Nadando en la suciedad

Recuerdo del primer mensaje :

Y otro día más mis pies se dirigieron hacia las aulas de arte. A pesar de que todo me diese un poco de igual el hecho de trabajar más o menos. Pero las veces que me había encontrado yo el aula patas arriba era para arrancarse los pelos. Las picas de los lavabos totalmente manchadas, el material alguno tirado por el suelo, o mal limpiado. Era realmente exasperante. Era como intentar limpiar un vertedero. Siempre acababan tirando más y más basura. ¿Entonces, para qué limpiarlo? Pero el equipo estábamos obligados a ello, no quedaba otra.

Cuando abrí la puerta, la cara que se me debió de quedar sería un poema, porque ver a los críos recogiendo la clase no era normal. Y mucho menos fuera de los horarios escolares. ¿Qué narices estaban haciendo? ¿Y qué habían hecho además? Cuando vi la que habían montado no pude ni soltar un suspiro cansado. Se me atragantó en la garganta. ¿Qué cojones habían hecho con la clase? Cuando mis ojos cayeron sobre una personita que se acercó a mí con pasitos ligeros, fruncí el ceño. Aquella era una profesora aunque no lo pareciera. Por suerte el atuendo de profesor que llevaba la reconocía como tal, sino la hubiera confundido por una alumna.

─Perdone, ¿pero puedo saber qué ha ocurrido aquí? ─mi tono de voz podría haber sido indignada, pero en vez de eso, intenté ir con meras formalidades para no acabar allí en una pelea. No sabía cómo era aquella profesora, y pese a ser esta una mujer de pequeña estatura, a lo mejor era una matona de cuidado.

Publicado por Invitado Miér Sep 16, 2015 3:31 pm

Me la quedé mirando con una ceja enarcada, con cierto gesto irónico al ver su comentario. No supe bien si estaba bromeando o diciéndolo en serio a juzgar por su tono, pero preferí dejarlo pasar para no hacer algún comentario pasado del tema. Seguí limpiando pupitres, acercándome cada cinco minutos cuando pasaba a la siguiente fila de mesas. Era como estar escuchando música ─o silbando como solía hacer yo para pasar los ratos aburridos─ solo que en mi caso no tenía que gastar energías para entretenerme. Otro las gastaba para mí.

─Lectora… Yo he leído varios libros en mi vida, que no son obligatorios claro, pero nunca he sido un glotón. Prefiero pasar el tiempo haciendo otras cosas. ─indiqué levantando la mirada de vez en cuando mientras me dirigía a ella. Desde que había entrado en aquel internado, la mayor parte del tiempo libre lo había invertido en el boxeo, aunque no negaba que algún libro prestado sí que había leído. Pero cuatro o cinco en aquellos años de servicio. No era un gran fanático, ni creo que lo sería nunca.

Asentí con la cabeza, reafirmando que había nacido en España y por lo tanto era español. En el internado había muy pocos españoles, por no decir ninguno excepto yo. Otra cosa es que lo pudiera conocer. A lo mejor algún alumno lo era, pero yo no conocía cada uno de ellos, ni me interesaba hacerlo. ─ ¿Una beca? Joder, tenía que ser bueno. ─halagué mientras pasaba a la siguiente fila. Pronto la profesora tendría que mover su modesto trasero de allí, pero tampoco fui a meterle prisas. ─Lo mío fue simple ocio. Mi familia no era muy deportiva. Se pasaban más horas en una oficina que no en alguna cancha, o haciendo algún deporte en general. ─aclaré, poniendo los ojos en blanco en una actitud que expresaba mi negativa al respecto. ¿Pero qué podía hacer yo al respecto? Nada. Si ellos no querían, no les iba a obligar. ─Yo fui el único que salió de esa rutina. ─me paré justo en frente de ella, observando que aún permanecía sentada en el pupitre.

