El toque de queda.

Había entendido perfectamente: debíamos vigilar los corredores del instituto en busca de alumnos que no entendiesen las reglas. El límite era a las 21 horas, no más. A partir de esa débil franja dorada de tiempo las cosas se ponían un tanto más complejas e interesantes. Éramos los adultos precisamente quienes teníamos el deber de pasear y hacer turnos de vigilia por las noches. Hoy me tocaba a mi, otra vez.

Cerré la puerta de la biblioteca menor, donde había permanecido casi todo el día, y me dirigí escaleras abajo para terminar de arreglar asuntos y asumir mi turno tras la cena. Procuré servirme una buena porción de todo, dado que el frío me impregnaba un sueño mayor del que ya tenía y de por sí no era precisamente de aquellos que amasen mantener los ojos abiertos pasada la medianoche. Tenía en mano mis auriculares y música encendida, mi débil estrategia para no dormirme en medio del pasillo.

—Hola, ¿estarás conmigo en el turno de hoy? —pregunté a la joven enfermera que se acercaba. Ya habían tocado las nueve de la noche y todos emprendían el viaje a sus cuartos.




Volví a mirar el reloj. Sorprendentemente eran las once en punto. Suspiré de nuevo y volví a levantar mi cabeza para observar los pasillos largos del instituto. Me había alejado de Gail para comprobar que los ruidos cercanos al hall de entrada no eran más que viento. Cuando volví hacia atrás dirigí mis pasos hacia su encuentro nuevamente. El silencio del lugar era por demás lúgubre y arrullador. Mis ojos se entrecerraban con cada paso que daba, poco certero y algo desparramado.

Publicado por Brian Downer Miér Jun 01, 2016 7:58 pm

Me había tocado hacer guardia aquella noche. No era una función típica de enfermera, desde luego, pero como soldado estaba más que acostumbrada a tareas de esta índole. Si le sumamos, además, lo poco amiga que era yo de dormir por las noches como la gente normal, el tener algo que hacer era casi un regalo.

Tras refrescarme un poco y dejar mi habitación recogida, salí al pasillo para encontrarme con mi acompañante de esta noche. Saludé con la mano al verle, asintiendo un par de veces con la cabeza ante su pregunta - Esperemos que sea una noche tranquila - bromeé, aunque nada más lejos de la realidad.




Empezaba a arrepentirme de haber deseado paz nocturna, ya que después de haber patrullado los pasillos de manera conjunta y por separado, estaba empezando a aburrirme. Por primera vez en mucho tiempo, incluso, empecé a sentir la necesidad de echarme un sueñecito, aunque esa sensación de adormedecimento despareció tan pronto como volví a escuchar los pasos de Brian acercándose hasta mí. Le sonreí con amabilidad, e incluso algo de diversión, al ver como los párpados prácticamente se le cerraban aún estando de pie. Las largas jornadas de trabajo diurnas pesaban más que nunca a estas horas, sobre todo con el silencio y la calma que llamaban a irse a la cama.

- ¿Has oído eso? - pregunté de repente, agudizando al máximo mis sentidos. Hice un gesto con el dedo, indicándole que escuchase y se mantuviera en silencio durante unos instantes - Son pasos, ¿verdad? - concluí. Y teniendo en cuenta que tanto él como yo estábamos parados en ese momento... Al parecer se nos iba a terminar la calma.

Publicado por Gail Abernathy Miér Jun 01, 2016 8:28 pm

Desperté empapada en sudor pasadas las once de la noche. Por la ventana un aire fresco que me hizo temblar e intenté enrollarme de nuevo en las mantas y seguir durmiendo, pero me fue imposible. Las imágenes que había revivido en la pesadilla aún estaban muy recientes y la cabeza me daba pinchazos dolorosos. Tras diez minutos sabiendo que allí no hacía nada, me levanté y tomé una pastilla para el dolor. Quizás comer algo me daría sueño de nuevo, así que salí al pasillo todo lo silenciosamente que pude, con intención de ir a las cocinas.

Me dirigía a la escalera cuando escuché voces provenientes de uno de los pisos superiores. ¿Alumnos despiertos? ¿O tal vez el turno de vigilancia? Aunque no era mi día de hacer de vigía, como empleada tenía la obligación (al menos la moral) de comprobar que los estudiantes no estuviesen fuera de sus dormitorios. Giré sobre mis talones y subí las escaleras rápidamente. Las voces cada vez se escuchaban más cerca. Finalmente giré una esquina y reconocí a Gail, mi compañera en la enfermería, y a Downer, uno de los bibliotecarios. El turno de guardia.

—Creía que erais alumnos —dije cuando se giraron hacia mí. Al parecer ellos habían pensado lo mismo al escucharme—. ¿Puedo unirme? No soy capaz de dormir.

