Colosal

Recuerdo del primer mensaje :

Apenas había logrado dormir, y al hacerlo, se despertó con una capa de sudor en su cuerpo, la respiración agitada y la mirada perdida. No se volvió a dormir. Quizá había dormido una hora o media, no recordaba bien, solo había visto en un momento que era la una de la madrugada, y ya eran las cuatro. Había dado vueltas en su cama, había puesto el tema de su cajita de música, había leído un libro que siempre leía para poder dormir, nada, pero tampoco quería volver a dormir. Paso una mano por su frente, sus ojos estaban abiertos, su cuerpo estaba cansado. Quería detenerse, quería detener sus pensamientos, sus miedos y sus preocupaciones.

Se puso de pie en la cama, y fue a tomar una ducha aprovechando que nadie las estaría usando en ese momento, se tomo todo su tiempo, dejo que el calor del agua golpeara contra su espalda, relajando sus músculos, dejo que el vapor subiera hasta sentir que ya no podía respirar. Termino de enjuagar su cabello y salió. Esperaba haber tardado lo suficiente para poder perder mas tiempo antes de que la hora del desayuno llegara, pero parecía ser un caso perdido, solo había estado menos de media hora bajo la ducha, lo que no servía de nada. Regreso a su habitación, ya tenía puesto el uniforme, estaba lista para comenzar un día al que aún le faltaba por llegar. Se quito la ropa de manera repentina, abrió su armario para sacar su propia ropa y se vistió rápido, tenía que hacer algo o su cabeza explotaría.

Ya fuera de su cuarto fue hasta las cocinas, tomo una manzana y salió afuera. Hacía mas frío del que había pensado. La joven que tenía unos pantalones de algodón, una remera manga corta y un buso arriba, se cruzo de brazos para poder mantener el calor. El viento azotaba con fuerza, mas cerca del lado, su cabello se movía de un lado a otro, se enredaba entre si, los rulos comenzaban a asomarse, y odio sentir aquel frío por tener el cabello húmedo, pero imagino que con ese viento se secaría mas rápido de lo que era capaz de imaginar. Se sentó ni bien llegó a la orilla del lago y comenzó a mordisquear la manzana. Aún no amanecía, faltaba para que esa hora llegaba, dejo caer su cuerpo hacía atrás, y observo como las estrellas esperaban el momento para desaparecer del firmamento.

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Nov 22, 2015 1:13 pm

Ríe con ganas ante el comentario, aquello era verdad, si ambos se controlaban los sueños, entonces dejarían de andar por las noches en busca de una grata compañía. Se acabarían las charlas bajo las estrellas, o las misiones a las cocinas para buscar comida. —No creo que sea necesario— Responde aún con el fantasma de la risa en su tono de voz. —Nunca necesitas un excusa para venir a visitarme, mi cuarto siempre esta abierto para ti— Señala algo que era completamente cierto, primero porque la puerta de la joven nunca estaba cerrada con llave, segundo porque nunca le negaría que pasara para estar junto a ella, no solo porque necesitaban estudiar o practicar sus respectivos deportes, a Callie le gustaba estar a su lado, no necesitaban, él no necesitaba una razón para buscarla.

Su ceño se frunce cuando escucha su respuesta, pues, la joven solía tener una alta capacidad de compresión, da dar con lo que las personas querían decir, incluso a veces se encontraba tentada a terminar las oraciones, mas cuando la otra persona no parecía encontrar "la palabra correcta". Le extrañaba no haber dado con lo que quería decir, incluso cuando ellos se entendían tanto, y la curiosidad también se hizo presente, porque sino se refería a eso, entonces a qué. Callie se negaba a pensar que las cosas habían cambiado entre ellos, cuando tomaron distancia se decía que todo estaba bien, que todo seguía igual incluso cuando no era así. Recién cuando se dio cuenta de que rara vez se veían mas allá de las clases y de los encuentros en el comedor, comprendió que habían tomado mucha distancia entre ellos, pero lo había dejado ir, quizá porque ella también necesitaba estar alejada, para saber que era lo que pasaba en su mente. Nate se refería a los momentos antes de esa brecha entre ambos, y Callie lo entendía. Se encoge de hombros en su lugar, sin decir nada por el momento, quería que terminara de hablar. Lo siguiente no ayuda demasiado.

