Sorteo de Roles: Brian, Kailainy y Elliot

Publicado por Víctor E. Hempstead Sáb Ago 06, 2016 4:11 pm

En teoría, la primavera debería traer consigo un clima agradable y reconfortante, pero contrario a ello el americano tenía a la vista un panorama deprimente que venía acompañado de un silencio sepulcral en el área de biblioteca. Claro, el silencio le ayudaba a concentrarse y a reprimir sus impulsos, pero también es cierto que si Elliot no encontraba un punto de equilibrio dentro de la actividad que estaba llevando acabo, entonces terminaría explotando de un momento a otro: la rutina lo mata. Por esta razón es que desvió la mirada de su lectura y comenzó a escrutar a las personas que se encontraban a su alrededor, específicamente al bibliotecario, quien para esta fecha seguía siendo uno de los líderes de la organización a la que empujó a Xavier para que se enterara de qué iba el asunto. ¿Habría hecho lo correcto al tomar en cuenta a un numeroso grupo de personas con las que no solía relacionarse más allá de lo políticamente correcto, para salvaguardar su existencia dentro del internado y escapar cuando fuera posible hacerlo? Más tarde entraría en reflexión al respecto.

Por ahora, Rhodes había cambiado la dirección de su mirada hacia otro punto de la estancia, lugar en el que se encontraba una jovencita de cabello rojizo con la que no recordaba haber entablado alguna conversación. La miró fijamente, procurando que el tiempo de su observación fuera prudente, aunque… ¿debía tomarse la molestia de seguirla observando siquiera? Vaya, el joven castaño sí que actuaba de forma sospechosa en su intento de descubrir qué diablos estaba pasando en este estúpido internado, sin embargo no era muy consciente de ello hasta que una voz en su mente le recordaba que estaba sobrepasando los límites de su particular paranoia.- Disculpe, señor Downer. ¿Me podría decir si puedo renovar el préstamo de este libro? - dijo de pronto, sin hacer mayor ruido en el momento en el que se desplazó de la mesa de lectura hacia donde sea que se situara el encargado de la biblioteca.

Publicado por Elliot Rhodes Lun Ago 08, 2016 1:35 am

—Frío... frío.... —Brian recorrió los pasillos de aquel día emponchado hasta las orejas. Un gorrito cubría su cabeza, unos guantes de peluche sus manos, pantalones de pana y una campera bien gruesa completaban el equipo de guerra contra un clima que no daba tregua.

Frotaba sus dedos contra la taza de té caliente que transportaba con sumo cuidado desde el comedor, que se encontraba abarrotado de alumnos. No tenía costumbre de prepararse el té en el espacio dedicado al personal, cosa que siempre recordaba a medio camino. Lo que era la rutina, ¿no? Se dirigió así a la biblioteca, para dedicarle unos minutos (o quizá horas) a lo que era inicialmente su trabajo: ser bibliotecario. Estos días lo había olvidado, simplemente.

Abrió temprano, como de costumbre y esperó a que los alumnos entrasen, se acomodasen y le consultaran alguna duda. Es más, rogaba que lo hicieran. ¿Quién se dedicaba a estudiar, leer o siquiera pensar con los últimos acontecimientos? Por eso, cuando un alumno se acercó a su mostrador le sonrió y asintió ante su pregunta:

—Buenos días, alumno. Claro que se puede, con este y con el libro que desees —lo miró, sonriendo levemente. Volvió a la rutina, esa en la que su principal misión era proteger libros, y no vidas. —Y también si gusta puedo recomendarle algún otro, relativo a este... —tipeó el título en el viejo ordenador, que mostró en la pantalla resultados del mismo autor. Volvió su mirada al joven, y luego al libro. De fondo las voces y el ruido de las hojas pasar le impregnaban paz, recuerdos de un pasado casi aplastado por un presente incierto. No importaba eso, debía concentrarse en su trabajo, debía encontrar alivio en los minutos permitidos para ser normal.

Publicado por Brian Downer Lun Ago 08, 2016 9:53 am

Respiró hondo el conocido aire, los olores a polvo y libros viejos eran predominantes en el ambiente, transportando a cualquier lector lejos de aquellas paredes que los encerraban. Sin embargo aquella mañana la pelirroja no se encontraba ahí para viajar a Nunca jamás o para vivir una aventura al lado de Don Quijote y Sancho Panza, su tarea era más importante y quizás mucho más difícil de realizar de lo que había planeado en su habitación la noche anterior. Los delgados dedos de la belga, recorrían los lomos de los libros de la sección de historia sin que la mirada de la joven se concentrara en alguno en particular.


