Pueden quebrarte pero no romperte (Priv Kat)

16 de mayo por la mañana

La ropa es algo curioso cuando lo piensas muy bien. Ningún otro animal usa. Es sin ninguna duda un mecanismo de defensa contra el frío o el Sol pero en la sociedad defienden contra otras cosas. ¿Vergüenza? Correcto, la mayoría de la gente que vive vistiéndose se siente indefensa desnuda. Pero además, en cierta manera, protege contra algo más sutil. Tu pasado.

Ya era difícil ver a Mark de manga corta ¿Pero con pantalones cortos para hacer ejercicio? Imposible a simple vista. A los entrenamiento de fútbol siempre iba con pantalones largos, al fin y al cabo no es como si tuviese que correr. Un observador atento (o no mucho) podría ver a simple vista esa mañana una pálida cicatriz que cruzaba su gemelo derecho, con pinta de no haberse curado precisamente bien. Tenía una historia bastante poco interesante. En la selección de SAS, hay una prueba de supervivencia y evasión en plena jungla. Mark metió la pierna hasta el fondo de un lodazal que no vio y se la rajó entera con una rama rota. Como también era parte de la prueba, se la cosió él mismo como buenamente pudo. Y evidentemente, por mucho que se esforzara en limpiar, se acabó infectando, pero solo sucumbió a la fiebre cuando estuvo completada la prueba. Por esa época, Mark tenía motivación suficiente como para hacer ese tipo de cosas. Errores de novato.

Estaba esperando con paciencia apoyado en una portería. Siempre le gustaba ir antes de tiempo pero al fin y al cabo, Kat en las clases siempre era perfectamente puntual, no dudaba que esta vez también lo haría. Finalmente se había rendido a la evidencia, Kat podía estar aprendiendo a muy buen ritmo pero todo ese conocimiento no le serviría de nada si no tenía resistencia suficiente para llegar a usarla. Él nunca desayunaba con el resto, cogía las cosas de la cocina y ya había terminado su serie de ejercicios cuando la mayoría se levantaban. No solía gustarle que lo molestaran.

Publicado por Mark Pratchett Miér Sep 21, 2016 8:38 pm

Ni siquiera había amanecido, estaba segura que todavía era de noche para cuando la alarma del despertador le obligó a levantarse. Abrió los ojos y sintió que el peso del mundo cayó sobre ella. Rogaba que fuera otro día, que en realidad la alarma no había sonado y misteriosamente se había quedado dormida, algo que jamás le había sucedido, pero siempre había la posibilidad de una primera vez. No, en vez de sucumbir a la flojera, obligó a su cuerpo a levantarse, porque aún le dolían hasta los huesos a causa del entrenamiento con Mark y Kail. Su compañera, tan menuda y pequeña como ella podía lanzarle al piso con tan solo un movimiento –ni decir de Mark-. En todo ese tiempo al menos ya había aprendido una cosa bien; a caer. La costumbre de rodar al piso desde cualquier ángulo, forma y lastimarse todas las extremidades, tenía su recompensa, ya no dolía como la primera vez (ni la segunda, ni la quinta), le había tomado el gusto y hasta podía levantarse sin la ayuda de nadie, un gran logro considerando que al minuto siguiente volvería a caer.

Tomó sus ropas y vistió ligera, porque por más frío que hiciera a los minutos de trotar estaría sudando y quitándose capa por capa. Desayunó lo más simple cosa de que si quería vomitar del cansancio, no iba a ser un alboroto. Los entrenamientos no eran nada bonito como los pintaban en los comerciales de gimnasia. Mark era un experto en llevar todo al límite, justo cuando creías que iba a acabar, él te sorprendía con otra seguidilla de ejercicios nuevos y complejos. Katherine reconocía y alababa su resistencia, era imposible detenerle cuando daba marcha a algo. También le agradecía muy en el fondo de su corazón por tener la paciencia para entrenarle, aunque cuando estaba en el minuto solo podía pensar en miles de insultos por hacerle sufrir hasta casi llorar.

Apresuró en llegar al punto de encuentro, aprovechando de precalentar con un trote leve mientras iba de su habitación hasta el jardín. Nunca sabías con que hilarante nueva enseñanza saldría hoy –Buenos días- saludó con una voz ajena, incluso para ella. Aún tenía sueño -¿Comenzamos ya? – estaba impaciente por ser torturada, sarcásticamente hablando.

