Would we think the same things? ▬ Gwendolyn

16:20 horas, 2 de junio
Jardines del internado

Hakon encontraba las últimas semanas como si viviese algún tipo de ilusión, como si se encontrara viéndose desde fuera y no dentro de su cuerpo, sin experimentar, en tercera persona. Apenas dormía por las noches y lo que fue del formal y respetuoso profesor de antaño, poco a poco iba dejando paso a un hombre que luchaba por mantener esa impoluta compostura, pero fallando cuando su voz expresaba ira y sus palabras la paranoia. ¿Pero quién no estaba cambiando bajo el influjo de aquellas tierras? Prefería pues estar solo en la mayoría de las ocasiones, a veces la compañía llegaba y otras veces no, no podía controlar eso. Por aquella razón, quizás, el danés salió a los jardines. No se permitía a nadie pulular solo por los espacios abiertos por evidentes razones, pero Hakon tenía una razón de peso por la cual se había aventurado a salir.

Era común en los alumnos, sobre todo ahora, que saliesen a tomar el aire. Con las nuevas resoluciones de los líderes, a algunos les costaba asimilar que no podían salir acompañados de un adulto; no había más que mirar por una ventana para ver que había ciertos chicos que querían pasar tiempo solos, sin la intimidante presencia de un adulto que podía juzgarles. Se podía entender, pero lo que no se podía entender era el riesgo innecesario que estos corrían al hacerlo. Por eso, cuando Hakon observó a una alumna desde una de las ventanas que daban a los jardines, su cuerpo se llenó de preocupación y una sensación mezclada entre rabia y angustia, impulsándolo a salir al exterior.

Aquellos jardines habían empezado a cuidarse desde la última vez que quedaron abandonados ante la alarma de las muertes y las desapariciones. Seguía tan verde como siempre, pero las plantas habían crecido y los caminos se habían vuelto algo más estrechos, más difícil de hallar a ana persona entre árboles, arbustos y matorrales. En ese momento de exasperante silencio, el profesor alzó un poco la voz para ser escuchado—. ¿Gwendolyn? —por ahora no había llegado a verla entre tantas hojas y se esperaba lo peor... Todos se esperaban lo peor—. Tenemos prohibido estar aquí sin compañía —explicó con algo de severidad mientras se habría paso hasta llegar a una zona algo más abierta del jardín, en donde halló a la chica. Sintió en ese momento un gran alivio, pero no la necesidad de mandarla de nuevo al internado. Por ahora comprendía que de vez en cuando necesitaban salir y respirar aire puro; él el primero.

Hakon no conocía a aquella alumna, al menos no de haber hablado con ella antes. Como tantos alumnos, aunque fuese profesor de ellos, la mayoría sólo se limitaba a hacer los ejercicios y estudiar para los exámenes. Luego el único esfuerzo por conocerse era el de conocer sus nombres y poco más. El profesor de Español la había reconocido tras pensar unos instantes, su rendimiento en la asignatura, el lugar en el que solía sentarse en el aula... A parte de eso no sabía absolutamente nada de ella.

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Vie Sep 30, 2016 6:22 am

Siempre le habían dicho que la naturaleza ayudaba a curar el alma, de alguna forma, Gwen siempre intentaba pasar más tiempo fuera del internado que dentro, no había cesado en la búsqueda de su hermano, pero sí que había bajado un poco el ritmo, la desesperación era agotadora y a la larga, en el fondo, muy en el fondo, ni siquiera sabía si aún tenía esperanzas de encontrar a Alec y Austin o ya solamente se movía por la venganza y las ganas de acabar con aquello por la gente que le importaba y que aún no había desaparecido. Pero por alguna extraña razón, aunque pasaba algo más de tiempo de lo normal en la naturaleza, no sentía que eso llegase a su alma de ninguna forma, seguía sintiéndose tan insensible y vacía como siempre, quizás ya no tenía un alma que curar después de todo. Fue entonces cuando escuchó aquellos ruidos, en medio de la maleza que le indicaron que no estaba sola, una vez más su corazón dio un doloroso vuelco, pensando que a lo mejor era la hora, que venían a por ella, que se la llevarían junto con su hermano y Alec o la matarían, una vez más sintiendo que cualquiera de las dos opciones era mejor que la existencia en la que se sentía atrapada, pero, una vez más, parecía haberse equivocado, pues un profesor llegó hasta ella, diciendo aquel nombre maldecido y luego indicándole que no debería de estar allí. Si alguien va a secuestrarte o matarte, no pierde el tiempo diciendo esas cosas ¿Verdad?

