Don't feed the monsters growing wild inside of me

Todo el universo estrellándose contra un agujero negro que lo hiciera desaparecer para siempre no era nada siquiera asemejado a lo que sintió cuando vio las fotos de su hermano. Aún recordaba como había vuelto a su habitación sintiéndose sofocada, buscando algo en concreto que no encontraba, porque era mentira, cualquiera podría manipular una foto, no iba a creerlo hasta que viera a su hermano. Revolvió todo su cuarto, buscando aquello que sentía necesitar pero no estaba allí ¿Lo había dejado en casa? No, no era posible, levantó todo lo que encontraba y lo lanzaba por los aires, algunas cosas con rabia contra la pared, ella misma golpeó la pared varias veces. El aire se había vuelto tan espeso debido al inminente llanto que la atosigaba que acabó en el suelo, totalmente agotada durante horas, sin moverse de allí hasta que ya había amanecido de nuevo ¿Cuántas horas habían pasado? No importaba demasiado, solamente sentía ganas de rendirse, si iba a continuar con vida, realmente necesitaba un milagro para encontrar algo a lo que aferrarse, en aquel momento se sentía atrapada, alargando su mano, pronunciando el nombre de Austin, el nombre de Alec, pero ninguno de ellos estaba allí, nadie estaba allí. Alec... No había fotos de Alec... Le necesitaba en aquel momento, ahora mismo. Estaba perdiendo la cabeza, y antes de volverse loca, había algo que tenía que solucionar...

Sus pasos, guiados casi por la misma furia que ya parecía haberse hecho un hogar en su corazón, empezaron a guiarla hacia la única persona que podía ayudarla en aquel momento. Fotos... Eso era todo lo que había necesitado para resquebrajar la poca cordura y humanidad que creyó poseer en algún momento. ¿Cómo era posible que la tierra se abriese bajo los pies de su hermano y se lo tragase y el resto del mundo continuase como si nunca hubiese existido? Para luego volver en forma de una foto que no dejaba de golpear su mente estando dormida o despierta. Probablemente, por primera vez en su vida, abrió una puerta ajena sin tocar primero, años de inculcación de modales se desvanecieron casi tan rápido como el sonido seco de la puerta de la biblioteca, lo más cercano que tenía Brian Downer a un despacho, al abrirse. No confiaba en aquel hombre, a aquellas alturas ya no confiaba en nadie, mucho menos en si misma. Se quedó allí unos segundos comprobando que no había nadie más en el lugar, con el pelo desordenado, con su ropa descuidada, con el tipo de imagen que habría conseguido que sus padres la desheredaran si la vieran.

-¿Podemos hablar?- Una pregunta trillada, quizás poco necesaria, no iba a irse de allí sin hablar, no iba a irse de allí sin que Brian la liberase al menos de algunos de los miedos que tenía, y en aquel momento, por extraño que pareciera, no se trataba de las personas desaparecidas, si no de las que aún se podían salvar.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Ago 06, 2016 2:22 pm

Uno, dos, tres, diez... veinte...

—¡No! ¡NOOO! —Brian despertó en un grito, empapado de sudor. Sentado en la cama, apretado a sus costados las sábanas y el acolchado que lo envolvían. Tenía sus uñas bien clavadas, enterradas en los hilos. El corazón saltaba, casi fuera de su pecho, y los pupilas empezaban a contraerse, captando la luz del sol que entraba por su ventana. ¿Qué hora era acaso? Probablemente momento de levantarse, y entrar a otra pesadilla, un poco más vívida.

Optó por internarse en la biblioteca desde temprano, para poder organizar sus ideas, y un plan para La Organización, aquel grupo de personas con los que trabajaría codo a codo para ponerle un fin a todo esto. Si tan sólo fuese tan sencillo como en las películas, o si poseyese el ingenio de los grandes detectives que admiraba. ¿Qué haría Hercules Poirot en su situación? ¿Y Sherlock Holmes? ¿Acaso Agatha Christie había escrito algo similar...?

Revoleó el té que lento se enfriaba en su taza. La mañana estaba tranquila, demasiado para su gusto. Apenas había vislumbrado un par de alumnos, entrar y salir de la biblioteca y por los pasillos no lograba oír risas. Pensar que allí dentro se pedía silencio, y ahora andaba en búsqueda de todo lo contrario.

Pero la solemne paz se vio interrumpida con un tajante sonido, proveniente de la pesada puerta que lo separaba de los pasillos. Una joven venía hacia él, en lo que asumió, una actitud algo arrebatadora. La reconoció en tanto le habló: la hermana del joven Murdoch. Las fotos, las fotos invadieron sus recuerdos. Y los cuerpos de los directivos, las balas, el olor a sangre, los gritos de los pequeños, la horrible alarma de un simulacro ficticio. ¿O no? ¿Acaso no había sido una señal de alarma? ¡Cuidado con lo que viene! Este juego no es para todos.

Asintió suave, para luego responder: —Claro, de lo que gustes —miró a su alrededor y apuntó a una mesa de lectura, vacía como el resto del espacio. —Podemos sentarnos allí, ambos, así estamos más cómodos. ¿Gustas un té? El agua aún está caliente —miró a la joven y luego hacia el cuartito del fondo, donde tenía una pequeña cocinita. Siempre tenía la costumbre de ofrecer comida cuando él estaba en pleno acto, educación quizá, otro poco de amabilidad.

