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Recuerdo del primer mensaje :

¿Era tan difícil poder tener algo de silencio? Era jueves, el peor día de la semana, y las personas no podían quedarse calladas. Callie cerró de un portazo la habitación para luego comprobar que no se haya trabado. La volvió a dejar entre-abierta. Odiaba no poder cerrar la puerta de su propia habitación, tener que escuchar las conversaciones de las personas que pasaban por el pasillo y los ruidos de las demás puertas al abrirse y cerrarse. Se volvió a sentar en la cama, apoyando su espalda en la pared, flexionando sus rodillas hasta que el libro estuvo en una posición cómoda para leer. No tenía razones para estar leyendo eso, no creía que fuera a ser útil para algo, ni siquiera era una buena razón para comenzar, ni una parte del temario de su año de historia. Aquel libro de historia alemana, centrado en la segunda guerra mundial, no tenía razones para estar en su cuarto, y ella tampoco tenía razones para leerlo, sólo lo había creído oportuno. No sabía que esperaba, quizá era el encontrar los nombres de la ascendencia de Yvette algo que justificara todo lo que habían hecho, pero no encontró nada. Tardo dos días en saber eso, pero de igual manera quiso terminar de leer para asegurarse. Dos días más tarde estaba tratando de terminar un libro que le había sido un suplicio leer, y trataba porque los ruidos externos no colaboraban con el ambiente de lectura.

Cerró el libro y se puso de pie frotando sus ojos. No podía terminar de leer, no quería terminar de leer, no tenía sentido seguir leyendo. Tomó su mochila que colocó en sus hombros, el libro que estaba leyendo y los dos de matemática que había retirado para hacer sus deberes. Partió a la biblioteca con el aspecto cansado de quien no había podido dormir en días. Simplemente no podía, la oscuridad y el encierro eran demasiado. Había creído que había superado esas fobias, que la mantenía controlada, pero la verdad de la que se habían enterado había hecho que nada estuviera bajo control. No quería pensar en Cassie, si estaba pasando lo mismo. Algunas noches golpeaba su pared, pero Callie no le respondía, en silencio sólo le decía que encuentre una manera de dormir, una que ella no podía encontrar. Callie nunca golpeo la pared de su hermana, tampoco iba a visitar a Nate, no haría la diferencia.

Tomó lugar en una de las mesas cercanas a la parte histórica, las yemas de sus dedos acariciaron los lomos, mientras pensaba qué más podía tomar, tenía que ser algo que fuera capaz de ayudar a que entienda que estaba pasando en ese lugar. Se retiró un paso mientras ataba su pelo en un rodete desprolijo. La respuesta no iba a estar en ninguno de esos libros. Giro sobre sus talones y fue al área de los diccionarios, ahí habían encontrado algo. Sacó el primero y comenzó a abrirlo para ver si en ese era donde había quedado la pista. Se sentó en el suelo al ver que no era, lo dejó a un costado y tomó el siguiente. No recordaba que se lo hubiera dejado apartado. Lo más común sería que quedará allí mismo. Sólo tenía una palabra marcada, una palabra capaz de erizar su piel, pero era una palabra al fin. No deberían haberlo sacado. Tomó el siguiente diccionario.

Publicado por Calliope C. Rohmer Lun Feb 22, 2016 2:33 pm

Que interesante. Finalmente había logrado captar la atención de alguien más que, al igual que yo, pretendía averiguarlo todo sólo por simples análisis sacados de alguna película barata de detectives. ¿Qué cualidades verdaderas tenía cada uno de nosotros para afirmar que en verdad podríamos sacar algo a la luz? Me limité a escuchar y analizar las teorías e ideas de los alumnos, quienes se notaban visiblemente entusiasmados. ¿Hacía cuanto estarían esperando este momento? La revelación de sus ideas, la exposición al peligro. En todo caso, yo mismo me exponía al igual que ellos a revelar mis verdaderas intensiones.

