Greek tragedy

Sábado, antes del mediodía

La vida en si parecía un remolino, por lo menos Cole parecía tener un huracán en su cabeza con ideas que iban y venían. Trataba de olvidar algunos sucesos, recordar otros con mayor intensidad. Paso una mano por el pelo, en un gesto nervioso mientras se paraba frente a la sala que pertenecía a música, le había costado pedir permiso para poder tomada prestada una de las guitarras del internado, pero tenía deseos de volver a tocar, la razón por la que se lo habían permitido, era porque había jurado que no faltaría mas a clase a no ser que sea una necesidad de emergencia. No sabía como había logrado acceder a eso, debían ser las ganas que le habían dado de tocar, luego de que había estado ayudando a Wood con eso.

Se movió por las aulas buscando una que estuviera vacía, en sábado, debía ser pan comido, pero era un sábado donde afuera llovía de manera tal que parecía que el mundo se caería abajo o que el mundo acabaría dentro de una pecera, por lo tanto en las primeras aulas por las que paso encontró personas, algunos hablaban como si lo que dijeran fuera muy importante, otros estudiaban y alzaban la mirada cual ratas de laboratorio preguntándose quien osaba interrumpirlos, definitivamente Cole no se metería ahí, tanta rareza podía ser contagiosa. Al final paso por un aula de la cual emanaba una suave melodía, delicada, elegante, un figura se movía al compás, como una silueta que deseaba asemejarse al vuelo de una hoja en otoño.

Se quedo un buen momento observando por el cristal de la puerta cerrada, hasta que reconoció a la persona que bailaba, sus cejas se alzaron sorprendido de que fuera ella. Abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido, y la cerró de la misma manera, se sentó en el suelo sin interrumpir.

Publicado por J. Cole Green Dom Nov 08, 2015 7:48 pm

Miedo, rabia, desesperación, curiosidad... ¿qué hacer si mezclas a todos en un cuadro?

Rose no era ella, se veía en su rostro, en sus gestos, en su manera de caminar y en su mirada perdida que divagaba en los pasillos. No podía concentrarse, hacer los deberes le costaba, veía a Wes más de lo normal por saber si estaba bien y constantemente le mandaba notas a Gru y a Callie aunque se habían visto considerablemente reducidas por las actividades de todos. El pasar de los días no ayudaba a aclarar la mente de la castaña que se veía turbada por los sucesos de aquella noche; la cabellera pelirroja ondeaba en sus sueños y era capaz de escuchar los gritos cuando estaba sola. La piel de Rose se erizaba, sentía mucho frío pero en su mente la misma pregunta hacía eco, ¿por qué? Ella quería saber las respuestas, nunca se había sentido tan insegura dentro de las murallas de aquel que era su hogar, incluso había faltado a las consultas del doctor Motka, sentía que no podía confiar en nadie o que si se acercaba las dudas aumentaban.

Era sábado, Rose no tenía planes pero si una cantidad de peso negativo encima. Su habitación no era suficiente, necesitaba aire, tampoco quería compañía, paradójicamente la castaña necesitaba estar sola. Rose ya sabía qué hacer, ya conocía la terapia contra aquello que la atormentaba solo que esa vez lo haría sola. La chica de ojos azules se coloca su desgastado atuendo de ballet, unas zapatillas que más que rosa parecían blancas por el paso del tiempo, se coloca un abrigo grande encima para cubrirse. Rose lleva sus cabello sueltos, no consigue una liga y no quiere perder el tiempo, o de eso se percata cuando se estresa al no encontrar el pequeño objeto.

Rosie baja las escaleras a paso rápido, no es consciente de si la ven o no pero tiene su mente en otro lugar, en aquel al que se dirige con tanta prisa. Tiene cuidado de no resbalarse aunque ya domina a la perfección sus zapatillas de ballet. Pasa las primeras aulas de entretenimiento sin detenerse hasta llegar a una de las últimas, su favorita. Era poco iluminada, cálida, de colores pasteles y con algunas sillas cerca, solo que estas estaban separadas desde hace tiempo, el aula no era concurrida, tenía un pequeño espejo, no le servía para bailar de lleno pero a lo lejos Rosie podía ver sus movimientos.

