Mind your Own Business

Ding Dong, the King is dead.

Asher se había pasado los últimos días escuchando las palabrerías y llantos de diversas personas por los recién fallecidos. ¿Quiénes eran aquellos secuestrados que salían en las fotografías? Probablemente seres tan irrelevantes como la mera existencia de los directivos. ¿O acaso podían ser considerados importantes por ser la autoridad de un internado en Escocia? Por favor, a otro tonto con ese cuento, tanto ellos como los profesores estaban destinados a pudrirse e esta institución mientras algunos de los estudiantes más afortunados alcanzaban la gloria. Asher se consideraba entre esos entes más valiosos y exitosos.

Por eso no llegaba a comprender el verdadero impacto que tenían las supuestas muertes sorpresas. La única que parecía doler más era la rubia, pues Asher recordaba haberla visto por los pasillos y se deleitaba con esos sutiles movimientos que le atraían como abeja a la miel. Saborearse los encuentros potenciales con Carol Harrison era algo semanal y era una lástima que ahora se fuera a quedar en simplemente su imaginación más oscura.

— Dude, creo que si han terminado así es por algo. Un par de chicas esqueléticas y un afeminado además de dos viejos, who cares? —se expresó con uno de sus compañeros, sabía que podía confiar en él para lanzar comentarios que cualquier otro consideraría hiriente.— No ves que algo nos suceda a nosotros, ¿verdad? Si no nos ensuciamos las manos de mierda no tenemos que terminar salpicados con sus desgracias. —mientras se encogía de hombros Asher mostró una sonrisa ladina, recargándose en la pared que estaba a su lado. A pesar de que la nueva situación del internado le preocupara por el riesgo que podían correr él encontraba la forma de aprovechar esos momentos en que los rostros de sus patéticos profesores apenas eran apreciados durante el día.

Publicado por Asher G. Arenberg Mar Sep 06, 2016 9:45 pm

Era muy difícil apartar de la cabeza la imagen de Alfred y Víctor muertos, conforme los asesinados aumentaban el miedo se apoderaba de mí cada vez más. No sabía hasta qué punto duraría aquello, ni cuantos más estudiantes tendrían que desaparecer o perder sus vidas para que alguien tomara medidas. Me constaba, por otra parte, que desde el equipo docente estaban haciendo muchas cosas, la última fueron los nombramientos para liderar el internado mientras aquello siguiera, decisión en la que como profesor también me vi involucrado, pero seguía creyendo que se podían hacer muchas más cosas. Pasaba los días entre aulas cuando no tenía que vigilar a los alumnos, y es que sin clases estas se encontraban muchas veces vacías. El equipo de limpieza se aseguraba que no cogieran polvo, posiblemente por ocupar sus tiempos más que por necesidad pues éstas, sin alumnos, no se ensuciaban.

De una u otra forma agradecía que así fuera ya que me gustaba pasar el rato en ellas leyendo o preparando lecciones ficticias que no sabía siquiera si llegaría a impartir, aunque hasta esto último me llenaba cada vez menos, extrañaba el feedback de los propios estudiantes, solo así uno sabe en qué puede mejorar, sino solo estás perdiendo el tiempo. Y esta última era una sensación cada vez más habitual en mi repertorio, y lo odiaba. A las que se sumaba el miedo, por supuesto, ¿o debía decir que éste ya estaba? Quizás no fuera inteligente de ninguna de las maneras pasar el tiempo solo en un aula vacía, Yvette se las conocía todas seguro.

Aquel día, como no podía ser de otra forma, me encontraba en una de ellas repasando unos documentos para verificar datos. Fechas, lugares, cosas así. Una conversación entre alumnos se coló por la puerta entreabierta y aunque en un principio me dispuse a ignorarla, no pude. Reconocía aquella voz, tal vez el alumno más problemático que me había encontrado. En cierta forma me recordaba a todos aquellos que me acosaron en el colegio, como si fuera en lo que todos esos niños se hubieran convertido al crecer. Normalmente no le hacía caso, pero ya de por sí estaba inquieto, sus comentarios me impulsaron de la silla como un resorte. Caminé a grandes zancadas hasta la puerta y la abrí por completo, saliendo al pasillo a tiempo de encontrarme con Arenberg y su amigo. — Asher, ¿cómo puedes decir esas cosas? — tragué saliva y me armé de valor — No puedo consentirlo. Pasa adentro ahora mismo, te quedas castigado la próxima hora — le señalé el aula vacía de la que acababa de salir — Tú puedes irte a no ser que también te apetezca faltar al respeto a los muertos — me dirigí a su amigo.