La intención de ir a por comida se esfumó. Total, sabía que el sueño no regresaría a mí a pesar de eso, y al menos así tendría compañía un rato.

Publicado por Invitado Jue Jun 02, 2016 9:04 am

Bo tenía que admitir que ya su horario de sueño se había arruinado completamente. Desde la desaparición de Ezra, el chico no podía conciliar el sueño por más de unas horas. Su mente se llenaba de tantas posibilidades, escenarios positivos y negativos, escenas en que se veía a sí mismo acercándose a Ezra para confesarle que no quería dejarle ir, que no podía dejarle ir. ¿Por qué era tan difícil revelar sus sentimientos? No lo amaba pero tampoco estaba tan lejos de hacerlo, o al menos eso creía él.

Bo se había pasado los días con los ojos cerrados, pensando en él, mientras que las noches las pasaba con los ojos abiertos, pensando en él. Era el mismísimo Infierno en la tierra, uno que no podía traer ni Pinhead en una de sus últimas malas películas.

Por suerte, tras más de dos meses de su ausencia, finalmente le habían encontrado. O al menos a una parte de Ezra. Aquel chico no era el mismo de antes, se podía notar en la forma en que hablaba, en que miraba a las personas, en que hacía las cosas cuando creía estar solo. ¿A Bo le importaba? No realmente, le había dejado en claro que él iba a estar a su lado sin importar cuán difícil fuera el camino. Sí, Bo podía ser un idiota la mayor parte del tiempo, pero no lo era con sus amigos, y menos con Ezra.

Sin embargo, repitiendo, su rutina de sueño estaba atrofiada. ¿Y qué hacer a las 11 de la noche cuando ya has escrito siete páginas en las últimas dos horas y te has quedado sin demás tareas que hacer? Pues queda romper las reglas, al menos un poco.

Decidido, Bo salió de su habitación con la única intención de tomar aire fresco. Lo que le aliviaba de saber que no sería secuestrado o asesinado o descuartizado con alguna guadaña mientras colgaban su cuerpo, era el hecho de que Bo no estaba fumando, no estaba burlándose de alguien, no estaba teniendo sexo ni estudiando. Las reglas de las películas de terror le salvaban, al menos por ahora.

Giró por un pasillo con cuidado y sonrió al ver que no había nadie, después, confiado en que no sería encontrado, giró otra esquina, en donde justo a unos pasos de distancia estaban dos de las enfermeras y uno de los empleados de la biblioteca. Rápidamente Bo cerró los ojos y chocó intencionalmente con Brian, su cuerpo empujaba al del mayor como si tratara de seguir su camino. Exactamente, Bo estaba tratando de actuar como un sonámbulo. ¿Verdad que era ágil al pensar?

Spoiler:

Publicado por Bo J. Hawkman Jue Jun 02, 2016 5:07 pm

Empezamos a mantener una conversación amena, en voz baja para que cualquier alumno que pudiera estar acechando no nos escuchase. Más bien, ellos dos hablaban mientras yo escuchaba, ya que por lo general prefería mantenerme callada y sólo asentía de vez en cuando.

A penas habían pasado unos minutos cuando se escucharon pasos procedentes de la parte de atrás. Los tres nos giramos a ver, aunque en la oscuridad apenas se distinguían las figuras. De la esquina salió una silueta que empezó a caminar hasta nosotros y, de repente, chocó contra Brian, sin intención de parar su camino. Era un estudiante, de sexto curso si no recordaba mal. Lo recordaba porque había ido a ver a algunos de los chicos que habían desaparecido cuando fueron encontrados y llevados a la enfermería.

Un bufido que podría interpretarse como una risa se me escapó. El chico estaba con los ojos cerrados intentando hacerse el sonámbulo, pero obviamente no sabía demasiado sobre el tema. Lo sonámbulos van con los ojos abiertos, y además cuando chocan con algo se frenan y suelen buscar otro camino.

Sin embargo, sabía lo estricto que se había vuelto el internado con el toque de queda, y el castigo por lo que seguramente era una tontería podía ser muy severo. Cogí al chico de los hombros e intenté girarlo de forma que Gail no lo viese, porque seguro que ella se daba cuenta también.

—Parece sonámbulo —dije todo lo creíble que pude—. Seguid haciendo ronda, yo lo llevo a su habitación.

Publicado por Invitado Mar Jun 07, 2016 6:28 am

Finalmente, resultó que no era un alumno, sino Marina, la que había decidido unirse en nuestra pequeña patrulla. Al menos, la intromisión había servido para espabilarnos un poco, por lo que la conversación había vuelto a establecerse entre nosotros. No es que tuviese mucho que contar, pero cuando me abrían conversación, por muy trivial que esta fuese, me era sencillo mantenerla viva.