Se toma su tiempo para pensar, para poder llegar a las palabras justas. Después de unos largos segundos se termina por encoger de hombros. —No lo sé, a veces si, a veces no. Ahora si, ahora podría pensar que nada ha cambiado entre nosotros, que nunca hubo tiempo ni espacio, que todo es igual tal y como la primera vez que pasamos una noche juntos— Explica observando el cielo, sin atreverse a girar su rostro. —Otras veces me doy cuenta de que las cosas cambiaron, pero no puedo saber en qué— Termina de decir, y en ese momento si se gira a su amigo. —Creo que es porque nunca me dijiste porque te alejaste en primer lugar— Excusa, y eso a veces era cierto, esa pregunta la había dejado en vela en más de una ocasión, pero no era solo ese secreto, era algo mas, algo que no podía deducir. —o porque algo cambio, simplemente eso, los dos crecimos, pasamos tanto tiempo juntos, que quizá los dos necesitábamos alejarnos para poder tener temas de conversación por mas que los silencios no sean incómodos entre ambos. No lo sé, no me he puesto a pensar mucho en ello— Y al terminar de hablar vuelve la vista a una estrella que titila un par de veces antes de terminar de desaparecer.

Publicado por Calliope C. Rohmer Dom Nov 29, 2015 4:12 pm

Nate no tenía que decir lo mismo, Callie lo sabía y el chico también tenía por seguro que su amiga no era una de las personas que, por pena, había que repetirle las cosas para que supiera que contaba con ciertos "permisos" que existen por normas sociales. Cuando Callie lo deseara podía entrar a su habitación, eso no tenía que dudarlo ni un segundo. Él, por otro lado, había aplicado lo mismo desde que ambos se hicieron amigos, entraba a la habitación de Callie cuando le viniera en gana y se quedaba constantemente con ella. Los últimos meses había sido distinto y extrañaba esas manías pero supo que algo había cambiado cuando se detuvo ante la puerta y analizó todos los escenarios, ya no eran niños y eso hizo que Nate regresara a su habitación y empezara a asistir cada vez menos a la recamara de su mejor amiga.

Nathaniel estaba esperando la respuesta de Callie, en verdad se veía calmado por fuera pero por dentro estaba imaginando las mil y un cosas que la chica podía decir. Estaba desesperado por una respuesta porque quería saber si ella estaba experimentando la misma situación que él, no quería presionarla pero, solo por ese momento, la brecha de silencio que se tendió entre ellos fue desesperante.

Callie habla y Nate asiente. Como muchas veces la castaña tenía la razón. En ese momento eran ellos mismos, los chicos que se escapaban para cuidarse y hablar de tonterías hasta que tuvieran sueño y se diera la oportunidad de volver a sus habitaciones y poder descansar plácidamente, sin embargo en encuentros como aquel en su habitación volteaban las cosas. Nate aún podía recordar tener a Callie entre sus brazos y la cercanía exagerada al rostro de la chica, su aroma... el muchacho decide escucharla y no huir con sus pensamientos. Ella, de manera involuntaria, le pide una razón de su ausencia o eso es lo que siente James cuando menciona su escape, y si no era así él se lo debía, como amigo se lo debía. —No necesito estar lejos de ti, Callie, no necesito buscar temas porque siempre los tenemos—. El tono de voz de Nate parece de regaño pero en verdad no buscaba causar eso, solo quería recordarle a Call que no había manera de aburrirse de ella.

Nate se acomoda un poco sin buscar molestarla, se pone de lado para verla mejor y no perderla de vista, quizás no fuera el momento pero él no podía esperar a darle largas al asunto, no era así. —Escucha... no me fui porque quise, Callie, quizás las cosas cambiaron un poco y eso... no me gustó, ¿sabes? No me gustaba eso de sentirme diferente contigo—. Pero sabía que esa no era la respuesta. —No sé, quizás crecimos y... eso de dormir contigo... era extraño—. Nate rasca su nuca y su mirada se pierde, no puede ver a Callie. Se sienta un momento intentando aclararse, estaba metiendo la pata hasta el fondo.

Publicado por J. Nate Seeber Dom Nov 29, 2015 9:08 pm

Traga saliva cuando Nate aclara aquellos puntos, le hubiera gustado mirarlo pidiendo clemencia, pero eso significaría tener que explicarlo, y ese era justamente el problema. Si hubiera acordado que esa era la mejor respuesta, los problemas se hubieran solucionado, seguirían la noche como si nada, por mas que no sea verdad, mentirse a uno mismo no podía ser tan malo cuando una ola de confusión golpeaba cada uno de los pensamientos que estuvieran en la mente, pensó la joven desviando la mirada. Si esa no era la razón, era algo mas, y ese algo mas, era de lo que tenía miedo. Era mejor pensar que se había aburrido de ella. Sus pensamientos recordaron la cercanía que tomaron aquel día, no hace mucho, el olor de su piel y el iris de sus ojos, el deseo de que terminara aquella cercanía de una forma que no había pensado antes. Apretó sus dientes ni bien comenzó a sentir el calor en sus mejillas ante los recuerdos de aquella mañana.

