Don't Move

El curso no había avanzado demasiado y las tareas parecían acumularse en su escritorio a medida que pasaban los días, pero nada de eso le importaba a Cole, su único problema era que se aburría. Clases de historia, cálculo, lengua e idiomas, ¿Para qué todo eso? Nada servía para un futuro, nada ayudaba a los estudiantes a enfrentarse a lo que había en el exterior, él lo sabía. Ni bien las clases terminaron se dirigió al almuerzo con sus amigos, comieron con el tiempo justo para ir a cambiarse y llegar a tiempo a sus respectivos deportes, pero, como era de esperarse, Cole se retraso en vaya a saber que y se gano un regaño por parte del profesor por llegar tarde a clase. Luego comenzó el entrenamiento con aquel incómodo uniforme que le correspondía. Cuando la clase termino, fue al matadero de las duchas y tras refrescarse salió al exterior para tomar aire.

La rutina no era lo que le cansaba, era no tener nada para hacer, su mente se ocupaba con cosas temporales que se resolvían incluso cuando él trataba de alargarlas a mas no poder. Camino por los bosques recordando las canciones que cantaba con sus hermanos, y se pregunto como estaría Aaron en ese momento. Siempre se hacía la misma pregunta, pero no podía saber la respuesta, debería esperar a vacaciones para ir a visitarlo, e iba a ir, era capaz de pasarse el año nuevo en aquella minúscula sala de visitas solo para que su hermano no estuviera solo, y pensar que hacía un par de años habían pasado el año nuevo en la capital de China. Niega en silencio y suelta un suspiro lento. Observa como el vaho de su suspiro se pierde en la noche entrante y decide regresar al internado antes de que la noche caiga y con ella sus temperaturas, que ya de por si no eran las mejores.

Pensó en ir con el Doctor Motka, él era psicólogo, podría escucharlo, pero cuando se detuvo en la puerta listo para golpear, se arrepintió y siguió el paso rumbo a las escaleras, donde se quedo plantado en el primer escalón pensando que podía hacer hasta que llegará la hora de la cena.

Publicado por J. Cole Green Mar Oct 13, 2015 7:43 pm

A veces los recuerdos suelen ser más nítidos que la realidad. A veces las pesadillas son más fuertes que los sueños.

Rose había accedido desde hace algunos días a ir a la consulta del doctor Motka, tendrían mínimo dos sesiones por semana los días que Rose eligiera, el doctor estaba siendo muy considerado con ella incluso más de la cuenta. Los primeros días habían sido muy extraños, Rose no estaba acostumbrada a hablar y que alguien la viera fijamente o le hiciera preguntas como si fueran amigos íntimos. Por lo general la castaña se iba temprano, no estaba dando datos fuertes así que prefería irse sabiendo que el médico no se negaría. Cada día tenía que enfrentarse con un nuevo peso al salir del consultorio y poner su mejor cara para enfrentar al mundo. Wes, solo le bastaba con pensar en su hermano para seguir yendo, para intentarlo al menos, ella lo había prometido, a sí misma, se sanaría, buscaría sanarse o por lo menos tratar de llevar una vida normal para guiar a su hermano y que él pudiera hacer lo mismo. Solo con tener la imagen del pequeño pecoso de cabello oscuro la hacía avanzar hasta el despacho.

Había asistido luego de clases, era su última sesión semanal y en parte eso la animaba, tendría unos días libres antes de la próxima consulta. El doctor Motka decidió brindarle atención a los recuerdos, a los pilares de su temor, le pidió que los definiera en dos palabras, no necesariamente sustantivos. Rose cooperaba de principio, aquellas palabras fueron la apertura de un cuestionario amplio donde el psiquiatra le pedía que abriese sus recuerdos, que llegara al momento de la crisis y lo viviera, que tratara de ver qué hubiera pasado de ser sus reacciones opuestas o de ser todo diferente. Rosie cerró sus ojos, aferró sus manos a la silla y fue como si hubiese viajado en el tiempo. Podía sentirlo, podía sentir las manos de aquel hombre en sus brazos, sus palabras en su mente repitiendose una a una, los golpes, el cristal en sus manos, la sangre caliente salpicando en su rostro. —¡NO!—. Rose abre sus ojos, estaba sudando, su rostro estaba enojecido pero su tez estaba fría, trata de huir, de levantarse pero flaquea en el camino, el doctor la ayuda y pide a su asistente que la busque y que la lleve a la enfermería o a su habitación pero que la chica necesitaba reposar. Motka parece negado a tocarla, Rose no lo deja y el prefiere distanciarse, la próxima sesión sería más fuerte.

