siempre estaba castigado, pero siempre era por buenas razones, como la de ese día.

Hablar de su familia le hacía sonreír de manera brillante. Nunca había estado tan cómodo como en ese lugar, nunca había tantos gritos de alegrías o abrazos porque si. Era la felicidad metida dentro de una casa. Era el lugar donde se había criado, donde sus memorias se habían desarrollado. Sólo había un par de recuerdos tristes, y todos eran referidos a Calvin, el resto eran todos contenidos en sonrisas de felicidad. Brennan nunca se había quejado de la infancia que tuvo, nunca había sentido vergüenza de sus padres, y por más que se había distanciado al estudiar en Dunkelheit, nunca los olvidaba. Hablar de ellos era como sacar el sol después de un día entero de lluvia y tormenta, incluso cuando se la había pasado chapoteando en los charcos. Siempre eran lo mejor que le podía pasar.

Presta atención a lo que le cuentan, pero se extraño un poco por el tono que pone la chica, era como frío. —Suena bastante serio— Comenta sin ánimos de ser ofensivo, pero todo lo que había dicho la joven sonaba como una verdadera casa de muñecas, sin sentimientos ni diversión, solo piezas movidas por alguien con un fin y solo con eso. Nada comparado con el desastre que se hacía cuando la familia Grunwald-Hastings se juntaba, prácticamente podían armar una revolución en una sala de estar y ellos no se enterarían. —Creo que me suena de haberlo visto en alguna parte— Comentó con ganas de llevarse el pulgar a la pera. —Pero mi memoria apesta por lo tanto es lo mismo. Es genial que tu hermano este aquí, aunque no pasen mucho tiempo juntos, no hay nada como tener un hermano. A veces me pasa que siento pena por las personas que fueron hijas únicas, no saben lo que es pelearse por cualquier cosa o tener que cubrirse de los regaños de una madre, o hacer de un castigo una fiesta. Tengo una hermana mayor, se llama Ariadne, ella no logró entrar en el internado, pero estoy seguro que le esta yendo muy bien en la universidad, comenzó el año pasado, será la primera arquitecta de la familia. Mis padres son trabajadores, mi padre trabaja en una zapatería y mi mamá trabaja en una peluquería. Mi tía dice que son los responsables de dar estilo a toda la familia— Bromea, divertido de recordar esas cosas. Lo que daría por pasar cinco minutos más acompañado de ellos, seguro que los estudios no serían tan agotadores. Era una pena que su hermana no haya entrado, de ser así estarían pegados el uno al otro como las Rohmer.

—Entonces, ¿Qué me cuentas de ti? ¿Qué te hace reír?— Pregunta tapando cualquier posibilidad de silencio entre los dos. A Brennan le gustaba hablar y le gustaba hablar con la gente, podía ser que olvidara todo lo que dijeran, pero, si hablaba y respondía con sinceridad cualquier cosa que le preguntaran.


Off: Tranquila linda, no pasa one xD

Publicado por Brennan F. Grunwald Mar Ene 26, 2016 6:46 am

Realmente estaba ante ese tipo de persona, esa que llevaba en su naturaleza el hacer sonreír a la gente, puede que no a todo el mundo, pero era agradable, le recordaba a Austin en algunas cosas, realmente echaba de menos tener ese tipo de relación con alguien. La muchacha tuvo que soltar un bufido cuando Gru mencionó la seriedad en su familia, si él supiera... Escuchó al muchacho mientras se aseguraba de que la torre de libros que llevaba, aunque no era extremadamente alta, no se inclinase hacia los lados. Ella entendía muy bien al moreno, mil veces había deseado tener aquel tipo de historias que contar, habría preferido mil veces tener una familia que no se preocupase tanto por las apariencias, si no en querer a sus hijos y disfrutar de ellos, pero eso no era para los pequeños Murdoch, si es cierto lo que se decía que los hijos escogen a sus padres, ella y sus hermanos habían elegido realmente mal, quería a sus padres, pero no por como eran ahora.

-¿Perdón?- Se había distraído, pensando en todo aquello mientras que Gru le hablaba, entendió la pregunta que hizo y Gwen se quedó bastantes segundos en silencio, la única persona que había sacado información sobre su personalidad era su mejor amigo y aún no entendía como lo había hecho, se había pasado los últimos años siendo transformada en alguien perfecta que ya no recordaba quien era la Gwen de verdad, y quién la inventada.- Me gusta la música, el arte, sacar fotografías... Tengo una cámara algo vieja, pero me sirve.- Se podría decir que esas cosas eran las que más claras tenía.- A veces escribo y leo muchas cosas, debe de sonar aburrido para alguien como tú, las cosas que me gustan.- Gwen sonrió al muchacho, pero no sabía bien que responder, no muchas personas le preguntaban que le gustaba a ella, le decían directamente que tenía que gustarle y listo.- No todos los días se conoce a alguien cuyas intenciones sean como las tuyas, hacer felices a los demás es algo realmente complicado.- En ese punto, ellos no eran tan diferentes, ambos se esforzaban al máximo para que las personas que les rodeaban tuvieran las cosas más fáciles. - ¿Y qué hay de ti? ¿Tienes buenos amigos aquí para que te hagan reír a ti cuando lo necesitas? A veces puede ser agotador pensar tanto en los demás ¿No crees?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Ene 26, 2016 11:10 am

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