Se levantó de la silla, tras el escritorio, apagó la pantalla del ordenador que mostraba un fondo de escritorio de Edgar Alan Poe, y una ventana pequeña con un programa catalogador de libros. En el escritorio una hoja de papel, a medio garabatear, palabras tachadas, y líneas ondeantes.

Publicado por Brian Downer Lun Ago 08, 2016 10:18 am

Lo malo de aquel nuevo estado en el que se encontraba, era que, al contrario de lo que habría hecho normalmente, Gwen no había pensado detenidamente lo que quería decir ni mucho menos, cómo quería decirlo. No sabía aún que papel querría interpretar delante del bibliotecario, pero ya era algo tarde para darse la vuelta, aunque odiaba no controlar del todo la situación.

-No, gracias. - Respondió ante la "amable" invitación del hombre, no confiaba en él, mucho menos como para aceptar algo que viniese de sus manos. Pero si que fue hacia el lugar que él le había indicado y se sentó lentamente, por unos instantes pensó en la locura que era aquello, con todo lo que estaba pasando, estar a solas, con un posible sospechoso, en un lugar que él conocía mejor que ella, sin embargo se sorprendió en lo tentador que esa idea le resultaba, ya lo hacía casi cada día, hacer cosas que se consideraban imprudentes para que la llevasen con Austin y Alec, o que la matasen, cualquier opción era válida.- No pude acudir a la última reunión de la organización, desde lo de mi hermano y mi amigo, no he estado muy pendiente de las cosas, aunque teniendo en cuenta los últimos sucesos, parece ser que hasta tuve suerte.- Miró los ojos claros del hombre esperando que notase el sarcasmo en sus palabras, refiriéndose al "intento" de huida que había acabado en desastre. Le habría gustado estar allí, pero a su vez, sentía que el universo se había alineado para impedirle que fuese, si ella hubiese estado delante cuando se enteraron de lo de Ophelia, si ella hubiese mirado a los ojos de la pelirroja segundos antes de que la matasen, quizás se habría asustado demasiado de si misma y la satisfacción que habría sentido, ya se consideraba demasiado mala persona después de todo.- Ophelia es un claro ejemplo de que la organización no puede funcionar como hasta ahora, cualquiera de los integrantes puede ser como ella, o peor. Usted puede ser como ella, o peor.- Gwen se sorprendió a si misma, haciendo que la conversación aumentase en tensión de forma rápida.

-La paranoia es algo común estos días pero es algo peligrosa, sobretodo en un grupo donde hay gente que lo ha perdido todo. Debe de ser difícil, ser el líder de un grupo así, tener que buscar algo lo suficientemente bueno en el infierno como para dar algo en lo que creer a la gente.- En cierta forma, sentía algo de lástima por Brian, aquel hombre podría haber sido sincero, podría realmente estar en contra de las cosas que ocurrían en aquel lugar, semanas atrás, Gwen había valorado aquello, pero la situación ahora era diferente, las razones por las que estaba allí eran mucho más egoístas, mucho más primarias.- Escuché que en la última reunión, se habló de elegir a nuevos representantes. - La adolescente hablaba de forma despreocupada, como si el tema no fuera lo suficientemente serio, incluso a veces hacía algún aspaviento con la mano, o se fijaba en algunos puntos del lugar en donde se encontraban, libros, estanterías, sillas, mesas... Elementos comunes en una biblioteca, que en aquel momento, parecía una dimensión diferente para ella, no entraba allí desde la desaparición de Alec.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Ago 09, 2016 10:41 am

La joven delante suyo siguió su indicación, y así Brian empezó a andar en dirección de la mesa, donde finalmente se sentó. Apoyó suave su taza con té delante suyo, y colocó la mano arriba para mantener el poco calor que su té tenía. Intuía levemente el motivo por el cuál estaría frente a Gwen, pero prefirió dejarla hablar sin interrumpir hasta que fuese el tiempo indicado para responder. Después de todo, Brian era mejor escuchando que hablando.

—No te preocupes por ello, las reuniones no son obligatorias a menos se indique lo contrario. Siempre puedes preguntarle a alguien qué hemos hablado, o a mi mismo o al resto de los... líderes —le incomodaba profundamente aquella palabra. ¿Líder él? Lejos estaba de sentirse uno, de poder llamarse así mismo bajo tal término. Evitaba siempre la palabra, y su rol como tal. Prefería las democracias y el consenso popular, que todas las voces opinaran, que todas las manos votaran.

Claro que, cuando la pequeña delante suyo continuó hablando, las expectativas de Brian de llegar a buen puerto se vieron disminuidas notablemente. Era claro que lo veía como una amenaza, y no, no podía culparla. ¿Por qué iba a hacerlo? Él en su lugar también sospecharía de todos, hasta de su propia sombra.