Había llevado un equipo desgastado, el mismo que usaba su profesora para los ensayos. Rose colocó el disco que siempre escuchaban solo que prefirió cambiar la pista, no usaría una de los ensayos comunes, esas tranquilas donde solo repasaban movimientos, no, la castaña tomó una melodía intensa, una de movimientos fuertes, directos, giros violentos y saltos altos, se quitó el abrigo y empezó a bailar. Así fue danza; muy apasionada, estiraba sus brazos y sus piernas hasta el punto de rozar el dolor, los giros eran rápidos y los altos precisos ya que el espacio no le permitía más. Gotas de sudor se perdían en la frente de Rose, su ceño estaba fruncido mezclando los recuerdos en cada giro, solo que no era posible de ver aquel gesto ya que los cabellos ondeaban continuamente sobre su rostro.

La chica acaba con un giro veloz solo que cuando va a la posición final tropieza. —Mierda—. Susurra, necesitaba suavizar la planta de sus zapatillas. Rose alza su mirada y ve una figura tras ella gracias al reflejo del espejo, voltea de inmediato, era Cole. Rose se siente apenada y un tanto confundida, sus ojos se encuentran con el chico e inmediatamente frunce los labios notando un pequeño calor apoderarse de sus mejillas. —Ehm... hola—. Trata de formar una sonrisa ladina. —¿Llevas... mucho tiempo acá?

Publicado por M. Rose Wood Dom Nov 08, 2015 9:44 pm

Supuso que el ritmo de la música era mas elevado de lo que se acostumbraba en aquella disciplina, lo notaba por los movimientos de la joven, por sus giros, precisos, rápidos, por la energía que liberaba cada uno de ellos. Aún así, la melodía le parecía lenta, mecánica, y no tenía idea que expresaba aquella canción. Había ido al teatro solo una vez, por una invitación, tenían que ver todo el baile completo, San Petersburgo, se había quedado tan enamorado de aquella ciudad, que no le molesto tener que estar sentado tantas horas escuchando una música que no era de su estilo. Uno de sus hermanos se había quedado dormido. Cole buscaba la simetría, buscando adivinar el próximo movimiento que harían. Nunca le había gustado el ballet, tampoco a sus hermanos, no sabía quien los había convencido de entrar. Aquel baile que hacía la joven, le recordaba a eso. Pensó si sería por lo frío y distante, pero luego no encontró ninguna explicación, solo se dedico a ver. Hasta que un error hizo que la joven se detuviera, y antes de que se de cuenta, ya lo había visto. No despego su cabeza de la pared, ni movió sus brazos que caían sobre sus rodillas plegadas. La miro desde lo bajo, tomando su tiempo.

Hizo una mueca ante la pregunta. —Lo suficiente para ver como haces de un baile una exposición de tu propia vida— Responde señalando a Rose con un ademán de la mano. Y solo cuando lo dijo se dio cuenta de que en realidad la joven se había tropezado al final, si bien eso podía contar como algo de su vida, cuando había hablado no había pensado justamente en eso. Detuvo sus pensamientos antes de seguir, nunca le había importado que pensara la menor, ni cómo lo fuera a tomar, ¿Qué había cambiado? Su ceño se frunció tan ligeramente que solo mostró una pequeña arruga en medio de sus largas cejas negras. ¿Habrá sido por saber que había pasado en su pasado? ¿Ahora le tenía pena y por eso se interesaba por ella? No estaba seguro de la respuesta, solo que era una negativa, lo que venía después del porque... ese era una verdadera enredadera. Opto por no meterse en el tema, y aprovecho la situación para evaluar a la joven de arriba a abajo descaradamente, haciendo caso omiso a sus mejillas rojas tras el ejercicio o como su pecho subía y bajaba.

—Me sorprende que no seas una inútil para todo— Dice al fin sin saber que mas decir, lo que se sumaba a una lista de cosas extrañas, casi siempre tenía algo que decir, y cuando no lo tenía, se quedaba callado, teniendo el resultado que quería, pero no, sentía que tenía que decir algo, por mas que no tenía idea qué. Miro la guitarra que estaba apoyada a su lado, ¿Sería mejor irse? Todo indicaba que si, pero se quedo en el lugar. —Cualquiera diría que te pasa algo, por la manera en la que bailabas, como si pelearas con alguien— Agrega para no quedar como un idiota, pero luego recordó que para Rose debía ser un idiota dijera lo que dijera.