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Miér Sep 21, 2016 9:04 pm

Claramente Kat era una exagerada. Una cosa eran las clases de defensa personal, donde era... bueno, llamémosle ''marcial''. Pero cuando era entrenamiento físico por las mañanas Mark era muchísimo más blando. Al fin y al cabo, cuando hablas de defenderte el enemigo a batir es cualquier otra persona del mundo. Cuando hablas de estar en forma, el enemigo a batir eres tú mismo así que no tenía sentido forzar más allá de ciertos límites. Él podía ser exigente hasta el absurdo consigo mismo por una mezcla insana de egocentrismo y obsesión, pero a Kat nunca le pediría nunca nada ni remotamente parecido. Al fin y al cabo, eran personas diferentes.
-¿Alguna vez habías hecho algún deporte o algo así? -preguntó mientras iba estirándose y calentando en el sitio, indicando con un gesto con la cabeza que le imitara.

-Es curioso lo poco que sé de ti y Kail. Aunque supongo que mientras no me apuñaléis por la espalda, tampoco hace falta -dijo mientras se agarraba el pie izquierdo por detrás para estirar la pierna, poniendo una mueca durante solo un instante. Siempre había sido de músculo corto así que los estiramientos eran lo que peor se le daba. En eso cualquiera de las dos lo superaban o lo superarían en cualquier caso con mucha facilidad.

Cuando finalmente estuvo ya con lo último del calentamiento, soltó un suspiro. Claro que era aburrido. Claro que preferiría estar en su cama también hasta las tantas. Pero hay que saber diferenciar entre deber y querer algo. Y no era justo pedir disciplina de los demás cuando no te tratas como mínimo con la misma exigencia a ti mismo. Además, se sentiría mal si no lo hacía. Si perdía la forma física, no podría volver a su unidad ¿Y qué sería de él entonces? Eso era lo terrorífico del ejército, era como una relación tóxica. Lo acababas detestando pero simplemente no podías contemplar alejarte completamente de él.
-Cada día es más fácil. Pero hay que hacerlo todos los días. Eso es lo difícil.

Publicado por Mark Pratchett Jue Sep 22, 2016 6:08 am

Ahora resultaba que el exagerado era Mark. El único presente a quién deberían temer, entre ellos dos, era a él mismo, porque Kate dudaba mucho de que ella fuese capaz de apuñalarle cuando ni siquiera había podido estrangularle. Aún que claro, si lo decía por su actitud de palomita blanca, la cual no entendía porque la gente le atribuía, si podía tener un punto por camuflaje. Era una buena estrategia hacerse pasar como el inútil del lugar para después, en un arranque de locura matarles a todos. Pero Kate no, ella no pensaba acuchillar a nadie por la espalda ni por ningún otro lado. Al menos, claro, que su vida corriera peligro y no tuviera mayor alternativa.

-Hice yoga por un tiempo en la universidad ¿Eso cuenta? –NO. Sabía que no contaba, pero decirle que jamás había pisado un gimnasio, o que en su vida había tenido una buena calificación en deporte, era condenarle a que Mark se tomase el entrenamiento más enserio. Tampoco quería seguir decepcionándole.

Imitó los primeros movimientos con la lentitud y coordinación de un zombie saliendo de la tumba. Kail hacía que todo pareciera más fácil de lo que era, claro, ella era joven y practicaba deporte, dos cosas de las que Kate carecía. Evitando caer en depresión tan temprano por la mañana, Tomó de su pierna izquierda y haciendo lo mismo que su entrenador, hizo una leve mueca a modo de despertar los músculos que aún seguían medios adormilados. Continúo con la otra pierna, sin perder de vista jamás a Mark. No podía ocultar la fascinación que le provocaba fantasear sobre él. Con su vida, con las cosas que había hecho antes de ser docente, porque para estar como estaba y saber lo que sabía, dudaba mucho que fuera un pasatiempo después de la escuela. Podía imaginar cientos de panoramas, verle asaltando refugios en Irak o países donde se respira guerra y sangre, bajar por sogas y robar bancos, ser el guardaespaldas de algún presidente. Aquello pintaba mucho mejor para él, que un aula con 45 alumnos aburridos. A pesar de todo, no le daba el coraje para interrogarle, porque como él mismo había dicho, desconocía su pasado, solo y debido a las circunstancias ahora se encontraban ahí charlando. Si no fuera por eso, quizás estarían cada uno por su lado haciendo quién sabe qué.

