Do I wanna know?

Agua, el agua solía calmarme. Fui hasta al baño con la visión borrosa, con lagunas que me impedían pensar cómo había llegado a ciertas partes del internado. Me metía al agua con la ropa puesta, con dificultad para respirar, con ganas de golpear algo más. Golpeé los cerámicos, no con tanta fuerza para terminar de romperme los nudillos, pero si con la suficiente para recordar que le había pegado a la pared de la habitación de Callie hacía unos minutos. El agua fría no me ayudaba con la respiración, pero si me calmaba. Puse mis manos bajo el agua observando como la sangre se lavaba lentamente de las mismas. Las mire sin reconocerlas, ese no solía ser yo, yo no hacía esas cosas. Yo no… No podía terminar mis pensamientos, porque había algo que estaba mal, y tratar de recordarlo era recordar aquel momento en que abrí los ojos y me di cuenta de que mi amiga había desaparecido, una de mis mejores amigas. Estaba cerca de mí, estaba ahí y no la pude ayudar. Respiré antes de golpear algo nuevamente, porque, últimamente, los golpes eran lo único que me permitían liberar toda la rabia que tenía dentro.

Salí del baño quitándome las prendas mojadas y regresando a mi habitación con ropa seca, el cabello mojado y mis manos con los nudillos rojos. Me senté en la cama, pero allí duré unos segundos antes de ponerme de pie. No podía parar de pensar y no hacer nada no ayudaba al bienestar mío o de otras personas. Tomé las ropas mojadas para llevarlas a la lavandería y luego subí a la sala de música, pero no toque nada, solo me senté en una silla observando mi guitarra sin siquiera tocarla. Antes solía hacer eso todo el tiempo, cantar, hacer música, ahora las ganas me faltaban. No había podido mirar a Nate en el momento en que regreso, y me sentí horrible por eso, debería haber dado la cara, pero no podía, simplemente no podía. ¿Por qué todas las personas cercanas a mí terminaban muertas o desaparecidas? ¿Cómo la gente podía decir que existía un Dios cuando esas cosas pasaban? Nunca había deseado mal a nadie, nunca había hecho mal a nadie (sacando el puñetazo que le había dado a Cole en su momento), era travieso, no era malvado. Cassie y Callie tampoco lo eran, ¿cómo alguien podía pensar que se lo merecían? ¿Cómo alguien podía arrebatarlas?

Lo siguiente que supe fue que la guitarra golpeó contra el piso y la madera crujió al romperse. Tomé mi diario lleno de canciones para poder arrancar sus hojas y romperlas, de nada servían, solo eran basura que nunca lograrían salvar a nadie.

Publicado por Brennan F. Grunwald Sáb Jul 02, 2016 8:38 am

Tras la marcha de Austin años atrás, todos sus amigos habían sido imaginarios, siempre fue una niña solitaria, la ironía era que ahora que su hermano había desaparecido, con él se habían ido los pocos amigos que había hecho durante su estancia en el internado, si sentía que había conocido a alguien que no se iría de su lado en aquellos momentos, sin duda sería imaginario. El eco de sus pasos era lo único que escuchaba desde hacía días, pasos que daba mientras caminaba sin un destino fijo, cualquier lugar lejos de su habitación era adecuado, lejos de los recuerdos que esta le traía y si se encontraba con el peligro, como muchos decían, mejor todavía, quería mirar al monstruo que le había arrebatado a Austin, a Alec, y le había dejado a ella atrás, si alguien merecía desaparecer era ella después de todo.

Pensándolo bien, quizás todo estaba en su lugar, el sufrimiento que le asfixiaba cada segundo que pasaba despierta sin duda era peor castigo que cualquier otro, quedarse allí, sola, sin saber el asesino o el psicópata que se sentaba a su lado en clase, o en el comedor, o cruzaba una mirada con ella en los pasillos. La paranoia y la soledad eran mil veces peor que cualquier muerte. Un ruido brusco sacó a la chica de esos pesimistas pensamientos, por un momento, corto, pero delicioso, pensó que finalmente habían venido a llevarsela a ella también, pero con algo de decepción se dio cuenta de que era un pensamiento estúpido, nada vendría a por ella, nada la sacaría de aquel infierno. Dio un par de pasos más, siguiendo el ruido y se sorprendió cuando una cara familiar estaba en aquella habitación, rompiendo cosas que en algún momento, fueron de un valor especial.

-¿Brennan? ¿Gru?- Preguntó la chica, como si realmente no estuviese segura de que aquella cáscara furiosa fuese el chico sonriente que conoció una vez. Había escuchado cosas, por supuesto, sabía que mucha más gente había desaparecido, entre ellos gente importante para él, y allí estaban ambos, dos juguetes rotos de lo que fuese que aquel internado estuviese haciendo. Observó al chico, su rostro, sus manos, las heridas y la guitarra rota en el suelo junto a un cuaderno que parecía que pronto se uniría al club de las cosas rotas. Pero nada de eso le impactó tanto como la mirada en el rostro de aquel chico, sintió un escalofrío, ella estaba acostumbrada al vacío, pero ver a alguien que en algún momento desprendió tanta luz, perdido en el mismo sendero que ella, fue desalentador.- No hagas eso...- Susurró, sin moverse demasiado, no quería hacer un movimiento brusco y que el chico pensase algo extraño. Señaló al diario que tenía en las manos, no estaba segura de lo que era, pero si era la mitad de importante que la guitarra para el antiguo Brennan, era mejor impedir que siguiese destrozando cosas que le importaban. No iba a preguntarle si estaba bien, era una pregunta estúpida.- ¿Puedo pasar? - Preguntó, ya que aún seguía en la puerta, sin estar segura de que su presencia fuese algo bueno para el chico, llevaba tiempo sintiéndose como la parca, arrastrando muerte a todo el que se acercaba.- No arreglarás nada haciéndote daño, te lo digo por experiencia.- ¿Realmente quería convencer al chico de no hacer algo que ella misma hacía? No estaba segura, simplemente no quería que aquel muchacho que una vez logró hacerle sentir algo menos sola se hiciera daño.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Jul 02, 2016 8:59 pm

¿Alguna vez te encontraste catando una canción que pasaban en la radio y de pronto te diste cuenta de que reflejaba lo que estabas viviendo en ese momento? A mi me ha pasado a menudo, algunas veces me puso feliz al recordar extraordinarios recuerdos, otras veces me puso triste. Eso son las canciones, son historias, son el sonido de la vida, y como en la vida, su ritmo y su letra cambie acorde a lo que quieren interpretar.

