The climb

Recuerdo del primer mensaje :

Nieve, nieve más nieve. Nunca iba a parar, no parecía que fuera a hacerlo pronto. Cole buscó una de sus remeras más gruesas y se coloco un abrigo, también grueso, encima. Esa mañana pensaba en las posibilidades de salir afuera, en un primer momento había pensado en salir a correr, pero luego, recordando que el suelo estaría resbaloso cambio de idea, pero una caminata no se veía del todo mal. Dudaba, encerrado en su cuarto meditaba los pros y los contras. Era temprano, había dormido tanto los días anteriores que había acabo sin dormir en casi toda la noche. Aún faltaba para que amaneciera y su cuarto se iluminaba con luz artificial mientras caminaba de un lado a otro buscando armarse de valor. El viento golpeo con fuerza su ventana y detuvo su andar para observar su propio reflejo en el cristal. Acabo por sentarse en la cama con la cabeza entre sus manos. Necesitaba algo que hacer, era demasiado inquieto como para pasar más tiempo encerrado en aquel lugar, de vacaciones y sin tener absolutamente nada para hacer. Juraba que si daban clases en esos momentos, asistiría a todas y haría todas los deberes, pero en cambio, los profesores les daban el tiempo libre para que hicieran lo que tuvieran ganas. Eso nunca pasaba cuando él lo quería.

Comenzó a revisar entre los libros que tenía buscando algo que leer, buscando algo. Hasta que una hoja cayó ligera sobre el suelo, cuando la tomó, notó que se trataba de Across the Universe, la letra con sus respectivos acordes. La había escrito en clase, después del encuentro con Rose en la sala de música. Se había sentido un completo tonto por pensar en dársela para que supiera como tocar dicho tema. Algo que no había hecho, aún cuando la joven se apareció en su habitación para invitarlo a un encuentro ridículo. Que hubiera sido un día en que su humor brillaba por su ausencia no había mejorado las cosas y aún tenía presente como la puerta se había cerrado con un golpe cuando la joven se había ido, dejando aquella sala en silencio. Se había vuelto a comportar con un idiota con ella, solo que esa vez sentía la necesidad de querer arreglarlo.

Tomó un cuaderno pensando que era algo estúpido, pero abrió en la primera hoja y escribió un título de una de sus canciones favoritas, luego la letra, finalmente los acordes. Se ayudaba con la guitarra que había tomado prestada cuando su mente le fallaba. Se sorprendió de lo tanto que recordaba, y como sus manos encontraban las notas que olvidaba. Para cuando termino de escribir la luz artificial de su habitación no era necesaria, el sol se iluminaba en alguna parte oculto tras las nubes y se escuchaban los ruidos de los estudiantes que ya se habían despertado y paseaban por los corredores. Recogió el cuaderno y buscó la habitación de Rose. Golpeo un par de veces la puerta, esperando que hubiera alguien a dentro.

Publicado por J. Cole Green Vie Ene 08, 2016 9:06 am

Se queda quieto mientras mira como la joven vuelve a tomar el cuaderno para ver de que canción se trataba. Mira su rostro, la forma en la que su pelo caía sobre sus hombros impidiéndole ver como sus ojos seguían cada estrofa. Espera quieto e impaciente por dentro. Había muchas cosas que Cole no sabía explicar, no sabía ni cómo empezar a explicar. Rose era una de ellas, desde la historia que le había contado una vez, hasta ese momento, no sabía explicar nada de ella. ¿Por qué le habían pasado esas cosas? ¿Por qué alguien tan pequeño había sufrido tanto? ¿Por qué a ella le había tocado vivir todo aquello? Eran preguntas que podía hacerse eternamente, pero nunca lograría encontrar una respuesta. Él no creía en el destino, ni que todo ocurría por una razón. Creía que las cosas pasaban y sólo se podía lamentar por eso, detenerse un momento y seguir adelante, pero todo lo que pensaba se caía cuando se daba cuenta de que no siempre se podía seguir adelante, que a veces se necesitaba más tiempo. Ahora, no sabía explicar porque quería pasar más tiempo a su lado, conocerla mejor, ayudarla, disculparse cuando cometía alguna idiotez, pero allí estaba, posiblemente cometiendo otra idiotez.

