Give it to me I'm worth it

Algo que amaba del internado era que, tras los entrenamientos, se bañaban y cambiaban todos los hombres en los mismos vestuarios. ¿Qué era lo bueno de esto? Que podía ver el cuerpo trabajado de sus compañeros estudiantiles. Unos tenían un six pack para morirse, y los que no sentían vergüenza por su cuerpo estaban bien dotados. Era todo un espectáculo para Ezra, que tampoco tenía miedo de ocultar su cuerpo, aunque cuando la temperatura de abajo aumentaba prefería cubrirse con una toalla, tampoco quería que le vayan tachando de arrecho a más.

Cuando terminó de ducharse se acomodó su cabello, mirándose al espejo pensando lo guapo y perfecto que era, o al menos eso quería pensar. Tenía bien claro lo de sus dientes, no los mejores, pero tampoco los ocultaba, pues le hacían único, y los aceptaba—. Guapo. —se mordió el labio inferior para luego ir a su locker y cambiarse. Pocas personas quedaban ya en los vestuarios, habiendo vuelto Ezra del entrenamiento algo tarde. Se estaba esforzando para ser capitán, y mostrarles a los demás que por su sexualidad o superioridad no significaba que no podía ser el mejor jugando fútbol, además del capitán. Sí, la discriminaban algunos por sus gustos. ¿Pero sabes como se llama eso? Homofobia.

Cuando llegó a la entrada del internado, se quedó pensando en qué hacer. Olenna estaba en clases, pobre enana, y aparte de ella no tenía muchos amigos más. Fue entonces cuando la bombilla se iluminó sobre su cabeza, recordando que podía visitar a otra persona. Caminó por los pasillos con una sonrisa maliciosa, el nudo de su corbata sujeto firmemente en su cuello, hasta llegar a las puertas del aula de danza. Se podía escuchar música en su interior, por lo que su sonrisa creció más y más—. ¿Y para quién será esa belleza de baile? —dijo con las puertas del aula ya abiertas, observando a la rubia bailar al son de la música. Una cosa era verdad, y es que Grace tenía habilidad para el baile.

Publicado por Ezra J. Harrison Miér Nov 25, 2015 12:30 am

Música.

Se había saltado la practica de Soccer, solo había bastado pasar por enfermería y hacerle carita de enferma al encargado para que le tendiera una nota por si le exigían una explicación, cosa que dudaba porque salvando aquel día de lluvia, no había faltado ni una sola vez en el campo, lo que era mas que todo un logro. Se dirigió a la sala de danza, donde retiro su uniforme desabrido y se coloco las medias claras y el uniforme rosa pálido de bailarina que no hacía mas que resaltar su figura esbelta. Peino su pelo en un rodete perfecto, se coloco las zapatillas de ballet y observo la figura en el espejo tras ponerse de pie. Si ella misma no se conociera bien, diría que esa muchacha era una bailarina de algún lugar conocido.

Puso la música donde se había quedado desde la última clase, estiro antes de ponerse a bailar, canción tras otra. Sus movimientos eran suaves, como si rozara nubes de algodón por mas de sentir todos sus músculos tensados para darle la perfección a cada paso que cargaba con elegancia. Podría haber hecho mejor uso de su tiempo libre, pero en cambio había preferido ir allí, bailar, ejercitar sus músculos, su mente, su creatividad para poder determinar el siguiente movimiento, le recordaba cómo se sentía ser capitana y tener que armar las rutinas, pensar mientras se esforzaba al máximo, tener la capacidad de que el cuerpo haga una cosa, mientras la mente estaba pensando en otra. Cerro sus ojos, dejando de buscar su propio reflejo en el espejo, no necesitaba verse para saber que estaba haciendo bien las cosas, eso era por el propio narcisismo que ella poseía. Se detuvo tras un giro, al igual que lo hacía la música, y una voz se escucho en la sala.

