Some dogs bite

La enfermería, aquella vieja amiga, casi de las pocos lugares que en algún momento usó como refugio durante tiempos mejores en el internado, ahora era una habitación de los horrores, llena de recuerdos, en donde, desde la camilla, miraba hacia la puerta, esperando que apareciera Alec, como todas las otras veces, para reñirla por no haberle avisado, o por no recordar lo enfermiza que era antes de hacer algunas cosas... No, aquella vez, por primera vez, Gwen podría quedarse en aquella camilla para siempre, que nadie iría a buscarla, y aunque era un pensamiento dramático, eso no lo había menos real.

No recordaba mucho de cómo se había desmayado aquella vez, pero se había despertado ya en aquel lugar, la de días que llevaba sin comer, ni dormir adecuadamente habían hecho ya tanta mella en ella que ya no sabía cuando se debilitaba por su situación de siempre, o cuando por falta de alimento o energía. En realidad no importaba, ambas opciones daban lo mismo. Estaba tumbada mirando el techo, escuchando algunas canciones en su mp3 cuando de pronto tuvo la sensación de que había dejado de estar sola. Por un momento se inclinó para ver si era la enfermera pero su corazón latió por unos instantes con tanta fuerza que dolió cuando por unos instantes vio una figura masculina, segundos antes de reconocerle correctamente, por unos segundos, lentos y tortuosos, habría jurado que era él...

-Nate...- Murmuró Gwendolyn cuando terminó de reconocer al chico que acababa de entrar, no pudo esconder la decepción en su voz, por supuesto, pero eso no hacía tampoco que no se alegrase de ver al joven.- ¿Estás bien?- Preguntó mientras terminaba de quitarse los auriculares y se sentaba lentamente, apagando el reproductor.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Jul 26, 2016 10:26 pm

El padre de Nate una vez le contó que había sido luchador. Sí, aquel hombre de traje impecable, rostro siempre afeitado y loción con aroma de menta alguna vez estuvo sobre el ring bañado en sudor y con algunos golpes y salpicones de sangre en el rostro. La expresión de sorpresa del pequeño James no se hizo esperar, pero por alguna razón, cuando tuvo conocimiento pleno de aquella historia, solo pudo sentir admiración por su padre, una de las pocas veces que eso sucedía. Compartieron sobre el tema por años y el hombre le enseñó a su hijo el arte de los golpes y la potencia de una buena defensa cuando es necesario. Nate nunca lo practicó en el campo profesional, pero no por ello lo olvidaba, los golpes simbolizaban la manera adecuada de drenar cualquier tipo de dolor o pensamiento negativo.

A veces se pescaba a sí mismo entrenando de esa forma, golpeando al aire o incluso lo ejercía como una práctica luego de sus largos trotes por los terrenos, le hacía sentir más aliviado, como si se quitara un peso de encima. Esa mañana había salido a trotar como era costumbre. Corría más rápido de la cuenta, incluso sin temor al riesgo de quedarse sin aire, sus piernas reclamaban a un calentamiento que no hizo, pero eso no le importaba, él seguía a trote veloz hasta llegar a un punto donde devolverse significara una larga distancia. A mitad de camino tuvo que parar, estaba sudoroso, cansado, se recostó de un árbol a pensar, a pensar mientras su mirada perdida se alzaba al cielo. Recordaba lo sucedido y le parecía mentira estar en medio; Callie desaparecida, muertos por doquier, el encierro permanente, pero solo un punto llamaba su atención y era ese... Callie desaparecida. Nate recuerda sus últimas conversaciones y solo puede propinarle al tronco un fuerte golpe uno que duele, físicamente duele, pero la necesidad de que ese dolor se propagara se hace mayor por lo que Nathaniel no duda en dar otro puño fuerte al mismo tronco, lo que seguiría sería una constante de puños y más puntos hasta que la madera empezó a teñirse de color carmín.

Sabía que no podía ir por el internado con los nudillos rotos y marcados, ya de por sí hablaba demasiado con sus ojeras y estado deplorable. Nate se dirigió a la enfermería con la esperanza de que no hubiera nadie ahí y pudiera curarse él solo, creía saber cómo sanar aquellas roturas o por lo menos cubrirlas lo suficiente. Ya en el lugar empieza a remover las cajas e implementos necesarios; alcohol, gasas, ¿necesitaba algo más? Iba a buscar algodón cuando una figura apareció, era Gwen, aquella rubia menuda de mirada angelical, siempre le pareció una niña, era inevitable.

—Gwen... Hola—. Saluda con torpeza. Ante la pregunta de la fémina, Nate solo puede bajar la mirada y ver sus puños ensangrentados, el sudor y la suciedad, estaba dando su peor cara frente a la chica. Asiente un poco como si tratara de convencerse él mismo de que esa era la respuesta. —Solo... tengo que curar esto, nada más—. No, no quería dar explicaciones, alza sus puños y busca sentarse para, torpemente, intentar hacer su mejor papel de enfermero, ardía, ardía y dolía y eso se notaba en sus expresiones. —Tu... ¿qué haces aquí?