El bibliotecario callado y retraído, detrás de sus lentes y libros antiguos, estaba en plan con un par de estudiantes, para desmantelar la red de misterios de aquel famoso y misterioso internado. Inimaginable.

Recostado sobre mi mano, cuyo brazo apoyaba por el codo en la mesa lustrada del fondo, asentí varias veces, sin emitir ni una sola palabra a ambos. Sentía que al interrumpir podría perderme de algo valioso, de algo fundamental. El joven terminó sus frases, con una mirada interesante. Negué con la cabeza: — No tiene importancia, tampoco soy tan mayor. — añadí, pensando en que a veces me incomodaba que, con apenas treinta años de edad, allí pareciese un viejo ermitaño. Afuera, en una sociedad algo más abierta y normal, apenas estaba alcanzando la madurez de una juventud adulta, ¿verdad?

Acomodé mis lentes, mirando a los presentes, era mi turno de hablar. ¿Pero qué diría? Me habían tomado por sorpresa, y jamás en verdad había analizado nada, ¿o si? Yo solo quería descubrir quién era, no, no. Yo solo quería saber la verdad. Pero me sentía desnudo ante tanta preparación, porque yo poco podía presentarles a ellos, poco podía contarles, que no dijese más de mi mismo que del hecho en cuestión. — Verán... me sorprende que ambos estén tan comprometidos con el tema. A mi también todo este asunto me intriga y enfurece. ¿Cómo puede ser que vivamos así? En medio de una mentira... de un engaño. Pero lejos de estar a su nivel, yo no tengo mucho para ofrecerles, en cuanto a datos o investigaciones. — junté mis manos, entrelazando mis dedos. — Yo sólo puedo ofrecer quizá lo mas valioso que tengo en este internado, y es a mi mismo. — volví a posar mi mirada en la multitud que leía y recorría en un silencio espectral el salón de la biblioteca. — Ser miembro del personal me da acceso a datos y áreas que los alumnos no tienen, más aún siendo... como soy. En verdad creo que nadie esperaría de mi algo. — sin ánimos de sonar como una pobre alma en pena, retomé: — Quiero decir, a veces... es mejor pasar desapercibido. Este sitio es mi templo y aquí pueden reunirse bajo mi supervisión sin que nadie los vigile. Siempre es mejor hablar, que pasarse notas, porque esas son pruebas. Pruebas que otros ojos querrán leer. Yo seré una tumba, y juntos podemos ir develando los misterios que se presenten. Por ahora, no tenemos mucho más de lo que... han contado ambos. Hemos visto las notas en el despacho de Motka y la obviedad que se representa. De hecho... — hice una leve pausa. En verdad era peculiar. — ... es todo tan obvio y accesible que me extraña no haberme topado con más personas interesadas en descubrir la verdad. Bah... la verdad es subjetiva. ¿Tienen idea si alguien más planea hacerse el detective? Debemos tener en cuenta que cuatro ojos ven más que dos pero... demasiados alertaría a las autoridades. Sería bueno reconocer ahora quienes pasan por alto todo y quienes resultan algo mas... curiosos. Como nosotros por ejemplo. Curiosos. Curiosos desconocidos.

Los miré, con algo de miedo. Eso en verdad eran, meros desconocidos. Por alguna razón no me causaban miedo, y yo sabía que me convenía más hacerme su aliado que su enemigo. Después de todo, nuestro objetivo era el mismo.

Publicado por Brian Downer Mar Mar 15, 2016 6:59 pm

Sin hacer comentarios o dejar en claro que su idea tenía sentido, espero a que Hudson terminara de hablar, dijo poco, lo más importante era que descartaba la idea de la escritura y dejó a la vista dos páginas de un diario. Evitó preguntar en voz alta quién tenía un diario con más de quince años de edad, pero se limito a leer la información que había en el mismo, eliminando el sentimentalismo puesto en el mismo. Ese extracto le basto para darse cuenta que no era la única que se sentía de esa manera, defraudada por todas las mentiras que le estaban contando, una tras otra, todas eran mentiras. La fuerte estructura del internado parecía venirse abajo, y ellos aún estaban atascados dentro.

