Mini Trama ▲ Brian, Gail y Mark P.

Publicado por M. Yvette Gunnhild Sáb Jul 30, 2016 11:56 am

¿Qué hora era ya? Brian refregó un poco sus ojos, quitando previamente los lentes que se había olvidado puestos. Dobló delicadamente las patitas hacia dentro y sacando un pañuelo del bolsillo de su pantalón marrón, los guardó dentro de él, envolviendo con delicadeza. No podía darse el lujo de rallarlos, eran, después de todo, su único par.

Recorrió el pasillo en silencio, repasando una canción que tenía pegada hacía días. Era una buena manera de distraerse, de olvidarse un poco los problemas.

—Ta ra... ra ra ra... —un ruido frenó su tarareo. Detuvo su marcha y miró hacia arriba, ¿qué había sido eso? ¿Vidrio roto? ¿En el ático? Hacía poco había descubierto su existencia, como el resto de los inquilinos. La noticia de Halsey y...

La recordó en esa bolsa.

Miró a los costados, para ver si alguien más había oído lo que él.

Publicado por Brian Downer Sáb Jul 30, 2016 12:25 pm

Él no ''apoyaba'' el concepto de patrullas, le parecía que tal y como estaban planteadas, no servían para nada. De hecho, casi siempre que podía se las saltaba. Pero una compañera había tenido una indigestión con la cena (A Mark ya le habían olido mal esas verduras pero bueno, es que él era como una cabra o una avestruz, se comía lo que le echaban) y le había pedido hacer la sustitución. Así que por allí estaba, linterna en mano patrullando por los pisos superiores, haciéndolo con total profesionalidad. Total, cuando vas a hacer algo, sea lo que sea, hazlo lo mejor que puedas. Igual que cuando te manden una tarea, intenta aprender todo lo posible para realizarla a la mayor perfección posible. Esa era su forma de pensar y la verdad es que lo llevaba por caminos... raros. Por ejemplo, era un experto total en la composición y efectividad en los productos de limpieza del baño, así como su aplicación óptima, producto de tantos castigos cuando había estado de recluta. Ya que le mandaban limpiar mierda, se transformó en el mejor limpiamierda de todo ese barracón.

Fue con tranquilidad hacia donde había escuchado la rotura de un cristal, saludando con un gesto de la cabeza a Brian cuando se cruzó con él e iluminando con la linterna hacia el techo.
-Sí, no han sido imaginaciones tuyas. Y no, por aquí no hay mapaches. Y también no, las probabilidades de que haya sido un golpe de viento parecen muy escasas. Así que todo parece indicar que hay alguien ahí arriba -dijo descartando las frases más comunes dichas en esas situaciones, para ahorrar tiempo.
-Habrá que ir a mirar ¿No?

Publicado por Mark Pratchett Sáb Jul 30, 2016 2:28 pm

Treinta y tres... treinta y cuatro... treinta y cinco... ¡Listo! Tras hacer un último apunte en el cuaderno, di por finalizado el inventario. La noche era el mejor momento para este tipo de tareas, ya que la posibilidad de ser interrumpida por algún paciente era mínima, así que había aprovechado para poner algo de orden en la enfermería.
Una vez finalizada dicha tarea, me quité la bata, guardé todo lo que pudiera quedar a la vista sobre el escritorio, eché la llave a la consulta y me dispuse a dar por finalizado el día en mi habitación. Sin embargo, tampoco me fui muy lejos, ya que mientras que deambulaba por los pasillos, el ruido de unos cristales rompiéndose en alguna parte llamó mi atención. Tampoco es que fuese un gran estruendo, pero si lo suficiente para que por la hora y el lugar, me surgiera la necesidad de ir a echar un vistazo.

Al girar cierta esquina, me encontré de bruces con Brian y Mark, que al parecer, estaban considerando el subir al ático, dejando claro que el ruido escuchado había sido real y no algo generado por mi imaginación. Tampoco hicieron falta demasiadas presentaciones o explicaciones, ya que ultimamente, cada vez que nos juntábamos los tres nunca era por nada bueno.

- Si alguien dice eso de que las damas van primero, prometo darle un puñetazo - amenacé, mirando a ambos hombres alternativamente, aunque centrándome más en cierto profesor.

Publicado por Gail Abernathy Lun Ago 01, 2016 6:29 am

Publicado por M. Yvette Gunnhild Lun Ago 01, 2016 7:24 am

-Nah, este es uno de esos clásicos ejemplos en el que la veteranía es un grado. Además, no contamos con ninguna dama por aquí -dijo encogiéndose de hombros mientras observaba la puerta pensativo. Si no hubiese oído como se caía un vidrio, se estaría ya quitando los zapatos para ser más silencioso pero en esas circunstancias no era viable. Había pocas cosas más ruidosas que pegar un grito porque te has clavado hasta el hueso un trozo de cristal. Odiaba el internado en ese sentido, era una pesadilla. Simplemente su mente estaba saturada intentando recordar todas las cosas que podían hacer ruido, pero los edificios viejos con partes de madera en ese sentido era unan batalla perdida.