Publicado por Noah Clifford Miér Sep 07, 2016 3:17 pm

De todas las cosas que se esperaba lo que menos creyó que llegaría a suceder sería tener que aguantar la intervención de uno de los molestos profesores que rondaban por el internado con aires de superioridad sin base alguna. Asher tenía permitido sentirse más arriba que otros, su apellido era suficiente para aplastar a nenes suertudos o hambrientos, ¿pero los profesores? Give me a break.

— Oh, teacher, debería dejar los mapitas un rato y aprender sobre el cuerpo humano. ¿Cómo puedo decir estas cosas? ¿Con la voz, tal vez? —su tono condescendiente provocó una ligera carcajada en su acompañante, un lerdo seguidor que reía cada vez que Asher abría la boca para lanzar su veneno, incluso cuando sus supuestas bromas carecían de humor.— ¿Qué? Debe estar bromeando. —se expresó con una mueca de confusión que se tornó rápidamente en una mirada de enojo en cuanto su compañero desapareció, dejando a Asher completamente solo en aquella zona.— Ni siquiera tenemos clases, ¿qué le hace creer que puede castigarme después de lo que ha sucedido? Si al menos fuera la profesora Sophia… bueno, las cosas ahí serían distintas. —admitió con una mirada lasciva relamiendo su labio inferior, tenía su debilidad por algunas de las mujeres que parecían estar más experimentadas, o bien, que necesitasen de dicha experiencia.

— Ya, está bien, lo entiendo, no volveré a faltarle el respeto a los muertos. —continuó hablando moviendo sus manos mientras le restaba importancia a su comentario.— Pero usted tampoco debe creer que tiene alguna clase de poder sobre mí, ya no. —y poco le faltó para mandarlo a la mierda, no lo hizo simplemente por el poco entusiasmo de verlo colorado y tener que dar explicaciones de su comportamiento a alguno de sus compañeros de trabajo.

Publicado por Asher G. Arenberg Miér Sep 07, 2016 5:50 pm

No me gustaban las discusiones ni los enfrentamientos, durante toda mi vida los había intentado evitar en la medida que me fuera posible. En cierta forma, me gustaba pasar desapercibido frente a la gente problemática. Eso no servía cuando eres profesor y se supone que debes impartir cierta disciplina, o al menos hacerte respetar. Había aprendido a hacerlo, no tenía más remedio, no me gustaba el descontrol ni las faltas de respeto así que había tenido que cambiar mi forma de afrontar esos problemas. Con alumnos como Asher no servía para nada mirar para otro lado, hacerse croqueta y desaparecer rodando, no. Con gente como él había que ser directo, si bien no autoritario sí ser una autoridad. Mentiría si dijera que no me costó sostenerle la mirada pero conseguí hacerlo con la suficiente confianza como para hacer notar mi postura. — No tendremos clases pero la ética y la moral no se cogen vacaciones, faltas de respeto como la que has demostrado hace un momento no se pueden consentir.

Suspiré con cierta desazón cuando le escuché hablar así de una compañera. Capital de Italia, Roma. Capital de Francia, París. Capital de Estonia, Tallín. Capital de Letonia, Riga. El chico lo tenía todo: arrogante, machista, homófobo y quién sabe cuántas más cosas, hubiera pensado que se trataba de la educación que recibió pero su hermana Ellie era tan diferente… — ¿Perdón? — pregunté con cierta incredulidad cuando aseguró que ya no tenía ninguna autoridad sobre él — Puede que el internado se esté desmoronando y tu vida importe tan poco como la mía en estos momentos, pero si perdemos el poco orden que nos queda no nos queda nada — esa fue la desesperación hablando por mí, algo que no debía haber hecho con un alumno. — Por favor, entra al aula, no me hagas arrastrarte… — le pedí señalando de nuevo la puerta — Sigo pensando que deberías reflexionar sobre lo que has dicho y por qué está mal decirlo — insistí.

Publicado por Noah Clifford Jue Sep 08, 2016 7:33 pm

Asher asintió sin prestar atención en verdad a las palabras que el profesor le dedicaba. Menospreciar las ordenes y consejos de sus mayores se había vuelto una costumbre con el paso de los años. Los adultos le habían alertado que su comportamiento debía cambiar pues una vez saliera del instituto nadie iba a besarle los pies. Asher conocía la verdad sobre el mundo que habitaban. El dinero lo movía todo, los feroces empresarios conseguían lo que querían y las personas con la personalidad más voraz era las que terminaban en la cúspide, forzando a aquellos de carácter más débil a cargar con el trono en el que debían de estar.