La sala de lectura de Dunkelheit se encontraba casi desierta a comparación de fechas anteriores, consecuencia de los últimos acontecimientos que perturbaban la tranquilidad del internado. Se había vuelto normal, que los jóvenes se refugiaran dentro de sus habitaciones, ya fueran por temor o por la insoportable preocupación que los embargaba al no saber nada sobre aquellos desaparecidos. Quizá por eso, es que cuando el silencio fue roto por la voz del de quinto, la joven se sorprendió. Alzó la mirada en dirección de dónde provenía la voz ajena, observando con atención como el bibliotecario le regalaba su atención al moreno  y a su vez, le obsequiaba la oportunidad que ella estaba buscando. Es ahora o nunca. Pensó Reev, mientras se deslizaba con delicadeza al andar en dirección a la sección de arte, atenta a no causar ruido que pudiera provocar miradas ajenas sobre ella.


El volumen con acabados desgastados sobre el lomo, sobresaltaba a la vista en medio de todos los que se encontraban en el estante superior de aquella sección, justo como la joven lo recordaba. Basto con colocarse de puntillas y alzar su brazo para poder alcanzarlo y sentir el familiar tacto de cuero desgastado sobre sus yemas. Sin embargo, el valor que  Reev le otorgaba a aquel ejemplar, era ajeno a las características físicas que cualquier lector pudiera mencionar a simple vista. Sus bordes ocultaban más de lo que había a simple vista.

Publicado por Kailany R. Lowength Lun Ago 08, 2016 9:33 pm

Tras escuchar la propuesta del bibliotecar, Ellio se quedó pensativo durante algunos segundos mientras entrecerraba los ojos como acto reflejo de su ensimismamiento, de tal forma que daba la apariencia de estar perdido en sus más privados pensamientos. No obstante, al recobrar la razón sonrió y asintió de conformidad al ofrecimiento expuesto por el hombre que tenía frente a él, decidiendo desde ya que no desaprovecharía la oportunidad que tenía ahora para matar debidamente su aburrimiento en horas futuras.- ¿En verdad existe algo similar a esto? - puso en alto el tomo donde se podía leer con claridad el título “El verano de Katya” de Trevanian.- Sería maravilloso.- confesó fascinado ante la idea, y sin más, esperó la respuesta de Downer.

Claro está que la tarea del bibliotecario no se llevaría a cabo por arte de magia, ¿o sí? Por lo tanto, el americano se entretuvo regresando la mirada hacia el resto de la estancia muy a pesar de que sabía que no encontraría nada nuevo en ella, salvo quizá la reciente ausencia de la joven pelirroja que recordaba haber visto con anterioridad. Vaya, ni siquiera la había visto salir del lugar. ¿O estaría entre las estantes buscando algún libro en particular? Era curioso que se lo preguntara con tanta insistencia, sí. Y no es que le importara realmente la ubicación de la joven a quien ni siquiera había tratado nunca en su vida, ¿pero a quién no le llama la atención una chica cuyo cabello es de tan peculiar tonalidad? - En fin...- musitó luego de soltar un pesado suspiro, escrutando el lugar de arriba abajo otra vez.

Publicado por Elliot Rhodes Mar Ago 09, 2016 4:30 pm

Miró en dirección de la joven que se había levantado, para tomar un libro que parecía no poder alcanzar. Casi de inmediato se paró de su silla y miró al alumno delante suyo haciendo un gesto de "aguárdame" con la mano y la mirada.

—¿Necesitas ayuda? —se estiró para agarra el libro y alcanzárselo a la joven pelirroja, sin ver el título. No le gustaba meterse donde no le llamaban, pero él era más alto, y después de todo el encargado de aquel lugar. También era un hombre atento, pero eso no lo sabía del todo, había sacado eso observando a su padre actuar con su madre. —Ten, cualquier cosa que necesites, estaré por allí, puedo ayudarte, soy Brian, no dudes en preguntarme —añadió, para volver a retirarse, caminando ligero para no hacer esperar.

—Disculpa. Existen muchos tomos similares, están todos juntos en la fila C.. mhhh.. estantería 3. ¡Si allí! —señaló con el dedo en la pantalla, para volver la mirada hacia arriba. —Tendrás un buen rato de búsqueda y entretenimiento. Siempre es intrigante buscar nuevos libros, como buscar un tesoro perdido en medio de una isla, uno nunca sabe lo que encontrará, ¿no? —se sonrió.