Sabe que termino de leer dado que la joven había estado leyendo algunas partes en voz alta, nota como se detiene antes de hacer algo y siente como se detiene el tiempo mientras espera que la joven reaccione de alguna manera. Después de un tiempo que para él fue interminable, donde tuvo que estar sumamente concentrado para quedarse quieto, Rose se volvió para mirarlo, y de pasar de un momento que para él había durado días, paso a un momento que para él duró menos que un suspiro. Se encontró con los labios de ella pegados a los suyos. Su primer instinto indicaba que posara la mano sobre la nuca de la joven y pasara directamente a un beso más profundo y salvaje, tuvo que tomarse un momento para recordar que estaba con Rose, aquella joven que entraba en crisis cada vez que alguien estaba demasiado cerca de ella, incluso cuando no la tocaban. ¿Cuándo había permitido que él pasara esa barrera? En la sala de música había sido su culpa, pero ahora, era todo de ella.

Se inclino un poco hacia delante, pasando sus dedos por debajo de la barbilla de Rose para que se inclinara hacía él. Le dio un beso suave y dulce, por lo menos así lo sintió. Un beso lento y cuidadoso, buscaba guiarla para que no se sintiera perdida, buscaba cuidarla con cada nuevo movimiento que hacía, buscaba pedir permiso silenciosamente para poder sentirla más cerca. Cada nuevo roce implicaba nuevas sensaciones que no recordaba haber sentido antes, era como ser tocado por la luz en la mañana, cálido y brillante. Cuando nota que no iba a poder controlarse más en aquel beso tan lento y cuidado, se separa despacio. Quiso besar esos labios de nuevo, quiso rozar cada pedazo de piel que la joven mostraba a la vista y aquellos que no, pero se retiro lo suficiente para poder mirar su rostro, sus ojos celestes, sus labios finos. Seguía tan cerca como para poder sentir su calor y su aroma, para poder sentir su respiración tan cercana a él. ¿Habría ella sentido lo mismo que él? Se pregunto mientras mantenía su mirada en sus orbes celestes como el cielo en un día despejado, y supo que sólo había una forma de saberlo.

—Espero que no hayas querido encontrar una explicación literal del tema— Comenta elevando una de sus comisuras. El tema era muy bonito en ciertos momentos, pero le recordaba a ella porque veía su pasado como un espejo roto, uno que debía dejar atrás para armar uno nuevo, uno sano y fuerte. Cole quería saber cada palabra que cruzaba por los pensamientos de la castaña, quería indagar más para saber exactamente que era lo que pasaba por su cabeza, pero no era de los que lo pedirían de una manera directa, sólo se la quedo mirando, esperando a que fuera ella quien dijera algo, pues las cosas en su mente estaban un poco más claras tras ese beso.

Publicado por J. Cole Green Mar Ene 19, 2016 9:20 pm

¿Qué haces Rose? La pregunta se repitió decenas de veces en su mente, en ocasiones era tan continuo que no se entendía, pero ella sabía de qué se trataba, estaba haciendo algo que nunca en su vida imaginó hacer, no por cuenta propia al menos. Sus ojos cerrados la aislaban de la realidad, pero por más que lo deseara no podía apartarse de lo que estaba pasando y todas las interrogantes que se despertaban en ese preciso instante; en su cabeza, en su mente, en su corazón, sobre todo en el último que latía tan fuerte que Rose estaba segura de no escuchar nada más en esa minúscula habitación.

¿Qué estaba haciendo? La respuesta era simple; Rose estaba besando a Cole Green en ese preciso instante y había sido porque ella misma lo había deseado, no solo eso, lo había hecho, sin dudar ni nada. Rosie había cruzado las barreras físicas y estaba besando al muchacho con toda la inocencia que era capaz. Su primer beso, si, su primer beso, no podía negar lo torpe que se sentía, pero trató de hacer lo mejor posible moviendo sus labios al compas, siguiendo cada moviendo de las curvaturas cálidas del chico que parecía guiarla con toda la facilidad del mundo, a veces quería… quería seguir, indagar más en aquel beso, pero se cohibía, ¿siempre era así? Su corazón acelerado y su piel erizada le indicaban más sensaciones que, en lugar de molestarla le causaban ganas de seguir, aunque sabía que aquello podía estar prohibido, ¿placer le llamaban? Cole toma el mentón de Rose y lo alza con cuidado, él se tomaba su tiempo y a la vez le daba su espacio, Rosie solo entreabre sus labios un poco siguiendo aquel casto contacto.