Publicado por J. Cole Green Mar Nov 17, 2015 6:04 pm

Para Rose el ballet era algo más, era una pasión. No significaba un mero pasatiempo o un gusto momentáneo, era todo lo que la representaba y lo que podía hacer con cada fibra de su ser porque la llenaba, llenaba su pecho y llenaba cada fibra de su ser. Cuando tuvo que escoger alguna actividad en el internado la chica supo que decantaría por la danza, le gustaba y siempre quiso intentar ser como aquellas chicas hermosas que se movían con libertad por la pista, esas que solo lograba ver en un pequeño televisor al que a veces tenía acceso en el hospital. Sin embargo el dilema fue tomar una disciplina que se pareciera a ella. El baile urbano, hip hop y estilos similares iban muy opuestos a lo que la chica era; veía todo de una manera muy violenta y rápida, quizás eso era bueno pero no para ella. Por otro lado Rosie se sintió inmediatamente atraída cuando vio bailar a la docente de ballet; era delicado, expresivo y a veces fuerte, era todo lo que Rose quería. En un principio le costó, como todo, pero poco a poco se fue acoplando hasta el punto que ya dominaba muchas cosas.

La presencia de Cole la perturbaba. A Rose no le gustaba ser vista con excepción de su profesora y compañeras, sin embargo podía tolerarlo de vez en cuando, solo que esa vez el visitante no era precisamente la persona más sutil del mundo con la chica de ojos azules. Tras una fracción de segundo, Rose decidió que no sería bueno decirle que se fuera y prefirió preguntar antes de cualquier cosa. La respuesta de Cole la dejó fría, no había sido sarcástico ni hiriente y aunque ella no entendiera del todo lo que decía supo asentir y aceptar, de alguna manera pensaba que aquello podía ser bueno.

La mirada descarada de Cole hizo que deseara desaparecer, el chico tenía unos ojos azules y punzantes que la estaban examinando sin pudor alguno. Rose no había experimentado esa sensación, no de esa forma, sin embargo no se fue, se quedó ahí paralizada. Su pecho subía y bajaba esta vez de una forma más pausada, su cabello estaba un poco desordenado con ondas por doquier y si, su uniforme no ayudaba mucho. Rose humedece sus labios y baja un poco la mirada, la única expresión de sus pensamientos son un par de mejillas ruborizadas, como si le hubieran adherido pétalos de rosa.

—Todos somos buenos en algo distinto, así como eres tu con tu música—. Afirma la chica de inmediato. Su próxima afirmación la deja sin habla, desde luego que le pasaba algo, sobre todo desde el día después del campamento, Rose sentía que no era la única. La castaña traga y vuelve a ver al chico. —Si... yo...—. Pero decide hacer algo antes de continuar. Rose se gira y se inclina un poco para bajar el volumen de la música, toma su abrigo y lo aprieta contra su abdomen mientras se dirige al chico, finalmente se sienta frente a él cruzando sus piernas. —Bien... el caso es que... todo lo del bosque me desenfocó un poco ¿sabes?, aunque creo que no soy la única—. Rosie lo mira esperando a que él también se hubiera sentido aludido. —Todo fue sumamente extraño y... es como poner en jaque todo lo que creías saber de su propia casa—. Rose se muerde el labio e, inconscientemente, abraza el abrigo que tiene entre sus brazos.

Publicado por M. Rose Wood Miér Nov 18, 2015 9:47 am

Era bonita, nadie podía negar eso. Sus piernas largas parecían interminables mientras subía su mirada por las mismas, era flaca y elegante, y su cabello alborotado le daba aspecto de flor, a todo ella. Desvía la mirada al ver su mirada gacha, y sus mejillas sonrojadas. Estaba seguro que si no fuera por esa actitud tan cohibida y patética que la rodeaba, hubiera intentado liarse con ella, pero ahora no era una opción que pasara por su mente como una buena idea.