Publicado por J. Nate Seeber Lun Ago 01, 2016 10:56 am

¿Existía un lugar en aquel país en donde hubiese más gente desgraciada por metro cuadrado que en aquel internado? Le costó un rato percatarse, pues su corazón aún seguía doliendo por la confusión anterior, aquellos ojos azules aún continuaban en su mente, como si la sola idea de volver a verlos una vez más supusiera todo el aire que no lograba respirar desde hacía semanas. Nate estaba herido, y por el aspecto, parecía auto-infligido, ella no podía quejarse, hacía lo mismo, y sabía de buena tinta que ambos no eran los únicos que tomaban la violencia ocasional como medida para desahogarse.

-Espera...- Dijo cuando se dio cuenta la cantidad de problemas que tenía el chico para limpiarse las heridas por si mismo.- Deja que te ayude, no es tan fácil como parece.- Lo sabía por experiencia propia, en realidad, ya era casi una maestra en curar heridas de ese tipo.- Las primeras veces que uno tiene que curarse a sí mismo son complicadas. A veces, en casa, me pasaba más horas recogiendo el destrozo que había ocasionado con las vendas y la sangre que lo que tardaba en vendarme.- Sonrió, como si aquello fuese un buen recuerdo, en cierta forma lo era. A veces, cuando defendía a su hermano o simplemente estaba harta de los comentarios de su padre, le llevaba la contraria con la intención de no parar hasta que él terminase por perder el juicio y la golpease. Era un precio barato a pagar, a cambio de saber que por unos minutos al menos, su padre sentía que no tenía control sobre ella, antes claro, de mandarla a su cuarto a curarse sola, para que el servicio ni nadie en aquella casa se enterase de lo que pasaba, no es que su padre fuese un padre violento, su madre incluso decía que era ella la única que lo provocaba hasta esos puntos, y la verdad, nada hacía que Gwen estuviese más orgullosa que eso.- Uno se acaba acostumbrando al dolor de los golpes, si quieres desahogarte, será mejor que busques otra manera más eficaz...- Suspiró, mientras esperaba que a Nate no le importase que fuese ella la que le curaba, había tomado el algodón y todo lo necesario, para luego sujetar suavemente una de las manos del chico.- Lo siento.- Se disculpó al saber que por mucho cuidado que tuviese, aún así le haría daño.

- Entre Gru y tú, voy a tener que asegurarme de seguiros todo el tiempo para comprobar que no matáis alguna pared...- ¿Era un intento de broma? ¿Ella? Era extraño, la mayor parte del tiempo iba por ahí como un fantasma, u odiando a todo ser viviente, pero ver a Brennan y a Nate en aquel estado tan parecido al suyo, la convertía en aquella persona que fue una vez, o la que creía ser, ya no estaba segura de que partes de su personalidad eran suyas y cuales impuestas. Tal vez era que tenía debilidad por las cosas rotas, por las personas devastadas, no podía ser cruel con personas buenas, cuando estaban en su peor momento.- Preguntarte como estás es una tontería, pero... ¿Cómo lo llevas?- Esa pregunta también era estúpida ¿Cómo iba a llevarlo? Sus amigos habían desaparecido... Gwen tragó saliva esperando la respuesta, no respondió la pregunta de Nate sobre la razón por la que estaba allí, prefería centrarse en él, no quería volver a cometer el mismo error de nuevo.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Vie Ago 05, 2016 8:32 pm

Si bien no era la primera vez que lo hacía, sí era la primera vez que terminaba con tanta sangre. El líquido carmesí podía llegar a ser bastante escandaloso si se lo proponía, pero el detalle estaba en que incluso Nate podía llegar a admitir que se había equivocado y que había abusado de su fuerza e incluso de las ganas que tenía de causarse daño para olvidar todo lo que estaba pasando a su alrededor. Sabía que tenía que curarse, no iba a ir por los pasillos con los nudillos bañados en sangre, tampoco era muy bueno, pero haría su mejor esfuerzo. Según sus cálculos la enfermería tenía que esta desierta a esa hora, pero nuevamente se equivocaba, por suerte se trataba de Gwen, de aquella rubia con rostro de ángel y suaves palabras que era tan opuesta al huracán que llevaba el chico Seeber a cuestas.

Alza su mirada a ella, Gwen quería curarlo y, aunque no era la idea, quizás fuera una mejor opción, probablemente una mujer lo ayudaría a cicatrizar mejor y a que los demás no se dieran cuenta que sus últimos días habían sido bajo la rutina de un desquiciado, de un alma delirante, no se imaginaba ver de nuevo a Calliope con las manos así, sí, porque Nate seguía dando por sentado que la vería de nuevo. —¿Las veces que te pasaba en casa?—. Repite, es una pregunta que ella solo puede responder si quiere hacerlo, Nate no quería obligarla bajo ninguna circunstancia, pero no puede evitar que el comentario le haga ruido, en especial viniendo de una chica como ella que aparentaba ser tan sana y buena.