-Lo sé.- Fue todo lo que dijo, intentó recordar al profesor, no habían hablado demasiado antes, Gwendolyn recordaba sus clases, recordaba que era uno de esos profesores que no le caían mal, uno de esos ante los que fingía ser una excelente alumna, que aún con una media de sobresaliente se preocupaba por sus notas, era conocido por muchos que Gwen era bastante inteligente, en aquella época en la que las notas era algo que importaba en aquel lugar, una época que parecía ya demasiado lejana, en la que la joven ya no intentaba fingir tener todo controlado, ya no seleccionaba un personaje cada mañana antes de actuarlo por el resto del día. - Buscaba algo de paz antes de seguir buscando algo que me lleve a mi hermano. ¿Recuerda a mi hermano? Es uno de los desaparecidos, no mucha gente se acuerda de él a estas alturas.- Dijo la verdad, sin ocultar absolutamente nada, no tenía sentido hacerlo después de todo, si iban a castigarla, lo harían por estar allí sin más, no por las razones por las que estuviese en aquel lugar.- ¿Va a castigarme, profesor? Porque eso me haría perder mucho más tiempo y me gustaría que no tuviera que hacerlo.- A pesar de que sus palabras podían parecer sarcásticas o duras, fue seria y honesta cuando habló, no intentaba ser molesta para el profesor, más bien, intentó ser honesta, un castigo era realmente lo último que necesitaba.

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Sáb Oct 01, 2016 7:49 pm

No era muy raro conocer a alumnos que se dedicaban a rondar las zonas prohibidas con la esperanza de hallar a los desaparecidos, como si por arte de magia, por creerse más especiales que nadie, aparecerían vivos o muertos, pero Hakon tenía por seguro que buscarlos así sólo haría complicar más el trabajo que ya hacían los adultos y no sólo eso, también poner en peligro su propia integridad y la de los demás. Por eso, entendía por un lado por qué Gwendolyn actuaba de ese modo, pero por otro lado lo veía contraproducente. Lo tenía corroborado, que había trabajado duramente en las rondas nocturnas y no había encontrado nada. Bueno... nada. Éso siempre era relativo.

Lentamente, el adulto se aproximó a la chica, más o menos hasta quedar a un metro de ella. Por el aspecto que tenía el más mayor, no parecía haber dormido en mucho tiempo y las horas que tenía libres las pasaba solo, pensando y divagando sin control. Ahora que habían empezado las clases parecía recuperar un poco la cordura, pero no se sentía bien por dentro aún así—. Tu hermano no va a aparecer a no ser que específicamente quieran que así sea —una afirmación algo cruel, llena de ese misterio que rodeaba al internado, ese alguien con el poder suficiente como para hacerles perder la cabeza; y Hakon había perdido todo filtro al hablar. Por el apellido de Gwendolyn no podía sin más recordar a su hermano, pero la pista empezó a funcionar en su cabeza, en busca de un nombre y un rostro—. No te voy a castigar. No tiene sentido hacerlo si con ello no vas a aprender nada. ¿Dejarías acaso de salir sola en lugares restringidos simplemente porque yo lo digo? No, no soy tan ingenuo —no como otros... Ya había sugerido personalmente a los líderes algo para combatir la desobediencia, pero a saber. El profesor hizo una mueca y sacudió la cabeza mientras se metía las manos en el bolsillo del pantalón, buscando el tabaco, pero como siempre... estaban vacíos excepto por sus gafas y el encendedor; la costumbre. Por ello chasqueó la lengua en disconformidad—. Sea que estés aquí o en tu habitación, estás perdiendo el tiempo igualmente. Además del mío y el de otros tantos que ahora mismo te estarán echando en falta y buscándote por el internado —pero claro, todos allí eran demasiado egoístas como para pensar en el colectivo. Un montón de jóvenes queriendo hacerse los héroes... típico. Oh, ¿y por qué no adultos? Al final todos acababan dando palos de ciego—. Si quieres buscar a tu hermano, tendrás que hacerlo en mi presencia hoy. Mañana puedes decirle a otro adulto que te acompañe. ¿Es tan difícil cumplir con las normas?

