You shouldn't be here

Recuerdo del primer mensaje :

Miré mi reloj. Eran las 5 de la tarde, y ya había terminado mi día laboral. Después de haber pasado aquel mal trago con los estudiantes y el cuerpo de aquella muchacha de la cabaña necesitaba golpear algo. Maldito fisgones, ¿para qué se acercaban allí si no estaba permitido? Harto estaba de tener que evadir las miles de preguntar que me dirigían, además de ignorar las miradas de reproche, miedo y desconfianza que pululaba por el internado. ¿Podría aquello peligrar respecto a mi trabajo? No creía que fuese a acabar siendo un sí. Los directores depositaban bastantes confianzas en mí, y sabía cosas que otros empleados más los alumnos no sabían. Aquello me podría hacer peligroso hasta incluso para el internado, por desgracia para mí. Yo solo quería vivir en paz, pero si debía luchar… lucharía. Tenía mi orgullo, y no iba a dejar ser pisoteado.

Dejando mis pensamientos turbios a un lado, salí del gran edificio para adentrarme en el bosque a paso ligero, colgando una bolsa de mi hombro. Necesitaba respirar un rato el aire libre, sin nadie a mí alrededor que molestase mi momento de soledad y tranquilidad.  Allá adentrándome unos minutos más en el bosque, se encontraba un saco de boxeo esperándome. Lo había dejado esta mañana temprano para no tener que arrastrarlo hasta allí junto con la bolsa. Estaría allí un buen rato, para luego guardar el saco en la cabaña abandonada. En teoría estaba abandonada, claro.
Anduve hasta llegar a mi destino, y una vez allí solté la bolsa, y entonces escuché un crujido. Supuse que sería algún animal, pero algo me dijo que era algo peor.

Publicado por Invitado Miér Nov 04, 2015 5:35 pm

Como si pudiera contemplarlo con total claridad, la chica empezó a desquebrajarse poco a poco hasta casi romper a llorar. Su voz se encontraba temblorosa, sus ojos vidriosos me observaban como si me estuvieran juzgando con ellos, y su respiración se denotaba entrecortada. Me encontraba en un momento en que mi sentido moral me decía una cosa, y mi sentido de la razón me decía otra.

Me quedé callado cuando esta empezó a lanzarme múltiples preguntas, desesperada por saber algo acerca de su difunta amiga, y apreté los labios ya un poco alterado ante tal presión por parte de la castaña. Que se fuera ante el director, a ponerle cara de cachorrito, no a mí. Yo tan solo era un mandado del gobernador de aquella santa mierda. En un intento por reconfortarla y evitar que derramara las lágrimas que pugnaban por salir, apoyé una mano sobre su hombro, haciéndole un suave apretón mientras la sacudía con suavidad.

─Eh eh eh, no te alteres ahora, ¿vale? Debes intentar centrarte en lo que debes. Tarde o temprano se encontrará una explicación a todo lo sucedido, no adelantemos acontecimientos. Al haber encontrado la soga dará una pista para poder ver qué le sucedía a aquella chica amiga tuya. ─dije con una voz pausada, más tranquila y con ánimos de intentar borrar ese rostro compungido. No me gustaban los estudiantes, pero tampoco era tan malvado como para verles llorar y reírme en su cara. Seguía siendo humano.
Por unos momentos me quedé callado, y entonces recordé algo que soltó la chica entre balbuceos instantes antes. ─Espera, ¿números en la ventana? ¿Qué números?─no sabía si estaba ciego, pero no recordaba ningún número grabado en la ventana.

Publicado por Invitado Sáb Nov 21, 2015 7:33 am

Toma aire, respira, se concentra en eso. Callie no era de las partidarias que pensaban que llorar solucionarían el mundo, en realidad no solucionaban nada, pero, en ese momento, estaban logrando algo, por lo menos Erizalde ya no la miraba con odio, como si fuera una mosca molesta a la que quiere golpear. Se notaba que no quería tenerla enfrente, y que se quería ir o esperaba que ella se fuera, cualquiera de los casos era posible, pero, por lo menos brindaba pequeños datos de información que Callie acumulaba en su mente, mientras buscaba desarmarlos para saber si había mas cosas ahí de las que se decían en voz alta.