Publicado por Invitado Lun Nov 02, 2015 3:57 pm

Leer era una costumbre que no había perdido al entrar al internado, que, por suerte tenía no tan solo una amplia biblioteca, sino otras dos que le hacían juego. Era un paraíso para alguien como yo que podía pasar horas sentada leyendo página tras página. —Los míos tampoco están tan dentro de los programas, leer de química no es una cosa que me apasione, me gusta leer sobre los avances o las teorías, pero no es algo por lo que mate, supongo que me pueden mas las historias de amor como orgullo y prejuicio— Comento al tiempo que me pongo de pie para pasar a la zona que ya estaba quedando limpia y no incomodar a Edu. —¿Se puede preguntar con que otras cosas pasa el tiempo?— La pregunta surge con naturalidad, no era tan solo curiosidad, sino mantener la charla y no hablar solamente de mi.

Me sentí un poco orgullosa al haber dado con el lugar del equipo, nunca había sido del todo buena en materias que estaban vinculadas con las ciencias sociales, y geografía era una de ellas. —Si, supongo, no lo vi jugar nunca— Me doy cuenta de lo que digo un poco tarde, y por eso muestro una sonrisa al castaño. —Mi familia y yo tuvimos un pequeño desacuerdo hace tiempo, no los veo hace mucho, solo me entero de noticias mediante amigos con los que aún mantengo el contacto— Explico lo mas simple posible, y me sorprende no encontrar tristeza en mi voz, supongo que al fin de cuentas si me había alegrado dejar atrás ese lugar y los recuerdos que había en el mismo.

—¿La oveja negra de la familia?— Pregunte haciéndome a una idea la clase de familia en la que debía haber nacido, me imagine a todos con trajes y corbatas, una vida en negro. —No lo tomes a mal, pero no te imagino con saco y corbata— Digo esperando no ofenderle con mi repentina sinceridad. —Yo creo que cada uno debe elegir su propio camino, para algo somos personas diferentes, y que estén en la misma familia no significa que estén destinados a lo mismo—

Publicado por Ophelia E. Westerberg Miér Nov 04, 2015 6:11 pm

Tampoco era de extrañar que a una mujer le gustase la temática romántica con sus toques de drama. Era lo que normalmente veía leer a las del sexo femenino, y no sabía por qué. A mí nunca me llamó la atención en especial.

─Paso el tiempo mayormente boxeando. Me desahogo de alguna forma metiéndole puñetazos a un saco de arena, demasiado usado pero que está aguantando como un campeón. ─sonreí, sin dirigir esa expresión de mi rostro a la pelirroja, si no a los buenos recuerdos que me trajo cuando adquirí aquel saco. De eso ya hace años.  

Acabé de limpiar mesas, y me puse con la pizarra para dejarla totalmente impecable. De mientras, le fui hablando a Ophelia como lo hice este rato. ─ ¿No mantienes ninguna relación con la familia? Vaya. ─me quedé un poco sorprendido a causa de que ella tenía apariencia de ser una chica bastante familiar. No pensé que tuviese algún problema con los suyos. ─Sí. Podría decirse que soy como la oveja negra. He salido diferente, y así tendrán que aceptarme. ─el único que me apreciaba de verdad era mi abuelo. Mi madre podría llevarse sus puntos, pero el que siempre he tenido como favorito ha sido a mi abuelo, y lo cierto es que siempre me acordaba de él. Y cuando eso pasaba, me entraba morriña. Demasiadas veces se me había pasado por la cabeza coger la maleta e irme de vuelta a España, pero había varias razones de peso que me obligaban a quedarme en aquel internado. ─Exacto. Parece que no tienes un pensamiento muy diferente del mío. ─señalé enarcando una ceja con una sonrisa medio torcida. Por dentro era un poco amarga, pues pensar que tus padres aun así tenían metido en la cabeza tus planes de futuro, para controlarte como una marioneta…─Piensan que lo están haciendo genial con sus hijos, conduciéndoles a un futuro donde tendrán un trabajo perfecto, ideal para ganar de dinero de sobras. Pero no ven más allá. Van con dos dedos de frente. ─renegué, volviendo a repetir las mismas palabras que durante bastantes años me han rondado en la cabeza.
Acabé con la pizarra y guardé el trapo para meterme esta vez con la escoba, barriendo con rapidez mientras iba subiendo las sillas sobre las mesas.