Las canciones siempre cuentan algo, quizá solo hablan de que quieren darle duro contra la pared a una chica, pero esas canciones no cuentan, no deberían contar, pero hay canciones que lo hacen. Puede que sea una canción para un hijo que tuvo un accidente y murió joven, demasiado joven, como es el caso de Tears in Heaven de Eric Clapton. Puede que sea una canción dedicada a un niño que estaba viviendo la separación de sus padres, como es el caso de Hey Jude de The Beatles. O tal vez la canción hablé de cómo encontró el amor de su vida, cómo lo perdió, cómo la vida es mejor o peor desde que no están juntos, como es el caso de las tantas canciones de Taylor Swift.

La cuestión es que las canciones siempre dicen más de lo que pensamos, incluso a veces nos dicen justo lo que necesitamos escuchar. Esas son las canciones que había escrito en "mi diario", mi cancionero. Canciones que quería recordar porque me ayudaron a mantenerme en pie, a llegar a una solución, a expresarme, o estuvieron conmigo mientras estaba en el suelo y no me podía levantar. Hojas y hojas escritas con tinta que hoy rompía frente a mis ojos, sin misericordia, sin pena, sin pensar. Porque ninguna canción traía una solución, porque no podía pensar en una canción que expresara lo que sentía, porque era tarde, porque ni yo era capaz de ponerle letras a aquel sentimiento.

Las hice pedazos, rompí aquellos papeles como si fueran cartas que no quería volver a leer. De la bronca las lágrimas se deslizaban por mi mejilla, era la impotencia.

—¿Hacerme daño? —pregunté al determe y mirar a la persona que me había llamado. Se trataba de Wendy y quería que me detuviera, pero con qué punto. Nada tenía sentido, todo estaba perdido—. ¿Qué daño puedo hacerme, Gwen? ¿Es quéhay algo peor? ¡Una niña se suicidó en este internado! ¡Ophelia está muerta! ¡Más personas han desparecido! Y yo estuve ahí. ¿Sabes lo que hice? ¿Quieres adivinar? ¡No he hecho nada! ¡Absolutamente nada! ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Cantar una canción y sonreír porque todo va a estar bien con el tiempo, porque existe un Dios que nos está preparando una compensación? Nadie nos puede ayudar y no podemos ayudar a nadie. Lastimarme es lo que menos me puede doler, y quizá sea lo mejor, bajar los brazos, quizá es hora de rendirmos.

Publicado por Brennan F. Grunwald Dom Jul 17, 2016 11:52 pm

Gwendolyn se quedó allí, sin cambiar demasiado su expresión mientras Gru continuaba liberando su impotencia, casi sintió envidia al verlo así, casi sonrió al verlo así, porque sí, estaba sufriendo, de la peor forma imaginable, pero no estaba vacío del todo, sentir dolor era mejor que no sentir nada en absoluto ¿No era eso lo que decían? La llamó Gwen por primera vez y eso hizo que se centrase un poco más en la situación, odiaba ver a alguien como él sufrir de aquella manera, verle tan diferente de cuando lo conoció meses atrás era doloroso incluso para ella.

-¿Ophelia?- El nombre se escapó de sus labios, pasando por un momento a un segundo plano el resto de cosas que Brennan había dicho.- ¿Está muerta? ¿Porqué está muerta?- Recordó todas las conversaciones que había tenido con aquella profesora, incluso después de la desaparición de Austin, no confiaba en ella, le había incluso pedido que intentase encontrar a su hermano en nombre de aquella extraña relación que tenían, pero a su vez, algo en ella continuaba haciendole sospechar, quizás eran simples celos de la relación con su hermano, quizás algo más, pero ahora ella estaba muerta, y la estúpida de Gwendolyn había estado demasiado sumida en su mundo zombie como para darse cuenta de que las cosas seguían ocurriendo a su alrededor. Quiso centrarse de nuevo en Brennan, lo más importante en aquel momento, era aliviar un poco el peso que cargaba aquel chico, si bien era cierto que ella estaba totalmente de acuerdo con sus palabras y así no iba a poder ayudarle, quizás lo mejor era darse la vuelta e irse, pero Brennan no era como ella, él no había nacido para ser abandonado, estaba totalmente solo en aquel momento y eso no estaba bien. No él.

-¿Qué tú no has hecho nada?- Gwendolyn por primera vez cambió un poco el tono, saliendo de la monotonía y sonando casi ofendida ante ese comentario del chico, aunque él no le había dado permiso para acercarse, lo hizo lentamente, mirando al chico preguntándose si realmente creía eso.- Tú has sido real, Gru, estuviste ahí al menos, no te quedaste como yo, solo en una esquina esperando a que te llevasen también, tú estuviste allí, lo intentaste. ¿Qué podrías haber hecho? ¿Qué clase de poder tienes para parar algo que ya se ha llevado las vidas de tantas personas? No eres un dios, ni mucho menos el responsable de todo esto, no existe nada que pudieses hacer para evitar lo que ha pasado... Hasta yo tendría más culpa que tú de ser así, me amenazaron con quitarme a mi hermano, me dieron un aviso y yo fui lo suficientemente estúpida como para no entenderlo y ahora él no está. ¿Qué hice yo para protegerle? ¡Ni siquiera estuve allí!- ¿Acababa de exclamar? Casi se sorprendió a si misma al haber elevado la voz, hacía demasiado tiempo que su voz no había dejado notar ningún tipo de emoción, aunque claro, tampoco había dicho nada de aquello en voz alta. Su corazón se había acelerado levemente y se sintió culpable por ello, ella no tenía los mismo derechos que Brennan, ella no tenía derecho a enfadarse y romper todo a su alrededor, no merecía eso si quiera.