Asintió hacia sus palabras, sin evitar que una idea cruzara por su cabeza-¿Alguna vez te aburres, Mark? – preguntó – Pareciera que siempre estás listo para cualquier cosa, eso debe ser agotador-Tomó posición esperando que diera la partida, desconociendo si realmente eso debía hacer.

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Vie Sep 23, 2016 11:34 am

Le hizo una señal con la cabeza para que empezaran a correr (Bueno, al ritmo que iban era más bien trotar) alrededor del campo. A decir verdad, aunque estuviese bastante en forma, Mark no era especialmente rápido en un sprint por ejemplo. No era como si allí tuviesen el mejor equipo del mundo para mantenerse en forma tampoco.
-Claro. Sobre todo mejora la elasticidad más que otra cosa pero es suficiente para una vida sedentaria en cuanto a lo demás. Yo hice hace un par de años por recomendación pero no se da muy bien -dijo haciendo una pequeña mueca con la boca. Eran las articulaciones. Todos los soldados acaban teniendo las rodillas y los hombros muy machacados. Así que las posiciones más difíciles le solían doler bastante y al final como era lógico, pasaba.

-No siempre soy así -replicó con un gesto algo triste mientras fruncía el ceño, saltando de manera inconsciente un pequeño charco que había por allí.
-Pero si el estado actual del internado me obliga a estar así, qué le voy a hacer.

Soltó un largo suspiro y permaneció callado hasta que parecía que se había dado ya por contento con lo que habían corrido,
-Sé que no es sano estar siempre así, pero es algo temporal, así que.... Tampoco me quita mucho el sueño. Al fin y al cabo, dentro de nada será verano.
Así era como funcionaba en parte, teniendo siempre un objetivo en mente, una fecha límite. Es cuando los soldados pierden eso que empiezan a desesperarse de verdad, la incertidumbre es lo peor. No había tal en ese lugar. O moriría o saldría, no había muchos más finales posibles en su mente.

Publicado por Mark Pratchett Vie Sep 23, 2016 2:32 pm

Con las piernas sin que le reaccionaran del todo, debió recorrer un par de metros antes de poder decir que estaba trotando. Sintió cada musculo de su cuerpo retorcerse al despertar. Su mañana se estaba volviendo un calvario a causa de su mala condición física, algo que era mera culpa de sí misma, así que Mark se salvó de una ronda de insultos mentales. A pesar del dolor, una chispa de felicidad se dejó entrever en su mirada cuando oía los relatos de su entrenador. Imaginarle en una habitación con música de meditar, practicando la postura del saludo al sol le provocaron unas ganas tremendas de echar a reír. Solo por respeto se tragó la risa para cuando estuviera a solas en su habitación.

El charco que él había saltado con tanta gracia y facilidad, Kate fue incapaz de advertir y terminó por embarrar parte de su zapatilla. Le fue imposible ocultar su rostro de enojo ante tal ridículo accidente, si hubiese estado prestando mayor atención al camino y menos a sus fantasías con Mark, habría sido capaz de al menos esquivarlo. Aquello fue un doble aprendizaje, tanto para su entrenamiento como para que empezara a estar más atenta respecto a lo que sucedía diariamente a su alrededor, no iba a ser el caso que, en vez de terminar embarrada, acabase muerta.

Comenzó a en lentecer la marcha, cansada y con la respiración entrecortada. El frío hacia que le doliera tomar bocanadas de aire, pero sentía que si no lo hacía moriría ante la falta de oxígeno. Se detuvo un momento, llevando ambas manos a su costado izquierdo ahí donde las punzadas clavaban sin compasión. -¿Verano?- quiso reír, pero todo lo que sentía era cansancio - ¿Crees que para entonces estemos vivos? ¿O al menos esto termine? - sonaba demasiado bueno para ser verdad – Estamos encerrados. Los alumnos debieron regresar hace meses a sus hogares y ningún. ¡Ni un solo padre! -enfatizó- tuvo la decencia de preocuparse de por qué no habían vuelto… Vamos a morir aquí, antes de que llegue el verano…moriremos-

Las palabras escaparon en un suspiro. Aquello había salido fuera de todo juicio, Kate sintió que había sido a causa del ejercicio y sus ganas de vomitar. –Perdón… no fue mi intención- terminó diciendo, buscando reponerse.