Publicado por Invitado Vie Nov 06, 2015 4:17 pm

Arrugué mi frente de manera automática, no por sorpresa, sino porque era algo que no esperaba, algo que no habría imaginado y eso que mi imaginación era capaz de volar hasta las estrellas algunas veces. Mis ojos subieron y bajaron observando a Edu, haciendo una rápida inspección como si eso me confirmara la veracidad de sus palabras. —No se me hubiera ocurrido, siempre creí que las personas que boxeaban eran mas... ¿grandes? supongo que a veces no podemos evitar sentir la influencia de los estereotipos— Confieso, agachando mi mirada y con las mejillas sonrojadas, sabiendo lo último por el calor que sentía en mi cara. Luego levanto mi expresión mordiendo mi labio inferior. —¿Sirve? Para desahogarse, ¿Te funciona?— Pregunto mas por curiosidad que por otra cosa, me llamaba la atención, nunca hubiera creído que unos golpes solucionaran algunos problemas, pero tampoco lo hacían llorar y gritar y había hecho ambas cosas cuando no sabía que mas hacer.

Su sorpresa era de esperarse, solo asentí sin decir mas nada, era mas complicado de lo que podía parecer explicar porque no sabía nada de mi familia, porque refería quedarme en Dunkelheit los veranos ayudando en las actividades que le preparaban a los estudiantes que también lo hacían. —Theodore Roosevelt dijo: "El mejor regalo que te puede dar la vida, es trabajar por aquello por lo que valoras", creo que sería capaz de golpear a alguien por conducir a un chico a querer algo, incluso cuando no lo quiere en verdad. Es una de las cosas que tiene este lugar, esta libre de las presiones familiares, de padres que piden que hagan lo correcto o que quieren que sus hijos sean mejores que otros— Mi mirada va hasta la puerta, como si allí pudiera ver cada uno de los rostros que veo en clase toda la semana. —Muchos creen que es una presión, pero creo que para otros es un poco de libertad, hace que cada persona crezca siendo quien es, no quien se espera que sea.— Vuelvo a Edu para mostrar una sonrisa que no dejaba ver mis dientes. No me arrepentía de haber estudiado en donde lo hice, pero a veces me hubiera gustado recibir la carta cuando era una pequeña estudiante, hubiera dejado el pasado mucho antes, hubiera tenido, posiblemente, una vida diferente.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Sáb Nov 07, 2015 7:58 pm

─Pueden haber boxeadores de todos los tamaños. Otros con metabolizantes, otros sin…─puse los ojos en blanco. ─Aunque lo mío es un mero pasatiempo. Nunca me centré en dedicarme al boxeo para entrar en campeonatos. Pero el hecho de que uno sea bajito no significa que no sea bueno. ─subrayé para que comprendiera que no solo la imagen te daba la respuesta a la decisión final del combate. Un chico pequeño contra una montaña era más rápido y ágil. Depende de las habilidades del combatiente se gana o no. ─Sí, lo cierto es que ayuda a liberar estrés y me relaja.

La explicación que me dio la profesora me hizo asentir con la cabeza, dándole la razón. ─Aquí aprenden más a espabilarse por ellos solos, y no depender tanto de sus tutores. ─ratifiqué apoyando las palabras de la pelirroja. Seguí barriendo, sin dejar una mota de polvo a salvo de mis barridas, y una vez acabé me acerqué a la chica, señalando la puerta. ─Ya está hecha esta clase. Ahora solo me toca… algún que otro pasillo de la segunda planta y ya habré acabado. ─indiqué recogiendo el cubo junto con la escoba. Salí del aula, dejando que también saliera la muchacha, y cerré la puerta con mis llaves. ─ ¿Quieres seguir, o mejor nos despedimos para otro momento? ─enarqué una ceja, esbozando una sinuosa sonrisa.

Publicado por Invitado Dom Nov 08, 2015 3:11 pm

Module un "lo siento" mientras lo escuchaba hablar sobre el físico de los que hacían boxeo, para luego asentir cuando escuche que lo relajaba. Nunca lo hubiera visto de esa forma, como algo inocente que hiciera bien a uno mismo, mi forma de pensar era que golpear era malo porque lastimaba a personas, pero no era el caso de Edu, incluso al mirarlo dudaba si era capaz de atizarle un golpe a uno de los estudiantes, bien podría, pero lo haría? esa era la pregunta. Uno muchas veces hablaba sin conocer, y eso no estaba bien, ella lo sabía, pero aún así le daba curiosidad. —¿Me enseñarías?— Pregunte como si de pronto fuera la persona mas descarada del mundo. No era de pedir favores de ese índole, pero solo tenía curiosidad de saber como se sentía.