- Hacerte daño solamente empeorará las cosas, no te hará sentir mejor, y a las personas que no hemos desaparecido aún nos causarás más dolor. No te pido que finjas, ni mucho menos que actúes como la primera vez que nos conocimos y me repitas los mismos comentarios optimistas de aquella vez, solamente te pido que no destroces lo poco que queda de bueno en este lugar, tú estás vivo, tienes familia fuera de aquí cuya vida sería destrozada si algo te pasara, tu vida no es solamente tuya, pertenece también a todos a los que les importas, tú mejor que nadie deberías saber eso, este lugar te ha quitado a personas importantes y mira en lo que te ha convertido. ¿Qué ganas haciéndote daño si no crear más dolor a ti mismo y a los demás?- Se había acercado tanto que casi sintió ganas de poner su mano en el hombro del chico, o abrazarle realizando cualquier tipo de contacto físico que los seres humanos usaban para confortar a otros, pero ella no podía tocarle, Brennan seguía siendo algo demasiado puro, aún estando como estaba, como para que ella lo tocase y lo pusiese en riesgo, quizás todo lo que ella tocaba desaparecía, mejor no arriesgarse, simplemente se quedó allí, cerca. Tomó una decisión, se puso algo más seria aún y se dispuso a hablar de nuevo, si quedaba algo del Brennan que ella había conocido, probablemente aquello sacaría alguna reacción en el chico que haría que dejase de querer dañarse a si mismo.

- Te sería más práctico focalizar tu rabia en alguien que lo merezca un poco más, puedes gritarme si quieres, o pegarme o lo que sea que necesites, sé que no lo harás porque eres demasiado bueno, pero si realmente crees que no hay otra salida que lastimarte o rendirte, puedes hacernos a todos un favor y empezar por mí, no tengo familia ni nadie que se lamentase por ello, y ya he sido insultada y golpeada antes, no es algo que realmente me importe.- La joven se encogió de hombros, realmente no le importaba, casi lo deseaba en cierto punto, que Brennan se enfadase con ella podría ser lo más cercano a sentir algo que había llegado a experimentar en semanas, podría enfadarse por pedirle algo así, por considerarla egoísta al pensar que con aquello lo que intentaba era llamar la atención sobre si misma, o incluso puede que al final el dolor dentro del joven fuese tanto que ya no le importaba a quién dañar mientras que pudiese liberarse de algún modo, con cualquiera de esas posibilidades, Gwen estaba de acuerdo. - Yo me hago daño y me he rendido, y así es como acabas ¿Realmente quieres convertirte en esto?

Off: Perdona, me quedó muy largo D:

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Lun Jul 18, 2016 9:54 am

No solía exponer quejas hacia mi familia. La amaba, la adoraba y no la cambiaría por nada, pero, a veces, no podía evitarlo. A veces, me sentía como Elsa, a quien su padre le pide que contenga algo que es, para mostrar algo que no es. En mi familia ocurría lo mismo, todos los sentimientos que tenían que ver con la tristeza o la impotencia tenían que ser guardados para uno. Se podía hablar de todo, pero no de ciertas cosas. Era contradictorio, pero era la verdad. Desde la muerte de mi hermano supe que no podría hablar de eso con ellos. Lo hable con las gemelas, mis primeras amigas en el lugar, ahora no las tenía, y necesitaba soltar toda aquella bronca, todos aquellos pensamientos, toda la ira, todo lo que estaba consumiendo mi interior porque no podía contenerlo más tiempo. En otras palabras, necesitaba explotar. Y eso hice. Pensaba en mí y no en la pequeña que estaba frente a mí, estaba siendo egoísta como sabía que no tenía que ser, pero no lo pude evitar, porque Gwen entró en un momento no conveniente, me encontró cuando debía estar solo. Eso no justificaba lo que acababa de hacer, pero al menos, luego de largar todo eso, de romper la guitarra y mi diario, podía pensar con más claridad. Respiré, más liviano, más ligero, y la escuché mientras recuperaba mi fuerza de voluntad y recolectaba mi fachada destrozada.

Me costó encontrar palabras para responder de buenas a primeras, solo pude sentarme, o más bien apoyarme en un banco para descansar mi peso, y agachar mi cabeza ante el regaño recibido. Estaba solo, estaba perdido.

Actúe por instinto. Me volví a acercar a Wendy y la abracé con toda la fuerza necesaria para sentirla cerca de mí, no muy fuerte para no ahogarla. Gwen también estaba mal, también sufría, también sentía dolor, tal vez más que yo, pero a diferencia de ella, yo estaba lamentándome de mis miserias, ahogándome en un vaso de agua.

—No hay nada malo en ti, Wendy. Eres inteligente, madura y fuerte. No sabía lo que estabas pasando, te hubiera ido a buscar para poder darte una mano. Lo siento… lo siento —respondí y me alejé unos pasos pasando mi mano por la cabeza. Últimamente estaba haciendo todo para el traste, nada me salía como lo pensaba, como quería que saliese. Volví a mi lugar en la mesa y puse las manos en mis bolsillos—. Quizá solo necesitaba descargarme, pero tranquila, no te haría daño, nunca lo haría, no sería capaz. Es solo que… estaba ahí, tan cerca, y no pude hacer nada. Estaba ahí.