— Oh, así que estas son vacaciones, ¿no? Vaya, buena perspectiva de los asesinatos, profesor. —manipuló un poco su palabras e ignoró el resto de sus frases para mandarlo a la mierda y entrar directamente al aula, así al menos se quedaría callado. Su cuerpo cayó sobre uno de los tantos asientos libres, retumbando por el impacto. Asher se dedicó a mirar con desdén hacia adelante, tanto a la zona que le pertenecía a Noah como a su persona.— Creo que su vida importa un poco más que la de sus queridos, queridos estudiantes. ¿O no ha notado que los que terminan muertos y eso son de mi edad? —preguntó extendiendo todo su cuerpo para adoptar una posición que carecía en extremo de respeto hacia la autoridad presente.

— ¿Qué ha pasado con la libertad de expresión? ¿Dónde ha quedado esa mierda? ¿eh? ¿No puedo decir mis opiniones simplemente porque ofenderé a alguien? Bullshit. —despotricó contra Noah, le había pedido que entrara al salón pero no por eso cambiaría su comportamiento por el de un ángel caído del cielo.— Sé que es su deber portarse como un paladín del bien pero sinceramente siento que pierde el tiempo conmigo. ¿No tiene algo más interesante que hacer? Yo tengo, sí, y eso no incluye pasar mis horas aquí. —agregó sin pudor, mirando con una mueca al maestro y el entorno en el que se encontraba ahora mismo.

— La decencia y el respeto son las primeras cosas que deberían morir en tiempos de crisis. Sólo los fuertes serán los sobrevivientes, y la fortaleza no recae en aquellos que piden permiso antes que perdón. —su padre siempre había aplicado ese tipo de lecciones de vida en su aspecto empresarial y a excepción de la última decisión errónea, le había salido a la perfección.

Publicado por Asher G. Arenberg Jue Sep 08, 2016 9:03 pm

Una parte de mí agradeció que su amigo se marchara pues no estaba muy seguro de si saldría bien parado enfrentándome a dos ‘bullies’. Sin embargo, Asher no era alguien a quien se pudiera manejar fácilmente, para todo lo que yo decía él tenía una contestación, más visceral y provocadora que la anterior, no me lo ponía precisamente fácil. Sabía que lo hacía para intentar descolocarme, para probarme y conseguir que me olvidara del castigo; pero no iba a ser así. Usó mis propias palabras contra mí y no pude reprimir un suspiro de frustración. — No, Asher, vacaciones es precisamente lo que parece esto para ti — le dije intentando sonar serio, entrando después de él en el aula, algo que, siendo sincero, no esperaba que llegara a hacer; al final parece que sí sabía dónde estaba su lugar. Si bien prefería mantener una relación cordial entre los alumnos eso no quería decir que fuéramos iguales, jerárquicamente hablando, y era necesario que eso lo supieran aun cuando el respeto fuera mutuo.

Cerré la puerta a mi espalda y caminé hasta el escritorio del docente, sentándome en la silla sin quitar la vista de encima a Arenberg que seguía despotricando, al menos no estaba relativizando el problema. ¿Pero cómo podía estar olvidándose de Alfred y Víctor, por mencionar los más recientes y cuyas muertes aún yo seguía procesando? — ¿De verdad estás eludiendo lo que pasó hace poco más de una semana? — fruncí el ceño, mirándole desde mi posición — Mira, Asher, de verdad que no quiero ser tu enemigo, es en momentos como este donde deberíamos olvidar nuestras diferencias. Piensa en tus hermanos — añadí sin poder evitar acordarme de la mía. Me costaba entender su actitud defensiva, a no ser que fuera para compensar una baja autoestima pero tampoco de eso estaba seguro, el chico no se abriría nunca. — Lo que dijiste no es libertad de expresión, lo que hiciste fue burlarte de unas personas muertas que ni siquiera pueden ya defenderse de tus palabras, desgraciadamente. Y me da igual si tenías cosas que hacer, las puedes aplazar una hora que es lo que te pido que estés aquí — señalé con el dedo índice mi propia mesa haciendo referencia al lugar en el que nos encontrábamos.

Fijé la mirada en mis papeles y acabé por rodar los ojos mientras escuchaba lo que decía. — ¿Sabes? Darwin estaría contentísimo de saber lo que opinas de la supervivencia. Pero todavía no hemos llegado al momento de tener que comportarnos como animales — comenté. Me levanté entonces con una idea en la cabeza y le coloqué delante un mapa mudo de Europa delante, sobre su pupitre, acompañado de un lápiz — Te doy la oportunidad de marcharte antes, solo si rellenas correctamente los países de este mapa. Si no vas a reflexionar en por qué está mal lo que dijiste al menos que este tiempo lo aproveches con algo — sentencié mientras le miraba, volviendo después a mi mesa.

