Simulacro anual [Evento]

Publicado por M. Yvette Gunnhild Mar Jul 26, 2016 6:31 pm

Había visto primero el bastón en el suelo, y su mirada poco a poco se elevó para depositar el resto de su dolor en los cuerpos inertes de los hombres que llevaban adelante este internado. ¡NO! NO NO NO NO, su cabeza estalló. Los cristales débiles que lo separaban del abismo de la locura de rompieron. Estaba a un paso de saltar.

—¡Niños! ¡Niños, todos fuera, aléjense de allí, vamos, atrás, atrás, salgan de aquí! Adviertan al resto de los niños de no entrar, los adultos nos ocuparemos —gritó Brian, con el corazón en la mano. Eran las únicas palabras que pudo decir, sin pensarlas, sin sentirlas.

Miró a Sophia, a quién se le pegó, tratando de no desvanecerse del horror. Victor y Alfred estaban.. muertos. Corrió a su lado, mientras el resto de los profesores llegaban. Necesitaban ayuda, tratar de rescatarlos si aún no era demasiado tarde. No podían morir ellos, no. Los necesitaban. bien o mal, los necesitaban, los alumnos, los profesores, él. Él los necesitaba.

Tenía miedo, mucho miedo.

Publicado por Brian Downer Lun Ago 01, 2016 2:16 pm

Rose se marchó tan rauda como había llegado, sin dejar a su paso más que un tenue rastro de perfume en el aire. Antes de que yo reaccionase y articulase un par de palabras de despedida su cuerpo ya se había perdido entre la multitud. Maldito complejo de mamá pájaro. No obstante, aunque cualquiera la hubiese seguido para prestarle ayuda, yo permanecí anclado en mi pequeña parcela de tierra mojada. El jardín estaba plagado de adultos y en mi adn no venía impreso el saltarme las normas cuando tantos ojos pueden cazarte. Además, tampoco me ataba a ella nada que me hiciera dejar a un lado -de forma consciente- mis reglas y actuar de forma impulsiva. No éramos tan amigos...
¿Tan, Jack? Entonces, ¿sí la consideras un poquito tu amiga?
Cállate.

Una de las enfermeras se acercó al grupo de alumnos que me rodeaba y nos indicó que podíamos volver al internado. Fingí limitarme a acatar sus órdenes dando una ligera cabezada como asentimiento, sin sonreír o relajar el rostro, pero la verdad es que sentí una alegría enorme mientras me sacaba las manos de los bolsillos y comenzaba a caminar detrás de aquellos que regresaban al calor del edificio principal.
Alegría que duró hasta que cruzamos la puerta.

Mis ojos detectaron aquel bastón, perfectamente reconocible para cualquiera que hubiera tenido que visitar a Motka tantas veces como yo, en cuanto puse un pie dentro del edificio. Su mera visión chirrió en mis pupilas. Allí, tirado en el recibidor y sin rastro de su dueño... ¡No era normal! Nuestro director era una de esas personas meticulosas y pulcras que detestan el desorden con todo su ser. Vamos, yo creo que se hubiera afeitado el bigote antes de dejar sus objetos rociados por el internado. Por eso no me hizo falta escuchar el grito de un alumno al azar para darme cuenta de que algo no iba bien. Ya lo sabía.
De un momento a otro perdí la facultad de actuar conscientemente. El miedo había vuelto, dispuesto a acabar con el autocontrol pulcramente establecido como ocurría siempre que entraba en estado de shock. Entonces comencé a actuar con el piloto automático prendido. Las ganas de volver a mi cuarto se esfumaron y quedó... La nada. La ausencia de sensación. Un desierto en donde minutos atrás estaban mis pensamientos. Sé que me aparté de la fila de chicos de sexto y corrí hacia el comedor, de donde había salido el grito. ¿Por qué? Pues no lo sé. Quizá actué movido por el nerviosismo o por esa curiosidad morbosa que el ser humano conoce tan bien. O, ¿quién sabe? Igual sentí preocupación y necesitaba comprobar con mis propios ojos que todo iba bien.