Alza sus cejas cuando escucha lo que dice. Su mirada buscaba indagar a que se refería con exactitud, si nunca lo había escuchado tocar, cantar o cualquier cosa que tenga que ver con la música, le había enseñado lo básico de la guitarra, eso no quería decir nada, sus dedos nunca se habían paseado por las cuerdas en su presencia. —Lo dices bastante segura, para nunca haberme escuchado— Apunta escéptico a que supiera toda la historia de la banda y de sus hermanos, a que conociera si quiera el nombre de la banda en general. Sigue a la joven con la mirada hasta que esta se sienta enfrente, le mantiene la mirada y sonríe de lado ante la insinuación.

—Nada es bonito, brillante y maravilloso por siempre— Le aclara sin pestañear, aquella vieja costumbre que tenía, esperar a sentir ese escozor que pedía que se cerraran los ojos por unos segundos para poder lubricarlo. Hubiera deseado que la conversación terminara ahí, que no tuviera que decir nada mas, pero incluso cuando se quedo en silencio un tiempo, supo que al final acabaría siendo el quien rompiera aquella tranquilidad.

—Pones como ejemplo que la vida es un ajedrez, ¿Alguna vez jugaste? Es un juego de estrategia, donde tienes que pensar con cuidado cada uno de tus movimientos, anticipar el de tu oponente e intentar mantenerte con vida, no dejar que encierren a tu Rey para no perder— Explica con tranquilidad, no iba a ponerse a confesar como estaba él luego de lo ocurrido en el bosque, mas por la parte de que se pasaba subestimando a aquella profesora, y ahora le daba un poco de pena. La persona que había sido la encargada, no parecía tener pena por quien fuera la víctima. —Dices estar en jaque, pero solo fue una baja, cuando estés en jaque de verdad, es cuando algo verdaderamente malo haya pasado. ¿De este lugar? Vamos a salir y la vida seguirá como siempre, todos olvidaremos lo que vimos o qué tan rápido corrimos, olvidaremos lo que hicimos, lo que dijimos y lo que hicieron y dijeron las demás personas. Es mejor no pensar en ello, fingir que todo esta bien y seguir adelante—

Su explicación era simple, porque sabía que era la verdad, a veces lo mejor era seguir como si nada pasara, y con el tiempo, aquella mentira se volvería real. Tenía dudas con respecto a muchas cosas, pero no se encontraba con unas ansias de verse como detective. Si habían visto algo que era demasiado violento, pero, desde la muerte de sus hermanos, nada se había sentido tan doloroso, violento y las dos cosas al mismo tiempo, había perdido su capacidad de sentir. Cualquier cosa que pasara, al final acabaría por arreglarse, no era necesario preocuparse.

Publicado por J. Cole Green Dom Nov 22, 2015 10:43 am

Él tenía razón, Rose no lo conocía para afirmar tal cosa con total libertad. Las únicas referencias que la castaña tenía de Cole eran sus interminables comentarios molestos hacia ella y todas las vivencias desagradables que ambos habían pasado al conocerse en el internado. Ahora podía sumar sus conversaciones pasadas, en el aula tras su desmayo y en la habitación del chico, sin embargo no había mucho cambio así que ella no podía atreverse a afirmar cosas que desconocía. ¿Entonces, por qué lo había hecho? Rose no tenía una respuesta contundente más allá de que todo había sido por mero instinto. La chica había visto con sus ojos azules como él tomaba la guitarra con más experiencia de la usual, cómo escribía con rapidez como si todo lo supiera de memoria, incluso como saltaba detalles, cómo si su experiencia fuera tanta que sabía que ciertos detalles eran inútiles. Solo al ver esos pequeños aspectos la chica pudo concluir que él sabía mucho. —Intuición, creo.

—Créeme, lo sé. Nada es perfecto y la vida a cada rato se encarga de restregarnos eso en la cara—. Rose juega con sus dedos, mantiene la vista fija en sus manos mientras juega con su piel y con sus uñas. Cada vez que decía algo similar los recuerdos se agolpaban en su mente sellando sus labios y haciéndola viajar en el pasado sin posibilidad de pisar el presente. La diferencia en ese momento es que Cole sabía parte de su historia así que no se sentía del todo sola.

