Pared Pintarrajeada [MT#3]

Pared pintarrajeada

Lugar: pasillo del quinto piso.
Día y Hora: 31 de mayo. 4pm.
Participantes: Benjamin Lewis y Marjorie P. Sullivan.

Aclaración inicial: podéis estar ahí juntos o haber coincidido por casualidad. Como prefiráis, pero el post afectará a todos los personajes.

Descripción: El pasillo que conduce a los dormitorios de los cursos superiores está vacío. Ni siquiera hay profesores haciendo guardia. Los alumnos prefieren mantenerse agrupados en el jardín, comedor, biblioteca o auditorio. Todos juntos, pues creen que nadie los dañará si están acompañados; gran error típico en las películas de terror. En cuanto uno se separe, será asesinado.

Alguien dobla la esquina y pasa a vuestro lado sin miraros. No levanta la cabeza, de hecho. Debe rondar el metro ochenta, un poco más quizá, y viste una sudadera con capucha de color negro. La lleva puesta y resulta imposible verle el rostro. Carga una mochila y lleva las manos dentro de los bolsillos. No tratéis de llamarlo o seguirlo. No responderá y empezará a correr con ganas si siente que lo vais a atacar.
Su silueta desaparece una vez que dobla la esquina y baja las escaleras.

Diez minutos después escucháis un grito. Proviene de la zona de los cuartos; la dirección de la que él parecía venir.

—¡Críos del demonio! ¡Siempre con las malditas bromas!

Publicado por Víctor E. Hempstead Sáb Sep 17, 2016 9:31 pm

No me gustaba recorrer solo los pasillos del internado, últimamente tendía a evitarlos, y si no tenía más remedio que caminar por ellos lo hacía rápido o acompañado. No me asustaba con facilidad pero no era necesario tener miedo para saber que algo estaba sucediendo, para andarse con mil ojos y asegurarse de seguir vivo. Sin embargo, en esa ocasión había tenido que ir a mi habitación para cambiarme de pantalones, y es que un bolígrafo había explotado en mis manos mientras jugaba con mis amigos al clásico juego de las listas de palabras, una forma más de distraernos y pasar el tiempo hasta que las clases se reanudaran. El problema había sido escribir apoyado en mi regazo, las consecuencias de la explosión de tinta podían verse en la tela grisácea del uniforme. No es que antes me importaran las apariencias pero tampoco era plan de andar con una mancha nada discreta además. A la decisión influyó que fueran las 4 de la tarde, la luz se filtraba limpia por las ventanas y nada hacía presagiar que fuera a pasar nada malo.

Caminaba deprisa sin saber qué hacer con las manos, también estaban ennegrecidas por la tinta. Por allí me encontré con Marjorie, mentiría si dijera que no me alegraba de ver una cara conocida en aquellos pasillos tan solitarios, a pesar de que mi imagen no fuera en ese momento la más adecuada para los reencuentros. Compartíamos espacio en nuestras clases de Jardinería, eran muchos los trasplantes que habíamos hecho juntos. — ¡Hey! ¿Tienes ganas de volver al invernadero? — la pregunté con una sonrisa. Pocas palabras más pudimos intercambiar, alguien salió a nuestro encuentro doblando la esquina, pasando por nuestro lado con prisa. Fruncí el ceño al ver que llevaba una sudadera con la capucha puesta, no sentí precisamente alivio al verle. — ¿De qué va ese? — atiné a decir. Tardamos poco en perderlo de vista y volví a centrar la vista en la chica — La gente se comporta muy rara últimamente. Es igual. ¿Vas a algún lado? Puedo acompañarte si quieres, yo iba a mi habitación a cambiarme — le conté mientras le señalaba mis pantalones — No sé ni siquiera cómo pasó — giré los ojos.

Poco después volvimos a ser interrumpidos, esta vez por un grito que dicho sea de paso me puso los pelos de gallina. Intercambié una nueva mirada con la morena antes de escuchar las exclamaciones de alguien desde la zona de las habitaciones. — ¿Qué ha pasado ahora? — murmuré un poco desganado, más relajado al escuchar lo de “broma”. Aun así, moví mis pies para continuar el camino que inicialmente iba a recorrer, aunque esta vez no era mi cuarto el que buscaba, sino la procedencia de esos gritos.

Publicado por Benjamin Lewis Lun Sep 19, 2016 12:21 pm

Camina.Rápido.Marjorie. es lo que repite mentalmente, cada vez más seguido y con mayor ímpetu. Aceleró su paso sosteniendo un libro bajo el brazo izquierdo, tenia que dejar ese libro en la biblioteca de nuevo, antes que fueran a meterle una multa por la nariz o algo similar. No quería, ni tenía necesidad de meterse en problemas y estaba decidida a que por el tiempo que estuviera en el internado, no movería un rizo para que le fueran a joder. Suficiente tenía con el pánico que los acontecimientos en el internado provocaba, como para sumarle un regaño innecesario.

Bajó los escalones deprisa, tampoco le gustaba ir por los pasillos en completa soledad. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes que las cosas fueran para mejor, aparentemente: Benjamín, uno de sus compañeros de jardinería, acababa de aparecer. Alzó la mirada que había estado clavada en el piso mientras se paseaba por aquel corredor en cuanto escuchó su voz, seguido de un: — Claro, pero después que entregue esto a la biblioteca. No quiero terminar el día con un regaño del Señor Downer. — su voz era tranquila, a pesar del movimiento y lo rápido que iba poco tiempo antes. El ser una persona altamente activa tenía frutos, y para Marjorie era que no se notaba lo agitada que estuviera. Luego bajó un poco la mirada, encontrándose con las manchas en la ropa de su compañero — ¿Qué te pasó? — preguntó, sintiendo cierta nostalgia al verle cubierto de manchas ennegracidas, al igual que su padre cuando ella era una niña. Por alguna razon extraña, este sujeto siempre lograba que la joven hablará de manera calmada, quizás fuera por su semblante pacífico y centrado. Quizás Marjorie nunca lo sabría.

Y fue en ese momento justo, donde la aparente atmósfera de calma se vio interrumpida por la presencia extraña de un desconocido encapuchado que le dejó los pelos de punta a la morena. Cuando le vio pasar junto a ellos, pues había estado muy metida en la conversación con Benjamín que no había notado aquella figura que vino detrás de su espalda, podría jurar que sintió un hueco en el estómago. Lástima que no le vio la cara, pero sin duda alguna estaría muy interesada en escribir todo aquello que pudiera recordar de este sujeto misterioso tan pronto tuviera oportunidad. — No sé, la gente está muy loca estos días — se alza de hombros —. ¿A tu habitación? Bueno, parece más urgente tu situación, así que te acompaño y luego entregó el libro. Cinco minutos más no me matarán. — comentaría con un esbozo de sonrisa que fue reemplazado por una mueca de sorpresa mientras se giraba al escuchar a alguien a sus espaldas. Entrecerró los ojos un momento y se volvió a Benjamín, quien se dirigió hacia donde se escuchaba aquella persona. Suspiró, y con el cabello hecho un moño sobre su cabeza, la joven se aproximó detrás de Lewis sin decir palabra alguna. Andar solos después de haber visto a un tipo como aquel sólo le pondría más inquieta.

Publicado por Marjorie P. Sullivan Miér Sep 21, 2016 9:48 pm