—Nosotros somos sus tutores, ahora, nos corresponde a nosotros enseñarles que esta bien y que esta mal— Eso era lo que sentía cada vez que se me presentaba la oportunidad de ayudar a un alumno, cada vez que podía darle mi consejo mas sincero, por mas que no sea el correcto según las normas del internado. Recordé a Rose y cuando más me hubiera gustado ayudarla, pero todo no se podía, algunas cosas se escapaban de nuestros limites, solo esperaba que mi verdad hubiera sido útil para ella. Me puse de pie ni bien lo indico y salí del aula pasando cuando abrió la puerta. —¿Subestima mi capacidad de quedarme sentada sin hacer nada?— Pregunte en caso de que se refiera a que me aburría con él, no lo hacía, era mas como olvidarse por un momento que había que mostrar formalidades con todo el mundo por el cargo que se llevaba.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Lun Nov 09, 2015 3:34 pm

Admito que su pregunta llegó a sorprenderme y en mi mente no tardó en formarse una imagen donde Ophelia llevaba puestos mis enormes guantes de boxeo, que, comparados con el tamaño de la chica, le sobraban demasiadas tallas. Dirigí una mirada a sus pequeñas manos, y fruncí el ceño en gesto pesaroso.
─Aunque quisiera… No podría. No al menos con los guantes, pero con unas vendas ya se podría hacer algo. Siempre me pongo unas vendas para sujetarme bien las manos junto con las muñecas para que a la hora de golpear no me haga daño. Tú podrías usar mis vendas. ─me crucé de brazos, entrecerrando la mirada pensativo.


Una vez salimos del aula y cerré, cogí todo el material para ir hacia los pasillos que me tocaban. De mientras, la pelirroja iba a mi lado. ─ ¿Tal vez? Pareces una mujer muy atareada. De las que no paran. ─comenté con tranquilidad caminando sin prisas a nuestro destino. No me estaría mucho más de media hora para limpiar un par de pasillos, por lo que ya solo era la recta final para luego estar libre y poder relajarme un rato. Aunque estaría mintiendo si digo que esta tarde es una de las que más he trabajado. ─y más me lo imagino cuando me pides que te enseñe uno de mis trucos para desestresarte...─añadí cuando cruzábamos una de los silenciosos pasillos.

Publicado por Invitado Dom Nov 15, 2015 8:58 am

Asentí con el entusiasmo brillando en mis iris verdes debido a la curiosidad que me producía. Sabía que algún día moriría como un gato, por curiosa, pero mientras tanto me gustaba investigar cosas nuevas, y mucho mas si me sacaba prejuicios de mi mente.

—Alterada... a veces, atareada casi nunca. La mayoría de las cosas son sencillas cuando ya has dado un año de clases, solo tienes que cambiar un par de cosas y listo, solo queda corregir y preparar trabajos, no suele ser demasiado complicado, ni llevar demasiado tiempo— A veces lo hacía, pasar horas pensando que problemas plantear en las pruebas, que sean diferentes a años anteriores por si se les ocurría estudiar de ellas, pero cuando toda la planificación estaba lista, solo quedaba ir a clases. Por eso programaba las clases hasta mirad de año, para solo ocupar mis días de vacaciones que pasaba en el internado, escribiendo las nuevas actividades. —A veces es bueno organizarse un poco, por lo tanto, esta tarde la tengo libre, como tantas otras— Dejo escapar una sonrisa, mientras inclino mi cuello hacia un lado como si marcara la cantidad de tardes que había liberado por trabajar cuando nadie tenía ganas de hacerlo. —Si soy algo inquieta, pero ese ya es otro tema—

Muerdo mi labio, y me llevó con el un pedacito de labio, aprieto los mismos para asegurar que no hubiera sangre, pero no sentí el sabor metálico y pude respirar de alivio. Acomodo mis cabellos mordiendo nuevamente el labio sin hacer mucha fuerza. —En realidad, es curiosidad, quiero saber que se siente y cómo se hace, cómo se golpea algo... supongo que ustedes los hombres saben mas de esas cosas, por lo menos mi padre les enseño a mis hermanos a dar un golpe, a mi me dijo que si pasaba algo, buscara a quien pudiera ayudarme y me dio un frasco de gas pimienta— Bromeo, recordando ese momento, mis hermanos se ligaron varios golpes mientras aprendían defensa personal.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Jue Nov 19, 2015 10:56 pm

Asentí con la cabeza mientras ella me explicaba un poco la vida de un profesor una vez ya ha cumplido un año en la escuela, y lo cierto es que parecía fácil visto de aquella forma. Solo tenías que repetirte como una grabadora día tras día, repitiendo el año anterior, y ya tenías el sueldo esperando a final de mes.