No pasó mucho tiempo cuando volvimos a escuchar pasos. Esta vez, aunque fuese por pura estadística, tenía que ser un alumno sí o sí. Un alumno que, desde luego, no tenía futuro alguno como actor, ya que se le veía el teatrillo desde lejos. Habiendo pasado los años que había pasado viviendo en los barracones del ejército, plagados de gente, había visto sonámbulos (reales y falsos) en muchísimas ocasiones. Por eso mismo, no me había costado mucho situar al alumno en el segundo grupo, aunque tenía que reconocerle que la idea había sido buena.

Miré a Marina como si de repente le hubiese salido una segunda cabeza, ya que no me podía creer que se hubiese tragado la mentira. Aún así, no era de mi interés particular el joder a un adolescente, así que dado que tampoco había hecho nada malo, decidí hacerme la loca. Miré a Brian y me encogí de hombros, dándole a entender que si él no tenía inconveniente, yo tampoco.

- Todo tuyo - respondí finalmente.

Publicado por Gail Abernathy Miér Jun 08, 2016 7:15 pm

Asentí levemente cuando Gail mencionó el ruido y los pasos. Eran eso, probablemente. O el viento, de nuevo. Las hojas de los árboles contra las ventanas, el rose de las cortinas contra el suelo o simplemente el silencio de la calma. No transcurrió demasiado tiempo para saber que las suposiciones eran ciertas, pero el peligro estaba lejos de ser un problema. Era otra señorita enfermera a la que sonreí un poco, complacido de que no fuese un alumno.

—Acompáñanos, desde luego. Mejor tres medio dormidos que dos —bromeé un poco. Y si bien aquello pudiese resultar gracioso, era cierto. Aquella noche me encontraba más cansado que de costumbre y tenía la impresión que era por haberme quedado el día anterior releyendo apuntes y acaparando notas en ambas partes de mi diario. Mantenía casi como un ritual el apunte de ideas o detalles a tener en cuenta, no podía confiar en que mi memoria retuviese cada detalle escabroso del instituto. No ahora, que parecía haber más cada día.

Claro que, la escena y el susto que me invadió a continuación no me lo esperaba. Un alumno, aún más dormido que yo, me llevó por delante, obligándome a retroceder unos pasos y alzar los brazos para frenarle el andar. Vi de costado como las enfermeras reían por lo bajo y también me sonreí. —Jovencito, estas no son horas para andar sólo por aquí, menos en ese estado —volteé hacia Marina y luego hacia Gail que respondió. —Claro, puedes llevarlo, tengan cuidado... —añadí, volviendo a susurrar, no quería despertar a nadie más.

No dejé que muchos segundos pasaran entre mi respuesta y el comienzo de su andar, algo no me gustaba del todo. —Esperen, esperen... —avancé mis pasos, invitando a Gail a acompañarme, con un gesto de mi mano. —Será mejor que los escoltemos nosotros, después de todo somos los guardianes hoy y es nuestra responsabilidad, no quiero que algo suceda. Digo.. No que algo vaya a suceder, no. No —negué. Lo que me faltaba, asustar al joven y a mis compañeras. —¿Alguien pensaba tomar un vaso de agua o ir por un aperitivo? Tengo entendido que uno sólo se levanta de la cama caliente por eso o para ir al baño. Podemos ir a la cocina y luego a los baños, así de paso Gail y yo recorremos el tramo que nos ha faltado, ¿qué dicen? —de pronto el sueño se estaba diluyendo y un renovado espíritu social se estaba apoderando de mi. ¿Desde cuándo era yo quién organizaba un paseo? Así sea dentro del instituto, de noche y con medio ojo cerrado, no importaba. La faceta sociable y divertida se despertaba sólo por la noches, curioso.

Creía que no habría mayores problemas ¿verdad?

Publicado por Brian Downer Jue Jun 09, 2016 3:26 pm

Bo se sintió como todo un hombre victorioso cuando ambas mujeres parecieron caer ante sus juegos, sí, sí, si es que hasta el mismo Bo se podría creer su actuación (que era mala pero a sus ojos era espectacular, por algo estaba destinado a terminar escribiendo las historias y no actuando en ellas).

Sintió como era llevado con cuidado por el pasillo y ya se veía venir terminar de nuevo encerrada en esa habitación que comenzaba a hartarla más que nunca, por suerte la voz masculina los detuvo y Bo abrió los ojos, rompiendo con su actuación pues le estaban incluyendo en aquella extraña mezcla y a pesar de que nunca, ni en mil años, se vería a sí mismo teniendo una placida conversación con adultos (y menos empleados del internado), Bo quería estar ahí, tal vez era sencillamente la repulsión a estar solo, estar solo en estos días significaba pensar en el dolor de Ezra y creía merecerse un pequeño descanso para tener energías suficientes para transmitirle a su incondicional amigo.