Publicado por Noah Clifford Sáb Sep 10, 2016 4:05 pm

El chico se mantuvo en silencio durante el inicio del aburrido discurso de Noah. No, no ignoraba lo sucedido pero tampoco le parecía un buen balance, si de un lado tenías la muerte de los dos viejos y del otro la desaparición de más de una docena de estudiantes, entonces la balanza se inclinaba hacia el lado de los más jóvenes.

Carente de interés y sin miedo en demostrar lo estúpido que le parecía todo esto, Asher evitaba la mirada del profesor, observando a sus lados o al suelo, queriendo que el otro entendiese lo poco que le importaba su intento por hacerlo recapacitar. La muerte era un tema que el castaño buscaba tratar como cualquier otro, y a sus ojos muchos se merecían el final de sus vidas por meterse donde no se les era permitido, o bien, como forma de pagar sus actos. Su abuela, en algún arranque de desesperación, había gritado que el padre de los hermanos Arenberg se merecía una estancia eterna en el infierno por quitarse la vida. Ese era un pecado sin igual, un acto que Dios castigaba sin misericordia. Fue fácil para Asher entender que esa debía ser la respuesta para aminorar el dolor y el impacto de haber sido el primero en ver a su padre en ese estado. Abrir las puertas del estudio donde se voló la cabeza había sido la peor decisión de su vida.

— Ahí es donde se equivoca. Los que están haciendo esto son animales, ¿y qué harán las personas civilizadas para evitar ataques de esa naturaleza? ¿Buscar una charla para hablar de los sentimientos? ¿Presentar una renuncia? Están condenados a acabar como el resto si piensan en tales babosadas. —explicó Asher parte de su particular punto de vista antes de recibir ese mapa vacío en su asiento. Asher frotó sus manos sobre su cara como muestra de enfado y expulsó el aire por sus fosas nasales.

— Soy americano, no necesito saber sobre Estonia, Finlandia y Putandia, ¿está bien? Dios, esto es… —¿Cuántos países conocía de Europa? Recordaba únicamente aquellos que había visitado, precisamente Estonia, Finlandia, Alemania, Suecia, Francia, Irlanda e Italia. ¿El resto? Rusos, asesinos de toros, británicos snobs y… ¿El Vaticano era un país?

Publicado por Asher G. Arenberg Lun Sep 12, 2016 4:21 pm

Creía tener aquella situación bajo control, al fin y al cabo había conseguido que el chico Arenberg entrara en el aula y se mantuviera sentado en el pupitre sin armar más jaleo que su discusión conmigo y la desgarbada postura que había adoptado. Era interesante al menos que estuviera dialogando conmigo y no increpándome con insultos para provocarme. Sin embargo, no parecía que fuera fácil hacerle cambiar de opinión ni convencerle de lo contrario. Trataba de buscar su mirada pero Asher me la rehuía a sabiendas, posiblemente más por orgullo o desinterés en mis palabras que por miedo a intimidarle, como antes me había demostrado no temía encararme. En cierta forma envidiaba que no le importara lo que los demás pensaran de él, aunque me desagradara su actitud y no la creyera buena para socializar no le importaba defraudar o decepcionar, algo que a mí sí me había quitado más de una hora de sueño.

Cuando pensaba que no iba a estar de acuerdo con nada de lo que dijera, el chico me sorprendió. Sí parecía estar más preocupado de lo que quería admitir. — Cierto es que puedan parecernos animales, desde luego para mí también lo son, pero rebajarnos a su nivel no es la solución. Es ahora cuando más debemos pensar en lo que hacemos. ¿O es que acaso no eres más precavido ahora que antes? Me costaría creer que no — dije con tono seguro. — Es fácil pensar que situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas, pero lo cierto es que la desesperanza no guía buenas decisiones — añadí con tono seguro. No era alguien que actuara por impulsos, no se me daba bien y normalmente terminaba metiendo la pata, por eso sabía que actuar desde las entrañas no traía nada bueno, mucho menos en algo tan serio como lo que estaba pasando en el internado.

Le observé desde la mesa y escuché sus quejas sobre el mapa. Me frustraba un poco no despertar la pasión por la geografía que yo mismo tenía. — Vives en Europa ahora, pero… tengo aquí también un mapa mudo del continente americano, si lo quieres — busqué entre mis papeles y cuando lo encontré lo levanté — O te puedes quedar hasta que acabe la hora. Te quedan… 45 minutos — informé tras mirar mi reloj.