A esas alturas, le daba igual la imagen que estaba dando. Aquel profesor formal, dedicado y respetuoso se había distorsionado con el estridente golpe del terror. Ahora sólo estaba su ácida actitud, desconfianza y la excesiva franqueza, algo que siempre estuvo allí, pero que ahora invisibilizaba su lado bueno.

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Dom Oct 02, 2016 5:30 pm

"Tu hermano no va a aparecer a no ser que específicamente quieran que así sea" En un actoreflejo, Gwen no tuvo más remedio que alzar una ceja al escuchar eso, quizás tenía razón, pero esa frase sin duda debía de salir de los labios de alguien que no había perdido a nadie aún en aquel lugar. Cada segundo que no pasaba buscando se llenaba de culpabilidad, cada respiración o minuto que lograba olvidar por unos momentos a Austin o Alec le hacía sentir terriblemente mal. ¿Cómo comer si no sabía si su hermano estaba hambriento? ¿Cómo pasar un minuto de su existencia haciendo otra cosa que no fuera buscarle o pensar en él si no sabía si estaba sufriendo en donde quiera que estuviera? Gwendolyn no buscaba para encontrar, Gwendolyn buscaba para no perderse.

-No ser ingenuo es toda una hazaña en este lugar, es agradable toparse con alguien que no continúa fingiendo que no ocurre nada.- Gwendolyn desvió la mirada hacia la maleza que les rodeaba, pero entonces el profesor dijo aquellas frases, aquellas frases que provocaron que la mirada de Gwen pasase de la naturaleza del lugar a la cara del hombre, mirándole con una mezcla de sorpresa y rabia contenida que era difícil de identificar en un rostro tan inexpresivo como el de la joven en aquel momento.-¿Perder el tiempo buscando?- Casi escupió las palabras con rabia, pero logró controlarse, dejándolo en una simple pregunta realizada con voz monótona. Perder el tiempo... La única forma de no perder el tiempo allí sería prendiendole fuego a aquel lugar y dejar que todo ardiese hasta recibir ayuda del exterior o arder dentro de aquel infierno y acabar por fin con todo aquello.- Lamento que pierda el tiempo conmigo aquí, profesor, pero lamento informarle de que su suposición es incorrecta, por suerte para usted, nadie me está buscando, ni lo harán, así que si es usted uno de los enfermos de este lugar, matarme o secuestrarme es perder el tiempo porque no va a afectar a nadie... Y si no lo es, y simplemente es un profesor preocupado por una alumna, entonces es usted bienvenido a perder el tiempo conmigo.- Gwen intentó no ser demasiado ácida pero aquellos días se ofendía con facilidad, intentó recordar a la Gwen del pasado, esa que nunca perdía la compostura, esa que daba a la gente la imagen que necesitaban o pedían de ella en aquel momento, una alumna favorita, una chica sonriente y dulce... Pero no recordaba demasiado de como hacerlo, con su humor aquellos días solamente podía rezar a todos los dioses que conocía por no ser extremadamente hiriente con las personas que quería, era un camino hacia la autodestrucción nuevo para ella, antes dejaba que le golpeasen, ahora parecía más bien que buscaba un dolor mucho más fuerte y duradero hiriendo a quienes le rodeaban. Desde que había visto aquellas fotos de Austin que no la dejaban dormir por la noche, se había vuelto terriblemente irracional e impredecible.

