Rock bottom, w. Gail Abernathy

27 de Marzo, media mañana.

La joven no frecuentaba faltar, pero ese día si se había despertado con deseos de faltar a las clases de baloncesto, entre que estaba en sus días y la pelea con Nate, quedarse en su cama esa mañana parecía la mejor idea que podía tener. Ni siquiera sabe de dónde sacó las fuerzas para levantarse, pero no fueron suficientes para durar todo el entrenamiento. Su equipo perdió en aquel mini partido y, molesta como nunca dejó el lugar dispuesta a marcharse a algún lugar donde nadie la molestara.

Con un libro recomendado en el club de teatro, ocupó un lugar en uno de los asientos que se encontraban en el jardín y empezó a leer sin leer en realidad. Le dolía todo el cuerpo, su cabeza dolía con cada nueva pregunta que se formulaba. No estaba más cerca de encontrar a su hermana, ni de ayudar a su novio, si aún él la consideraba de esa manera, si aún ella lo consideraba de esa manera. Estaba enojada y dolida, principalmente, lo último. Le habían faltado las ganas de hasta gritar en los entrenamientos de lacrosse, y el mismo había resultado un desastre.

Cerró el libro y liberó su pelo del agarre de la liga, lo revolvió y acomodó en su espalda, dejando caer su espalda hacia atrás. Soltó el aire y buscó aclarar su mente. Tenía que hablar con Brian y Jack, debían organizar una nueva reunión, empezar a hacer algo con la gente que habían buscado y demostrar que estaban haciendo algo y no cruzados de brazos mientras las desapariciones continuaban. También tenía que terminar los deberes de geografía e historia, preparar un entrenamiento para que nadie haga de holgazán en lacrosse, hablar con Nate... Dejaría eso para lo último, mejor era dejarlo así. Era consciente de que el problema no se solucionaría si lo ignoraba por suficiente tiempo y que tenía que hacer algo, pero no sabía qué hacer. Estaba perdida total y completamente. ¿Por qué la gente se enamoraba?

Publicado por Calliope C. Rohmer Jue Ago 04, 2016 3:08 pm

La mañana había comenzado algo accidentada. Bueno, realmente tampoco había sido para tanto, pero sí lo suficiente como para conseguir sacarme de la enfermería durante un buen rato.
Durante uno de los entrenamientos, a uno de los alumnos se le había salido la rótula del sitio tras recibir una patada accidental. Mover al chico del suelo, además de difícil, le estaba provocando gran dolor al adolescente, así que sus compañeros habían optado por venir a la consulta para buscarme y llevarme hasta allí. Una vez en las pistas, me había puesto manos a la obra y en cuestión de una media hora, la rótula estaba de nuevo en su sitio, la rodilla vendada y le había administrado unos cuantos calmantes para el dolor.
Unos cuantos días de reposo y estaría como nuevo.

Me disponía a volver a la enfermería atravesando los jardines cuando una figura femenina sentada a lo lejos llamó mi atención. A medida que me fuí acercando, pude identificarla como Callie, así que no dudé en aproximarme del todo para saludarla antes de seguir con mi camino. Aún recordaba nuestra última conversación, así que supuse que la adolescente no debía de estar atravesando una temporada demasiado brillante.

- ¡Ey! ¿Aprovechando para tomar un poco el sol? - comenté, sonriendo de manera amable. Hablar del tiempo podía parecer una tontería, pero teniendo en cuenta el clima tan poco agradecido que hacía en esta parte del país, que saliera el sol podía considerarse un auténtico acontecimiento - Tienes mala cara... ¿te encuentras bien? - pregunté instantes más tarde, después de observarla con algo más de detenimiento, frunciendo ligeramente el ceño con preocupación.

Publicado por Gail Abernathy Vie Ago 05, 2016 3:33 pm

Se sentó mejor de manera inmediata al reconocer la voz de la enfermera, y se llevó una mano a la cabeza ante el repentino movimiento, golpeándose con el libro que tenía en la misma mano. Sacudió su cabeza, no estaba acostumbrada a la torpeza.

—Sí, hay que disfrutar de los rayos cuando nos alumbran, más en esta zona donde el cielo se la pasa más nublado que despejado —respondió mientras se corría para hacerle un lugar a la señorita Gail en caso de que quiera tomar asiento a su lado, sonriendo nerviosa ante la pregunta. No sabía cuál era su cara, pero para que alguien pregunté no debía ser buena. Podía mentir y decir que todo estaba bien, pero en más de una oportunidad había demostrado que las mentiras no eran su fuerte, solo que decir la verdad tampoco sonaba como una buena idea. Contó una parte, no era mentira, pero tampoco era toda la verdad—: Solo estoy pensando en mi hermana, llevó mucho tiempo sin verla, nunca hemos estado distanciadas tanto tiempo.

