Post Mortem

1 de abril por la tarde

¿Cuanto tiempo llevaba bajo la ducha? Miró su reloj de pulsera, el que solía usar solo como cronómetro, podómetro y esas cosas cuando salía a correr. Vaya, ya casi cuarenta minutos. Y sin embargo, si le preguntaban, se tiraría otros cuarenta dejando que el agua caliente cayera encima suyo. Recapitulemos: Muerte, paranoia, el imbécil de Víctor, más muerte... Ya había leído la nota de Gail y la excursión no había sido lo único que había pasado. Más alumnos desaparecidos, genial. Mientras comía había oído que lo del lago y el bosque no había sido lo único pero no le prestó demasiada atención. Ya se la soplaba todo. Nada más llegar no había podido ducharse como quería, había tenido que hacer un par de cosas antes. Pero ya podía quedarse ahí, bajo el agua todo lo que le diera la gana. No tenía que dar clases.

Realmente ¿Qué tenía que hacer? Era como esas patrullas que hacían por la noche ¿Qué punto tenían? Si se hubiesen encontrado a Yvette, les hubiese pegado un tiro y hubiese seguido haciendo lo que quisiera. Nada de eso tenía sentido más que crear una falsa sensación de seguridad. Si le dieran el mando él podría... No. No había que seguir ese hilo de pensamientos. Sí, podría. Pero nadie se lo había pedido así que como le había explicado su terapeuta, no tenía que hacerlo. Era una diferencia clara. Si te empiezas a obsesionar con todo lo que podrías haber hecho y no hacías... No era agradable. Acababas sintiéndote como una mierda y eso ya era agua pasada. El caso es que no tenía que hacer nada. Nadie le había pedido ayuda, nadie había si quiera confiado en él. Esa chica del colgante, Brian mismo, Ophelia... Él confiaba en todo el mundo y por tanto, esas cosas le sentaban muy mal. Sin embargo se esforzaba con cosas como con la ducha para que se le pasara lo rápido. Recuerda, agradece lo bueno, no hagas una gran cosa de lo malo.

Salió finalmente de la ducha por la misma razón por la que hacía la mayor parte de las cosas de su vida: Aburrimiento. Se secó rápidamente y se puso el pijama porque no nos engañemos, había sido un día como para quedarse ya en pijama todo lo que quedara. Se colocó la medalla por debajo de la camiseta y se puso unas pantunflas. Sin embargo, todavía no salió del baño. Había pedido en limpieza quita manchas (así les ahorraba la impresión) y agua oxigenada, metió la sudadera en el lavabo y se puso a frotar las manchas de sangre con rabia. Estaba enfadado, Ophelia no se merecía morir. No así, al menos.
-Esta mierda siempre cuesta un montón que salga -gruñó. ¿Cómo se llamaba ese producto que tenían en las lavanderías del ejército? Ni se acordaba.

Publicado por Mark Pratchett Dom Jul 03, 2016 6:37 pm

Había pasado varias horas encerrada en mi habitación con las persianas bajadas en absoluta oscuridad. No quería ver ni hablar a nadie, tan sólo necesitaba una especie de aislamiento, al menos por un tiempo. Lo que había ocurrido horas atrás acabó por arrebatarme la poca energía que me quedaba; demasiados acontecimientos en poco tiempo. Era consciente de que aún me quedaban hechos por saber, que los demás grupos de personas también pasaron por una situación complicada. Pero por el momento no deseaba saberlo, no necesitaba más desgracias aquel día. Muertes y desapariciones cada vez más recurrentes que vuelven al internado un Cluedo. En mi caso, pocos rostros conocidos y aún tantos desconocidos...La gente ya no sabe en quién confiar.

Decidí finalmente levantarme de la cama, buscando el botón de la luz de la mesita para ver qué hora era. Estuve unos minutos debatiendo si debía moverme o pasar lo que quedaba de día encerrada. Llevé mis manos a la cabeza, apartando el pelo de mi cara y suspirando resignada. A la mierda. Necesito distraerme...quedándome aquí lo único que conseguiré es perturbarme aún más. Así que me cambié de ropa y me aseé un poco -estaba un poco sudorosa y embadurnada en lágrimas secas- con la esperanza de no lucir como una muerta viviente, pero resultó imposible.

