Aces high

Recuerdo del primer mensaje :


Sí, siempre pongo los títulos dependiendo de la canción que esté escuchando.

Pocas cosas existían capaces de conseguir que Jack compartiese la opinión más generalizada entre los chicos de su edad. No le gustaban las fiestas, el alcohol, salir hasta tarde o pulular por la vida coleccionando “amigos” como si fueran cromos de Pokemon; él era de noches tranquilas al son de una guitarra y de consumir cigarrillos sin apartar la mirada de las hipnótica páginas de un libro que mereciese la pena. No obstante, se mostraba tan adolescente como cualquier otro cuando aparecía cierta idea en su mente: obligar a madrugar los fines de semana a otra persona para realizar una actividad física debería de estar penado por la ley con una buena multa.
Seguro que eso infundía miedo en los listillos que se aventuraban a molestar a los demás con tan despreciable acto.

Era sábado, pero no por ello Jack sentía ganas de saltar de alegría. Mientras que sus compañeros podían disfrutar del día e invertir el tiempo en lo que quisieran -sin importar lo poco productivo que pudiera llegar a ser la actividad-, Jack no disponía de esa maldita opción. Por culpa de una de sus escapaditas seminocturnas a la terraza para fumarse el último cigarro antes de dormir, se le había hecho más tarde de la cuenta y fue pillado de lleno por uno de los celadores mientras volvía a su cuarto. Tras unos cuantos regaños, la alerta a un profesor y una visita al despacho de la directora, el joven había terminado siendo castigado por andar fuera de los dormitorios durante el “toque de queda”.

De poco sirvió que intentase improvisar una buena excusa -señora, de verdad que me quedé dormido apoyado contra la barandilla mientras preparaba mi trabajo sobre La letra escarlata- y adoptar ese gesto tan suyo que mostraba una seriedad no muy común en los chicos de su edad -perfectamente estudiado y practicado hasta decir "basta"-. Jack terminó recibiendo una puñalada certera en las cosas que más le dolían: su orgullo y su expediente.
Fue obligado a visitar el sábado de esa misma semana la biblioteca por la mañana para ayudar al bibliotecario con sus tareas de orden y limpieza, siendo avisado de que, además, quedaba enteramente a su cargo y debía cumplir cada orden que recibiera de su parte. Jack quiso arrugar el papel donde estaba anotada la penitencia, romperlo y decir que se negaba a recibir tan injusto castigo por cinco minutos de mierda que había pasado de más en el pasillo.

Como ya te imaginarás, no lo hizo.

Ese sábado, puntual como un gallo, Jack se levantó de la cama y, tras asearse un poco en su propio cuarto -entre profundos bostezos-, salió del mismo, camino de la biblioteca principal. El muchacho andaba arrastrando los pies con tanta pesadez que bien podría haberse quedado anclado en el suelo y nadie se hubiese sorprendido. Y créeme, él hubiera aceptado ese destino gustoso con tal de dormir un poco.
La noche anterior parecía haber durado el mismo tiempo que tardas en pestañear. Cuando Jack apartó los ojos del libro que leía y miró el reloj que descansaba sobre su mesilla de noche era tan sumamente tarde -o muy temprano, según como quieras verlo- que decidió no dormir. Se conocía perfectamente a sí mismo, así que sabía de buena tinta que si cometía el error de tratar de dormir un par de horas, ya no se movería de la cama hasta que se acercase el mediodía.

No llamó a la puerta de la biblioteca antes de entrar. Simplemente la abrió y, tragándose un bostezo especialmente grande, entró.
Tal y como había imaginado, la estancia hubiera estado completamente desierta de no ser por los libros, las estanterías y las mesas de trabajo. Jack visitaba aquel lugar cada día en busca de un poco de paz y buenos libros, así que se abrió paso entre las sillas perfectamente ordenadas hasta que alcanzó su mesa favorita; la que quedaba pegada a un ventanal enorme desde el que se podía contemplar la magnificencia de los jardines del internado. Cada uno se distrae de sus apuntes como le apetece.

Se sentó directamente en la mesa, arremangó su jersey para consultar una última vez el reloj que llevaba en su muñeca y esperó; esperó como un condenado a muerte lo hace en la milla verde.
Con más sueño y ganas de huir que energía.

En momentos como aquel echaba especialmente de menos su reproductor de música portátil. Asimilar y realizar las tareas que le ordenasen sin abrir la boca, tratando de pasar lo más desapercibido posible, hubiera resultado mucho más sencillo con el eco de sus canciones favoritas saliendo de otro lugar que no fuera su cabeza.

