Día de los inocentes (Todos)

Recuerdo del primer mensaje :

Día de los Inocentes

En la entrada del internado Víctor espera con las manos entrelazadas a la espalda, muchas cosas habían pasado esa mañana, muchas otras cosas pasarían. Las órdenes eran claras, todos debían presentarse en el comedor de manera inmediata para recibir las respectivas indicaciones sobre el procedimiento a seguir. Con las clases ya suspendidas, el vicedirector estaba esperando que llegaran las personas que se encontraban en el exterior.

Reglas:
— Recuerden intentar que las respuestas sean menos de 20 líneas de manera que la trama sea más fluida.
— En caso de notar metarol, la administración anulara el mensaje hasta que sea editando.
— Cualquier personaje puede participar, no necesariamente tuvieron que participar en la trama.

Nota: Este tema será el cierre de la trama, habrá solo un par de intervenciones de Whispers, por lo tanto lo que se avance en la misma depende de los personajes.

Publicado por Whispers Jue Jun 23, 2016 12:03 am

Se había quedado en shock, no procesaba bien, en un momento estaba tratando de alejar a la niña del borde y luego estaba escuchando el sonido de su cuerpo caer contra el suelo, había corrido al verla saltar para tratar de aguantarla, agarrarle el brazo o algo, pero había sido demasiado lento, solo había llegado al borde de la azotea en el momento en que la niña chocaba contra el piso, quería olvidar toda la escena, no haber ido tras ella, haberse quedado quieto o haber sido más rápido, no tener ahora nuevos recuerdos para nutrir sus peores pesadillas.

———

No recordaba cómo habían bajado del quinto piso, solo había seguido al resto como si fuera un zombie aún en shock por todo lo que le había pasado, él nunca había tenido que vivir ningún tipo de tragedia de este tipo, si sabía de las otras muertes y de las desapariciones, pero no lo había vivido tan cerca, de frente, y no le había afectado realmente. Tropezó por un momento y por fin se dio cuenta donde estaban realmente, alzó la vista y pudo ver a varios en la entrada del internado, algunos llegando de afuera, otros como ellos de los pisos superiores, el subdirector aguardaba, para, esperaba él, explicarles que había pasado, poner un poco de orden entre tanto caos, algo tenían que decirles, aunque fuera mentira para que supieran que hacer, porque no se imaginaba a nadie en ese momento volviendo a clases al siguiente día. Es que incluso ¡Estaban trayendo a un estudiante herido desde afuera!. El moreno decidió esquivar la mirada de la escena y recostarse de una de las paredes cercanas al subdirector, quería que hablara para poder irse a su habitación.

Publicado por Luka V. Császár Vie Jun 24, 2016 12:43 am

Luego de leer la carta la mayoría había estado de acuerdo en cumplir con la petición de Ophelia y habían vuelto a enterrar a Nick, no tenía sentido dejarlo a la intemperie y de igual manera podría permanecer allí hasta que algún directivo cambiara de opinión para cambiarlo de lugar o informarles a sus familiares de su muerte, si es que lo hacían, en ese momento ya no confiaba en nada y temía seriamente por sus hermanos, ¿En qué clase de lugar habían ido a parar? ¿Era mejor estar allí con miedo a morir, pero juntos, en vez de estar en las calles de Londres con miedo?, no lo sabía, pero la situación no le agradaba para nada.

Reunieron a los chicos y se encaminaron de vuelta al internado, al llegar a la entrada había un gran grupo de gente, otros venían como ellos de afuera, Victor los esperaba con cara seria, ¿Había un chico herido? ¿Eso que había bajo ese árbol era un cuerpo o alguien más desmayado?, ¿¡Qué rayos había pasado ese día en el internado!? Le estaba comenzando a doler la cabeza y simplemente quería explicaciones, buscaba a Evan con la mirada, sabiendo ya donde estaba Oliver, necesitaba tenerlos a la vista a ambos, las caras de los estudiantes y de los demás profesores le decían que la habían pasado tan mal como ellos, definitivamente los directivos tenían mucho que responderles y un gran lío entre manos.

Publicado por Sophia E. Thurkell Vie Jun 24, 2016 12:52 am

Día de los Inocentes

El semblante del vicedirector se endureció al ver al joven lastimado por una herida en la pierna. Se puso alerta de inmediato, pero mantuvo la calma como le fue posible. Donald se acercó a ayudar y Víctor asintió, pero no podía dejar ir a Brian, tenía respuestas que dar, porque si había alguien herido, alguien tenía que estar detrás.

