Organización: Reunión nro II

Había llegado a la reunión un poco más tarde de lo que había contemplado, Nate nunca fue precisamente responsable, incluso su promedio era regular, no era uno de los mejores estudiantes a nivel de cátedras, pero si uno de los más aplicados en cuanto a aquellas cosas que le apasionaban de verdad como el soccer, el amado deporte que lo hacía distraerse de todo. Por otro lado, las reuniones en grupo y esas tonterías no eran de su agrado, nunca podía ser puntual ni medianamente de ayuda. Si bien en un principio se unió a la organización por Calliope, ese día más que nunca tenía que hacer acto de presencia, por ella, porque él más que nadie estaba interesado en que aparecieran todos y cada uno de los miembros perdidos, en especial la castaña que tanto lo volvía loco. Sin Callie no era nadie y Nate había dejado de dormir por completo al darse cuenta que su despedida con la chica no había sido la mejor, de hecho, que ya lo contemplara como una despedida le causaba temor, mucho.

Nate se sentó en uno de los últimos puestos y se dedicó a escuchar a todos que tenían la oportunidad de hablar, en especial a los docentes ya que imaginaba que el estudiantado en general estaría como él, fuera de base y a la espera de que algo pasaba. Al igual que habló, él no albergaba muchas esperanzas, pero a la vez tenía que obligarse a tenerlas ya que era la única manera de que las ideas fluyeran y encontrara una manera de buscar a Calliope y a todos los demás, no estaba listo para darlos por perdidos, nunca lo estaría y sabía que muchos a su alrededor tampoco.

El último comentario de Brennan congela su garganta y hace que no pueda tragar, de nuevo la culpa le arrebata el brillo de los ojos y hace que no pueda tragar; si tan solo él hubiera estado ahí. Nate gira justo cuando llega Rose, pero no tiene tiempo de saludar a la chica ya que voltea de nuevo para seguir escuchando, sí, estaba de acuerdo en la estructura que Brennan proponía, iba a hacer un comentario al respecto cuando se cruza con la mirada de su amigo. ¿Qué? Tenía que estar bromeando.

Entendía su comentario, aunque no lo dijera, entendía el asunto, aunque no fuera palpable. Una cosa era ser capitán de un equipo y otra el líder de una organización tan particular como esa, no, Nate no estaba seguro de poder, a duras penas Callie lo hacía y es porque la chica llevaba tatuada la palabra líder en el alma, él no, no de ese modo. Nate niega, apenas se nota, pero lo hace viendo a Gru, de pronto sabe que lo que su amigo dice no es una total locura.

Era lo que Callie habría querido, era la única manera de retribuirle lo que no pudo hacer antes de su desaparición, era la manera de saber que estaba haciendo algo por encontrar a su chica, sí, porque era suya y de nadie más. Nathaniel masajea sus sienes con la vista perdida en el piso, estaba loco, las ideas se cruzaban en su cabeza y él solo quería atajar una que le hiciera ver que lo que estaba por hacer era una locura, una completa locura. El capitán levanta su mano y carraspea, antes de que la vida viniera a llevarse ese pequeño poder de decisión que había adquirido. —Yo... me propongo como líder, como parte del estudiantado—. Y ante las miradas decide ponerse de pie.

—Chicos, escuchen, disculpen si no tengo la formalidad de Callie, he tratado de perfeccionar mi manera de hablar con el tiempo. El punto es que... estamos pensando demasiado, nos estamos aislando de lo que en verdad pasa y eso nos está impidiendo actuar. Hay muertos, hay heridos hay desaparecidos, lo único que no debe haber es espacio para la duda porque es la única barrera que nos va a impedir actuar y encontrar con vida a quienes tanto necesitamos. ¿Cuantos más necesitan irse para entender? No creo que ni los profesores ni nosotros necesitemos perder a otro ser querido para darnos cuenta de que estamos encerrados en un lugar del que no sabemos nada, porque estoy seguro que de esto no es de lo que les hablaron en su carta de invitación—. Toma un respiro y ve a todos. —Hay que empezar a buscar, hay que armar estrategias, la única manera de aclarar el camino es buscando a quienes no están. Comprobamos que una serie de eventos desafortunados nos hicieron conocedores de todo lo que está más allá de nuestras narices, bueno, creo que si buscamos vamos a hallar más de lo que pensamos, pero hay que empezar lo más pronto posible, no sabemos y... no queremos que los que no están sufran el mismo destino que los del lago, ¿entienden?—. Pasa una mano por su cabello y baja la mirada para luego continuar. —No les haré una propaganda barata, tampoco tengo los planos de Sherlock, lo único que tengo son mis ganas de salir a buscar a los demás y mi mente para no descansar hasta hallar una forma para lograrlo. Si eso les sirve pues no tengo ningún problema en ayudar como lider—. Finaliza para volver a sentarse, el peso en su pecho es tal que se siente más liviano al caer en la silla.

Había llegado justo a tiempo para ver cómo empezaba la reunión. Se mantuvo callado durante todo el tiempo en su asiento. Oía sin escuchar. Pensaba que iban a hablar de lo sucedido el día anterior y qué iban a hacer al respecto. En su lugar, se había encontrado con una batalla de palabras que no iban a ninguna parte. Todos querían lo mismo: averiguar qué pasaba allí y cómo mantenerse a salvo mientras tanto. Dejó de escuchar tras la intervención de Brennan, con quien coincidía en varios aspectos. Y uno de ellos era que debía de haber al menos un alumno al mando de la organización. Dado que ellos representaban el porcentaje más alto de los residentes en el internado, lo suyo es que hubiera al menos un alumno para no verse en desventaja. Al fin Renton dijo algo sensato y volvió a poner toda su atención en lo que se decía, aunque no fue mucho.  

Después de que Brian le entregara un trozo de papel, se quedó mirando este fijamente mientras sus pensamientos se debatían por una persona u otra. Cuando lo tuvo claro, escribió los nombres y lo dobló.