No le gustaba que Nate se trabara con las palabras, pero de cierta forma era algo bueno, quizá se sentía como ella, y no se animaba a hacer algo mas, y ese pensamiento se sintió como un baldazo de agua helada. No era solo el hecho de que su mejor amigo pudiera estar tan confundido como ella, que iba por partida doble porque era reconocer que ella estaba confundida, cosa que no había hecho hasta el momento, sino que también contribuía el factor de que Callie ostentaba decir que pocas cosas le daban miedo, siempre iba poniendo el pecho a las balas, por mas que en su interior temblara como gelatina. Le hubiera gustado tragar saliva, pero tenía la boca demasiado seca para eso.

—Te fuiste porque quisiste— Responde al final girando su rostro para poder mirarlo a los ojos. Era la verdad, había sido su elección, pero no había maldad en la mirada y tampoco en las palabras que pronunciaba en susurros intentando no romper con la calma de aquel alba. —Fue tu elección, y te fuiste porque no sabías que hacer. Podrías haber hablado conmigo— Sabía que esas palabras no eran las que Nate quería escuchar, pero ni de cerca, pero la hacían sentir mas ella, más Callie, no esa chica débil que se dejaba pisotear por montones de sentimientos sin sentido que llenaban de color sus mejillas. No le gustaba ser débil ni sentirse vulnerable, por mas que Nate jamás la lastimaría. Hablar de esa manera, dejando de lado cualquier sentimiento en su tono de voz, le recordaba que era en esos tiempo que se sentía perdida por todos los acontecimientos de Dunkelheit. —Deberías haber hablado conmigo— Al final de esa palabra muestra una sonrisa de lado, quería indicarle que no estaba en problemas, pero tampoco se tiraría de cabeza a una piscina sin saber si había agua. —Es simple, solo es hacer las preguntas que quieres hacer, como, ¿Ibas a besarme el otro día en tu habitación?— Suelta la pregunta rápido, hablando en un tono mas alto del que venía llevando, sentía que la pregunta rompía con todo, pero necesitaba saber esa respuesta. Hubiera propuesto jugar aquel juego de preguntas, donde uno hacía una pregunta, el otro respondía y hacía otra de regreso. Ellos lo habían jugado de pequeños cuando estaban terminando de conocerse, pero preguntar si quería jugar implicaba tener que esperar, y si esperaba esa sensación de valentía y fortaleza podía desaparecer.

Publicado por Calliope C. Rohmer Lun Nov 30, 2015 12:56 am

Odiaba esos momento cuando Calliope tenía toda la razón y pisoteaba todos y cada uno de los buenos deseos que Nathaniel tenía para ella. La chica le atacaba con un arma punzante que no fallaba y que desvestía su alma quitando cualquier careta que él en algún momento tuvo para poder protegerla de sí mismo. Sí, porque Nate la quería proteger incluyendo de aquellas cosas que él causara, no quería que sufriera más daños. Ahora ella era la misma Callie de siempre, la que jugaba con su mente hasta llevarlo hasta el borde de la locura y la que hablaba y marcaba sentencias que muchos no conocían. Ella estaba diciendo esas mismas palabras que él ya sabía pero que había querido cubrir con el paso del tiempo para no aceptar lo cobarde que había sido al irse sin explicaciones, pensó que estando lejos podía cuidarla pero lo cierto es que no era así. En ese momento Nate no la ve, sus ojos se pierden en el cielo teñido de naranja ocultando sus gestos endurecidos y perdidos que no saben cómo volver a la ternura en la que estaban anteriormente. —Lo sé, Callie—. Su tono sale duro, como quien da la razón sabiendo que esa misma respuesta estuvo por su cabeza durante semanas. Quiere evitarlo pero no puede, sabe que tendrá que respirar mucho para volver a tener la misma ternura con la chica que ahora volvía a ser la misma chica fuerte, como si eso de por sí no complicara más la situación.

Nate no había hablado con ella no porque no quisiera sino porque sabía que ella no lo entendería y que él tendría que narrar muchas cosas antes de decirle sus verdaderas razones. Argumentos con los que Nate no contaba ya que ni el mismo chico estaba claro de las razones que rodeaban su distancia para con la chica, o quizás si lo sabía pero era un completo idiota al no querer admitirlo para no mover su mundo.