—Bruhn, Grunwald, ayuden al profesor Wells a llevar a Ross a la enfermería —dijo apenas levantó la mirada a los presentes y mirando a los ojos a dichos estudiantes para que entiendan que no se trataba de una sugerencia, era una orden—. Gail, Marina, acompañen al grupo y vean que pueden hacer, si se sale de sus conocimientos, busquen a Alfred o a mí de manera inmediata y nos haremos cargo de la situación.

Otra manera de decir, detengan la hemorragia y ellos se harán cargo del resto. Al terminar de hablar puso una mano en el hombro de Brian, impidiendo que continuara avanzando.

— ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Ophelia? —La pregunta era una corazonada de quién podía ser la responsable de ello, y Brian debía conocer la respuesta, sino la sabía, debía ayudar a Víctor a encontrarla— ¡El resto al comedor! Despejen la entrada, allí se les dará las nuevas instrucciones.

Repitió algo que había dicho antes de que las personas del exterior llegaran. Y evitando sonreír ante la actitud que algunos mostraban como si fueran a golpearlo, en un intento de demostrar que la opinión que él tenía les valía poco. No debería sonreír, pero era lo que pasaba cuando las personas no tenían idea de lo que estaban haciendo o de lo que estaba pasando y llegaban, de manera inmediata, a la conclusión equivocada. Por eso, todos debían dirigirse al comedor.

Publicado por Víctor E. Hempstead Vie Jun 24, 2016 5:11 am

Mis manos continuaban manchadas de tierra cuando volvimos al colegio. Habíamos devuelto el cadáver del muchacho al agujero siguiendo el deseo de Ophelia de que tuviese una tumba digna. Al menos uno de todos nosotros descansaría en paz aquella noche.

En cuanto cruzamos las enormes puertas principales nos encontramos con un cúmulo de gente similar al que apenas un par de horas atrás recorría los pasillos del internado para ir a disfrutar de un buen desayuno, aunque de la felicidad inicial no quedaba ni rastro. Sentí de pronto que el oxígeno que me llegaba era insuficiente, así que caminé de espaldas por inercia hacia la pared más cercana y me pegué a ella. La presión que se formaba en mi pecho ante las situaciones que se escapaban de mi entendimiento podía más que yo. Jack Hudson no tenía amigos. Ni siquiera era capaz de entenderse y controlarse a sí mismo.
Continuaba en silencio, cabizbajo y con los ojos muy abiertos. No me apetecía compartir la experiencia con nadie, ni siquiera con otro espectador de la macabra escena. La imagen del cadáver blanquecino seguía grabada en mi retina y me temía que así permanecería por bastante tiempo más.

Empecé a contar en total silencio las manchas de las losas del suelo. “Si no lo veo, no existe”. La tierra de mis manos, entonces, comenzó a molestarme. Parecía que me ardían; que el barro me causaba algún tipo de alergia desconocida. Las froté contra mi pantalón tan enérgicamente que la quemazón inexistente se volvió real.

Seguía totalmente incapacitado para pronunciar una sola frase. La voz potente que usaba para abrirme paso entre mis compañeros y demostrar que quedaba por encima de cualquiera se había apagado. Ni siquiera me fijé en el muchacho herido o en los profesores que lo cargaban. Tampoco miré al vicedirector, que parecía dispuesto a hacerse cargo de la situación. ¿Cómo iban a tapar la carta de Ophelia o el cadáver de Peterson cuando ya nos habíamos encontrado con ellos?

Jack, ¿de verdad merece la pena quedarte en semejante lugar para obtener una beca en Oxford? ¿De verdad merece la pena?
No tengo otro lugar. No puedo ir a ningún otro sitio. Solo dispongo de estancias en las que se percibe el olor a muerte y miedo aunque no haya ningún cadáver presente.

Apenas pude oír la orden de Víctor de que entrásemos al comedor, aunque mi subconsciente decidió hacerle caso. Así actuaba siempre: los adultos mandaban, Jack obedecía sin rechistar. Me aseguré de dejar una distancia prudencial entre mi cuerpo y el de mis compañeros mientras caminaba detrás. Aún continuaba refregando la palma de mis manos contra la tela del pantalón.

Publicado por Jack A. Hudson Vie Jun 24, 2016 7:54 am

Le toma unos segundos reconocer que el vice-director le está hablando a él. Incluso más darse cuenta que también mencionó a Gru. Es en ese momento que una parte de los nervios de Isak se van, su amigo está sano y salvo. Sin embargo, sigue sin poder sacarse de la cabeza las palabras de Yvette ese día en el bosque, y la de su hija Halsey. Es solo pensar... No, no, no pienses en eso, chico, no es bueno desconfiar. ¿No querías tener amigos, gente a la que le importes? Entonces confía, no le des la razón a los demás. Recuerda lo que te dijo Arthur, ¿quieres que ese chico tenga la razón? Claro que no. Entonces, ¿qué haces pensando estupideces?