Las personas parecían pasar a mi lado a cámara lenta y la cabeza empezó a darme vueltas. Las imágenes aparecían y desaparecían en mis ojos como si se tratasen de flashes súper rápidos. Incluso sentí mareos. O así fue hasta que, parado en la puerta del comedor, me encontré con la escena más tétrica que había visto en toda mi vida.
Las películas gore que tanto amaba se quedaban en pañales a su lado, te lo aseguro.

—Hostia puta, chaval... —mascullé por lo bajo mientras me llevaba ambas manos a la cabeza, despeinándome el pelo. Las dejé entrelazadas en la nuca y permanecí allí parado, mirando los cuerpos de los directivos con los ojos tan abiertos que incluso me escocían. Las palmas empezaron a sudarme aunque no hacía calor.

Por favor, que sea una pesadilla. Una puta pesadilla que me grite que estoy enfermo de verdad, pero una pesadilla al fin y al cabo. —esos fueron los únicos pensamientos que logré escuchar. Luego todo se volvió negro y silencioso, a diferencia de la realidad que me rodeaba.

Publicado por Jack A. Hudson Lun Ago 01, 2016 3:09 pm

Cuando Mark entró al internado pastoreando a los alumnos, sabía que eso no era lo que él quería. Quería que fuesen al invernadero y que entraran los adultos solos, porque era evidente que se iban a encontrar algo desagradable. Y para su desgracia, no se equivocó. Cuando entró al comedor, empezó a hablar con voz alta y clara. Lo único que transmitía su rostro en esos momentos era un profundo cansancio.
-Los alumnos más mayores, sacad a los más pequeños de aquí. Ya veis lo que pasa cuando les da por ir por ahí sin hacer caso a lo que decimos.

Avanzó por el comedor buscando pisadas ensangrentadas o cualquier otro signo de pelea que pudiera delatar lo que había pasado. ¿Qué hacían ahí? Como había indicado, con las malditas alarmas de antes, era obvio que no habían oído el tiroteo ni nada. Agarró a Brian del hombro y le obligó a levantarse y mantener la compostura. El líder de la Organización no debería entrar en estados de pánico así. Estuvo tentado de darle la clásica bofetada pero al final se contuvo.
-No hay nada que puedas hacer por ellos.

¿Que de qué tenía ganas ahora mismo Mark? De muchas cosas, pero todas daban igual. Era su deber mantener la calma y ya está.

Se quedó mirando los cuerpos pensativo. Si él hubiese tenido que matar a esos dos, probablemente hubiese sido así. Destrozarle la rodilla a Motka lo dejaba virtualmente indefenso, no había necesidad de gastar balas en él. En cambio, Víctor era un tipo más joven y en forma, no merecía la pena arriesgarse. Se acercó al cuerpo de Alfred y con un gesto poco ceremonioso le quitó el sobre de las manos (Hubo un pequeño crujido, pero total, tampoco se iba a quejar) y se dispuso a ver si se podía leer o la sangre lo había tapado ya todo.

Publicado por Mark Pratchett Lun Ago 01, 2016 3:47 pm

La postura que había tomado le permitió en poco tiempo ser aquella que detuviese a un grupo de pequeños. Una mirada de soslayo y mirar más allá a un grupo numeroso dirigiéndose al comedor. —Vuelvan afuera, ¿Vale? Puede ser peligroso. Iré por los demás, pero necesitaré su ayuda para que todos colaboren. —Conocía a unos cuantos de vista, incluso la función como tutora con algunos de ellos le servía para brindarles esa confianza y sobre todo tener cierto control para ejercer. Entre más personas estuviesen de acuerdo que ingresar era peligroso, más rápido sería la labor para regresar al exterior. Les dedicó una tímida sonrisa antes de retomar su camino hacia el comedor, viendo como detrás de ella aparecía en su vista Desmond, pero justo cuando mencionaría lo que había planeado en escasos segundos para lograr alcanzar a la mayor parte de alumnos y dirigirlos a un sitio seguro, el grito inundó sus oídos con fuerza; como sentir una ráfaga de viento que helaba hasta los huesos.