-Es complicado cumplir con las normas cuando vives en un lugar atrapada por asesinos. Pero comprendo su punto, profesor, puede acompañarme si quiere, cumplir con su deber es algo que debe de tomarse en serio y yo no soy quién para juzgar como usted quiera perder el tiempo ¿No?- "Aunque tú si juzgues como debería perder el mío..." Terminó en su cabeza, quizás exageraba con aquellos pensamientos, malinterpretando a HaKon, pero la racionalidad no era algo abundante en aquel momento.- Por ahora solamente daba un paseo disfrutando de la naturaleza y el aire libre, como le dije ¿Aún quiere venir conmigo?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Mar Oct 04, 2016 7:52 pm

—Y sin embargo tenemos que mantener esa ingenuidad —por parte de las cláusulas de los directivos no tenían más opción. Hakon no tenía problemas en obedecer sus directrices siempre y cuando veía una razón lógica en ellas. Era conveniente mantener un estado de tranquilidad, sobre todo para aquellos de mente frágil. Había que cuidar de ellos y obviarles no haría más que empeorar la convivencia.

Sabía aún así que sus palabras hirientes harían provocar de un modo u otro a la chica, pero no por ello le producía menos sorpresa. Cuánto necesitaba un cigarro en ese momento para responder sosegado a la impetuosidad juvenil. Aunque no hubiese dejado indicio de que no estaba molesta, su forma reiterada de hablar de perder el tiempo la delataba entera. Aún así, el profesor no respondió de ninguna manera a su forma de hablar aunque bien podría haberlo hecho. Viviendo enfadado, incrédulo y desesperanzado no era razón para enojarse con una niña (a no ser que realmente estuviese siendo muy molesta)—. Después de todo es mi deber aquí. No me malinterpretes, no hago simplemente esto porque es lo que me mandan. Encuentro satisfacción en lo que hago —Gwendoly podía estar tranquila a su lado, al menos por la parte de que no era un asesino... todavía. Ni siquiera sabía cuál eran sus límites en tales situaciones—. No quiero alarmarte, pero si ambos desapareciésemos ahora, ten por seguro que nadie nos echaría en falta por un largo tiempo —cierto, nadie les buscaría.

Hakon respiró profundamente, como si tratara de ahogar un poco el contenido enfado que llevaba acumulando días, si no semanas. La rubia estaba siendo un poco cargante, para qué mentir, pero por suerte el hombre tenía un poco de paciencia guardada—. Tal vez no elegí bien las palabras. ¿Te gusta más "intento en vano"? —era lo mismo, pero dicho de manera más bonita—. Aún así... Touché, Gwendolyn —el hombre caminó hacia uno de los bancos que había junto a los frondosos arbustos. Éstos sobresalían un poco por encima del respaldo del asiento, pero no impedía sentarse cómodamente en él. De todas maneras, Hakon no se sentó. Iba a hacerlo, pero la chica le ofreció algo mejor—. Iré donde quieras.

Una invitación algo extraña dadas las circunstancias. Se suponía que allí los adultos debían controlar lo que hacían los alumnos, que ninguno hiciera alguna cosa rara. Sin embargo, Hakon estaba dispuesto a ofrecerse como cómplice. ¿La razón? Tal vez llevar la contraria o porque veía de verdad que los jóvenes eran de gran ayuda por mucho que trataran de negar muchos. Con las manos metidas en los bolsillos, el hombre esperó a Murdoch para empezar a caminar a su lado y en silencio. Al menos así fueron los primeros segundos antes de que la primera pregunta saliera de los labios del profesor—. ¿Qué piensas de la dirección que está tomando el internado?