Tras debatir mentalmente consigo mismo, zarandea su cabeza un poco y se acerca al profesor Donald para ayudarle a llevar a Gareth. De nuevo le toma unos segundos profesar la realidad, dándose cuenta que tiene una herida de bala en la pierna. ¿Cuándo...? Isak pensaba que su grupo había sido el único en presenciar un evento triste, pero parece que está equivocado. Y lo que le falta descubrir. Deja que el chico pase uno de sus brazos por sus hombros, esperando que Gru llegue al otro lado para ayudarle—. Vas a estar bien, solo aguanta. —¿mintiendo de nuevo, Bruhn? Ten cuidado, que capaz y terminas convirtiéndote en un mentiroso patológico.

Publicado por Isak T. Bruhn Vie Jun 24, 2016 9:44 am

Donald apareció para ayudar, otra mano amiga en quien confiar, gracias. Lo miró punzante a los ojos y negó con la cabeza. —Ya te contaré en privado —susurró. No quería que nadie lograse oír lo que tenía para contar, al menos no sin saber en quién realmente podía confiar.

Con media carga en cada hombro, Ross podía erguirse mejor y Brian por su parte, relajar un poco su espalda. Estaba tenso, demasiado tenso. Pero poco duró el intento de ayuda, cuando Victor intercedió, delegando la tarea en los alumnos y en su amigo. —Pero... debería estar al cuidado de... —callé. No quería tampoco revelar su intimidad. Sólo alcanzó a decirle al oído un "Estarás bien, Ross".

¿Estarás bien...?

Sólo frente a Victor. Sus preguntas retumbaron unos segundos entre un vaivén vertiginoso de ruidos, disparos, sangre y muerte. ¿Qué responder? ¿Qué decir? ¿Debía confiar en él? Le había demostrado que si, pero hacía minutos una de sus mejores amigas había resultado una traidora. ¿En quién confiar ahora cuando los parámetros se alteran?

—¿No sabe lo que pasó? —indagó curioso. —De todo ha pasado, señor.. eh, Victor. Ophelia está con Mark, aunque... creo que debemos esperar a que todos los alumnos entren para ir a verla. ¿Debo ir al comedor también? Quizá deba postergar la reunión sabe... en caso que quiera enterarse del resto —no iba a revelarlo todo, tampoco quería decirle donde estaba Mark con Ophelia, temía aún que algún alumno curioso viese a su profesora muerta. Los traumas en los niños probablemente serían peor que en los adultos. Respiró profundo y esperó. Ya nada tenía sentido.

Publicado por Brian Downer Vie Jun 24, 2016 10:33 am

Siguiendo las órdenes del vice-director, Marina guió al grupo de tres que cargaban al chico herido hasta la enfermería. Esperaba que al menos no se dijese nada hasta que todo el mundo estuviese en el comedor, porque todos tenían el mismo derecho a saber qué estaba pasando. ¿Habría más heridos? ¿Quizás más desaparecidos, como en el lago? No tenía ni idea, pero quería saberlo, y sobre todo quería ayudar en la medida de los posible.

—Ponedlo aquí —les dijo, señalando la camilla más cercana.

Debajo del rudimentario vendaje que, al menos había parado un poco la hemorragia, había una herida redonda, claramente de bala. Marina se mordió el labio inferior y lo primero que hizo fue desinfectarla. La bala no le había atravesado la pierna y tampoco le había dado en una vena o arteria vital, pero no dejaba de sangrar. Cogió una de las gomas que se había echado al bolsillo por si acaso antes de salir al lago e hizo un torniquete rápido, pues la hemorragia no era excesivamente abundante.

—Te va a doler —avisó cuando cogió unas pinzas largas—, pero tenemos que extraer la bala cuanto antes —y, sin poder evitar la curiosidad, preguntó—. ¿Qué ha pasado?

Publicado por Invitado Vie Jun 24, 2016 10:54 am

El disparo sonó por todo el bosque, o eso fue lo que le pareció a él y fue cuando un intenso dolor le recorrió toda la pierna hasta la columna vertebral. Gareth se cayó al suelo de la sorpresa y el miedo, mientras las ráfagas de dolor se reflejaban por todo su cuerpo con el único centro que era su pierna. El chico gritó, incapaz de formular palabra alguna y automáticamente se llevó las manos a la pierna, manchándoselas de sangre para intentar en vano parar el líquido. Le hablaba el profesor Prachett, le hablaba Brian, pero Gareth no escuchaba a nadie, solo estaba con la respiración agitada por el dolor y otro disparo resonó y gritó un "no" creyendo que le llegaba a él, pero a sus pies cayó Ophelia.