Nate se sienta para mayor comodidad mientras alza sus manos y ve como la chica toma los implementos. —Sí, pero es la única manera que conozco para este tipo de dolor—. Confiesa con un vago intento de sonrisa amistosa, sí, para ese tipo de dolor, porque él podía decir con creces que era un dolor particular, extremo, que nunca había sentido antes. —Adelante, sin miedo—. Ya suficiente estaba haciendo por él, ante el primer toque del algodón en su piel lastimada el chico se quejó, apretando sus labios para que lo que saliera fuera un gruñido y nada más, si fuera por él habría gritado, las aberturas eran más notorias ahora que lo veía.

—¿Gru?—. Inquiere frunciendo el ceño, ¿el chico estaba en las mismas que Nate? No lo dudaría, pero hasta ahora no lo había visto. De cierto modo ambos habían perdido de manera proporcional; amaba a Callie y Cassie era su mejor amiga, Gru iba del caso contrario, Calliope era su mejor amiga y no hacía falta ser tan ciego para ver lo que sentía por la menor de las Rohmer. Estaban en el mismo lado de la batalla sin saberlo, pero lo que llamaba la atención de Nate era que Gwen hablara de él con tanta familiaridad. —¿También es un boxeador de paredes? ¡Auch!—. Se apresura antes de que vuelva a llegar el dolor.

Su pregunta hace que la observe, era la primera persona que se lo preguntaba con tanta calma, como si nada. Hubiera querido responder muchas cosas, pero sabe que le debe cortesía y educación a la menor. Nate se encoge de hombros y toma un respiro enfocándose en la cura que Gwen le ofrecía, era lo único que lo distraía. —Como si no lo sintiera, Gwen, porque... descubrí que es la única manera de seguir y de esforzarme sin dudar. Si... si lo pienso entonces eso dolerá y no podré ver con claridad lo que hago, tengo un solo objetivo y necesito respetarlo—. Encontrarlas, claramente era eso. —¿Tú como lo llevas?—. Porque estaba claro que, en general, todos estaban afectados.

Publicado por J. Nate Seeber Dom Ago 07, 2016 10:31 am

-Tú también eres de los que piensa que vivía en una casa de muñecas ¿Verdad? Soy muy buena mentirosa, me criaron para serlo, pero es sorprendente lo fácil que es ocultar cosas a la gente.- Miró con atención las heridas del chico antes de volver a realizar un movimiento, pensando bien que proceso seguir para asegurarse de curar las heridas sin hacer más daño del necesario. La verdad, Nate era de las primeras personas que había prestado atención a aquellas palabras, tampoco es que las dijese mucho antes. Nunca contó a nadie lo de su familia, aunque a Alec le confesó alguna cosa, jamás le dijo lo de su padre o se habría puesto como loco.- Puede que sea algo bueno, el que haya tenido ese tipo de vida siempre, eso hace que tampoco vea tanta diferencia con el infierno de ahora, claro que es peor, no me malinterpretes, pero en el fondo, siempre lo estuve esperando, sabía que las dos únicas cosas que me hacían sentir bien desaparecerían, aunque claramente, jamás pensé que lo harían de forma literal.- Sonaba a ironía cruel, pero para ella tenía sentido, para personas como Nate o Brennan, en cambio, era un mundo nuevo, la soledad, el desasosiego, la ira por no poder hacer nada antes de que te quitaran lo que amabas, esa quizás era la razón por la que ambos eran de las pocas personas que trataba de ese modo, intentaba no mentirles demasiado, de hacerles entender que los comprendía, mientras que el resto... El resto del mundo podía arder en el infierno, a ella ya no le importaba.