La mujer de canas sale con Rose a su lado, intenta ayudarla pero la chica se niega como puede y se aparta dando tumbos, al cerrar el despacho y pasar al pasillo de asistencia la mujer considera que es necesario buscar ayuda así que deja a Rose en una silla cerca de la puerta y sale corriendo a buscar a alguien.

Rose no veía con claridad, todo estaba nublado, se sentía débil, tenía frio aun cuando tenía el uniforme puesto. Quería ir a su habitación, necesitaba su manta, su cama. La castaña se levanta, su cuerpo pesaba más de lo normal, a duras penas logra ver la perilla dorada, la gira con sus manos temblorosas y sale dando pasos torpes mientras ve el piso, alza su mirada esperando ver el camino pero todo da vueltas, la cabeza le empieza a doler, la chica cierra sus ojos, ¿hasta cuándo? Busca abrirlos pero también pesaban, logra ver una figura, murmura algo que apenas puede ser audible pero no llega a más al momento cae sin poder evitarlo.

Publicado por M. Rose Wood Mar Oct 13, 2015 8:25 pm

Y allí se encontraba, debatiéndose entre subir y bajar, pensando que podía hacer cuando la puerta del despacho del doctor se abrió. Cole giro con una ceja alzada para ver quien salía del mismo y observo a una mujer ya entrada en años junto con una joven que parecía discutir por algo. Al final la mujer se fue y la dejo sentada en una silla en el medio del pasillo. Por curiosidad Cole se le acerco con pasos danzantes. —¡Oye! ¡Tú! Si que tienes mala pinta, ¿Qué paso? ¿Te fue mal en alguna asignatura?— Se mofa de la joven y entonces nota que la chica no le estaba escuchando o si lo hacía no entendía que era lo que le decía. Pocos segundos después murmura algo y el pelinegro frunce el ceño —No entendí nada— Dice negando apoyando su espalda en la pared opuesta. Era divertido mofarse de las personas en mal estado, nunca entendían que estaba pasando. El problema estaba que la castaña no se enojo, ni reacciono, especialmente, no reacciono. Comenzó a caer de lado y si no fuera porque él reacciono mas rápido de lo que tardo su cuerpo en caer, la joven se hubiera dado de lleno contra el suelo.

—Bien, esto es normal— Dijo para la joven que seguramente no sabría nada de lo que estaba pasando. Tuvo que hacer uso de sus fuerzas para volver a dejarla en una posición donde quede sentada, y cuando la soltó la joven volvió a caer para el otro lado. La agarro del suéter y la tiro hacía si. —Plan b— Se dijo y paso un brazo por debajo de las axilas de la castaña y otro brazo por debajo de las rodillas. No había nada que pesara mas que una persona desmayada, no colaboraba en nada. Cole era alto y flaco, sus atributos no estaban justamente en la fuerza, por lo tanto contiene el aire cuando la levanta y se acerca a la puerta del despacho de Motka. ¿Querría ir la joven con el doctor de nuevo? Al fin y al cabo había salido mal de ese lugar. Se debatió entre llevarla a otro lugar o dejarla allí durante unos segundos. Precisamente lo que tardo en pensar que no soportaba mas el peso. Podría dejarla allí en el suelo, al fin y al cabo no era su problema, pero opto por ir a las aulas de primero, dudaba de que alguno de esos mocos regresara por algo a ese lugar de tortura y sufrimiento.

Tardo mas de la cuenta en llegar al lugar, y tras abrir la puerta de un puntapiés, dejo a la joven sobre el escritorio del profesor. Se volvió sin prender la luz y cerro la puerta para que nadie mas entrara. Regreso con la joven y le levanto las piernas colocando su cara de lado, como bien había visto que le hacían a Norman cuando perdía el conocimiento después de beber tanto. Espero a que la joven fuera capaz de despertar, sino lo hacía llamaría a alguna autoridad.