¿Qué mejor cosa para distraerme?. Trabajar. Me limitaría a barrer, fregar y quitar mierda, dejando que las horas pasaran y con ello mi mente se serenizara. Entonces, cuando fui al cuarto de la limpieza, alguien me dijo que habían pedido un quitamanchas de sangre. Bueno, ahora soy la chica de los recados...qué remedio...Espera, ¿sangre?. Negué. No, he dicho que hoy no quiero saber nada más. Tardé un tiempo en encontrar el producto, el cual tan sólo había utilizado en un par de ocasiones en los baños femeninos -ya me entendéis-.

Una vez en el baño, toqué un par de veces en la puerta. -Permiso.- Buff, qué pestazo a sangre... Cuando entré, quedé algo sorprendida al ver al Sr Pratchett dándolo todo intentando quitar las manchas de sangre de la prenda. Pero aquello no se manifestó en mi rostro, que se mantenía plano como una tabla de planchar. Me repetí a mí misma que no iba a preguntar nada, no era cosa mía. Eso sí, recordaba haberlo visto antes perfectamente cargando con un cuerpo. Por otro lado, por los pasillos había escuchado comentarios no-muy-bonitos refiriéndose al profesor...Una se entera de todo cuando se pasa el día yendo de aquí para allá zigzagueando alumnos con la escoba. Fuera como fuese, no iba a etiquetarlo de nada sin conocerle, no soy esa clase de persona.

Tosí para aclarar la voz, dándole el quitamanchas. -Así no va a conseguir nada.- No tenía intención de pararme mucho, pero, ¿qué menos que ayudarle y ahorrarle un dolor de cabeza?. -Primero debe llenar el lavabo de agua caliente y echar un poco del producto en ella. También lo tiene que echar en la prenda y dejarla reposar en el agua unos quince minutos. Ya luego es cuando hay que frotar y frotar hasta que desaparezcan esas manchas.- Genial, Violet. Suenas como un manual de instrucciones o un GPS. -Perdón si he sonado impertinente, tan sólo quería ayudarle.- Me disculpé, mientras me abrazaba ligeramente a mí misma.

Publicado por E. Violet Elliot Sáb Jul 16, 2016 8:54 am

-Para nada has sonado impertinente, gracias por el consejo. Nunca he tenido que lidiar con manchas tan... aparatosas -dijo con una sonrisa cansada girándose momentáneamente para ver quién hablaba. Era de una de esas chicas de limpieza que le parecían indistinguibles de las alumnas cuando no llevaban el uniforme puesto. Este era uno de esos momentos así que lo dedujo por simple posicionamiento: Allí los alumnos no pasaban. Ni suelen tener conocimientos en limpiar manchas de sangre, se sentiría preocupado de cualquiera estudiante que los tuviera.

Abrió el grifo del agua caliente tras cerrar con un tapón el lavabo y espero a que se llenara, echó el producto siguiendo las indicaciones de la mujer. Echó también un poco en cada una de las manchas. Una vez estuvo hecho eso, dejó la sudadera ahí, remojándose. Quince minutos había dicho ¿No? Miró el reloj y soltó un pequeño bufido, llevándose la mano a la cara. En su antiguo trabajo normalmente o no se tenía que preocupar él por las manchas o simplemente tenía que aguantarse con ellas hasta que volviera a un campamento. Era... Triste. Te acostumbras antes a ver gente morir que a ir manchado de sangre por ahí. Lo segundo siempre da asco.
-Menudo un día de mierda -dijo sentándose en un banco que había. Seguramente una adaptación para cuando había profesores más ancianos en ese lugar. Actualmente tenían una media de edad muy baja y era culpa suya subirla un tanto.

-Perdona, no me acuerdo de tu nombre. Siempre se me han dado fatal y ahora mismo estoy con... -se llevó la mano a la cabeza e hizo un movimiento de dedos como de que estaba pirado- la cabeza en otra parte. Tienes pinta de haber pasado otro día de mierda. Como todo el mundo en verdad.

