Until the poets run out of rhymes

Jueves 29 de Octubre, 18 hs

Nate perdía un poco la noción de las cosas cuando esa faceta coqueta y pícara de Callie salía a la luz. No estaba acostumbrado a ver a su amiga así y, aunque la había visto en todas sus facetas, esa en especial lo desenfocaba un poco. El chico rasca su nuca mientras sonríe y la deja ir. Él sabía que nunca aceptaría que Callie se arriesgara por él, pero el solo decirlo le avecinaba una pelea con su amiga y ese no era el momento ni el lugar por mucha confianza que pudieran tener con Gru y con la chica Rose.

Tiene las cosas de Callie en su mano, de hecho las carga como si ya fueran parte de él. Vigila a la chica mientras cae. Sabía que cualquier acto de caballerismo sería rechazado por su amiga así que le tiende sus cosas incluidas las de él y baja sin dificultad, se sacude las manos, su ropa también se había ensuciado pero no le importaba mucho. —¿Todos vivos?—. Primero ve a Callie y luego a los demás, toma su bolso y sonríe, parecía un niño a esperas de una aventura.

Nate ve como la falda de su amiga se alza con el viento, instintivamente se pone cerca de ella para evitar que la corriente se tope con la prenda y choque contra él, lo hace de una manera torpe pero espera que no se note demasiado. Gira y ve a los otros dándole a Gru espacio para que lidere el grupo. —Vamos, amigo. El próximo más sencillo.

Brennan estaba pendiente ella y eso Rose lo agradecía completamente ya que no estaba del todo segura en saltar y treparse tan cerca de un acantilado. Cuando cae nota como el chico busca ayudarla sin tocarla, eso le parece tierno por alguna razón y agradece con una sonrisa amplia, luego le saca la lengua divertida por la situación y pasa esperando a que los otros dos salten y lleguen a donde estaban ellos.

Callie y Nate bajan al momento, por alguna razón la castaña pensaba que ese par estaba más unido que nada, podía ver en ellos una especie de dependencia y protección que solo dos personas que se conocen por completo tienen. No dice nada, conocía a Callie desde hace poco y a Nate desde ese día, iba a ser muy imprudente de su parte, pero seguramente le diría a Gru en algún momento solo para compartir su punto de vista, le tenía mucha confianza al chico y no podía negarlo. Cuando todos estan en un mismo plano, Rosie deja que Brennan pase y lo sigue.

La bajada le asustaba un poco pero sabía que sus pies no se despegarían del suelo así que Rose empieza a caminar siguiendo a Brennan. Cuando él empieza a cantar, Rose no puede evitar soltar una risa musical mientras gira a ver a los otros dos que, además de ser el grado de Brennan, parecían conocerlo desde hace mucho tiempo. —¿Siempre es así?—. Aunque no le molestaba, el chico le daba alegría a cualquier momento.

Rose no tiene problemas con seguir caminando, lo único que le incomodaban eran los zapatos, hubiese deseado estar más preparada. Luego de unos minutos llegan a la parte baja del acantilado. Rosie se detiene admirando todo, era muy bonito y era una parte de los exteriores que no conocía, desde luego aquella vista no era lo que esperaba como fin de esa aventura. El aire movía sus cabellos y sentía una especie de aroma salado mezclado con la naturaleza que los rodeaba diariamente. Brennan salta y Rosie se apresura en tomar su mano para hacer lo mismo, lo suelta al momento, el contacto no parece molestarle, estaba realmente absorta. —Es... bellísimo, Brennan—. Le sonríe al chico y luego deja sus cosas en el suelo para poder caminar un par de pasos hacia adelante.

Nate pensaba que el camino sería más empinado pero lo cierto es que la situación fue más manejable de lo que imaginó. El chico podía caminar con calma mientras pisara fuerte y se mantuviese inclinado para atrás, ese había sido uno de los consejos que recordaba cuando practicaba deportes de niño, de hecho Nate practicó muchos gracias al padre que siempre quiso que su hijo resaltara en todo. Lo único que mantenía atento al chico era que los demás estuvieran dentro de la vía y, claramente, que la falda de Callie no se levantara, de hecho iba tras ella por esa misma razón, no quería accidentes.