—Sabes Gwendolyn... en parte tienes razón —dijo, dejando ya de lado su taza y cruzando los brazos sobre la mesa. —He estado pensando qué tan lejos vamos a llegar con el tema de La Organización y cuáles son nuestros verdaderos objetivos. Claro que yo solo soy un integrante más.. pero... me siento responsable. Ophelia, ella... veló por su propia vida, y actuó sola a sabiendas que podría acabar como... acabó. Créeme, si puedes, que hubiese impedido que prosiguiese con ese plan de haberlo sabido, pero jamas, jamás, supe algo. Jamás sospeché nada... jamás podría haber sospechado de ella —miró hacia abajo. El sentimiento de culpa que tenía por la muerte de la profesora era notablemente enorme.

—No te culpo si no confías en mi. A veces ni yo mismo lo hago. Es parte del plan. El plan... —repitió, en voz baja. — ... para que todos desconfiemos de todos. Y mira, lo están logrando.

Alzó la cabeza para ver a través de la ventana, el viento movía las hojas de los árboles en el jardín. Que envidia tenía de esos árboles, libres de dudas, de miedos.

—Lo malo es que no puedo, y tampoco quiero, convencerte que confíes en mi. Porque la confianza verdadera se gana, no se compra. Sólo te diré que hace mucho le prometí a Ophelia que haría todo lo que estuviese en mis manos para ayudar a los alumnos, y adultos, en este lugar de locos. Mantengo esa promesa, ya no solo por ella, sino también por mi. Se convirtió en mi propia lucha, mi propio timón.

Volvió su mirada a los ojos de la joven. No esperaba convencerla, lejos estaba de eso. Sólo estaba siendo sincero, como de costumbre.

—Y si, votamos por nuevos líderes, son la profesora Sophia y el joven Brennan. A ellos también puedes recurrir si necesitas ayuda, Gwen. Quizá ellos puedan inspirarte más confianza, espero que así sea. Realmente siento mucho tu pérdida... lo siento mucho —miró de costado el humito que flotaba hacia arriba. ¿Qué camino tomaría La Organización? Ni él lo sabía.

Publicado por Brian Downer Vie Ago 12, 2016 10:46 am

Meses atrás, habría aprovechado la ventaja que tenía en aquel momento para estudiar los movimientos y palabras de Brian, ver si le mentía, pero en primer lugar, no lo hizo, mientras hablaba le contaba todas aquellas cosas que Gwen ya sabía, ella simplemente se quedó allí, escuchando al profesor, sin intentar evaluar sus movimientos, estaba demasiado cansada, demasiado herida, como para intentar estudiar el comportamiento de alguien que apenas conocía.

-Lo sé. Sé lo de Brennan.- Fue todo lo que respondió en un principio, pues era una de las razones por las que estaba allí, pero cuando escuchó de nuevo el nombre de Ophelia algo brilló en sus ojos. Se sintió tentada, tentada de intentar averiguar cuánto sabía Brian de lo que ella sabía.- Ophelia... Tuve una conversación con ella, poco antes de que se llevaran a mi hermano y a Alec. Me dijo cosas muy parecidas a las que usted dicho, que ella quería proteger a los alumnos, que la noche de navidad, me dio la nota a mí porque parecía algo personal, cuando en realidad la había escrito ella...  Podría ser todo mentira lo que me dijo, o solamente lo de la nota, quién sabe, lo único seguro es que, al final, ella antepuso sus intereses a los de los alumnos, si no lo hubiese hecho, mi hermano no habría desaparecido.- Jamás dijo la palabra "muerto", en su cabeza, a pesar de aquellas fotos, no existía la posibilidad de que Austin estuviese muerto, no hasta que ella lo viese con sus propios ojos, y aún quedaba Alec, de Alec no habían fotos, no había nada... Dudo si decir lo siguiente, no había contado nada a nadie, jamás, ni siquiera a Alec antes de desaparecer, pensó en decírselo a Brennan pero no sabía como hacerlo, la odiaría si lo hacía, probablemente.

- ¿Y si le digo que hay una razón por la que Ophelia pudo ser la que eligiese que se llevasen a mi hermano? ¿Y si le dijese que Austin y yo, escuchamos cosas que no deberíamos haber escuchado? - Gwendolyn, mientras hablaba, se fijaba cada vez más en el profesor, no intentaba intimidar ni nada por el estilo, una chica como ella, menuda y débil, resultaría patética intentando intimidar a un hombre adulto, pero el punto fuerte de Gwen siempre fueron las palabras, las horas viendo casos con sus padres, estudiando al ser humano, todo aquello que en momentos como los que se vivían en el internado deberían de darle una ventaja, pero se sentía tan emocionalmente sobrepasada que no podría hacer nada bien.- ¿Y si le digo que tenia algunos nombres, entre ellos el de Ophelia, palabras en mi cabeza constantemente, relacionadas con...? - Las palabras "...Selección", "niñas muertas" vinieron a su cabeza. todo aquello hizo que se detuviera, no podía cargar todos los cartuchos, además de que no tenía pensado contarle lo que sabía a Brian, no a él, no a nadie. Pero si Brian estaba realmente relacionado con las personas que se llevaron a los estudiantes, quería que se lo dijera, que les dijera que lo admitía, que admitía haber escuchado aquella conversación con Yvette y Alfred. que la poca y triste información que había logrado recaudar, aunque ahora ya casi todos estuviesen muertos, seguía allí con ella. Aparentar que sabía más de lo que realmente sabía era la única forma en la que se le ocurrió poder mover algunos hilos con Brian.