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Sáb Sep 24, 2016 10:40 pm

A los novatos les gustaba en el ejército decir que acababas desarrollando un ''sexto sentido'' para impresionarlos. A él se lo habían dicho y él lo había dicho muchos años después. Pero en verdad simplemente te vas haciendo más observador por ensayo y error hasta un punto en el que lo tienes tan interiorizado que ni piensas en ello. Al fin y al cabo, todo veterano tiene como mínimo el punto de ''He llegado hasta aquí y no me han matado, algo bien habré hecho''. Y lo mejor era que cuanto más avanzabas por así decirlo, más atento te ibas haciendo a todo y menos posibilidades tenías de morir. El brillo de una mirilla, el aspecto de la tierra tras ser removida, el sonido de pisadas... Todo acababan siendo disparadores en tu mente. Era una vida estresante pero era mejor eso que una muerte tranquila ¿No?

Se quedó en silencio mirando a Kat mientras ella hablaba respirando con tranquilidad. Finalmente, se acercó a la mujer y le dio un abrazo, tal y como se los daba a los familiares y amigos de los compañeros que había perdido. Al final, como con lo otro, coges práctica para eso. Es algo triste pero... útil. Empezó a hablar tras separarse de ella.
-Tarde o temprano alguien nos buscará, Kat. Y si no lo hacen, saldremos por nuestros propios medios. Los que nos tienen aquí quieren que nos sintamos así para que no podamos pensar con claridad. Pensar en tu futuro fuera de aquí, pensar que todo va a salir bien. Eso es algo que podemos hacer ahora para que no consigan lo que quieren.

Soltó un largo suspiro y los dirigió a las gradas. A falta de equipamiento mejor, debajo de las mismas estaba el mejor sitio para poder hacer flexiones de barra. Las porterías no eran tan fuertes para esas cosas.
-Venga, cuéntame qué tienes ganas de hacer cuando salgas de aquí. Ayudará. Yo por ejemplo tengo ganas de hablar con una amiga, de ir a mi restaurante árabe favorito y de beberme una cerveza. O varias.

Realmente tenía ganas de emborracharse como un cabrón pero eso estaba feo decirlo ¿No?

Publicado por Mark Pratchett Dom Sep 25, 2016 8:52 am

Katherine quería deshacerse en un desconsolado sollozo como si fuese una niña pequeña. Aquello se había escapado de sus manos, desconociendo si era culpa del cansancio o porque realmente se sentía así de desesperada. El encierro no le sentaba nada bien. Incapaz de resistirse, recibió aquel abrazo con la necesidad apremiante de apoyarse en él. Algo se agitó en su cabeza. Kate debía admitir que sentir a Mark así de cerca le serenaba, su fornido cuerpo y el contacto con su áspera barba, le pareció encantador. Mientras permanecía en sus brazos, recordó aquel cariño que profanaba su padre cuando aún permanecía en casa. Aquella imagen le provocó un escalofrío. Mark no era como su padre, él no se marcharía y la dejaría ahí botada cuando más le necesitase. Al contrario, confiaba que, si alguna vez algo le sucedía, podría confiar plenamente en él.

Sin duda alguna, los días de entrenamiento le habían servido para formar una nueva imagen respecto al docente, alejada de la frialdad laboral. Mark ya no era el profesor de Lengua, sino que había algo más en él que atraía a Katherine, y que podía atreverse a llamar una amistad verdadera. ¿A quién más le había confiado todos sus terrores ahí dentro? Solo a él.

Tragó las lágrimas, ya no quería llorar ni seguir sintiendo lastima por nada ni por nadie. Siguió a Mark con el ánimo repuesto. –Bueno…- comenzó dubitativa, intentando imaginar todo lo que podría hacer una vez estuviera libre. Se sentía como un reo a quien le iban a levantar la condena. –También me gustaría una cerveza...o más de una –aquello le provocó una sonrisa- quizás ver a mi abuela, hace mucho que no le saludo. Visitar amigos, por supuesto. Irme una noche a un bar o quizás hasta a bailar, no lo sé… hacer todo lo que aquí no puedo hacer-

Seguía cavilando una que otra fantasía tras su escape, si es que le daban alguna bonificación y pagaban su sueldo, hasta se atrevería a pegar un viaje lo más lejos posible. Algo había aprendido de todo el drama en Dunkeheit, y es que la vida es demasiado valiosa para perderla en la rutina. Retiró de su primera capa de abrigo, amarrándola a su cadera para intentar saltar a una barra y seguir a Mark, acción que le costaría tres intentos hasta poder sostenerse sin caer, e intentar alzar con dificultad. No se iba a rendir así de simple.