Sus ojos se abrieron lentamente buscando en el gran espejo de la sala el reflejo de Ezra, cuando lo localizo, le sonrió como una fiera. —¿Para quién va a ser?— Pregunta jocosa, y se gira para hacerle frente a su amigo. —Dado que no me puedo comprar ropa, tengo que buscar la forma de hacerme regalos hermosos— Apunta llevando las manos a sus caderas, y luego deja escapar una risa. —¿Qué te trae por aquí?— Agrega mientras se acerca al equipo para poder bajar el volumen de la música. —¿Algún chisme importante o todo sigue tan aburrido como esta mañana?—

Publicado por Grace L. Edwinson Jue Nov 26, 2015 8:34 pm

El ballet no era el baile favorito de Ezra, veía a las chicas como unos maniquíes con sus tutus y sus medias largas. Aun así podía admirar la belleza que entregaban los bailes. Ezra mismo bailaba, había entrado a clases de hip hop y salsa por puro aburrimiento, y le había gustado. Se puede decir que es el no de sus muchos talentos escondidos, donde podemos incluir tocar la batería y cantar. La única razón por la que no los mostraba tanto era porque la gente le vería afeminado, y aunque tenga un gran ego y sea narcisista, ha peleado mucho para salir de los estereotipos de las personas sobre los gays, podía actuar como una persona normal pero a la vez gustarle lo sombras. Romper estereotipos ha sido algo así como su misión en su vida, aunque ya le hayan tachado de ser el típico ricachón venenoso.

Sus azules ojos se encontraron con los de Grace por el espejo, el chico apoyado sobre la pared con los brazos cruzados y una sonrisa de satisfacción. Soltó una risilla cuando le respondió a la pregunta, era obvio que bailaba para autosatisfacerse. Ezra podría ser muy narcisista, pero en momentos la rubia le sobrepasaba. Mientras la escuchaba dio unos pasos hacia adelante, sentándose con su pared contra el espejo. Estiró su pierna y dobló la otra, apoyando sus manos sobre su rodilla. ¿Ya había dicho lo guapa que era Grace? Pero una víbora como Olenna—. No mucho. Hudson cada vez tiene mejor cuerpo el cabrón. —habían pocos hombres al que les gustaban hombres en el internado, esto no ayudaba a Ezra, pero los que habían eran suyos—. Y el italiano también va a mejor, pero ese es mío. —con sus amigos, como eran Olenna y Grace, no tenía problema de hablar sobre los hombres que quería tirarse, o con los que tenía algún rollo. Y a ellas también se les escapaba algo que Ezra podía usar en su contra si quisiera, pero nunca lo haría.

Publicado por Ezra J. Harrison Dom Dic 06, 2015 12:36 pm

Baja la música hasta que solo queda un murmullo de la misma, ríe al escuchar a su amigo, y se acerca para sentarse a su lado. Ya en el frío piso, se retira primero las zapatillas de ballet, que hacen un sonido hueco al caer, y luego desarma su cabello, lo acomoda para que cayera todo sobre uno de los lados. El recogido lo había deformado, y la joven busco las puntas para ver que tan dañado estaba. Necesitaba ir a la peluquería, su pelo era hermoso y sedoso, pero luciría mucho mejor con un shock de keratina. Extrañaba los spa que visitaba todos los meses con amigas.

—Hudson no es más que un idiota retardado— Comenta sin pensarlo dos veces, con Ezra había perdido las apariencias demasiado tiempo atrás como para guardarse esos comentarios. Era cierto que no había visto el cuerpo del muchacho, generalmente estaban, ambos, demasiado concentrados en dejar en ridículo al otro y escupir vómitos verbales. —Puede tener todo le cuerpo que quiera, pero ¡Madre santa! Ese cabello, lo prendería fuego para hacer un bien al medio ambiente, no me sorprendería que se escondan ratas ahí— Agrega con desagrado arrugando la nariz.

Tuvo que hacer memoria para saber a quien se refería, por lo general Grace tenía tendencia a recordar solo los nombres de las personas de los que consideraba sus amigos y de los que consideraba ratas a las cuales poder molestar, el resto se podía obviar. —Es una buena elección— Responde con un encoger de hombros recordando a aquel muchacho, no era su estilo, para nada, pero para gustos colores. —Mejor cuenta algo más. ¿Ya has escuchado los rumores de que nuestra directora tira para el otro lado? Eso explicaría porque a algunas chicas les deja usar la falda tan corta— Bromea dejando escapar una risa pétrea.