Publicado por Jack A. Hudson Jue Dic 03, 2015 11:36 pm

Terminó de copiar el código del libro antes de ponerse de pie para ir por el vaso de agua. Ignoró la conversación que estaban llevando. Nerds, eso pensaba internamente, aunque, dirigió la mirada a Jack, los nerd ya parecían normales, o dentro de lo normal que se podía esperar. Sonrío ante sus pensamientos. —Solo agua— Dijo y aceptó el vaso que le pasaba y volvió hasta su lugar conteniendo sus ganas de tomar el vaso de Hudson para luego tirarlo en su cabeza. Se sentó en la silla y volvió a escribir a toda velocidad para escaparse de allí lo antes posible.

Parecía que ninguno de los dos podía evitar insultar al otro, las ganas de decir cualquier cosa con tal de ver como el otro se envenenaba, pero Grace no le iba a dar el gusto de mostrarse molesta por sus comentarios, aunque el último la hacía reír, incluso tuvo que contener las ganas de soltar una carcajada cuando lo escucho. —Inténtalo, adelante, haces un excelente trabajo ignorándome— Inclinó la cabeza dando uno de esos saludos que la gente daba antes de volver a su trabajo. Si la ignoraba o no era problema de él, y hasta el momento siempre terminaba respondiendo a sus comentarios, no la podía ignorar el muy idiota. Aunque ella tampoco lo hacía, solo que eso se explicaba dado que a la joven le gustaba tener la última palabra.

—Dices que esto es un templo del saber— Alza las cejas, como si esperara la confirmación dado que era lo más tonto que había escuchado hasta el momento. Ese lugar no era un templo, un mall era un templo, un salón de belleza, esos eran los lugares a los cuales la joven llamaba templos, lugares donde todo iba perfecto, nunca había errores posibles allí dentro, salvo cortarse demasiado el pelo o comprarse algo pasado de moda o en rebaja. No explico nada de eso, no tenía caso, estaba rodeado de hombres, jamás entenderían de lo que estaba hablando. —Entonces no debes pasar mucho por aquí, digo, nunca muestras ser demasiado sabio Jackie— Se tomo la molestia de ponerle un diminutivo al chico, solo para molestarlo un poco más.

Escribió el nombre del siguiente título antes de hacer girar el boligrafo en sus manos, ya estaba cansada de todo eso, quería irse. Necesitaba una razón, miro para todos lados buscando una ruta de escape. —¿Brian? Puedo llamarte así ¿Verdad?— Preguntó haciéndose la inocente. —¿Hay salidas de emergencia en el internado? Es que nunca he visto otra más que la salida principal y es un poco preocupante. Tampoco hemos tenido simulacros y creo que con lo ocurrido me parece que se necesita una salida de emergencia— Levanto el libro que estaba escribiendo decía algo del incendio en algún lugar, la joven ya se había olvidado el nombre, pero lo mostraba como una razón a sus pensamientos.

Publicado por Grace L. Edwinson Miér Dic 23, 2015 2:56 am

Comentarios aparte, algunos mezquinos que di por concluidos solo con una mirada de seriedad hacia ambos. No era lugar para ponerse a discutir, menos frente a la asignación de una tarea.

Preparé dos vasos de agua y se los entregué a ambos, en silencio, casi desaparecido. Luego de esto, tomé mi taza con café y dos galletitas sabor coco, me aparté de nuevo de ambos, no logrando escuchar su conversación. Estaba ensimismado en mis tareas particulares, debía hace papeleo y no era de los que lo postergaban demasiado. Como no era algo que me apasionaba siempre lo hacía primero, y luego si me dedicaba a trabajar en lo que más me gustaba, que era ordenar, catalogar, hacer resúmenes de libros y buscar mejores.

— ¿Cómo? — levanté mi cabeza y bajé mis lentes para mirar a la joven sentada en una mesa alejada a mi. — ¿Salidas de emergencia? — me costó algo más de un segundo entender de dónde salía su pregunta tan aleatoria y distante del evento actual. ¿Acaso sucedía algo? Alejé el libro de mis manos, cerrándolo despacio y me levanté de la silla para observar mejor por la ventana distante. — No, no que yo recuerde, es decir, son las mismas salidas que de costumbre, no sé si haya más, la verdad, escapa de mi conocimiento. Tampoco he estado en simulacros, no veo qué podría pasar... ¿Usted si? — más que una pregunta para ella, era una pregunta en general. ¿Acaso algo más podría suceder? ¿Algo que ameritara correr?

Salí de mi escritorio a paso lento y me acerqué a las mesas de los jóvenes. La ventana mostraba un paisaje hermoso, sin preocupaciones, sin desventuras. Los miré a ambos en silencio y me dirigí hacia la puerta de la biblioteca. — Si le preocupa puedo ir a preguntar, señorita Grace. Porque yo nunca me lo había preguntado, y estaría bueno saberlo, después de todo. — me paré en la puerta, bajo el marco, con una mano apoyada en él y la otra en el bolsillo. Estaba a punto de ir y preguntar, al menos por unos minutos, si se quedaban solos, nada pasaría, ¿verdad? — Ya regreso, sigan con su deber, no tardo. — crucé el umbral, dejando la puerta abierta, para que corriese el aire. Trataría de encontrar a los directivos y hacerles dos preguntas, uno por la salida de emergencia, y otra por los libros que deseaba el alumno.