Y eso era lo que más dolía. Haber estado tan cerca, ver el lugar donde había estado antes de que esos sedantes me dejaran inconsciente. No había tocado la tierra, pero de hacerlo seguro estaría allí el fantasma de su cuerpo. Le había fallado. Les había fallado a las gemelas. Le había fallado a Isak al no proteger a Carol como él lo hubiera hecho. Era un fraude. No era un amigo. No era un buen amigo. Y eso me estaba matando, porque sino era un buen amigo, entonces, no era nada.

—Lo siento Wendy, no debería haberte gritado. Lo siento mucho. Que hayas tenido que ver esto, que hayas tenido que presenciarlo. No soy tan fuerte como las personas esperan, y encima ahora quieren que sea líder de la Organización. Todo esto… está mal, yo no puedo. Es demasiado —aclaré, consumiéndome nuevamente en aquella pena que no podía controlar porque toda la situación no se me salía de mis manos, había estado fuera de mi alcance desde el inicio, no podían esperar que lo controlara de alguna manera. ¿Cómo podía decir a las personas que no tengan miedo cuando estaba aterrado? ¿Cómo podía explicar que tenían que proteger a sus compañeros si yo no había sido capaz de proteger a mis mejores amigas? ¿Cómo? Mi vida estaba llena de preguntas que comenzaban con “cómo”, y seguía sin encontrar una respuesta. Yo no era Callie, yo no era líder. Yo no era Cassie, yo no era una sobreviviente.

Rasqué mi ceja mientras pensaba en todo lo que estaba ocurriendo, en cómo alguien iba a ser capaz de encontrar una manera de controlar esa situación, de ayudar y dar la seguridad que todos queríamos recibir.

— Tu no viniste a la última reunión, ¿cierto? Debo… —me quedé allí, sin más nada que decir. Debía estar licuando su cerebro. Ya sabía que había metido la pata cuando me preguntó cómo era eso de que Ophelia estaba muerta. Fue una de las primeras cosas que me hizo disminuir la velocidad de mis violentas palabras.

—Ophelia murió el otro día, el primero de Abril. No sé si recuerdas que en la organización se habló sobre una posible ruta de escape, ese día estaba prestando atención a otra cosa, no recuerdo si estabas allí. Al parecer Brian había encontrado un mapa que nos podía hacer salir. Se votaron por personas para que lo intentaran, se dijo que sería el día de los inocentes, pues, con bromas podíamos entretener a los estudiantes, profesores, intentar que no notaran que faltaban personas. La profesora Westerberg estaba en el grupo. Al parecer, ella no era de los nuestros, y en realidad no sé qué pensar al respecto. Amenazó con la vida de un estudiante, pidió que todos regresaran, y de pronto apareció Yvette, Nate estaba allí, él me contó todo, Rose también estaba presente. La mató —enmudecí tras aquellas palabras. Ahora sabía que tanto les había costado a aquellos dos estudiantes contarnos la verdad a nosotros. Decirnos qué era lo que habían visto, qué había pasado—. Y ahí no termina. Ese mismo día, pasaron muchas cosas, Isak encontró a la hija de Yvette y ella se suicidó, pero les dijo que encontraran a la pelirroja, que ella nos ayudaría, supuso que era Ophelia. Por otro lado, en el lago encontramos a todos las personas muertas en el fondo del mismo. Era ahí dónde las estaban ocultando. Cuando volví, con Is fuimos a la habitación de la profesora, para saber si podíamos encontrar algo que nos regresara a los desaparecidos, pero solo encontramos que era su letra la que aparecía en las notas. Siempre fue ella Gwen, siempre fue ella.

Tomé un respiro, negando por lo bajo ante toda aquella historia, sin poder creer que todo eso haya pasado en un solo día. Un solo día. Había tenido esperanzas de que fuera solo una pesadilla, pero no lo era.

—La Organización se juntó al día siguiente —continúe contando para poder poner al día a la rubia—. Sin Callie, faltaba un líder, y Hudson se dio de baja. No fue a la reunión, no sé qué pasó con él, no he hablado desde entonces. Se votaron nuevos líderes, Sophia representa ahora al personal docente, Brian sigue representando al personal, y me votaron a mí para que represente a los estudiantes. Debería ser otra persona… de verdad debería ser alguien más. No me pueden confiar a mí una vida, seguro acaba desaparecida o peor…


Off: Descuida, perdón por la demora.

Publicado por Brennan F. Grunwald Miér Jul 27, 2016 12:08 pm

Palabras reconfortantes, sobretodo viniendo de alguien que sufría tanto como Gru, eran lo último que quería escuchar. Se sentían como mentiras, dagas escondidas en palabras que la golpeaban recordandole el buen papel que había realizado siendo perfecta delante de todos. Nadie le conocía de verdad, y las únicas personas con las que se había mostrado como era, habían desaparecido perdidos en el frío de aquella isla. Dolió casi tanto como aquel abrazo, un abrazo que le hizo recordar que seguía existiendo, hacía demasiado tiempo que nadie le tocaba y su propio comportamiento le hacía parecer un fantasma, pero el momento en el que el contacto de Gru la sorprendió, casi se vio anegada por un tsunami de sentimientos y unas terribles ganas de llorar. Pero no lo hizo, el chico se separó a tiempo, antes de que ella pudiese apartarse, le aterraba la idea de que el calor que desprendía el joven contra ella desapareciera también, como todo lo demás, no tocaba nada importante, nada que pudiese desaparecer también. Se mantuvo en silencio escuchando todo lo que dijo Brennan y por unos instantes, el cielo, con todas sus constelaciones, planetas y más temibles agujeros negros cayó sobre ella sin ningún tipo de piedad. Ophelia, siempre fue Ophelia... Gwen metió las manos en sus bolsillos, para sacar las dos notas que había recibido, siempre las llevaba consigo, como una penitencia o un castigo hasta encontrar quién las había enviado o a su hermano y Alec. Miró las notas de nuevo, aquellas palabras escritas con crueldad.  

