Unfinished Sentences

Su pie golpeaba sobre el piso de manera constante, tan constante que hasta a él mismo le molestaba. Su mirada iba del libro de matemáticas que intentaba leer a la estantería que estaba frente a él. Las clases habían acabado por ese día, la parte de deportes también, solo tenían poco tiempo antes de comer y Wes deseaba ponerse al día con las tareas que sus profesores demandarían al día siguiente, pero no podía. No desde que había visto que un libro no estaba en su lugar, lo que quería decir que todos los libros no estaban ordenados alfabéticamente, cuando debía ser así. Le estresaba, le estresaba demasiado. ¿Porque no estaban ordenados como correspondía? No era tan difícil, se decía para sí mismo, todos recordaban el abecedario para no cumplir tan simple tarea.

El sonido del reloj indicaba que la hora avanzaba, y el castaño, en aquel rincón que parecía oculto de la biblioteca mayor, solo había podido realizar una parte del primer ejercicio, le quedaban unos veinte para terminar y parecía ser que nunca llegaría ese día. Era solo que no podía, cada segundo que pasaba estaba mas nervioso, ya había sacado punta a su lápiz, hasta que quedará perfecta, ya había acomodado todo a su alrededor, pero aún así, no todo estaba en orden y eso se llevaba la poca atención que Wes poseía. Al final es mas fuerte que él. Cuando escucha que la gran parte de los estudiantes se levanta para ir a cenar, también se pone de pie, pero en lugar de ir a la salida. Toma el libro que estaba fuera de lugar, y lo pone donde debe. Un gran alivio cruza su cuerpo, y es tan grande que sonríe, hasta que ve que no es el único, y la sonrisa desaparece.

Toma aire lentamente, y comienza a sacar los libros de la estantería. Por eso no le gustaba ir a la biblioteca, demasiadas cosas, todo fuera de lugar. No pasa mucho cuando se encuentra rodeado de libros que salta con facilidad mientras termina de liberar la estantería.

Publicado por Invitado Vie Sep 11, 2015 12:47 am

El día había sido igual, como todos los que pasaban en el internado. Llenos de un orden sin precedentes, con la misma rutina e incluso Rosie llegaba a pensar que hasta el mismo clima. Todo era igual pero eso, en lugar de molestarla, la hacía sentir tranquila, porque todo iba tan bien y tan monótono que ella dudaba que algo pudiera salirse de control y eso le relajaba, su vida habñia tenido muchos movimientos para que ahora algo más pasara en su nuevo hogar.

Luego de terminar sus clases la castaña se dirigió a los espacios abiertos, tenía todos sus deberes perfectamente al día así que le quedaba un rato para poder escribir en su diario, tenía dos días que no lo hacía y sentía como si tuviese que contarle mil cosas a las hojas en blanco. La muchacha de tez pálida estuvo así hasta que la hora de cenar se acercó. Mya apoyó el cuaderno en su pecho y se acercó al comedor, estuvo esperando afuera, Wes no tardaría en llegar.

Pasaron diez, quince minutos en total, el menor no llegaba y eso a Rose le preocupaba, especialmente porque siempre era lo mismo, siempre lograban encontrarse y cenar juntos. El ceño de la chica se frunce cuando siente que todos están dentro así que no lo piensa más y sale hacia la biblioteca, es el único lugar donde podía estar.

Rose prácticamente corre así que no es raro que jadee un poco cuando se adentra en las instalaciones solitarias. Sus ojos azules ven de un lado a otro mientras pasa por los pasillos, no quería regaños. Finalmente escucha un ruido, como si un libro cayera tras otro, se acerca un poco dubitativa pero deja escapar todo el aire contenido en sus pulmones cuando ve de quien se trata; era Wes, y de nuevo estaba centrado en lo mismo.

—Wes...— Susurra antes de acercarse y poner una mano sobre su hombro con delicadeza. —Cielo... basta, es hora de cenar.