¿Cole siempre era tan frío? Rose no lo sabía de lleno pero, por esas experiencias recientes, era lo único que podía concluir. Sabía que todas las personas eran diferentes pero estaba segura que si la conversación fuese con Gru, con Callie, incluso con Josh, ellos responderían de una manera distinta a lo que Cole le decía. Siempre tan analítico, tan claro, Rosie se siente sola en medio de aquella sala y se aferra un poco más a sus piernas sin poder evitarlo. —Lo sé, Cole—. Aunque su susurro es apenas audible, es una de las pocas veces que Rosie llama al chico por su nombre. Sabía de qué se trataba el ajedrez solo que ponerlo en práctica en su vida era complejo. El tablero de Rosie siempre estaba estático, en orden desde que llegó al internado y ahora mover las piezas era complejo para ella, incluso atípico.

—Lo digo porque llevo varios años en este internado, es mi hogar, ¿entiendes? No hay nada afuera que me espere, ni siquiera una madre solitaria, una abuela que se encargó de mi toda la vida o un primo lejano, nada, solo tengo a mi hermano y él también esta aquí así que básicamente este es mi hogar y ahorita muchas cosas cambiaron sobre la opinión que tenía de él, es una de... una vivencia complicada, no me culpes por eso—. Lo ve a los ojos con toda la sinceridad que es capaz, ese era su rincón de paz, su casa, era tan simple como eso. —Lo dices de una manera tan sencilla porque probablemente tienes una vida fuera de estas paredes por muy compleja que sea. No me malinterpretes, yo quiero tener una cuando salga pero... es como cuando vives en la casa de tus padres y esta se cae, sabes que en algún momento vas a salir, sí, pero en el ahora hay problemas y... y esto de la profesora Ophelia, la chica pelirroja en el bosque... es complejo—. Sin darse cuenta, Rose había olvidado por completo que Cole no estuvo en la cabaña aquella vez.

La castaña pasa una mano por su cabello y toma un respiro bastante hondo, duda un poco antes de hablar pero termina por hacerlo. —¿Por qué siempre... eres tan frío?

Publicado por M. Rose Wood Miér Nov 25, 2015 10:43 am

Sentía la presión que sus ojos hacían sobre ella, cómo la perforaban mientras esperaba una respuesta, con los hombros cuadrados y la piel sobre sus cejas a punto de llenarse de arrugar. Quería relajar aquella mirada imponente, pero no podía, sabía que varias personas lo hubieran reconocido, pero no le gustaba hablar del tema, no le gustaba que se lo recordaran. No quería que ella supiera quien era en verdad, no quería que nadie lo supiera, pero por alguna razón mas extraña y particular no quería que Rose Wood supiera quien era en verdad, aquellos tiempos donde lo llamaban por su primer nombre que ya tenía bien olvidado. Suelta el aire, lo más discreto que se cree capaz, sus músculos se aflojan y solo alza las cejas, haciendo una pregunta muda que ni él sabía que preguntaba. Era mejor dejar pasar el tema.

Le dio la razón y eso le sorprendió, no tenía sentido negarlo, pero luego lo contradijo con aquella parte de la historia. Cole se preguntó si exponía todos esos puntos por el pasado que ella misma le había gritado aquella vez en los pasillos, o si sólo lo decía porque necesitaba tener a alguien con quien hablar y no quería molestar a las otras personas, lo que tenía su parte negativa porque lo molestaba a él, aunque ya no consideraba su voz y su realidad como una molestia, mas bien, le dio algo en que pensar. Él no necesitaba a nadie fuera del internado, tomaba sus propias decisiones desde temprana edad, estaba acostumbrado a ser independiente y se había asegurado que nadie pudiera sacar un peso de su cuenta bancaria, y salvo que su representante lo hubiera estafado, la cuenta debería tener mas dinero del que había dejado. En el internado no gastaba nada, ese era un buen lugar para ahorrar, de tener dinero, posiblemente se lo hubiera gastado en cigarros y bebidas, estaría tirado en su cama esperando que todo dejara de girar o que el revuelto del estomago pasara.