Su mirada se vuelve dura cuando el joven apoya su mano en el hombro, y alza una ceja como si no estuviera pidiendo ayuda y quería que retirara su mano de ahí en ese mismo momento. Hacía poco que había conocido a Rose, no sabía como debía vivir ella la vida, pero por lo menos a Callie no le gustaba que la tocaran demasiado, los abrazos parecían estar reservados para su hermana y para Nate, y solo en Lacrosse parecía olvidarse de eso. Sus pensamientos se detienen un segundo. —Saca-tu mano de mi hombro— Dice cuando termina de hablar, con velocidad y la voz contenida. Aceptaba que quizá no se mostrara como siempre, orgullosa y fuerte, pero tampoco iba para tanto.

Sus miradas se cruzan al tiempo que Callie analizaba lo último. No decía mucho, por no decir nada, hubiera marcado nuevamente que en realidad no era su amiga, pero no le veía el sentido. —Pero tu lo viste— Señala cómo si de eso esperaba obtener una explicación, pero no agrega ninguna pregunta al respecto. —Los números en los vidrios de la ventana, eran bastante grandes. Dos, nueve, ocho, tres, dos.— Ya lo había repetido tantas veces en su mente, que salen de sus labios como si se tratara de una maquina. —¿Te suenan de algo?—

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Nov 22, 2015 12:58 pm

Cuando apoyé la mano sobre el hombro de la muchacha su rostro se torció de forma desagradable, y tan pronto como había aparecido a aquella chica sensible y triste, reapareció el diablo que me había mostrado días antes por el tema del maldito colgante. Sin decir nada, aparté la mano y me levanté para observarla con una máscara de indiferencia. Cada vez mis pensamientos eran más creíbles cuando me decía a mí mismo que no perdiese le tiempo con alumnos del estilo de aquella chica. Y el hecho de que rompiera aquella creencia momentos antes hizo que la sombra de una mueca decorara mi rostro. Molesto, la observé mientras ella me contó acerca de los números.

“Dos, nueve, ocho, tres, dos…” pensé, memorizando estos para no olvidarme de ellos para un futuro. No supe su significado, como era de esperar, pero a esta no mostré ningún cambio en mi expresión. Si buscaba respuestas, a pesar de ser mentiras por mi parte, ya no iba a recibir ninguna por mi parte. Eso estaba muy claro. Todo carácter moralizador que hubiera rondado por mi mente se vio esfumado ante tal respuesta a mi gesto amistoso.

─ No. No me suenan en absoluto. ─respondí tajante, observándola con la mirada entornada, volviendo a la de siempre. Me di la vuelta para ponerme los guantes de boxeo, y una vez hecho, empecé a golpear el saco como si ella no se encontrara ahí.

Publicado por Invitado Dom Nov 22, 2015 3:57 pm

La expresión del mayor cambio en el momento en que le pidió que retirara la mano, el pequeño momento de paz había desaparecido, y ahora nuevamente se miraban de manera fría. Quizá había metido la pata con su forma de ser, quizá había perdido la oportunidad que tenía de conseguir algo mas, pero ella era así de inoportuna, no lo podía cambiar, y por eso mantuvo su frente en alto. Sus brazos se cruzan mientras ve como la ignora para comenzar a golpear la bolsa. Piensa en la oportunidad de irse, era sencillo, solo tenía que dar media vuelta y ahí estaba la salida, llena de árboles y caminos escondidos que daban al internado. Pero en cambio fue hasta un árbol donde se apoyo, podía ver a Erizalde, aunque estaba mayormente tapado por la bolsa.

—Tu y yo somos más parecido de lo crees. Te gustan que las cosas sean a tu manera y que nadie se meta en tu camino, quieres estar tranquilo sin que los estudiantes vengan a irrumpir tus tareas. Lo entiendo, soy igual, me gusta tener las cosas bajo control, quizá sea demasiado obsesiva, pero de esto no me río. He estado aquí por cinco años y he confiado en las personas que dirigen Dunkelheit, por lo tanto preguntaré una vez, ¿Tengo que tener alguna razón para desconfiar de ellos?— Y ahí estaba la pregunta del millón, ¿Debían o no debían? Quizá no tenían nada que ver, o tenían todo que ver, pero eso era algo que se escapaba de sus conocimientos y que quería saber.