-Mark- le llamó con voz temblorosa -¿Hay alguien esperándote allá afuera? ¿Por eso haces todo esto?- volvió a escalar la barra, y tras un continuo de acierto y error, logró sostenerse finalmente –Tu lo dijiste antes, que sabes muy poco de mí, bueno, yo tampoco se mucho de ti. Pero siento que eres demasiado bueno para estar aquí ¿O me equivoco? – le miró por sobre sus brazos antes de dejarse caer nuevamente -¿Qué hacías antes de ser profesor? ¿O siempre has sido profesor?-

Publicado por Katherine Beauchamp-Frase Lun Sep 26, 2016 11:20 am

Era parte del trabajo ¿Sabéis? Del de oficial. A diferencia de los profesores, que tienen que tomar esa decisión muy de golpe, en el caso de los soldados es mucho más progresivo al menos. El profesor solo tiene una oportunidad para decidir que clase de profesional quiere ser, un soldado desde muy temprano empieza a mandar a mucha gente (Cabo) y tienes tiempo a lo largo de los sucesivos ascensos para ir eligiendo como querías ser. Podías ser duro como un instructor capullo, profesional pero seco... Mark era el tipo de oficial que se podía considerar como un ''Papá lobo'' para sus subordinados. Protegía de ellos con ferocidad y sabía que podían confiar en él, pero cuando las cosas se ponían mal... bueno. Así que consolar, dar apoyo moral y confortar era algo que había que hacer y por tanto se esforzaba en hacer bien. Era curioso como podía cambiar radicalmente esa actitud y esa ''habilidad'' con civiles. A ellos no sabía qué decirles.

-''Quizá hasta bailar''. Te va la vida alocada ¿Eh? -dijo con una pequeña sonrisa de suficiencia. En general, todos en ese internado eran bastante... como decirlo sin resultar ofensivo... modositos. La clase de persona que prefiere sofá y manta a colarse borracho en el zoo con los amigos para intentar montar en llama. Muerden. Paul lo había aprendido por la vía mala.

-Oh, sí. De hecho, podrían ponerse muy insistentes en encontrarme en cualquier momento -dijo con una sonrisa algo triste. Estaba de excedencia pero los oficiales hasta que no se retiran del todo siempre pueden ser llamados a armas. Si no habían mandado a la policía militar a llevarlo al cuartel a rastras era porque el país no había entrado en guerra, lo cual era definitivamente bueno. Pero aun así, tarde o temprano querrían estar seguros de poder localizarle. Se habían dejado mucho dinero en él como para desecharlo. Y luego estaba la hermana de los Wilson y su terapeuta. Si, con ellas quería hablar.
-Pero realmente no tenía demasiada gente, por eso entré aquí.

-Se supone que en este internado está lo mejor de lo mejor ¿No? ¿Como iba yo a ser demasiado bueno? -preguntó mientras bajaba de la barra y cogía un poco de aire. Se tumbó en el amarillento césped por la falta de sol de debajo de las gradas y metió los pies debajo de la barra más baja para poder hacer abdominales bien sin necesidad de que nadie se los agarrara.
-Dirigía una compañía. Empecé desde muy abajo, la verdad pero ya sabes lo que se suele decir del trabajo duro. Me ha hecho viajar por todo el mundo. Hace poco pedí una excedencia y aquí estoy, quería aprovechar el título universitario. Se las estarán arreglado bien sin mí, supongo

Una pequeña risita algo maliciosa sonó en el fondo de su cabeza. Siempre le había fascinado lo mucho que podías decir sin llegar a mentir y a la vez, no decir lo que no querías. Era gracioso porque si solo hubiese sido un rango mayor o menor ya no hubiese sido una compañía lo que dirigía. No lo había hecho realmente a malas pero era algo de lo que prefería no hablar.
-¿Y qué hay de ti?

Publicado por Mark Pratchett Lun Sep 26, 2016 12:15 pm

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