No había terminado de leer cuando Brian comenzó a hablar dando su propia atención al respecto. La joven continúo con la lectura, prestando atención a ambas cosas al mismo tiempo, aunque su atención al diario era poca, estaba prestando más atención a las palabras.

—No se ofenda, pero dice investigar como si no tuviéramos nada que perder— Su tono no es fuerte como usualmente suele ser, sino que es suave y duda al decir esas palabras, porque desconocía las relaciones que el bibliotecario tenía dentro del internado. —Mi hermana se encuentra aquí dentro, mis mejores amigos se encuentran aquí dentro, considero este lugar como un hogar, y algunos de los que estamos aquí dentro no tenemos a dónde ir si Dunkelheit cierra sus puertas. No es por curiosidad o intriga que estoy investigando, lo hago porque esta claro que ninguna autoridad piensa hacer algo al respecto y no me pienso quedar de brazos cruzados cuando aún tenemos algo por hacer. Alguien tiene que moverse y eso esta más que claro. Si tengo que ser yo, no me molesta, pero algunos tenemos mucho que perder si ésto se viene abajo. Habrá gente a la que le de lo mismo y solo estén pensando en sus mismos traseros, pero no quiero ver como lastiman a mis amigos de la misma manera que lastimaron a Georgia, porque la encontramos de una manera y no tenemos idea que le pudo haber pasado antes. No sabemos nada, y creo que es hora de que sepamos a qué nos estamos enfrentando o a qué le tenemos que tener miedo—

Explica su punto con la mandíbula apretada, dado que estaba reconociendo que ella también estaba asustada, pero nada se resolvía de una manera mágica, siempre alguien iba a tener que ir a la acción, siempre alguien acabaría teniendo que tomar las riendas de la situación e intentar controlar al cabello.

—No conozco curiosos interesados, pero conozco gente que esta dispuesta a hacer algo, creo que funcionarían mejor, ¿no cree usted?— Pregunta alzando las cejas, y le pasa corre el diario para que quede dentro de la mesa, sin leer ni una linea más de lo que no le correspondía leer. —Dices que es una mala idea, lo de la escritura, pero al menos es un comienzo. Necesitamos algo real para atraer a las personas si es lo que buscamos— Se toma un momento para poder pensar, y cuando tiene una idea observa a ambos para exponerla. Era algo que le estaba dando vueltas hacía un tiempo, pero la había descartado por no tener sentido, pero con las palabras de Brian, quizá no era la única en pensar de esa manera. —Usted dijo que estaba todo servido, también me di cuenta de ello, pero no le pude encontrar sentido. Si la persona que esta escribiendo las notas quiere que sepamos el pasado de Yvette, ¿Por qué? ¿Por qué el de ella? No sabemos si esa persona lo que busca es que desconfiemos de los directivos o si quiere destruirlos sin importar la forma de lograr aquella misión. A veces pienso que la historia de Yvette es sólo un señuelo para que miremos a otro lado, mientras lo peor pasa a nuestras espaldas.

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Mar 18, 2016 5:11 pm

Apoyé la cabeza en una de las baldas de la estantería y centré la mirada, sin pretenderlo, en una de las lámparas del techo. Fue un acto reflejo; una de esas cosas que haces para mantenerte ocupado mientras piensas en otro asunto. La luz no tardó en comenzar a molestarme, pero mi mente se encontraba demasiado ocupada para notarlo. Intentar retener cada una de las palabras de Callie y Brian para analizarlas más tarde no suponía una tarea fácil. Hablaban demasiado, mucho más que yo en el día que más elocuencia derrochaba. Y en sus palabras había más verdad y emoción que en las mías, desde luego, pues yo las basaba en meros datos históricos y pensamientos de tinte conspiranoide que hubieran casado mejor con el argumento de una novela negra que con la vida real.