Publicado por Grace L. Edwinson Mar Dic 08, 2015 7:14 pm

Ezra se quedo mirándola mientras se acomodaba, sentándose a su lado. Cuando se soltó el pelo Ezra aprovechó para echarse sobre sus piernas, mirándola desde abajo. Su cabello era bonito pero se notaba lo dañado que estaba. Ezra tenía un cabello diferente, mucho más suave y maleable que pocas veces se dañaba. Había pensado en pintárselo solo para probar como quedaba en otros colores, pero las lacas en el internado faltarían mucho su cabello, siendo capaz de malograrlo si lo hacía mal. Era mejor no arriesgar y quedarse con su color plateado único que nadie tenía—. Igual que Onyx. —añade a la lista de idiotas. Lo que más le estresaba del chico era su forma sarcástica e intelectual en la que hablaba. ¿Por qué tenía que ser así? Hasta lo vería como un chico guapo si no fuera por eso. Por otro lado Jack era algo más misterioso—. Uy, su cabello si lo mata a veces, ¿se cree Jared Leto o qué? —ese tipo parecía Jesús, aunque ya no.

A Grace pareció tomarle un poco recordar quién era el italiano. Dan tenía fama entre las chicas, pero estaba más que claro que no era el tipo de ninguna. Más que todo porque le iban los hombres—. La ventaja de compartir el vestuario con el sexo qué te gusta. —comenta, sonriendo un poco. Podía a veces parecer algo pervertido, pero así nació. Sus ojos brillaron cuando Grace le contó el rumor, no se lo esperaba para nada—. Joder, se pasó a mi acera. —cualquier teoría sobre los directivos podía ser posible, pues nadie sabía algún dato sobre ellos aparte de sus puestos y como actuaban—. Entonces eso significa que le gustas, sino no estaría viendo tus piernas todos los días. —la irrita un poco para sacarle una sonrisa y reírse él también.

Publicado por Ezra J. Harrison Vie Dic 11, 2015 1:45 am

La risa invadió la sala apenas Ezra soltó al comentario. —¡Cuanta verdad! Pero por favor no insultes a Jared, él es tan sexy— Comenta llevándose las manos cerca de la cara, emocionada de solo pensar en él. Había tenido una fascinación por ese hombre, era su Yisus. Se acomoda mejor para que su amigo quede más cómodo y pasa la mano por aquel pelo platinado. Necesitaba eso, un momento donde podía ser quien tuviera ganas de ser. Ezra solía ser el ideal para ese trabajo, siempre podían mantener temas de conversaciones que no tenían sentidos y que olvidarían en cinco minutos, pero siempre estaban ahí para temas más serios.

—Cariño, ¿Has visto mis piernas? Son la envidia de todas las mujeres, no tienen que haberse pasado al otro lado para admirar su belleza, porque en ese caso me amo a mi misma— Bromea antes de mirarse en el espejo que tenían enfrente. Inclina su cabeza de un lado a otro, pensando en algo. Luego hace un gesto al notar el error en sus palabras. —Perdón, lo olvide, yo si me amo a mi misma— Se tira un beso soltando una risa. Estaba de broma, por supuesto, su ego era suficiente para que ese comentario pudiera soltarlo en serio, pero posiblemente lo hubiera dejado para sentir a una persona más miserable de lo que ya era, no para hablar con su amigo que ya conocía toda realidad. —Si te tengo que ser sincera, a veces te envidio, todos esos cuerpazos que debes ver, nuestro vestuario esta lleno de gordas que se creen flacas y sexys, es asqueroso— Sacude la mano para olvidar aquellos momentos donde le daban ganas de gritar a los cuatro vientos que algunas chicas debían cubrir algunas partes. —Después recuerdo que la mayoría son unos idiotas y se me pasa— Agrega la broma después de un momento.

—Cambiando de tema, ¿Cómo esta tu hermana? El otro día la vi por los pasillos, es bastante bonita, casi que siento envidia— Comenta al azar, porque era la verdad, casi se le acerca a hablar, pero como tenía que ir para otro lado se había contenido. Tenía ganas de conocer a la hermana pequeña de Ez, suponía que sería como ellos, toda una diablilla.

Publicado por Grace L. Edwinson Sáb Dic 12, 2015 1:26 am

Con Olenna podía hablar sobre cómo se tiraría a la gente, o qué tan bueno estaba este chico o el otro. Con Dan llevaba en práctica las cosas que le decía a Olenna. Pero con Grace... Con Grace podía hacer lo que le diera la gana. La rubia fue una de la primeras en enterarse sobre su verdadera orientación sexual, aceptándolo sin problemas. Esto le sorprendió pues otras personas hubieran usado eso para molestarle. Grace era diferente, como si de alguna forma entendía como Ez se sentía. No fue una decisión fácil, pero de eso ya hace años—. Y dicen que la tiene enorme. Yo digo que es bi. —cual pervertido cierra sus ojos, imaginándose a la estrella desnudo. Se muerde el labio inferior para luego abrir los ojos y fijarse en su amiga.