-"Algunos callamos lo que en verdad queremos decir y se lo ocultamos a aquellos que de verdad deberían saberlo. Es lo mismo de siempre, mientras los ojos no ven, el corazón no siente." - Murmuró para sí misma, casi en susurros inaudibles, había repetido aquellas frases casi como un mantra en las últimas semanas, sintiendo la culpa y el desasosiego, también aquella otra nota.- "Quizá debieron decir a sus hermanos la verdad antes de que sea demasiado tarde"- Cerró los ojos con fuerza, no había llorado en años, más allá de las últimas noches que lo usaba más bien para agotarse hasta quedarse dormida, pero por alguna extraña razón, sus ojos ardían en aquel momento, amenazando con aguarse cada vez más hasta que fuese inevitable.- Me encontré con Ophelia, en los acantilados, la amenacé prácticamente, le dije que sospechaba de ella, le dije... - Convirtió sus manos en puños, arrugando hasta casi destrozar aquellas notas que había guardado con tanto recelo, no le importaban, ya no importaban.- Me confundió... Sabía que Austin sentía cosas por ella, y Alec... Ella sabía quién era Alec para mí, yo se lo puse en bandeja de plata, él estaría bien si no fuese por mí.- Suspiró, Gru no tenía porqué soportar aquella charla, no tenía porqué contenerla en aquel momento, intentó mantener la calma, rompió las notas y las tiró junto los otros trozos de papel que habían en el suelo.- Ojalá la hubiese matado yo.- Dijo en un último susurro, realmente lo deseaba, realmente lo habría hecho... Fue entonces cuando se percató de lo último que había dicho Brennan.

-Espera...- Se secó rápidamente las lágrimas que habían logrado escapar clandestinamente de sus ojos para mirar al chico totalmente sorprendida.- ¿Qué tú eres qué?- Casi sintió pánico por unos instantes ¿Es que aquello no iba a parar nunca?- ¿Representante de los estudiantes? ¿Tú? ¿¡Cómo se te ocurrió aceptar algo así!? ¡Con todo lo que ha pasado!- Ahí estaba, por segunda vez perdió el control de su voz y prácticamente le gritó al chico, no quería hacerlo, pero no podía racionar en aquel momento.- ¿Cuándo es la siguiente reunión? Claro que debe de ser otra persona, yo misma lo haré si es necesario. Ophelia pudo matarme aquella vez, pero no lo hizo, siempre que me amenazaba era con quitarme a Alec y Austin, ya no están ninguno de los dos, ya no pueden amenazarme con nada más, pero tú aún tienes gente aquí ¿Cómo se te ocurre aceptar ser representante de algo tan peligroso, Gru? - Le estaba riñendo como si fuese su madre o eso parecía, había perdido el control por unos instantes y cerró los ojos con fuerza por unos momentos para recuperar la calma y hablar más pausadamente.- Por favor, Gru... Diles que no lo harás... Tú mismo dijiste que Ophelia estuvo en la organización ¿Cómo sabes que no hay más como ella? ¿Qué no es todo una trampa? - No volvería a perderse una sola reunión, debía estar más pendiente, debió haber ido con ellos la última vez, no iba a volver a cometer el mismo error de nuevo, iba a recuperar su actividad dentro de la organización, y si era una trampa, mejor para ella, le matarían o le llevarían con Austin y Alec, ambas opciones eran mejores que el infierno actual, pero no con Brennan liderando y pudiendo correr el mismo destino, ya había desaparecido bastante gente.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Miér Jul 27, 2016 8:15 pm

Decir lo que había pasado ayudaba, lo descubrí en ese momento cuando mi mente se aclaró para poder separar cada uno de los hechos y poder expresarlos para Wendy, quien los desconocía. Al menos tenía la sensación de libertad que producía saber que aún podía pensar cuando se lo proponía que podía pasar de un problema enorme a varios problemas pequeños. Aun así esa sensación no superaba la culpa y la angustia de haber perdido a sus amigas y no haber hecho nada por evitarlo.

Wendy habla en voz baja y al levantar la vista veo unos papeles en sus manos. La observo con rostro inexpresivo y una frente poblada de arrugas, siento el impulso de abrazarla nuevamente, me contengo, no sé bien por qué, pero lo hago. La escucho, aunque no puedo estar de acuerdo con ella porque hay algo que no me suena correcto, como cuando hay algo mal que no está bien, era esa sensación mezclada con el peso de saber que la joven fue amenazada y guardo todo eso para ella. La valoré y respeté por su fortaleza e independencia, dos cosas de las que carecía. Presto menos atención cuando las palabras de la joven toman volumen al saber que era líder. Esa hubiera sido mi reacción de no haber estado rodeada de tanta gente. La deje expresarse mientras aún yo pensaba en las palabras que Ophelia le había escrito.

—No creo que hayan sido amenazas Wendy, —comienzo a decir apoyando mi mano en la suya en aquella que contenía las notas. Era una conclusión precipitada, pero como alguien que también había perdido gente, para mi aquellas palabras sonaban como las de una madre cuando le dice a un niño que se ponga la campera porque va a llover y no quiere que padezca una gripe—. Suenan como una advertencia. No sabemos bien cuáles eran mas intenciones te Ophelia, pero si te puedo decir que sabía más que cualquiera de nosotros y sus notas no lastimaron a nadie, solo nos llevaron a descubrir la verdad, si te pones a pensar nunca la vimos matar a nadie ni encontramos pruebas de que haya sido ella, lo único que sabemos es que escribió las notas. ¿Qué pasa si supo que irían por Austin? Quizá las notas no te decían que se lo llevarían por tu culpa, sino que era mejor decirle todo lo que sentías antes de que no hubiera mañana, antes de que sea tarde.