Se acercó con sigilo indicando donde pisar a los otros dos y se llevó el dedo índice a la boca para que mantuvieran el pico cerrado. Alguien estaba hablando dentro, pero por ahora, parecía una discusión en una sola dirección. Cuando se asomó por la rendija de la puerta, por fin pudo reconocerle. Oliver, el hermano de Sophia, el de las piernas... Bueno, da igual, el hermano de Sophia. ¿Quién coño era Martha? No le sonaba nadie con ese nombre en ese internado, lo cual siendo justos, tampoco era tan raro. Era una conversación... rara. E inquietante. Los miró interrogantes a la vez que hacía un gesto de abrir y cerrar el puño. Si querían, podían entrar y averiguar por las malas lo que estaba sucediendo allí. O podían quedarse esperando hasta ver como evolucionaba el asunto, arriesgándose a que se escaparan por uno de esos pasadizos del internado. Si había uno en el cementerio, seguro que en el ático también. Era de sentido... común no, sentido literario.

Publicado por Mark Pratchett Lun Ago 01, 2016 9:29 am

La voz le obligó a mirar hacia abajo. Antes de ver el rostro podía reconocer a la persona que la portaba con los ojos cerrados.

—Profesor, buenas noches... —saludó, para luego responder. —Supongo que si pero... últimamente... —viró para ver a Gail. Le asintió con la cabeza y luego negó, mirando como Mark le gastaba una broma. —No se preocupe señorita, puede ir tras mío si lo desea.

Sabía que aquello no era un juego de espías como los que jugaba cuando estaba en los exploradores, pero la adrenalina que empezaba a correr por sus venas se sentía igual de especial. Empezaron a caminar en silencio, hasta llegar a la segunda puerta, donde pudieron oír voces. Para su suerte, estaba calzado en pantuflas y sus pies no desprendían ni un sonido. No obstante, no podía asegurar que el latido de su corazón no fuese a escucharse kilómetros a la redonda.

Estaba nervioso, obvio que lo estaba.

Observaba de refilón el puño de Mark, mientras trataba de recordar la cara del que hablaba. Era tan malo para recordar caras. Para cuando se dio cuenta quién era abrió los ojos grandes, como quién destapa un olla podrida. ¿Acaso el hermano de Sophia estaba metido en algo sucio? Ahora que ella era líder de... No no. No podía dejar que sus pensamientos y conclusiones apresuradas modificasen el buen juicio que se había formada de ella.

Miró a Mark y a Gail, poniendo una mano en la puerta. Si estaban los tres de acuerdo, entrarían. Porque importaba más averiguar quien era Martha, que después de todo, no tenía idea quién era.

Quizá... ¿la mente maestra de todo esto? Después de todo, parecía inducir a la gente con las palabras que soltó el hombre.

Pero un pensamiento rondó su mente: ¿y si escapaban? ¿No sería mejor quedarse escuchando? Después de todo, podrían obtener más información. Retiró su mano de la puerta y miró a ambos, para que pudiesen leer sus labios sin emitir sonido:

"Mejor, quedarse a escuchar, no entremos.. aún."

Publicado por Brian Downer Lun Ago 01, 2016 10:55 am

Le dediqué una sonrisa brillante a Brian por su comentario y un gesto de desagrado a Mark por el suyo, como queriendo decirle: ¿Ves? Aprende cómo se hace.
Sin embargo, tampoco hubo tiempo para más tonterías, ya que pronto se hizo evidente que, efectivamente, alguien andaba merodeando por el ático. O más concretamente, manteniendo una acalorada discusión con una tal Martha. En cuanto llegó mi turno para poder echar un vistazo a través de la rendija de la puerta (tras encontrar un hueco entre los dos hombres), pude reconocerle como Oliver, el chico con el corte de cuchillo que atendí hace ya tiempo en la enfermería.

Cuando Mark hizo el gesto con el puño negué un par de veces con la cabeza. Aunque si entrábamos ahora tendríamos el factor sorpresa de nuestro lado, creí que por el momento, escuchar la conversación podía sernos más provechoso. Por otro lado, si nos descubría o intentaba escapar, nosotros éramos tres y él uno, por lo que decidí apostar por nuestro equipo. Brian también estuvo de acuerdo, así que asentí un par de veces con la cabeza cuando movió los labios en silencio, para que supiera que le había entendido.

Publicado por Gail Abernathy Lun Ago 01, 2016 6:22 pm

Publicado por M. Yvette Gunnhild Lun Ago 01, 2016 6:34 pm

¿Contaba como conversación privada si era un chalado hablando solo? Mark no podía ver a nadie más en la habitación, bueno, ni un walkie talkie ni un pinganillo ni nada. Claro que la luz tampoco era como para echar cohetes, a lo mejor si había y no lo había visto. Miró a los otros dos y llevándose el dedo índice a la cabeza hizo un par de círculos. Ese tipo estaba pirado. Pero era preocupante algunas cosas que decía. ''Nuevamente''. Si tuviese que apostar, sonaba como a que el hermano de Sophia tenía un trastorno de doble personalidad o alguna... cosa de esas y que la otra estuviese matando personas. Lanzó una mirada alarmada a Gail y Brian. Ante la duda, simplemente no podían dejar que siguiese andando como si nada en el internado ¿No? No es como si pudieran llevarlo a un psiquiatrico o algo así, pero podrían hacer lo más humano como... Encerrarlo en una habitación y alimentarlo con cabezas de pescado hasta vacaciones. O algo así.

Se llevó la mano a la barba y ahogó un suspiro. Tal vez no era exactamente el mejor momento para capturarlo. Eso era verdad. Sitio estrecho, cristales afilados... Eso iba a acabar mal. Hizo una señal a los otros dos para que se alejaran de allí antes de que el hombre saliera y los descubriera.

Publicado por Mark Pratchett Lun Ago 01, 2016 7:01 pm

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