Publicado por M. Rose Wood Mar Sep 15, 2015 9:59 pm

Wes nunca se había caracterizado por ser una persona de una paciencia infinita, era tranquilo cuando el momento lo a meritaba, pero en la mayor parte se mostraba como una persona sumamente inquieta. No podía mantenerse quieto. Cuando estaba nervioso limpiaba y ordenaba. Cuando algo estaba sucio y desordenado, se ponía nervioso y debía acomodarlo. Era como había vivido. Hasta el momento nunca le habían prohibido limpiar y ordenar, solo su tía, un par de veces, y se había puesto a chillar en el medio de la sala, y tras llorar, y quedarse sin voz, su tía había logrado encontrar una forma de calmarlo. Así era como había acabado donde había terminado. Y por eso agradecía que, por parte del internado, lo hayan sacado del lugar. En todos esos años, estaba aprendiendo a contenerse, lo medicaban para que no sea tan severo, pero a veces era inevitable. Otras era imposible. Se relame los labios mientras sigue sacando libros, hasta que escucha como estos comienzan a caer al piso con golpes secos. Cierra las ojos escuchando el ruido, sintiendo como sus manos tiemblan, ante la desesperación de sacarlos de allí. Su respiración cada vez era mas dificultosa, su ritmo cardíaco parecía no detener su aumento.

Pega un salto que hace que tropiece con unos libros y tenga que hacer un movimiento extraño para recuperar el equilibrio. Mira de manera desconcertada a una joven que tardo en reconocer. Intento simular una sonrisa, pero falló en el intento. Se acerca y le acomoda la corbata que se encontraba ligeramente torcida. —Eeee... no.... ya termino— Responde con palabras aceleradas que se chocan entre ellas. Tiene que cerrar los ojos y volver a abrirlos. Se gira a la biblioteca de nuevo y vuelve a ponerse a sacar libros. —Ya termino— Susurra mas bajo, y sigue con su trabajo, sus manos aún temblaban, su frente seguía cubierta por una capa de sudor que no sentía, y su corazón aún se mantenía acelerado.

Publicado por Invitado Sáb Sep 19, 2015 12:28 pm

Así como ella tenía sus manías, su hermano también. Rose no demoró en descubrir el mal que padecía Wes cuando se conocieron en la clínica psiquiátrica, era más evidente que el de ella incluso porque por normas sociales no todo el mundo intenta tocarte a la primera pero un objeto desordenado, algo sucio se encuentra en todas partes, por ello la castaña intentaba estar junto a Wesley todo el tiempo que podía, porque ella podía ayudarlo o por lo menos intentar contenerlo como tantas veces había hecho en su antiguo hogar para que las personas no lo juzgaran por su extraño comportamiento. Supo desde el inicio que algo estaba mal, precisamente porque la condición de su hermano hacía que todo fuera una rutina, siempre estaba para ella y esa noche en particular Rose se extrañó de que no fuera así, acostumbraban a cenar juntos o por lo menos a aprovechar esos pequeños ratos libres que tenían entre clase y clase.

Cuando su hermano gira ella puede darse cuenta de cuan alterado está, estaba muy mal; sudor, pupilas dilatadas y sus gestos y sus palabras chocaban entre sí, el estrés lo estaba devorando como muchas oportunidades anteriores. Wes acomoda la corbata de su hermana con las manos temblorosas, él era la única persona que podía acercarse sin miedo y rozarla, rozarla porque a veces Rose experimentaba el mismo miedo incluso con él. Los ojos azules de la castaña se pasean por el piso cuando el chico voltea, habían muchos libros —Wes...—. Susurra en vano porque sabe que él no va a escucharla.

Rose sabe que no hará nada insistiendo y que él está lejos de ceder, al igual que deben ir a cenar o los profesores se darán cuenta y los castigarán o dejarán sin comida. La chica se inclina y toma varios libros que carga en uno de sus brazos hasta que no puede más, luego los apoya entre su cuerpo y su abdomen y alza la mirada al estante. —Vale, dime en donde van y yo te ayudo—. Gira y le sonríe con ternura. —Así terminaremos más rápido, anda, confía en mi.

Publicado por M. Rose Wood Sáb Sep 19, 2015 7:30 pm

La primera vez que había conocido a Rose, el pecoso estaba limpiando unas estanterías que parecían llevar décadas desde la última vez que le habían pasado un trapo, y que sacaban demasiado de quicio al joven. Cuando la castaña se ofreció a ayudar, él le dijo que no, porque sabía que no muchos estaban acostumbrados a limpiar, y si dejaban marcas luego él iba a tener que revisar todo, lo que costaba un trabajo doble. Aún así, la castaña se puso a ayudarlo. Fue el primer momento donde se pusieron a hablar, mientras Wes marcaba algunas pequeñas fallas que notaba en la limpieza, intentando no sonar pesado. Después de ese día, comenzó a dejar que lo ayudara. Rose siempre había sido tranquila, una compañía agradable, alguien que Wes buscaba cuando tenía ataques de limpieza, porque su calma siempre lograba transmitirse.