—Lo sé—. Vuelve a susurrar, pero en ese momento las palabras se pierden en el viento al igual que su mirada que se mantiene en un punto fijo. En ese momento hubiese deseado algún calmante o algo que relajara el dolor de cabeza que se avecinaba poco a poco.

Sin embargo la pregunta llega, llega a la manera de Callie; directa y simple. Nate voltea a verla de inmediato sin saber que decir, por un momento sus gestos endurecidos se borran para darle paso a una expresión entre duda y desconocimiento. No esperaba que la interrogante llegara de ese modo y ahora dudaba si la esperaba en realidad, sin embargo el chico suspira y sonríe al recordar el juego que habían hecho ambos en un inicio. Preguntas y respuestas fue todo un reto para Nate ya que tenía que tratar de ocultar su interés por saber cada detalle de la vida de Callie sin verse muy obvio, no se cansaba y a veces respondía con otra pregunta porque no consideraba necesario responder la anterior. El chico respira sintiendo como el aire puro recorre sus pulmones, cierra los ojos por unos segundos tanteando en que respuesta dar, finalmente voltea y ve a la chica. —Si, Calliope—. Toda su verdad estaba puesta en esa frase, se sentía apenado, acelerado y muy poco responsable por decir esas cosas pero ya no podía retroceder. Se apresura en preguntar algo que, como ella, se moría por escuchar. —¿Me hubieras respondido?

Publicado por J. Nate Seeber Miér Dic 02, 2015 8:49 pm

No fue la primera vez que sintió que todos tenían razón al decir que su corazón no tenía interior, que estaba vacío, pero se sintió terrible viendo las facciones de Nate cambiar acorde iba soltando las palabras. Se sintió mal por el chico, pero cuando no podía explicar lo que sentía, cuando su corazón se aceleraba y sentía que no podía respirar, sentía que las preguntas la llevarían a tener un ataque de pánico, aislar sus sentimientos era lo mejor, y en eso se centro apretando sus dientes y no cambiando su tono de voz ni aliviando las palabras. Se decía que todas las personas frías en el interior eran cálidas, Callie sintió que en su interior no había nada, y aún así esa nada se doblegaba a la mirada que su amigo rehusaba mientras no paraba de darle la razón. La pena comenzó a carcomer sus pensamientos, maldiciendo su propia frialdad y a sus escasos sentimientos.

Sus peores temores se hicieron realidad, y casi se olvida de respirar mientras escuchaba esa sola palabra y luego era seguida por su nombre, sin quedar dudas de que estaba hablando con ella. Se obligo a tragar saliva, sintiendo como la piel de su cara parecía pegarse a sus huesos, se sintió pálida, al borde de desmayarse allí mismo, incluso su corazón pareció detenerse en aquella respuesta. Esquivo la mirada volviendo al cielo que tomaba colores hermosos, su labio tembló al igual que sus manos. Nate había comprendido que era el juego que antes jugaban sin que tenga que decirlo, y esa conexión que la chica tanto amaba fue odiada por un buen momento. Hacer esa pregunta fue como entrar a una pista de patinaje sin saber patinar, un momento de osadía y luego la gran patinada que quería tirarla al suelo y desarmarla.

Cuando creyó creer respirar de mejor manera, cuando observo su mirada supo la respuesta a aquella pregunta que le hacía, seguramente la había sabido desde el momento en que pudo sentir su respiración sobre su piel, solo que ahora se daba cuenta. Su corazón se volvió a acelerar mientras se preguntaba hace cuanto lo sabía y lo había ignorado. Nunca había sido confusión, eran los sentimientos de verdad y la lógica que se oponía a ellos. Era el diablo y el ángel batallando, solo que no había bien y mal, ni blanco y negro, solo era aceptar eso, eso que le era imposible expresar. No era tierna, no era romántica, no creía en las cursilerias, salvo que sean para que a alguien le diera diabetes. —Hace mucho que no me dices Calliope— Apunta mientras sus comisuras se levantan en una pequeña sonrisa. Era ahí, era el momento. —Inténtalo y te diré— Responde traviesa, extendiendo la sonrisa, mostrando sus dientes, una mano acaricia la mejilla de Nate con cariño. —¿Lo intentarías?—

Publicado por Calliope C. Rohmer Jue Dic 03, 2015 1:38 am

La verdad es pesada, marca más que cualquier otra cosa y siempre trae consecuencias. A veces cualquier gesto de honestidad se fundamenta en oraciones tan simples que todos admiran en el pensamiento cómo no podían decirlos con la misma libertad del viento pero al final llega el momento de comprender que todo es más complicado de lo que se ve y que decir lo que uno piensa o verdaderamente siente es un paquete enorme lleno de consecuencias que pueden ser malas o muy buenas.