Publicado por Noah Clifford Miér Sep 14, 2016 7:16 pm

¿Por qué las personas estaban decididas en cambiar a alguien más? Y nadie sabía callarse en este internado, ni Ellie ni Noah ni los idiotas que parecían creerse mejores que el castaño. Las palabras sabias de Noah, que serían apropiadas para la mayoría de los estudiantes, entraron por un oído y salieron por el otro. Asher no quiso contribuir en algo a la conversación, no quería hacerle creer que tenía razón de alguna forma, eso no sólo sería hacerle ganar sino admitir una vil derrota y él era todo menos un perdedor.

— Debería escribir galletas de la fortuna, o esas idioteces del horóscopo, tendrá más suerte siendo escuchado por esos crédulos que por mí, profesor. —el tonito condescendiente no le abandonó, por supuesto que no.— Quiero que piense bien en lo que está ocurriendo… son muertes. Quedarse tranquilo llenando un mapa de Europa algunas veces parece retrasar lo inevitable. —agregó apartando el mapa sin pena ni gloria, admirando como caía al suelo sin intención por levantarlo. Al menos con el de su mapa de su patria tendría más suerte.

Se levantó, lo tomó de mala gana y regresó a su asiento, iniciando con los más conocidos y los que había visitado, lo cierto es que Asher no era muy bueno en recordar los cincuenta estados que constituían su nación. Reconocía a los estados del sur por las múltiples bromas, reconocía los de las grandes metrópolis por sus vacaciones extensas, y por supuesto, reconocía los estados a los que se habían tenido que mudar durante los últimos meses buscando refugio con algún miembro familiar, todo para tener las puertas cerradas en sus caras.

— Me faltan 14. —anunció tras unos siete minutos de silencio en donde se había concentrado con la actividad.— ¿Te lo sabes tú, acaso? —le tuteó sin descaro, una leve sonrisa apareciendo y casi retándole, por su acento sabía que no era de Estados Unidos, además de no olvidar una de esas cansinas charlas donde los profesores se presentaban ante sus alumnos.

Publicado por Asher G. Arenberg Vie Sep 16, 2016 2:16 am

Compartir espacio y tiempo con un alumno como Asher podía desgastar muchísimo, las réplicas y las salidas de tono se sucedían cada vez que hablaba, no había tregua. Me molestaba que ninguneara mis sentimientos y faltara el respeto cada dos por tres, y quizás en otras circunstancias habría limitado mi actuación en un toque de atención y no hubiera recurrido al castigo, pero las imágenes de los cadáveres de Alfred y Víctor se aparecían continuamente en mi cabeza, desatando mis emociones y haciéndolas a estas timonelas de mi comportamiento; no podía evitarlo. — ¿Te das cuenta que solo te escandalizas por las muertes si con ello quedas por encima de los demás? No te parecían tan terribles cuando hablabas de las víctimas, antes en el pasillo, como si fueran personajes de una serie — dije sin poder contenerme, esperando que aquello le hiciera reflexionar, aunque no las tenía todas conmigo, posiblemente respondiera con otro de sus burlescos comentarios.

Por lo menos, el tiempo que pasara allí conmigo no sería en vano si conseguía meterle algún conocimiento geográfico en su cabeza. No era el mejor momento para rellenar mapas, tenía que darle la razón al menos en eso, pero si lo tomaba como un castigo bien recibido era también. Cada persona tiene formas distintas de distraerse, todos lo intentábamos en épocas de crisis para despejar la cabeza, pero no todo el mundo iba a compartir mis métodos. Personalmente, me encantaba repasar capitales, de hecho, lo estaba haciendo en aquel momento con las europeas para supervisar la tarea de Asher hasta que tiró el papel. Me sorprendió que se levantara para tomar el de Estados Unidos, quizás le gustaba sentirse retado. Le observé regresar a su asiento y durante unos minutos me dediqué a despejar mi propia cabeza.

Antes de lo que esperaba el chico volvió a hablar y levanté la mirada. — Catorce son muchos… — comenté. Torcí la mandíbula al escuchar su desafío y me levanté de la silla — Soy profesor de Geografía, ¿tú qué crees? — pregunté mientras me acercaba. Me coloqué a su lado y me incliné para examinar la hoja, viendo los estados que había conseguido completar. — Los del medio suelen ser los más difíciles de recordar… Y sí, me los sé — le miré, imitando su sonrisa. — Trae — tomé su bolígrafo y escribí la primera letra de los catorce que le faltaban, devolviéndole este y la hoja después — Más fácil no te lo puedo poner — dije antes de volver a mi mesa.

Publicado por Noah Clifford Mar Sep 20, 2016 8:00 pm

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