Le muestra una sonrisa a su hermana al escuchar sus palabras, pero aún así su mirada no logra enfocarse solamente en un punto. —Por autor alfabéticamente, y dentro del autor, también alfabéticamente.— Le comunica, y observa que termino de sacar los libros, y comienza a tomar los del suelo para poder ponerlos en sus respectivos lugares. —No entiendo porque es tan difícil que los pongan bien, todas las personas saben el abecedario, solo toma un segundo ... o, p, q, r, s ...— Agrega bajito y pone un libro antes que otro. —Ya le sugerí a la bibliotecaria que cuando los alumnos saquen un libro se los dejen a ella, que si quería yo los ponía en su lugar todos los mediodías después del almuerzo y antes de la cena, pero me dijo que no porque todos debían ser capaces de poner los libros en su lugar. Esta claro que no, o dime en que planeta la te esta antes que la ese— Comienza a hablar rápido, pestañeando varias veces seguidas para poder concentrarse y leer bien los nombres de los libros.

Publicado por Invitado Mar Sep 22, 2015 12:47 pm

Ella tenía que ser fuerte, por Wes, por nadie más, su hermano era lo único que le importaba y Rosie sabía que si ella estaba bien podría ayudar a que él lo estuviera. Al conocerlo las cosas habían sido más complejas, ambos eran chicos con barreras, con demasiadas para las edades que tenían cuando entraron al hospital, y Wesley tardó en dejarla entrar en su vida así como Rose hizo lo propio, pero se llevaban tan bien y congeniaban tanto que poco a poco se hicieron un espacio, más por protegerse que por cualquier otra cosa. Las crisis del menor iban en aumento, cuando entró al internado, Rose creyó que ya las había perdido pero no era así y la castaña tuvo que unir toda su paciencia para estar serena a la hora que el pequeño se sintiera atacado porque si ella tenía su mente en blanco podría ser de más utilidad, no lo encerraba ni nada, se tomaba tiempo para hablar con él y aclararle las cosas. No le molestaba ayudarlo en ese momento, prefería estar ahí que dejarlo solo, si se quedaban sin cena iban a ser los dos, Rosie no podía abandonarlo.

—Bien, eso si puedo hacerlo, están más claros que los del hospital por lo menos—. Menciona viendo los libros y moviendo como puede los tomos que van primero por su letra inicial. Escucha a Wes y niega con una sonrisa mientras se alza de puntillas para dejar un tomo con cuidado, él no cambiaba para nada. Luego su hermano empieza a hablar pero cada vez más rápido y con mucha intensidad, tanto que a veces le cuesta entenderlo, Rosie deja los libros de nuevo entre su cuerpo y el estante y lo ve alarmada. —¡WES!—. Hace que la vea así haya hecho mucho ruido y su tono hiciese eco por la biblioteca. —¿Tranquilo, si? Respira y exhala—. Ella hace lo mismo para indicarle, llena de aire su pecho y luego bota por su boca, finalmente se gira y sigue ordenando. —No tienes que martirizarte por eso, creo que la bibliotecaria se refiere a que tú no tienes que estar obligado a algo que no es tu trabajo, se sabe que los demás pueden pero no creo que para ella sea fácil dejarte hacer algo así—. Pone un nuevo libro y rasca un poco su ojo por el polvo. —Pero no hablemos de eso, ¿qué tal tu día?

Publicado por M. Rose Wood Mar Sep 22, 2015 3:18 pm

En sus primeros días en el internado, le habían hecho pasar por la enfermería, lo habían mandado a hablar con el doctor Motka y le habían dado unos cuantos medicamentos que tenía que tomar a diario, y que a veces le molestaban, pero era mas de lo que habían hecho en cualquier otro lugar. En el hospital donde había conocido a Rose, habían hecho cualquier cosa menos ayudar, cuando entraba en unos de sus ataques le dejaban ordenar todo lo que quisiera y luego lo solían dejar a cargo de la limpieza, lo que hacía que le caiga, aún peor, a sus compañeros. Su tía, por otra parte, era la responsable de que hubiera acabado allí, e incluso después de que no lo vio por años, siguió dejando al joven ahí dentro, sin retirarlo, por mas que eso era lo que Wes mas necesitaba. Desde su punto de vista, todo lo del internado era bueno, incluso los libros, mas los libros. —Lo se,— susurra bajo mientras sigue acomodando los libros, sin hacer mas comentarios al respecto.