No esperó más, caminó más aprisa para terminar de recorrer los escasos metros que faltaban para llegar al sitio, pero lo que presenció pareció eliminar de su cabeza pensamiento alguno. ¿Qué mierda? Los rostros llenos de terror, los gritos que taladraban sus oídos y la presencia de los dos cadáveres en una escena del crimen más en el internado, solo lograron que Riley desconectara su mente. No mostró reacción alguna, su mirada escudriñó cuadro por cuadro los pocos detalles que pudo obtener antes de que los profesores llegaran al sitio. Inconscientemente se tomó del brazo de Desmond, buscando afianzarse de algo para tomar un poco de aire y no sentirse desfallecer de la impresión. Los ríos de sangre fluyendo cuesta abajo hacía las mesas en donde ella misma solía comer días antes, el director que esperaba que mostrara compasión de su caso, los directivos que podían hacer que esa pesadilla terminara. Era la primera vez que veía un caso fuerte en Dunkelheit, más sin embargo las imágenes que se presenciaban frente a sus ojos no eran su foco de atención principal. Decidida a no hundirse entre recuerdos, Kade abandonó la poca calma que podía sentir teniendo a Desmond a su lado, para comenzar a ayudarles a los profesores con las labores. No dudaba que todo el mundo comenzara a sumirse en la histeria o en esos casos, en el terror y dolor; pero necesitaban personas con la cabeza fría, no que se quedaran de pie viendo el tiempo pasar. No tenía miedo, no sentía angustia... no sentía nada.

Con una de sus manos, comenzó a guiar a los estudiantes que se encontraban a unos pasos de los cuerpos, para que regresaran al pasillo. No había notado si el comedor tenía unas puertas, por lo cual al escuchar la indicación el profesor Pratchett pensó que lo mejor sería cerrar las puertas y así bloquear el paso a sus compañeros para que no presenciaran el caos con sus propios ojos, pero necesitaba que todos salieran, aun cuando el peligro estaba latente en cualquier rincón del internado.  —Vamos, muevan esos pies, todos afuera — Alzó la voz, guiándose por su instinto para mantener su tono sereno y sin muestra de sentimiento alguno.Si, aceptaba que la realidad a la que se enfrentaban podía ser cruel, pero no dejaría que esos decesos le afectaran. No más.

Publicado por Invitado Lun Ago 01, 2016 5:19 pm

Entré en el internado junto al resto de los alumnos, aunque por mi estatura más bien moderada, más que pastorearlos lo que estaba haciendo era perderme entre ellos. Sin embargo, me las apañé para abrirme paso entre la multitud y llegar hasta el comedor, alarmada por los gritos. Solo con un vistazo a la escena del crimen pude darme cuenta de que no merecía la pena ni correr, ni pedir ayuda, ni nada por estilo. Habíamos llegado demasiado tarde. ¿Los habrían matado mientras que el resto esperábamos fuera cual imbéciles? En 2 horas había dado tiempo de sobra para que ambos se desangrasen como cerdos en un matadero, aunque por el tipo de lesiones, tampoco habríamos podido hacer mucho con lo aislado que se encontraba el internado.

Las escena terminó por desencadenar la aparición de una serie de imágenes en mi cabeza, de otro sitio muy lejano a este, con mucho más calor, mucha más arena, y otros dos cadáveres como aquí. Cerré los ojos con fuerza, en un intento por hacerlas desaparecer. Habían pasado meses desde la última vez que había sufrido uno de estos flashback, y desde luego, ahora mismo no podía permitir que me ocurriese de nuevo.