El aire fue necesario entre ambos así que él se separa y Rose hace lo mismo. La castaña abre sus ojos azules y se fija en el chico, estaba tan cerca que podía detallar sus rasgos, sentir su cálida respiración y el cosquilleo que seguía en sus labios, todo aquello había pasado y ella no había huido, no podía creerlo y la sorpresa danzaba en su pecho pidiendo ser descubierta en algún momento.

El aroma de Cole la nublaba, la hacía aislarse, incluso tanta cercanía la alzaba del suelo y la llevaba hasta lugares insospechados. La mirada de Rose divaga por un segundo, pero finalmente se topa con la del chico, era necesario, no podía seguir huyendo luego de lo que hizo. Rose niega de inmediato ante su pregunta, pero se toma su tiempo para responder. —No... creo que no todo tiene una explicación, por lo menos no una que se pueda decir con facilidad—. Dice en un tono de voz más bajo acomodando parte de su cabello que se colaba en su rostro. Sus mejillas estaban ruborizadas, pero eso no parecía importar, estaba frente a aquel chico, tan cerca que no quería moverse. —Es que...—. Se detiene por un momento, era complicado decir todo aquello y más sin haber unido todas las piezas, Rosie se muerde la cara interna del labio inferior pero la suelta de inmediato. —Lo que dijiste... me hizo... sentir bien, muy bien, especial, esa es la palabra. No lo hago por agradecimiento, no, es que... quise hacerlo y ya. Probablemente me esté contradiciendo pero eso no tiene explicación—. Mira sus ojos de nuevo. —No la tiene, o quizás sí pero... no lo entiendo—. Sonríe con una mezcla de timidez y sorpresa. —Nunca había sentido eso, Cole, nunca—. Y él podía tener por sentado que esa era su única verdad. —Lamento si... te incomodé—. Rose desvía un poco la mirada, a lo que se refería (y lo que el rubor delata de nuevo) es que sentía incomodarlo con su evidente falta de experiencia y emociones repentinas.

Publicado por M. Rose Wood Mar Ene 19, 2016 11:24 pm

En algunos momentos pensaba hasta que no estaba respirando. Si se movía lo hacía de manera lenta, evitando cualquier movimiento brusco que regresara a la chica a aquella muchacha temerosa que había conocido meses atrás. Se esforzaba por quedarse quieto, que el movimiento de su respiración no se note tanto. Lo hacía por ella, por su piel suave y sus ojos tristes que tanto habían visto. Lo hacía porque quería quedarse así por un tiempo más sin que nadie ni nada los separara. Moría de deseos internos de terminar de acortar la distancia, de recorrer su espalda que siempre pertenecía oculta bajos sus ropas, sentir de nuevo la textura de sus labios y la calidez de su cuerpo. Ni él podía creer que estuviera tan quieto sin hacer nada, observando a la joven a la espera que diera una respuesta.

La respuesta llegó, y en los labios de Cole se formó una sonrisa triste. Una sonrisa porque tenía el mismo mar revuelto de pensamientos, triste porque significaba que ninguno de los dos sabía que hacer, y alguno debería tomar alguna decisión. No quería ser él, no quería tener que apurarla o ir demasiado lento por miedo a que le pasara algo. Tampoco sabía a que venía esa corriente de pensamientos. Todo iba a la pregunta de qué pasaría si a ella le pasaba algo, si tenía un ataque, ¿qué debía hacer? Mientras escuchaba su respuesta comenzó a pensar y a razonar lo que estaba ocurriendo. Él era lo peor que le podía pasar a ella, era despiadado, cruel y no sabía cómo debía cuidarla. Nunca había tenido una relación estable, no sabía lo que era estar enamorado. Posiblemente lo que sentía por ella era un atractivo, era bonita, era hermosa, pero tampoco la conocía. Desconocía sus mañas, sus vicios, sus fobias. Sabía lo que le había contado, pero nunca habían pasado suficiente tiempo juntos para conocer a la persona que de verdad eran. Ella no lo conocía. No sabía quien era o que había hecho. Ella conocía a la persona que estaba tranquila y controlada por una inmensa cantidad de reglas, no lo conocía en libertad. No lo conocía para nada.