Apoya su cara en el puño, mientras que su codo se mantiene apoyado en la rodilla flexionada. —No necesitas nada de eso— Es lo primero que dice, buscando captar su mirada para mostrarle que hablaba con la verdad. —Lo que necesitas es estabilizarte, puedes estar sin un hogar y sin familiares, lo que necesitas es una casa que te cubra y abrigue, y comida, el resto se puede ver sobre la marcha— Explica como si expusiera los principios básicos de la supervivencia. Por mucho tiempo había pensado que el avión por el que viajaban era su casa. En los primeros años aún pensaba en la casa de su padre como un hogar, pero luego cada vez se fue alejando más y más, hasta que solo fue la casa de su padre. No tenía un hogar, tenía muchas cosas, pero eso no le importaba porque nunca estaba quieto en un lugar por mas de un mes. Un hogar no era importante, mas importante era un lugar donde dormir y tener comida a la hora que correspondía. —Imagino que es complejo, no creo que esto sea demasiado simple.— Aclara antes de seguir hablando. —Pero no creo que tengamos que preocuparnos, y si llega el momento de irse, ven a buscarme, yo te ayudare— Lo ofrece como si nada, y luego de que lo dice se da cuenta de lo que acaba de ofrecer, y aún así, no se arrepiente.

La pregunta que hace la joven lo deja fuera de lugar. Lo primero que atino a pensar fue una broma con respecto a que no dejaba que la tocaran, pero deshecho la idea al darse cuenta de que no tenía sentido, y lo hizo mas rápido de lo que era capaz de abrir la boca. Se había dado cuenta de que era una mala idea, porque Rose, por más de no dejar que la tocaran era cálida, su voz amable y tranquila, acogedora, incluso con ese acento tan ordinario que provenía de Estados Unidos o algún país cercano, era agradable. Comprendió entonces la pregunta, y la respuesta fueron unos hombros encogidos. —Supongo que no siempre fui así, pero el pasado a veces te enseña que es mejor no tomar cariño a otras personas— Explica, y busca agarrar la guitarra, cambia su postura para que calce perfecta sobre sus piernas, y comienza a tocar unas notas. Se sentía oxidado, pero aún así levanto la vista a la joven. —¿Quieres que te de una razón para que digas que soy bueno en la música?—

Publicado por J. Cole Green Miér Nov 25, 2015 11:00 pm

Si había algo que Rose deseaba con todas sus fuerzas en ese momento era el hecho de ver las cosas de una manera tan simple como lo hacía Cole. Él parecía hablar con tanta libertad y experiencia del tema que ella se quedaba corta a su lado. Sin embargo, para Rosie, las cosas no eran tan sencillas como él las pintaba ya que la chica creía firmemente haber experimentado el otro lado de la moneda que él no había vivido. —Creo que va más allá de eso—. Susurra alzando sus ojos azules para poder verlo, por alguna razón ya podía tomarse esa libertad sin sentir pena o vergüenza. —Los sitios en los que viví no eran mi hogar, como tu lo dices, no me garantizaban comida, calor, bebida, nada, pero es una historia larga, el punto es que...—. Los recuerdos parecen querer volver pero Rose aparta sus cabellos colocándolos tras su oído y sigue con la historia. —El punto es que el único hogar que encontré gira en torno a una persona, a mi hermano Wes. Ambos no tuvimos un lugar fijo que nos cobijara entonces comprendimos que nuestro hogar es donde el otro esté. Si por el momento es internado es el único lugar que nos cobija con seguridad entonces debería ayudar a saber que pasa.

No esperaba que le hiciera aquella oferta, de hecho no esperaba nada bueno de él, pero en ese encuentro en particular, el chico la estaba sorprendiendo mucho más de la cuenta y la castaña no sabía que pensar. La sorpresa se evidencia en sus gestos, no estaba molesta desde luego pero si contrariada. Rose cae en cuenta y prefiere tomarlo por el lado positivo, era mejor que crearse ideas erradas. Quizás, tan solo quizás, el chico estaba cambiando. —Gracias, Cole—. Y una pequeña sonrisa se forja en sus labios.