- Nada de eso importa ya, supongo.- Gwendolyn se revolvió en su silla, para inclinarse un poco más hacia delante, acercándose hacia donde estaba el profesor, como si quisiera llamar aún más su atención.- Los dos sabemos lo que esa gente puede hacer, poner un líder, un representante, no es más que ponerles un hacha al cuello y luego fingir sorpresa cuando aparezca el golpe que les arranque la cabeza. Brennan es un bueno chico, no es un líder, no voy a dejar que sea la carne de cañón en la organización, sé que dice que usted no es el líder, sé que intentáis hacerlo todo "democráticamente" pero hay cosas que no se pueden dejar a elección de los demás, sobretodo cuando no todos tenemos la misma información. Brennan tiene mucho que perder aún ¿Está dispuesto a aceptar la culpa en caso de que él desaparezca, o le quiten a alguien más? Porque sería culpa suya si eso pasa. Al igual que es mi culpa lo de Austin y Alec. Usted es el adulto, usted será el responsable. - No era una amenaza, aunque desde el principio la seriedad de la chica podría haber hecho sentir incómodo al bibliotecario, Gwen simplemente remarcaba el hecho de que él ya había admitido no saber lo que hacía, que no confiaba en nadie, ni en si mismo, y si era así, la chica quería evitar a un hombre inocente (si es que lo era) el peso de la culpa que ella llevaba consigo.- No tiene porqué echar tanto sobre sus hombros, no tiene porqué ser tan complicado, entre los estudiantes, no hay nadie preparado para representar al resto, solo son un grupo de jóvenes asustados, sin mucha información más allá de la que hayan admitido, aunque pueden mentir, claro. Lo que quiero decir es... No pongamos una cuenta regresiva en la cabeza de nadie, no destaquemos un alumno sobre otro, que las deciciones de los alumnos en la organización se tomen con votos, sin nadie en particular que los represente, si algo sale mal o bien, habría que culparnos a todos... Por favor.- Pidió, casi de forma del todo honesta. se sentó de nuevo de forma más recta, sin apartar la mirada de sus ojos azules sobre los de Brian.- No tiene porqué aceptar mis palabras, después de todo, solamente soy una niña, pero no se olvide de Ophelia, ella también aparentaba muchas cosas que usted mismo admitió creer.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Ago 13, 2016 9:44 am

—No voy a negarte lo de Ophelia, si eso buscas en mi. ¿Sabes? Es probable que no te interese, o no me creas.. o ambas, quizá. Pero aún estoy tratando de dilucidar lo que hizo y dejó de hacer, sus porqués, sus cómos. A mi su final me sorprendió más que a tí, eso de seguro —se tiró hacia atrás con el asiento. Empezaba a cansarse de que sus problemas tuvieran a Ophelia como principal sospechosa, y que el dedo acusador cayera sobre él por ser su amigo. —Yo también fui timado, Gwen, timado, engañado y estafado por alguien a quién aún le creo, no sé cómo. Supongo que son tonterías, pero dados los hechos, nada es lo que parece, y las aguas pantanosas en las que estamos no nos dejan ver con claridad. Si quieres culparme, hazlo, pero no tomaré la parte que no me corresponde, porque estoy limpio en la conciencia.

No podía creer lo que estaba diciendo. ¿Le había atacado qué cosa? ¿La dignidad? No sabía, realmente estaba cansado y tantos palos en la rueda empezaban a incomodarle.

—Si sabes las razones, dilas. La verdad que hace días que quiero encontrar respuestas, nos están volviendo locos, a veces ni me reconozco frente al espejo —se volvió enfrente, cuando la joven hizo lo mismo. —Si que importa, dilo. Si sabes algo importante, puede ser una pieza que complete una pregunta, y esa pregunta de a otra respuesta.

Miró a su alrededor. El humo ya no salía de la taza, se había enfriado por completo. Sintió que si seguía así, acabaría como el té, helado, sin calor que lo mantuviese esperanzado. Descruzó sus brazos, y colocó sus manos en el borde de la mesa. Golpeó con sus dedos un par de veces.

—Estoy seguro que te interesa La Organización, por eso te has unido. Allí puedes aportar ideas, para tratar de ponerle fin a esto. Es más, estoy seguro que quieres ayudar, alguien que se ve así... preocupado y herido... no puede más que querer ayudar. Inténtalo, Gwen, y líbrate de lo que sabes y te pesa. Y sobre la votación de las autoridades nuevas del internado... eso, con eso ya no puedo hacer mucho. Lo votaron. ¿Qué puedo hacer yo? Creo justo que haya un representante de los alumnos, si bien yo tenga contacto con ellos y la profesora Sophia también... él sabrá más estar en sintonía con sus necesidades. Además... no creo que por eso corra peligro. Todos corremos peligro por igual, lo has notado. Cabecillas, peones, alfiles... —cerró los ojos para ver el tablero de ajedrez, con las piezas caídas. Era cierto lo que decía, todos caían.