Publicado por J. Cole Green Miér Oct 14, 2015 12:50 am

Estar inconsciente es como nadar en la nada, es como estar despierto pero sabiendo que sigues dormido y que no puedes abrir los ojos, un círculo sin fin. Es como un mundo nuevo, uno donde todo es claro pero donde sabes que tus acciones no saldrán a la luz y que pueden ser sólo para ti, para nadie más. Rose no veía nada concreto, todo lo que la rodeaba giraba al mismo tiempo que ella lo hacía; recuerdos, palabras... La castaña trataba de atraparlos pero no podía, quería salir pero su cuerpo pesaba, sus ojos eran puertas que no querían abrirse y Rosie estaba empezando a desesperarse ahí, en medio de la nada, en donde estaba.

Aguien la ayuda y le habla pero la voz es sumamente distante, no puede reconocerla ni aunque quisiera. No estaba sola, quiere reaccionar pero aún así sigue sin poder hacerlo, era como una muñeca, una que no podía defenderse de lo que estaba pasando. Aquella persona la ayuda, y la mueve un poco pero el peso crece y su cuerpo intenta caer de nuevo sólo que esa vez es diferente, la alzan y Rosie ya no puede tocar el suelo, eso la habría asustado de estar consiente porque no eran sus pies los que tocaban el piso, ahora nada dependía de ella. La trasladan lejos del lugar y por alguna razón su cuerpo empieza sentir frío, era aire, aire puro y no como el que estaba contenido en la oficina del doctor Motka, aún cuando no puede moverse su cuerpo parece estabilizarse aún cuando su acompañante la llevaba a otro lugar lejos de la oficina del doctor.

No pasa nada particular por su mente durante ese tiempo, es como un descanso, una pausa de todo. Su cuerpo estaba sobre la mesa, poco a poco los músculos empiezan a responder, los ojos ya no pesan tanto, era como si la vida hubiese regresado de repente. Rose oía unas pisadas siente que la tocan y quizás son esas punzadas en su pecho la que logran que finalmente abra los ojos, un acto de reflejo habitual en ella. -¿Qué pasó?-. Susurra moviendo un poco la cabeza mientras de adaptaba a la luz y se ubicaba en el lugar en el que estaba, era un aula solitaria. Gira y ve a un chico, uno que ella conoce, tenía la tez un poco oscura, ojos punzantes, era uno de los que tanto la molestaban, si no era quien más la molestaba en la escuela y se burlaba de ella. Rose intenta levantarse aunque el cuerpo le duele, estaba asustada pero quizás el cansancio no la había hecho reaccionar aún y por eso se mantenía en el mismo sitio donde él la había dejado. La chica se aisla un poco en la mesa en la que esta cuando es capaz de hacerlo -Tu me ayudaste...-. Afirma sin poderselo creer viéndolo a los ojos. Su rostro estaba ruborizado aún aunque su piel estaba fría y sus cabellos un poco despeinados a comparación de las perfectas ondas que llevaba esa mañana.

Publicado por M. Rose Wood Miér Oct 14, 2015 9:56 am

Para su suerte, Cole solo había sufrido un solo desmayo y fue tras un golpe en la cabeza en el accidente que tuvo con sus hermanos, luego de eso, solo había visto como personas caían al piso cediendo ante el poder el alcohol y las drogas. Había sido observador cuando trataban de volverlos a la vida o como las ambulancias llegaban lo mas rápido que podían para que no fuera peor. También había observado el dinero que circulaba para que no se supiera que cierta estrella había pasado por eso. De sus hermanos solo recordaba ver a Norman en el piso sucio y mugroso, pero a nadie mas. Una vez le pregunto que se sentía, esperando que la noticia le hiciera creer que era posible que existiera un Dios. Norman lo había observado de la manera que lo hacían todos sus hermanos, como si no fuera mas que un crío, y le dijo que no se sentía nada mas que oscuridad, era como estar solo sin poder escuchar, oír, ver, sentir. Un escalofrío había corrido por su cuerpo, pero no dijo mas nada y pregunto mucho menos.

Observa a la joven, la reconocía, claro, siempre la molestaba, pero porque era muy sencillo, la castaña se alteraba por la cercanía de cualquier persona. Muy tranquila, muy volátil, un blanco perfecto, y eso que no se cuenta que nunca se vengaba ni nada por el estilo. Una ceja se levanta al ver que comienza a abrir sus ojos claros y suelta un suspiro al escuchar la pregunta, tan tan clásico. Aburrido. Deja caer las piernas de la joven intentando que sea lo menos violento posible. Tampoco quería tocarla mucho, a ver si después lo acusaban de haber hecho algo en contra de la joven.