Opté, por tanto, por acercarme a la persona más calmada y única que en estos momentos no se encontraba ni chillando, ni en shock, ni intentando revivir lo imposible - ¿Seguimos con las pistas? - pregunté, más por anunciarle mi presencia a Mark y por redirigir mi atención que por otra cosa.

Publicado por Gail Abernathy Lun Ago 01, 2016 5:57 pm

Dos cuerpos yacían inmóviles en el centro del comedor, rodeados por una cantidad exorbitante de sangre, la violencia era capaz de olerse aún, o al menos de intuirse en base a la petrificada expresión de sus rostros desvaídos. —Mierda. —apenas percibió el tacto de quien luego descubrió era Kade, su mano fue a parar al delgado brazo de la castaña. —Estás bien. —no estuvo seguro de si ella había podido escucharlo, eran palabras llevadas por la inercia y que bajo un análisis resultarían absurdas, ¿quién estaba bien allí? El malestar en sus sienes se transformó en una punzada constante que le horadaba hasta llegar a sus tímpanos, su corazón latía mucho más rápido y sus ojos seguían clavados en la escena, como si una fuerza sobrenatural le impidiera mirar en otra dirección. Motka y Hempstead, ambos perfectamente reconocibles, órdenes se oían en voz alta y el tacto de a quien sostenía se deshizo, tardó al menos dos segundos en enfocar el rostro de Pratchett y otro más en notar que un par de manos se hundían con toda la fuerza que podían en uno de sus costados.

Regresaba después de un letargo que pareció ser eterno, una mata de cabello rubio recogido en una coleta era la corona de unas mejillas bañadas en llanto, no la conocía, pero tenía que ser del primer año. —Tranquila. —tomó su mano y elevó la cabeza buscando entre el grupo a Riley, la vio haciendo justo lo que adivinaba eran sus intenciones desde un principio. Seguía en pie. —Salgamos de aquí. —miraba hacia abajo, encontrándose con la aterrada pequeña, extendió su brazo izquierdo y comenzó a mover al resto hacia la salida. Hacer de hermano mayor era una tarea que le fue arrancada a edad muy temprana, sus acciones eran más bien automáticas y en su mente seguía grabado lo que acababa de presenciar.

Comenzaba a cuestionar lo que significaba, no es que los directivos hubiesen resuelto demasiado en lo que llevaban cada uno en sus puestos, pero seguían siendo los que mantenían la poca calma que quedaba en el internado. ¿Qué venía ahora? Volvía a estar en el corredor, ¿en qué estaba pensando?, ¿cómo mierda seguía evocándoles como simples entes de autoridad? Eran dos jodidas personas y estaban muertas. Se detuvo en seco frente a la puerta, con la mano libre soltó el agarre de la bajita chica, señalándole el abrigo de un árbol bajo el que se reunían sus compañeros, para unirla con el resto del rebaño. Regresaba al tétrico escenario, de haber asistido al desayuno, la recopilación de imágenes habría incitado a su estómago a jugarle una mala pasada, era lo más cerca que estuvo hasta entonces de un hecho recién perpetrado en Dunkelheit, también de los culpables, quizá seguían allí, tal vez algo daba indicios de quiénes eran. Estaba harto de tener más preguntas que respuestas.

Publicado por Desmond T. Brewster Lun Ago 01, 2016 7:33 pm

Miedo. Justo eso era lo que se respiraba en todo el ambiente del internado. Bastaba observar aquellos inertes cuerpos para saber que las cosas estaban desmoronándose, que aquellos instantes eran el fin de la vida tal cual la conocían. Los primeros gritos fueron suficiente para  lograr traer a la realidad a la joven belga, la cual había dejado que su cuerpo fuera deslizándose por la superficie de la pared más cercana hasta quedar sentada en el frio suelo. Su mirada, al igual que la de muchas otras, se encontraba fija en aquellos a los que alguna vez infundieron una falsa calma en el alma del edificio y en la sangre que se encontraba esparcida a su alrededor. No, no, no. Carajo, no puede estar pasando.