-Voy a confesarte algo... Llevo tanto tiempo fingiendo ser lo que los demás necesitan de mí que no recuerdo realmente quién soy yo de verdad, y eso me está causando problemas, porque... Se han llevado a mi hermano, y junto con él, a Alec, en resumen, todo lo que tengo, y al contrario que vosotros, no puedo ir por ahí, boxeando contra paredes, la verdad, es que no hago nada, absolutamente nada. - Puede que Nate no viese aquello como un halago, recordó que le había dicho palabras parecidas a Brennan también, los envidiaba a ambos, por poder expresar su dolor en forma de lo que fuera, violencia, emociones, sentirlo todo con tanta fuerza como ellos. Ella en cambio, como todo lo que podía recordar de su vida, seguía en aquel estado templado, ni frío ni calor, solamente dolor, un dolor que no podía ser expresado y que la devoraba lentamente, cada día un poco más. Movió las manos con cuidado, la verdad que la severidad de las heridas dejaba claro el tipo de dolor emocional que el chico debía sentir bajo la piel, uno parecido al de ella. Pues ahora había descubierto por las malas lo importante que era Alec, lo que sentía, lo que le había sido arrebatado antes siquiera de poder reconocerlo, un tipo de emociones que jamás iba a poder saborear, un tipo de amor que jamás iba a lograr comprender. Y Austin... Austin era su hermano mayor, no concebía una existencia sin él, él llegó primero, podría sobrevivir sin ella, pero en el mundo de Gwen, nunca había cabido una existencia sin Austin, aún incluso cuando no se hablaban por meses.- Creo que no hacerte daño en absoluto, es una autodestrucción más efectiva, porque todo pasa en tu cabeza, todo se destruye dentro, por eso en cierta forma me alivia ver que vosotros podéis aún reaccionar de forma humana... Yo antes hacía algo parecido, cuando mis padres echaron a Austin de casa todo cambió mucho, ellos cambiaron mucho, se obsesionaron en que yo fuese mejor, en no cometer los mismos errores que él, tanto que perdían el control a veces, y yo lo hacía también, al igual que tú usas una pared, yo usaba a mi padre, aunque a la inversa. Él tiene carácter, quiere que las cosas se hagan a su manera, y el precio a pagar no le importa demasiado, así que cuando sentía que quería explotar y golpear cosas, simplemente, me bastaba con decirle a mi padre que no haría una clase extra ese día, o que no iba a usar el vestido del color favorito de su jefe para la próxima cena... Él lo veía como un acto de rebeldía que podría convertirme en Austin y lo cortaba golpeándome, hasta que accediera.- La chica se encogió de hombros, al contrario de lo que la gente normal y sana pensaba, esos no eran malos recuerdos para ella. Eran de las pocas veces en su existencia que se sentía haciendo algo por sí misma, una decisión no impuesta.- Quizás por eso ahora que no está, no puedo castigarme del mismo modo que vosotros, y eso me da algo de envidia.

Le sonrió de forma amigable, como siempre, con aquella monotonía e inexpresividad que dominaba sus palabras desde hacía tanto tiempo. Intentaba ir con cuidado, para no causar más daño físico al chico del necesario, pero le era complicado, Nate realmente se había esmerado en golpear lo que fuera que hubiese recibido su crisis de rabia esa vez.

-Siento mucho lo de tus amigos, y te pido que no abandones tu objetivo, pero intenta no ponerte en peligro demasiado, por suerte o desgracia para personas como Gru y tú, aún os quedan amigos aquí, a los que puede pasarles algo, o que sentirían más dolor aún si os pasase a vosotros. Deberíais de dejar que los demás nos encargemos de eso... Y aunque no me hagáis caso, no veo seguro que ninguno de los dos siga en la organización, la misma Ophelia estaba en ella, a saber cuántos más como ella hay allí, la de trampas que podrían idear usando la desesperación de los demás...- Sabía que aquello eran palabras vacías, Nate no iba a simplemente, de la nada, decirle que de acuerdo, que dejaba la organización, que intentaría buscar a sus amigos sin ponerse en peligro, nunca haría algo como eso, y en realidad, no era eso lo que Gwen le pedía.- Pero sé que vas a seguir haciendo las cosas como hasta ahora, y lo comprendo, lo que quiero decir es... Que no tienes que hacer esto solo ¿Vale? Yo soy una apuesta segura, no me queda nadie que me puedan quitar o que llore si yo desaparezco, así que no tengo nada de utilidad para ellos, si en la organización vamos a hacer algo peligroso, deja que sea la carne de cañón la que vaya delante, a veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan para alcanzar nuestros objetivos y realmente creo que tienes muchas posibilidades de encontrar a tus amigos... Esto ya está- Con todo aquel monólogo, le había dado tiempo a terminar de desinfectar las heridas del chico y envolver sus manos con las vendas de forma que las heridas estuviesen apretadas y tapadas.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Dom Ago 07, 2016 1:27 pm

No esperaba aquel frío argumento de parte de alguien como Gwen, podía imaginarlo de la boca de otras personas, pero no de ella precisamente; rubia angelical, ojos claros donde incluso podía ver tu reflejo, tez pálida como la nieve, cuerpo menudo, apariencia de niña pequeña a la que se tiene que cuidar antes de que alguien se percate de sus bondades y quiera dañarla, era la misma forma en la que a veces veía a Rose. Para Nate, Rose y Gwen eran de un patrón similar porque precisamente son un par de chicas de las que no esperarías nada malo, pero ahí estaba, ella también tenía un pasado y probablemente uno muy oscuro, también se había quedado sin seres queridos, estaba marcada como todos. Le costaba escucharla y le dolía de cierto modo, nadie tenía que pasar por todo lo que ellos estaban pasando, menos personas como Gwen, personas como Rose, personas buenas por naturaleza y elección.

Él golpeaba, gritaba, Nate no tenía la habilidad de esconder las cosas, sino que hasta el más ligero cambio se notaba en sus expresiones, en sus acciones y hasta en su manera de caminar, él era un huracán y le costaba entender como alguien tan pasivo como Gwen ocultaba un infierno en su propia cabeza. Nathaniel solo la observaba, había dejado de prestar atención lo que ella estaba haciendo con sus manos, apenas podía sentir el líquido y apenas se escuchaba de fondo el ruido de los objetos que la rubia estaba empleando para sanar lo mejor posible la piel de Nate. Él no podría, no podría ocultarlo, se volvería loco, aunque eso ya había pasado y por ello la existencia de los medicamentos que tan minuciosamente ocultaba en su habitación desde que tenía uso de razón.