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Miér Oct 05, 2016 4:38 pm

Ya no sabía si se había vuelto loca, si quizás simplemente se trataba de una obsesión o de psicosis, pero estar tan confusa y su estado continuo de defenderse aunque nadie le estaba atacando, empezaba a pasarle factura. Pudo notar en las palabras del adulto como se armaba de paciencia y estaba cansada, realmente agotada de que todo el mundo a su alrededor tuviese que tener paciencia con ella, o se molestase. No quería herir a nadie, o sí, ya no lo sabía, siempre estuvo enfadada con el mundo, siempre quiso destruirlo, pero a su vez, sentía que jamás sería capaz de hacerlo en realidad, las cosas que amaba también vivían en ese mundo que quería destruir y lo único que había sido suyo desde el nacimiento, era el poder elegir a quien quería.

-No me alarma, tranquilo.- Gwendolyn lo sabía, con una certeza desesperante, si ella desaparecía, ya no quedaba nadie que la buscase, puede que Brennan lo intentase al principio, pero se le pasaría, con el tiempo lo olvidaría y eso era algo que en el fondo le hacía sentir aliviada, no creía poder soportar el peso de ser necesitada por nadie, no cuando podía desaparecer en cualquier momento. Un escalofrío escaló por su espalda, empezaba a pensar que se había vuelto demasiado fiel a aquella convivencia con la neurosis, sí, eso era, se había vuelto una neurótica que no paraba de lanzar palabras hirientes, comentarios sarcásticos y ataques velados. Se dio cuenta de eso cuando Hakon dijo "Touché", como si la dejase ganar algo ¿Así es como la veía la gente? ¿Cómo si intentase quedar por encima de la otra persona siempre? Nunca pudo hacer o decir nada por si misma, pero cuando decía cosas sin control ¿Eso era todo lo que transmitía? ¿Odio y malestar? Se había empezado a percatar de su comportamiento con lo sucedido con Phoenix, los golpes... Aquella extraña satisfacción ante un dolor físico merecido o inmerecido... Estaba perdida, sin duda.

-¿Acaso mi opinión respecto a ese tema importa?- Preguntó sorprendida cuando Hakon se interesó por saber lo que ella pensaba sobre la nueva dirección que parecía tomar el internado.- Lo siento, no quería responder de esa forma, simplemente me ha sorprendido...- Confesó, bajando la mirada, empezó a caminar, le gustaría ir hasta la cabaña, comprobar si de verdad las fotos de su hermano habían sido tomadas allí, pero no sabía como llegar, así que simplemente se dispuso a caminar sin un lugar en concreto como meta, como siempre.- El señor Downer... No parece un mal líder.- Fue todo lo que dijo, aunque se notaba que arrastraba las palabras, prefirió guardarse su opinión sobre el bibliotecario, su último encuentro con él, las cosas que habían dicho... Si Brian estaba fingiendo toda esa bondad, era malo, pero si la poseía, entonces era peor, porque entonces Brian no estaba preparado para liderar un lugar como aquel, si algo pasaba, si la situación era de vida o muerte, Gwen le había dicho al adulto que no le veía capaz de matar si era necesario, que le veía débil. - Tendremos que esperar a ver que ocurre, pero por ahora, no parece que la dirección que está tomando el internado nos lleve a ninguna parte.- No iba a criticar a Brian en voz alta, mucho menos delante de un profesor que no conocía bien, además, una parte de ella, escondida e ignorada, le pedía confiar un poco más en Brian, un sentimiento extraño que no quería ser tan dura con el hombre que podía ser un buen aliado, o un enemigo más si la chica hacía los movimientos equivocados.- ¿Porqué lo pregunta, profesor? ¿No está de acuerdo con la nueva dirección?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Miér Oct 05, 2016 8:12 pm