La verdad que hablar de libros e historias le devolvía la vida y el espíritu aniñado oxidado tras tanta novela dramática. Para su suerte las cosas en el internado estaba más calmas, y con la ayuda de su nueva asistente, Marie Abney, las tareas se hacían el doble de rápido. tenía tiempo para re-catalogar antiguos libros, recomendar más a los alumnos o leer aquellos tomos que aún no habían pasado por sus manos.

Publicado por Brian Downer Miér Ago 10, 2016 2:16 pm

No tuvo tiempo ni para dudar, así como había llegado se había ido el bibliotecario, dejando guardado entre los labios de Kailany un gracias, el cual ni siquiera logro formarse en un susurro. En vez de eso, una sonrisa forzada se dibujó en el rostro de la pelirroja, quien al estar de nueva cuenta sola, suspiró. Eso estuvo bastante cerca. Miró detenidamente el volumen que se encontraba entre sus manos, permitiéndose admirarlo antes de hojearlo con su diestra. ¿Ahora qué?  Uno. Dos. Tres. Cuatro. Contó mientras observaba a las personas que se encontraban dentro de aquel lugar. Dos de esos cuatro eran los únicos que le preocupaban. La mirada del de quinto sobre ella en repetidas veces, había sido difícil de pasar por alto, mientras que la presencia de Downer siempre había sido su mayor preocupación.


God, bescherm me. Con sumo cuidado escondió dentro de su abrigo el volumen tomado en la sección de artes, procurando que este no cayera al piso y que las miradas estuvieran alejadas de ella. Suspiró, mientras tachaba de su lista mental aquella acción. ¡Vamos, que ya era un logro que ella hiciera eso! Nadie le había dicho que aquello le provocaría un puñado de nervios. Nervios que se enredaban en su pecho tal cual los garabatos que horas atrás había escrito en su lista. No era broma, ella poseía una lista con cada paso a seguir. No la podían culpar, que en sus venas no corría la herencia  de un John Dillinger.


Busco con la mirada al moreno. Mientras se acercaba a donde él estaba, tomo al azar cualquier libro que sustituyera al que tenía escondido. – A) Me haz confundido con alguien. B) Te debo dinero, lo que no creo porque te reconocería o C) He salido el día de hoy aun con el pijama puesto.- Mencionó, recargando su espalda en el estante de libros en donde el joven se encontraba. No era que realmente le interesara hablar con el de quinto, pero venga, tenía que encontrar alguna forma de salir ilesa de todo eso. Un placer conocerte, ruta de escape...

Publicado por Kailany R. Lowength Lun Ago 15, 2016 9:52 pm

Prestó atención a las palabras del bibliotecario una vez que éste volvió a su sitio inicial para atender a su pedido, agradeciendo infinitamente el buen trato que recibía por parte del sujeto si bien es cierto que le causó un poco de gracia ser testigo de cómo éste se apasionaba con su labor. Por supuesto, no juzgaba a mal las intenciones que tuviera el buen hombre ni mucho menos el hecho de que éste rompiera el hielo con esa particular forma tan agradable de ser, sólo es que resultaba demasiado curioso escuchar algo así en los tiempos que corren. “Mientras el tesoro no sea la foto de una nueva víctima, me doy por bien servido”, pensó sin poder evitarlo, aunque lo único que respondió al enfrentar finalmente a Downer fue: - Así es.- ¿qué más podía decir? Elliot no era un chico de muchas palabras, suficiente era verlo con una sonrisa afable y genuina en el rostro.

Ahora bien, mientras el americano se dirigía hacia su nuevo objetivo de la tarde: la Fila C, Estantería 3, se vio sorprendido por la joven pelirroja a la que había estado dedicando bastantes minutos de observación previa. Evidentemente se sintió extrañado ante la situación, pero no hizo más que sonreír y fruncir el ceño mientras la escuchaba; luego entonces, negó con la cabeza y sin más se dio a la tarea de escrutar la figura de la chica aprovechando que ahora la tenía cerca.- Nada de eso. Más bien, tal parece que la que me ha confundido eres tú. ¿O será que ves en mí a un buen prospecto que te ayude a deshacerte del frío que hace? - bromeó sin inmutarse, sobre todo porque deseaba estudiar su reacción y así determinar hasta que punto el interés de la chica radicaba en él y no en una estrategia que se le antojaba obvia. Le daría el beneficio de la duda, por ahora.