Gareth abrió los ojos, en shock, incluso más que el haber recibido su disparo. Ver la cara inerte de la profesora y la sangre saliendo de su cabeza lo asustaron todavía más que se dejó arrastrar por los hombres hasta llevarlo fuera del bosque, de nuevo en el internado. Se agarró bien a los dos, tragando saliva por el dolor. El sudor le pegaba la ropa al cuerpo con la cara desencajada por el dolor. Más se sumaron a cogerlo y protestó por el repentino movimiento hasta verse tendido en una camilla con la enfermera al lado. Asintió cuando le dijo que le iba a doler y echó la cabeza hacia atrás, sentado con la pierna estirada, apretando la mandíbula cuando empezó con las pinzas.

Publicado por Invitado Vie Jun 24, 2016 3:39 pm

Día de los Inocentes

Y ahí estaba la razón por la que los estaban sentenciando. Creían que solo protegían a los estudiantes de ver sangres y muertes, pero en realidad protegían a todos de ver esa masacre. Brian parecía deseoso de mantenerlo alejado, y esa distancia no le gustaba, no cuando tanto le había revelado para que confiara en él. Víctor, con su parsimonia habitual, apartó al bibliotecario, empujando al mismo lejos de la entrada por la que entraban estudiantes, profesores y miembros del personal, todos sin poder ocultar el horror que habían visto.

— ¿Recuerdas cuando te dije que confiaras en nosotros? Pediste que te diera algo a cambio, estos son los hechos, hay amenazas de muerte a todos los estudiantes, y tenemos la sospecha de que se trata de un profesor, por eso, no hemos abierto la boca —susurró apenas moviendo sus labios—. Estudiantes desaparecen, y ahora incluyen muertos. Estamos tratando de llegar al fondo de esto. Ahora dime dónde está Ophelia para que pueda saber si ha descubierto algo.

No pudo evitar contener su voz, ante la impotencia que tenía en ese momento. El internado significaba mucho para él, Brian lo sabía, él sabía toda su historia, pero no podían proteger a quienes estaban dentro y la persona responsable parecía estar cinco jugadas adelantado. Respiró profundo por la nariz, tenía que mantener la calma, era vital cuando había cientos de niños que esperaban confiar en ellos.

—En el comedor recibirán las noticias, Alfred se encargará de hacer eso de una manera sutil, te las puedo dar aparte, confió en ti —, y como si eso no fuera suficiente, Víctor lo aleja un poco más—. Hemos descubierto que Yvette estuvo en el ejército antes de venir aquí, recibe ayuda, hasta ahora lo que sabemos es que se trata de un masculino, debe haberlo conocido allí, se mueve muy sigiloso, hemos dejado que nos siga para distraerlo de los estudiantes, pero, a veces, cuesta darse cuenta que está detrás de nosotros, a veces, incluso, no lo creo, hasta que hace algo que demuestra que sí estaba allí. Brian, en este momento, te estoy pidiendo ayuda, ¿puedes probar que hago bien en confiar en ti? Te diré todo lo demás cuando haya menos gente, lo prometo.

Publicado por Víctor E. Hempstead Sáb Jun 25, 2016 12:37 am

—Para ser enfermera, se te han pasado detalles —mascullé, al lado de la víctima en todo momento—, los torniquetes jamás se deben de hacer con una gomita o parecidos. Eso es de películas. Podría perder sensibilidad de la extremidad, sólo presiona con un trapo limpio sobre la hemorragia —observé fijamente la herida, había leído sobre esto en libros de medicina para mis novelas, así que: ¿Me dices a quién sobornaste, cariño?—. Si me resfrío, recuérdame que no me deje atender por ti.

Una bala le ha atravesado al muchacho, no era profunda, pero sí grave. Recuerdo cuando mi hermano hizo lo mismo conmigo, una en el muslo como regalo de cumpleaños. Maldito cabrón.

—Y creo… —hablé otra vez con el picor en la lengua, ¿y qué quieres qué haga si la enfermera ni siquiera se preocupa por la estabilidad mental del paciente? ¡No me resistí!
—Que debería considerar que el chico está traumado, es mejor darle un respiro. Nadie se recupera de una herida de ése calibre por arte de magia. ¿No le ve ésos ojos de…? Vale, cerró los ojos, pero eso no quiere decir que no parezca una gallina que casi cruzó el otro lado. ¿Entiende? —Es un chiste viejo. Volteé a ver a los otros dos alumnos, con un cierto aire trémulo y encogido—: Deberíamos ir al comedor, ya no podemos hacer nada aquí.

Publicado por Donald F. Wells Sáb Jun 25, 2016 1:08 am

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