Tanto Hakon como Gwendolyn no eran tan distintos el uno del otro, pero ninguno lo sabía. Se habían vuelto neuróticos dentro de esas paredes, o tal vez ella ya lo estuvo de antes... ¿Qué más daba cuando iban a morir allí igualmente? El adulto casi parecía haber perdido la esperanza de salir allí con vida; lo había asumido y ahora vivía como un viejo amargado, resentido por ese destino. Hería con sus comentarios y lo peor es que le daba igual. ¿Por qué? Porque no tenía que demostrar nada a nadie ya. Estaba perdido, nada le importaba excepto el conseguir ser útil a la causa, ¿pero quién dijo que tendría que ser como Brian Downer y su amabilidad innata?

—Descuida. Si te soy sincero... La opinión de dos no importa. ¿La mía debería importar algo? Ya he visto que es imposible ponerse de acuerdo cuando la situación nos obliga a hablar, pero me interesa. Me interesa lo que piensas —y no era exactamente por nada, pero Hakon tenía una pequeña esperanza de que habría alguien pensando como él en aquella horrible pesadilla. Por lo pronto, la chica iba con pies de plomo, no queriendo hablar demasiado por las consecuencias de sus palabras, pero de lo que sí podía estar segura es que aquel profesor no tenía prácticamente a nadie a quien venderse. Como había dicho para sí mismo... se había convertido en una tumba—. Una conversación parecida tuve con él y la señorita Thurkell... —él tampoco quería decir demasiado, o simplemente estaba allanando un poco el terreno antes de soltar todo lo que estuvo guardando dentro.

Mientras caminaban, Hakon se aseguraba que tomaban un rumbo circular alrededor de los jardines, sin llegar a entrar en zonas demasiados estrechas o escondidas. Por ahora así harían mientras Gwendolyn no le pidiera hacer algo distinto—. Estoy de acuerdo. Sólo en parte. Pero al mismo tiempo estoy... —el hombre suspiró pesadamente. No le era fácil expresar lo que sentía, ni lo que pensaba. Ahora lo estaba haciendo con una niña que no conocía porque sentía que el tiempo se le acababa... y ahora efectuaba su testamento. Nunca tuvo descendencia, años en los que prácticamente vivió solo y en compañía de la familia y lejanos amigos. De algún modo lo necesitaba—. Estoy enfadado con Brian, con Sophia y... con todos —controló la voz, pues no era alguien precisamente sosegado en su interior y una sola manifestación de sí mismo podría acabar en cualquier cosa—. Deberíamos haber explorado todo el maldito internado a fondo y el bosque. En algún momento estoy seguro de que habríamos encontrado dónde están los desaparecidos. ¿Cómo es posible que no hayamos encontrado nada ni a nadie? —no pudo evitarlo. Hakon se detuvo en sus pasos, justo cuando se aseguró de que estaban en un lugar en el que era difícil ser escuchados; quería a la chica escuchándole ahora, todo lo que tenía que decir y no le importaba si no le gustaba—. Hace poco supe de la Organización... Y ya sí que me di cuenta de que estamos perdidos.

Lo que implicaba la existencia de aquel grupo empeoraba las expectativas de salir allí con vida. Si a la luz y a la sombra se había estado buscando algo y no se encontró nada era porque ya no había salida. Así fue asumido por el danés.

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Vie Oct 07, 2016 4:19 pm

"Me interesa lo que piensas" Esas palabras resonaron como una broma en la cabeza de la chica, ella no había sido educada para pensar o formar una opinión, y durante toda su vida, no era como si la gente echase de menos que tuviese una, pero de pronto, en aquellos meses, parecía que de la nada ahora a todo el mundo le interesaba ella, lo que sentía, lo que pensaba... Sin embargo, ya era tarde, no recordaba lo que era pensar o sentir algo que no había sido impuesto, ya era demasiado tarde como para darle una personalidad, no lograría encontrarse jamás, estaba tan perdida como su hermano después de todo.