—Se llama impulso Rose Wood— Le dice como si la joven no conociera esa palabra. Su voz aún era un susurro, pero se había vuelto más fría, más distante y eso era justo lo que Cole buscaba, distancia. Ninguno de los dos sabía en lo que se estaba metiendo, ¿para qué intentar algo si los dos podían salir mal parados? Cole pensaba salir del internado en la primera oportunidad que tuviera, Rose se quedaría un año más, podían pasar tantas cosas en un año. Todavía tenía que aclarar cosas con abogados y representantes, posiblemente le esperaran meses de reuniones al salir. Rose, ella era especial, necesitaba a alguien más estable en su vida. Él sólo debía ser un paso. Cole quería ayudarla, pero avanzar más, sería retroceder. Él había estado con otras chicas, se había ido ni bien se quedaban dormidas, y eliminaba los mensajes y llamadas del día siguiente que pedían que regresara, nunca lo hacía. —No me incomodaste, pero deberías insistir en hacer más amigos, esta claro que no puedes diferenciar entre las personas que te hacen sentir especial porque te quieren o porque solo están de pasada—

Nunca había tenido a alguien como ella, y quería mantenerla, pero se seguía preguntando qué estaba haciendo. Él era la clase de personas que para gente como Rose era un idiota y siempre lo sería, porque nunca aprendían. Él la lastimaría, eso era de lo único que estaba seguro. —Mira, si quiero ayudarte, de verdad. Sé que me porté muy mal en el pasado y quiero arreglarlo, pero que sea el único chico que te trata especial, no quiere decir que lo seas. Te lo dije desde el primer día, ninguno es especial, tu tampoco lo eres. En cuanto a mi— Suelta una risa mirando a una de las paredes, incapaz de mirarla a los ojos. —No tienes idea quien soy. Creo que te has hecho una idea de mi, y lo más posible es que estés equivocada. Eso que no puedes explicar, son hormonas, tienes dieciocho años, nunca tocaste a nadie, lo entiendo, pero entiende cuando te digo que no quieres intentarlo conmigo, sólo será peor para ti. Pero no te sientas mal, fue un lindo beso, cariño— Tras decir eso se pone de pie, y comienza a ir a la puerta con aquella sonrisa fría en el rostro que no mostraba sus dientes.

Publicado por J. Cole Green Jue Ene 21, 2016 8:36 pm

Su respuesta cayó sobre Rose como si de un balde de agua helada se tratara. Los ojos azules de la castaña no pueden evitar abrirse un poco más, su ceño se frunce marcando pequeñas arrugas en su frente, estaba claro que no se esperaba ese cambio de tono tan repentino, quizás su respuesta fuese entendible pero la manera en la que cambiaron sus gestos, su expresión... algo estaba pasando. Rose no se aparta, se mantiene en el mismo lugar, por un momento duda en su interior si aún seguían en esa atmósfera cálida en la que solo estaban ambos, sin distracciones ni nada que viniera fuera de aquella habitación. Rosie en el fondo ruega que Cole siga, tenía que decir algo más, algo que le aclarara en qué estado se encontraba.

"...esta claro que no puedes diferenciar entre las personas que te hacen sentir especial porque te quieren o porque solo están de pasada".

Eso, sin duda alguna, hizo que su piel se helara y su corazón se detuviese. El color poco a poco abandonó sus mejillas para dar paso a un tono más pálido, el brillo se fue de sus ojos azules y los labios de Rose se entreabrieron para decir palabras que nunca lograron salir. —¿Qué...?—. Aunque dudaba que el mismo Cole hubiese escuchado aquel susurro, por un momento sintió la garganta seca, áspera... no podía decir más. Seguía sin entender aun cuando todo estaba claro, quería aferrarse a un indicio de idea que nunca pareció tener forma pero que parecía más agradable que su día a día. Poco a poco esa esfera cálida se fue, la chica llena de esperanza la abandonó y solo quedó la incertidumbre en Rose.

