Break — Oliver T.

Martes, 17 de Mayo

A pesar de todo lo que estaba sucediendo en Dunkelheit los miembros del personal del internado debían seguir trabajando, limpiar las habitaciones, ayudar a los cocineros y demás, lo único que ahora hacían un poco menos era limpiar las aulas, no tenían tantos recursos para hacerlo y preferían gastar el tiempo arreglando otras áreas y ayudando a cuidar a los jóvenes que en ello. Ese día era uno de aquellos en los que les había tocado más trabajo de lo usual, les había tocado limpieza de las habitaciones más otras zonas, en vez de solamente la zona que les tocaba usualmente. La joven para la hora del almuerzo se encontraba ya cansada y hambrienta, y solo quería irse a acostar, o tirarse en algún mueble que encontrara para quedarse allí sin moverse más.

Dejó los instrumentos de limpieza en el armario, se fue a dar un baño, pasó por comida a las cocinas y se la llevó al espacio común de los adultos, donde podía estirarse en un mueble sin que ningún estudiante la viera y la tomara como mal ejemplo. Aquello de convivir con jóvenes más pequeños a veces era un poco problemático, porque debías tener cuidado de tus acciones para que no las copiaran, y terminaras tu siendo regañado en lugar de ellos, prefería convivir con los mayores, tal vez por la cercanía de edad que había entre ellos. Si, ella y los niños no se llevaban mucho, tampoco había convivido demasiado con ninguno como para haberse acostumbrado y con los estudiantes no podía tener ningún trato en especial.

El lugar estaba desierto, se acomodó en el primer lugar que encontró, quitándose los zapatos para poder montar los pies sobre el mueble, agarró con cuidado la comida para no ensuciar nada, y comenzó a disfrutar de su merecido almuerzo, el cual estaba delicioso, como siempre lo estaban todas las comidas del Dunkelheit.

Publicado por Allioth V. Bianchessi Lun Ago 29, 2016 11:35 pm

—Listo todo —comenté sacudiendo mis manos, ya estaba todo en la mesa, todas las personas debían estar almorzando, todos con su respectivo plato de comida. Había terminado la mitad de mis tareas del día. Ahora solo quedaba pensar en la cena y el día estaría completo.

Mientras el resto de los cocineros retiraba su propia comida y se marchaba del lugar, yo tomé dos panes, queso, cebolla y huevo. En menos de cinco minutos contaba con un sándwich, simple, que no decía mucho, pero que era delicioso. El secreto siempre estaba en poner la cantidad justa de mantequilla en la fuente de manera tal que tomara solo el gusto necesario. Había una parte de mí que siempre adoraría las comidas de gourmet. Los platos elaborados, decoraciones de salsa, platos que invitaban a las personas a descubrir algo nuevo. No se podía hacer nada de eso para más de cincuenta personas, no cuando todas debían comer al mismo tiempo. Para lograrlo se necesitaría una cocina cinco veces más grande y diez veces el personal con el que contaba. Y no estaba seguro si eso sería suficiente. Pero había otra parte de mí que se contentaba con algo tan fácil como aquel plato al que solo le faltaba un poco de condimento para ser el plato perfecto.

—Mereces más que un simple emparedado al final del día —opinó Martha, incluso cuando no había pedido su opinión—. Quizá podrías hablar para hacer platos elaborados a los profesores y dejar que esos pordioseros se contenten con emparedados de queso. ¿Por qué merecen esos niños una oportunidad para probar delicias que no serían capaces de pagar si se tratase de un restaurante? Que ellos coman la basura y que los otros empleados también, y que quienes cocinan y trabajan coman como dios manda.

No quería ni tener que opinar al respecto. Todos trabajaban en ese lugar, y nadie merecía ser juzgado de la manera en la que Martha lo hacía, aunque su idea no fuera del todo mala.

—¿Puedo acompañarla, señorita? —pregunté a una de las jóvenes de limpieza, podía notarse su trabajo por el uniforme que llevaba. En general era de comer parado, caminando de un lado a otro, como en ese momento, en que había salido de las cocinas para ampliar mi caminata diaria, cuando tenía posibilidad, buscaba escapar al bosque, pero ese día no estaba para eso. Me quite el gorro de cocina dejándolo en la mesa, dejando a la vista un cabello castaño recogido en un minúsculo rodete, precauciones de la cocina, nadie gustaba de encontrar un cabello en los platos, pero a mí no me gustaba tener el cabello corto, en realidad, no me gustaba tener que cortarme el cabello—Injusto, ¿verdad? Los estudiantes tienen vía libre, los docentes tienen vía libre y aquí estamos nosotros, trabajando para aquellas personas. No todos pueden tener vacaciones, ¿verdad?.

Publicado por Oliver S. Thurkell Lun Sep 12, 2016 2:32 am

Estaba completamente concentrada en su comida, ella no había estado acostumbrada a tan buenas comidas, ella sabía cocinar, algo que había aprendido de su abuela y su ultimo y único novio le había dicho que era muy buena, sazón de irlandés, había dicho alguna vez su abuela al probar su comida, pero no habían tenido nunca el nivel de un chef ni nada por el estilo y al ser ese lugar un internado de élite, las comidas eran fenomenales, esa era una de las cosas que más le gustaban de ese lugar perdido en los bosques escoceses, además del hecho de estar escondidos del resto de planeta.

Cuando escuchó la voz masculina alzó la mirada y casi se le cae el plato de la mano al hacer el amago de bajar los pies, pero casi al mismo tiempo decidió que no le importaba la posición en la que estaba y que ni los profesores podían regañarla por ello, no era una estudiante, solo los nuevos directivos podrían decirle algo, y solo los dos adultos, el estudiante no la vería haciendo nada raro, de eso se podía asegurar. — Por supuesto — Le sonrió, reconociéndolo como uno de los cocineros, el causante de que la comida en su plato fuera tan deliciosa — Nada mejor que comer acompañado. — Siempre había odiado comer sola, se sentía mal hacerlo, pero allí teniendo esos horarios tan disparejos, le había tocado muchas veces. Asintió al escucharlo, era lo que hacía poco había estado hablado con Jup, aquello de la cancelación de las clases solo había beneficiado a los profesores y alumnos, para el resto del personal del internado todo seguía igual, solo había disminuido un poco la carga — Totalmente, he pensado en ponerme en huelga y convencer a mis compañeros, pero luego no sabrían ni como doblar una sábana y el internado caería en ruinas — Era un pequeño chiste interno, la morena solía decirle a su amiga que muchos niños mimados allí en el internado no sabían ni como acomodar una cama y que sin ellas estarían perdidas.

Publicado por Allioth V. Bianchessi Jue Sep 29, 2016 3:00 pm

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