Acomodaba los libros y hablaba, pero no se había dado cuenta de que estaba hablando rápido hasta que Rose se lo hizo saber mediante un grito que dejo al chico desconcertado y que provoco que tirara uno de los libros al piso. Imita los movimientos de la castaña, y los continua un par de veces hasta sentir que se calmaba un poco mas. —Lo siento, no me di cuenta de que estaba hablando rápido— Respondió forzando los espacios entre cada una de las letras. —Estoy bien— Le pasa la información para que la castaña no se preocupe, era solo que a veces se le iba la mano.

—¿Cómo puedes decir eso?— Le pregunta al escuchar sus palabras, y aprieta su maxilar mientras guarda un libro. —Tengo todo el derecho, Rose. No le estoy pidiendo a nadie que haga un trabajo extra, solo quier que todo este ordenado como corresponde y me hago cargo de lo que me pasa— Explica con la voz contenida. No sabía como se había molestado tan rápido, pero lo había hecho, era otro de los problemas que tenían las personas como él, su humor estaba arriba de una montaña rusa. —Además no eres quien para decir eso, no dejas nunca que nadie te toque, no quieres hablar con nadie, y tu mejor amigo es un niño de catorce años. No me vengas con que tengo que parar, porque antes de decirme eso deberías cenar tu tus propias ideas— Se detiene para respirar y sigue acomodando los libros. No tenía intenciones de lastimar a Rose, pero a veces sentía que la mayor no le entendía. —Mi día estuvo bien— También sabía que era injusto decir eso y que luego acabaría por pedirle perdón, pero en ese momento, esas fueron las únicas palabras que lograron salir de sus labios de manera seca y cortante.

Publicado por Invitado Jue Sep 24, 2015 4:29 pm

Wes se había convertido en la vida de Rose desde el momento en que ambos establecieron un punte de confianza en el hospital. Ella no tenía amigos más que su hermano, tampoco le importaban mucho los demás, Wesley atraía toda su atención, especialmente por su condición que merecía ser tratada con atención y con mucha, mucha paciencia y Rosie había aprendido a tenerla por eso mismo, porque lo quería y anhelaba que estuviera bien, incluso mejor que ella que anteponía los problemas del chico a los suyos. La castaña de ojos claros lo ve un poco preocupada pero trata de convencerse de que todo es verdad y de que el chico está bien, sin embargo se mantiene atenta mientras guarda los libros, preparada para cualquier otro cambio. Rose intenta plantear otro tema de conversación por el bien del chico.

Lo siguiente no lo esperaba, a penas lo escucha ella se detiene de su tarea y lo ve a los ojos, pensó que iba a juzgarse a él mismo de nuevo pero no fue así, estaba preparándose para juzgarla a ella. —Wes... solo quiero decir que...—. Es inútil porque él sigue hablando como si nada, ignorando todo lo que ella dice. La chica solo quería que él entendiera que no estaba bien preocuparse por algo que no era su deber, además que su vida se le iría en ello y a los demás no les importaría. Lo siguiente no lo esperaba, él dio directamente en el clavo precisamente porque sabía todo lo que podía dolerle a Rose y las cosas que en verdad le afectaban, él la conocía más que nadie. La muchacha se sintió muy mal, bajó la mirada y tomó los libros con una de sus manos que temblaba un poco, lo guardó en el orden previsto y no dijo nada. Él estaba enojado y ella no haría nada interviniendo por muy bien que quisiera hacerlo sentir. Toma un respiro, es lo único que se escucha de ella.

—Me alegro que tu día estuviera bien, Wes. El mío también, lo mismo de siempre—. Susurra concentrada en su tarea, en nada más, se alza de puntas para guardar otro libro y cuando termina ese lote busca otros para adelantar. No dice más nada y se mantiene enfocada en lo suyo, tenía que darle a Wes su espacio para que recapacitara.