Pero mis ansias por saber qué ocurría podían equipararse a las suyas, aunque mis motivos fueran completamente opuestos. Mientras que a ellos los movían casi con seguridad un desarrollado instinto de supervivencia y buenas intenciones, yo me encontraba en el lado opuesto de la balanza. El egoísmo más puro reinaba en mí, pues quería descubrir la realidad para dejar de sentirme engañado; para demostrarme, una vez más, que nadie podía pisotearme y salir impune.
Que mi mente, al expandirse, era capaz de atravesar los márgenes de las del resto e imponerse como la número uno.

—Pueden ser dos opciones. Quizá Yvette sea una pieza relevante en todo el asunto y su pasado nos ayude a descubrir el por qué de los sucesos, o simplemente lan usan como señuelo para que la culpemos a ella. Si nos centramos en Yvette le estamos dejando el camino libre al verdadero “peligro”. Pero yo personalmente no sé cuál cara de la moneda escoger. No tengo suficientes datos para descartar ninguna de las dos. —admití en voz alta, aunque mi tono de voz sonó tan perdido como lo estaba mi propia cabeza. La refulgente luz y el haber olvidado que tenía que parpadear terminaron consiguiendo que cerrase los ojos y bajase la cabeza. Los froté repetidas veces con los puños, intentando que la molestia desapareciese.. Hasta yo me sorprendía a veces de mi capacidad para perder la noción de mi propia existencia.

La que para mí no había empezado más que como una visita de rigor a la biblioteca, sin más pensamientos que sacar un par de libros, acabar mis deberes y pelearme con algún compañero, había terminado tiñéndose con tintes mucho más turbios. Esa mañana ni siquiera tenía idea de que había más gente en el internado que investigaba sobre los periódicos, y a esas horas me encontraba en presencia de dos individuos dispuestos a llegar al final. Encima, con afán de crear un grupo para ayudarnos entre nosotros a la hora de recomponer ese extraño puzzle. ¿Podía aquello tratarse de un golpe de suerte, o quizá era una trampa que escondía una jugaba maestra con la que poder atraparme?
Una trampa que no hubiera sido difícil urdir para atraparme. A fin de cuentas, el bibliotecario mejor que yo mismo mis movimientos entre las estanterías.

¿Cómo confiar, de repente, en dos desconocidos? Jack, no seas idiota. No creas ciegamente. No caigas en la trampa.

No iba a dejarme atrapar. Ni creía en juegos de azar ni en casualidades; mucho menos en destinos o en dioses, ya que yo seguía las huellas de mis propios pies. No obstante, aquel grupo me venía de perlas para no trabajar solo, pero tendría que exponer mis condiciones. Decidí que jugar de farol sería lo más acertado para guardarme las espaldas, así que di el siguiente paso. Mientras recogía mi cuaderno de apuntes y lo metía dentro de la mochila, carraspeé, tratando de captar nuevamente la atención de Calliope y Brian.

—Sinceramente, no me apetece jugar a los detectives. Ni siquiera me importa demasiado lo que pase o no pase aquí. Me da igual si la directora asesinó a gente, si cierran el internado, si Motka viola críos por las noches o si experimentan con los alumnos. Lo único que me molesta es no saberlo y ser tomado por idiota. No sé si estoy siendo claro. —en parte fui sincero, aunque adorné mi discurso con medias verdades. No iba a jugarme el trasero por nadie que no fuera yo -o alguien que considerase importante en mi vida-, pero tampoco era tan sumamente extremista de despreocuparme por el resto; muchas menos ganas tenía, incluso, de que cerrasen el internado. Aquel era el mejor lugar para estudiar, según decían los profesores, y yo necesitaba un expediente perfecto para alcanzar mis metas. No quería acabar mis estudios en un instituto de mala muerte, rodeado de mediocres. —Me mueve mi propia vanidad, si queréis llamarla así, y el no querer sentirme como un tonto. No investigo por buenas intenciones o ganas de salvar a personas ni nada por el estilo. Quiero completar el puzzle porque no me gusta sentirme engañado. Vosotros tenéis vuestras intenciones, que me parecen respetables sean cuales sean, y yo tengo las mías. Una vez dicho esto, puedo comprometerme a compartir lo que descubra y ayudar a aclarar el asunto, pero quiero dejarlo muy claro desde el principio. Soy curioso pero no quiero cambiar el mundo.