Aquella muchacha le obligaba a enfrentarse a sus propios miedos. Y seguramente, el peor de todos era el que había nombrado. No quería dejarse caer bajo ese puñal, sabía que lo había dicho adrede, pero no la culpaba. Estaba herida y desesperada. Él también hubiese buscado culpables en todos los cajones si su hermano Lucas fuese asesinado.

—Gwen... —dijo, tras todas sus palabras. Había dejado pasar unos segundos en silencio. —Yo no soy tu enemigo. Y como ya te dije, no puedo hacer que confíes en mi. También tu calificas de sospechosa. Después de todo el plan es que todos seamos sospechosos, en la desconfianza actúan mejor. ¿Has oído ese dicho: Divide y reinarás? Si Brennan quiere retirarse dile que él mismo venga a decírmelo y yo se lo comunicaré a Sophia. Es libre de no aceptar el cargo, pero por ahora no ha renunciado a él. Quizá, él también quiera ayudar. ¿No lo has pensado? Quizá quiera ayudarte a ti también.

Calló por unos segundos más. Era imposible convencerla de su buena predisposición.

—Los niños aquí han demostrado más entereza que muchos adultos, Gwen. Que seas una no implica que carezcas de valor. Pero cada uno rige su destino, en la posibilidad de sus actos. Brennan es independiente y libre de hacer o decir lo que guste. Tú también. Yo también, y probablemente Ophelia.

Creía que no había mucho más que decirle. Ya la había alentado para ser activa en La Organización, ya le había dicho sus pensamientos y creencias. Estaba claro que en ese ambiente, la confianza se pedía a gritos y él se sentía capaz de brindarla a todo el que se la pidiese. Pero la joven enfrente suyo estaba sola y asustada. Sintió mucho dolor por ella, no podía imaginar lo que estaría sufriendo. Por eso, se levantó lento y se paró a su lado, apoyando su mano en el hombro ajeno.

—Siento tu dolor como el propio, pequeña. Si necesitas ayuda, o alguien en quién recaer cuentas conmigo. Estaré aquí, para cuando hayas decidido si confiar o no en mi.

Publicado por Brian Downer Jue Ago 18, 2016 11:44 am

-Ophelia está muerta. Lo que está hecho no se puede deshacer, las razones por las que hizo lo que hizo probablemente murieron con ella. Deje de perseguir fantasmas, señor Downer, y preocúpese más por los vivos.- Gwendolyn sentía que Brian estaba demasiado centrado en su relación con Ophelia, no sabía que tipo de relación tenía, pero por las palabras del hombre, parecían haber hablado mucho, quizás eran hasta cercanos. Brian o aún no había perdido la fe en la gente de aquel lugar, o realmente estaba fingiendo un papel, cualquiera de las dos posibilidades parecían demasiado irreales para ella.- ¿Limpio en la conciencia? - Repitió aquellas palabras, sin terminar de creerlas, alzó las cejas con incredulidad antes de volver a relajar el rostro.

Recordó todos los casos que había mirado con sus padres, las palabras y gestos de gente inocente que eran incriminados en un juicio, culpables que admitían serlo, o fingían inocencia, la maldad y desesperación humana en su más pura esencia. Gwendolyn no sabía decir si Brian estaba reaccionando de aquella forma porque se sentía juzgado ante ella, si intentaba demostrar inocencia o culpabilidad, si realmente era una cosa o la otra.

-Nadie en este lugar puede estar limpio de conciencia, precisamente por eso estamos aquí, no llega una carta de invitación a este internado a personas con la conciencia limpia por una razón, usted no será el primero en serlo. Lo demuestra su desesperación por intentar descubrir la verdad de Ophelia, por haber iniciado la Organización en cierto modo. La culpabilidad es algo que llevamos todos como peso principal en este lugar, ya sea por lo que hizo, o no llegó a hacer, usted no tiene la conciencia limpia, señor Downer, nadie la tiene. - Quizás era porque no le había gustado la negativa del hombre, quizás se sentía inútil al no poder descifrar el comportamiento de Brian o al menos, lograr que le ayudase a proteger a la gente que le importaba. - No todos corremos el mismo peligro, en eso no estoy de acuerdo. Cuando uno juega al ajedrez, la importancia de las piezas no se reduce a sus movimientos, la estrategia, la situación del tablero... Un misero peón, colocado en el momento exacto, en el lugar exacto, podría ser más mortífero que una reina, eso provocaría que la atención se fijase en ese peón, la necesidad de eliminarlo sería mucho mayor que la de eliminar a una reina, es más, si un peón hace jaque a un rey, y la reina enemiga puede ser eliminada por otra de tus piezas, tienes la obligación de matar al peón primero, aunque pierdas la oportunidad de acabar con la pieza más poderosa en su lugar. Da igual las piezas que seamos, en eso tiene razón, pero el lugar donde nos situemos y los movimientos que hagamos son de vital importancia.- Gwendolyn se levantó, comenzaba a sentirse frustrada sin sentido, como si ella misma, con su discurso, estuviese dándose cuenta de que estaban dando vueltas como gallinas sin cabeza, no tenían la información que necesitaban, podían cometer todos los movimientos errones en los lugares correctos y viceversa, y jamás lo sabrían, pues nadie sabía que pieza era, ni su situación en el tablero.