Escucha atento la historia de la chica, no podía creerlo, de nuevo siente la punzada de culpa, un deje de fantasía que le exige haber querido conocerla antes, ser su amigo, quizás ahorrarle un poco de su sufrimiento, pobre, pobre chica que bajo ese rostro tímido escondía la oscuridad en carne viva. Nate baja la mirada un par de veces, no sabía qué decir, era bueno dando consejos, pero a veces hasta las personas cuerdas como él tenían problemas en saber qué decir y qué no. —Hay... hay maneras para todo, Gwen, quizás... vale, no soy el más adecuado para decirte qué debes hacer y qué no debes hacer, pero hay maneras de drenar el dolor y la frustración que no necesariamente hacen daño, mira a muchas personas en el internado, por ejemplo, juegan deportes y ahí dejan salir mucho, conozco a personas del equipo que son así.

Tanto que había cuestionado lo mal que veía Gwen a la pelirroja docente siendo él mismo quien la defendía, tantas dudas que Gwen le había demostrado y al final del día parecía haber acertado. Nadie esperaba lo de Ophelia, incluso él, para todos fue una sorpresa y si bien Nate consideró lo que la chica decía en ese momento de la organización, el mismo Nathaniel prefería poner su pellejo en juego estando rodeado de supuestos traidores que perder esa información de primera mano que podía recibir estando en esas filas. Cualquier cosa que se pudiera hacer o cualquier aporte que él pudiera dar en una primera instancia para con las Rohmer valía la pena. —Lo sé, pero no puedo perder ese beneficio, Gwen, tengo que estar donde mayor acceso tenga a lo que está pasando, donde yo sepa que están haciendo todo lo posible por encontrar a los desaparecidos.

Poco a poco fue atando cabos con las palabras de la rubia y lo cierto es que Nate no pudo evitar fruncir el ceño sin saber muy bien a donde quería llegar, sí, sabía su mensaje, pero no podía creer que lo dijera así, tan simple. Antes de que se vaya, Nate pone una de sus manos sobre la de la menor. —No, ni loco dejaría que te usaran de carnada y estoy seguro que Gru tampoco. No arriesgaremos más estudiantes, Gwen. Estamos para buscar soluciones, no causar más estragos. ¿Lo sabes, no?—. No sonríe, pero trata de transmitir en su mirada toda la confianza que sus palabras ameritaban. —No eres carne fresca ni un peso muerto por haber perdido a todos los que te rodeaban, al contrario, eso te hace un miembro valioso, uno al que cuidar, porque no creo que seas débil, te puedes defender por tu cuenta, pero eres parte especial de todo este cuerpo estudiantil que la organización trata de defender, eres familia y a la familia se le cuida. No te pondría en medio de la batalla sin armas solo porque Gru tenga a Cassie o porque yo siga enfocado en querer encontrar a Callie y a los demás. Escucha...—. Aprieta su mano. —Tu puedes ayudar tanto o más que otros, no vuelvas a decir esas cosas, ¿vale?—. Sonríe de lado y aparta el contacto. Ve sus manos, aún no puede doblar los nudillos sin generar dolor, pero lo cierto es que era una buena manera de empezar a sanar. —Creo que si sigues así le vas a robar el empleo a la enfermera.

Publicado por J. Nate Seeber Dom Ago 14, 2016 8:32 pm

Se sorprendió a si misma al hablar de aquello por primera vez y que justo fuese con Nate, quizás era porque Nate no era alguien lo suficientemente cercano a ella como para que lo que ella le contase pudiese afectarle de algún modo, por eso no había contado nada a nadie jamás, no porque quisiera ocultarlo, que también, sus padres la habrían matado si contase algo a la persona equivocada. Pero más bien, nunca se lo dijo a Austin o a Alec porque sentía que ellos querrían hacer algo al respecto, conociéndoles, incluso se presentarían en su casa para enfrentar a su padre. Contárselo a alguien a quien no le importaba demasiado era diferente, era casi hasta liberador y sin miedo a las consecuencias. Pensó que quizás Nate podría decírselo a Brennan, pero no le importaba demasiado, podía hacerlo, Gru ya tenía demasiadas cosas en la cabeza como para importarle que una chica que le había mentido tanto, tuviese ese tipo de problemas. Escuchó sin embargo la irónica respuesta de Nate respecto a hacerse daño, un chico con las manos vendadas, era el que le intentaba explicar aquello, y ella sonrió con ternura, porque comprendía que el chico, a pesar de herirse a si mismo, era demasiado bueno como para querer que alguien más se hiriera. O puede que simplemente estuviese fingiendo, ya no se podía confiar en nadie.