Nathaniel nunca habría pensado que acabaría por responderle a Callie de ese modo, de hecho nunca se hubiese imaginado que aquella verdad saldría de sus labios sin alguna barrera, que lo diría sin pensarlo pero con todas las ganas del mundo en ello. Había sido tan honesto que las palabras resonaban en su mente una y otra vez. En su pecho había un vacío fruto de un gran peso y en su estómago miles de sensaciones se mezclaban a la espera de lo que su amiga podía decir. Le había admitido a Calliope Rohmer que la hubiese besado esa misma noche si sus intentos enormes de contención no lo hubieran ayudado. Aún podía recordar su aroma, su rostro, sus labios perfectos y todos aquellos detalles que lo volvieron loco ese día y que lo volvían loco una y otra vez.

En su mente podía completar aquella frase asegurando que se había distanciado porque precisamente se dio cuenta que la chica que dormía a su lado no era solo su mejor amiga sino una mujer hermosa, deseable y que lo hacía perderse en sí mismo hasta el punto que el chico dejaba de entender sus pesadillas y motivaciones. Callie ponía en jaque todo lo que Nate sabía y desde el instante que la tuvo a su lado y sintió aquella necesidad de cercanía y todo lo que se removía en su cuerpo, supo que tenía que detenerse. ¿Se arrepintió? Mucho, pero eso era mejor que perderla.

Nate esperaba una estocada o algún comentario que lo hiciera arrepentirse mil y un veces, sin embargo lo que escuchó fue completamente opuesto y lo primero que el chico experimentó fue un latido acelerado y fuerte de ese corazón que creía dormido en el miedo y la espera. Nate tiene que voltear a ver a Callie para darse cuenta que lo que la chica decía era verdad. No podía creer que su amiga dijera aquello con tanta libertad. Nathaniel pasa por alto el hecho de su nombre, lo único que puede recordar es las palabras de la chica; el claro reto que lo llevaría a la perdición.

—¿Qué...?—. Es más un susurro que cualquier otra cosa. No entendía pero su cuerpo se había descontrolado por dentro y él no sabía si ceder o dejarse dominar por su mente. Ve a los ojos de Callie por unos segundos que parecen horas y poco a poco el chico cubre la mejilla contraria con su mano mientras ve los ojos de la castaña. La observa y vuelve a detallarla como si fuera la primera vez, Nate se acerca, puede sentir su respiración pausada y cálida, sus ondas enredadas en sus dedos, su olor peculiar. El chico ve sus ojos y los alterna con sus labios sin poderlo evitar. —Esto... puede llegar a ser un lío terrible, Callie—. Porque de ser así sería como una aventura, una muy peligrosa, una a la que Nate no había entrado sino hasta ese momento. El chico acaricia la mejilla y pone su otra mano en la parte trasera de la cintura de Callie, ¿lo haría?

Nate roza la nariz de la castaña aún sin dejar de verla, solo tenía que acercarse unos milímetros y cumpliría aquel cometido. Los recientes rayos del sol iluminaban a Calliope, él nunca había visto un espectáculo tan hermoso. Nate la ve, llama su atención con la mirada. —Lo intentaré, pero solo si me prometes algo...—. El chico sonríe de lado con cierta picardía y travesura en la mirada. —Que esto es real, que su serás real y que no te irás—. Parecía un niño pero temía perderla más que cualquier cosa. —¿Puedes prometerme eso?—. Y acaricia de nuevo su tez, esta vez desviando su dedo pulgar al espacio vacío tras la oreja de Callie.

Publicado por J. Nate Seeber Vie Dic 04, 2015 8:20 pm

Sin saber que hacer, sin saber que decir, dudando de ella misma. No le gustaba sentirse así, pero en compañía de Nate le daban ganas de reír ante aquella situación. Nunca se había sentido así, como si todo su ser fuera capaz de irradiar luz, el cosquilleo en su pecho y en la boca del estomago. Su interior temblaba, y agradecía no estar de pie, en caso contrario estaba segura que sus rodillas hubieran cedido, la posición en la que estaban la ayudaban a hablar con aquella aparente calma. Se había olvidado del amanecer, del internado, de las personas dentro, se había olvidado hasta que pensaba hacer esa mañana o cuales eran los planes de la semana, incluso dudaba de ser capaz de responder su nombre si se lo preguntaban en ese momento. Solo tenía ojos para Nate, solo podía escuchar su voz, solo podía sentir el silencio mientras esperaba a que su amigo reaccionara.