-Si sienten que estamos cerca de algo, si creen que uno de los peones puede descubrir algo que no debe, será eliminado, no todos estamos en el mismo peligro, no todos sabemos lo mismo, no todos tenemos los mismos objetivos. - Quizás era el momento, el momento de dejar ver al monstruo, el momento de ser totalmente honesta con alguien por primera vez.- Voy a confesarle algo... No sé porqué Ophelia hizo lo que hizo, ni me interesa, no sé porqué se llevaron a los estudiantes desaparecidos, ni me interesa. Me uní a la organización, no porque quiera ayudar, no quiero saber, quiero destruir. Quiero encontrar a los alumnos desaparecidos y hacer pagar a los responsables, quiero proteger a otras personas de correr su misma suerte, pero usted mismo nos ha comparado con un tablero de ajedrez, esto es una guerra, y en las guerras no hay lugar para la democracia. Si algo le sucede a Brennan, lo haré responsable a usted, no a quienes le votaron, Sophia y usted serán los responsables para mí, y esto no es una amenaza, no se lo tome como tal. No desconfío de usted, simplemente nunca he confiado en nadie, pero tanto si me está mintiendo como si no, no me importa demasiado, yo le ayudaré y usted me ayudará, pero por favor, no diga que tiene la conciencia tranquila en medio de una guerra con tantas bajas, no cuando un peón puede ser colocado en el lugar equivocado en la organización, no cuando aún hay vidas que dependen de los movimientos que usted realice.

Cerró los ojos unos instantes, sabía que no estaba siendo justa, si Brian era del todo honesto, ella estaba siendo realmente dura con él, pero no le importaba, su hermano había desaparecido, su mejor amigo había desaparecido, lo más parecido a amigos que tenía aún estaban siendo seleccionados como líderes o llamando la atención de alguna forma, sentía que tenía que hacer algo, como bien ella misma había dicho, en las guerras había que hacer cosas que a uno no le gustaban.

-No creo que comprenda mi dolor, pero se lo agradezco, de verdad, quiero tenerle de mi lado, quiero que me ayude, pero por favor, no sea condescendiente conmigo o si realmente cree que aún existe la conciencia o las razones en este lugar, necesito que piense un poco más en porqué han pasado las cosas que han pasado, a veces la mejor respuesta es no preguntar cuando no sabemos quienes son los responsables de lo que está pasando, primero encontremosles, salvemos a los alumnos y luego podrá preocuparse de interrogar o tratar de averiguar que es lo que provocó todo esto... Necesito encontrar a mi hermano, necesito encontrar a Alec, y cuanto más tiempo pasa, menos posibilidades tengo de encontrarles con vida.- Porque no importaban las fotos, no iba a dar a su hermano por muerto, no hasta que lo viera.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Dom Ago 21, 2016 5:46 am

"Deje de perseguir fantasmas, señor Downer, y preocúpese más por los vivos."

¿Sería él capaz de decirle eso a alguien que acaba de sufrir la muerte de un ser querido? Claro que no. ¿No estaba haciendo ella lo mismo en parte? Era perseguida por sus propios fantasmas, los que no la dejaban ver con claridad. Se sorprendió, para mal, que pudiese decir cosas tan hirientes sin medir consecuencias. Sabía que era un niña, pero la delicadeza con esos temas seguramente ya la había aprendido a medir. ¿Entonces por qué mencionarlo? ¿Por qué ser tan cruel?

Lo miró, como quién mira al horizonte. Cuando uno no fija un punto y observa en conjunto un panorama. ¿Qué era lo que Brian podía captar? Seguía oyendo su voz, sus palabras y contestaciones. Dejó que terminase de hablar, hasta el final, sin siquiera interrumpir o responder, cuando se ameritaba. Se dio cuenta de un detalle altamente importante en lo que estaba siendo una situación desbordante de bronca. Dijese lo que dijise, si le respondía o no, si trataba de calmarla, si le daba respuestas certeras o ideales, ella seguiría igual: atacándolo. ¿Para qué molestarse entonces en defenderse si daba igual todo?

Comprendió, entonces, que quizá ella sin saberlo, no estaba allí para hablar con alguien, ni para oír respuestas (parecía que tenía todo muy bien resuelto), sino para desahogarse. Para imprimirle las culpas a otros, para recaer sin pedirlo en un hombro, para gritar sin voz por ayuda.

Recordó a su hermano Lucas. Él era igual, siempre confiado, siempre dispuesto al riesgo. Un paso adelante en las carreras, el joven destacado y valiente entre sus amigos. Pero cuando surgía un verdadero problema era Brian su mejor confidente, aquel que lograba bajarlo a tierra y le brindaba un oído, un hombro donde apoyarse.

—Quisiera darte un consejo, y como tal es libre de ser o no utilizado. Nunca creas que sabes lo que los demás sienten o piensan de si mismos. Los que demuestran mucha valentía pueden tener miedo y los que permanecen siempre callados pueden ser grandes consejeros. Aceptar la carta no fue el pecado, lo es cuando con ello no hacemos nada. Si crees que nos han traído aquí por una razón, vamos a descubrirla juntos. Pero deja mi conciencia aparte, porque es mía y no tuya. Jamás me metería con lo que sientes o piensas, porque de ahí nace el respeto.