Publicado por Mark Pratchett Sáb Jul 16, 2016 5:39 pm

-Me llamo Violet.- Es normal que no te acuerdes de mi nombre, de hecho nunca nos han presentado o hemos coincidido como hasta ahora. -Y sí, hoy es un día de mierda para todos...- Aunque peor habrá sido para la persona que había sangrado de esa forma tan desmesurada...Porque, esas manchas de sangre es imposible que sean de un simple corte o rasguño. Mi voz sonó algo grave y cansada, reseca aún por el sofocón de la mañana. Eché un vistazo al lavabo casi teñido completamente de rojo; el olor se hacía cada vez más insoportable y podía notar cómo me comenzaba a dar vueltas el estómago. Por ese motivo, retrocedí un poco hasta quedar asomada fuera de la puerta. -Lo siento, hoy apenas he probado bocado y no quiero echar el poco alimento que me queda aquí.- Confesé al mismo tiempo que señalaba mi tripa. Era cierto, sólo había desayunado una fruta y luego, a la hora de comer un yogur. Honestamente, había perdido el apetito y no me sentía con fuerzas siquiera para freírme un huevo.

Internamente me moría de ganas por saber qué había pasado, a quién pertenecía toda esa sangre y demás. Que sí, lo sé: me había dicho a mí misma que aquel día intentaría no comerme más el coco, pero era difícil no hacerlo cuando te encuentras con algo así de buenas a primeras. Sin embargo, no me quedaba más remedio que aguantar la curiosidad. Al fin y al cabo no conocía lo suficiente al profesor como para poder tratar un tema tan delicado con él. ¿Quién sabe si lo que me diría sería cierto?. Además, de alguna forma me intimidaba. ¿Cómo podía mantenerse tan neutral ante lo que tenía frente a sus narices?. Me mantuve unos segundos callada mirando la nada; sin quererlo ni beberlo aquella situación comenzaba a incomodarme.

-Una pregunta, ¿por qué simplemente no deshacerse de la sudadera?.- Rompí el -demasiado largo- silencio que se había creado entre nosotros. -No sé usted, pero yo lo haría. De algún modo u otro llevarla puesta me recordaría una y otra vez todo lo que ha pasado este 1 de abril. Además, una sudadera no cuesta tan cara.- Te lo dice la mujer más ahorradora en todo el internado. Había sido algo impulsiva al preguntarle algo así y me di cuenta de ello demasiado tarde. Quizás el cansancio y el interno nerviosismo estaban haciendo de las suyas.

Publicado por E. Violet Elliot Miér Jul 27, 2016 8:25 pm

-Violet. Es bonito, intentaré acordarme. Y no pasa nada, el olor a sangre es asqueroso -dijo mirando por un momento el lavabo, mientras cada vez iba cogiendo más tono de película de terror. Él sin embargo aguantaba bastante bien el olor. Eso le recordó que había leído una leyenda urbana de que a los agentes del KGB les extraían la campanilla para que no pudiesen vomitar. Así si se tenían que suicidar mediante la ingesta de cianuro, no podías evitarlo. Sonaba bastante falso pero quién sabe, esos rusos hacían cosas raras de narices durante la Guerra Fría.

Pasó al lavabo de al lado y revisó sus uñas con cuidado. Algunas estaban todavía algo manchadas, así que se volvió a lavar las manos otra vez. El impacto del agua fría en las mismas era relajante, en cierta manera. Esperaba que el chico al que habían disparado estuviera bien. Había sido como un... ¿Cinco por ciento? Culpa suya. Un diez por ciento culpa del chico, un setenta y cinco culpa de Yvette y un quince de Ophelia. Sí, con esos porcentajes se sentía a gusto pensando en lo que había pasado.