Paré un tiempo puntual para tomar aire y analizar alternativamente los rostros de las dos personas que tenía en frente, buscando en ellos algún cambio brusco; algo que me hiciera pensar que me mentían, que esperaban de mí una implicación más humana y que se sentían decepcionados por mi faceta de imbécil arrogante. Si pensaban que todo me daba igual no me añadirían en la lista de “personas que pueden tirar por tierra nuestros planes”, en el caso de estar los dos implicados. Mi cabeza quedaría a salvo, ¿no?

No conté los segundos exactos, pero en quien más mantuve la mirada fue en Calliope. La había visto junto a mi “sospechoso número uno” en múltiples ocasiones. Incluso me jugaría una mano, y no creo que la perdiese, si asegurase que eran amigos.
Si el nombre de ese tío figuraba en la lista de gente con la que ella quería contar para la "búsqueda" me iba a reír de lo lindo.
¿Quién me aseguraba que ella no estaba en el ajo? ¿Que me había tendido una trampa al quedarse sentada en medio del pasillo y conseguir tiempo hasta que Brian apareciese? No había que ser muy espabilado para saber a ciencia cierta que le soltaría alguna puya. Mi reputación me precedía.

Definitivamente, Jack, te estás volviendo loco.

—Si eso no os resulta un inconveniente, podéis contar conmigo.

Publicado por Jack A. Hudson Sáb Mar 19, 2016 9:30 pm

Por el aire podía ver pequeñas partículas invisibles a simple vista, que flotaban lento por el espacio, sostenidas por otra fuerza aún más invisible. Eran libres de andar por donde quisiesen, el tiempo que considerasen pertinente. Eran tan libres que por porciones de segundo sentí añoranza hacia ellas. Esas partículas sin lugar a dudas eran felices, felices de su falta de conciencia en un existir agobiante, aún más cuando se estaba encerrado entre estas paredes.

Volví a la charla, de la cuál casi no me había ido para recordar todas las palabras dichas y vueltas a decir por ambos jóvenes. Quería sentir que en ellos podía confiar, pero de pronto una sensación de miedo oprimió mi pecho. ¿Y si habían hablado sobre los indicios a sabiendas que yo estaba del otro lado? ¿Por qué hablar de algo tan importante en un lugar público? La manera en que ambos parecían llevarse denotaba cierto recelo, casi como un desprecio creciente. ¿Cómo podía tener de compañeros a dos que se llevasen mal? ¿Sería quién viniese a reunirlos en paz? No era bueno en eso, simplemente no era bueno para las discordias. Y no estaba allí para cambiar al mundo tampoco. Yo simplemente quería saber qué ocurría, para ayudar a... ¿a quién? ¿Por qué hacía todo esto? ¿Qué motivo personal tenía yo para...?

