Wet feets - Viktor Poliakov

El césped estaba aun húmedo del roció de la mañana y los pequeños brotes acariciaban sus pies al pasar, mojándole las medias, Lizbeth podía pasar con los pies mojados durante el resto del día, posiblemente le daría algo en lo que pensar mientras pasaban las horas laborables.
Al no contar con niños pequeños que corrían a la enfermería llorando por una rascada la enfermería solía estar vacía la gran mayoría del tiempo y aunque Gail Abernathy, la otra enfermera, parecía una persona agradable, tenerla solo a ella como compañía no era agradable.

Aquella mañana había decidido dar un paseo por los jardines antes de que llegara su hora de encerrarse en la pequeña enfermería del colegio durante horas y releer alguno de los pocos libros que había llevado consigo al internado.
Empezaba a notar las mejillas realmente frías y sus medias habían pasado del blanco a un gris con tintes verdes (maldijo entre dientes, esas manchas serian difíciles de quitar) y decidió que era hora de volver para el interior del gran edificio. Aunque antes debería encontrar algun banco en el que ponerse los zapatos, no podía dejar que nadie la viera caminando por ahí con los zapatos de tacón en la mano.

De puntillas y con cuidado caminó lentamente hasta una de las pequeñas puertas de servicio a las cuales solo podían acceder los trabajadores del internado.
Al acercarse se tensó al ver una figura sentada en el banco situado al lado de la puerta, pero se relajó al ver que solo se trataba del profesor Poliakov, quien aunque tener un porte severo no esperaba que le riñera por un paseo a primera hora por los jardines.
-Buenos días, espero que el libro esté interesante. – Dijo dejándose caer a su lado por un suave poff.
Se examinó los pies unos segundos, notando cierta rojez bajo la fina tela de las medias, pero decidió que no era nada importante antes de girarse hacia el hombre sentado a su lado. – Ha salido de buena mañana usted también, por lo que veo.

Publicado por Lizbeth Peltz Jue Oct 06, 2016 2:13 pm