-Bueno, señor boxeaparedes, no creo que tengas que preocuparte demasiado por mí, no se sabe cuanto tiempo pasará hasta que vuelva a ver a mi padre, y por el momento, el daño físico es lo que menos me importa, recibirlo sería incluso un alivio, en comparación de lo que está ocurriendo dentro de mi cabeza, pero que puedo decirte que no sepas ya. ¿No?- Señaló las manos del chico. Sin embargo, las siguientes palabras que dijo el muchacho hicieron que aquel estado de comodidad fuera desapareciendo poco a poco, endureciendo el rostro de la chica lentamente. Un miembro valioso ¿Ella? Jamás había valido más de lo que alguien quisiera de ella. Bajó la mirada hacia su mano, ahora sujetada por la de Nate, se sintió extraño, el calor... Esos contactos inesperados que le recordaban que estaba viva.... Recordó el abrazo de Gru y sintió las punzadas de culpabilidad pinchando su cuerpo. Miembro valioso, familia... ¡Familia! Miró al chico atentamente mientras este hablaba, no lo había entendido, además de que parecía que la chica se había victimizado, diciendo que ella se sacrificaría en su lugar, no era esa su intención. Se quedó allí, bajando de nuevo la mirada hacia su mano y la del chico, se sentía cálida a pesar de que casi se tocaban debido a la venda, una sensación que se sentía tan necesaria, pero a la vez, no se sentía merecedora de ella, aunque era una buena metáfora, aunque Nate intentase tocarla, la venda seguía allí, alejándola del contacto humano todo lo posible, como una barrera... Una barrera que ella sentía real e invisible rodeando su cuerpo y que la separaba de todos los demás.

- Familia...- Repitió para sus adentros, Nate probablemente tenía familia fuera de allí, como Brennan, si tenían la desgracia de encontrar a sus amigos muertos, aún tenían alguien que los quisiera, que suplicaran por su llegada a casa sanos y salvos. si Gwen no encontraba a Austin y Alec, prefería morir con ellos, no tenía muchas más opciones, morir cada día un poco más, mientras sus padres la manipulaban y herían a cada hora, o morir de forma literal, cualquiera de las dos formas acababan en lo mismo. No todo estaba perdido aún, lo sabía, pero Nate y ella no estaban en la misma situación, no era lo mismo, ella no había perdido a sus amigos solamente, había perdido a su hermano, toda la familia que tenía, la organización no podía ser su familia, no cuando alguien como Ophelia estuvo en ella y a saber quienes más de aquel grupo eran como ella. Tenía que hacerlo, una vez más, solamente una... Necesitaba fuerzas para darle a Nate lo que necesitaba, lo que quería escuchar ¿Porqué costaba tanto? Mentir era para ella como respirar, su existencia era simplemente para complacer a los demás ¿Porqué esos días costaba tanto?- Escucha... Nate...- Se detuvo ¿Qué debía hacer? ¿Decirle la verdad? ¿Qué ella era una causa perdida? ¿Qué no era a ella a quién debía preocuparse por salvar? ¿O mentirle? - Siento lo que he dicho, no sé en qué estaba pensando.- Sus labios se curvaron un poco, una vez más una de esas suaves sonrisas que brillaban aún sin llegar a sus ojos, una de esas que dolían como si cada centímetro de su boca llevase un infierno sobre ella.- Lo realmente importante es intentar encontrarles, cuanto antes... y para eso necesitamos estar listos para pelear si es necesario, cosa que no conseguirás si tienes las manos vendadas, a pesar de que estaré aquí para hacer de enfermera y curar cualquier herida... Por favor Nate... No todos hemos desaparecido, algunos de nosotros seguimos aquí y... Ver eso duele.- Acarició un poco la venda del chico, antes de separar del todo su mano de la de él.- Habla con Gru, sois buenos amigos, estoy segura de que hablar entre vosotros os ayudará mucho más que pegar paredes o aguantar mis sermones mientras os arreglo el desastre.- Se incorporó un poco, quedando ya de pie del todo, pasó unos segundo en silencio antes de atreverse a hablar de nuevo.- Las personas que os han desaparecido a vosotros... Eran algo más que amigas ¿Verdad? Siento que hay muchas personas pasándolo mal aquí, pero se nota cuando unas personas eran más importantes que otras. Perdona si pregunto algo inapropiado, en realidad, no debería ni siquiera de mencionarlo...

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Ago 16, 2016 9:23 pm

Le costaba entender como esa chica rubia, tan delicada y menuda, hablaba con tanta naturalidad de un tema que a simple vista era delicado, muy delicado. Nate sabía de lo que hablaba porque él vivió una situación similar, pero fue una vez, fue su padre y ambos eran hombres, se podía decir que congeniaban en fuerza quizás, pero Gwen era una chica, era delicada, incluso tierna, le estaba curando las manos en ese instante y eso solo lo hacía alguien bondadoso, de buen corazón. Nate no sabía qué le perturbaba más, lo que había pasado o que ella hablara de una forma tan común de ello. Quería hacer muchas preguntas, pero temía incomodarla. Nate alterna su mirada entre la chica y sus manos vendadas y asiente. —Si, creo entenderte, digamos que viví una situación similar, pero hay otras maneras, Gwen, te lo repito, y no precisamente como esta—. Alza su puño haciendo énfasis en que el maltrato físico no era una opción.