Cierra los ojos al sentir su mano en la mejilla, se sentía suave y cálida, detallo cada sensación que sintió antes de abrir los ojos lentamente. Nate tenía razón, eso sería un problema, quizá uno muy grande, pero ¿Qué podía decir? Ya habían intentado seguir sus vidas por separado y había resultado imposible, ya habían intentado olvidar lo que sentían, incluso cuando no lo tenían muy claro. Los dos habían intentado apagar esa llama, que a pesar de todo lo que habían hecho, seguía encendida.

Respira, se tiene que concentrar en respirar, nunca había pensado que aquella necesidad que el cuerpo realizaba de manera automática tuviera que ser propulsada por su mente, porque estaba segura que si se dejaba de concentrar en respirar, entonces dejaría de hacerlo. Su corazón era otra cosa, ya no tenía forma de comparar a que ritmo latía, solo sabía que era probable que su amigo lo hubiera notado y no le importaba, no le importaba que se diera cuenta, por más de que solo demostraba lo nerviosa que estaba, no le molestaba demostrar que le quería. Estaban demasiado cerca para que la joven sea capaz de ver algo más allá de aquellos ojos marrones, tampoco lo había intentado, se sentía incapaz hasta de pestañear. —Te prometo...— Comienza a decir acariciando la nuca de su amigo, y en sus labios se dibuja una sonrisa. Tuvo que pensar algo gracioso que decirle, pensaba bromear dado que eso siempre la distendía, pero las palabras no llegaban, todo parecía ridículo en su mente, y al final dijo lo último que se imagino decir en su vida. —Te prometo que no me iré a menos que me lo pidas—

Y al final corta la distancia. Ya era conocido que a Callie le gustaba tomar la rienda de la situación, pero no había sido esa la razón por la que había eliminado cualquier distancia entre ambos labios, lo había hecho porque ya no podía mas. Su piel cosquilleaba con cada respiración, los nervios, y la posibilidad de que cualquiera de los dos entrara en razón de un momento para otro, era demasiado. La joven lo necesitaba, necesitaba saber el sabor de sus labios o que tan cálida podía llegar a ser su piel. La respuesta era sí, a todo lo que el chico le había preguntado, la respuesta era afirmativa, por más de que no lo hubiera dicho en voz alta.

Publicado por Calliope C. Rohmer Mar Dic 08, 2015 4:50 pm

Tanto tiempo deseandolo y finalmente tenía frente a sus ojos lo que tanto quiso por años. Callie materializaba todo lo que él necesitaba en ese momento. Tanto tiempo negándolo en su cabeza y ahora se hacía realidad. Nate lo negaba infinidades de veces cuando sabía que la verdad era más simple que eso y que la tenía frente a sus ojos, tal cual como le dijo Grace un día. Verla causaba miles de sensaciones en su cuerpo, específicamente dentro de su pecho. Ya Calliope no era la chiquilla que había conocido y con la que dormía con toda la comodidad del mundo. No, ahora ella era una mujer radiante y perfecta, por lo menos para él. Hasta las imperfecciones de la chica le parecían las cosas más tiernas del mundo. Por eso había huido, porque no podía levantarse y verla dormir sabiendo que había cambiado y que él no podía contener sus impulsos al ver a su lado a toda una mujer y no a la niña temerosa a la que llamó su mejor amiga. Lo supo al compararla con su hermana, Cassie era como una hermanita para él, no podía verla con otros ojos, quería cuidarla y se enojaba al verla sufrir, además que siempre pensó que entre Gru y la chica de cabello oscuro había algo más que una simple amistad. Con Callie era distinto, completamente distinto. Verla lo aceleraba, siempre quería escucharla, la admiraba incluso cuando ella no estaba viendo, hubiese dado todo por ella y más, pero cuando intentaba convencerse de que era su hermana se daba cuenta que esa familiaridad ya no existía.

La mano de Callie en su nuca nubla sus sentidos, las ganas de contenerse se van restando y la distancia era tan poca que Nate tiene que luchar una batalla campal que se desarrolla en su cabeza sobre si acortarla o no. La escucha, o hace lo posible por escucharla ya que sus ojos se pierden en sus labios y sus ojos, al finalizar él la ve, quiere asegurarle que nunca va a querer que se vaya, que es una tontería lo que dice porque Nate siempre va a necesitarla. Pero el chico no llega a hablar, no lo hace porque enseguida siente los suaves labios de Callie sobre los suyos.