Publicado por M. Rose Wood Dom Sep 27, 2015 1:04 pm

Pocos eran los que veían ese aire en él, cuando se volvía una maquina que solo podía pensar en una sola cosa y se enojaba si querían sacarlo del tema. Era el infierno en el que vivía. Cambios de humor drásticos, poca concentración, y decir palabras que no quería decir mientras solo podía pensar que nadie entendía, que nadie lo entendía, siquiera su propia hermana. Limpia la portada de un libro mientras escucha su respuesta, pero no hace nada mas que morder su labio inferior, el mismo no llega a sangrar, pero si le duele. En el fondo sabía que estaba mal, que era incorrecto tratar así a Rosie, pero no podía pensar mas allá de terminar de ordenar los libros para poder salir de ahí. Se queda en silencio, su hermana también, solo se podía escuchar el ruido de los libros cuando eran tomados de un pilón para luego deslizarse por la estantería, el ruido que se escuchaba al dar contra el tope. Se concentra en respirar acorde al ritmo de aquellos sonidos. Y solo habla de nuevo cuando siente que su pulso esta mas calmado.

—Puedes irte si quieres, puedo ordenar esto. No tienes que quedarte— Habla bajo, y lanza una mirada de costado, pero aparta rápido la mirada de los ojos de Rose. A veces sentía que arrastraba a la joven a su propia locura interna. No sabía ni como explicarlo, pero las personas no sabían lo que se sentía, no era miedo como el que sentía su hermana cuando alguien la tocaba o incluso cuando apenas la rozaban. Era algo mas, era como si no se pudiera quedar quieto, como si debajo de su piel caminaran una capa de hormigas que no lo dejaban concentrarse en nada, que no lo dejaban pensar. Nadie merecía sentir eso, Wes lo sabía, era un mal que no le desearía ni a su peor enemigo. Pero aún así cuando su mente se desconectaba de cualquier pensamiento, no podía evitar pensar en que su hermana siempre lo intentaba ayudar, por mas que a veces este le gritara y le dijera cosas que le dolían. La castaña siempre parecía saber que hacer. Y en ese momento solo lo dejaba pensar, que hablara con su mente, que se diera cuenta de lo que había dicho y de las consecuencias que eso traía. Se apoya en un estante para poder llegar a las estanterías mas altas y poder guardar un libro, pero este no entra del todo, se pone de puntitas para poder empujarlo, solo que no logra terminar de empujar. Hace una saga de muecas mientras se estira lo mas que puede.

Publicado por Invitado Mar Sep 29, 2015 10:44 am

Era tan fuerte como la carga que Rosie llevaba con ella todo el tiempo. A veces dejaba de pensar en sus propios problemas solo para concentrarse en los de Wes, él siempre había sido en número uno en sus prioridades y prefería ayudarlo a afrontar sus problemas que ella ocuparse de los propios. Solo que a veces era muy fuerte, tanto que ella ponía en duda si podía estar ahí para siempre, claro que quería pero Wesley en ocasiones la rechazaba tanto que ella temía que las raíces que la seguía atando tuviesen la misma fuerza de siempre aun cuando el dolor seguía en aumento. Sin embargo ahí estaba, no se había movido ni un poco y seguía en su tarea a pesar de que había preferido callar, eso quería decir algo, ¿cierto?

Lo escucha hablar y voltea solo para verlo, seguía igual, quizás un poco más calmado pero podía sentir que aún había velocidad y nervios en sus palabras. Rosie lo considera, ¿debería irse?, pero en su interior niega porque sabe que nada de eso es lo que ella quiere realmente así que se voltea y sigue colocando libros como puede, teniendo cuidado en mantener el orden que debía. —No quiero. Aún me falta terminar mi parte—. Dice con cierta tranquilidad mientras se enfoca en seguir. No podía estar enojada con Wes, simplemente no lo estaba pero hablar como si nada podría alterar al chico y causar una verdadera pelea entre ambos hermanos.

Lo ve alzarse con dificultad, ni aunque hiciera todo su esfuerzo iba a poder colocar ese libro, a menos que tuviera una plataforma u otra ayuda, allí la historia sería diferente. Rose sabía que si lo ayudaba él se molestaría así que solo gira y busca algún banco, tarda unos segundos pero lo encuentra, es pequeño y es especial para casos como esos, tiene varios niveles según la necesidad. La castaña deja los libros bien apoyados y busca el banco, lo lleva a donde está el chico y lo apoya a su lado. —Esto puede ayudarte a que sea más fácil, Wes—. Su tono de voz es suave, sonríe un poco de lado y vuelve a su tarea, lo mejor era darle su espacio.

Publicado por M. Rose Wood Mar Sep 29, 2015 2:03 pm

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