Estuve a punto de decir que no era su culpa, pero sentía exactamente lo mismo que ella, que era mi responsabilidad por tener las pistas frente a ma cara y no poder mirarlas ni entenderlas.

—Ven —le pedí mientras la tomaba del hombro y me enderezaba para darle un abrazo. No estaba seguro de que le gustara, pero tampoco pensé en ello, porque esa niña necesitaba apoyo porque no estaba sola ni lo estaría—. No sabíamos que se iban a ir, que nos lo iban a robar, por eso no sentimos la urgencia de decir hasta lo más absurdo que pensábamos y ahora nos arrepentimos por ello. Es lo que la nota dice, pero lo ignoramos pensando que aún teníamos tiempo. No... No es malo lo que sentimos y nos tendremos que perdonar por ello y esperar, esperar que un día los podamos volver a ver, y cuando eso pase, no dejaremos escapar esa oportunidad, ¿Verdad? Vamos, los veremos de nuevo y nos tendremos que perdonar para poder ayudarles.

Me terminé de separar y busqué sus ojos mostrando una dulce sonrisa en mis labios, buscando que no se rindiera y que no bajara los brazos. Me arrepentía de haber hecho todo ese estrago en la sala, de haber roto mi guitarra, me arrepentía porque no podía ser ese el ejemplo que mostraba. Ma gente necesitaba a alguien fuerte que los guíe, por eso Nate era mejor que yo para guiar a la organización.

—No tienes que pensar en la próxima reunión. Hablaré con Nate, élera el otro candidato, le pediréque tomé el puesto por bien comunitario. Yo no serviría en ese puesto. Seguro lo toma, pero prefiero hablarlo con él, seguro entiende mi punto de vista. —Nate era inteligente, seguro con rapidez lo entendería, él ya sabía lo que era ser capitán, él podría hacerlo bien. Yo confiaba en él y la gente aprendería a hacerlo también—. No tienes que preocuparte por mí, estaré bien, de alguna manera lograré estarlo, solo que a veces necesitamos liberar lo que llevamos dentro antes de quenos consuma y nos destruya por dentro.

No pensaba que fuera cierto todo lo que decía, y tampoco se aplicaba a mí, pero Wendy era pequeña y joven. No podía rendirse aún, tenía mucho por vivir y no era su culpa que hayan tomado a su hermano, tampoco a Alec. ¿Cómo podía ser su culpa?

Publicado por Brennan F. Grunwald Miér Ago 03, 2016 10:57 am

Brennan era realmente diferente a ella, en un buen sentido, en otras circunstancias, habría sentido incluso ternura de la compasión y buena voluntad del chico, siempre viendo algo bueno en los demás. Pero en aquel momento le enfurecía, le enfadaba que defendiese a alguien que les había hecho tanto daño, sin embargo no apartó su mano, no rechazó jamás el contacto del joven porque de alguna extraña manera, se sentía correcto, se sentía casi sanador en algunos momentos, aunque eso no evitaba que sintiese rabia.

-¿Acaso eso es mejor? ¿Qué ella supiera lo que iba a pasar, sabía que iban a ir a por Austin y todo lo que hizo en su cobardía fue escribir que me despidiera de él, de Alec? ¿De MI Alec? Porque eso me hace odiarla más, lo sabía, y no hizo nada, me lo prometió, y no hizo nada, me miró a los ojos y me mintió, para luego escribirme: perdona a tu hermano, para que volváis a estar juntos, vuelve a sentir de nuevo amor por alguien y así sea más doloroso para ti cuando te los quitemos ¿¡Y ENCIMA TENGO QUE ESTAR AGRADECIDA POR ESO!? ¡Yo habría muerto intentando cumplir mi promesa, yo habría muerto antes que arrebatarle a alguien a las únicas personas en el mundo que le quedaban! Claro que la odio, si se atrevió a mirarme a los ojos después de que se llevaran a las dos únicas personas que me han mirado sin odio en toda mi vida, cuando ella sabía que pasaría, sigo sin sentir ni un poco de pena por ella, ella al menos ya está muerta, corre mejor suerte que algunos aquí.- ¿Realmente sentía esas palabras? Ya no podía saberlo, pero lo que estaba claro es que Brennan no tenía porque estar escuchando todo eso, se supone que era ella la que debía estar allí para él, ambos eran muy diferentes, ella estaba demasiado llena de odio, demasiado resentimiento, él en cambio era... Luz, siempre había sido luz.- No podrías entenderlo.- Gwendolyn buscó algún punto perdido en la habitación para fijar la vista allí, casi como si buscase un salvavidas al que aferrarse en medio de toda aquella tensión.

-Tú lo sabes, no solamente lo vives, puede verse en cada pasillo de este maldito lugar lleno de gente que ha perdido a alguien, sabes lo que es, despertarte por la noche sintiendo que te quedas sin aire, de recuerdos rotos, todas esas ganas de odiarte a ti mismo... Cualquier persona que haya colaborado en crear este infierno no recibirá un sólo pensamiento positivo de mi parte, yo no soy como tú. No puedo ser como tú, no me criaron de esa forma.- En ese momento, los ojos de Gwendolyn se abrieron más de lo normal, comprendiendo algo, nunca fue honesta con Brennan, no del todo, le mintió sobre su familia, sobre su vida...- No sabes como son mis padres, no tienes ni idea de lo que eran Austin y Alec, Austin jamás me pidió ser nada que no fuese, Alec fue la primera persona en el mundo en preguntarme algo en lugar de imponermelo, en quereme sin tener la obligación de hacerlo por ser mi familia... Después de ellos ya no queda nada. ¿Volver a casa, con una madre para la que nunca soy suficiente o un padre que prefiere golpearme sin descanso antes de tener que escuchar una negación a sus peticiones? ¿Agradecida por dejarme despedirme? No me queda nada, debería haberme llevado con ellos, o haberme matado, eso habría sido lo piadoso, no haberme mandado notas con frases vacías - Había explotado, de una forma incontrolable e imprevisible, recordandole que por eso sentía tanta envidia de Gru, él no solamente era querido y aunque estaba destrozado, seguía teniendo a gente a su alrededor que le quería, que estaría ahí para él, si no que encima era buena persona. Ese pensamiento la obligó a calmarse un poco, no podía hacer eso, descargar su rabia en él, no lo merecía.