-Cansa, para ser sincero. –Habló, frotándose una mano contra su rostro como si quisiera aparentar un poco que acababa de despertar pero ya todos parecían saber que había sido un teatrito. –Estar en esa habitación, encerrado desde temprano… -Se encogió de hombros, era especialmente difícil cuando al otro lado del pasillo estaba Ezra, encerrado también, solo con sus pensamientos. –Ya algo ha sucedido. –Añadió frente al comentario de Brian, se podría haber asustado si la situación fuera distinta pero ya era un secreto a voces el caos dentro del internado. Wesley había muerto y Ezra había aparecido tras meses de ausencia. Eso era claramente señal de que el infierno se estaba desatando sobre el instituto.

-A mí me encantaría beber algo, ¿no hay algo además de agua? Me caería bien un rico vaso de leche, ohh sí. –Asintió sonriente, actuando como si no fuera un alumno rompiendo las reglas del toque de queda. Al menos no eran profesores severos que le iban a golpear con una regla de metal en el trasero. Sí, algo similar había experimentado en la primaria. -¿Y quién les cuida a ustedes, por cierto? –Vamos, pregunta obligatoria. La paga no podía ser tan buena como para que los empleados rondaran por los pasillos por el temor a que algo pasara con algún estudiante, ¿quién les protegía a ellos? ¿O únicamente pasaban las cosas malas a los alumnos? Bo ni siquiera estaba tan bien enterado, y probablemente si Ezra no hubiera sido uno de los desafortunados él habría seguido por su rumbo con normalidad (y un poco de miedo, para que negarlo).

Publicado por Bo J. Hawkman Jue Jun 09, 2016 6:47 pm

Seguí a Brian y al resto del grupo sin poner ninguna pega, ya que el plan me pareció bastante acertado.

Me identificaba completamente con el alumno, porque a mí era a la primera a la que se le caían encima las paredes de la habitación en cuanto llegaba la hora en la que ya no estaba bien visto que el personal andase pululando por los pasillos. No me quería imaginar lo agobiante que debía de ser para los alumnos, teniendo en cuenta que el toque de queda era mucho más estricto para ellos.

- No tientes demasiado tu suerte, Bello Durmiente - hablé, recordándole que, de haber sido otros los que hubieran estado haciendo guardía en vez de nosotros, probablemente ahora mismo tendría un largo castigo por delante para cumplir - Vamos a ver qué encontramos en la cocina y a partir de ahí negociamos - añadí después de unos instantes, rodando los ojos hacia un lado. Estaba mal seguirle la corriente, pero tenía que admitir que tras su pésima actuación, el muchacho me había caído simpático.

- Por ahora nos basta con cuidarnos entre nosotros - respondí a su segunda pregunta, levantando la mirada en dirección a Brian, por aquello de que él había sido mi acompañante designado. De momento, ningún adulto había sufrido ningún percance, y aunque eso nos diera una falsa sensación de inmunidad, en cualquier momento podría producirse el primer caso.

Publicado por Gail Abernathy Dom Jun 12, 2016 6:58 am

La caminata continúo a paso normal entre los pasillos rumbo al comedor del instituto. Podía oír las palabras de todos y asentir cada tanto, sin emitir muchas opiniones.

Cuando el alumno hizo mención al "algo ya sucedió" lo miré de costado y luego recorrí sus ojos con los míos. Claro que tenía razón, pero a veces podía creer que los alumnos vivían más en su fantasía adolescente y no tanto en el presente, en la realidad. Quizá, para esperanza mía, los alumnos no tuviesen tanto contacto con lo que ahora ocurría. Veía que no, y en mi afán de esconderlo pecaba de ingenuo.

—Claro, chocolate suena bien —asentí algo más animado, para desviar un poco de rumbo el tono lúgubre en el que había entrado la conversación.

—Exacto, nos cuidamos entre nosotros. No te preocupes por eso, preocúpate por tus estudios y por avanzar y rendir bien, que nosotros, el personal y los profesores, aclararemos ciertos... problemas o inconvenientes —respondí, tras Gail, también mirándola. —Muy bien, hemos llegado —exclamé, abriendo ambas puertas con las manos. Estaba vacío y era raro verlo así. Los bancos, las mesas, todo pulcro y ordenado. —Me gusta mucho este sitio por las noches —le susurré a mis compañeras, esperaban entendiesen a qué me refería exactamente.

—¡Bien! Pueden quedarse por aquí, traeré algo para todos y volveremos —dije, caminando rápido hacia la cocina. Tampoco quería importunar el lugar entre tantos y con alguna que otra cosa tomada de a heladera bastaría.

Publicado por Brian Downer Miér Jun 15, 2016 2:43 pm

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