Dejó atrás el huracán de pensamientos que comenzaba a formarse en su interior, en un intento de entender las voces que murmuraban a su alrededor. Todo parecía confusión pura, ¿qué se suponía que harían ahora? Miró los rostros de los adultos en busca de respuestas, pero en ellos no encontró nada que pudiera ayudar a resolver las interrogantes que comenzaban a surgir. Como sí el aire se le esfumara de los pulmones, un enorme vacío se apodero de su pecho. Quería ser más fuerte, tener las respuestas a todo o ayudar a que sus demás compañeros sintieran un poco de alivio, pero no podía, en vez de todo eso, solo podía ser la chica que se abría paso hasta llegar a los jardines. - ¿Por qué? .- Murmuró sin esperar a que nadie le respondiera. Sus manos temblorosas, se encontraban manchadas de la sangre ajena, como un recordatorio constante de lo que estaba sucediendo adentro.

Publicado por Kailany R. Lowength Lun Ago 01, 2016 8:40 pm

La escena que se encontró no se la esperaba realmente, su mente se quedó en blanco por unos instantes escuchando a Brian y a Mark mandar a salir a los jóvenes, no necesitaban más chicos traumatizados, pero tampoco sería fácil hacerlos salir si veían a los directivos manchando de sangre el pulcro suelo del lugar. Respiró profundo, tratando de ignorar la imagen lo más que podía, estaban muertos y de manera más grotesca que el resto de los muertos que habían aparecido. Se acercó a los tres adultos que estaban allí, viendo que Mark ya se encontraba con el sobre ensangrentado en las manos, el hombre no había tenido respeto alguno hacia los directivos quienes en realidad nunca habían dado muestra real y factible de ser culpables de nada, y fueran quien fuera Sophia había aprendido a tenerle respeto a los muertos.

— Vamos Brian respira — Trato de calmar al hombre, lo entendía perfectamente por reaccionar así, el se tenía una gran confianza con ambos hombres y verlos muertos luego de haber presenciado ya la muerte de una amistad no debía ser nada fácil, vamos que a ella le afectaba todo el asunto, pero debían disimular por el bien de los jóvenes, esperar a sacarlos a todos de allí. Se quedó parada junto a él trio esperando que Mark abriera el sobre para ver que contenía.

Publicado por Sophia E. Thurkell Lun Ago 01, 2016 10:14 pm

Publicado por Víctor E. Hempstead Lun Ago 01, 2016 10:55 pm

No me quedé demasiado tiempo como para fijarme exaustivamente en todos los detalles de cada foto, solo lo suficiente como para poder reconocer a los estudiantes que aparecían en ellas y el estado tan lamentable en el que se encontraban. Después de eso, me alejé de Mark y de los cuerpos, llevándome las manos a la cabeza y enredando los dedos en mi pelo en una señal de desesperación. ¿Es que nada iba a salir bien en este sitio?

Fue entonces cuando reparé en el tablero de ajedrez, descansando solitario sobre la mesa de los profesores, como al margen del resto de acontecimientos. Me acerqué a paso lento, casi con miedo ya por lo que pudiera encontrarme. No me atreví a tocar ninguna pieza, pero sí que analicé la partida con cautela. Aunque las negras iban ganando, aún quedaban muchas piezas en pie por ambas partes, por lo que la partida no estaba ni mucho menos perdida.

- Eh, mirad esto - llamé, la atención del resto de mis compañeros - ¿Alguna idea de quién pueden ser los siguientes? - añadí, ya que todas las piezas que permanecían en la partida estaban sin nombre. Por otro lado, me resultó particularmente curioso que, dentro de las piezas blancas, ni el rey y ni la reina se correspondieran con ni con Víctor ni con Alfred. ¿Había alguien más por encima de los directivos?

Publicado por Gail Abernathy Mar Ago 02, 2016 6:56 am

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