Y sí que era cierto, extrañaba su mitad, y la alegría que aquella joven siempre le traía.

—Usted, ¿cómo se encuentra? ¿Los adultos han recibido noticias sobre el avance de la investigación? —Y así como mentir no era su fuerte, ser indiscreta tampoco lo era, y sentía curiosidad por saber si los profesores sabían más de lo que ella había logrado averiguar por su cuenta y no era demasiado a decir verdad. La joven mordió su labio inferior al darse cuenta de lo directa de la pregunta y se tomó su tiempo para agregar con cautela—: Lo siento, no era mi intención preguntar de una manera tan frontal, solo estoy preocupada, no se ve que estén muy activos buscando a los desaparecidos, como si se hubieran olvidado de ellos.

Pero ella no, ella no olvidaría a su hermana y no la dejaría de buscar. Tenía que seguir investigando, pero ya comenzaba a dudar de los caminos que convenía seguir, qué libros tomar, o dónde prestar más atención que en otros lugares. Callie había estado más atenta que nunca hasta antes de la discusión con Nate, después de eso había perdido su rumbo, tenía que encontrarlo de nuevo para poder ser de más utilidad.

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Ago 14, 2016 1:29 am

Acepté la invitación silenciosa a sentarme en el banco, aunque de la misma manera que a mi me gustaba que respetasen mi espacio personal, me coloqué a su lado pero sin invadir el suyo. Supuse que la clave era estar lo suficientemente cerca como para no resultar fría, pero sin terminar siendo agobiante por no respetar los tiempos de cada persona.

La mención de su hermana resultó en una punzada muy dolorosa para mis sentimientos. Era ridículo que después de tanto tiempo el simple hecho de escuchar esa palabra aún despertase tantas emociones en mi interior, pero no podía evitarlo. La culpa por la muerte de Lyssa era algo que arrastraría conmigo hasta el final de mis días.
Aún así, hice de tripas corazón y dibujé una expresión de comprensión y serenidad en mi rostro, ya que yo mejor que nadie entendía lo que era perder a un hermano.

- No hay nada nuevo - contesté con sinceridad - Aunque viendo lo que ha pasado últimamente, eso es casi tan bueno como tener noticias - que no aparecieran más cuerpos era indicativo de que quizá aún teníamos una oportunidad de encontrar a los desaparecidos con vida - Se que parece que no hacemos demasiado por ellos, pero creeme cuando te digo que estamos haciendo todo lo que podemos por encontrar alguna pista o alguna señal que nos lleve hasta su paradero - mi mirada se desvió hacia el cielo soleado, como queriendo encontrar algo de fortaleza ahí arriba para seguir caminando aquí abajo. Tampoco quería entrar en la sarta de amenazas de muerte que Yvette había proferido contra el internado, ya que no quería asustar a Callie más de la cuenta - Es solo que... no nos lo estan poniendo nada fácil, aunque supongo que eso ya te lo habrás podido imaginar.

¿Con qué cara le decías a una adolescente "no mira, no te preocupes, tú quédate aquí de brazos cruzados mientras que nosotros seguimos dando palos de ciego y sin localizar a tu hermana y compañeros en peligro de muerte"?

Publicado por Gail Abernathy Lun Ago 22, 2016 7:55 pm

Nunca había sentido gran simpatía por los diarios, desde pequeña, pero le gustaba cuando los domingos un nuevo periódico acababa en la puerta. Quizá estaba desayunando, y saltarina iba a recibirlo para darlo a sus padres y quedarse con la última de las hojas, aquella que tenía los juegos. Al principio le había costado horrores, salvo por los que eran con números, si era una cuenta complicada usaba la calculadora. Con el tiempo, los pudo resolver con más facilidad. Le gustaban esas cosas, juegos mentales, acertijos, adivinanzas. Tener que usar su mente. Ahora estaban jugando con ellos, de una manera diferente, otro juego mental, uno donde un paso en falso significaba una muerte, donde un error significaba un nuevo desaparecido.

—Sin ánimos de ofender, pero estamos buscando la resolución al problema uno, cuando ya escribieron hasta el problema cien —respondió haciendo referencia a lo anticipados que estaban los responsables de aquellas masacres. En un intento de aligerar el ambiente intentó sonreír, pero apenas se curvaron las comisuras de sus labios. Sin darse cuenta se había incluido en el grupo, era natural, ella estaba trabajando por su cuenta, esperando tener algo antes que ir con la organización para decir que habían hecho algo bien. Sería bueno, en esos días, una buena noticia, eso sí sería bueno. Una alegría como la del día en que encontraron a Nate y a Is, como el día que encontraron a Harrison, pero sin ninguna tristeza, sin ningún cadáver de un niño inocente como lo había sido Wesley.