-No es como si aquí podamos comprar mucha ropa ¿No? -dijo con una media sonrisa triste mientras le echaba otro vistazo a la sudadera, una vez sus manos estuvieron en perfectas condiciones. Soltó un suspiro y se llevó el dedo índice derecho a la sien, dándose unos golpecitos.
-Tengo problemas de memoria desde siempre. Nada importante, simplemente soy muy olvidadizo como ya te he dicho antes. Pero yo no quiero olvidar las cosas. Por eso no tiro... bueno, prácticamente nada que se pueda seguir utilizando. Porque así me es más fácil recordar las cosas y sobre todo, a la gente. Y no quiero olvidar lo que ha pasado hoy. Cuando olvidas cosas como la que han pasado hoy... olvidas parte de tu humanidad en el proceso ¿Entiendes? -dijo encogiéndose de hombros al final, como si en realidad no tuviese tanta importancia. Pero la tenía. Llegaba un momento terrorífico en la vida de toda persona como Mark. Cuando te levantas una mañana, te pones a cepillarte los dientes y simplemente no puedes recordar cuanta gente has visto morir. Y en ese mismo instante, eres consciente de que simplemente ya no te importan esas personas.

-¿Y tú? ¿Has visto hoy algo que quieras olvidar?

Publicado por Mark Pratchett Jue Jul 28, 2016 5:08 pm

El Sr. Pratchett tenía en parte razón. Olvidar lo ocurrido significaría dejar que esas personas que ya no están cayeran en el olvido. Pero, por otro lado, no me gustaría levantarme cada mañana y recordar cómo la niña se lanzó al vacío frente a mis narices o cómo los brazos de aquel cuerpo inerte se columpiaban arrítmicamente en medio de todo el caos. Me conozco demasiado bien como para no ser consciente de que lo único que conseguiría de esa manera sería martirizarme más a mí misma y acabar perdiendo los papeles. Porque, mi peor enemigo es mi mente, siempre intentando jugarme malas pasadas.

-¿Entiendes?- Simplemente me limité a asentir, aunque no estuviera del todo de acuerdo con él. No iba a juzgarlo, porque cada persona es un mundo. Pero había algo en él que no me daba buena espina. Normalmente la gente, cuando quiere rememorar ciertos momentos, coloca en sus casas fotos o, por ejemplo, trofeos. Sin embargo, ¿cómo son la mayoría de esos recuerdos?. Felices y agradables. El primer cumpleaños de tu hijo, aquel día en el camping, el día de vuestra boda. ¿Quién querría tener siempre algo a la vista que le recordase una tragedia?. Por un momento me vino a la mente el primer sitio donde viví, no había nada de ese estilo, si acaso alguna que otra foto de mi hermana, mi padrastro y La Bruja (mi madre). Ninguna mía. Igualmente, no había nada bonito que recordar, principalmente porque nadie se había molestado en crear siquiera recuerdos de ningún tipo.

-¿Y tú? ¿Has visto hoy algo que quieras olvidar?- Bajé momentáneamente el rostro, llevaba unos minutos sin articular palabra aunque por dentro mi mente no cesara de hablar. Un constante contraste. Claro que he visto cosas que preferiría olvidar, todos las hemos visto. No estaba segura si debía contarle acerca de Hallie, así que decidí callármelo. Pero, ya que había sido él quién había preguntado, me aventuré a sacar un tema. -El cadáver que llevabas a cuestas como un saco de patatas...- Hice una pausa. -Me entran escalofríos de sólo recordarlo.-

Publicado por E. Violet Elliot Jue Ago 04, 2016 9:39 am

No respondió de ninguna manera visible al asentimiento de la... ¿Mujer, chica? Por dios, que joven era, no le gustaría estar en sus zapatos. En una situación de crisis los alumnos la verían como una figura de autoridad cuando les sacaría a los más mayores... ¿Dos, tres años? Eso le recordaba un poco a cuando un novato sale de la Escuela de Oficiales como subteniente o algo así y en su primera misión tiene de subordinado a un sargento que había llegado a ese puesto desde lo más bajo y por tanto era un veterano en propio derecho. Eso a decir verdad no generaba tantas fricciones como la mayoría puede pensar: El chico de cuello fino suele aceptar sin ningún problema que debe hacer más caso al sargento veterano que a sí mismo. Al fin y al cabo el veterano tiene más experiencia en eso de que no lo maten.