—No, solo quería ver como habla un fantasma— Responde con un deje de ironía negando con su cabeza, pero sin apartar la mirada. Se retira unos pasos hacia atrás y se apoya en un pupitre. Alza las cejas esperando que la joven dijera algo mas, pero sabe que seguramente eso debería hacerse cargo él. —Ya sabes, tienes cara de muerto— Explica sonriendo de manera ladina. —Y siento haber tenido que tocarte, es posible que debas saberlo, mi telequinesis murió el mismo día que Jean Grey murió en las manos de Wolverine, y por mas que la revivieron en las películas me gusta pensar mas que esta muerta— Confiesa hablando de manera rápida esperando confundir y poner nerviosa a la joven, era como si el destino le dejara hacerle una jugarreta a la jovencita. —¿Necesitas algo para recuperarte? No te quise meter dentro del despacho del vicedirector, tienen tendencias a exagerar todo lo que ven—

Publicado por J. Cole Green Jue Oct 15, 2015 10:42 am

Rose estaba atónita, desde luego por lo que acababa de pasar, pero más aún porque fuera él, precisamente él quien la hubiese ayudado y ahora estuviese a su lado en un mismo salón. La castaña no lo conocía, nunca se había percatado de su presencia sino hasta el momento en el que el chico empezó a molestarla como si ella fuera su único blanco en toda la escuela. Él y su grupo destacaban por sus bromas, particular sentido del humor y unión sobre todo, pero él, Cole, se las había jurado en silencio a Rosie, o eso era lo que ella pensaba cada vez que él le decía malos comentarios o le hacía bromas sin sentido, o por lo menos carentes de un origen específico.

Rosie niega mientras ve la mesa, intenta por todos los medios no hacer caso a sus comentarios. La chica alza sus ojos azules muy abiertos cuando él menciona que la había tocado, la castaña no escucha lo demás, tampoco es que le interesara mucho. Basta decir que él la tocó para que Rosie sienta como su piel se eriza. —Me tocaste—. Dice de manera más clara viéndolo a los ojos. Generalmente cuando alguien la rozaba el impulso solía ser fuerte, tanto que ella se despertaba o atendía de inmediato para poder apartarse. No podía creerlo aunque seguramente el peso de su desmayo fue tal que no tuvo conciencia de lo que estaba pasando, todo su cuerpo había caído en un profundo sueño. Frunce el ceño y lo ve, muy confundida por lo que él dice.

—Gracias por traerme para acá—. Afirma viendo el salón con sus grandes ojos azules. Rosie se relame los labios y es cuando se da cuenta de lo sedienta que está. Su garganta está carrasposa y, a pesar de que traga, es como si pasara todo por una lija. —¿Tendrás agua?—. Inquiere viéndolo. —Dejé mis cosas en mi habitación antes de ir a visitar al doctor—. Rose trata de bajarse de la mesa, se aferra del borde y termina por poner los pies en el suelo acostumbrándose a estar de pie. No se suelta de la madera pero se toma su tiempo para arreglar con una de sus manos la falda del uniforme y devolverla a su sitio ya que por el movimiento se había alzado un poco. Cuando es capaz de hacerlo, la castaña acomoda la camisa y el abrigo.

Publicado por M. Rose Wood Jue Oct 15, 2015 10:30 pm

Y si, había tenido sentido recordarle a la joven que él había tocado su pálida y virgen piel, solo con ver su cara el premio ya estaba ganado. Ni quiera entendía porque le importaba tanto. Wood se volvía histérica por todo, con las personas que estaban demasiado cerca, por las que la rozaban, miraba a todos como si fueran una amenaza hacia ella. Estaba loca, esa era una buena forma de resumir la historia, solo que era imposible no molestarla, era tan sencillo, ella misma dejaba las bromas listas para que alguien las tome y se las tire en la cara, como si le gustara ser un blanco de humillación y burlas.

Mantiene su postura relajada, y estira sus piernas hasta apoyar los pies en el escritorio donde estaba sentada la joven. —Ya sabes, no soporte la idea de dejarte tirada en el piso, es un instinto, tengo que ayudarla, cogerla y dejarla, ahh cierto, a ti no se te puede tocar— Levanta los brazos haciendo burla a la joven para después soltar una sonrisa fría. —Puedes ir a la cocina, ahí siempre tienen agua— Le responde seco, y se la queda observando unos largos segundos a la espera. Luego simplemente se agacha hasta llegar al suelo donde había dejado su mochila, y saca una botella de agua, hace amago de lanzar la misma a la joven, pero solo amaga, luego la estira para que la joven la tome. —Toma, no vayas a llorar— Espera a que tome la botella antes de pasar su mano por su cabello negro. Se la queda observando un rato. Seguía pálida, pero al menos se había podido sentar por su propia fuerza de voluntad, algo que a él le costaba siempre, mas por las mañanas.