Su primer beso, su primer y único beso. Había experimentado una ola de sensaciones celestiales en ese momento, pero ahora se sentía vacía, sumamente vacía, como si le hubiesen arrancado de cuajo todo lo puro y colorido que se sembró en ella en ese instante. Para la castaña aquel contacto había significado más que para el común de los mortales, eso era de esperarse, para Rose no había sido solo un beso. Ella sabía cómo era Cole, quizás no tratara con muchas personas en el internado, pero conocía la fama del chico y honestamente había pasado por alto ese detalle durante todos sus encuentros, quizás debía haberlo posicionado en el tope de sus opiniones antes de hablar con él. Aun así, ella no podía juzgarlo, Rose no era así, quizás solo era su culpa, su culpa por haber pensado que algo diferente podía pasar.

"...pero que sea el único chico que te trata especial, no quiere decir que lo seas. Te lo dije desde el primer día, ninguno es especial, tu tampoco lo eres".

¿No podía callarse? Dentro de ella, Rose quería que así fuese. Cada palabra era una flecha que atravesaba su corazón con dureza y la minimizaba más aun siendo esa su habitación. Sus ojos estaban nublados aún sin que la chica se diera cuenta, lo veía pidiendo explicaciones en silencio, rogando y suplicando que le dijera que todo era mentira, o incluso que algo mágico pasara y pudiese olvidar que eso pasó. Arriesgaría ese hermoso recuerdo con tal de no sentirse tan miserable, ¿en verdad podría hacerlo?

Rose lo sigue con la mirada, una solitaria lágrima cae por su mejilla, una que ella se apresura a limpiar con la manga de su camisa, aun así, sus ojos seguían cristalizados y sabía que en cualquier momento no podría contenerse más, él la había usado, probablemente lo de las canciones y el famoso libro fue solo para eso, para romper la barrera que nadie pudo romper con Rose Wood y jactarse de ello. Para ese entonces Rose no podía pensar nada más.

Ella se levanta, siente que sus piernas tiemblan mientras se dirige a la puerta, en sus manos tiene el cuaderno que hace un momento recibió con tanto entusiasmo y esperanza. Rose lo detiene antes de que toque el pomo de la puerta, solo tiene que tomar su brazo y hacer un poco de fuerza para que voltee, o por lo menos para que se dé cuenta de que ella está ahí. La chica deja el cuaderno en sus manos y no tarda en caminar y ser ella quien abra la puerta. —Vete de aquí, Cole Green y no regreses—. Lo ve a los ojos, estaba llena de rabia, de rencor, pero de dolor por sobre todas las cosas. —Llévate tu música contigo. Eso sí, no quiero verte más, no quiero hablarte más. Haz lo que siempre hiciste, hacer de cuentas que yo no estaba ahí.

Publicado por M. Rose Wood Jue Ene 21, 2016 11:15 pm

Le iba a doler, lo sabía. Cole lo sabía. No le iba a gustar. Tuvo que hacer de tripa el corazón para poder seguir adelante, para decir lo que decía incluso cuando la mirada de la joven cambiaba a una que amenazaba con partir su pecho a la mitad, y no agresivamente, Rose siempre era pacifica. A él tampoco le gustaba, pero iba a pasar tarde o temprano, él acabaría lastimando a la muchacha, por eso no se encariñaba con las personas, tenía la tendencia de dejar a todo aquel que conocía atrás. Tomó el cuaderno casi de un manotazo y miró a la joven poniendo sus ojos en blanco. Eso era un regalo, Cole se sentiría menos mal si se lo quedaba, pero, claro, estaba enojada y tenía muchas razones para que las cosas sean así. Miró el pasillo un segundo antes de tomar la decisión de tirar el cuaderno contra la cama de la chica. —Se educada, los regalos no se regresan— Le dolió hablar de educación después de lo que había hecho, pero ya no podía dar vuelta atrás, avanzó hasta quedar fuera de la habitación. —Cuando te calmes y pienses, te darás cuenta de que fue lo mejor para ti— Dice antes de salir perderse en los pasillos. De todas las idioteces que había hecho, esa era la más grande de todas, pero tardaría un tiempo en darse cuenta, y otro más en buscar una manera de enmendar su error.

Publicado por J. Cole Green Vie Ene 22, 2016 12:43 am

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