—¿Cree que haya alguna manera de resolverlo? Es decir, en los juegos siempre hay puesta una estrategia sobre la marcha, en el sudoku tienes que pararte en la intersección de las líneas que más números tengan, para descartar opciones más rápido, y, si te paras en otro lugar, quizá lo puedes resolver, pero te lleva más tiempo. ¿Cree que quizá estamos tratando de resolver el problema desde un punto que no es el correcto? ¿Qué haya un punto correcto para poder resolver este acertijo? —preguntó buscando ayuda a las ideas que pasaban por su mente, esperando que la enfermera le diera una mano con aquellas cosas que no entendía, pero nada le garantizaba que ella comprendiera todo—. Tengo una tendencia a ver todo como si fuera un juego, es más fácil a la hora de afrontarlo, más ligero y divertido. Con Nate siempre competimos para ver quién completa las respuestas más rápido en las tareas. Es un poco competitivo, pero siempre las terminamos más rápido que cuando las hacemos en solitario.

Una risa se escapa de sus labios, risueña ante los recuerdos de la biblioteca o de un aula que habían tomado para poder hablar y reír. Las trampas inocentes que hacían para distraer al otro y poder ganarle. Los recuerdos hacen que su sonrisa se vuelva triste y acabe por volverse una mueca.

—Al menos eso era antes —susurró buscando un punto entre las hierbas y balanceando sus pies. Cierra los ojos un momento antes de recobrar la coraza que le mostraba al mundo indicando que estaba bien. Elevó su tono de voz al responder—: ¿Cree que haya alguna posibilidad de llegar al fondo de esto?

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Ago 26, 2016 3:13 pm

Abrí y cerré la boca unas cuantas veces, cual pez, en un intento de encontrar las palabras que pudieran contradecir su cruda afirmación, o al menos, que pudieran confortarla. Pero finalmente no me quedó otra que juntar los labios y guardar silencio, ya que Callie, nuevamente, no había dicho más que una verdad innegable. Me quedé mirando a la nada, con gesto pensativo, hasta que ella volvió a hablar.

- No hay ningún acertijo imposible de resolver - sentencié, hablando plenamente convencida de ello, casi sin tener que pararme a pensar en mis palabras - No me queda duda alguna de que podremos resolverlo, solo tenemos que encontrar el punto de vista correcto, como bien dices - la teoría estaba clara, de eso no había la más mínima duda. La dificultad venía, evidentemente, en el momento de llevarlo a la práctica, ya que en ese momento volvíamos a dar palos de ciego como hasta ahora, intentando buscar un culpable, o como bien había dicho Callie, el punto de vista correcto para resolver el acertijo.

Me creó una gran sensación de ternura el verla sonreír de esa manera al hablar de Nate, borrando durante unos instantes esa expresión dura y seria que estaba de manera perenne en su rostro, para cambiarla por una más acorde a la de una adolescente. A veces, entre tanta tragedia, era fácil olvidar que no consistía en adultos tratando con adultos, si no en un grupo de adolescentes, de niños, atrapados en un horrible zafarrancho.

- Yo solía hacer lo mismo a tu edad - comenté, permitiéndome a mí misma unos segundos para la nostalgia. Lyssa solía ponerme retos cuando era pequeña, en su momento pensaba que para burlarse de mí ante mi imposibilidad de superarla, pero con el tiempo, terminé comprendiendo que era para obligarme a seguir esforzándome, a ser mejor día a día. Pero al igual que había dicho Callie, eso era antes - Intenta que de una manera u otra, no se apague nunca esa magia - añadí, quizá de manera un tanto amargada, no con ella por supuesto, si no por el curso natural que había seguido mi mente al continuar explorando mis recuerdos.

- Quiero creer que sí... No. Perdón. Lo creo firmemente - contesté a su pregunta, desviando la mirada de la nada para centrarla en la muchacha - Y se que quizá suene estúpido, pero es importante creerlo. Si haces algo sin estar segura de que lograras completarlo con éxito, es mejor no intentarlo - dijé, pasando ahora de los consejos desde la nostalgia a una frase que perfectamente podría haber estado incluída en un libro de auto-ayuda. Pero era cierto. Incluso en las misiones más descabelladas, peligrosas y suicidas, casi la mitad del trabajo estaba en hacer que las tropas creyesen ciegamente que lo iban a conseguir.