La realidad había superado su imaginación. Aquello era más de lo que pensó sentir alguna vez. Su pecho iba a estallar, su mente no pensaba y cosquillas se perdían en su cuerpo cada vez que se percataba de los labios de la muchacha. Eran suaves y sus besos tímidos. Nate cierra los ojos y su mano se cierra en la cintura de Callie acercándola más si es posible incluso con la mano que tenía en su mejilla. Roza sus labios con suavidad, los prueba, atrapa el inferior y vuelve a jugar con ambos. Nate no quiere sobrepasarse, va lento para o molestarla, su lengua roza los labios de la chica sin entrar y poco a poco se acerca más y empieza a inclinarla como si tuviese la necesidad de volver a la posición en la que comenzó su encuentro.

Nathaniel ardía en todos los sentidos posibles, solo un beso y ya sentía la necesidad de estar con ella todo el día, sin importar las clases, sin importar nada. Nate podía acostumbrarse a esa sensación toda su vida sin cansarse, había sido magia, mucha magia. El amanecer los cubría llamando su atención. El beso poco a poco se torna más apasionado y Nate se da cuenta de que casi estaba impulsando a Callie a acostarse en el pasto. No quería pasarse, sus impulsos habían avanzado mucho esa vez. Se separa con cuidado y toma aire antes de ver a la chica. —Lo... siento—. Sonríe un poco y la ve a los ojos. —Yo... Callie...—. No sabía que decir, el chico parpadea un poco y busca atención en otro punto, tiene que volver a la chica para darse cuenta de que todo aquello había sido real. —Siento si... me pasé... en verdad... no era mi intención.

Publicado por J. Nate Seeber Mar Dic 08, 2015 8:47 pm

Supuso que nadie hubiera sido capaz de advertirle sobre ese momento, sobre como sería su primer beso. Tampoco hubiera imaginado que sería con Nate, por lo menos no años anteriores e incluso estaba segura que si hace unos meses le preguntaban, no dudaría en responder que solo eran amigos, por más que no lo fueran. Primero sintió la suavidad de los labios de Nate sobre los suyos, luego había sentido la incertidumbre de no saber si estaba haciendo las cosas bien, pasando ese momento sintió un poco de incomodidad, pero esta fue eliminada rápidamente. En su interior sentía que había explotado un volcán de sensaciones que luego tendría que afrentar como consecuencia.

El amanecer que había esperado ver, había pasado a segundo plano. Incluso se dejo de preguntar muchas dudas que había tenido, como si chocarían al intentar acercarse, como se sentiría estar tan cerca de una persona. Todas esas dudas e inseguridades que había matado al acercarse ella para acortar la distancia en ese beso espontaneo de su parte, habían desaparecido, y solo era capaz de pensar en Nate. Su amigo siempre había sido importante para ella, siempre había estado a su lado, había sido su hombro, su almohada, un oído, siempre había sabido cuando era un buen momento para abrazarla cuando bien sabía lo poco que le gustaba el contacto con otras personas y lo mucho que Callie valoraba su burbuja que funcionaba como espacio personal y que no le gustaba que lo invadieran. Siempre encontrando las palabras justas y los consejos que a veces la castaña ignoraba porque al fin y al cabo eran consejos y ella podía hacer lo que se le daba la gana con los mismos. Su paciencia y su amabilidad por más que no la mereciera. Siempre había estado ahí, siempre había estado para ella, y no lo había notado. Callie era consciente de que si la cercanía el otro día no hubiera disparado una alarma en ella, quizá seguiría sin saberlo.

Incapaz era de explicar todo lo que sentía en su interior, solo podía dejarse llevar disfrutando el momento, tratando de recordar cada movimiento en su mente, cada nueva sensación que se producía en su interior. No tenía forma de describirlo, más allá de decir era era dulce, era cálido, era un beso que le recordaba constantemente a Nate, y cuando este pide permiso, ella entreabre sus labios para completar aquel beso que se intensifica. Por un momento se pregunto porque no lo habían hecho antes, porque habían dejado que pasara tanto tiempo para sentir la cercanía de un cuerpo con el otro, para sentir toda la gama de olores que se ligaban a la otra persona, incluso creyó ser capaz de oler las sensaciones, pero estuvo segura que eso no era más que una extensión de lo que ella misma sentía. ¿Por qué habían esperado? Era una buena pregunta que en ese momento no trataba de resolver, porque mientras su mente vagaba con un mundo de nubes, y con una de sus manos sentía el corto cabello de Nate entre sus dedos, solo podía pensar lo feliz que se sentía.