Se alejó un poco de la joven, para sentarse sobre el borde de la mesa, enfrentados. No había palabra que pudiese decir para calmar la situación, por lo que simplemente dejó de intentarlo. Sabía cuando parar, y si bien podía ser muy paciente y afable en su actuar, sabía cuando ponerle bien a ello si de la otra parte seguían tirando de la cuerda.

—Como no hay nada que pueda decirte para que me creas, pienso que contándote algunos hechos puedas, por ti misma, armar un poco mejor el rompecabezas. Verás... —apoyó las manos a su lado. — ...en La Organización si hemos hecho progresos, aunque no parezca, solo que no han salido a la luz. El día que murió Ophelia hubo un mapa que nos llevó hasta allí, y aún lo conservo. Con él tenemos acceso al territorio, distancias y elementos que nos rodean para una próxima movida. Además, diversos alumnos han encontrado pistas aleatorias sobre la situación que nos adolece. Tengo acceso a expedientes, que poco a poco voy leyendo para encontrar anomalías. Y en breve con todos los datos reunidos, planeaba reunirnos de nuevo para mostrar y sacar conclusiones entre todos. Estamos cerca de algo, lo sé, puedo intuirlo. Pero no sirve de nada si no estamos en esto todos juntos. Si, lo sé, suena trillado. Pero sigue siendo cierto. Sola no lograrás recuperar a nadie, creo que lo sabes. Y yo quiero ayudarte, en verdad que si. Pero dame algo de crédito, porque con palos en la rueda no avanza el carro.

La miró de reojo. estaba a punto de revelar algo que quizá jamás había dicho en voz alta hasta hoy:

—Yo también quiero encontrar a los culpables. Su destino será medido con la vara de sus actos, en ellos recaerá todo el peso de la justicia. Y no, no me refiero a ley.

Publicado por Brian Downer Jue Ago 25, 2016 10:49 am

Gwendolyn se quedó congelada ante las primeras frases del ojiazul. Quizás era el volcán adolescente y egoísta que llevaba dentro, quizás era envidia pura de no poder actuar como él, o pensar lo que él, pero ante la envidia y la rabia, en el cuerpo de Gwen siempre ganaba la segunda, ya que esta era su más vieja compañera.

-Si encuentro a mi hermano, si logro volver a ver a Alec, tendré en cuenta su consejo, normalmente lo haría, pero hay algo que no está entendiendo... Ahora mismo, lo único que me importa es encontrarlos, con todo lo que ha pasado ¿Aún cree que hay tiempo para el respeto? ¿Para pensar en los sentimientos de los demás? ¿Cómo puedo si quiera herir sus sentimientos ahora mismo? Llevo meses sin sentir nada, nada importa más que terminar con esto antes de que maten a más gente o desaparezca más. -Gwen cerró las manos con fuerza, convirtiendolas en unos puños temblorosos sobre suis piernas, una reacción por fin, la mayor parte de su tiempo charlaba o se portaba de forma tan robótica que sentir aquel extraño enfado, aquel extraño recordatorio de que seguía siendo humana, fue agradable.- Me disculpo si mi "ataque a su conciencia" le ha herido, pero si tiene tiempo para sentirse herido por las palabras de una chica de 16 años es que aún no ha llegado lo suficientemente hondo como para poder ayudarme.

Después de todo lo que le había dicho a Brian, después de ser honesta con él, de tratar de hacerle entender... Todo lo que le importaba era darle consejos sobre educación o no herir a los demás, antes de decirle que la organización no era tan inútil como ella indicaba. Cerró los ojos y respiró algo agitada, para luego tomar toda aquella rabia y reducirla, relajando lentamente las manos para abrirlas, al igual que sus ojos, mucho más calmada. Nadie podía entenderlo, nadie podía porque ni ella misma lo hacía. Probablemente a lo mejor no tenía ni razón, a lo mejor solamente estaba allí, atacando a una de las personas más sensibles de todo el internado sin razón ninguna, perdiendo el tiempo, ganándose enemigos en lugar de aliados.

-A veces los palos moldean la rueda para que vaya más rápido en la dirección correcta, o lo que la libera cuando está atorada, créame, de recibir palos sé un poco. Pero entiendo su punto. - Su voz volvía a sonar pausada, calmada, Brian no tenía la culpa después de todo ¿O sí?- Sin embargo, me habla de humo, señor Downer, mapas y pistas que por ahora no nos han llevado a ninguna parte más allá de... ¿Muerte? Ese mapa fue el que acabó guiándoos a una calle sin salida, en donde murió gente y ellos ya sabían que estaríamos allí. ¿Si no para qué habría fotos? Uno no comete un asesinato, saca fotos y las deja por ahí sin razón ninguna. No enterraré a mi hermano hasta que encuentre su cadáver, esas fotos pueden decir lo que quieran, hasta que no lo vea por mí misma, no está muerto, y si no está muerto, juro que pasaré sobre su conciencia y la de quien haga falta para encontrarle.- Gwendolyn se levantó, enfrentando también al profesor que ahora había cambiado el lugar donde estaba sentado.- Le respeto, créame que lo hago, no quiero ser su enemiga, ni creo que usted tenga la culpa de muchas de las cosas que están pasando, pero no importa lo que yo respete o crea, importa que esa gente, al igual que nosotros está desesperada. Le necesitan a usted y lo necesitan ahora, pero habla de justicia, aunque la ley no esté de nuestro lado. Y dudo mucho eso pues a pesar de lo que ha pasado, parece que aún sigue siendo lo suficientemente humano para sentirse ofendido o herido por las cosas que he dicho. -Gwen se quedó allí, de pie, varios segundos dejando que el silencio les rodeara hasta que sus palabras lo rompieron con violencia imperceptible.