— Si no te amaras a ti misma, entonces yo sería hetero. Já. —como se mencionó antes, el ego de Grace y Ezra eran muy parecidos. Sabían lo que valían y hasta donde podían llegar, no había necesidad de esconder la superioridad—. Y si fuera hetero, ya me habría metido bajo tus sábanas. Deberías dejar que alguien lo haga, creas o no hay algunos que te harían disfrutar toda la noche. —no por experiencia, pero porque ha visto lo que tienen entre las piernas—. Esa es una de las razones por las que crucé la acera. Y si quieres un día entra conmigo, no creo que les sea problema verte caminando por los vestuarios. Ahí o dejan la manuela para ir por ti, o la usan más. —se podía imaginar a su amiga caminando por los vestuarios mientras a todos los hombres se les paraba el taxi delante de ella, desnudos. ¡Qué gracioso sería! Y un deleite para los ojos de Ezra.

Que le mencione a su hermana le sorprende un poco. Desde su llegada al internado pocas veces ha hablado sobre ella, esperando que nunca viniera al internado. Su entrada también le tomó por sorpresa, y todavía no hablaba con ella—. Los genes de los Harrison son los mejores, babe. ¿O es que no me has visto? —alza las cejas, dando la respuesta más obvia—. Y no se, todavía no he hablado con ella. Pero parece irle bien en las clases. —podía ser una mala o buena persona, pero intelectualmente supera a muchos.

Publicado por Ezra J. Harrison Sáb Dic 12, 2015 2:49 am

—Yo digo que no me interesa— La sinceridad de Grace podía no ser lo que todos esperaban escuchar, pero así le salía. No tenía ganas de hablar de Hudson, no tenía ganas de hablar de él para nada. Porque la podía tener tan grande como dijeran, pero aun así no complementaría, nunca, lo pequeño que tenía el cerebro, con eso, era un caso perdido.

¿Qué pasaba con todos últimamente? Primero Nate preguntando sutilmente si tenía problemas amorosos, luego, sugiriendo que no le diera la espalda a todos los muchachos. Ahora Ezra. Se miro en el espejo buscando encontrar signos de solterona demacrada, pero vio a la misma joven que días atrás. Todo sería mucho más sencillo si la joven abriera la boca y contara toda la verdad, pero a veces esquivaba el tema casi sin darse cuenta. De saberlo, Ezra no estaría planteando eso, y por lo único que sintió culpa, fue porque él le había contado su secreto y ella mantenía el suyo oculto. Tampoco había considerado que fuera para tanto, ya había notado ciertas cosas en su amigo que le habían hecho dudar. Cuando le dijo, lo afirmo y lo hizo oficial ante ella, entonces no tuvo que sorprenderse, cada cual tenía derecho de amar a la persona que tenía ganas, ese era su pensamiento y lo mantenía firme.

—Me halagas, mi amigo— Dice soltando una risa sabiendo que iba a tener que responder en algún momento. —Creo que a la hora de escoger candidato ya se a quien debo acudir— Agrega entre más risas, cómoda con la naturalidad con la que Ezra hablaba. Algunos lo hubieran considerado inapropiado, para ella era divertido. Golpe a Ez cuando este continua. —¿En serio? Prefiero que las personas tengan bochornos más públicos, ¿De qué me sirve poner nervioso a todos los presentes cuando se pueden cubrir entre ellos?— Plantea encogiéndose de hombros.

—¿Por qué?— Pregunta llevándose una de las uñas a la boca y comienza a morderla, no la uña, la piel, los padrastros. —¿Por qué no has hablado con ella? Es solo curiosidad, soy hija única, pero, ¿Los hermanos no debían ser como carne y uña y todo eso?— Deja pasar lo de los genes, pero porque era adoptada, no podía poner su apellido en eso.

