Strange, beautiful letter ▬ Laura

10:15 a.m., 28 de mayo
Invernadero

Hakon siempre acostumbraba, durante los ratos libres que tenía entre clase y clase, a salir al exterior del internado, donde tranquilamente podía fumar un poco y sentir cómo la nicotina calmaba sus nervios. Lo que daría por volver a tener uno de esos momentos... Era más fácil que se pusiera nervioso, así fue desde que se le acabó la reserva de tabaco allí por diciembre y no había vuelto a tocar un cigarro desde entonces. Aunque ya no sentía que el cuerpo necesitase el compuesto del tabaco, aún estaba la dichosa costumbre, el que le apetecía tener el maldito cigarro en la boca y la sensación con la que después le dejaba; éso era lo que necesitaba, su capricho, y sin embargo, tan lejos de obtener. ¿Habría alguien por allí dispuesto a ser caritativo y darle un poco tabaco? Seguramente estaban todos igual que él.

Dentro de dos días se acercaba la nueva rutina impuesta por la dirección. De nuevo a las clases y la prohibición de salir del edificio del internado si no era al menos con la compañía de un adulto. No es que estuviese encontra de aquellas nuevas normas, pero como ya le hizo saber a Brian y Sophia, él habría sido un poco más severo con todo aquello.

El profesor rondaba por la zona del invernadero, más concretamente en el área exterior. Aquel gran espacio lleno de plantas de todo tipo, atrayentes para muchos con sus hojas de infinitas formas o flores de todo tipo de colores. Reconocía que había momentos en los que aprovechaba para entrar cuando lo encontraba abierto, sobre todo porque dentro recogía una calidez que en la intemperie no había. Últimamente los días eran bastante fríos incluso en esas fechas, algo bastante extraño, pero las excepciones solían suceder. El hombre primero hizo una pequeña observación desde fuera antes entrar. Dentro se aseguraba de que estaría entretenido, percatándose de si hubo algún cambio desde la última vez que pasó por allí. Hakon se puso las gafas que guardaba en uno de los bolsillos del pantalón y se inclinó hacia una mesa con abono donde estaban creciendo una red de brotes de una planta que no terminaba de reconocer.

De pronto, escuchó un ruido que no supo exactamente su procedencia, fuera o dentro, daba igual, lo había alarmado lo suficiente como para sacarlo de su contemplación. Se quitó las gafas con rapidez, pero entre tantas plantas no podía ver si había alguien más allí. Empezó a caminar un poco por el pasillo en el que se encontraba, siendo lo más silencioso posible. A esas alturas, cualquiera que se hallara solo y escuchara algún ruido, pensaría lo peor.

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Lun Oct 03, 2016 7:44 am