Él había llegado a capitán también desde abajo, yendo al cursillo de la escuela de oficiales cuando llegó el momento. Paul e Iris no podían costeárselo al principio así que hubiese sido como una traición no empezar de soldado raso junto a ellos. Respecto a los recuerdos malos... Bueno, no se podía esperar mucho más de alguien que siempre lleva al cuello la medalla de cuando perdió a sus mejores amigos. Tal y como él lo veía, los recuerdos felices están muy bien. Pero son los tristes los que te hacen aprender para que la siguiente vez no se repitan.

-Es la manera más eficaz -se excusó de manera automática con una voz neutra.
-Si intentas llevar a alguien como en las películas por un terreno como el bosque, se van dando arañazos y quedándose enganchados todo el rato, sobresalen las piernas. En los Boy Scouts te lo explican cuando alguien se tuerce un tobillo y tienes que llevarlo al campamento, cosas así.

Hizo una pequeña pausa. Lo mejor es que era verdad. Lo peor es que evidentemente no se había hecho un experto en llevar personas a cuestas de esa manera. En su defensa, solían estar inconscientes o heridas normalmente, no muertas.
-Era Ophelia, la profesora de química. Le ha disparado Yvette, la exdirectora -dijo con sencillez.

Publicado por Mark Pratchett Jue Ago 04, 2016 12:37 pm

Había algo en la manera de hablar del profesor que me daba mala espina. Es decir, ¿cómo podía mostrar tanta indiferencia ante un tema tan delicado y sumamente reciente?. "Sobresalen las piernas". La piel se me puso de gallina. No sabía que en los Boy Scouts te enseñaran a cómo cargar un cadáver. Sí, las cosas que oído acerca de él por los pasillos comenzaban a cobrar sentido. No es que lo fuera a tachar de sospechoso, pero me pareció un tipo bastante extraño.

-Era Ophelia, la profesora de química. Le ha disparado Yvette, la exdirectora.- Ophelia... Recordé las palabras de la niña: "Buscad a la pelirroja. Ella es buena y os dará las respuestas que buscáis". Mierda... Suspiré abatida, dejándome caer levemente sobre el marco de la puerta y cerrando los ojos momentáneamente. Perfecto, ahora nunca sabremos que era eso que tenía que contarnos. -¿Crees que Yvette disparó a Ophelia porque sabía demasiado?- Me aventuré a preguntar, abrazándome a mí misma.

-Por cierto, siento mucho tu pérdida.- Le di algo así como un pésame. Él debía conocerla bien o al menos tuvo que intercambiar un par de palabras en alguna que otra reunión. Aunque su falta de expresividad diera a entender que es frío como el hielo, la muerte de un conocido siempre es algo doloroso, ¿no?. Quería pensar que no se estaba desvaneciendo el atisbo de humanidad que residía en nosotros. Porque si no, ¿para qué sobrevivir?. Si seremos incapaces de reconocernos en el espejo...

Publicado por E. Violet Elliot Sáb Ago 06, 2016 10:11 am

Observó la reacción de la limpiadora al decir lo de Ophelia ¿Serían muy amigas? No le sonaba mucho haberlas visto juntas pero tampoco es como si tuviera ojos en todos lados. O puede que simplemente esa fuese la reacción normal cuando alguien que conoces haya muerto, aunque solo hayas tenido una relación superficial con esa persona. Él... él había llegado al internado buscando no sentirse solo pero todavía no había conectado lo suficiente con nadie como para que su muerte le destrozara. Sí, algunos podrían afectarle pero... Serían uno más en una larga lista ya. Tal vez eso es lo malo de intentar ser un buen soldado. Sobrevives a todos los que no lo son tanto.

-En parte. Parecía que Ophelia estaba colaborando con Yvette, encañonó a un alumno. Supongo que una vez se desveló la tapadera, Yvette concluyó que Ophelia sabía demasiado y que ya no sería útil -dijo tras arrugar la frente durante unos instantes, pensativo. Si, él mismo lo había pensado en cuando Ophy sacó el arma. ''Tú ya no puedes volver al internado'' ¿Cómo podría? Y tampoco podía simplemente salir de allí. Era inquietante saber que el primer pensamiento que había tenido fuese seguramente el que tuvo Yvette y condujo a su muerte. En cierta manera, tenían aproximaciones similares en cuanto afrontar los problemas.