Publicado por Grace L. Edwinson Sáb Dic 12, 2015 3:54 am

Amaba la facilidad que tenían cuando hablaban juntos. No habían pelos en la lengua de ninguno de los dos, eran totalmente directos aunque lo que digan pueda hasta poner triste al otro. Pero si en una amistad no hay este tipo de confianza, no debería ser considerada una amistad en sí. Y es por eso que aprecia tanto a la rubia, porque no tienen miedo de decir la verdad todo el tiempo—. Me halagas a mi al dejarme ser tu primer candidato. —le guiña el ojo, girando su cabeza hacia el pecho de la chica para revolverse ahí un poco, mostrando aprecio—. ¿Y si lo haces por mi? No estaría mal ver algunas de esas bien duras. —soltó pequeñas carcajadas ante la situación, era gracioso. Sí, a veces podía ser todo un pervertido, pero tampoco es que sea fácil que te gusten los hombres en un internado como este.

No deseaba hablar mucho del tema de su hermana, sin embargo por Grace lo haría. Después de dejar a su hermana en el hospital, todavía en coma, no habían vuelto a hablar. Cada vez que volvía a su casa intentaba ignorar a su hermana, esperando que la chica no esté en casa para él estar ahí. No es que la odiaba, pero no podía mirarle a los ojos de nuevo tras dejarla años atrás—. Eramos unidos. Pero... cosas pasaron. —había pensado que podría decirlo, pero masculló las últimas palabras sin saber muy bien cómo decirle que la chica había estado en coma y él no pudo protegerla.

Ya que estaba algo nervioso por el tema decidió levantar su cabeza de las piernas de la rubia, apoyándose una vez más en el espejo de la sala, mirando la pared al otro lado—. Pero bueno, ya buscaré un momento para hablar con ella, así que no importa. —ya se había olvidado como, cada vez que hablaba del tema, hacía todo lo posible para alejarlo de su mente. Así de mal se sentía de haber dejado a su hermana sola—. ¿Estás emocionada de que este sea tu último año? —lo mejor que podía hacer era cambiar de tema.

Publicado por Ezra J. Harrison Sáb Dic 19, 2015 3:32 pm

Ya se veía a su amigo dándose un festín mientras ella se paseaba por el vestuario de los chicos. Toda una fiesta en su nombre. Vuelve a reír de solo imaginarlo. —¡No! Ni siquiera por ti, ya bastante pervertido estás no es que necesites algo más de entusiasmo, no seré la chispa que encienda el fuego. No señor— Bromea con ganas y aprovecha para despeinar a su amigo en un movimiento rápido.

Cuando lo escucha hablar de su hermana, se queda callada, asintiendo una vez en silencio. A veces le gustaba saber que era todo lo que le pasaba a las personas que consideraba amigos, pero nunca era capaz de formular las preguntas correctas, como si su incapacidad de ayudar a las personas le impidiera hasta mostrarse interesadas por aquellas en las que si estaba interesada. Supuso, también que esa debía ser la cara que ponía ella cuando le preguntaban acerca de Gregg, o de la operación que había tenido. Una cara que dejaba en claro tres palabras que leídas en el orden correcto eran más que de sencilla deducción: No quiero hablar. —Lo siento— Susurra bajo, y deja que el silencio inunde la sala por un momento, si había algo bueno con Ezra era que ningún silencio era incómodo a su lado. —Eso es bueno—

Le muestra una sonrisa a través del espejo, pues era ahí donde la joven tenía su mirada. Grace nunca había tenido hermanos, y se había preguntado varias veces como sería, como hubieran cambiado las cosas en la familia si en vez de ser solo ella hubiera alguien más con quien compartir las cosas o a los padres. ¿Serían amigos? ¿Serían enemigos? ¿Serían de esos hermanos que se ignoraban? No tenía idea, pero la clase en la salita de cinco donde le enseñaron a compartir, la joven había faltado, por lo tanto estaba segura de que siendo hija única era feliz.

—Claro— Responde de inmediato. Estaba más que emocionada porque así sea que no había forma de medirlo. —Estoy ansiosa de volver a la vida real, a mi casa, a la pileta, poder tomar sol, escuchar mi música, el café de starbucks, no puedo esperar para volver todo eso de nuevo— Pone los ojos en blanco pues le parecía obvio que querría salir de ese lugar. Ya pensaría luego en la universidad y esas cosas.

Publicado por Grace L. Edwinson Dom Dic 20, 2015 4:24 pm

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