-Dígame señor Downer, ¿Sería capaz de matar a alguien? ¿Para salvar a otra persona? ¿Para castigarle por lo que hizo? ¿Entonces porqué lamenta tanto la muerte de Ophelia? No sabe si alguien tomó justicia por su mano y luego hizo lo que hizo, no sabemos nada de su pasado. ¿Porqué habla de imponer justicia más allá de la ley si tiene preferencias, pero sobretodo, si no se ve capaz de matar a nadie? - No quería hablar sobre sus dudas respecto a la familia de Ophelia, de como había escuchado a Yvette hablar sobre el pasado de la profesora de una forma tan sospechosa en pocas frases, en realidad, no quería decir nada de lo que había estado diciendo en toda aquella conversación.- Gracias por su tiempo y el ofrecimiento del té, ha tenido mucha paciencia conmigo, se lo agradezco mucho, y toda la ayuda que me ofrece, no crea que por las cosas que he dicho no voy a aceptarla, también le brindaré la mía. Pero quería que supiera que si algo pasa, si siento que la poca gente decente que queda en este lugar puede ser protegida, o que el precio por encontrar a los desaparecidos es demasiado alto, yo si puedo pagarlo, cuando no tienes nada, no tienes nada que perder, y usted aún tiene fe y esperanza, a veces eso a salvado naciones, pero otras las ha quemado hasta los cimientos. Espero que esta vez tenga razón, y cuando llegue el momento de impartir justicia, estaré a su lado para ayudarle incluso si usted duda en algún momento.

Esas últimas palabras hicieron que le recorriese un escalofrío, ya que se dio cuenta de lo que realmente se veía capaz de hacer, se asustó a si misma, y lo peor es que tenía razones para asustarse, quizás por eso sentía que tenía que ir ella en primera línea si encontraban a los responsables, porque solamente un monstruo puede destruir a otro.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Vie Ago 26, 2016 5:49 am

Él si entendía, perfectamente. Sabía cuáles eran las prioridades y cuáles no. Que los desaparecidos debían regresar con vida, y que además, esta pesadilla acabara de una vez por todas. ¿Cómo no saberlo? Si bien era un hombre que destacaba por ser esperanzado, eso no quitaba que también fuese realista. Estaba obligado a participar de esta atroz verdad y como no podía evitar involucrarse allí estaba, en un asiento que le traía más problemas que soluciones.

—Si crees que no me importase todo lo que mencionas... —se arrimó un poco más a la niña, para susurrar. — no hubiese sido parte de la idea original de La Organización y mucho menos aceptado el puesto de director junto al resto de los representantes. Créeme es mucho más sencillo dar un paso al costado y ver como todos se queman.

Se alejó nuevamente.

—Vamos a llegar a algo, te lo aseguro. Pero llevamos desventaja, ellos —señaló al aire, en dirección contraria. — seguramente vengan planeando todo esto hace mucho tiempo. Y nosotros aquí recién empezamos a pelear. ¿Crees que quiero más muertes, niños desaparecidos...? No. Cada noche hago rondas, me paso las horas pensando estrategias, buscando un lugar libre donde poder reunirnos y tramar entre todos. No tienes por qué saberlo, pero solo ves la superficie y con eso me juzgas hasta el fondo. No te culpo, de todas formas.

Se paró y caminó unos pasos alejándose de ella. Le daba la espalda, con las manos unidas por detrás. Miraba por la ventana que tenía enfrente, como los árboles se sacudían lento. No iba a contestar todas sus preguntas hasta que él mismo pudiese hacerlo. ¿Matar a otra persona en beneficio de un ser querido? ¿Sería capaz?

Notó que la niña se estaba despidiendo, comenzando a formular frases más sensibles, casi de forma tierna. Brian se volteó a verla.

—Gracias, se que estarás allí —le sonrió. —Se nota que eres una buena persona, inspiras confianza.. —dio un paso hacia adelante y luego otro. Se frenó en medio, en un intento por demostrar su verdadera personalidad: era sensible, alguien que no temía demostrar sentimientos. La miró a los ojos, sin barreras. —Estaré por aquí si me necesitas, mi habitación sigue siendo la misma y puedes enviarme un mensaje a cualquier hora. Si tienes miedo y necesitas hablar espero tengas amigos a los que recurrir. Sino siempre puedes... —alzó una mano y señaló su pecho, se sonrió, las palabras estaban de más ya. Era momento de actuar.

Publicado por Brian Downer Sáb Ago 27, 2016 11:57 am

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