- Eres demasiado bueno, incluso con las personas que no lo merecen. Sé que estarás bien, intentaré ocuparme de ello, pero por favor, deja la organización, buscaré a tus amigos a la vez que intento encontrar a Austin y Alec, no tienes que seguir pasando por todo esto, tampoco debería hacerlo Nate... Y si no los encontramos como queremos...- Se detuvo, no encontrarlos no era una opción, tenía que encontrarlos, a todos, vivos o muertos, aunque si encontraba a Austin o Alec muertos, estaba claro que para ella también sería el final, no quedaba mucho más en aquel lugar para ella si no estaba con ellos, así que allí donde estuvieran ellos, estaría ella.- Siento lo que te he dicho, no debería haberlo hecho, me alegra que no estés enfadado con Ophelia, quizás no lo merezca, pero yo no puedo evitarlo ¿Lo entiendes? Odio a todo el mundo aquí adentro, todos los adultos, todos los que siento que puedan tener algo que ver... No puedo sentir simpatía por ellos, he perdido demasiado.- Hecho, le había dejado claro a Brennan los monstruos que vivían dentro de ella, que no merecía la pena ayudarla, que ella no era buena persona, que ella misma era el monstruo, uno que cada vez se hacía más fuerte, y que no le importaba serlo.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Miér Ago 03, 2016 7:31 pm

Mis palabras no ayudaron y claro que no iban a ayudar. Gwen había recibido esas notas, había pedido ayuda a quien las había escrito y ahora se enteraba de la verdad. Haya sido o no una advertencia o una amenaza, el mal estaba hecho, y eso no regresaría a nadie, no traería de regreso a Alec, a Austin, a Callie o a Cassie. Saber eso solo nos ayudaba a encontrar un culpable y quizá eso era exactamente lo que todos necesitábamos: alguien a quien apuntar con el dedo y que se haga responsable de las acciones que tantas pesadillas y malos ratos nos estaban trayendo. Todos estábamos hundiéndonos y un responsable nos daba algo, una esperanza, alguien a quien odiar, una cara, una voz, un nombre. De estar viva Ophelia estaría pisando el mismísimo infierno, miradas acusadoras, interrogantes que no sabíamos si podía responder. Deseaba eso, que estuviera aquí para responder, para hablar con nosotros, su bondad, la bondad con la que hablaba quizá podía calmar a todos.

Esperé a que la joven terminara de hablar y de expresar todo lo que tenía dentro. No importaba lo que fuera, que me gustara o no, ella necesitaba liberarse y que alguien la escuchara, aunque la respuesta quizá no la ayudara.

Comenzaba a pensar cómo explicarle que, para mí, Ophelia nos trataba de advertir en secreto. En una de las reuniones de la organización había mencionado que habían amenazado a su hermano, quizá era eso. ¿Qué no haría yo por mis hermanos? Por mi hermana en realidad, ¿qué no haría por ella y por una sonrisa en su rostro? Vendería mi alma al diablo y no esperaría ni las gracias, porque el lazo entre hermanos era eso, era algo más que la amistad, algo más que saber que compartían sangre. Era lo que haría por Isak, a quien también consideraba un hermano. Los proteges incluso con lo poco que tienes. Quizá esa era la razón por la que la profesora de química se escondía detrás de notas y secretos que nos mataban por dentro, pero nadie lo sabría, porque estaba muerta y los muertos no dan respuestas.

—Ven. Confía en mí —le pedí a Wendy cuando la idea se me ocurrió. Era mala, pero era lo que estaba en mis manos para hacer, porque el odio que na rubia tenía no podía ser tomado por nadie. Agarré su mano y dejando la sala como estaba la saqué de allí.

Mi padre había hecho lo mismo cuando mi hermano había muerto. Me había llevado al lugar donde se encontraba su lápida y me había dejado allí para que hable con él. No tenía idea que decir, pero Gwen si tenía cosas por decir, para decirle a Ophelia. La dejé frente a una de las lápidas que tenía la tierra removida. Eran dos, la otra sería de Hallie, seguramente.

—Decírmelo a mi o a ella es lo mismo. No te va a poder responder, así como yo no te puedo decir por qué lo hizo, pero al menos puedes quitarte eso que llevas en tus hombros y que te está aplastando. Hablar ayuda, ya sea solo en tu habitación o con alguien, incluso si crees hablar con alguien, pero al ponerle palabras aclaras de alguna manera tu mente, y te libras de las ganas de decir todo aquello que te gustaría decirle —Callé en ese momento, y con una sonrisa me aleje unos pasos, sintiendo el frío aire del exterior pensaba dejarle un momento de soledad para ella sola—. Voy a dejarte sola un momento, pero no será para siempre, porque no estás sola. Yo estoy contigo, aquí tienes un amigo. No lo olvides, no porque no veas algo, no significa que no existe.