-Camino sin rumbo, recorriendo este lugar entero de esquina a esquina, y cada día aparece alguien que me dice que debería dejar de hacerlo, usted mismo me ha dicho que es perder el tiempo ¿Pero ahora se enfada con Brian porque no hace precisamente lo que usted me impedía hacer? - Entrecerró los ojos, algo confusa, para luego dejar de mirar tan atentamente al profesor, intentando descifrarlo, y siguió caminando.- Entiendo su punto, pero usted mismo ha dicho que buscarlos es una perdida de tiempo, que no aparecerán hasta que ellos quieran que aparezcan. No estoy de acuerdo en muchas cosas con Brian, pero no es precisamente eso lo que más me desagrada, el que busca, a lo mejor encuentra, y hay muchas personas que no están preparadas para lo que pueden encontrar. Brian es una de esas personas.- Recordó como prácticamente había confesado al bibliotecario que si la situación lo requería, iba a tener que matar si era necesario, que ella se veía capaz de hacerlo pero que a él no lo veía capaz, no le veía liderando un grupo, le veía sacrificando todo por un bien mayor, sí, pero... Si uno trata con asesinos, y la única forma de ganar aquella guerra era entrando en su mismo juego ¿Sería Brian capaz de sacrificar sus ideales y ética por ese bien mayor? Gwendolyn, en cambio, no luchaba por un bien mayor, luchaba por encontrar lo que le habían arrebatado, y los dioses de todas las religiones existentes sabían que no había fuego suficiente en el infierno para detenerla hasta que encontrase a su hermano.- La Organización no es más que un salvavidas para sus miembros, como un grupo de alcohólicos anónimos, sentir que no estás solo, que todos luchamos por la misma causa, le dije a Brian que consideraba la Organización algo inútil, pero mentía, ese grupo mantiene a la gente concentrada, evita que muchos se vuelvan locos, que se sientan más perdidos aún, y si de esa unión va a surgir algo, es una alianza, no hay nada que necesitemos más ahora mismo que aliados, y si ese sentimiento de hermandad ayuda a crear un bando lo suficientemente fuerte como para resultar una amenaza, estoy dispuesta a seguir jugando a las reuniones secretas.- Gwendolyn se detuvo, habían llegado cerca del cementerio, se veía a unos metros de ellos, aquel lugar era uno de sus lugares favoritos tiempo atrás, ahora era diferente, ahora no sabía bien si era oscuridad o un sentimiento de melancolía lo que le transmitía.

-A penas he cumplido los 17, no sé mucho de la vida, lo sé, pero si sé mucho sobre el ser humano, mis padres son abogados y quieren que sepa todo lo posible respecto a la psicología y sus efectos en una raza tan rastrera como la nuestra. Puede que todos piensen que soy una niña, pero no soy estúpida, quiero que sepa que si ando por ahí sola, no es porque no comprenda la situación, o porque vivo ajena al peligro, sé exactamente lo que hago, y tiene razón en lo que dice, profesor, estamos perdidos, pero uno tiene que perderse antes de encontrar algo ¿No cree? - Gwendolyn se detuvo, para mirar al profesor, no sabía bien qué estaba intentando, pero algo dentro de ella le decía que si él quería desahogarse con ella respecto a la Organización, debía dejarle, toda información era preciada en aquellos tiempos.- ¿Está enfadado con Brian por su forma de hacernos sentir perdidos, o en realidad lo está porque él no parece tan perdido como nosotros? ¿Acaso ha perdido usted algo, profesor?

Publicado por Gwendolyn P. Murdoch Miér Oct 12, 2016 8:30 am

Hakon no estaba siendo claro. Hacía tiempo que había dejado de hablar con coherencia para dejar paso a un hombre que hablaba según sus pensamientos aparecían, sin contexto alguno, como si la gente tuviese el poder de comprender y leer su mente.

