Business things?

Su última clase del día había durado menos tiempo de lo previsto, el profesor afirmaba sentirse mal así que no dudó en mandar  los deberes y retirarse dando la asignatura por terminada. Rose tomó su cosas, iría a las salas de estudio a repasar un poco y aprovechar el tiempo, cuando llegara el momento se encontraría con Wes para ir a cenar. Rosie caminaba por los corredores con su mismo andar tímido, apretaba su diario en su pecho mientras mordía sus labios tratando de no tropezar con los miles de estudiantes que se mezclaban en las áreas comunes, que lanzaban cosas o se cruzaban simplemente sin poder evitarlo. La castaña llevaba su mochila en la espalda y solo alzó una mano para acomodar uno de los mechones de cabello que se había colado en su rostro, ese día no llevaba coletas ni tiaras, se había levantado un poco tarde luego de su primera conversación con el doctor Motka, bueno, básicamente había sido un monólogo de ayuda porque a Rosie le había costado mucho hablar.

Iba subiendo las escaleras cuando se encontró a Brennan, él iba bajando con el ceño fruncido pero aun así con una sonrisa que parecía no querer irse de su rostro, detrás de él había una mujer del personal. El chico cruzó miradas con Rosie y al darse cuenta de quién era se detuvo un segundo ante la mirada de reproche de la mujer. A penas lograba entender lo que el chico decía pero, en resumen, lo habían castigado y tenía que encontrarse con Calliope Rohmer, por la descripción era una de las chicas del día del bosque. Gru puso en las manos de Rosie un cuaderno, le dijo que era importante que Calliope lo tuviera que ella estaría en las aulas de estudio. Para suerte de Brennan, Rosy iba en esa dirección así que se despidió casi que a gritos de la chica mientras la mujer se lo llevaba.

Rose se queda estática por un momento, ve el cuaderno sin entender pero decide seguir con la tarea que el chico le había asignado. Mya sigue su camino hasta llegar a las aulas, había mucha gente así que busca con la mirada a la chica, se alza de puntas y es así como logra encontrarla. Rose acerca pasando entre las personas con cuidado y se posa tras la silla que estaba frente a la castaña. Carraspea un poco y sonríe con cierta amabilidad. —¿Calliope Rohmer, cierto? Soy Rose, me encontré a Brennan, a Gru, en el camino y me dijo que te diera esto—. Deja el cuaderno sobre la mesa por si las dudas. —Me dijo que te dijera que lo castigó la "del uniforme de minion", creo que era así—. Sonríe de lado con un poco de gracia mientras intenta ser lo más textual posible

¿Tan mal estaba? Quizás la manera en la que Cole le había dichos las cosas había hecho que la castaña se sintiera notablemente ofendida, pero Calliope era mujer y se lo estaba diciendo con cierto tacto que hacía que Rose prestara atención y se sintiera un poco aludida hasta el punto de pensar las cosas dos veces y analizar un poco todo lo que estaba haciendo. ¿Estaba dando lástima? La chica no respondió al momento ya que frunció el ceño y su mirada se perdió en alguna de las paredes de la sala de estudio mientras digería todo lo que Callie le había dicho. Quizás su manera de contar las cosas, de ver al mundo, de comportarse con los demás y distanciarse de los mismos generaba que todos la vieran como la veían aunque fueran actos involuntarios ya que Rosie no conocía algo más. Ahora tenía la posibilidad de entender que no era la única y que cada quien tenía su propio infierno a su manera, que para cada persona había una situación límite y puede que para cualquier ser en el planeta la historia de ella fuera un simple roce de pluma cuando para Rose había sido un verdadero tormento, nadie conocía los debates de los demás, eso podía verlo en los ojos de Callie, incluso se sintió tentada a preguntar. —Tu también la has pasado mal—. Aunque no sale como esperaba, era una afirmación más bien.

—Si, créeme que lo sé—. Interrumpe la chica alzando sus cejas en un perfecto arco en cuando Callie dice que sus debilidades harían que los demás se alejaran de ella sin embargo se queda callada con lo que viene luego, ¿sería tan fuerte? Eso es algo que solo descubriría a la larga. Sonríe con los consejos de la muchacha porque no eran extremistas, si, Rose tendría que mejorar y mucho pero por el momento, mientras lo hacía, podría seguir viviendo de una mejor manera aun cuando sintiera el temor de que pudiesen tocarla. —Lo sé, eso lo entiendo, no puedo perder tiempo, por mí, por Wes, por eso estoy aquí—. No podía perder tiempo, estaba clara de eso.

Rosie sonríe mientras la escucha y apoya su rostro en sus manos que siguen sobre la mesa. —Entiendo, lo sé, se ve que eres aplicada en las materias—. Afirma asintiendo, luego se estira un poco y se apoya en el respaldo. —Yo quiero ser maestra, de niños pequeños, siempre me ha gustado y todo lo de enseñar es lo mío, suena paradójico pero en fin, creo que puedo hacerlo. También me gusta escribir y la repostería, pero creo que los niños me agradan más, de pequeña siempre admiré a las maestras que pude tener.

Si, ella no se imaginaba haciendo nada más que no fuera enseñar. A Rose le gustaba explicarles a los demás todo lo que sabía, tenía mucha paciencia y no le gustaba que las demás personas se sintieran limitadas por cualquier otra cosa. Su debilidad por lo niños venía dada desde el hospital, no solo cuando conoció a Wes, sino que su pecoso hermano formaba parte de una pequeña masa de niños que vivían asustados diariamente en el centro clínico esperando ser salvados y no tener que mendigar o buscar alcanzar los beneficios que iban directamente para los directivos. Aunque a ella la dejaban en la parte "logística", Rose siempre trataba de darles un trozo de la felicidad que les podía ofrecer cuando los pequeños llegaban a su hogar. Cuando entró en el internado y empezó a estudiar supo que ese sería su camino, desde aquel rincón de Escocia podía verlo todo mucho más claro.

Callie se levanta para irse afirmando que iba a verse con su hermana antes de cenar. Rose hace lo mismo y no puede evitar sonreír mientras se pone de pie y empieza a guardar en su mochila las pocas cosas que había sacado durante la conversación para aparentar que ambas no estaban perdiendo el tiempo. —Te entiendo, me pasa lo mismo, yo siempre me encuentro con mi hermano antes de las comidas o, en su defecto, comemos juntos si no nos vemos antes—. Dice con la mirada puesta en todo lo que guardaba dentro del bolso.

Rose termina antes que Callie por lo que no puede evitar prestar atención a las palabras que la chica empieza a decirle. Tenía toda la razón aun cuando la castaña pensaba, muy en su interior, que su problema se magnificaba cada vez más y que no tenía comparación a los puntos en los que vivían otros miembros del internado. Quizás, en un mundo perfecto, todos estuvieran ahí por esa misma razón, para aliviar los secretos que yacían en el interior y que no se podían ignorar. —Si, quizás tengas razón—. Comenta tratando de formar una sonrisa. La chica de ojos azules se despide alzando su mano. —Adiós, Calliope.

Rose sale al momento y baja las escaleras buscando encontrarse con su hermano como es costumbre, seguro al contárselo a Wes el chico tendría mucha curiosidad o se alegraría de que, finalmente, su hermana estuviera haciendo relaciones sociales.