Su mente jugo con las causas que podían haber dejado a la joven en ese estado, pero solo llego a tres conclusiones finales. —Entonces, ¿Eres anorexica o solo te salteaste varias comidas?— Pregunta siendo esa su primera deducción. Falta de comida, sueño y mucho estudio y esfuerzo lograban esas cosas. Pintaba mas con su estilo. No descartaba del todo la idea de que haya ocurrido algo en el despacho del psicólogo, una de sus primeras veces, haya en Londres, había vomitado un par de veces, pero nada tan grave como perder el conocimiento. La tercera opción, era un poco mas drástica, pero tampoco estaba descartada.

Publicado por J. Cole Green Sáb Oct 17, 2015 1:59 am

¿Por qué a ella? Rose sabía que su condición daba mucho a que pensar y muchas bromas que hacer pero ella nunca le había hecho nada a Cole. Sabía quién era el chico pero no lo conocía realmente y por eso le costaba entender la razón por la que la molestaba a cada rato. Las chicas de hace algunas semanas no eran nada en comparación al chico, ellas buscaban molestarla rozándola de cualquier forma, él usaba cualquier palabra para hacerla sentir miserable, para hacerla ver como el fenómeno del internado. Por eso, que fuera él quien la hubiese ayudado en ese episodio la hacía sentir confusa solo que si seguía preguntando lo mismo sabía que no obtendría nada.

Rosie se sobresalta un poco cuando los pies del chico van a dar a la mesa en la que ella está apoyada, los ve y luego gira de nuevo a verlo a él. Rose baja la mirada y muerde la cara interna de su boca cuando lo escucha, aún no puede creer que la haya tocado y ella no hubiese podido despertar, sin embargo le incomoda que lo siga diciendo, ya había pasado, en ese justo momento él no la estaba tocando. —Ya entendí, es algo que todos saben, no tienes que repetirlo a cada rato—. Dice con un deje de valentía en la voz.

La castaña se siente tentada a irse, él no estaba haciendo nada por ayudarla, al contrario, la seguía molestando. Piensa en girar e irse por la puerta cuando ve como Cole saca una botella de agua, alza sus manos como si fuera a agarrarla pero él se la tiende. Ella no dice nada, solo la toma, roza sus dedos en el proceso pero no dice nada, parece no sentirlo aún. Abre el recipiente y empieza a beber a grandes sorbos, sentía la garganta seca y mucha, mucha sed. Bebe un poco menos de la mitad de la botella y la vuelve a dejar en la mesa a su lado.

Rosie abre mucho sus ojos y lo ve, niega de inmediato. —Desde luego que no—. Dice limpiando un poco la humedad del agua de sus labios. No iba a explicarle todo a Cole pero tampoco se le ocurría una mentira convincente. —Estaba en consulta con el doctor Motka, supongo que estaba muy cansada y me desmayé, es todo—. La chica se encoge de hombros y vuelve a abrir la botella para tomar otro sorbo de agua. —¿Tu solo rondabas por ahí?—. Da un trago más y vuelve a cerrar la botella para ponerla a un lado. Lo ve con sus ojos azules mientras empieza a recobrar el color, aunque aún sigue apoyada en el escritorio.

Publicado por M. Rose Wood Sáb Oct 17, 2015 10:50 am

Deja escapar una risita, y ahí estaba Rose Wood, como siempre, molestándose cuando la molestaban tanto, alguien debería decirle que no daba miedo cuando se enojaba, piensa para sus adentros. —Antes, tu, deberías dejar de enojarte, frustrarte, o lo que sea que hagas cuando se menciona el tema, ya sabes, es lo que en verdad divierte a la otra persona que solo busca molestarte— Abre sus brazos como si eso fuera una disculpa por decir la verdad.

Ni siquiera siente el roce de los dedos de la joven, solo espera que tome la botella y deja caer su brazo cuando eso pasa, aburrido de aquella situación, era como si a esas horas, fuera lo único que se podría esperar de una conversación decente. Tristeza, sentimiento de dolor anímico producido por un suceso desfavorable que suele manifestarse con un estado de ánimo pesimista, la insatisfacción y la tendencia al llanto. Eso le caía encima cada vez que entraba en un estado de aburrimiento completo. Ni siquiera él podía creerlo, cómo hacían las personas para ser tan aburridas. Bueno, no iba a ser aburrido cuando se lo viera desde un punto externo, la debilucha de Wood se desmayo, vaya sorpresa.