—Lo ves todo tan simple... Y no sólo tú, sino otros más —se quejó un poco el profesor mientras hacía una mueca con los labios—. Como si no hubiese matices en este mundo, en este preciso instante... —le mosqueaba que Gwendolyn atacara a su difícil coherencia. Hakon siempre había sido un hombre complejo, con un pensamiento muy profundo y enrevesado. Para su desgracia, la realidad que percibía él era tan sumamente distinta a los demás, que la comunicación se hacía muy difícil—. Lo que trato de decir es que tal vez no estamos buscando lo correcto, ni en el lugar correcto —aclaró tras un suspiro, cuando fue capaz de ordenar un poco los pensamientos de su cabeza—. Si es cierto que habéis estado realizando búsquedas por vuestra cuenta tanto tiempo, ¿por qué no hay nada encontrado aún? Creo que la solución está en otro procedimiento, en otro lugar... No pueden haber desaparecido por arte de magia. A no ser que los hayan llevado fuera de aquí, justo más allá del internado, más allá de sus barreras —una opción que había valorado en los últimos días y que no era nada descabellada—. Todo lo que hacemos es bajo supuestos y es así como vamos dando palos de ciego por aquí, por allá...

Hakon por un momento perdió la consciencia sobre sí mismo. Mirando al cementerio y a ninguna parte, las uñas se clavaban fuerte dentro de los bolsillos del pantalón para que lo mantuvieran anclado en la realidad. No le gustaba lo que estaba diciendo la chica. No le estaba gustando nada su visión de la Organización porque al final resultaba que todo lo bueno que aportó ese grupo acabó siendo únicamente para los privilegiados que lo conocían. ¿Y él qué? Quien había conocido de aquellos apenas un par de semanas... ¿Es que él no tuvo derecho en su momento de conservar la cordura? Ahora... ahora cuando ya era demasiado tarde para él, se encontró con algo que había necesitado por mucho tiempo y éso lo llenaba de tanta rabia... tanta impotencia. El profesor sintió que los ojos se le colmaban, que los labios le temblaban por ello y, sin previo aviso, se lanzó a una de las celosías que separaban el jardín del cementerio y arremetió con sus puños, sólo un par de veces antes de darse cuenta de lo que había hecho por simple ceguera. Los nudillos sangraron un poco por las astillas de madera clavadas y Hakon dio la espalda la alumna para no ser objeto de sus burlas.

—Desconfiastéis de mí desde el principio... ¡Me negasteis la cordura! ¡Me excluisteis! —y ya no sólo a él, a mucha más de gente que habría gustado de ayudar a La Organización, recibir su ayuda, y no pudo porque simplemente... no se quiso. Así lo veía Hakon desde fuera y esa maldita restricción para acceder a dicho grupo que se creía hermandad. Sí, la hermandad de los privilegiados—. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no tuve ese derecho cuando se creó el grupo?! —ante su propio dolor, su indignación, el hombre acabó cayendo de rodillas al suelo por la repentina pérdida de su fuerza. Su absoluta desesperación lo había llevado hasta ese punto en el que acabó enfadado ya no sólo con Brian, sino con absolutamente todo el mundo. Y con una mano sobre los ojos, trató aún así ocultar la pérdida de sí mismo—. Todo cuanto me quedaba... ya lo he perdido por vuestra culpa...

Al final se había derrumbado ante una adolescente que, a diferencia de él, seguía su rumbo sin perder la templanza, con forjada madurez. Alguien de quien tenía que aprender... un adulto de un adolescente, cuando toda su vida había sido al revés. ¿Era de verdad tan in´útil, tan malo? ¿Era él así entonces?

Publicado por Hakon D. Kjeldsen Vie Oct 14, 2016 7:32 am

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