Publicado por Brian Downer Dom Dic 27, 2015 1:10 pm

Grace repetía constantemente que era Jack quien pretendía captar su atención molestándola, pero aquella afirmación no podía quedar más lejos de la realidad. El muchacho se veía obligado a demostrarle que su presencia no le agradaba por amor propio, no porque tuviera nada en su contra. El egocentrismo y la prepotencia jamás le parecían justificados, ni siquiera cuando salían de él, así que era lógico que castigase severamente esas actitudes.
Además, cualquier persona con una inteligencia superior a la media actuaría así. Grace sólo abría la boca para soltar chorradas.

Se mordió la lengua para no avivar la discusión con una acusación aún más grave. Ganas no le faltaban, no te creas, que su lengua estaba lo suficientemente afilada para rebatir todas y cada una de las boberías de la rubia, pero no le apetecía continuar discutiendo. No en ese lugar sagrado. Por eso, cuando Brian salió por la puerta tras indicar que pronto volvería, el chico hundió la cabeza en los libros que había sacado de la caja en lugar de aprovechar para burlarse nuevamente de la joven. En total silencio, ignorándola a conciencia, el muchacho continuó con la tarea de abrir libros, consultar los datos, anotarlos y apilarlos con pulso casi quirúrgico. Le gustaban el orden y las torres perfectas por igual.

[1]Perdón por el post corto pero es que estos días ando sin inspiración por las fiestas. Demasiadas horas sin dormir xD

Publicado por Jack A. Hudson Mar Dic 29, 2015 8:11 pm

Una sonrisa amable se formó al escuchar la respuesta que recibía. Aunque la cambió al instante por una expresión preocupada. Poco le importaban las salidas de emergencia, pero había aprendido a como distraer a las personas para poder salirse con la suya. Como era de esperarse, Brian había notado lo preocupante del asunto, y debería serlo para alguien que no fuera ella. Observó como se retiraba volviendo a enmarcar la sonrisa y agradeciendo por el favor que le estaba haciendo. Cuando se marcho la sonrisa desapareció completamente. Terminó de copiar la información del libro que estaba escribiendo, y eso sería suficiente para ella. Ya estaba cansada de hacer el trabajo de las demás personas. Además, había leído por algún lado que si dejaban a los alumnos solos por quince minutos, estos podían marcharse. Acomodó sus cosas, y se puso de pie, acomodando sus ropas antes de girarse a Jack.

—No me vayas a extrañar, cariño— Le dice tras tomar la caja y tirarla a la mesa en la que se encontraba el chico. —Pero yo me largo de aquí. Espero que te diviertas en tu "santuario"— Suelta una risa fría tras soltar esas palabras y se da la vuelta para retirarse. Buscaría a Ezra, harían de aquel día nada, pero al menos la pasarían bien y en buena compañía. Al carajo el castigo y todo lo que vendría con ello. Si la castigaban nuevamente se negaría a tomar dicho castigo, y no tenía ánimos de seguir discutiendo con aquel muchacho que no hacía mas que causarle aberración. No sabía cómo funcionaba el tema de la selección para acabar allí dentro, pero deseaba poder ir a pedirle a los directivos que pusieran más filtros, personas como ella no merecían tener que encontrarse con personas como él.

Publicado por Grace L. Edwinson Miér Ene 13, 2016 4:25 pm

En alguna parte de mi interior intuía que eso pasaría, sobre todo viviendo de la joven. No había tardado más de diez minutos en regresar y entrar por donde había salido y para mi sorpresa quedaba una sola persona, haciendo la labor de dos.

Me acerqué lento al joven, sentándome a su lado en silencio y tomando los libros para hacer el trabajo restante. — No se preocupe por la situación, seguramente esta vez pase por alto esto, y sea una llamada de atención mínima para ella. Pero alguien debe enseñarle a esa joven lo que es el respeto. Le agradezco a usted no haberse retirado, como corresponde. — dije abiertamente, sin intensión de conversar, simplemente de exponer ideas. Tomé un libro y comencé a escribir, más tarde haría el reporte del castigo  y pondría exactamente lo que sucedió.

Quizá era una buena oportunidad para conocer al alumno a mi lado, nunca se sabe qué gustos en común pueda tener uno con un completo desconocido.

Publicado por Brian Downer Lun Ene 18, 2016 1:18 pm

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