Esa pregunta, en particular, fue bastante inesperada. Rose a veces hablaba, se expresaba o se delataba porque estaba en su naturaleza ser así, era algo que no podía evitar y más de una vez había pecado por imprudente. Por otro lado, la chica no podía negar que estaba ansiosa por saber la respuesta, era algo que pasaba por su mente cada vez que veía al chico o hablaba con él. Rose seguía manteniendo la teoría que cuando hablaba con Cole una muralla se atravesaba entre ambos. —Entiendo... pero...—. Iba a seguir cuando se da cuenta de lo que él esta haciendo. En ese momento el chico se arma con la guitarra y el corazón de Rose se acelera un poco.

Rose no puede creer lo que ve, está algo atónita porque de todas las reacciones que había esperado de Cole esa era una de las últimas, definitivamente. La chica humedece sus labios y abraza más sus piernas, su mirada azulada se encuentra con la de él y, aun divagando si era correcto o no, Rose termina por asentir. —Me gustaría—. Y con cierto recelo (nada negativo) la castaña detalla su agarre de la guitarra, esperaba algún día poder hacerlo tan bien como él.

Publicado por M. Rose Wood Jue Nov 26, 2015 9:24 am

Lanza una mirada compasiva a la joven, por mas de que su mente estuviera llena de preguntas. A veces no comprendía porque la gente tenía la tendencia a aferrarse al pasado, a querer mantenerse en esos puntos, por mas que no fueran buenos. Tenían miedo al futuro, y era un miedo que no comprendía. Rose se aferraba a eso, a su propio pasado, ahora al internado, posiblemente alguien le debería decir que eso no era bueno, y se sintió terrible por tener que ser siempre él quien le quitara la razón y le hiciera abrir esos preciosos ojos claros. —Encontraras otros hogares— Es lo primero que afirma y siente que su voz suena como un hielo al romperse, brusco, frío, sin nada de amabilidad. Toma aire, pensando bien sus palabras. —Digo, tu misma lo estas diciendo, si tu hermano es tu hogar, entonces no tienes de que preocuparte, techos y cuatro paredes puedes encontrar en muchos lugares, solo tienes que ser un poco valiente para saber que si pones un pie fuera del internado no pienses que el mundo se va a acabar, no lo hará. Puede que este sea el primer lugar donde te sientes segura, pero habrá otros, tienes que creerme, pero principalmente tienes que creer en ti misma, porque si sigues así nunca vas a avanzar, te quedarás en un pozo y creerás que estar ahí esta bien solo porque estas cómoda—

Su voz era lo mas amable que podía mostrar, incluso sentía sus cuerdas vocales tensarse al hablar de esa manera, pero aún así, su voz seguía sonando tan dura como siempre. Trataba de que la joven entendiera lo que él entendió una vez, no importa lo que pase, solo hay que seguir avanzando. Fue su hermano el que le abrió los ojos y le mostró esa pequeña realidad, realidad que ahora aprovechaba mientras vestía todos los días de la semana el uniforme de Dunkelheit. Quizá era el karma quien le decía que ahora tocaba dar esa enseñanza a alguien mas.

Su mirada se vuelve a endurecer cuando escucha aquel "pero", hubiera rodado los ojos, sino fuera porque estaba demasiado concentrado observando a Rose e indicando que se levantaría e iría del lugar si llegaba a agregar algo mas. No quería hablar, no quería hablar con nadie de eso, si alguna vez fue un chico amable y divertido que hasta se pintó la mitad del pelo de azul, estaba en el pasado, y ahora se mantenía tal cual se lo veía. Había crecido con dos personas que ahora ya no estaban, eso le había quitado la mayor parte de su vida, y el resto había quedado encerrada en la misma celda que su hermano. Ojala su padre fuera a visitar a Aaron cuando se le permitiera recibir visitas. Ojala Aaron estuviera bien, dentro de lo que se podía esperar. Una de las comisuras de sus labios se curvo hacia arriba al escuchar que dejaba pasar el tema, y su cambio de tema daba resultado. Mientras terminaba de acomodar la guitarra y afinaba alguna cuerda, observo por el rabillo del ojo, la mirada iluminada de la joven. No era la primera vez que la veía, solo que no estaba acostumbrado, había perdido la costumbre. Su corazón se acelero, mientras pensaba una canción y una corriente eléctrica se moviera por todas sus venas y arterías, provocando un cosquilleo en todo su cuerpo, en especial en los brazos. Sus manos temblaron considerando una canción adecuada, pero al final dio con una que la pareció perfecta. Se aclaro la garganta, y comenzó a cantar, sin decir nada mas.