Publicado por Gail Abernathy Vie Sep 09, 2016 7:50 am

—Pero parecen imposibles cuando solo tienes la mitad del acertijo —agregó en voz baja. Ese era su mayor problema, era intentar de resolver una ecuación matemática cuando faltaba una o más partes de la misma, cuando no se indicaba si se debía sumar, restar, multiplicar, dividir, elevar a algún exponente o aplicar la función logarítmica. Había tantas posibilidades, y solo había una parte, ¿cómo se podía resolver algo por el estilo? ¿Cómo se podía entender un rompecabezas de cien piezas cuando solo tenías veinte? Lo que estaba intentando era imposible si no averiguaban más datos, porque había cosas que faltaban, pero eso no quería decir que no existieran.

—¿No debería decirme que todos es imposible hasta que se logra? —preguntó forzando una sonrisa en sus labios. Negando ante su propia broma que no había sido graciosa en absoluto. Pero se quedó pensando en aquello. Gail había dudado, pero aún estaba ahí, ¿estaría luchando? No tenía el aspecto de una mujer que era capaz de rendirse, tenía el aspecto de una mujer que luchaba, el aspecto que Callie desearía tener—. No se preocupe, lo entiendo, a veces dudo, más cuando hay cosas que no puedo entender. Por ejemplo, conocía a Wes, era el hermano de una de mis mejores amigas, era un chico carismático y dulce, era tan dulce. Él nunca se habría quitado la vida, sin embargo, por lo que me han contado, así fue. Y no lo entiendo, ¿qué tipo de propósito es aquel donde se finge un asesinato? ¿Cuál es el objetivo de mostrar que han matado a un niño inocente? Deberías haberlo conocido, no le hacía mal a nadie, lo único que le importaba era que todo estuviera ordenado y limpio. No le hacía daño a nadie.

La joven bajó la mirada sintiendo la tristeza por la muerte de ese niño. Tristeza que había mantenido a raya por dos cuestiones, la primera era Rose, no podía quebrarse ella cuando la castaña era su hermana; la segunda era porque su hermana podía estar pasando por lo mismo, su hermana podía ser la siguiente en aparecer colgada y, ¿quién podría detenerlo si ni siquiera sabían por dónde comenzar a buscar?

—Antes solía pensar que nos habían llamado a todos, porque todos habíamos perdido algo, todos estábamos tratando de escapar del mundo por alguna razón, ahora no sé qué pensar, no cuando matan a los indefensos primero como si solo se tratara de un juego de ajedrez y estuvieran buscando quienes dan pelea para convertirlos en piezas fundamentales —negó en silencio y se rascó una de las cejas. Tomó aire antes de negar sus palabras—. Lo siento, pienso tanto algunas veces que comienzo a decir una locura tras otra y nada tiene sentido. Solo son las ganas de encontrar a mi hermana.

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Sep 25, 2016 2:30 am

- Bueno, el mensaje es el mismo - respondí a su broma, haciendo un gesto vago con la mano.

Escuché sus palabras con atención y cierta pena, ya que aunque no había llegado a tratar con Wes en vida, si que había pasado bastante tiempo con él en muerte, cuando tuve que inspeccionar su cuerpo. Sobraba decir que no había sido una tarea agradable, y si ahora además escuchaba detalles sobre su vida pasada, el sentimiento no hacía más que empeorar.

- Únicamente querían crear miedo y yendo a por alguien que no tenía nada que ver en el asunto, definitivamente lograron su cometido - opiné. Además de que acabando con el más débil se conseguía crear mayor trauma e impacto - Aunque a veces también creo que su forma de elegir a las víctimas es totalmente aleatoria - simplemente, la diferencia entre acabar o no colgado con una soga alrededor del cuello, se basaba en estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

La teoría de Callie, lejos de descabellada, me pareció lo más lógico que había escuchado decir a alguien en mucho tiempo. Supuse que al final, la gran pregunta era ¿por qué? O ¿para qué? más bien, ya que montar todo esto por simple diversión me resultaba demasiado macabro.

- No, es bueno pensar. Los mejores planes siempre nacen de darle vueltas a una idea inicialmente absurda - la animé, sobre todo cuando se trataba de una chica con la cabeza tan bien amueblada como la que tenía Callie - No desesperes, eso es lo más importante - le aconsejé, aunque me sentía como sis palabras estuviesen carentes de un significado real y solo hubiesen sido pronunciadas para tratar de hacerla sentir mejor.

- ¿Cuándo fue la última vez que la viste? - pregunté después de unos instantes de silencio, utilizando un tono de voz especialmente suave. No sabía si querría tocar el tema, así que intenté hacer la pregunta con el mayor tacto posible.

Publicado por Gail Abernathy Vie Sep 30, 2016 6:36 am

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