Publicado por Elliot Rhodes Jue Ago 18, 2016 6:44 pm

Cuando el joven comenzó a caminar hacia donde le había indicado, notó que se topaba con la señorita que acaba de ayudar. ¿Se conocerían? Los miró por unos segundos y regresó su vista a los libros.

—Veamos... veamos... —dijo, tipeando en el teclado de su viejo ordenador: Micrófonos ocultos. Una lista de pocos resultados saltaron. Quería investigar un poco sobre espionaje, y de secretos a encontrar. ¡Emocionante!

Hacía no mucho tenía la extraña sensación que le vigilaban día y noche. Y si bien había leído a todos los autores de misterio, crímenes y suspenso, quería tener conocimientos más profundos, más técnicos.

Se dirigió al sector donde uno de los libros contendría un poco más de información. Lo tomó, a sabiendas que nadie podía verlo allí y empezó a leer: "Si de verdad crees que estás siendo espiado, compra este tipo de detector y revisa el cuarto, el edificio o tu hogar. (...) hay algunos micrófonos que utilizan frecuencias múltiples en secuencias rápidas llamadas “espectro amplio” que un detector RF no podría tomar (...)" Guardó el libro entre su abrigo (escondido) y emprendió camino.

Mientras regresaba por uno de los amplios pasillos, observó unos libros en un estante algo desordenados. A paso lento, se colocó frente a ellos y los retiró para ojearlos. En la portada de uno de ellos (x) una mujer de cabellos rojos se asomaba entre la hierba. No pudo evitar relacionarlo a Ophelia y la huida por el exterior. Blanca como la nieve, roja como la sangre, leyó para si. Sangre. Que oportuno era aquel título.

Una pregunta que hacía días venía revolucionando sus pensamiento se volvió a presentar: ¿Qué pensaba realmente de ella? No lo sabía, ¿o si? Creía haberla conocido, pero la red de engaños había terminado por devastar su profunda confianza en la dulce profesora. ¿Entonces, cuál era la respuesta? Volvió su vista a la portada. No podía ser mala, simplemente había algo que le impedía pensar en ella de ese modo. Creía no equivocarse, creía en su inocencia.


—¿Encontraron algo de su gusto? —preguntó, cuando al dar la vuelta en una de las hileras se topó de nuevo con los jóvenes de hacía unos minutos.

Publicado por Brian Downer Vie Ago 19, 2016 3:18 pm

Sus ojos se detuvieron unos segundos sobre el rostro del moreno, en un intento vano de encontrar en sus palabras alguna pizca que detonará algún gesto amables por parte de ella. Rodo los ojos en un acto autoreflejo, acción que llevaba muy seguido en las últimas semanas cuando algo la exasperaba lo suficiente. Y vaya que eso sucedía continuamente. –Creo que para ese puesto no encajas, lo siento.- Comentó mientras aquella sonrisa vacía aparecía en su rostro, adornándolo a la par que lo hacían sus pecas. – Ya que no es ninguno de los motivos anteriores.- Hizo una pequeña pausa, mientras que con suma sutileza giro un poco el rostro para así poder escrutar con la mirada los títulos que se encontraban acomodados en el estante. Ahí, justo donde recordaba haberlo visto cursos atrás, tomo un ejemplar de El coleccionista de John Fowles, entregándoselo al chico con un además de su diestra. – Ser acosador no lleva a nada bueno. A la siguiente, procura que tu mirada no se concentre tanto tiempo, sobre una persona. Con los últimos hechos, eso podría causarte problemas. Luego me agradeces.


Kailany se movió hacía adelante, anticipando su salida del pasillo. Sin embargo, la voz de Brian cortó la acción en su inicio. Aquel rostro había rondado su mente desde que Pratchett había mencionado su nombre durante aquel entrenamiento. Pregúntale a Brian.  ¿Qué sabía él sobre la Organización? ¿Cuánta información verdaderamente importante, guardaba cada miembro de dicho grupo? Aquella avalancha de preguntas taladraba su mente, dejándole un zumbido constante en los oídos.- ¿Eh? – el ceño de la pelirroja se frunció en un intento de hilar las palabras con su mente.- Creo que sí, gracias.  ¿Puedo pedir este para llevar? - Moviendo un poco su izquierda, mostró la portada del libro para que el encargado pudiera leer el título. Ni siquiera ella se había percatado de cual era, hasta ese instante.The Art Thief.  Sus latidos se aceleraron una vez más, suplicando salir de ahí, lo antes posible.

Publicado por Kailany R. Lowength Vie Ago 26, 2016 12:34 am

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