Había sido completamente honesto porque la verdad no quería más separaciones entre los miembros del internado a los que conocía. Callie no estaba, Cassie tampoco, Bo, Carol... no sabía si el día siguiente se sumarían más personas a la lista, pero lo cierto es que los que quedaban debían de armar un fuerte, uno potente donde no entrara el egoísmo ni las peleas, era la única manera de armarse de valor a lo que estaba pasando y no ser ellos quienes cayeran ante una nube tenebrosa que paso a paso les pisaba los talones. Sí, todos debían colaborar, todos iban a colaborar, pero él no era un demente para exponer a una chica como ella en las primeras filas de la batalla, no, eso no era justo, ni por lo que ella era ni por lo que podía o no hacer. Nate no era el mejor explicando conceptos y, hasta ese momento, el tema de la familia le parecía lejano, si bien el chico tuvo una, no podía decir que la misma fuera precisamente lo más funcional del mundo, pero era la palabra que más le parecía acorde al momento y que, si se ponía a pensar, definía exactamente lo que para él era el internado.

—No lo sientas Gwen, puedes confiar en mí, cuando quieras—. Asegura, aunque sentía que eso no era lo único que la preocupaba, sin embargo decide seguir a su ritmo y no ser tan abrupto de lanzarse una de Sherlock Holmes.

Nate vuelve a ver sus nudillos, si bien para él era satisfactorio en ocasiones, sabía que para los demás no sería tan agradable y no porque tuvieran que curarlo o porque James necesitara a alguien que lo curara, al contrario, tenía que dar una buena imagen que fuera acorde con lo que sus palabras profesaban. La caricia de la chica es como una pluma, delicada y un tanto fría, le agradece en silencio por su esfuerzo, él no era el mejor en esos casos médicos y hasta solía ser un poco tosco. —Sí, quizás sea una buena idea, aunque juntar a dos que estén sufriendo por lo mismo puede no resultar tan constructivo.

La pregunta de Gwen lo hace alzar la mirada a ella, no puede evitar curvar sus labios un poco, Nate ya daba por sentado que todos conocían que él y Calliope eran más que amigos, pero ahora que esa hipótesis se estaba convirtiendo en algo más que una realidad las explicaciones y el mismo sentir se transformaba de lleno. Necesitaba encontrarla, necesitaba remendar lo que había hecho. —¿Qué es exactamente lo que supones?—. Inquiere en primer lugar. —Bien, no te mentiré, creo que es un poco obvio y... sí, Callie significa mucho para mí, mucho más de lo que imaginé alguna vez, por eso quiero encontrarla porque... digamos que para mí este internado no tiene sentido sin ella, es lo único que me hace querer estar acá—. Lo romántico no era lo suyo, pero hacía lo mejor que podía para expresar con palabras todos los nudos que se tejían en su mente.

Publicado por J. Nate Seeber Jue Ago 18, 2016 10:58 am

Una situación similar... Nate podría haber estado viviendo un infierno y ella jamás lo habría sabido, siempre tan absorta en su propio drama, reduciendo su vida a Austin y Alec, nada que no estuviese relacionado con ellos le importaba. Quizás estar sola ahora era su castigo por hacer reducido tanto su mundo, por no haber prestado atención a nadie más, un alto precio por ser tan egoísta e introvertida. Las siguientes palabras de Nate la hicieron pensar que quizás tenía razón, que las personas que sufrían necesitaban de personas que les ayudaran a animarse, personas que brillaran para sacar de la oscuridad a los demás. Pero a veces, solamente aquellos que habían aprendido a convivir con la oscuridad podían ayudar a otros en ella, podían comprender lo que el otro sentía.

-A veces dos personas que están sufriendo son precisamente lo que el otro necesita, saber que no eres el único que sufre, te hace querer ayudar a la otra persona, a veces ayudar es lo único que logra hacerte olvidar un poco el dolor, puede que ayudaros mutuamente sea lo que necesitáis.Tanto vosotros, como los demás, el que estéis aquí a mí me ayuda, me distrae muchas veces, incluso saca mis dotes de enfermera.- Sonrió débilmente, quitándose tensión al asunto. Sonrisa que se le borró tan pronto Nate empezó a responder, haciéndole sentir incómoda, no había pensado bien en como podría afectarle esa pregunta al chico, ni siquiera sabía que pretendía sacar con esa pregunta, quizás entender, entender si el dolor que ella sentía al pensar en Alec era por todas esas emociones que no podía explicar, que no sabía que nombre poner, quizás, simplemente quería saber que punto de daño habían recibido Nate y Brennan para poder ayudarles mejor.