Apretó sus labios cuando la mujer le ofreció su pésame.
-Fue la primera persona que me habló de las cosas que sucedían aquí ¿Sabes? Me cayó bien desde el principio. Nos prometimos que haríamos que los chicos se sintiesen seguros y nos estrechamos la mano... -dijo mirándose la mano con la que lo había hecho, cerrándola en puño y volviéndola a abrir un par de veces. Sus palabras sonaban tristes pero como un deje lejano, como una luz que ha atravesado una tela especialmente opaca.
-Era agradable, hasta entrañable en cierta manera. Y parecía en cierta manera tan delicada, como un jarrón siempre a punto de romperse, el cual quieres proteger a toda costa.

Soltó un largo suspiro y finalmente se levantó, había pasado ya el tiempo que debía dejar eso remojándose. Empezó a quitar las manchas de sangre, una a una, con determinación. Se había guardado la parte de la historia donde ella le había engañado en toda su cara con la pistola, todavía llevaba las tres balas a cuestas a todos lados.
-Por eso no quiero tirar la sudadera. Para no olvidar.

Publicado por Mark Pratchett Sáb Ago 06, 2016 4:14 pm

-Supongo que eso de que "las apariencias engañan" es cierto al fin y al cabo...- dije lastimosamente al mismo tiempo que mis ojos se dirigían inevitablemente a la pequeña piscina de sangre. No había duda de que él conocía a la mujer mejor que yo, pero aún así la imagen que tenía de ella no distaba mucho de lo que él pensaba: alguien agradable y que se preocupaba por los demás. El Sr. Pratchett podía parecer demasiado extraño desde mi punto de vista, sí, pero no por eso debía carecer de sentimientos. Porque sentirse traicionado debía ser de todo menos agradable. Durante toda mi vida había experimentado todo tipo de emociones, pero nunca había sido traicionada. La razón era bastante simple: mi círculo de amistades siempre ha sido bastante pequeño -por no decir inexistente- y nunca he esperado nada de nadie para ahorrarme decepciones innecesarias. Pero allá en el internado las cosas estaban resultando totalmente distintas. ¿Quién me iba a decir a mí que acabaría forjando amistades tan extraordinarias?. Por eso, podía imaginarme cómo se sentía en aquel instante, mientras trataba de deshacerse de las manchas frotando con tensón.

-Ahora lo entiendo.- Dejé de estar apoyada en el marco de la puerta para acercarme un poco a donde él se encontraba, al fin y al cabo el desagradable olor había invadido las cuatro paredes, ¿qué más daba un metro más que uno menos?. Además, comenzaba a pensar que quizás debía hacerme a la idea de que ese sería el pan de cada día a partir de ahora. Que cerrar los ojos o hacerse a un lado del problema no iba a cambiar nada. Por otro lado, no deseaba que todo me pillara por sorpresa la próxima vez. Necesitaba estar preparada mentalmente para todo lo que podía venir. Preparada para la tormenta.

Todo esto suena muy bonito, pero...¿realmente sería capaz de llevarlo a la práctica?

-Ahora entiendo porqué no quieres deshacerte de esa sudadera.- Volví a repetir, esta vez especificando un poco más. -Siempre está bien tener a mano cosas que nos traigan a la mente buenos recuerdos, pero éstos pueden acabar resultando más dañinos que los que son realmente desagradables.- Hice una pequeña pausa, buscando en mi mente algún recuerdo feliz. Curioso, sólo se me vino a la mente mi padre, aupándome en el aire -con un rostro que podía ser totalmente diferente a como era en realidad, pero era demasiado pequeña cuando él falleció-. -No podemos aferrarnos a situaciones pasadas que no vamos a ser capaces de revivir. En cambio, un mal recuerdo puede prevenirnos de cometer los mismos errores nuevamente...-

Suspiré.

-Lo siento, no tengo un punto intermedio. O soy demasiado callada o hablo por los codos.- Sonreí algo avergonzada.-Por cierto, creo que eso ya está. No te preocupes, ahora yo le doy una pasadita al baño.- Aunque mis ganas de trabajar brillaran por su ausencia...

Publicado por E. Violet Elliot Miér Oct 05, 2016 2:25 pm

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