Ríe cuando el joven se separa, y aprovecha para respirar de manera lenta y profunda, necesitaba recuperar el aire. Se deja caer de espalda finalmente, y estira la mano para acariciarle la mejilla. —Creo que lo que menos corresponde en este momento es que pidas disculpas— Bromea sin poder evitarlo, al igual que no podía evitar tener aquella sonrisa de tonta niña. —Esta bien— Asegura antes de levantarse un poquito para reclamar otro beso, solo que más corto y no tan profundo. Tenía como miles de preguntas por hacerle en ese momento, pero se dedico a mostrar una gran sonrisa, sin querer arruinar el momento.

Publicado por Calliope C. Rohmer Vie Dic 11, 2015 2:13 am

Nate había compartido con otras chicas, era una parte de su pasado y por ende no podía negarlo, sin embargo habían sido sensaciones simples, comunes, nada relevante que lo llenara por completo, era más por orgullo masculino que por cualquier otra cosa ya que Nate aún no se consideraba capaz de manejar una relación amorosa con nadie, ni siquiera con Callie. Su pasado lo hacía sentir torpe, culpable de pecados que ni él mismo había cometido, tantas marcas juntas lo hacían ver como un incapaz y él no quería transmitirle eso a ninguna chica, ninguna valía tan poco para que él llegara a lastimar sentimientos así como así. Callie fue diferente, era magia, ese era el único término que podía utilizar. La castaña siempre había estado ahí, como su amiga, como su apoyo, su consejera y su crítica más fuerte, Calliope no se había ido y eso Nathaniel lo agradecía. Pero en ese momento todo era distinto, algo había estallado dentro de él, algo que llenó sus extremidades de pequeñas migas que chispeaban y se perdían en su interior, había conocido otra faceta de la chica, una que no quería dejar y que, si se descuidaba, lo arrastraría por completo.

El beso fue más de lo que esperó, fue el equilibrio entre espontaneidad y ternura que tanto le mataba. Calliope se lo estaba haciendo más difícil de lo usual y Nate no sabía por cuanto tiempo aguantaría. Se contenía, era el chico dulce y amable al que ella estaba acostumbrada a tratar, sin embargo sus impulsos despertaron como era de esperarse y el joven no pudo evitar atacar con un poco más de intensidad; poner su mano en su cintura, acercarse, hacer el beso más profundo... esas fueron algunas de las demostraciones. Nate estaba perdido en el aroma de Callie y en la suavidad de su piel, solo estaban ellos dos, el resto no le importaba.

Sabe que debe separarse, no solo por el aire sino que si sigue de esa forma probablemente ceda ante sus impulsos y eso no era correcto, no en ese momento. Era un primer beso y, aunque en su interior sentía que lo venía necesitando desde hace tiempo, no quería ser el chico que toma todo a la primera, además que ese no era él, Callie tampoco se merecía algo así, ella merecía algo mejor, mucho mejor. Nate gira y la ve, deja que acaricie su rostro y su mirada se pierde en los ojos oscuros de la muchacha que lo ve incluso divertida por la situación. —Está bien, creo que tienes razón en esa parte—. Sonríe de lado, se sentía un poco atontado y confundido, sin saber que hacer exactamente. Call se levanta y, antes de que Nate se dé cuenta, le roba un beso corto en comparación al anterior, él le responde como puede reclamando en su interior cuando la chica se aleja, ese segundo beso también fue como una nueva experiencia.

Nate sonríe mientras niega y vuelve a ver al horizonte, en su mente buscaba palabras para decir pero ninguna aparecía o ninguna parecía ser suficiente para todo lo que había pasado. —No pensé que fuera así—. Susurra mientras la ve, pasa un par de dedos por el mentón de Callie, ella seguía ahí. —Fue... mejor—. Era una de las pocas veces que el chico de cabellos oscuros se quedaba sin habla. —Me encantaría que alguien me dijera el futuro y me explicara que pasará entre nosotros ahora—. Sin saberlo se lo estaba preguntando a ella. Tenían tantas cosas en común; amigos, encuentros... muchos años de experiencias juntos.

Publicado por J. Nate Seeber Vie Dic 11, 2015 4:57 pm

Publicado por Contenido patrocinado