-Lo siento.- Fue todo lo que dijo, se disculpó de nuevo, esperando que eso no molestase al muchacho.- Vamos a encontrarlos, no sé como... o...- "O si los encontraremos de la forma que queremos" terminó en su cabeza, pero no lo podía decir en voz alta, no era una opción.- Estoy segura de que Callie sabe que la estás buscando, cuando alguien te quiere de esa forma, lo sabes. Has dicho que significa más de lo que imaginabas, así que supongo que sientes que no le dijiste todo lo que necesitabas, lo sé porque tengo ese sentimiento también, siempre molestaba a Austin, le decía lo mucho que le odiaba por haberme dejado, por abandonarme... Pero aún así, sé que él lo sabía, sabía lo mucho que me importa, y estoy segura de que tus amigos lo saben, y saben que seguimos buscándoles. - ¿Qué demonios quería decir con eso? ¿A donde quería llegar? Gwendolyn Murdoch, educada para complacer, siempre decir lo correcto, las palabras adecuadas en el momento adecuado... Cuando no fingía ser quién no era, balbuceaba como un bebé, decía cosas sin sentido, inconexas, sin sentido.- Creo que es mejor que me vaya, ya estoy algo mejor y seguramente querrás estar sólo un rato. - Se puso en pie, confusa, sin estar segura de que hacer o que decir, algo que ocurría cuando había pasado tanto tiempo fingiendo ser quién no era que, cuando tenía que ser honesta y sincera ante alguien, era un completo desastre sin sentido, no quería confundir más a Nate- Gracias... Por hablar conmigo, espero que si vuelves a sentir ganas de golpear paredes, primero vengas a verme, a lo mejor no puedo ayudarte pero al menos puedo intentarlo.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Ago 20, 2016 7:05 pm

No sabía si él era el mejor para ayudar a Gru en medio de todo el caos. Nathaniel no estaba seguro ni siquiera de poder ayudar a otros cuando su norte era encontrar a Calliope y a los demás desaparecidos, pero si de algo estaba seguro era que entre dos habría mucha más fuerza de la que solo él podría concentrar en su interior. Brennan estaría igual o más desesperado que él con respecto a las chicas, quizás hablarlo causaría más estragos, pero si ambos se ponían como objetivo encontrarlas y unían las fuerzas suficientes para hacerlo, seguramente los resultados serían el doble de positivos o más. Era una buena idea, solo que hasta ese entonces el chico se había dedicado a darle a su amigo su espacio, ambos lo necesitaban. No era nada fácil lo que estaban viviendo y era complejo saber hasta qué punto uno podía ayudar al otro si no pensaban con cordura y paciencia.

—Sí, es un buen punto Gwen. Solo que... creo que te has dado cuenta de lo explosivos que podemos llegar a ser, es mejor que Gru se tome un tiempo por separado, sin pensarlo bien podríamos perjudicar más de lo que podemos ayudar, ¿entiendes?—. La ve a los ojos tratando de que entienda su punto, de que vea las cosas de su lado. —Pero no lo dudes, él es a la primera persona que buscaría en todo esto, sé que está igual que yo y tenemos las mismas ganas de... remendar todo este desastre.

—No lo sientas, en verdad, no tienes por qué sentirlo—. Se apresura a decir antes de que la rubia sienta cualquier atisbo de culpa. Nate lamentaba si estaba hablando en un tono ajeno al suyo, pero no podía evitarlo aun cuando no tenía la intención de hacerlo, menos con ella que era lo más parecido a una chiquilla menor de su familia a la que tenía que proteger.

Nate tuerce la boca en una sonrisa nostálgica y baja la mirada. Si ella supiera... si ella supiera la mitad de la historia. Nate se sentía como un monstruo por haberle puesto fin a las cosas con Callie de ese modo aun cuando nada de las cosas negativas e hirientes que dijo eran ciertas, menos que menos las sentía. Amaba a esa chica por sobre todas las cosas desde el día que la conoció y ahora se arrepentía de no haber dicho ni una décima de lo mucho que la quería, menos de no ayudarla cuando lo necesitaba y dejar sus adicciones a un lado para no representar un estorbo para ella. La quería, la necesitaba, apretaba sus puños de solo recordarlo, pero el dolor volvía y él cedía a la presión sabiendo que tenía que sanar en cualquier momento, más pronto que tarde, de hecho.

—Sí, quizás ella lo sepa, pero me encantaría estar ahí para recordárselo todo una y otra vez hasta que se canse de oirlo—. Era una fantasía, una cruda fantasía. Nate sale de sus pensamientos cuando se da cuenta de que la rubia desea irse, frunce el ceño sin entender. —Espera, ¿estás bien?—. Vale, no le hubiera gustado dejarla partir de ese modo; tan apresurada y atormentada.

Nate asiente, tampoco podía retenerla si ella no lo deseaba. —Gracias a ti, Gwen, también estaré para lo que necesites, no lo olvides, tienes a una familia acá—. Curva una especie de sonrisa ante lo último, sí, una familia que debía proteger. Tendría que ordenar todo en su sitio e irse antes de ganarse un reclamo de la enfermera por una posible negligencia médica.

Publicado por J. Nate Seeber Mar Ago 23, 2016 3:39 pm

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