Su reacción hace que preste mas atención a la castaña que explica rápidamente porque se encontraba en esta situación. En su interior, el pelinegro se pregunta que estaba rondando por aquella cabeza, y cuando se da cuenta ya estaba haciendo conjetura tras otra. Decían que comprender la mente femenina era lo mas complicado que se podía hacer, pero Cole sabía la verdad, no era la mente femenina, era la mente humana, y muchas eran fáciles de leer, otras no, como la de esa joven, no era un papel en blanco lo que imaginaba el chico, ideas cruzaban por su mente, pero no eran mas que palabras que tachaba mentalmente tratando de dar con algo que si coincidiera y no se contradijera en un visto y no visto. Sus ojos se entrecierran. Quizá ya había encontrado un objetivo ese día.

—Ya sabes...— Comienza a decir encogiéndose de hombros sin apartar los ojos de la chica. No podía ser tan complicado, qué estaría pensando. Pestañea tras unos segundos al recordar que no estaba respondiendo, y que mantener una conversación en ese momento quizá fuera de ayuda. —lo de siempre, salí a correr mi botella se cayo al piso sobre estiércol y fui a la cocina a lavarla, desgraciadamente no me dejaron pasar—

Publicado por J. Cole Green Dom Oct 18, 2015 9:08 pm

Rose no sentía odio por las personas, tampoco rencor, lo poco que había aprendido en soledad le indicaba que esos factores solo la envenenaban y la enfermaban más de lo que ya estaba así que solo le quedaba la opción de callar y observar. Sin embargo era confuso todo lo que pasaba por su mente en lo que a Cole se refería. Él no era como las chicas que la molestaban constantemente, tampoco como las personas que creaban cotilleos cada vez que ella pasaba, no, eso era circunstancial, Cole se había dedicado a Rose como si ella le hubiese hecho algo en algún momento de su vida. Era algo que la castaña no podía entender, quería entenderlo a ver si alguna solución aparecía entre ambos pero eso parecía ser imposible. No podía odiarlo pero a veces, tan solo a veces, quería tener la valentía para decirle todo lo que pasaba por su subconsciente cada vez que él hablaba.

Rose frunce el ceño con curiosidad mientras lo ve —Deberías hablar de ti entonces porque creo que en el internado no hay otra persona tan insistente como tú en lo que a molestarme se refiere—. Admite con una voz neutra como la que ha mantenido en todo momento.

Rose seguía teniendo sed, podía recordar el vaso de agua que había en el escritorio del doctor Motka, siempre dispuesto para ella. La castaña no había dado ni un sorbo, parte de la chica pensaba que podía tener algún tranquilizante, la otra parte estaba tan aterrada que no quería moverse en esas interminables sesiones de recuerdos. La botella está a un lado y, dado a que Cole no dice nada, ella la toma de nuevo y empieza a abrirla mientras lo escucha, no lo ve. Estaba pegando sus labios al borde cuando él termina. Rose aparta el recipiente con lentitud y lo ve con desconfianza, aunque le basta ver al chico para darse cuenta de que no hablaba en serio, nunca lo hacía.

Aún con la botella en mano la chica endurece los gestos, no es visible pero se tensa de inmediato. ¿Cómo podía decir tantas cosas horribles hacia ella? El chico tenía una creatividad excelente pero cada broma era peor que la anterior y su "sucio" repertorio no cesaba hacia Rosie. La chica no sabe cómo, no sabe en qué momento la idea cruzó por su cabeza, pero antes de analizarlo Rose lanza toda el agua que queda en el recipiente en dirección a Cole —Ahí tienes tu estiercol—.. A los breves segundos entiende que quizás fue una pésima idea. Deja la botella en la mesa, no sabe si se cae o no pero enseguida recobra el sentido y se da cuenta de lo que hizo, seca sus manos como puede y mira nerviosa a la puerta, luego ve al chico de nuevo. —No... Vuelvas a meterte conmigo—. Y a pesar de que no sabe si está bien del todo, Rose trata de huir hacia la puerta.

Publicado por M. Rose Wood Lun Oct 19, 2015 2:47 pm

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