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Nov 22, 2015 7:06 pm

Nuestras miradas quedaron tapadas por un muro cilíndrico relleno de arena, y daría gracias por ello para no querer volverle a ver aquella expresión en su cara. Llegaba a ponerme enfermo, y que esperase sentada la castaña si quería otra respuesta por mi parte. Porque tardaría un buen rato en volverle a dirigirle incluso la mirada.
Ya podía ser por propio orgullo aquella molestia. El hecho de haber expresado un sentimiento de apego por ella, y ésta haberme rechazado como si al tocarla lo hubiese hecho un trozo de basura, me había calentado. Eso estaba más que claro.

Continué golpeando con fuerza el saco, sin entretenerme siquiera en escucharla de fondo. Solo sentía un murmullo como el gorgojo de un gorrión, o el susurro de las hojas rozándose entre ellas, mecidas por el viento aullante. Aunque debía admitir que prefería que me hablase la naturaleza, que no aquella chica.

Publicado por Invitado Lun Nov 23, 2015 12:50 pm

Erizalde siguió su rutina como si ella no hubiera emitido palabra alguna, la frustración subió por sus venas, pero intento mantenerse calmada. Tomo aire varias veces, apretando sus dientes con fuerza. No había forma de medir cuanto le molestaba que las personas no respondieran sus preguntas, mas cuando se trataba de un asunto como ese. Agradecía haber hablado con Nate antes de encontrarse con él, en ese caso, todo hubiera sido mucho peor, al menos con el primero había podido demostrar todas sus dudas sin temor a ser juzgada, sabía como tratarla y eso era algo que apreciaba en su amigo, Edu era otro tema. Ellos no eran amigos, ni aliados, ni tenían un vínculo que los uniera, la primera vez que habían hablado había sido por necesidad, la segunda era la que se llevaba en ese momento, solo se necesitaban respuestas, pero pocas eran las que la chica obtenía.

Se cansó de ver como golpeaba la bolsa sin dirigirle la mirada. Supuso que ya había sido suficiente por el día, por mas que aún quisiera mas, tenía que aceptar que quizá ya había sacado mas información de la que hubiera esperado. Apretó su colgante con fuerza y levanto la barbilla con orgullo, se encamino para poder regresar al castillo pasando cerca del de limpieza, se detuvo para verlo de costado, quizá aún había algo de esperanza. —Supongo que tendré que buscar las respuestas por mis propios medios— Dijo de forma seca y avanzo unos pasos mas. ¿Se estaría cubriendo a si mismo o al internado? ¿Sería como ella, deseando que todo sea algo pasajero porque no tenía otro lugar donde ir? ¿Qué estaba pasando?

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Nov 27, 2015 11:29 pm

Una sombra me observaba des del otro lado del saco, y a veces cuando lo golpeaba podía verla al otro lado, perdiendo los estribos. Si los sentimientos de las personas pudieran verse como auras alrededor de ellas, la de aquella chica sería negra como el carbón, llena de furia e impotencia. Era fácil pasar de aquellas personas, era ya una costumbre que había puesto en práctica desde hacía demasiado tiempo, y en aquel momento ni una mera mirada le dirigía a la muchacha. Si eso la podía ver de soslayo mientras seguía con mi entrenamiento, pero en realidad estaba más concentrado con mis cosas que en la chica. No hacía falta medir más palabra con ella, además de que había venido hasta aquí para obtener respuestas acerca de un asunto que no era conveniente que supiera. Ahora estaba más guapo calladito.

Noté un movimiento ajeno a mí y al saco que revoloteó cerca de mi costado, y cuando la muchacha dio varios pasos para alejarse, yo me quité la chaqueta para quedar con la camiseta de tirantes que llevaba debajo. La miré, con una ceja ligeramente enarcada en gesto irónico que expresaba un “¿En serio? ¿De verdad?” y volví a ponerme a golpear el saco. Dejé que la chica se fuera, que desapareciera dejando aquellas palabras detrás. ¿Qué iba a descubrir ella? ¿Qué necesidad tenía de hacerlo? No entendía a la gente que acababa metiéndose en problemas solo por su curiosidad. Aquello provocaría que cavasen su propia tumba.

Publicado por Invitado Sáb Nov 28, 2015 11:40 am

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