El muchacho ríe ante el comentario de su amiga, ya estaba un poco acostumbrado al cariño tan especial que tenía Callie por Gru, aunque a veces tenía que reclamarle ya que sus comentarios en un poco toscos hacia el chico. —Lo dice en broma, Gru, la tengo bien sujeta—.  Comenta con una risa mirando a Callie con ciertos aires de inocencia.

Terminan antes de lo pensado. Dado a que Gru estaba abajo, Nate se queda arriba para cerciorarse de que todo estuvieran bien y llegaran a salvo. El chico es uno de los últimos en bajar. Nate alza la mirada y vel el lugar, en verdad estaba genial, era completamente anexo al internado y nunca lo había visto, una mezcla que funcionaba para el chico de cabellos oscuros que siempre estaba buscando algo nuevo aún dentro de su encierro. —Te luciste amigo, gracias por el dato—. Asegura viendo de nuevo el sitio, no era tan amplio como las playas que había visitado en sus viajes pero no podía quejarse al tratarse de Escocia. Nate deja caer sus cosas y se sienta cerca de Callie mientras mira a los demás, pone su mochila a sus espaldas por si en algún momento quiere acostarse.

Sabía que Gru tocaba la guitarra y no le molestaba, lo hacía bien. Lamentablemente el punto fuerte de Nate no era la música, las pocas veces que lo intentó era un gran desastre. Sonríe viendo a Callie y luego mira a Rose. —¿Tu también tocas algún instrumento, Rose?—. No quería pasarla por alto. —Quizás les toque ser a ustedes nuestra banda en esta "acampada—. Dibuja las comillas con sus dedos.

El lugar era más de lo que Rose podía esperar. El internado siempre fue para ella su hogar, no le veía nada malo, al contrario, le gustaba la paz y los pocos cambios que se producían. Cuando para muchos  estudiantes eso era rutina, para la castaña era la calma que nunca experimento, ni siquiera cuando era una niña que lo mínimo que merecía era una vida estable. Nunca había juzgado los espacios del lugar, todos le parecían interesantes, pero nunca estaba de más explorar y encontrar uno que otro sitio que le sirviera de escape cuando lo necesitara. No le quitaría la ventaja a Gru ni el privilegio de que ese fuese su lugar, peor agradecía que lo compartiera con ella, sobre todo con ella ya que estaba segura de que Nate y Callie lo conocían un poco más. Iba a decir algo pero las palabras se traban en su garganta y prefiere dejar en su mente los adjetivos que calificarían a ese nuevo espacio.

Rose niega ante la pregunta de Nate de inmediato, luego del encuentro con Cole había considerado que su asunto con la música era un mero golpe de suerte. —No, bueno... solo sé pequeñas cosas, mi padre tocaba la guitarra—. Es lo único que dice con una sonrisa ladina, después de gira a Brennan —¿Carmen? Estas un poco loco, Brennan—. Rosie no puede evitar reír aunque en parte entendía que el fanatismo del chico por la música y por su guitarra no se quedaba solo en palabras, no le extrañó de hecho, que hasta le tuviese un nombre al instrumento. —Pintas a Callie como si fuese una villana—. Ríe, no la conocía mucho pero no veía mala persona, solo que su amistad con Gru era especial por las personalidades tan chocantes de ambos. Por lo visto, Nate dibujaba o algo así, Rose lo ve con un poco de curiosidad —¿Tu pintas, Nate?—. Inquiere y luego observa a Brennan y niega esperando la historia. Poco a poco, Rose abre mucho sus ojos claros ante esa confesión —¿Que no hay problema con eso?, ¿sabes lo que cuesta sacar un chicle del cabello y no tener que cortarlo todo en el intento?—. Sin embargo ella mantiene su tono sutil.

Todos se sientan y Rose hace lo mismo, se coloca de perfil al agua cruzando sus piernas con cuidado de que la falda no molestara. Brennan parece buscar algo en su bolso, momento que Rose aprovecha para ver el horizonte, el chico no demora mucho y saca unas cartas. Rose lo ve y asiente no muy convencida. —Vale, solo si alguien me explica bien de lo que se trata—. Era la primera vez que la pasaba así, con amigos.