Publicado por Brennan F. Grunwald Jue Ago 04, 2016 12:19 pm

El chico no merecía nada de aquello, todo aquel sin sentido en el que Gwendolyn se había convertido, hasta Pandora, con todo el caos que su creación había supuesto, tenía ahora más coherencia que la misma Gwendolyn, ya casi podría decirse que eran dos nombres para dos personalidades diferentes dentro de una misma persona, Pero entonces fue cuando Brennan dijo aquellas palabras, de las miles de palabras que se extendían en todo el vocabulario del idioma que compartían, él tuvo que decir justo aquellas 3 palabras; "Confía en mí", tomó su mano y empezó a guiarla hacia el exterior, por unos instantes quiso aferrarse a su mano y no soltarla en horas, como si eso pudiese sujetarla de no caer más hondo aún, quizás fue por eso que se encontró sorprendiéndose a si misma  haciendo un amago de mover la mano hacia donde estaba Brennan cuando este se alejó de ella de nuevo, como si quisiera agarrarle para que no se alejase, como si le diese miedo quedarse sola, Gru le dijo que no estaba sola, pero ella no le creyó, claro que lo estaba, y lo peor es que si intentaba comprender a las personas que la habían dejado sola, ya no tendría a nadie a quien culpar. Si pudiese sujetar la mano de Brennan, si él pudiese entenderla, lo espeso que le parecía el aire dificultándole el respirar...

Pero no podía, todo aquello ya no se trataba de ella, se trataba de ayudar a Gru a no caer donde ella estaba, iba a representar bien su papel, se prometió hacerlo, siempre lo había hecho ¿No? No podía ser tan difícil, así que se quedó allí, mirando la tumba de Ophelia. Por un momento, uno extraño y corto, casi tanto que desapareció tan rápido que podría no haber existido nunca en realidad, Gwen deseó que Ophelia realmente estuviese allí, mirarle a los ojos y decirle lo que realmente pensaba, cortarla con palabras como si fueran cuchillos, también, decirle que lo entendía, que sentía que hubiese muerto, que no lo merecía, pero a su vez, que eso no iba a lograr que la perdonase, si Ophelia realmente era buena persona, tampoco habría buscado su perdón, si Gwendolyn hubiese estado en el lugar de la profesora, y hubiese hecho lo que hizo, bajo amenazas o sin ellas, no habría buscado el perdón de las personas que había dañado, habría comprendido que tendría que vivir recibiendo ese odio, lo merecería después de todo.

-El karma es una mierda ¿Verdad?- Cerró las manos con tanta fuerza, convirtiéndolas en puños, que sintió el dolor de las uñas clavándose en las palmas de sus manos, dejando aquellas extrañas marcas con forma de media luna. -Yo...- Su voz se entrecortó, como si su propio subconsciente se negase a hablar por alguna extraña razón, unos minutos antes, parecía no poder dejar de soltar palabras y escupir veneno, y estar allí, con la realidad delante, con alguien que había visto semanas atrás a solas, viva, ahora estaba allí, enterrada en un lugar del que nunca saldría y aún así, Gwendolyn seguía sintiendo envidia y rabia por ello. Tomó aire para un segundo intento pero no lo logró, cada vez que algún sonido salía de su garganta, sus ojos se aguaban de nuevo y sentía unas terribles ganas de dejarse llevar y doblar las rodillas, cayendo al suelo y llorar con frustración durante horas, no podía, no en aquel momento.

No estaba preparada para decir lo que pensaba realmente de Ophelia, sentía demasiadas cosas demasiado fuertes a la vez en aquel momento, y debía elegir una o explotaría, dolor, pena, rabia, impotencia, compasión... Se quedó con la rabia, porque de todas aquellas parecía ser la única que podría ayudarla a mantenerse con vida. Si perdonaba a Ophelia, si intentaba entenderla, si ya no le quedaba a nadie a quien culpar, la culpa la devoraría a ella, y Gwen no podía rendirse, aún no, no hasta que supiera que había pasado con Austin y Alec. Retrocedió un par de pasos para luego darse la vuelta y mirar a Brennan a los ojos.- No puedo hacerlo, lo siento... No te enfades conmigo...- Se disculpó sin saber muy bien porqué, pero estaba tan acostumbrada ha hacerlo que le salió de forma natural.- Debería de poder, pero no puedo... Aún no.- Finalmente no tuvo el valor de sostener la mirada a su amigo por más tiempo y dejó que su vista se fijase en el suelo, como si este fuera algo fascinante que mirar.

- Brennan... Gru... No tienes que hacerlo, pero, si es posible, me gustaría que me prometieses una cosa. ¿Podrías prometerme que cumplirás la promesa que te pido? ¿Antes de que te diga lo que es?- El peso de aquella deuda que sentía que se había creado con Gru se unía a la culpabilidad y sentía que necesitaba aligerar el peso, necesitaba escuchar una promesa de labios del pobre chico que, hundido en sus propios problemas, era aún tan desinteresado como para centrarse en ella, quién, estúpidamente, había vuelto a actuar de forma egoísta llevándolo todo en su dirección. Quizás le pedía demasiado, confiar en Gwendolyn era algo que solamente una persona había hecho, Alec, y el resultado de esa confianza había acabado en desastre.- En realidad, no importa, será mejor que entremos, hace demasiado frío.- Y lo hizo, sonrió, de esa forma tan radiante y vacía como siempre lo había hecho hasta que conoció a la gente de aquel internado. Hizo un movimiento con la mano, como si le quitase importancia al asunto, y hubiesen estado hablando de algo menos trascendental, como un capítulo final de una serie. No quería añadir más drama a la vida de Brennan, al menos había encontrado algo que le sacaría de ese estado de muerta viviente en el que estaba, iba a ir a hablar con Brian sobre la organización, iba a proteger a todo el que pudiera de correr la misma suerte que los demás, Brennan, Nate... Personas que fueron amables con ella en algún momento, quería pagarlo de vuelta y lo haría, aunque aún no sabía como.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Vie Ago 05, 2016 9:18 am

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