Tema: Across the Universe

Publicado por J. Cole Green Jue Nov 26, 2015 8:14 pm

Encontrarse con Cole hacía girar su mundo de una manera brusca, era cubrir de frío los instantes de calor, era saber que había rocas en el camino y que no todo se trataba de caminar dando saltos por la pradera. Él era como un cable que la ataba a la tierra y le enseñaba que el mundo no era tan bueno y que la vida no se basaba en las esperanzas sino en lo real, en lo que podíamos palpar y crear con una mente llena de raciocinio y cordura. Era difícil para Rose tener que lidiar con eso pero, por alguna razón, se quedaba, quizás porque nadie se había molestado en enseñarle el mundo así doliera. Brennan, incluso Callie, tenían consideración con ella por su estado, pero Cole no y eso, aunque la alejaba, no la apartaba del todo.

Rosie baja un poco la mirada ante lo primero pero la alza de nuevo, igual de confundida, cuando el tono de voz de Cole se ablanda y parece explicar todas las vertientes que conllevaba su comentario anterior. Los ojos azules de Rose se clavan en los del muchacho y escucha atentamente sin intervenir, quizás tenía razón pero por ahora estaba tan limitada en lo que simbolizaban los muros del internado para ella que no veía otra salida. Su junta con Gru, Isak, Callie, Nate y Cassie hacía imposible que ahora se desligara de todo ese tema como si nada, pero era algo que sentía que no podía contarle a Cole, no en ese momento. —Puede que tengas razón. Afortunadamente el futuro aún es lejano para mi.

Rose quería que tocara la guitarra, desde luego que sentía curiosidad pero a la vez estaba en la expectativa de lo que iba a pasar. Tocar la guitarra e incluso cantar sonaba muy sencillo de cualquier manera que se dijera, pero verlo a él haciendo eso específicamente intimidaba mucho a la castaña que se sentía como si en ese momento el chico fuera a desnudar parte de su alma frente a ella. Rose lo ve y se relame los labios un poco nerviosa mientras ve como empieza a tocar los primeros acordes. La chica detalla una mano temblorosa y unos gestos desenfocados, estuvo a punto de decirle que se detuviera pero no lo hizo porque enseguida la voz de Cole empezó a entonar la canción.

Rose se quedó estática, era como si su cuerpo hubiese atado raíces en el suelo y ella no pudiera salir. Solo podía verlo, solo lo escuchaba, solo estaban ellos dos en medio de ese gran salón. Cole parecía concentrado pero más allá de eso estaba sumido en una nube muy conocida para él donde podía estar cómodamente sin ser molestado. Estaba nadando en sus aguas y Rose se sintió intrusa en todo ese escenario, su ballet le pareció algo muy simple. Ya para la mitad él estaba acoplado a lo que hacía y la chica solo pudo apoyar su rostro cerca de sus rodillas para verlo mejor, era su única espectadora después de todo.

Al final el corazón de Rose dio un brinco como si no quisiera que el espectáculo acabara. Él parecía sumido aún en su burbuja, había sido tal cual la chica lo había imaginado, por alguna razón sintió que pudo ver más de lo que Cole le había mostrado y no sabía si eso era bueno o malo. Rose no lo pensó, ni siquiera lo analizó, se acercó un poco y puso su mano sobre la muñeca del chico bajando su agarre de las cuerdas, como si le quisiera decir que todo había acabado y habían llegado a la realidad. La castaña estaba sorprendida por sí misma, su problema era que la tocaran pero incluso tocar a otros le daba temor. Ella alza sus ojos y ve sonriendo con honestidad. —Fue perfecto.

Ella retira su mano con cuidado y vuelve a su posición un tanto apenada, solo que no es tan obvio como cuando la mirada de Cole la recorrió. —Gracias por... compartir eso conmigo. Ya sé que cuando decías que yo no sabía nada era verdad.

Publicado por M. Rose Wood Jue Nov 26, 2015 9:40 pm

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