Posé mi mirada en la ventana y cuando se hizo silencio, supe que era mi turno de nuevo. — Creo que en parte he pensado ya lo que han pensado ustedes, y probablemente lo que hayan analizado aquellos que aún no han abierto la boca. — los miré repentinamente. — Tampoco pretendo cambiar las cosas, Hudson, pero aún así aquí estamos los tres, ¿no? Algo nos une, y debemos basarnos en eso, más que en los que nos separa. — miré el reloj en mi muñeca, la hora daba casi con el fin del receso y no quería que aquello evitara seguir adelante con lo que parecía ser un buen plan. — Hemos establecido un par de bases, creo justo que ahora nos reunamos de nuevo para avanzar y encontrar algo que no sepamos de antemano, algo que se nos haya escapado, algún detalle, alguna cara sospechosa. No sé si esto sea o no buena idea, pero podemos juntarnos aquí, aquí nadie sospechará. El día y horario.. pues, solo cuando tengamos algo que decir, ¿no lo creen? — miré a ambos a los ojos, y luego hacia sus manos, para ver las mías que jugaban con las hojas del libro que cargaba anteriormente. — Uno de los dos, venga a retirar un libro, y con esa excusa avisarme que tiene algo para compartir y yo me ocuparé de contactar al otro con una idea similar. Y en cambio si yo... soy el quién deba informarles algo a ustedes, les haré llegar una nota de retiro de libro vencido o algo similar, desde ya, que no levante sospecha alguna. Siempre si tienen contacto para retirar o asistir a la biblioteca sepan que... será nuestra próxima reunión. ¡Ja! — una risa se escapó por mis labios. — Parece todo esto sacado de los mejores libros de detectives que he podido leer... parece alguna clase de banda secreta... como una organización... — solté al aire, casi acariciando con mis labios la idea. Me sentía un chico tras una aventura, simplemente espera que aquello no fuese un mero juego para el resto de los cómplices.

Publicado por Brian Downer Lun Mar 21, 2016 3:42 pm

La joven tomó su cuaderno. Cerrando el mismo con las notas que tenía. No iba a dejar de anotar cosas allí, aunque, lo más probable, era que tomara uno nuevo para que quedara todo en un mismo lugar. Claro que luego tendría que esconderlo en caso de que personas desafortunadas lo encontraran, pero no creía que eso fuera algo demasiado imposible. Ya en su mente pasaban varios lugares donde esconder dicho cuaderno nuevo.

—No creo que el motivo importe demasiado en realidad— Importaba mucho en su mente. No creía que alguien fuera tan desinteresado de las demás personas como para no preocuparse por nadie del internado, pero no tenía intenciones de entender la vida de otras personas, mucho menos las razones que tenían, eso lo dejaba para otro momento, para otro día en el que no tuviera nada que hacer y esos detalles fueran de importancia. —Por lo tanto, por mi no hay problema.

Y como la reunión parecía estar llegando a su fin. La joven guardo todo dentro de su mochila para poder irse del lugar. Tenía cosas que pensar y que poner en claro y no había nada mejor que tirarse en el suelo de su habitación, mirando el techo blanco, para poder aclarar todos esos aspectos.

—Creo que tienes razón— Le dedico a Brian. —Ya con las bases solo nos queda ver que más podemos encontrar. Otra reunión podría hacerse y le puedo decir a unos amigos que vengan así colaboran. Mientras mas cabezas seamos mejor va a funcionar. Y manejo un equipo como capitana, mientras no sea todo el internado, un grupo reducido sería fácil de organizar.

Se puso de pie dispuesta  a marcharse, ya que había visto a Nate entrar por la puerta de la biblioteca. —Tengo que irme, pero nos podemos poner en contacto en cualquier momento. Y si me necesitan, por lo usual estoy en la biblioteca o en el campo de lacrosse.

Dio unos pasos antes de darse vuelta mirando a Brian. —La Organización. Suena bien, quizá deberíamos tener un nombre.

Y sin dar más opiniones al respecto se fue a donde estaba el joven y le dejó en un beso en la mejilla antes de tomar su mano para que buscaran una mesa. Tenían deberes pendientes por hacer, en especial los de Lengua, que solían ser los que hacían en equipo.

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Abr 01, 2016 1:10 pm

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