─Tomarte la tardes libres… Ya me gustaría a mí hacer eso. ─suspiré ligeramente anhelante, aunque era más una coña. Para mí cumplir un año como profesor era como cumplir condena con aquellos renacuajos. Los que se portaban bien eran más pasables, pero siempre estaba el que levantaba la cabeza del papel, y te soltaba alguna burrada que te daban ganas de dejar el trabajo. Y aquello lo descubrí sobretodo en mis años como estudiante, y lo odié cuando empecé a trabajar aquí. La de veces que me habré encontrado con estudiantes que es mejor enterrarles la cabeza en la tierra en vez de intentarles inculcar un poco de cultura.

Una vez llegamos al destino, empecé a trabajar sin pararme un instante, mientras la profesora iba a mi lado. Mientras no molestase, no sería problema para mí hacerlo rápido y terminar cuanto antes.
─ ¿Tu padre no te enseñó autodefensa? ─pregunté en tono de réplica enarcando una ceja, observando que ya que le enseñaba eso a sus hermanos, por qué no a ella. ─ ¿Pensaba que con un espray antivioladores ya podrías arreglártelas y de sobras? Veo que tu señor no conoce la clara desventaja que hay entre una chica contra cuatro hombres. No sé, llámame loco pero digo yo que es algo difícil solo con un simple tubo de pimienta. ─añadí enarcando una ceja, parándome incluso para apoyarme en la escoba.

Publicado por Invitado Sáb Nov 21, 2015 7:10 am

Al entrar en la sala tomé un lugar en una de las mesas donde me pareció que molestaría menos Edu, dispuesta a moverme cuando fuera necesario. La pregunta me toma desprevenida. Nunca había visto aquello como algo malo, mi padre me había dicho que no había razones para usar la manera sin que este justificado, y además, no necesitaba mucha protección cuando sabían que mi padre era policía e iba a todos lados con mi hermano. Suelto una risa baja, estaba, de manera sorprendente, tranquila, quizá me debería haber puesto a la defensiva de mi padre en el primer momento, o frenar aquella pregunta a la mitad, pero nada de eso había nacido en mi como reacción, solo había salido aquella pequeña risa y me apure para responder.

—No es nada malo— Respondo dejando mi bolso sobre una de las mesas para que mi espalda no hiciera fuerza y pudiera abandonar aquella posición rígida que tomaba al llevar algo pesado en el hombro. —Siempre andaba con mi hermano, no vivía en un lugar peligroso, y cuando mi hermano no estuvo mas a mi lad...— Me tuve que frenar, al sentir como se trababa mi garganta. Dolor, eso era lo que se movía por mi pecho, y me presionaba hasta que sentía que no podía respirar. —cuando no estuvo a mi lado, tampoco necesite protección— Una sensación desagradable se sintió en mi boca, todos creían que era inocente, yo también lo creía, hasta que me di cuenta de que podía hacer mas daño del que me proponía, y me di cuenta tarde. —No es que fueran a buscar a una persona como yo, quizá solo tuve suerte de no tener que defenderme nunca— Susurro tratando de recuperar el volumen de mi voz.

Quizá no tan solo había sido suerte, sino que se trataba de estar encerrada todo el tiempo, en la biblioteca, en su departamento, en su habitación, casi nunca salía mas allá de las clases que tomaba. Cuando acabo la universidad salió un poco mas, pero sus salidas tendían a cero y era porque en su mayoría la habían obligado. —Y tampoco creo que necesite autodefenderme o defender a alguien en este lugar— Siento que mi voz solía ser la misma, no del todo, pero estaba bastante cerca.

Publicado por Ophelia E. Westerberg Dom Nov 22, 2015 12:03 am

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